IV. Descubriendo nuevos sentimientos

La mañana llegó y en la casa Loud el silencio por primera vez en mucho tiempo estaba presente. Todas habían quedado exhaustas por todo lo que festejaron ayer y en el ático de la casa madre e hijo dormían acurrucados uno frente al otro, sin nada puesto al menos en la parte superior que no era cubierta por las sábanas. Lentamente el primero en abrir los ojos fue el chico que al enfocar su vista diviso a su madre, pero, al ver cómo está se encontraba desnuda, al menos por arriba se alteró quedando tan rojo que en el acto se dió media vuelta.

Está acción tan brusca y repentina causó que su madre también comenzará despertar.

— Ma-mamá, ¿Por qué no llevas nada puesto? —

— ¿Hm? Pero llevo mis bragas osito — respondió sus madre mientras podía sentir como está alzaba las sábanas para inspeccionar.

— ¡Sabes a lo que me refiero! — remarcó enfadado y aún muy rojo.

— ¿Hm? Oh, esto — se mira los pechos al descubierto y sin temor o vergüenza alguna se le acerca para abrazarlo por la espalda.

El chico quería en ese momento apartarse, pero una parte de él se negó a moverse, sobre todo al sentir el sueve tacto de su mano en su pecho y los enormes senos en la espalda.

— Tú tampoco llevas nada arriba~ — declaró deslizando su mano desde su abdomen hasta su mejilla — Hacía mucho calor anoche y creí que así dormiría más cómoda, tú también parecías incómodo, así que te quite la camiseta — acercándose más a su oído le susurró, fue en ese momento que Lincoln no pudo más y se volteó para confrontar a su madre, pero está volviendo a tomar su mejilla le dió un rápido beso en los labios mientras sonreía — Buenos días~ — saludó triunfante dejando una vez más, totalmente rojo al chico que apartó la mirada.

— Se-será mejor que me levanté, ya es algo tarde — se excusó para sentarse en la cama y recoger su camiseta tirada a un lado. Su madre se giró hacía el otro lado para buscar su celular y mirar la hora.

— Cariño, son recién las ocho de la mañana... Uh, ¿Preparas el desayuno? Quiero comer tú comida~ — colocándose sobre la cama a cuatro patas como un perro o más bien una gata en celo se le acercó antes que se pudiera poner de pie al haberse colocado la camiseta — Se me antoja~ huevos y salchicha... Con un gran vaso de leche — susurró en su oído para después darle otro rápido beso está vez en la mejilla.

— ¿Te-te estás burlando de mí? Te recuerdo que somos madre e hijo, lo-lo de ayer jamás pasó, estaba confundido y cansado por el viaje y por todo, conocer tantas personas, e-es todo... — en un parpadeó se puso de pie sumamente nervioso, sosteniendo aún el rubor en todo su rostro, sus ojos casi eran espirales de confusión o mareo por el aumentó de su temperatura.

— Pero... ¿Te gustó? — preguntó ya que él a pesar de sus acciones no confirmó como ella lo que sintió con ese primer beso.

— Además, es claro que no cocinare, no quiero menospreciar la comida del señor Lynn o tú hermana, los dos han sido muy amables al recibirnos — tomando su ropa e ignorando su pregunta se marchó.

Una vez la mujer quedó sola en el ático exhaló con pesadez sintiéndose tan confiada como preocupada de haber arruinado la relación con su hijo, sabía que la mecánica que tenían no era exactamente la más común, pero siempre creyó que era sana o al menos muy cercana, pero no de manera romántica, sino más bien muy empalagosa y tierna. No obstante ya no podía seguir negando lo que le pedía su corazón, lo pedía a él, lo quería a él, lo deseaba a él y por encima de todo; lo amaba ahora solo a él.

Pero Rachelle sabía que esto estaba mal, lo entendía perfectamente, no era normal, no estaba bien, era inmoral, pero aún así no le importaba, sin embargo, tal parecía que a su hijo sí, ella lo conocía mejor que nadie, sabía perfectamente que él continuaba negando sus sentimientos hacía ella, trataba de ignorarlos, de dejarlos de lado y eso, le dolía, pero a su vez sabía que era lo correcto, le guste o no.

En el baño de la casa Loud por otra parte, Lincoln había decidido darse una ducha helada por el bien de su estado actual, tenía una enorme erección y no podía sentirse peor por ese hecho, su madre desde hace algún tiempo le provocaba sentimientos o deseos los cuales sabía eran imposibles de concretar o de tan siquiera imitar de alguna forma más sana, eran cosas que debía de bloquear al completo de su mente, pero era cada vez más difícil y su madre anoche cuando le confesó que le gustó su beso y el posterior que él mismo le dió no habían hecho más que acentuar el problema.

— Soy un verdadero asco, ¿Cómo puedo pensar eso? ¿Qué diría papá? Le prometí que yo cuidaría de mamá, que la protegería y... ¿Hago esto? Sin duda... Sin duda estaría decepcionado de mí, me siento un animal, no, peor que uno, sé que uno no decide a quien amar o lo que siente por otra persona, pero esto es diferente, esto está mal, simplemente mal... — dejando que el agua se lleve sus lágrimas se quedó quieto unos segundos bajo la ducha, llorando mientras apretaba dientes y puños con rencor hacia sí mismo.

Tras algunos minutos Lincoln finalmente salio notando así la fila que se había formado afuera.

— Oh, lo siento chicas. Buen día — saludó con una leve sonrisa a todas las que ya estaban en pie.

— ¡Hermanito! ¿Quieres leer cómics después de desayunar? —

— También podríamos jugar videojuegos juntos, hay una parte que no puedo pasar y... Me serviría algo de ayuda —

— ¡Lincoln! Ah, perdona por gritar es que usualmente todas se tardan... Jeje bueno quizás yo también, pero no te preocupes — se disculpó Lola la cual era la primera y al verlo se ruborizó un poco, sonrió y le indicó con gesto que todo estaba bien. Esto dejó sorprendida a más de una ya que Lola no era de disculpas o siquiera empatizar con el resto.

— Lola, ¿Te sientes bien? — preguntó Lana detrás de ella a lo que está rápidamente se giró mostrando una mirada de furia aterradora que hizo temblar a todas - Sí, estás bien, entendido - respondió tiritando su gemela.

— ¡Buen día chicas~! — entusiasta la madre de Lincoln también había bajado, llevando ahora por encima una camiseta gris holgada o al menos lo era en la parte de la cintura, ya que está parecía estar muy ajustada en su busto.

Lincoln no queriendo crear un momento incómodo o que alguna se hiciera una idea "errónea", se dispuso a ignorar todo lo ocurrido mientras nombraba a todas las presentes incluyendo a Lucy quien lo saludo de vuelta haciendo que todas dieran un grito, mientras que Luan antes que el chico se marché trató de hacerlo reír, pero esté se excusó en que tenía un poco de hambre así que bajaría primero.

Luego de desayunar con quién primero decidió pasar algo de tiempo fue con Lucy, algo le decía que ella lo necesitaba tanto como él, después de todo no pudo evitar notar como bajó la mirada con disgusto cuando todas gritaron.

— Hola Lucy, ¿Qué haces? — preguntó acercándose a ella que estaba sentada en el suelo, en un rincón de la casa.

La joven, al oírlo y más aún al ver cómo esté se sentaba a su lado tranquilamente quedó sorprendida, preguntándose como la vió o notó que estaba allí, varias de sus hermanas habían pasado y parecían ajenas a su presencia. Al recuperarse de la sorpresa bajó la mirada.

— Suspiro, solo leo un libro de rituales antigüos —

— ¿En serio? ¿Puedo verlo? —

— ¿Eh? — dudosa lo miró y luego su libro, temiendo por un instante que se lo quite como ya otras lo hicieron diciéndole que eran tonterías o cosas demasiado macabras, o lo que consideraba peor, que se burle y menos precie su contenido, riéndose además de ella, por leer ese tipo se cosas, por un momento aferró más sus manos al libro, pero, decidiendo le dar el beneficio de la duda se lo entregó, ya preparada mentalmente para lo peor.

Lincoln al recibir el libro lo examinó con cuidado, era lo que dedujo por lo que alcanzó a divisar de la portada, no eran como tal rituales peligrosos, sino más bien ritos religiosos o paganos en los que se rendía tributo a viejas deidades, mientras cambiaba de páginas vio una que llamó su atención.

— "Muralla que lo ocultas, golpeteo que suenas, donde la naturaleza cobra vida se encuentran las raices de la vida, bajo cielos crecen y bañados por la luz divina brotan. No puedes mezclarlos sin un calor intenso que los una" — leyó en voz alta.

— Es un ritual de in... —

— Es una bella metáfora de la medicina antigua — repasó su mano por la hoja en la cual también habían varios dibujos extraños. La chica quedó desconcertada, no entendiendo de lo que hablaba.

— Es para invo... —

— Mí padre también tenía esté libro en su biblioteca, recuerdo que siempre me dijo que aún con la ciencia; en la naturaleza yace la raíz de toda cura — sonrió nostálgico al recordar cuando su padre, en sus primeros años de vida le enseñó a leer precisamente esté tipo de libros.

— ¿Eh? Creí que se refería a una criatura —

— ¿Uhm? Jaja no, bueno, sí y no en realidad, estos libros veían a la medicina igual que al sol, la luna y el mar, como entidades. "Muralla" suele hacer alusión a áreas rocosas, "golpeteo" es un indicativo de que estás cerca, probablemente ambas hacen alusión a qué en una montaña, cerca de donde habitan pájaros carpinteros se hallan plantas medicinales. Por eso dice "las raices de la vida", cuando alguien a punto de morir, para estándares de la época, osea hasta por un resfriado o cosas así, ellos veían a las plantas como dadoras de vida, y solían llamar a esos lugares "donde la naturaleza cobra vida" — le explicó con mayor claridad dejando más que impresionada a la chica.

— Entonces... ¿Solo es un libro de medicina antigua? — preguntó un poco decepcionada a lo que Lincoln fue lentamente cambiando páginas mientras leía por encima el contenido.

— Bueno, tiene ciertamente algunos rituales extraños para la cosecha, alejar a los malos espíritus y otros que... Bueno, son de un pensamiento propio de la época — aceptó más no con gusto cerrando el libro antes de devolverse lo.

La chica lo retomó, pero en lugar de abrirlo para continuar lo observó intrigada, aguardando alguna broma, burla o palabra de desprecio.

— ¿Pasa algo? — preguntó Lincoln.

— ¿No dirás nada? — cuestionó cabizbaja.

— ¿Quieres que diga algo? —

— ... ¿Puedes quedarte aquí un poco más? —

— Seguro —

Tras decir esto la chica tomó el libro entre sus brazos y se dejó caer en su hombro, quedando apoyada en él sintiéndose reconfortada.

Pasado varios minutos la chica se animó a preguntar.

— ¿Crees que soy rara? —

— Bueno, sí, eso es lo genial de tí —

— No te burles —

— Je. ¿Crees qué yo soy muy normal? Pero me siento cómodo siendo raro, es quien soy... — por un momento casi se ahogó con sus propias palabras al recordar lo pasado en la mañana, no era del todo cierto lo que acababa de decir.

— En mí familia yo siempre he sido la rara — admitió con pesar.

— No te ofrendas, pero Lori no me parece muy normal, Luna es muy, pero muy ruidosa y Luan no ha dejado de decirme chistes o intentar hacerme alguna broma, no sé exactamente qué busca —

— Suspiro, ella es así —

— Oooh~... Y... ¿Para tí eso es normal? —

— ... No lo sé, ¿Supongo? —

— ¿Qué es realmente algo normal? Puede ser muchas cosas, pero yo creo que no una persona, saber comportarte no es ser normal, es ser educado, hablar con calma o saber expresarte no es ser normal, sino ser respetuoso, tener el suficiente común para comportarte acorde a la situación no es igual a dejar de ser quien eres, mamá me solía decir que cada persona es un mundo, por eso para mí cada quien es normal a su manera, Luna es ruidosa y le gusta hablar con ese cento inglés; para ella eso es normal y, honestamente me agrada. Luan hace chistes o bromas que me dan la impresión de que no sabe cuando parar, pero durante la comida fuera de uno que otro chiste mantuvo el respeto en la mesa, para mí ella es educada y su actitud es normal en ella — comentó usando de ejemplo a las Loud que le parecieron más efusivas o apasionadas.

— Creo... Que tienes razón — admitió Lucy quien nunca lo había visto de esa forma.

— Ser normal, es ser quien tú eres y aceptarte como tal, claro, no significa que no puedas mejorar y ser alguien mejor más adelante, pero no por eso debes cambiar quien eres, es... Un poco complicado de explicar, pero mí punto es; que no tienes porque sentirte mal, tus gustos no te hacen rara, te hacen especial, y deberías aceptarte como eres Lucy — colocándose de pie acarició su cabello antes de retirarse, pero en el momento en que se iba; repentinamente la joven lo abrazó por la espalda. Haciendo que esté quedará shock  brevemente al recordar el abrazo de su madre en la mañana, por esté recuerdo bruscamente se iba a apartar, pero entonces una simple palabra lo detuvo.

— Gracias — pronunció casi como un susurró la joven gótica que se aferró un poco más a él, mientras que esté detuvo sus manos para apartarla y las llevó a las de la chica para tomarlas como con gran cariño.

— De nada, sí necesitas hablar o algo, estoy aquí para tí — sus palabras hicieron que está sintiera un extraño cosquilleo en su interior, una peculiar sensación brotó desde lo más hondo de su corazón y sin darse cuenta, no solo estaba sonrojada además, estaba sonriendo como nunca lo había hecho.

Cuándo Lincoln iba finalmente a reanudar su paso, Lucy se lo impidió nuevamente, pidiéndole que se quede con ella un poco más y, como razón, le dijo que quería narrar le sus poemas, a lo que esté intrigado aceptó.

Ambos permanecieron juntos hasta la hora del almuerzo para disgusto de Liberty, Lily y Lana que también deseaban pasar tiempo con él, pero no tuvieron ni tiempo de pedírselo ya que Lisa le pidió su asistencia luego de comer, cosa que esté aceptó.

Una vez en el cuarto de la joven científica ambos comenzaron a dialogar o discutir diferentes aspectos, ecuaciones, teorías o postulados tanto ajenos como propios mientras bebían un poco de té por sugerencia de Lincoln.

— Ah~ lo admito, en definitiva esto calma y despeja mis pensamientos e ideas — declaró muy contenta la joven científica.

— Te lo dije, cuando trabajo por muchas horas en lugar de beber café o algo así prefiero una taza de té y una siesta, es lo mejor — afirmó antes de terminar de beber.

— Es increíble que a pesar de todo lo que administras, supervisas, investigas o desarrollas puedas permanecer tan... -—

— ¿Fresco? —

— En realidad quería utilizar un término menos vulgar o... —

— Lisa, no hay nada de malo en expresarte de forma "común", de hecho es hasta algo más saludable ya que sí usas todos esos términos técnicos, científicos o matemáticos para entablar una conversación solo harás que la gente que no está familiarizada con la ciencia se aleje de está, ya sea porque los haces sentir tontos, ignorantes o que es demasiado complejo para ellos, el ideal de un buen científico en mí opinión; es acercar a la gente a esté mundo mostrándoles tanto las ventajas como beneficios que ofrece la ciencia, no alejarlos para sentirse superiores o más inteligentes que el resto, cierto, incluso entre la gente ignorante hay quienes desean sentirse superiores con ideas absurdas, condescendientes, redundantes o más propias de un animal que de un ser pensante, pero bueno, idiotas hay en todos lados lamentablemente, entre genios e ignorantes por igual — declaró con naturalidad mientras tomaba unos papeles.

— Supongo que tienes razón... A veces es frustrante que no comprendan los términos que para mí son de lo más simples, pero... Qué pensándolo bien ha provocado cierto rose entre mí familia y la ciencia que tanto amo — admitió la joven científica pensando en cómo cada vez que quería hablar o tocar el tema científico sus hermanas solían alejarse o colocar una cara como la que ponen cuando Luan dice un mal chiste.

Viendo que sus palabras parecían haber afectado negativamente el ánimo de la joven, decidió que lo mejor sería cambiar el tema utilizando los papeles tomados.

— Tú informe sobre los patrones climáticos y alteración artificial del mismo por medio de la liberación de químicos no dañinos para el medio ambiente es fascinante, aunque soy mayor admirador de tú trabajo en la producción de energía y robótica, creo que son tus mejores áreas — comentó volviendo a dejar los papeles en la mesa.

— Te lo agradezco, en realidad esté lo trabajé solo para demostrar mí punto sobre la falta de productividad y descenso de actividad neuronal por la falta de clases en época invernal, más que nada porque es algo molesto el intentar trabajar con todo el alboroto —entre cerrando los ojos se quejó al pensar en más de una ocasión donde alguno de sus experimentos salió mal, y no precisamente por su culpa o algún error de cálculo.

— Bueno, es entendible. Aún así creo que eres muy afortunada, tienes una gran familia que te quiere y apoya, claro, seguro que en más de una ocasión te han dado problemas, pero es lo que significa estar en una familia, personas que por más que te puedan fastidiar, molestar o alterar, aún sí discuten o se enojan entre ustedes; llegados el momento de la verdad son con quienes siempre podrás contar, quienes te brindarán abrigo, refugio, un oído comprensivo y claro, mucho amor — como con Lucy, abruptamente los recuerdos volvieron a él. No sabía cómo definir ahora lo que sentía por su madre, era amor claro está, pero no el sentido en el que iba dirigido.

Lisa por su parte no se percató de la extraña reacción de su invitado ya que también pensaba detenidamente en sus palabras, dándose cuenta de que tal vez debía de valorar más con quienes habitaba y de hecho, también debía de valorar un poco más a las amigas que tenía, después de todo también las consideraba casi de su familia.

Luego de su plática los dos jugaron al ajedrez un rato hasta que Lola los interrumpió, irrumpiendo en la habitación. La joven de largo cabello rubio deseaba también pasar algo de tiempo con Lincoln para conocerlo mejor. Esté sin vacilación aceptó, de entre todas está era una de las que mayor curiosidad le generaba. Siempre parecía balancearse entre las olas de mares opuestos, amable, refinada y cariñosa; contra despiadada, caprichosa y gruñona. Por lo que vió esto como una oportunidad de evaluar quién era en verdad Lola Loud, algo que sin que esté lo supiera ella también quería hacer con él, no desconfiaba como su hermana Lori, pero sí quería comprender más a la persona que tenía ahora siguiéndola a su habitación, alguien con más clase e importancia de la que pudo haber imaginado conocer alguna vez, al menos a tan temprana edad, un joven el cual con confianza podría ir a los más finos banquetes, a las más elegantes fiestas y codearse con la gente más importante del mundo, y aún así, prefería una vida más "común".

Cuando está preguntó durante el almuerzo de ayer sí tenían sirvientes tanto ella como su madre se encogieron de hombros diciendo que les parecía innecesario, ambos podían encargarse de la limpieza juntos.

Cuando les preguntó porque venían en un taxi como sí fuera lo más obvio del mundo esté le dijo que tenía 13 años y su madre admitió que conducir le colocaba algo nerviosa.

Al preguntar por los platos que estos solían comer en casa ambos respondieron platillos normales o incluso algunas veces admitieron comer comida rápida ya que les gustaba.

Para Lola no tenía sentido, no era lógico, no era natural, quería saber por qué, por qué hacían eso, claro, las palabras de Rachelle aún estaban grabadas en su memoria, pero aún así no le pareció suficiente, quería saber más, quería ir más allá.

Una vez en la habitación que compartían ella y su gemela, está le pidió que se sentará. Lincoln vio como en el centro estaba colocada una pequeña mesita con sillas alrededor, en algunas se encontraban animales de peluche fungiendo de invitados supuso.

Tomando asiento Lola no dejó de prestar atención a cada mínimo detalle, sus modales y etiqueta eran implacables incluso en la más banal de las acciones; sentarse, luego acomodó los brazos sin posar los codos y con la espalda recta. A la chica no le cabía la menor duda, con la ropa adecuada sería un verdadero principe, no, sería incluso mejor que cualquiera de los que había visto en libros o películas.

Siguiendo su ejemplo ella se acercó mostrando su gracia al caminar y elegancia al acomodarse, pero antes de sentarse esté se paró para su sorpresa.

— Que modales los míos, permítame — colocándose a su lado le movió la silla, su tono, su expresión, su postura, Lola sentía que su corazón saltaría de su pecho, pero manteniendo la computadora agradeció y se sentó.

Una vez ambos estaban sentados la chica le ofreció un poco de té, para platicar. También ofreció unas galletas que tenía preparadas.

— Cuéntame Edevane, ¿Qué te ha parecido tú estancia? Apenas es el segundo día, pero me gustaría conocer tú opinión — preguntó para luego sorber un poco té.

Lincoln limpiándose con una servilleta las migajas por haber primero comido una de las galletas la miró.

— Ha sido una experiencia gratificante, el que mí madre vuelva a hablar con su hermana me llena de regocijo, al igual que el haberlas conocido —

— ¿De verdad? Creo que a veces podemos ser un poco escandalosas, ¿No te parece? —

— Ciertamente sí tuviera que trabajar aquí sería un martirio — sin tapujos admitió mirándola a los ojos, esto por alguna razón hizo sentir un poco mal a Lola que apartó la mirada sintiéndose avergonzada — Pero es precisamente esté ambiente algo caótico lo que me mantiene contento, no es artificial ni riguroso, no es falso o exagerado, no son máscaras como las que he conocido, al menos; en el caso de las demás — sonrió perspicaz mientras bebía un poco de té con una media sonrisa en sus labios.

La joven rubia en ese momento casi vaciló al tomar su taza, con un solo comentario había logrado volcar la situación de la que creía tener el control.

— No-no sé a qué te refieres... —

— Ah fingir ignorancia, eso funciona cuando te crees tú propia mentira, pero tú a diferencia de la gente ingrata, soberbia y despreciable que he conocido; veo que sí te conoces a tí misma y eres una mejor persona de lo que quieres mostrar —

— Yo... Yo no... — titubeó nerviosa

— Me invitas porque quieres entenderme, pero en verdad deseas entenderte, sientes que tienes más clase y estatus que tú familia, que eres "más" que ellos, pero tienes miedo de que sea cierto, porque no quieres apartarte de ellos; Lola Loud, la joven promesa del mundo de la belleza, modelaje y las pasarelas teme quedarse sola, teme que al conseguirlo todo, se de cuenta que perdió todo también —

— Eso... Eso no tiene sentido... — entrando casi en pánico respondió, se sentía acorralada.

— ¿No lo tiene? Tú comportamiento aburre y sabes que no les agrada, pero como tú familia; te siguen apoyando y queriendo, pero, ¿Y en el futuro? ¿Siempre será así? Temes que al codear te con gente como con la que yo he estado acabes siendo tan vacía y superficial por dentro como lo aparentas por fuera, y eso, te deje estando sola —

La chica negaba entre murmullos mientras cabizbaja apretaba con sus manos el borde de la mesa, no queriendo reconocer sus palabras como ciertas, ella no le temía a nada, no le preocupaba nada más que su belleza, esa era la verdad, eso era lo que la llevaría a la cima.

En eso, siente como alguien la abrazaba por espalda con suavidad, era Lincoln, a quien ni siquiera notó cuando se levantó.

— Tú eres mejor que esa gente Lola, puedes ser la número uno, incluso la más hermosa de todo el mundo y seguir siendo quién eres, no estás sola, no las dejes solas, yo... Yo dejé muchas cosas de lado... — al decir esto, la joven sintió como algo caía en su ropa, y al girar su vista vió la expresión de arrepentimiento que tenía en sus labios, sus ojos cerrados no impedían que las lágrimas fluyan por sus mejillas y finalmente el agarre de su abrazo se intensificó un poco.

La chica se puso de pie haciendo que esté se aparte para poder soltarla, pero antes de hacerlo dejando caer a un lado la silla que los separaba Lola lo abrazó de frente y se aferró a él.

— Sí le dices a alguien que lloré o te abracé haré que te arrepientas, ¿Entendido? Esto nunca pasó — amenazó sollozando en su pecho.

Lincoln ante tales palabras bufó conteniendo su risa y correspondió el gesto acariciando su espalda.

— Mis labios están sellados —

— Bien... Porque... Tú no estás solo, ¿Entendiste? Yo estoy aquí sí necesitas hablar también — finalmente, ante las emociones que estallaron en su interior la verdadera naturaleza de Lola salió a luz, una la cual solamente Lana había tenido la oportunidad de ver en más de una ocasión, pero ahora, había alguien más que pudo verla, y ella no podía estar más contenta de que fuera él.

Luego de estar un par de minutos así ambos se limpiaron las lágrimas, Lola tenía parte de su maquillaje corrido, pero luego se secarse prácticamente en cuestión de segundos ya se había arreglado dejando impresionado a Lincoln que vio como está se inspeccionaba con su espejo de mano cuando por el reflejo se percató de su mirada de asombro causándole un poco de gracia.

— ¿Qué? — cierra el espejo y lo guarda — Una dama debe de estar bien preparada para una emergencia y conocer bien su rostro para lograr estar presentable aún sí está oscuro — afirmó ya que había dominado el arte de maquillarse velozmente con el pasar de los concursos, aunque lograr esté nivel le tardó cuatro años.

— Jaja ya veo, ¿Y qué te gustaría hacer ahora? — le preguntó calmadamente.

— ¿Eh? Tú... ¿Quieres seguir pasando tiempo conmigo? — preguntó un poco escéptica.

— Seguro, me divertí contigo y creo que un paseo ayudará a bajar las galletas, ¿No crees? — le tiende la mano con una expresión más risueña mostrando sus brillantes colmillos.

— Sí-sí... Un paseo... Eso sería espléndido — contestó para tomar su mano — No-no podemos ir lejos, pero... Al menos podría mostrarte los alrededores — sugirió un poco apenada.

— Con eso basta para mí, después de todo es solo mí segundo día aquí — concluyó antes de comenzar a caminar, jalando la por un momento hasta que está se ganó a su lado.

Rita y Rachelle quienes se encontraban en el comedor revisando los álbumes de fotos fueron avisadas por Lincoln, quien les dijo que Lola lo llevaría por la zona para que pueda ubicarse por sí mismo, ninguna de las dos tuvo algún problema al respecto.

Cuando ambos se marcharon Lori se apresuró a ir con Lisa, diciéndole que sí tenía algún robot, máquina o algo para seguirlos a lo que su hermana menor rodó los ojos.

— No tienes de que preocuparte Lori, Lola tiene un... — al darse cuenta de que probablemente lo que diría su hermana no lo entendería, decidió aplicar el consejo de Lincoln — micrófono con cámara y rastreador integrado en su tiara, podré monitorear sus movimientos en todo momento — detalló la científica sin parar de escribir en su computadora.

— Bien hecho Lisa, no dudes en avisarme cualquier cosa — empuñó la mano con una sonrisa antes de marcharse.

Una vez sola nuevamente exhaló negando con la cabeza.

— Para ser tan cautelosa es bastante crédula, ni siquiera me pidió alguna prueba — dejando de escribir repasa las grabaciones en las que se veía a Lincoln con Lucy, Liberty y Lily, además de las de ayer en las que platicó un poco con Luna y Luan o cuando compitió con Lynn — He decidido que mereces al menos un voto de confianza aunque... — tecleando un poco revela otra imagen en la que esté estaba en la ducha en la mañana.

Debido al ángulo no podía ver con claridad su rostro y saber cómo se sentía o tener alguna pista de ello, pero por alguna razón su corazón le decía que en ese momento él no se encontraba bien. Esto la preocupaba, pero al ver por tanto tiempo la imagen un tenue rubor se formó y, cambiando de imágen vio una de esté una vez salió, haciendo que su rubor aumente a cada segundo, no pudiendo dejar de mirarlo.

— Es... Sin duda Alguien que se ha cuidado, su musculatura confirma su desempeño en las áreas que nombró, y... Sin lugar a dudas está... — traga saliva — Muy bien dotado — terminó de decir para sí misma antes de quitar todas las imágenes de la pantalla.

Luego de volver.

Lincoln entró al hogar riendo un poco debido a las graciosas historias de Lola y sus concursos, nunca imaginó la cantidad de desastres o problemas que podían llegar a generarse en esos lugares, en un inicio estaba un poco molesto cuando ella le contó de su actitud con las otras participantes, pero tampoco la juzgó, le comentó que más o menos sabía lo salvaje que podía llegar a volverse la competencia, ya más de una vez lo había escuchado en una que otra reunión donde madres y padres solían presumir a sus hijas o no dejaban de hablar de como arrasaron con la competencia. Así que incluso le ofreció algunos consejos para ser más despiadada, pero a su vez amable sobre todo con las nuevas, cierto, podían ser competencia o rivales a futuro, pero era mejor tenerlas de su lado, entre más aliadas tuviera y más estás la vieran como amiga y no como enemiga, le sería no solo más fácil ganar, también haría que las demás no quedarán con rencores o resentimientos, lo cual en algún momento podría llegar a serle de utilidad.

— Jajajaja no puedo creer que en menos de quince minutos lograste traer todas las cosas que Lana quería para la fiesta —

— Bueno, detesto ensuciarme y esos colores tan... Agh... Pero... Detestaba más verla triste, y al final igualmente la pasé bien, desde entonces hemos logrado equilibrar más nuestras fiestas, ¿Sabes? Me encantaría que estuvieras conmigo en mis siguientes cumpleaños — comentó entre risitas mientras envolvía su brazo alrededor del suyo y el otro lo posaba en su pecho.

— ¡E-jem! — un tosco tosido frente a ellos los detuvo.

— Oh, Liberty. Por favor muévete, Lincoln y yo vamos a... —

— ¿Lincoln y tú? No, no, no, yo iba a jugar con él desde hace, ¡Una hora! —

— Ay es verdad — se llevó la mano a la frente alzando la vista maldiciendo sé por su descuido — Cuánto lo siento, Lola quiso tomar una calle cercana y por un momento se confundió así que estuvimos algo perdidos — se excusó.

— ¿Lola? ¿Lola se "perdió" por una calle cercana? —

— Le pasa hasta a las mejores reinas Liberty, supéralo — desestimó su sarcasmo dispuesta a avanzar con Lincoln, pero cuando pasaban por el costado de está, ella agarró el otro brazo de Lincoln haciendo que se detengan.

— Lincoln estará conmigo ahora, ¿Verdad? — dándole una mirada muy tierna el chico luego miró a Lola que le dirigía una mirada fulminante a su hermana, pero al percatarse de que esté la miraba inmediatamente lo miró haciendo un puchero.

— Ah... Bueno... Yo... —

— ¡Hermanito! — exclamó alegre la pequeña bajando rápidamente las escaleras y saltando a sus brazos, permitiéndole así liberarse de ambas.

— Lily jeje ten cuidado, bajar rápido es peligroso —

— No es peligroso sí tú me esperas abajo — afirmó muy tiernamente la pequeña.

El chico no podía creer lo adorable que podía llegar a ser, llegaba hasta dar algo de miedo.

— ¿Jugamos juntos? Quiero enseñarte mis cómics favoritos, ven vamos — bajando sé de sus brazos no le dió tiempo ni de responder, siendo rápidamente dirigida por ella arriba.

Sus hermanas mayores por otro lado se quedaron ahí paradas con la mirada en blanco.

— Traidora —

— Mosquita muerta —

"No puedo creer que me lo ganará"

Dijeron ambas a la par para luego mirarse incrédulas.

— Ajá, ¿Disculpa? ¿"Ganarte lo", a tí? — enfatizó Liberty muy molesta.

— Naturalmente. Esto no abría pasado sí no me hubieras bloqueado el paso, ahora sí me disculpas iré a mí habitación — con un movimiento de cuello agitó su cabello antes de retirarse dejando a una enfadada Liberty sola.

No obstante la joven albina no se rendiría, después de todo a diferencia del resto, ella y Lily compartían muchos de sus gustos y pasatiempos, por lo que no sería raro o incómodo que quiera pasar tiempo con ella, y sí de casualidad Lincoln está allí también pues, sería una victoria secundaria.

Así Liberty fue con ambos para pasar tiempo juntos, leyendo cómics los tres mientras platicaban hasta que la hora de cenar llegó.

Lincoln iba a ofrecerse a ayudar a preparar la cena, pero en eso escucha un quejido de molestia provenir del cuarto de Luna y Luan, por lo que al ver la puerta abierta decidió acercarse, viendo como sentada encima de un amplificador la rockera de la familia con guitarra en mano farfulla para sí misma.

— ¿Luna? —

— ¡Ah! Ah, eres tú... ¿Qué hay? — no le prestó mucha atención y su voz parecía indicarle que lo mejor era retirarse, pero aún así entró.

— Te escuché maldecir así que quería saber sí te había pasado algo — comentó acercándose a ella, pero manteniendo una distancia prudente. No era ajeno a lo que podía ser una persona que se sentía frustrada o molesta, él mismo en más de una ocasión cuando se veía superado por el trabajo, los informes, los cálculos y demás, solía agarrarse la cabeza para frotarse el pelo con desesperación, gritando o quejándose con todo aquel que le moleste, incluso a su madre le pedía lo mejor que podía que no se metiese.

— ¿Te importa? O más bien, ¿Sí quiera crees poder ayudarme? — desafío con hostilidad, corroborando lo que él pensaba, sí se le hubiera acercado demasiado probablemente se hubiera sentido presionada para hablar o furiosa por su intromisión.

— Bueno, quizás no pueda, pero al menos sí hay algo que te preocupa me gustaría saberlo — lanzó una conjetura errada para que ella tomara una de dos opciones, lo corrija diciéndole lo que le pesa en verdad o por el contrario guardará silencio, aunque también estaba el peor de los escenarios; que le pida que se largue de una vez quizás arrojando algo en el proceso.

— Hmph. Nada me preocupa tonto, es solo... — chasquea la lengua con frustración — Nos faltan canciones debido al idiota que engañó a mí amiga, ahora no solo somos uno menos, también necesitamos dos canciones nuevas porque el maldito participará, pero tocando esas canciones, ¡Que compusimos entre todos! Agh. Y son mínimo cuatro canciones, es un regla estúpida — se quejó lanzando acordes fuertes con su guitarra.

— ¿No puedes usar alguna antigua? —

— ¡Sí pudiera no me estaría quebrando la cabeza! —

— Cierto, cierto, pero... ¿Qué tal una que hace años no toques? Ya sabes, una que usarás de borrador o que dejarás de lado, quizás ahora puedas completarla —

— ¡Eso...! Eso es... De hecho no es mala idea... — poniéndose de pie rápidamente va a su armario del cual varios papeles comienzan a salir volando esparciendo sé por todos lados — ¡Aquí! — sentada de rodillas la chica tomó una antigua canción que jamás terminó.

Acercándose un poco al ver que sonrió con nostalgia al tenerla entre sus manos, con curiosidad observó la letra.

— No era Rock exactamente... La compuse a los diez para animar a una de las chicas, pero cuando Luan hizo todo su número cómico la dejé lado y... Me centré en otro tipo de letra — recordó con una pequeña sonrisa, Lincoln se dió cuenta que sus palabras no iban dirigidas para él, sino a sí misma, esto lo hizo sonreír, definitivamente aún sí dejó la letra o el estilo de lado; ella había puesto su corazón en la canción.

— Bueno... Ahí ya tienes una —

— ¿Qué? Oh, no, no podría... Es rara y un poco simple, digo, no es la gran cosa, seguro que a mis amigas no les agrada —

— Yo creo que les encantará, por algo te escogieron como su vocalista principal y te han seguido todo esté tiempo, estoy seguro que ellas también tienen talento, pero tú le pones también el corazón —

— Yo... Wau, yo... Gracias... Bro — sonrió con genuina gratitud sobre todo al sentir la mano del chico posada sobre su hombro.

— De nada, ahora vamos. Luego puedes seguir con esto y... Ordenar, ahora vamos a ver si la cena está lista —

Al escucharlo Luna finalmente vió todo el desastre que había dejado.

— Oh viejo, Luan me hará bromas pesadas durante una semana sí no ordeno todo esto antes de dormir —

— Está bien, sí necesitas ayuda lo haré contigo —

— ¿En serio? —

— Seguro, todo sea por la futura estrella del Rock — respondió dándole una gran sonrisa mostrando sus colmillos y, acariciando su cabello.

— Jajajaja basta... Se supone que yo soy la mayor — riendo trató de apartar sus manos.

Luna finalmente se había relajado al estar con Lincoln, no sabía el por qué, pero algo le decía que él era muy diferente a lo que pensó que sería, aún no habían convivido lo suficiente, pero por primera vez genuinamente deseo hacerlo, quería conocerlo más, aprender más de él, de quién era y de ser posible, compartir sus gustos musicales con él.

La cena ahora transcurría con total naturalidad para la familia Loud, ruidos, eructos, sonidos al masticar, conversaciones o pequeñas discusiones acompañaban la comida. Lincoln se había sentado en está ocasión junto a Lisa y Lucy con quienes sostuvo platicas por separado aunque, usando bases científicas así como hechos para hablar de rituales o experiencias sobrenaturales logró hacer que platiquen entre ellas, esto lo hizo suspirar aliviado hasta que se dió cuenta del nuevo problema, ahora ambas buscaban el apoyo de Lincoln para sus posturas, dejándolo atrapado en medio literal y figurativamente.

— ¿No deberíamos ayudarlo? Ellas parecen molestas — preguntó en un susurró Lily a su hermana mayor.

— ¿Él no quiso sentarse junto a ellas? Pues que ahora se aguante — sentenció Liberty con un puchero mientras comía, ignorando lo que pasaba a su alrededor.

En eso el padre las chicas se pone de pie para dar un importante anuncio, y es que hoy en la oficina se le confío la tarea de participar en un viaje de negocios a una sucursal de la empresa en Florida. Por lo que estaría ausente durante las siguientes tres semanas.

La noticia fue muy bien recibida por su esposa quien lo felicitó, por lo visto haber acudido el Domingo de manera tan espontánea lo había dejado bien colocado ante los ojos de sus superiores, por lo que decidieron tomarlo en consideración para esté viaje en el que se embarcaría mañana en la mañana. Por otro lado sus hijas también lo felicitaron y aplaudieron ya que estaban realmente contentas por su padre. Y con está gran noticia junto a la salida al centro comercial mañana por la tarde la cena concluyó para fortuna de Lincoln. Aunque luego de está Lucy se mantuvo siguiéndolo un rato, y cuando esté le preguntaba la razón ella solo decía que debía de ir en la misma dirección, excusa válida hasta que él decidió salir al patio trasero.

— Está bien, una cosa es seguirme dentro de casa, ¿Pero afuera? Lucy, sí me querías decir algo en privado podías decírmelo, ¿O acaso pasó algo? — intentando no enfadarse al final concluyó aligerando el tono de su voz, preocupado de que realmente fuera eso último y no se hubiera dado cuenta.

— Suspiro... No te sigo, es coincidencia —

— ... No, no, no, no. Coincidencia es toparnos en un lugar como la cocina, la entrada del baño, la entrada principal o incluso la del patio trasero, ¿Pero esto? Esto está lejos de ser coincidencia, vamos Lucy, cuéntame qué ocurre — acercándose un poco a ella con expresión afligida le toma las manos.

— Yo... Yo... Ha-hay una nueva cafetería dó-dónde puedes recitar tus poemas y... Q-quería saber si-si irías conmigo — con gran dificultad planteó lo que deseaba, el que ahora sus manos fueran sujetadas por él le dió el valor suficiente para lanzar al fin la pregunta, mas no el suficiente para dejar de temblar o balbucear al hablar, de hecho empeoró esto último ya que se sentía tan nerviosa como ansiosa por la respuesta.

— ¿Una cafetería dónde puedes recitar tus poemas? Oh, son esas que tienen como un pequeño escenario en un rincón o algo así, ¿Verdad? Jamás he ido una, claro, me encantaría ir contigo — sonriendo la soltó de las manos para volver a dentro — Será mejor que volvamos, no quiero agarrar un resfriado y empieza a hacer algo de frío, tú igual debes entrar Lucy — pidió estando ya en la puerta, mientras que la chica aún seguía parada en el mismo lugar con una sonrisa boba en su rostro y un rubor en sus mejillas.

— ¡I-iré enseguida! — exclamó más alto de lo que lo había hecho en mucho tiempo.

A la hora de dormir.

Todas ya se encontraban en sus habitaciones, la mayoría con enormes sonrisas acurrucadas en sus camas, deseando el siguiente día para seguir divirtiéndose con su nuevo primo al cual ya le tenían un gran aprecio y otras; un gran cariño.

Pero por otra parte en el ático se vivía un momento tenso entre Rachelle y Lincoln, nuevamente ambos sentados en lados opuestos sin querer mirar al otro.

— Osito... ¿Prefieres qué duerma abajo? — preguntó arrastrando con pena sus palabras.

— Mamá, sí alguien debería hacerlo sería yo además, esto... Esto no es tú culpa —

— Pero yo fui quien... —

— No, digo... Esto, yo, en el fondo... Siempre supe que pasaría algún día, solo... Solo no creí que tendría tantas dudas al respecto — confesó bajando la mirada.

Desde el día que comenzó a ver de vez en cuando a su madre como mujer supo que un incidente como esté era una posibilidad, pero siempre creyó que estaría mentalmente preparado, solo negaría lo que sentía o se daría cuenta que estaba mal y por tanto finalmente se sacaría esos sentimientos prohibidos de la cabeza, pero no pasó ni lo uno ni lo otro.

Su mente puede haber estado preparada, pero no sus emociones, sus sentimientos estallaron en el momento en que la besó, cierto, pudo ser racional y apartarla, sin embargo, una fuerte parte de él de la cual no era consciente hasta ese momento quería abrazarla para que no se aleje y profundizar más el beso.

Su madre por otro lado vivía una batalla interna similar, no podía negarlo, se había enamorado de su hijo, él siempre la protegió y la defendió, la ayudo o la asistió cuando lo necesitó, siempre fue dulce y comprensivo, sabía que en toda regla su hijo se había convertido con él tiempo en un gran partido para cualquier mujer, pero a su vez eso precisamente la mortificaba, el pensar que algún día se aleje de su lado con alguien más; simplemente no podía aceptarlo. Aún amaba a su esposo, y se preguntaba como la miraría sí supiera esto, no era alguien que insulte o grite al resto, pero se preguntaba sí con esto haría tal excepción, seguro se sentiría decepcionado, asqueado o enfurecido, pero aún pensar en ello la molestaba, por qué debería de sentirse tan mal por amar a su propio hijo, él, el hombre que amó había fallecido y debido al estatus, recursos e impresionante cantidad de dinero que poseían estaba claro que de tener algún pretendiente era más probable que esté fuera por su dinero o lo que sentía era peor, solo por su cuerpo.

La sola idea de ser utilizada la indignaba y hacía sentir asqueada más que el qué dirán de sus sentimientos prohibidos. No quería fardar, pero era una mujer de gran belleza, una piel suave como terciopelo, un cabello fino como la seda y una figura que era digna de cualquier diosa de la mitología.

— Mamá — llamó el joven mientras giraba su vista hacia ella, cortando así la línea de pensamiento de su madre quien también giró su vista hacía él.

— ¿Sí cariño? —

— Escucha, sé que... Esto fue raro e intenso, que tal vez nos dejamos llevar por el momento y que no fue realmente nuestra intención... — la mujer no podía ni creía cada palabra que salía de la boca de su hijo, aún cuando estaban claros sus sentimientos, los de ambos, él a pesar de ello estaba dispuesto a fingir que nada de esto pasó, atribuyendo lo a algo del momento, solo un simple error por las circunstancias.

La mujer no continuó escuchando sus palabras, solo se subió a la cama, él, sumergido en su explicación ni se percató de como está se iba a acercando hasta que ya estaban frente a frente. En ese instante se detuvo y tragó saliva, podía ver perfectamente su reflejo en los ojos de su madre así como ella veía el suyo en los de su hijo.

Entonces, la mujer tomó la mejilla de Lincoln, esté miró con un poco de nervios tal acción y luego la miró nuevamente a los ojos.

— Ma... — antes de acabar nuevamente fue besado, está vez, con mayor pasión por su madre.

La mujer lo besó e incluso introdujo su lengua para explorar la boca de su hijo. Él aunque tardó; terminó por aceptar e imitar la acción de su madre explorando así su interior, ambas lenguas danzaban en la boca del otro hasta que por la falta de aire se separaron, los dos agitados, con un gran rubor en sus mejillas se miraron jadeando, aún sus lenguas afuera deseando volver a conectarse.

— Lo mío no fue un error ni un momento osito... Ah... Ah... Yo... Te amo — sin darle oportunidad de responder lo volvió a besar apasionadamente.

____________________________________________

Espero les haya gustado esté nuevo capítulo.

Lamento no haberlo subido antes, pero he estado algo ocupado estos días. Ahora sí, sin más que decir me despido, un gran saludo a todos y nos vemos pronto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top