Capítulo Veintidós

Seokjin sintió alivio, cuando Hoseok sólo rio por el teléfono, cuando le explicó lo que necesitaba. Estaba un poco preocupado porque su amigo se enfadaría. Después de todo, podía interpretarlo como una falta de confianza. Sin embargo, el alfa había entendido la preocupación, que básicamente tenía Namjoon. Seokjin estaba seguro que su hermano estaba equivocado y que debía haber cualquier otra explicación para todo lo que pasaba. Ahora manejaba a casa. Quería estar con su omega y aferrarse a todos sus aromas. Eran más de las siete. Hoseok le había prometido que le enviaría todo por correo. Todavía estaba en la clínica y no sería molestia para él buscar los antecedentes.

Cuando llegó a casa, respiró profundo. Se lavó las manos y fue directo al nido. Jungkook estaba escribiendo su diario o bitácora de embarazo, envuelto en su mantita preferida y con sus pies en alto.

—¡Llegaste cariño!, ya te estaba extrañando demasiado —. El omega extendió sus brazos y estiró sus labios para que su alfa lo abrazara y besara. Y eso fue exactamente lo que hizo. Se aferró a su Kook que estaba calentito y que olía delicioso. Sus labios estaban humectados y era tan placentero sentirlos en los suyos. Le gustó como el omega abrió su boca y jugó con su lengua. Sólo ese pequeño acto, calmaba toda su ansiedad. Cuando al fin dejó respirar al omega, dejó un suave beso debajo de su oreja.

—Lamento haber demorado. Namjoon siempre tiene demasiadas cosas que decir. ¿Tus pies, están bien?

—Está bien que pases tiempo con tu hermano. Estuve traspasando muchos datos sobre el embarazo. Mis pies están bien. Hoy en la oficina, los tuve todo el tiempo en alto—. Seokjin comenzó a masajearlos, mientras su omega hablaba—oh...aunque si consigo más de ese masaje, podría decirte lo mucho que me molestan...

Seokjin le sonrió. Tenía sus dedos calentitos. Los pies de Jungkook no eran pequeños, pero eran suaves y estaban un poco más gorditos de lo habitual. Todo su omega estaba más hinchado, pero él no diría nada, para no ofenderlo. De todas formas, a su vista, Jungkook era hermoso y deseable, con su vientre hinchado, su pecho creciendo y su carita con esos pequeños cachetes redondos. Siguió masajeando sus pies y Jungkook poco a poco se fue relajando.

—Jinnie..., ¿crees que mañana podríamos ir de compras? Creo que la ropa que tenemos hasta ahora para los bebés es muy pequeña. Dijiste que estarían sobre el promedio. Me gustaría ver la ropa y su tamaño.

—Podemos ir después de clases. ¿Por qué no me vas a buscar a la universidad y vamos a algunas tiendas bonitas? Además, debemos comprar las sillas para el auto. Tal vez y si no estás muy cansado, podríamos ir a ver un par de departamentos...

—Yo dije que quería una casa—el puchero de Jungkook hizo que Seokjin sonriera. Jungkook en esos momentos tomaba la personalidad de su omega, que era un poco más inmaduro y juguetón. Era cierto, quería una casa y él un departamento, porque lo consideraba más seguro. Pero sabía que de alguna manera su omega se saldría con la suya. Después de todo él era demasiado débil, frente a las peticiones y las caras de bebé de su Ggukie.

—Está bien, olvida el departamento. Entonces, creo que deberíamos buscar casas...voy a buscar un buen agente inmobiliario. También podemos buscar por nuestra cuenta.

Jungkook cerró sus ojos satisfecho, mientras su alfa seguía masajeando sus pies. No es que el fuera caprichoso. No era esa clase de omega que con sus feromonas y sonrisas de conejo manipulara a su tonto alfa enamorado..., pero...era agradable saber que su Seokjinnie, buscaría la forma de encontrar la casa perfecta con la que soñaba para su familia.

Seokjin terminó el masaje de los pies de su precioso omega y besó su nariz. Jungkook le hizo espacio para que se acomodara en su nido y ambos se quedaron abrazados por un largo rato. Mirándose el uno al otro, haciéndose cariño. Sin embargo, el alfa aún tenía en su mente la conversación que había tenido con su hermano y la solicitud que le había hecho a Hoseok.

—¿Puedo preguntarte algo Ggukie? —Seokjin no estaba seguro de hacer la pregunta, pero tal vez era bueno conversar por única vez el tema del donante. Hasta ahora ninguno había tocado el asunto. Tal vez porque para ninguno era importante. Para Jungkook sólo había sido el instrumento para conseguir su sueño de ser padre y para Seokjin no tenía ninguna relevancia en sus vidas. Sin embargo, quería saber.

—¿Que pasa alfa? Puedes preguntar lo que quieras. Sabes que no te oculto nada.

—No es nada importante..., pero puedo saber ¿qué fue lo que te decidió a escoger al donante de espermios?

El omega se sorprendió un poco por la pregunta. Seokjin nunca había tocado el tema, pero tampoco era algo tan terrible. Después de todo era una buena historia.

—En realidad, busqué a alguien que tuviera características genéticas parecidas a las mías. Un alfa macho, coreano, ojos cafés, pelo castaño..., estatura similar...creo que era uno o dos centímetros más alto que yo...así como tú...—Jungkook sonrió y a Seokjin se le erizó la piel—.

¡Ah! Y tenía mi edad, al momento de la donación—. Veinticinco años, pensó Seokjin..., la misma edad...

—Esas son características muy generales, debes haber tenido muchos candidatos... ¿Cómo escogiste al final? ¿lanzaste una moneda?

—En realidad eran cinco. Ya sabes grupo sanguíneo y esas cosas..., y no, no lancé una moneda. Hubo cierto doctor alfa, de hombros anchos que me aconsejó que dejara a mi omega también participar.

Seokjin se ruborizó. Recordaba aquel día que se había encontrado con el omega, el día de su elección y le había dado ese consejo.

—Entonces...fue tu lobo...

—Te diré lo que fue. No sé si lo sabes, pero cada donante, debe escribir una razón de porque hace la donación...—Por supuesto que Seokjin lo sabía—. Bueno la mayoría había escrito frases comunes, llenas de egos y estupidez alfa, sin ofender—. Jin besó su frente—. Pero hubo uno que escribió algo muy bonito, pensé que ese alfa quería dejar una huella. No lo sé.., pensé que había pasado por un dolor, tal vez una pérdida...—El corazón de Seokjin comenzó a bombear aceleradamente.

—¿Y qué fue lo que escribió? Seokjin sentía que el corazón saldría de su pecho. Él lo recordaba, totalmente, en ese momento la frase cruzó su mente...

—"para saber que mi vida tuvo una razón de ser" —Seokjin sintió la voz de Jungkook repitiendo la frase que él recordaba..., de pronto sintió que le faltaba la respiración, iba a decir algo, cuando su celular sonó. Sin pensarlo lo tomó, era Hoseok. Lo contestó rápidamente, con Jungkook mirándolo extrañado. Ya se había dado cuenta que algo lo había alterado.

Seokjin, necesito que vengas en forma urgente a la clínica...es sobre lo que me pediste...yo...necesito que hablemos...

El alfa lo entendió o creía entenderlo, porque todavía no podía estar seguro. Todo podía ser una equivocación, una coincidencia...Le dijo a Hoseok que iría de inmediato y colgó.

—¿Pasó algo Jinnie? Te pusiste muy alterado, aun antes que Hobi- hyung llamara...¿te molesta lo del donante? ...no es importante. Lo sabes, tú vas a ser su padre...

Seokjin miraba a Jungkook y casi no lo podía escuchar. Necesitaba ir a la clínica y aclarar todo, antes de decirle algo al omega.

—Estoy bien bebé. Sólo...tuvimos una pequeña dificultad administrativa hoy...Hobi me dijo que lo vería solo., pero ahora necesita mi ayuda urgente...sé que es tarde, pero prometo que no tardará...

Odiaba mentirle a Jungkook, pero no quería alterarlo de ninguna manera. Controló a su lobo alterado, sus feromonas y mostró una gran sonrisa.

—Claro mi amor...no te preocupes...ve allá, lo entiendo. Yo me quedaré en mi nido y miraré casas cerca del barrio de Nam-hyung y Hobi-hyung ¿te parece? Las veremos cuando llegues...

Seokjin lo besó. Su ansiedad lo estaba torturando—. Claro bebé, mira las que te gusten y luego podemos buscar alguien que nos haga una cartera para visitar..., volveré lo antes posible.

Salió del calor del nido, tomó su chaqueta y decidió bajar y tomar un taxi, pues no se sentía capaz de manejar. Sus manos temblaban y debió calmar a su lobo, que no había querido abandonar el nido. Al llegar abajo, no tuvo problemas para conseguir uno y partió a la clínica.

Cuando llegó al piso de las oficinas, fue directo a la de Hoseok. Nadie estaba ahí, pues ya era tarde y sólo estaba el personal de la maternidad en otro piso. Al entrar lo golpeó fuerte el aroma a madera del alfa. Estaba alterado, podía verlo en su rostro demacrado y serio. Absolutamente contrario a la personalidad brillante y siempre serena de su amigo.

—Seokjin..., no sé ni que decir. Esto es terrible..., hubo un error...yo lo cometí...—El alfa no dejaba de balbucear y repetir que había un error y miraba la pantalla de su computador y estaba inundando la oficina con sus feromonas.

—Hobi, ¿quieres calmarte y decirme que es lo que sucedió?

Fue así como Hoseok fue contándole todos los sucesos de hace dos años. Se sentía avergonzado por el error que había cometido. Se había pasado las últimas dos horas, revisando los otros casos que no eran muchos, tres, en toda la historia de la clínica. Todo estaba en orden.

Pero se había equivocado con su mejor amigo y eso había traído las consecuencias que ahora habían salido a la superficie.

—Debo hablar con Jungkook, explicarle...—Seokjin había caído en un estado que iba desde la euforia a la angustia. Luego de todo lo que Hoseok le había dicho y su conversación previa con Jungkook, estaba más que claro que las cosas habían dado un giro totalmente inesperado. Tantas cosas que podían explicarse. Lo único que le preocupaba era cómo reaccionaría Jungkook. Se sentía un poco confuso y la angustia de Hobi no contribuía en nada.

—Sé que debemos decírselo a Jungkook, pero Jin...esto podría traer consecuencias para la clínica... ¿cómo podríamos explicarlo? ¡soy un estúpido!

—¡Jung Hoseok! ¿quieres calmarte? Sé que estás pensando en todos los escenarios posibles, pero ahora, lo más importante es ir y decírselo a Jungkook. El resto...ya veremos.

Hoseok sabía que su amigo tenía razón. Además, ¿Qué podría hacer él? Se había equivocado y debía asumir ese error. Llamó a Yoongi que ya se encontraba en casa y le explicó la situación. Se negó a que el omega lo acompañara. Debía resolverlo por sí mismo.

Seokjin le mandó un breve mensaje a Namjoon, explicándole algo de la situación y prometiéndole que lo llamaría después para explicar con más detalle. Ahora, la prioridad era Jungkook. Él quería correr hacia su omega y decirle, explicarle. Fuera cual fuera su reacción.

Subió al auto de Hoseok y por primera vez desde que había llegado ahí y había escuchado al alfa, se permitió llorar. Estaba demasiado conmocionado. Su lobo también estaba ansioso y quería a su omega cerca.

Eran cerca de las diez de la noche, cuando Seokjin llegó al edificio. Le había enviado un pequeño mensaje a Jungkook avisándole que iría con Hoseok, porque debían hablar con él. Jungkook se había quedado preocupado. Ya había notado a Seokjin alterado mientras hablaban y ahora le parecía extraño que viniera con Hoseok a hablar con él y siendo tan tarde. Además, Seokjin le había estado haciendo preguntas acerca del donante. ¿Habrían descubierto algún problema, que no le querían decir? Fuera lo que fuera, él sabía que se podría solucionar. Tal vez el donante no era cien por ciento sano. ¿Sus hijos heredarían alguna enfermedad? Miles de preguntas acosaron al pequeño omega que se quedó acurrucado en su nido, esperando la llegada de los dos alfa. Por eso cuando, sintió la puerta abrirse, salió inmediatamente de su cómodo lugar y se asomó a la sala. La cara de los dos alfas, lo dejó todavía más preocupado.

—Jungkook, ¿cómo estás? —Hoseok se acercó a saludar al omega, y éste notó como su hyung estaba con sus feromonas totalmente desestabilizadas. Lo mismo podía percibir de su alfa.

—¿Qué ocurre? ¿Por qué estás aquí y tan alterado? ...¿pasó algo con mi embarazo? ...si tienen algo que decir...háganlo. Lo enfrentaré.

Seokjin tomó las manos de su omega. No quería verlo así, por lo que cuanto antes debían contarle todo.

—Siéntate Ggukie. Tenemos algo importante que contarte. Quero que escuches hasta el final ¿está bien? —El omega asintió, llevando las manos a su vientre.

Seokjin respiró y comenzó su relato, desde el principio.

—Hay algo que no te había dicho, porque hasta hoy no lo consideraba importante. Cuando Hobi comenzó la clínica, me pidió a mí y a otros estudiantes de medicina que fuéramos los primeros donantes para el banco de espermios—Jungkook abrió sus ojos y sintió como su lobo también comenzaba a alterarse.

—Estaba recién comenzando—continúo Hobi—y era importante comenzar con algunos donantes. Muchos estudiantes aceptaron. En ese entonces Namjoon había conocido a Chi Yeol y no quiso donar, pero...

—Yo sí—Seokjin miró a Jungkook quien miraba anonadado al alfa.

—Pero, pero...una vez te pregunté en broma si estabas en ese banco de donantes y dijiste que no...

—Cuando Hobi me lo pidió, lo pensé mucho. Llevaba cargando la muerte de mi destinado y en ese entonces, pensaba que jamás podría encontrar a alguien. Y creí que al donar al menos habría hecho algo que hubiese valido la pena para venir a este mundo..., por eso acepté. Sin embargo, hace dos años, cuando tuve mi crisis, le pedí a Hoseok que eliminara la muestra. No creía que siquiera mereciese eso...no podía perpetuarme sin Jae-Hwan. Eso pensaba en ese momento.

Jungkook estaba tratando de procesar toda esa información. Entonces Jin había donado, pero luego la donación había sido eliminada..., por eso estaba seguro de que no estaba en el banco de donantes cuando él fue por su inseminación artificial. ¿Entonces que tenía que ver todo esto con ellos?

—Cuando Jin me lo pidió, traté de hacerlo cambiar de opinión, pero estaba pasando por un momento tan difícil que no quise presionarlo. Verifiqué en nuestra base de datos y su donación seguía sin haber sido elegida por nadie. Entonces le prometí que la eliminaría y eso fue lo que hice...o al menos pensé que lo había hecho...

Hobi, tomó aire. Esta era la peor parte para contar. Pero debía hacerlo. Tenía que decir la verdad.

—El día que Jin me lo pidió estaba muy ocupado. Me acuerdo, porque había estallado el escándalo de la otra clínica de fertilidad y varios periodistas me estaban presionando para que diera declaraciones...aun así, no quise dejar pasar más tiempo. Busqué su ficha. Era la 171..., era muy simple. Sólo debía enviar un correo al laboratorio y pedir la eliminación.

Hoseok, había hecho exactamente lo que su protocolo decía. Informar al laboratorio mediante un correo, la eliminación de la ficha y donación. Lo escribió y lo envió. Luego le informó a Jin que ya estaba hecho.

—Namjoon—continúo Seokjin—tenía algunas sospechas...que los cachorros pudieran ser míos...yo creí que estaba mal, equivocado. Sin embargo, hoy me dijo que mis madres olieron en ti el mismo aroma que tenía mamá cuando me esperaba. El limón...Por eso le pedí a Hoseok que buscara de nuevo la información y así, terminaría con las dudas que teníamos.

—Buscar la información era fácil. Sólo tres personas han pedido la eliminación de sus donaciones. En el sistema tampoco aparecen aquellas muestras usadas. Por eso, cuando busqué a Jin, me quedé tranquilo porque no estaba activo. Sin embargo, tenía una fecha reciente de archivo...hace...seis meses...busqué la antigua información, los correos...y me di cuenta del error infantil que había cometido. En vez de escribir el número 171 puse 177..., por lo que otro donante fue eliminado. Y el de Seokjin quedó activo...hasta que alguien lo escogió como donante...

Jungkook miró a Seokjin. El alfa tenía sus ojos llenos de lágrimas. Estaba esperando a la reacción de su omega. Lo que pensaba de toda esta increíble historia. Porque la verdad de todo esto era una sola...

—Entonces...eres el padre de mis cachorros... —Jungkook lo dijo casi en un susurro con su voz quebrada y con las lágrimas estallando en sus ojos ¡Tú eres el donante! ¡Son tuyos!

Jungkook se lanzó a los brazos de su alfa. No podía con tantas emociones. Sentía que el mundo daba vueltas y vueltas. Sintió como su lobo al fin respiraba aliviado, porque probablemente su omega lo sabía, igual que el alfa de Jin. Seokjin lo envolvió en sus brazos y ambos lloraban. Todo este tiempo, esos pequeños cachorros le habían pertenecido. Eran su sangre y era su precioso omega quien los llevaba en su vientre.

—Es tan tonto—murmuró Jungkook levantando un poco su cabeza del pecho del alfa—no sabes como a veces soñaba despierto con que los cachorros fueran tuyos. Sé que los habías aceptado...y que los querías, pero pensaba como podrían mágicamente convertirse en tus hijos de verdad...y ahora me dices que sí, que son tuyos. No puedo ser más feliz.

Hoseok y Seokjin respiraron aliviados. Por un momento el alfa pensó que Jungkook podría enfadarse. El director de la clínica estaba preocupado porque el error había sido infantil y podría haber traído otro tipo de consecuencias.

—Namjoon todo este tiempo tuvo razón..., un nuevo destino se fue construyendo...desde hace mucho. Desde el momento que Hobi se

equivocó y quedó mi donación ahí..., luego tu llegaste y me escogiste. Junto a tu omega. Noes escogimos Jungkookie, el destino nos unió de todas las maneras posibles.

En este punto, Hoseok también lloraba. Era un momento tan íntimo que optó por salir del departamento. Ya tendrían tiempo de hablar de las consecuencias del error y todo lo demás. Ellos merecían su espacio.

Ninguno de los dos se dio cuenta que Hoseok se había ido, hasta que sintieron la puerta cerrarse. Jungkook salió del escondite donde se había cobijado. Entre el pecho y cuello de su alfa. Todavía lloraba un poquito y Seokjin intentaba secarle sus lágrimas.

—¿Es real? ¿Eres el papá de Dotoli y Kong?

—Sí, toda la documentación así lo indica. Pero si quieres estar seguro podemos hacer una prueba de ADN cuando nazcan.

—No es necesario. Lo sé. Supongo que lo supe siempre. O al menos mi omega lo sabía. Es hermoso...porque tú y yo conectamos aun antes de que fuera inseminado con tu semen. En aquel ascensor, y luego cuando tomé tu mano en el pabellón. Nuestro nuevo destino ya estaba ahí. Y cuando Hoseok hizo el implante, simplemente fue...la culminación, para terminar de unirnos... ¿no crees?

—En realidad, todavía falta algo más y ahora tengo la seguridad que nada va a impedírmelo...

Jungkook se sonrojó, al ver los ojos llenos de deseo de su alfa. Entendió perfectamente a lo que Seokjin se refería. El lazo. Ellos todavía necesitaban el último paso para convertirse en verdaderos compañeros de vida.

Para el alfa la visión del omega cargando sus cachorros en ese vientre abultado, fue suficiente para salir a la superficie. Seokjin se transformó en lobo, viendo a Jungkook fijamente. El omega estaba tranquilo, pues sabía que aun cuando estaba en su forma más pura y primitiva, no le haría daño. Él no podía transformarse, no con los cachorros en su vientre, pero se acercó al gran lobo negro y dejó que éste lo oliera y marcara con su olor en su rostro y cuello. Jungkook acarició la cabeza del hermoso ejemplar, aquella misma imagen que había plasmado en ese collar que ahora colgaba del gran cuello del animal. El lobo, lamió su rostro, sus manos y pasó su lengua por su glándula de olor, pero no enterró sus dientes. Esa era labor de su humano. El sólo quería tener a su precioso omega más cerca. El lobo blanco asomó en los ojos de Jungkook y aunque no podía salir completo, si aparecieron sus colmillos y unas adorables orejas de lobito asomaron en la cabeza de Kook. El alfa de inmediato pasó su lengua por ellas y las mordisqueó. Jungkook se abrazó al gran animal y se impregnó del magnífico olor que el animal poseía. Jamás volvería a desea otro aroma que no fuera el de su alfa.

Terminada su labor de marcar a Jungkook, Seokjin volvió a su forma humana completamente desnudo y con su pene erecto y lleno para satisfacer a su omega, que también había retomado su forma humana.

Jungkook tragó saliva y un calor recorrió su cuerpo. Muy parecido al que sentía en sus celos, pero era aún más asfixiante. Una necesidad apremiante de ser tomado, llenado y mordido lo invadió.

—Hazlo Seokjin, hazme el amor y márcame.

La voz suplicante del omega, hizo que el humano reaccionara y volviera a tomar el control de su cuerpo. El lobo retrocedió y se quedó expectante. Seokjin tomó a JungKook con suavidad y lo llevó a su dormitorio. Depositándolo con amor y devoción en la cama. Lo primero que hizo fue sacarle la camisa que llevaba.

Luego le sacó el resto de ropa y lo contempló en toda su desnudez. ¡Era tan hermoso! Su vientre hinchado, sus pezones desarrollados y erectos, sus brazos fuertes y con la tinta recordándole lo diferente que era su omega destinado. Pero eso le fascinaba todavía más. Ese precioso hombre delicado, pero a la vez fuerte y hermoso, era suyo, al igual que los pequeños que llevaba en su vientre.

Jungkook admiraba la bella desnudez del alfa. Sus hombros anchos, su cuerpo delgado, pero bien constituido. Sus piernas largas y firmes. Su hermosa cintura y aquella "V" que lo llevaba hacia el mayor tesoro. El omega quería tragarlo, darle placer, hacerlo sentir cuan bueno era complaciendo a su alfa. Seokjin sonrió al ver como el omega mordía su labio mientras miraba su pene.

—¿Quieres esto no? —Seokjin tomaba su gran pene y lo acercaba a la boca del omega, que sentía como su boca comenzaba a salivar, sólo fantaseando con su sabor y textura estallando en su lengua y paladar.

Seokjin ayudó a Jungkook a sentarse en la orilla de la cama. Estaba caliente y quería hundirse dentro del omega, pero debía pensar que estaban los cachorros y debía ir con calma. Dejó que Jungkook se acomodara y se acercó de pie a él. Jungkook tocó el cuerpo del alfa, su vientre, su vello recortado y finalmente obtuvo lo que tanto deseaba.

Seokjin puso su pene en su boca. Se sentía como un lobo adolescente y su primera vez. La boca del omega era caliente y sabía exactamente como apretar, como chupar y lamer. Jungkook no podía tenerlo por completo, pero sus manos servían mucho para darle doble placer.

Seokjin gemía, su lobo en éxtasis repitiendo las mismas palabras una y otra vez... "mío, mío". Jungkook cerró sus ojos, mientras trabajaba el pene del alfa. Sentía como el presemen se mezclaba con su saliva.

—Jungkook..., sólo un poco más...no voy a permitir venirme en tu boca...necesito llenarte y anudarte...

El omega estaba tan entusiasmado, que apenas escuchaba al alfa, pero entendía que debía dejar que lo tomara. Ese había sido un pequeño regalo, que ya había disfrutado.

Seokjin entonces lo acomodó bien en la cama. Sabía que si lo tomaba por atrás sería más cómodo para el omega, pero éste se negó. Quería ver el rostro de su alfa, mientras le hacía el amor. Puso cojines y abrió sus piernas lo suficiente para que Jin, de rodillas, pudiera entrar en él. La lubricación de Jungkook manchó la cama, pero no importaba. Sentía incluso sus pechos quemar, por lo excitado que estaba y al momento en que Jin alineó su pene en su entrada y entró hasta rozar su útero, un gemido y aullido llenaron la habitación.

El lobo negro también aulló de satisfacción, mientras Jin gemía y gritaba el nombre de su Kook. Lo embestía una y otra vez, acariciando el pene duro y erecto del omega. La visión era perfecta. Jungkook con sus mejillas sonrojadas, mordiendo su labio, gimiendo suavemente y luego salvajemente. Más adentro, empujaba más adentro, su pene sentía la fricción suave producto del lubricante natural. Jungkook estaba a punto de terminar. Sus pequeños testículos se habían apretado y su agujero se había agrandado. Era el momento. Seokjin dejó que su lobo se asomara a la superficie. Sus colmillos crecieron en su boca y entonces, Jungkook hizo el gesto más hermoso que cualquier alfa podía soñar...expuso su cuello en sumisión a su alfa. "Soy tuyo" le dijo el omega y Jin explotó en un orgasmo lleno de luces de colores, mientras hundía sus dientes en el hermoso cuello del omega.

Jungkook gritó por el dolor punzante y luego por el placer increíble. Había sido el orgasmo más intenso de toda su vida. La marca estaba ahí, su lobito blanco aullaba de felicidad. Y entonces sucedió. El hilo dorado, se completó. Era grueso y recorría tanto el cuerpo del omega como del alfa. Ya no había vuelta atrás. Estarían unidos hasta el fin de los tiempos. Eran uno, una unidad. Alfa y omega. Principio y Fin.

—Te amo tanto...mi hermoso omega destinado...

—Te amo tanto...mi hermoso alfa destinado...

Ninguno había movido sus labios. Simplemente habían transmitido sus pensamientos el uno al otro. Ahora tenían esa especial conexión. Sus mentes unidas, sus cuerpos siendo uno. Sus cachorros creciendo en completa felicidad. El Nuevo Destino que los había unido hacía meses atrás, al fin se afianzaba en un solo sentimiento. El amor más puro y grandioso del uno por el otro.





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