Capítulo Veinticuatro (Final)
Jungkook nunca había visto a su padre tan feliz y tan desecho. Siempre se mostraba como un alfa fuerte y en cierta forma frío. Incluso con él lo había sido, en su afán de formarlo y prepararlo para el mundo de los negocios lleno de alfas. Pero ahora, con Yu-Jin en sus brazos, parecía tan vulnerable. La forma como miraba a su nieta, cómo le hablaba en susurros, hizo que se emocionara. Cuando había decidido ser un padre soltero, Jeon Hyuk había puesto el grito en el cielo. Luego de a poco y convencido por su omega, había ido dando su brazo a torcer. Ahora, la dicha en sus ojos era todo lo que Jungkook necesitaba saber, para darse cuenta de lo muy amados que serían sus hijos.
Seokjin también miraba al hombre dueño de una de las marcas más importantes de Corea, siendo sobrepasado por los gorgojeos de la pequeña. Mientras Park Eun Kyo adoraba al pequeño Jeon-Seol, que dormía tranquilo en sus brazos.
—Yu-Yin es sin duda mucho más inquieta que su hermano. Es más pequeña, pero siempre está un poco más de tiempo despierta—Seokjin ya se había dedicado a observar a sus pequeños hijos y notaba que la menor era mucho más activa que el cachorro, que prefería comer y dormir.
La pareja había recibido innumerables visitas estos dos días. Luego del impacto inicial que fue para todos, el que los cachorros decidieran venir al mundo en casa, la felicidad de tener a los dos nuevos integrantes de la manada los tenía a todos felices.
Las madres de Jin también habían llegado a conocer a sus nietos y al fin, las familias se habían conocido y todo había sido armonía y alegría.
Sorprendentemente para Jungkook y Seokjin, los Lee también habían llegado acompañados de Yoongi a conocer a los pequeños. Era lindo saber que sus hijos eran tan amados y que tendrían muchos abuelos para que los cuidaran.
—Estoy tan orgulloso de ti hijo—jeon Hyuk dejaba a la pequeña en brazos de su padre ahora, quien en unos minutos logró que se durmiera y la acostó en su camita—. Lograste lo que tanto anhelabas. Ahora tu vida va a cambiar. Tendrás dos vidas de las cuales hacerte cargo y no puedo negar que me siento mucho más tranquilo sabiendo que tu alfa te acompaña en esto.
Seokjin miró a su suegro e hizo una reverencia. Claro que él cuidaría a su familia. Ellos eran todo para él y su felicidad era tan grande que ni siquiera había podido expresarla adecuadamente.
Jungkook también se sentía feliz. Sus padres a pesar de sus aprehensiones iniciales, siempre lo habían apoyado y ahora podían gozar de la alegría que le daban aquellos adorables bebés.
En medio de esa alegría, un alfa se asomó. Jimin no pudo contener sus lágrimas al ver a los dos pequeños. A él no le importaba que la sociedad dijera que por ser alfa y hombre no debía llorar. Conocía a Jungkook desde niño y había cuidado de él desde entonces, como un hermano mayor. Sufrió con el omega, cuando éste fue dejado por Sang-Ho y habían vivido juntos el cómo se enamoraba de su alfa doctor. Tenía todo el derecho del mundo de llorar. Más aun, porque él también pronto sería padre y esperaba que su Tae no tuviera problemas.
Los padres de Jungkook saludaron con mucho cariño a Jimin, preguntaron por Tae y le aseguraron que no tenía nada de qué preocuparse, pues cualquier gasto extra que requiriera el omega, ellos lo cubrirían. Siempre había sido así. Jimin jamás hubiese podido estudiar en ese instituto caro, si el señor Jeon no hubiese cubierto el gasto.
Finamente se despidieron, dejando a la pareja con el alfa, no sin antes tomar una vez más a los pequeños cachorros y aspirar su delicioso aroma a miel y leche.
—Yu-Jin tiene tus ojos—dijo emocionado Jimin, mirando a Jungkook, una vez que quedaron sólo los tres—. Es preciosa. Su pequeña nariz es la de hyung.
Seokjin estaba de acuerdo con Jimin. La pequeña tenía sus ojos muy abiertos y curiosos ante este nuevo mundo que se asomaba para ella.
Jimin entonces hizo una videollamada, para que Tae pudiera saludar a la pareja y conocer a los pequeños cachorros.
—¿Cómo es Kook? —preguntó el omega, que estaba descansando en su nido, junto a su papá.
—Es difícil decirlo en palabras. La sensación de tenerlos en tus brazos...es única. Más aun cuando los alimentas. Siento la conexión con mis cachorros. Y eso es más importante que cualquier incomodidad post parto o el dolor en tus pezones—Jungkook sonrió ante esto último—. Te aseguro que vale totalmente la pena.
Taehyung sonrió. Ya sería su turno y aunque internamente tenía miedo y podía sentir el miedo de Jimin también, confiaba en las manos de Seokjin y el resto del equipo médico para mantenerlo a salvo.
Luego de hablar por varios minutos y que los pequeños mostraran sus rostros a la cámara para que el tío Tae los pudiera conocer, Jimin se despidió, para que Jungkook pudiera descansar.
Seokjin suspiró. Habían sido dos días largos y casi no había dormido. Pero ahora miraba satisfecho a sus dos cachorritos que estaban durmiendo tranquilamente en sus cunitas. Su omega también lucía cansado, pero, aun así, tenía un rostro brillante y feliz. Jungkook estaba sentado en su camilla y Jin se acercó para besarlo. Mientras se deleitaba en sus labios y a través de su vínculo, le dijo cuánto lo amaba y lo feliz que se sentía, al tener a su nueva familia. Sus emociones estaban mezcladas con la felicidad y el amor de JungKook y ese cúmulo de sentimientos lo hacían sentir completo ahora.
Jungkook por su parte también estaba embriagado por todos esos nuevos sentimientos. Todo aquel viaje que había hecho desde su adolescencia, sobre ser un omega con mente de alfa, había concluido. Simplemente ahora era Jeon Jungkook. Y su lobo habitualmente inmaduro e inquieto, ahora se sentía más tranquilo y orgulloso de su familia.
Una semana después, estaban totalmente organizados. Gracias a la generosidad de Hoseok y Yeonjun, Seokjin se había tomado un mes de permiso para acompañar a su omega y sus cachorros. Sólo se preocuparía de chequear a Taehyung, para quien estaba programada su cesárea para un mes y algo más.
Tenían una rutina establecida y contaban con la ayuda de la mujer que había ayudado a criar a Jungkook. Poco a poco, los cachorros se habían convertido en el centro de sus vidas y ambos estaban felices. También había tiempo para ellos. Para darse mimos y demostrarse el amor inmenso del uno por el otro. Seokjin era un excelente cambiador de pañales y Jungkook poco a poco se hacía más "profesional" en el proceso de amamantamiento. Esa mañana, los mellizos habían despertado cerca de las diez, listos para ser cambiados y tomar su leche. La señora Park se movía de un lado a otro en la cocina, cuando el celular de Seokjin sonó. Era Jimin. Al contestar pudo sentir de inmediato la voz alarmada del alfa.
—¡Hyung! Voy camino a la clínica. Taehyung comenzó con contracciones y su presión subió considerablemente—. Seokjin se alarmó. No podía estar sucediendo. Recién estaba en el séptimo mes y habían programado la cesárea para unas semanas más tardes.
—Está bien Jimin, voy de inmediato para allá. Avisaré al personal de turno. No te preocupes, todo estará bien.
Jungkook pudo percibir la preocupación de su alfa y entendió a través del lazo, lo que estaba sucediendo.
—Debo ir a la clínica. No sé qué sucedió, pero Tae comenzó el trabajo de parto.
—Quiero ir contigo, Jimin me necesita.
—Jungkook...no puedes tener ese estrés...estás amamantando y los cachorros te necesitan. Sólo déjame llegar allá y te pondré al tanto.
¿Está bien?
Jungkook asintió. Había sido su primer impulso salir detrás de Jimin y Tae, pero ahora era papá y debía poner a sus hijos en primer lugar.
Esperaría a Seokjin y tal vez más tarde podría pedirle a su papá que se quedara con los bebés. Había leche en el refrigerador, que se podría usar.
Mientras tanto, Jimin manejaba a toda velocidad por la avenida que lo conduciría a la clínica Hope. Estaba bastante cerca ya, pero estaba asustado. Su lobo podía percibir la angustia del omega, tanto por su vida como por la de su humano y los cachorros. Tae tocaba su vientre y podía sentir sus palpitaciones. Cruzó un semáforo y de pronto lo sintió. Un gran estruendo justo detrás de él. Taehyung también se sobresaltó. Miró por el espejo retrovisor y pudo ver algo de lo que había sucedido. Dos buses habían chocado. Suspiró aliviado al no haber sido parte del accidente.
Sin embargo, en la clínica se había desatado un pequeño caos. Efectivamente había sido un choque entre dos autobuses y había muchos heridos. Los equipos de emergencia habían llegado rápidamente al lugar y debían trasladar muchos lesionados. Hoseok bajó a la urgencia de maternidad a alertar al personal médico y paramédico que llegarían algunos, los menos críticos para ser atendidos, pues los grandes hospitales estaban recibiendo a los más graves.
Yeonjun lo seguía, intentando organizar todo y además muy preocupado, porque en medio de todo ese caos tenían a Taehyung, que había llegado unos minutos antes en un estado delicado.
Seokjin no lo podía creer. Había corrido por las calles de Seúl buscando todos los atajos posibles que lo condujeran lo antes posible a la clínica. Pero todo el tráfico era un caos a raíz del accidente. Yeonjun, lo había llamado para informarle que Tae ya había llegado y lo habían estabilizado. Debía practicarse una cesárea de manera urgente, pues la hipertensión estaba comenzado a afectar a los cachorros. Llegó a una esquina y vio a un policía. Se bajó del automóvil y le explicó que era médico y debía llegar con urgencia a la clínica. El oficial intentó despejar la vía, pero era inútil, había demasiados vehículos.
En la clínica, Jimin tomaba la mano de su omega, que respiraba agitado. Todo el ambiente era tenso y veía como los médicos y enfermeras corrían de un lado a otros, pues los heridos seguían llegando.
—Jimin...—la voz firme de Hoseok que se asomó a la habitación, lo sacó de sus pensamientos negativos y salió cuando el alfa lo llamó—. Seokjin no llegará a tiempo. Está atascado en el tráfico y Taehyung no puede esperar más. Yeonjun y yo nos haremos cargo de la cesárea. No tienes nada que temer, él tiene mucha experiencia en partos de riesgos y yo lo asistiré. Tenemos todos sus antecedentes y la clínica tiene todo el equipo necesario. Todo va a estar bien.
—Hyung...estoy aterrado...si pierdo a Tae...no voy a vivir...sé que el dolor de su pérdida, la marca...no quiero vivir si algo le pasa...
—Lo sé Jiminnie, lo entiendo, pero confía en nuestras manos—.Hoseok estaba preocupado y podía sentir la angustia del alfa, pero sabía que su equipo era el mejor—. Vamos a preparar a Tae. Como es una cirugía tan delicada no podrás estar con él..., así es que habla con tu omega e intenta calmarlo. Pronto vendrán, para llevarlo al quirófano.
El dolor que cruzó a Jimin fue inaguantable. Pero entró a la habitación y le explicó a Tae.
—¡No!, ¡te necesito Mimi...! No puedo hacer esto solo...
—Bebé...yo estaré contigo a través de nuestro lazo..., pero ellos necesitan vigilarte...yo sólo voy a estorbar...estaré esperando a nuestros cachorros...y a ti—. Jimin besó la frente de su omega. Un dolor inmenso lo atravesaba, cuando los auxiliares entraron para ponerle la anestesia y llevarlo a pabellón.
Yeonjun y Hoseok se estaban preparando para realizar la cesárea, cuando una de las enfermeras entró muy agitada.
—¡Doctor Jung! Una omega lesionada del accidente está embarazada y está con síntomas de pérdida...lo necesitan urgentemente.
Hoseok no lo podía creer. Miró a su alrededor y todos sus médicos estaban atendiendo pacientes. Uno de ellos iba saliendo de un box, listo para atender un paciente con una pequeña herida, cuando lo llamó.
—¡Soobin! —. El omega reaccionó de inmediato y se acercó al alfa.
—Necesito que ayudes a Yeonjun. Tienen a Kim Taehyung ahí dentro con un parto prematuro y preeclamsia. Debo ir a atender una omega con una pérdida inminente.
Los ojos del omega se abrieron y sin dudarlo asintió y se dirigió al pabellón, donde Tae estaba ya sintiendo como la mitad de su cuerpo se dormía. Habían logrado mantener su presión estable y las contracciones parecían haberse calmado.
Ambos doctores entraron al pabellón. Soobin miraba al omega. Sabía que era amigo de Jungkook y ahora de Seokjin. El destino parecía jugar con él, pensó, al poner la vida del omega en sus manos y en las de Yeonjun.
Comenzaron la cesárea y todo iba bien. Había pasado una hora desde que habían comenzado y al fin el primer bebé salía sin mayores complicaciones. Rápidamente fue llevado a neonatología, porque era muy pequeño. Los otros dos, también salieron sin mayor problema.
Yeonjun respiró aliviado, cuando sintió la puerta del pabellón abrirse. Seokjin al fin había llegado y se acercó a Tae, que lucía pálido, pero estable.
—Tus cachorros son hermosos y están perfectos. Lamento no haber llegado antes, pero los doctores Choi hicieron un gran trabajo. Ya no falta nada.
Yeonjun comenzó a cerrar la herida, mientras Soobin observaba en silencio. Todo estaba bien, hasta que la máquina que medía la presión del omega comenzó a sonar fuerte. Taehyung comenzó a convulsionar.
—¡Un aumento de presión, necesitamos estabilizarlo! —Seokjin rápidamente suministró el antihipertensivo y un medicamento anticonvulsivo, pero no hubo un cambio. Taehyung había entrado en un paro cardiaco.
—¡Lo vamos a perder! —Yeonjun, Seokjin y Soobin comenzaban las tareas de reanimación, pero todo era inútil—¡Vamos Tae, por favor! — Seokjin le suplicaba al omega e intentaba que su lobo de alguna manera se conectara con el lobo de Taehyung.
—¡Debemos pedirle a Jimin que entre, él puede conectar a su lobo! — Yeonjun iba ir en busca del alfa, cuando la voz de Soobin lo detuvo.
—¡No!, ¡espera por favor! —Soobin había tomado las manos de Tae. En ese momento no se podía explicar que lo había llevado a hacer eso, pero cuando lo hizo, sintió de inmediato la conexión de su lobo con el de Tae. Cerró sus ojos y fue en busca del omega.
—Taehyung... ¿puedes escucharme? —Soobin hablaba a través de su lobo. Estaba en un lugar oscuro y frío. En un rincón pudo ver al omega temblando. El hermoso lobo gris, miraba asustado al lobo blanco y café de Soobin.
—Tengo frío... ¿y mis cachorros? Me perdí y ahora no encuentro la salida—El lobo temblaba, sin poder levantarse..., aullando de tristeza y dolor...
—Taehyung...—habló con suavidad el omega. Por primera vez en su vida profesional y personal, Soobin podía sentir una conexión íntima con otra persona—tus cachorros están bien y te están esperando... ¿por qué no vienes conmigo? Yo te puedo ayudar a salir de aquí. —A pesar de que nunca le había gustado el contacto físico con sus pacientes más allá de lo necesario, sabía que ahora más que nunca el omega lo necesitaba. Se acercó a él y con su nariz, lo animó a levantarse. El omega de Tae entonces sintió un agradable aroma dulce y juntó su nariz. Se puso de pie y comenzó a seguir al otro omega.
Cuando Soobin abrió sus ojos, sintió como Taehyung apretaba su mano.
—¡Está volviendo! —Seokjin gritaba conmocionado, pensaba que había perdido al omega y ahora, abría sus ojos y sus signos lentamente comenzaban a estabilizarse...
El día después...
Jimin miraba a su omega y aún no podía evitar llorar. Había estado a punto de perderlo y ahora gracias a Soobin, lo tenía a su lado y junto a sus tres hermosos cachorros, que milagrosamente y luego de un exhaustivo examen no habían requerido de la incubadora.
—Ya.... no me mires así. Estoy aquí. A salvo. Mira a nuestro pequeño
Woo Shik. Se parece tanto a ti. Y JungWon y HeeSeung, creo que se parecen a mí.
Jimin besó a su omega y apoyó su frente en la de él, aspirando su aroma. Estaba ahí. Era real y todo gracias al "sanador" como lo había llamado Namjoon.
—En unos minutos llegarán todos... ¿estarás bien?
—Claro que sí. Quiero verlos a todos. ¿Sabes dónde está Soobin?
—Está arriba atendiendo pacientes. Pero me prometió que vendría a verte. El también parece conmocionado.
En ese momento unos pequeños golpes en la puerta, les indicaron que las visitas habían llegado. El cuarto se llenó con todos los miembros de la manada, que invadieron la habitación con gran alegría. Todos querían saber aquello del misterioso encuentro de los lobos de Tae y Soobin y que finalmente lo había traído de regreso a la vida. El más interesado obviamente era Namjoon. Hasta antes de lo sucedido, había pensado que Yoongi cumplía el papel de Sanador, pero al parecer todavía les había faltado encontrar un integrante más de la manada.
Todos admiraban a los tres cachorritos, que a diferencia de los de Jungkook, eran diminutos, pero que se habían aferrado firmemente a la vida, igual que su padre.
Jungkook abrazó a Taehyung y luego a Jimin. Ahora su felicidad era completa. Eran padres, tenían a su manada y estaban a salvo.
Un mes después...
Seokjin sostenía a Jeon-Seol, mientras el doctor Yoon revisaba a la pequeña Yu-Jin. Jungkook observaba a su pequeña que había llorado un poquito cuando la habían puesto en la pesa.
—Yu-Jin, ha subido setecientos gramos y eso es perfecto. También ha ganado dos centímetros y medio. Todo el examen físico indica que está sana. Además, responde muy bien a los estímulos. Han hecho un gran trabajo.
Ambos padres sonrieron satisfechos. Jeon-Seol había crecido dos centímetros y pesaba ahora ochocientos gramos más, por lo que respiraron aliviados al ver que sus dos cachorros estaban en perfectas condiciones.
El doctor Yoon, había sido compañero de Hoseok y Namjoon, por lo que había conocido en la universidad a Yoongi y Seokjin. Atendía a los hijos de sus compañeros y ahora se sentía feliz de atender también a los de Jin.
Luego de recibir las recomendaciones sobre la lactancia y otros cuidados, la pareja salió de la consulta, para ir directo a la de Seokjin.
Mientras iban en el ascensor la pareja sonrió y se transmitió el mismo pensamiento. Estaban felices. A pesar de que Seokjin debía retomar su trabajo, se sentía tranquilo, sabiendo que Jungkook no estaba solo. Su papá, la señora Park y la señora Lee, se turnaban para ver a los cachorros de Jungkook y también a los de Taehyung, junto al papá de éste último. Ya estaban más organizados y Jungkook había decidido extender su licencia por dos meses. Era un lujo que podía darse porque tenía el apoyo económico de sus padres y de su alfa. Este último, además, era un maravilloso apoyo, mudando y ayudando al cuidado de los pequeños. Roles compartidos, como debía ser.
—¡Doctor Kim, Jungkook-ah! —la secretaria de Seokjin salió al encuentro de la pareja. El día que los cachorros habían nacido, ella junto al resto
del personal habían ido a conocer a los pequeñitos, pero no los había visto desde entonces—Entonces, ¿Qué dijo el doctor Yoon?
—Están perfectos noona. Ellos han crecido y aumentado de peso. Él nos felicitó—Jungkook respondió orgulloso.
—Es Jungkook el que ha hecho el gran trabajo. Su leche ha permitido que estos dos pequeños crezcan tanto—. El alfa miró con orgullo a su omega. Jungkook era un gran padre. Nunca decía que estaba cansado y a pesar de que era altamente demandante alimentar a dos bebés, nunca se quejaba. Le había sugerido a su omega usar fórmula para aliviarlo un poco, pero se había negado rotundamente. Él era capaz de alimentar a sus cachorros y no necesitaban leche artificial.
El pequeño Jeon-Seol de pronto comenzó a llorar, por lo que rápidamente el omega lo revisó y se dio cuenta que necesitaba un cambio de pañal. Ante la bulla de la recepción, Hoseok salió de su oficina para saludar.
—¡Cómo es que no me avisaste que ya habías llegado y por qué ese cachorrito llora tanto!
—Necesita un cambio de pañal urgente —habló Jungkook mientras se movía hacia la oficina de su alfa, para cambiar a su bebé. En ese instante, otra puerta se abrió. Soobin se asomó con curiosidad y se quedó helado, cuando vio de quien se trataba.
Había sido el único miembro del personal cercano a Seokjin que no había ido a conocer a los cachorros cuando habían nacido. Tampoco envió flores o tarjetas de felicitaciones, a pesar de que Yeonjun lo había animado a hacerlo. A pesar de todo lo que había pasado con Taehyung, Soobin aún se sentía un tanto incómodo frente a la pareja.
—Lamento si te incomodamos Soobin, nuestro cachorro se ensució y...— Seokjin se apresuró a dar una disculpa.
—No necesitas darme explicaciones. Puedo comprenderlo. No estaba con ningún paciente tampoco—. Dirigió su mirada al coche doble, donde la pequeña cachorra descansaba. Sentía curiosidad, pero no sabía si el omega que estaba cambiando al otro bebé en la oficina de su alfa, dejaría que se acercara. En ese instante salió con el pequeño ya cambiado y dirigió su mirada a la secretaria de Jin.
—Noona, ¿puedes quedarte un rato con los cachorros mientras entro a la consulta con Jin? —Hoseok había entrado a su oficina al llegar un paciente, por lo que no había muchas más alternativas... La secretaria iba a contestar cuando Yeonjun intervino.
—Soobin y yo los cuidaremos. No te preocupes—Soobin miró con ojos de furia al beta, que lo había involucrado en el cuidado de esos cachorros.
Jungkook miró a Seokjin y mordió su labio. No le importaba dejarlos con Yeonjun que era amable y un buen amigo, pero Soobin...
—Gracias Yeonjun, no demoraré mucho—Yeonjun entonces, tomó el cochecito y lo llevó a su oficina—¿Soobin me acompañas? —. El omega resignado y hasta un poco sonrojado, siguió al beta sin decir nada más.
Seokjin entró a su oficina con Jungkook, quien se preparó para que su alfa lo revisara.
—¿Los cachorros estarán bien? Soobin no estaba feliz de cuidarlos..., ni siquiera estoy seguro que le gusten los bebés...
—Claro que le gustan los bebés, Kookie. Es un obstetra y los trae a este mundo todo el tiempo. Y todavía no conozco a ningún omega que no le gusten los bebés...Estoy seguro de que Yeonjun podrá manejar a los tres...no te preocupes. Además, y aunque él no quiera por ahora reconocerlo, es parte de nuestra manada. Ahora sube a la camilla que quiero revisarte.
JungKook no estaba del todo convencido, pero confiaba en lo que su alfa le decía. Seokjin lo revisó y asintió satisfecho—Vístete. Todo está bien.
Todo en su lugar y perfectamente sellado. Mientras amamantes a nuestros cachorros, tu celo no vendrá, así es que no necesitas anticonceptivos.
—Eso quiero decir que ya...nosotros...es decir...
—¿Señor Jeon, me está preguntando si puede tener sexo con su alfa? — El omega enrojeció. Era totalmente absurdo, considerando que "su alfa" estaba en ese momento frente a él. Pero la forma cómo le había hablado, lo hizo sentirse tímido—. Bueno la respuesta es sí. Así es que le aconsejo que hoy se prepare...
Jungkook corrió a los brazos y piernas de su alfa, para sentarse en su regazo. Este último mes, no habían tenido mucho tiempo para ellos, porque estaban aprendiendo a acomodar su nueva vida de padres, pero saber que podían retomar su relación física era un incentivo que esperaban poner en práctica.
Cuando salieron de la consulta, Jungkook fue directo a la oficina de Yeonjun y se encontró con una escena que lo sorprendió. Soobin mantenía a Yu-Jin en sus brazos hablándole amorosamente. Sin embargo, cuando sintió el aroma de la pareja, la dejó de inmediato en su coche.
—¡Ya terminaron! Sus cachorros son maravillosos. No molestaron en nada. Sólo se quedaron quietecitos. Por eso fue irresistible no tomarlos— Yeonjun sostenía al pequeño Jeon-Seol.
—Gracias hyung por cuidarlos. Ya me voy. Gracia también a ti Soobin— El que no usara ningún honorifico con el omega, puso un poco de tensión en el ambiente, pero, el omega aludido, se limitó a salir de la oficina.
—No lo juzgues tan duro Jungkook por favor. Soobin está esforzándose por cambiar—El beta acomodó al pequeño en su cuna, mientras miraba con ojos de comprensión al omega.
—Lo siento. Pensé que luego de aquel día las cosas cambiarían... No soy rencoroso y sé que le salvó la vida a Tae...,pero puedo oler su amargura, cada vez que estoy cerca. Sé que te gusta hyung y aunque no lo entiendo, me alegra saber que tal vez puedas hacer que él cambie de actitud.
Seokjin se había mantenido en silencio. Siempre se había sentido un poco culpable por lo sucedido con Soobin y prefirió no intervenir.
—Mañana retomaré mis pacientes. Así que muchas gracias por haberme cubierto Yeonjun. Te debo una.
La pareja se despidió de su amigo y salieron al pasillo, donde la secretaria de Jin se levantó para despedirse de los cachorritos.
Esa noche, Jungkook se preparó. La señora Park había cambiado el pañal de los pequeños y los había alimentado con biberones, con leche que el omega más temprano y con paciencia había sacado de sus pechos. Esto le había dado tiempo al omega, para ducharse y prepararse. Los niños milagrosamente tenían un horario bastante bueno, por lo que sabía que dormirían al menos tres o cuatro horas antes de querer alimentarse otra vez. Eso era tiempo suficiente, para lo que esperaba que Seokjin le hiciera...El alfa por su parte, había bajado a recepción a buscar algunos accesorios que había comprado unas semanas antes y serían necesarios para los bebés.
Cuando llegó al departamento, la señora Park ya se despedía y le indicaba que los bebitos dormían tranquilamente y que su omega estaba en su cuarto. Seokjin sintió como su lobo se llenaba de alegría y anticipación, por lo que vendría.
Al ver a Jungkook recién salido de la ducha, no pudo evitar que su miembro respondiera. Su omega era hermoso y lo había extrañado mucho.
Se acercó y lo envolvió con sus brazos y su aroma. Lo llevó a la cama y lo despojó de la bata que llevaba. Ahí estaba ese hermoso cuerpo que tanto deseaba. También se despojó de su ropa y se posicionó sobre el omega. Comenzó entonces a llenarlo de besos.
Jungkook se sentía excitado. Seokjin estaba chupando y lamiendo su marca y eso lo llenaba de calor. Su pene estaba duro y el lubricante comenzaba a incomodarlo. Además, sus pezones todavía llenos de leche se habían endurecido. Seokjin los besó con suavidad mientras sentía el cuerpo de su omega estremecerse. Jungkook abrió sus piernas ofreciendo su deliciosa fragancia e invitando al alfa a poseerlo.
SeokJin estaba duro y ansiaba penetrarlo, pero también quería darle placer, así es que acarició con su lengua la punta del pene erecto del omega. Lo chupó y el omega comenzó a gemir su nombre. El alfa se sintió orgulloso y acarició su vientre mientras seguía chupando.
—Por favor alfa... No quiero, no puedo esperar más...
El alfa quería complace a su omega, así es que tomó sus piernas e hizo que envolvieran su cintura. Besó a Jungkook con pasión y entró en él, sintiendo la humedad del lubricante y cómo el omega se cerraba apretando su miembro. Cerró sus ojos ante el placer que sentía de estar dentro de ese magnífico cuerpo. El calor, lo apretado que se sentía, el aroma de su omega y su lubricación... Todo era un espectáculo para sus sentidos y una emoción sin límites.
—Hazlo duro.. —. La voz necesitada de su omega, hizo que comenzara a moverse. Primero lento, pero el omega tiraba de sus cuerpo—.Más duro, por favor.
SeokJin no se detuvo y comenzó a entrar y salir mientras tomaba todo el cuerpo de su precioso omega. Podían ver sus llamas de amor y del destino centelleando en sus ojos. La liberación venía, JungKook expuso su cuello y cuando ambos alcanzaron un orgasmo que los hizo temblar de pies a cabeza, el alfa volvió a hundir sus dientes en la marca, anudando al omega que volvió a vibrar de placer. Se quedaron unidos, por sus cuerpos y por su inmenso amor.
Era perfecto, estar así, viéndose el uno al otro. Fundidos en uno solo. Era en ese momento, cuando Seokjin estaba con su nudo dentro de Jungkook, que todo su amor parecía brillar. Habían vivido lejos el uno del otro, por muchos años, pero finalmente se habían encontrado. No importaba lo que había pasado antes de conocerse. Ahora estaban para ser compañeros de vida, para amarse y apoyarse mutuamente. Porque ambos sabían, que esas dos almas, el alfa y el omega, se encontrarían en cualquier mundo o lugar, porque al fin y al cabo se pertenecían el uno al otro eternamente.
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