Capítulo Once
—Ya no seas así, hyung. ¡Vamos dímelo! Dijiste que no querías que buscara nada en internet.
Seokjin miraba al omega y no podía dejar de reírse. ¿Podía existir alguien más precioso y adorable que el hermoso hombre que tenía sentado frente a él? Jungkook no dejaba de hacer pucheros y poner ojos de cervatillo. Era un contraste perfecto, con ese cuerpo precioso que tenía y los piercing que adornaban sus bellas facciones.
—Bueno...considerando que son dos...probablemente cuando estés entrando en tu cuarto o quinto mes. Si crecen mucho, será antes. ¿Elegiste un donante muy alto?, porque la carga genética que prevalece generalmente es la del alfa ¿sabías eso?
—No..., era de mi porte...eso recuerdo. Creo que hice bien en escoger a alguien que tuviera mis características. ¿Pero entonces, dices que al cuarto mes ya podré sentir a mis cachorritos?
—Si así será. Al ser dos, tendrán menos espacio y tenderán a moverse más. Ya verás Jungkook, a veces son pequeños movimientos.
Comenzarás a sentirlos en las noches, con tu cuerpo reposado. En la medida que vayan creciendo, será en todo momento y entonces, me pedirás que los saque cuanto antes...
—Eso podría pasar..., pero sería mi ansiedad por tenerlos. Todavía no sé cómo se hace con dos bebés... ¿los alimento al mismo tiempo? ¿harán popó al mismo tiempo también?
Seokjin entonces, soltó una gran risotada. Su omega, es decir, el omega, tenía muchas ocurrencias divertidas. Pero sin duda lo que más le gustaba, era la forma cómo abría sus preciosos ojos y se quedaba mirando hacia un punto fijo, imaginando, suponía Jin, cómo limpiaría la popó de dos bebés al mismo tiempo.
—No te rías Seokjin hyung..., esto es serio—Un adorable nuevo puchero hizo que el alfa se levantara de su silla y lo besara, mientras el omega suspiraba.
—No hagas eso...me vas a mal acostumbrar y ya no podré estar sin tus besos.
—Me gusta esa idea, omega bonito—Seokjin dejó una suave caricia en su rostro antes de volver a sentarse—, pero volviendo a la popó— Jungkook soltó una pequeña risita—no debes preocuparte. Puede que ambos se ensucien, pero si no tienes ayuda, tendrás que priorizar. Sobre la lactancia, existen clases en la clínica. Te aconsejo que tomes alguna en un horario que te acomode. Y no debes preocuparte, nada está escrito sobre piedra. Al principio comenzarás dándoles por separado y luego podrás decidir cómo hacerlo mejor. Va a depender de ellos también. Si uno tiene que esperar, no va a morir de hambre Jungkook.
—La beta que ayudó a papá a criarme se ofreció a acompañarme los primeros meses. Lo mismo que papá. Pero quiero aprender lo antes posible, quiero hacerlo por mí mismo.
—Todos necesitan ayuda Jungkook. Y si tienes la oportunidad que alguien te la de, pues debes aceptar. Si me dejas...yo también estaré allí para ayudarte.
Eso era una promesa a largo plazo que el omega no sabía si debía aceptar. No supo que decir en ese momento, por lo que la llegada de Lee Yeon Bok, fue su salvación.
—¡Jungkook-ah! Es un gusto verte en mi Restaurant. Espero que hayas disfrutado la cena.
Tanto Jungkook como Seokjin se levantaron para saludar a su anfitrión.
—Hyung, es un placer disfrutar de comida tan deliciosa. Quiero presentarle al doctor Kim Seokjin, un gran admirador.
Seokjin hizo una reverencia para saludarlo y luego el chef compartió con ellos un buen rato. Quedó bastante impresionado cuando el omega le contó acerca de su embarazo y la forma cómo lo había conseguido. Sin embargo, no lo juzgó. Había visto la preocupación de su amigo Hyuk, el padre de Jungkook, en la época en que su hijo había sido abandonado por su alfa. Por eso, verlo hoy tan feliz y radiante, era más importante que cuestionar las formas modernas de tener hijos.
Luego de esa conversación, de tomarse una foto, que Jungkook se encargó que fuera excelente y regalarle una carta del Restaurante con su autógrafo a Seokjin, el chef los dejó para saludar a otros clientes.
—Él es muy sencillo y amable—comentó Seokjin, quien todavía no podía creer que lo había conocido.
—Claro que lo es. Es un hombre que sabe lo dura que puede ser la vida. Nada ha sido fácil para él. Es un poco como mi padre. Todo el mundo cree que él nació rico. No es así. Yo nací rico, pero también he luchado por tener mi propio dinero e independencia. Y sé que eso es algo que puede molestar a algunos alfas. Sang-Ho lo hacía...
—¿Ese era el nombre de tu destinado?—Era la primera vez que Jungkook lo mencionaba.
Seokjin sabía que había varios temas que hablar. Luego de aquel beso y la aceptación mutua de los sentimientos que comenzaban a nacer, estaba el hecho indesmentible, que el alfa destinado de Jungkook existía, a diferencia del suyo que estaba muerto, hacía quince años. La ruptura había sido reciente. Nueve meses no era mucho tiempo, y era inevitable, preguntarse si el omega perdonaría al alfa si éste se arrepintiera de haberlo dejado. Podía suceder. La atracción entre destinados era una fuerza muy poderosa.
—Sí. Como dice Tae, era un alfa un poco extraño. Renegaba de todas nuestras costumbres ancestrales. Por eso no me marcó. No quería que tuviéramos el lazo. Decía que no era necesario. Ahora creo que no quería que yo me metiera en sus pensamientos..., tampoco quería cachorros. Sin embargo, tenía la idea que el omega debía depender del alfa en todos los aspectos.
—Es decir quería sólo lo que a él le convenía. Realmente no pensaba en ti, y en lo que merecías o querías.
—Supongo que era eso. Sé que su lobo se sentía atraído por el mío, aun cuando siempre me decía, que ambos éramos demasiado niños. Cuando nos vimos por primera vez, sentimos de inmediato la conexión. No entré en celo, pero si tuve la necesidad de...estar con él. Con el tiempo me enamoré—. Jungkook sentía que debía hablar esto con el alfa. No quería que hubiera nada secreto entre ellos—. Era un buen tipo, a pesar de todas sus tonterías. Al principio todo fue bueno, sin embargo, con el tiempo, comencé a darme cuenta que él no era feliz conmigo, sin embargo, yo tenía la ilusión de que al ser destinados todo estaría bien. Me equivoqué.
—¿Y si el volviera?, digo, ¿si se arrepintiera de haberte dejado y te aceptara y a los cachorros?—Jungkook miró a Seokjin y no sólo era su voz la que estaba llena de angustia. En su rostro se dibujaba un dolor que el omega quería eliminar a toda costa.
—Seokjin..., él no va a hacer eso. Y aunque lo hiciera..., yo no lo quiero. Sé que existe esa atracción entre los destinados, pero en estos meses fue desapareciendo. No tenía una marca y el enamoramiento que tenía... desapareció junto con su aroma y el convencimiento que, aunque fuera mi destinado, no era el indicado para mí. Los últimos meses fue un idiota, dándome órdenes e intentando que viviera de la forma que él sentía era la correcta.
—Pero si hoy apareciera frente a ti, dispuesto a darte todo...
—No lo volvería aceptar, aun cuando me ofreciera el mundo a mis pies. Además...—, Jungkook no estaba seguro si debía seguir hablando. Tenía clara su línea de pensamiento, pero no sabía si era correcto sacarla en ese momento. No es que desconfiara de Seokjin, simplemente, quería resguardar su corazón.
—Por favor no te detengas en lo que ibas a decir. Es importante para mí. Estoy asustado Jungkook, no sólo porque esta atracción hacia a ti crece a cada momento, sino porque tengo temor...de perderte si ese alfa vuelve a tu vida.
—Oh...hyung...Seokjin..., ni siquiera lo imagines. Lo que iba a decir...es que...algo cambió. No es sólo el que haya decidido tener mis cachorros, eso lo pensé por varios meses hasta que tomé la decisión. Me refiero a algo inesperado, que llegó a cambiarlo...todo...estoy hablando de ti...no sabía que iba a llegar un alfa a mi vida...Estaba tan cerrado a esa posibilidad, a querer a alguien. A enamorarme...y ahora...estás aquí...como un faro en una pequeña isla a la cual voy sin detenerme.
Con temor de estrellarme, pero algo en el fondo de mi corazón dice que eso no va a suceder...que tú estarás para mí y que yo estaré para ti. Es muy fuerte y también me asusta como el infierno. Porque cuando Jimin conoció a Taehyung, describió su atracción de una manera similar..., pero ellos eran destinados. Tú y yo..., no lo somos, pero se siente aún más fuerte que lo sentí por Sang-Ho.
—Lo sé. Sé que ambos estamos sintiendo muchas emociones nuevas. Pero, también quería saber cómo te sentías respecto a ese alfa. Quiero que sepas que a pesar del dolor que me pudiera causar, siempre serás libre para dejar esto que estamos comenzando. Jamás permitiría que no fueras feliz Jungkook, aun cuando eso significara que salieras de mi vida.
—Eso es muy lindo de tu parte. Sé que no eres egoísta y estoy seguro que cumplirías cada una de esas palabras. Pero, puedo asegurarte, quiero intentar esto. No sé a dónde nos va a llevar, te lo dije, pero mi lobo me empuja a aceptarte y aceptar estos sentimientos. Vamos a intentarlo. No pensemos demasiado en el pasado, en lo que dejamos atrás. Tú también perdiste a tu destinado y debes extrañarlo.
El postre había terminado, y Jin había dejado una generosa propina, por lo que se levantaron y salieron del Restaurante. Seokjin abrió la puerta del auto para JungKook y éste sonrió ante la caballerosidad y formalidad del alfa.
—Es cierto que a veces pienso en Jae-Hwan—, Seokjin rompió el silencio en el que habían caído, luego de salir del restaurante—. Pienso en todo lo que vivimos en esos años de convivencia. En lo bonito que fue descubrir que éramos destinados. Pero..., han pasado quince años. Es sólo un recuerdo. Su aroma ya no está en mi memoria, tampoco para ser sincero su rostro. Sólo vuelve a mí cuando voy a la casa de sus padres. Tal vez más de lo que debería. Al menos eso dicen mi familia y amigos.
—¿A qué te refieres con eso?
—Jae-Hwan era hijo único. Al morir, su familia quedó devastada. Me he sentido responsable de ellos. Son ancianos. Y sólo viven del recuerdo de su hijo. Voy a cenar con ellos dos o tres veces a la semana. Sé que todavía creen que soy el alfa de su hijo...
—Pero él murió Seokjin..., eres libre de buscar a alguien, formar tu propia familia.
—Lo sé, lo sé. Pero ellos no lo creen así. Y sé que he sido cobarde al no confrontarlos. Además, hasta ahora nunca me había enamorado o había tenido una pareja por mucho tiempo. Sé que debo terminar esa dependencia emocional. Pero no sé todavía cómo.
—Está bien. No estoy celoso de tu omega. Quiero saber si hubo alguien en tu vida ¿especial?
—Te aseguro que no Jungkook. Relaciones ocasionales. La más larga fue con el doctor Choi. ¿lo conoces? —El omega negó.
—Trabaja en la clínica. Él llegó a trabajar hace un año. Comenzamos a salir y a pasar nuestros celos juntos—. Un pequeño gruñido salió de la garganta de Jungkook, a su omega no le había gustado escuchar aquello—. Tranquilo omega, eso fue antes de conocerte. Terminé ese vínculo. No quería hacerle daño a Soobin.
JungKook escuchó atentamente, mientras reprendía a su lobo por sentir celos de un omega que ni siquiera conocían. Además, era lo esperable. Seokjin era hermoso, y como le había dicho una de las enfermeras, todos debían estar un poco enamorados de él. Su gentileza y amabilidad podían conquistar cualquier corazón.
Al fin llegaron al edificio de Jungkook. Seokjin insistió en acompañarlo hasta su piso. Cuando llegaron a la puerta, JungKook no dudó en invitarlo a pasar y Seokjin no se hizo de rogar.
Y la verdad fue que cuando cerraron la puerta fue como si dos imanes gigantes hubieran colapsado. Ambos se pegaron el uno al otro y se besaron con pasión. Seokjin acorraló al omega a la pared de entrada y pegó su cuerpo lo suficiente para sentir el calor que irradiaba Jungkook. Su lengua ya estaba explotando cada rincón de esa exquisita boca que sabía tan bien y que, además, besaba a la perfección.
JungKook tenía sus manos en la cintura del alfa, intentando sacar la camisa de los pantalones. Cuando al fin lo logró y llegó a la piel de Seokjin, este gimió al igual que su lobo que emitió un gruñido de satisfacción por sentir las manos tibias del omega.
—Tócame—. Suplicó Jungkook y Seokjin obedientemente, levantó la camiseta y la sacó del cuerpo del omega, dejando su torso desnudo. Seokjin beso entonces su cuello. Hundió su nariz en su glándula de aroma, justo detrás de su oreja y Jungkook gimió de satisfacción.
Ambos comenzaban a experimenta la excitación sexual que el momento les estaba provocando. Seokjin sentía como su pene se levantaba y se ponía duro, aplastándose más contra el cuerpo de Jungkook que también tenía una erección y que comenzaba a sentir la humedad que quería salir de su ano.
—¡Mío , mío! gruñó el lobo. Quería ese cuello y ese omega para él. Seokjin lamia y chupaba el cuello. La clavícula y los pezones de Jungkook. Estaban duros y eran un poco más grandes que el normal de los omegas, porque se estaban preparando para amamantar. Eso le fascinó y una sensación poderosa de posesión lo atacó. Sus ojos brillaban por el deseo y las ansias de poseer a Jungkook.
El alfa comenzó a desabrochar el cinturón del omega, quería arrancarle los pantalones y hundirse en él. Pero cuando Jungkook sintió las manos del alfa trabajando el botón de éstos, tuvo un momento de lucidez.
—Espera Seokjin—. Puso sus manos sobre las del alfa—. Vamos demasiado aprisa. Por favor detente.
Seokjin despertó de esa especie de hipnosis en la que su lobo lo había hecho caer. Y se sintió muy avergonzado. Tenía al omega semi desnudo y con su cinturón desabrochado. ¡Y era su primera cita!
—Oh Jungkook... yo... lo lamento tanto... Perdí la razón... lo lamento— buscó la camiseta del omega y se la entregó—Me siento tan avergonzado. Debería irme ahora..., no quise abusar...
—No Seokjin, espera—Jungkook se vistió con su rostro enrojecido—No fue sólo tu culpa, yo también caí en esto. Lo deseaba..., lo deseo..., pero no quiero que sea así, creo que debemos ir de a poco. No te vayas. ¿Por qué no te sientas un rato y hablamos?
El alfa asintió. Debían tranquilizarse y hablar. Esas emociones tan intensas que ambos estaban sintiendo, era una fuerza poderosa, que ninguno sabía explicar. Porque Seokjin sentía que era mucho más que un deseo sexual, o la necesidad de satisfacer su cuerpo. Su lobo había querido reclamar al omega, el cual a cada momento le resultaba más atractivo. Su aroma se colaba en su olfato hiper desarrollado como una droga de la cual el necesitaba probar y llenarse. Aroma que al calor de los acontecimientos se había intensificado notablemente.
Estaban ahora mirándose el uno al otro en silencio. El omega podía imaginar lo mal que se sentía el alfa. Entonces, buscó las manos de Seokjin y las enlazó con las de él, mirándolo con ternura y tranquilidad.
—Deja de mirarme así. No sientas culpa. No estoy pensando nada malo de ti. Sé cuánto me respetas y hoy he descubierto lo mucho que me gusta sentirte a mi lado—Seokjin lo abrazó y Jungkook se acomodó en su pecho.
—Tu aroma original me encanta, pero este nuevo aroma...el limón es una perfecta combinación—. Seokjin volvió a aspirar el exquisito aroma cítrico.
Jungkook se levantó de la posición cómoda en la que estaba y miró sorprendido a Seokjin—¿puedes sentir mi aroma a limón?
—Bu-bueno sí—respondió nervioso Seokjin. Él sabía que un nuevo aroma asomaba en los omegas luego del embarazo y que en la medida que éste avanzaba, podía ser percibido por cualquiera. No sabía porqué el podía sentir el de Jungkook, aun cuando su embarazo fuera reciente.
—Taehyung dice que ese aroma durante el comienzo del embarazo, sólo lo puede percibir mi alfa o el padre de los cachorros o alguien muy sensible a los olores..., dime algo...¿tú no estabas en esa base de donantes no?—preguntó con una gran sonrisa de burla.
Seokjin sonrió—Por supuesto que no Jungkook, debo ser muy sensible a los aromas—. Una cierta nostalgia sacudió al alfa. En realidad, él podría haber estado en esa base de donantes, pero había tomado una decisión contraria. Tal vez si hubiera estado, Jungkook lo hubiera escogido como el padre de sus bebés.
El omega se volvió a acomodar en el pecho de Seokjin. Tal vez el alfa era sensible. Después de todo, llevaba años sintiendo aromas de omegas y betas embarazados.
—¿Crees que esto, que sientas mi aroma, también es raro? Taehyung me dijo que tu hermano me quiere conocer. Me habló de círculos y vínculos entre no destinados.
—Él quiere que vayas al cumpleaños de mi cuñado. No te lo había dicho porque no quiero que te sientas presionado. Tampoco quiero que te sientas parte de algún experimento o algo así. Namjoon tiene unas extrañas teorías...
—Lo sé. Taehyung me lo explicó. Ambos están tan entusiasmados. No le digas a tu hermano, pero muchas veces le dije "gurú" —Seokjin se rio ante el apelativo—. Es que Tae siempre tiene una teoría para explicar algunas cosas...No me importa si nos quieren estudiar. Creo que yo también a estas alturas quisiera entender. Aun cuando no fuera una respuesta completamente científica.
Seokjin besó su sien—. Está bien cariño, le diré a Nam entonces que iremos. ¿ahora puedo besarte? Prometo que será sólo uno.
—Yo creo que es una gran idea.
Seokjin entonces comenzó a besarlo. Muy suavemente. Quería disfrutar su sabor, la textura de sus labios, la forma como Jungkook gemía bajito por el placer que ese beso estaba produciendo en él. Sus lenguas se encontraron y ambos sintieron como sus cuerpos y sus lobos comenzaban a despertar. Sin embargo, mantuvieron el control. Y no, no fue un beso, fue uno y otro y otro, porque ¡era tan difícil apartarse!
Jungkook quería que el tiempo se detuviera. Quería que ese momento sintiendo esos labios comiéndose su boca, no terminara, la paz y tranquilidad que sentía era inmensa. Una sensación de bienestar lo envolvía. Se sentía a salvo y feliz.
Era cerca de medianoche, cuando el alfa dejaba al omega en su departamento. Con un poco de culpa, porque su Kook debía levantarse temprano al día siguiente para el trabajo. Pero cuando el omega, se aferró a sus brazos y le pidió que le enviara un mensaje para saber que había llegado a salvo a casa, supo que tal vez, por esta vez, el descanso no era tan importante.
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