Capítulo 50
Ya saben que significan estos simbolitos: (♫♪) pueden escuchar Unconditionally de Katy Perry para ambientarse, y habrá un mini momento (🔥), atentos 7u7.
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Dejando el shock inicial por la noticia de Storm y Toothless, Hipo sonrió al ver lo adorable que se veía su lady durmiendo sobre su pecho, y después de que un bostezo se le escapara, decidió acompañarla a los brazos de Morfeo. Sin embargo, a la mañana siguiente, un horrible dolor de cabeza lo despertó con brusquedad, pero el verla todavía acurrucada sobre él, le hizo olvidarse de todo por al menos un segundo. Tras acariciarle la mejilla, acomodó con suma delicadeza su cabeza en la almohada para ponerse de pie, pero no sin antes asegurarse de cubrirla con la manta hasta un poco más arriba del pecho con el fin de que no resintiera su falta de calor corporal, ya que necesitaba buscar con urgencia medicamento que le ayudara a sentirse mejor. Se colocó deprisa la prótesis y ropa interior, pero antes de poder dejar la habitación, tocaron a la puerta.
- ¿Magnus?, ¿Eret? -preguntó mirándolos con extrañeza al abrir el portón, y asomando únicamente la cabeza, tanto por cubrir su semi desnudez, como para asegurarse de que Astrid no fuera visible en dado caso que, al rodar por la cama, se quitara la manta de encima.
-Gracias a Thor nos abriste tú- exclamó Eret en un suspiro de alivio.
- ¿Por qué?, ¿Astrid se molestó con ustedes?
- ¿Qué no te acuerdas de lo que pasó ayer? -preguntó Magnus con asombro.
-No todo. Gran parte de los recuerdos de cuando estuve ebrio, están borrosos.
- ¿Tienes resaca?
-Sí, ¿cómo lo sabían?
-No importa, solo ten esto antes de que Hofferson se despierte- respondió Hansen entregándole un vaso de agua junto a una pastilla.
-Gracias- dijo tomándose el medicamento con rapidez.
- ¿Y sí estuviste en condiciones para hacerlo? dime que sí- pidió el apurado Eret.
- ¿Hacer qué cosa? me están confundiendo.
-Sexo. Anoche nos dijiste que Astrid y tú iban a hacerlo, pero como estabas ebrio, era probable que no pasara, y de ser ese el caso, ella nos mataría- explicó Magnus por su mejor amigo- así que dime que sí tuvieron buena noche para poder irme tranquilo a desayunar.
Hipo al escuchar esas palabras de golpe, se sonrojó a más no poder, dejando peor a los patinadores que se vieron entre sí antes de intentar asomar la cabeza ligeramente hacia la habitación para obtener una respuesta.
-No, no, no, no- soltó el castaño apresuradamente obstruyéndoles el paso- no puedo dejarlos ver- añadió cubriéndose el rostro con vergüenza- Astrid está desnuda, sí tuvimos sexo.
Haddock no se atrevió a mirarlos a los ojos después de eso, y más porque únicamente le respondieron con un pequeño "ohh"; que la tierra se lo tragara en ese momento, pensó ante el silencio incómodo.
- ¿Babe?
No obstante, ante el llamado de la voz adormilada de su novia, levantó la cabeza para ver cómo los chicos se despedían torpemente de él y luego echaban a correr, dejándolo con una sonrisa burlona mientras cerraba la puerta y se recostaba de nuevo en la cama.
-Aquí estoy Mi lady- susurró dulcemente pegándola a su cuerpo.
- ¿Dónde estabas? me dio mucho frío amanecer sin ti- musitó esta escondiendo el rostro en su cuello.
-Perdón, fui por agua. Vuelve a dormir, me quedaré aquí para calentarte- aseguró besándola en la frente y viendo como cerraba los ojos- ¿sabes? a veces no entiendo cómo puedes causar terror en las personas, si eres una pequeña hermosura. Cuando duermes, me derrites por completo y pienso que no existe algo más inofensivo que tú- añadió en un murmullo acariciándole la mejilla.
Pese a que trató de dormir otro rato, prefirió observarla embelesado, aunque, al desviar la mirada al pequeño lunar que tanto amaba de su pecho izquierdo, y tras recordar lo que hicieron la noche anterior, se lo acarició con mucha delicadeza.
-Si vas a acariciarme, al menos hazlo con todos los dedos y no solo con uno- dijo de repente Astrid con la voz ronca, pero con aire divertido.
-Lo siento, no quería sentir que me propasaba tocándote sin tu consentimiento- respondió apenado.
-No lo haces, soy tuya, puedes tocarme todo lo que quieras- aseguró sentándose a horcajadas sobre él, obteniendo como respuesta una sonrisa tonta- vamos abajo, ya debes tener hambre.
-Claro, no me vendría mal.
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- ¿Sí puedes bajar sola? -preguntó Hipo cuando salieron de la habitación, ya que notó que no tenía tanta coordinación en las piernas como era de costumbre.
-No gracias a ti- soltó Astrid con una sonrisa- así que vamos, cumple tu promesa.
-Lo que ordenes- dijo en una risa cargándola sobre su espalda.
-Solo no voy a golpearte porque disfruté anoche; nadie se ríe de mí sin pagarlo- advirtió sujetándose de su cuello con cariño mientras descendían las escaleras.
-Jamás me reiría de ti- comentó tratando de no soltar una carcajada.
-Ajá, sí claro.
- ¿Te sientes bien As? -le preguntó la Hofferson menor con una ceja alzada al verla acercarse a la mesa con un andar extraño.
-Sí Storm, solo que los zapatos que usé ayer me lastimaron.
Aquello no era mentira del todo, pues una vez la rubia tuvo tiempo de quitarse los zapatos, descubrió que en sus talones había algunas cortadas que le causaban ligera molestia al doblar el pie.
- ¡Auch! es mejor que te pongas pomada.
-Eso haré apenas lleguemos a casa, pero mejor dime, ¿cómo te fue anoche?
-Grandioso, más tarde te cuento bien porque me da miedo que me escuchen; gracias por haberme ayudado- musitó sonriéndole con un sonrojo en las mejillas, recibiendo a cambio un pequeño guiño.
-Chicas, adivinen qué- mencionó Heather interrumpiendo la plática- miren lo que le dieron a Brenda ayer no mucho después de que se fueron.
- ¡No puede ser! -exclamó la entusiasta Storm al ver a la tímida Brenda mostrándoles su anillo de compromiso- que alegría por ti.
-Muchas felicidades, linda- dijo Astrid dándole un enorme abrazo- serás muy feliz con Magnus; elegiste a un buen hombre.
-Muchas gracias a las dos; estoy encantada que no sé qué más decir- respondió Brenda limpiándose una lagrimita traicionera por la felicidad que emanaba de su pecho.
La rubia sonrió con ternura al escucharla, pero al percibir por el rabillo del ojo a Eret y Magnus con su novio, se puso alerta.
- ¿Entonces te sigue doliendo la cabeza? ¿No sirvió la pastilla que te dimos en la mañana? -preguntó Eret sudando en frío.
-No chicos, la cabeza me explota; no volveré a tomar en mucho tiempo- sinceró el agotado castaño.
-Y yo estoy de acuerdo con eso- intervino la Hofferson llegando a donde ellos con los brazos en jarra.
-Rubia, ¿qué hermosa mañana, no crees? -aludió Magnus con una risa nerviosa.
-Oh sí, el clima amaneció perfecto para ir a nadar- continuó diciendo su mejor amigo con "naturalidad".
-Tenemos que hablar, ahora- pidió girándose sobre sus pies para dirigirse al jardín, tratando de ocultar el dolor de su entrepierna.
-Has sellado la muerte de Eret y Magnus- le comentó Toothless a su hermano al ver cómo los patinadores siguieron a su cuñada con paso temeroso.
-No fue mi intención- expresó Hipo mirándolo con culpa- no pensé que Astrid estuviera tan enojada.
- ¿Y por qué no?, se trata de ti, Astrid se toma muy en serio las cosas que tienen que ver contigo.
-Pero ¿al grado de pelear con quienes considera sus hermanos?
-Te pondré la situación al revés. Si Astrid hubiera sido la que se pasó con los tragos, y las chicas en vez de decirle que parara, la incitaran a seguir tomando, ¿qué hubieras hecho con ella ebria? estando dispuesta a desvestirse allí mismo sin importar quien la mirara, teniendo ganas de vomitar y sin contar con que apenas podía permanecer en pie- le planteó con una pequeña sonrisa.
-Estaría furioso; habría sentido que no supieron cuidarla y que, de no haber estado yo presente, podría haberle pasado algo malo... está bien, ya entendí- admitió en un pesado suspiro.
-Pero no temas, ellos estarán bien.
-Eso espero.
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-Ya dinos cuál será nuestro castigo por dejar que Hipo tomara anoche -solicitó Eret con resignación.
-Ninguno- dijo la chica alzándose de hombros- más bien, les debo una disculpa.
- ¿Por qué? -preguntó Magnus con extrañeza.
-Es cierto que fueron unos idiotas, pero lo que hicieron, sé que no fue con mala intención... o díganmelo ustedes, ¿qué hubieran hecho si yo no llegaba en ese momento?, ¿hubieran dejado a Hipo a su suerte?
- ¡Claro que no Astrid!, sabemos lo mucho que lo quieres, no íbamos a dejarlo de lado.
-No tengo que recordarles todo lo que he pasado, y la verdad es que tengo miedo, miedo a perderlo. Amo a ese chico que estúpidamente tomó alcohol hasta embriagarse, por eso reaccioné así, lo cuido mucho porque quiero una vida juntos, ¿entienden?, no quiero aprender a vivir sin él- explicó con la voz afligida.
-Hey, tranquila; no tienes que disculparte cuando los del error fuimos nosotros. Te prometo que seremos más precavidos, le cuidaremos la espalda- prometió Eret abrazándola contra su pecho al ver lo vulnerable que se había puesto.
-Así es, sabemos que solo quieres protegerlo y eso está bien. Te prometemos que no le pasará nada mientras estemos cerca- completó Magnus uniéndose al abrazo para reconfortarla.
-Gracias.
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- ¿Tú que haces aquí Dagur? ¿No deberías estar en tu luna de miel? -preguntó Storm con sorpresa una vez todos se dispusieron a desayunar.
-Lo sé, pero tenía que decirles algo antes de irme- dijo el sonriente pelirrojo en el umbral de la puerta- primero que nada, gracias por haberme acompañado ayer; de verdad lo aprecio. Y en segundo lugar, vengo a entregar lo que prometí porque soy un hombre de palabra pese al enfado de la rubia; el premio y castigo de mi juego de amor- añadió orgulloso, haciendo que la mencionada rodara los ojos con exasperación.
-Es verdad, ¿al final quién ganó? ya no alcancé a ver- indagó Toothless con curiosidad.
-El menos favorito de entre los finalistas. Uno de los meseros me ayudó a contar los shots y resultó ser que Hipo terminó bebiendo un trago más que Eret y Magnus.
-Ay no, ¿de verdad? -cuestionó el avergonzado castaño, recibiendo enseguida un asentimiento por su parte- los dioses me odian- musitó cubriéndose el rostro.
-No te avergüences hermano, ¡¡ganaste y eso es lo que importa!! -le dijo Dagur con humor entregándole los boletos- ahora, vamos afuera por el castigo- agregó mirando a Niels maliciosamente para luego encaminarse al jardín junto a los demás.
-Tú no vas a cumplir ningún castigo- anunció Eret deteniendo a su pareja cuando estuvo por cruzar la puerta y debido a que solo ellos faltaban por salir de la casa.
-Pero bebé, perdí, es lo justo- respondió Niels con sutileza como si estuviese siendo regañado.
-No lo es si estás enfermo- corrigió tocándole la mejilla- sigues teniendo fiebre, no vas a cumplir el castigo; yo tomaré tu lugar.
-Pero fuiste finalista, no puedo dejar que lo hagas.
-Claro que sí, tomo tu lugar porque te amo, ¿comprendes?
-Yo también te amo- dijo antes de besarlo en los labios, acto que Eret aceptó gustoso; al menos hasta que escucharon un carraspeo a sus espaldas.
La pareja se separó con un sonrojo en las mejillas, pero tras ver a Astrid recargada en el marco de la puerta, se relajaron, ya que con ella se sentían cómodos como para demostrar su cariño abiertamente, además que, no era la primera vez que los veía besándose.
-Oigan tortolitos, los están esperando- les recordó la chica con una cálida sonrisa.
-Yo iré en lugar de Niels.
- ¿Por qué?
-Ayer me enfermé; tengo fiebre y Eret no me dejará cumplir el castigo.
-Bueno, te diré algo, deja que tome tu lugar y yo me encargo de prepararte un té que te hará sentir mejor. Además, eso nos dejaría ver un acontecimiento imposible, Eret permitiendo que Dagur se salga con la suya- propuso guiñándole un ojo.
-Está bien As, acepto el trato- mencionó el sonriente Niels antes de salir de la casa.
-Gracias rubia.
-No me agradezcas Eret, tú prometiste cuidar a mi novio, así que yo prometo cuidar del tuyo- le aseguró esbozando una sonrisa que le fue devuelta.
Después de que Dagur se retorciera de satisfacción al darle el pastelazo a su amigo en la cara y de que lo arrojara a la alberca con ayuda de Magnus, se fue tranquilo a su luna de miel. Por otro lado, como Heather y Patapez pasarían unos días más en Berserker, y Eret y Magnus junto a sus respectivas parejas se desviarían hacia otro rumbo antes de volver a Berk, para cuando fue medio día, los Haddock y las Hofferson dejaron la casa.
- ¿Seguro que quieres manejar Hipo? -le preguntó Toothless a su hermano.
-Creo que no, la cabeza me da vueltas- admitió el castaño mirándolo apenado- perdóname.
-No pasa nada, tú descansa, yo veré con las chicas como nos acomodamos.
-Tannlos tiene razón, ten Hipo, ponte esto. Te ayudarán a no forzar la vista si quieres estar despierto en el camino- aconsejó Storm ofreciéndole unos lentes de sol.
-Muchas gracias, es bueno saber que siempre vienes preparada- mencionó a la vez que se los colocaba- ¿qué?, ¿me veo mal? -añadió para Astrid, quién le miraba detenidamente.
-Al contrario, te ves muy guapo; lo siento, solo te estaba admirando- sinceró con cariño ayudándolo a subir al asiento trasero.
Cuando pasaron diez minutos desde que Toothless encendió el motor, Hipo comenzó a luchar con todas sus fuerzas por mantenerse despierto, debido a un dolor de cabeza muchísimo más fuerte que el que había tenido antes.
-Ven, recuéstate en mí- le susurró la rubia al oído.
-Gracias, pero no hace falta, estoy bien.
-Claro que sí, estás mareado. Recuéstate y duerme- pidió acariciándole la mejilla.
Pero, el castaño solo aceptó su oferta al sentir un amargo sabor en la boca que fue el indicio de que era posible que vomitara. Al recostarse boca arriba en las piernas de su lady, esta le acarició el cabello a la vez que bajaba la ventana para que la brisa del viento lo relajara; con ese panorama, cerró los ojos en la espera de que el mareo y los mimos en su cabello, lo hicieran quedarse dormido.
-Perdón Hipo, ¿no te estoy dejando descansar, verdad? -le preguntó la nerviosa Storm cuando al empezar a cantar con energía, subió mucho el tono de su voz, olvidándose por un segundo que se sentía mal.
Sin embargo, la rubia de mechones azules no recibió respuesta, así que Astrid le retiró con mucho cuidado los lentes a su novio, dándose cuenta de que ya estaba en los brazos de Morfeo.
-Creo que él te contestaría que no hay problema, Tormentita- le dijo con gracia sacando su celular con la intención de tomarse fotos, siendo la última su favorita, ya que la había capturado en un ángulo donde se le podía ver sonriendo ampliamente mientras su cabello se movía por efecto del viento, y sosteniendo la mano de Hipo; quién seguía durmiendo en sus piernas.
Tanto fue su cariño por la fotografía que, terminó subiéndola a sus redes sociales, poniendo en la descripción de esta "Mi vida es mucho mejor desde que llegaste a ella; gracias por ser el amor de mi vida", además de etiquetar a Hipo. Pero, no pasaron ni cinco minutos cuando su celular comenzó a vibrar con desesperación, así que, al desbloquearlo para leer los comentarios de la publicación, con la mano que tenía desocupada, volvió a hacerle cariñitos al cabello del castaño, quién se acurrucó más contra ella.
-Tus fans aman usar el hashtag Hiccstrid, ¿verdad? -le mencionó Storm de repente con ternura al ver su publicación.
-Sí, no han dejado de usarlo para etiquetarnos en edits, además que, acuérdate, lo usaban desde antes de que anduviéramos.
-Cierto, pero oye, hablando de otra cosa, ¿cuándo llegaste a los 250 mil seguidores?
-Creo que meses después de la última competencia.
- ¿Entonces 250 mil personas van a ver una foto de mi hermano dormido? -preguntó Toothless con diversión luego de que su novia le mostrara la publicación.
-Quizá, pero se ve muy bonito- contestó la rubia con cariño dándole un besito en la frente a su novio.
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Después de una breve discusión, el pelinegro cedió el lugar de conductor a su novia, quién estaba más que contenta por tomar el volante, tanto que siguió cantando a todo pulmón hasta que, se reprodujo una de sus canciones favoritas, la cual no dudó en dedicársela.
(♫♪) Incondicional, incondicionalmente, te amaré incondicionalmente.
No hay miedo ahora, déjalo ir, y simplemente sé libre.
Te amaré incondicionalmente.
Ven tal y como eres hacia mí
no hay necesidad de que te disculpes, sé lo mucho que vales.
Te aceptaré en tus días malos y en los buenos.
Caminaré a través de la tormenta, lo haría
lo haría todo porque te amo, te amo (♫♪)
-Yo te amo más- le susurró este con ternura robándole un beso rápido para dejar que siguiera conduciendo- buenos días bello durmiente- añadió de forma burlona a su hermano que despertó una vez estuvieron a treinta minutos de casa.
-Buen día- contestó el castaño con la voz ronca y enderezándose torpemente- ¿quieren que ya tome el volante? -preguntó aún más dormido que despierto.
-No, ya vamos a llegar.
-Perdonen, pero bueno, al menos no te molestó conducir, ¿o sí Storm?
-Para nada, tú tranquilo- aseguró la mencionada sonriéndole por el retrovisor.
- ¿De qué noticia me perdí Astrid? -le cuestionó Haddock al ver las notificaciones que llegaban a su celular sin parar.
-Oh, de nada, solo subí una foto en la que te etiqueté- contestó la concentrada rubia que estaba en media partida de su juego de batalla favorito en su celular.
Dada su curiosidad, el chico entró de inmediato a sus redes con el fin de ver la dichosa foto, en la cual se aseguró de dejar un comentario tras sonreír enternecido; la rubia, al recibir su notificación, dejó su juego para leerlo. "Tú también eres el amor de mi vida, a pesar de que siempre me tomas fotos donde claramente luzco terrible".
-Olvidé postear que cobraría venganza con la misma moneda, pero no quise matar el romance de tu publicación- le susurró juguetonamente él cuando se aseguró que leyó su respuesta.
-Pues te deseo suerte con eso.
- ¿Crees que después de todo este tiempo no tengo varias fotos así?
- ¿Qué dices? yo siempre soy la que está despierta mientras tú duermes.
-Eso crees tú, pero la verdad es que me encanta tomarme fotos mientras duermes en mis brazos tras terminar de hacer el amor.
-Te mataré si las subes- advirtió arrugándole la nariz.
- ¿Por quién me tomas? -soltó risueño- soy demasiado egoísta como para compartir esas fotos. No, no, esas son para mí solito.
-Lo sé, pero eso no evita que subas otro tipo de fotos dónde me vea fatal- aseguró con una sonrisa divertida.
-Imposible, tú te ves hermosa incluso cuando terminas un arduo entrenamiento y estás con todo el sudor resbalando por tu bello rostro- sinceró tomándola por el mentón.
-Eres un tonto- dijo ruborizándose por completo.
-Pero amas a este tonto- respondió besándola detrás de la oreja.
-Sí, pero ya cállate.
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Una vez llegaron a casa, Gylda y Valka los recibieron con los brazos abiertos y una comida de bienvenida en el hogar Hofferson, a excepción de Finn, quién aún estaba en el trabajo. Para cuando la mayoría fue al comedor, Astrid estaba terminando de poner los cubiertos con un andar mucho más estable que el de la mañana, pero aun así su novio podía apreciar la diferencia.
-Te ves tan adorable caminando así- le susurró discretamente en un momento que se le acercó.
- ¡Cállate! que es culpa tuya- musitó dándole un golpe juguetón en el hombro antes de recibir un mensaje de Fergus; algo extraño, puesto que no esperaba contactarlo hasta el día siguiente.
- ¡Ve las noticias ahora!
Fue lo único que alcanzó a leer cuando corrió a la sala a encender el televisor y sintonizar la emisión que le había indicado su entrenador.
-Buenas tardes gente de Berk, como saben, estamos demasiado próximos a la competencia de patinaje más importante para el país; el campeonato mundial 2019. Por desgracia, ha ocurrido un desafortunado hecho -comentó el presentador en turno.
Ante esa apertura, el pulso de la Hofferson comenzó a acelerarse, ¿qué había ocurrido?, pensó tratando de conservar la calma, y más porque de reojo vio que todos estaban prestando atención a la pantalla.
-Este año contamos con la participación de 60 países en las categorías que ya todos conocen, siendo la rama femenil la más notoria por los puntajes tan cerrados en las clasificatorias. Entre las atletas más destacadas se encuentra Annie Smith de Estados Unidos, Marina Vega de México, Amaya Suzuki de Japón, Adalia Becker de Alemania y Astrid Hofferson de Noruega. Pero, ya sin dar más pautas, vayamos a lo importante, ayer llegó un comunicado alarmante a la escuela oficial de patinaje. Nos han hecho saber que en el plazo en el que se realizó la elección de candidatos, uno de los jueces fue sobornado para dar preferencia a algunos atletas; las autoridades acaban de reprenderlo y, en este momento, se está llevando a cabo su juicio con la intención de darle pronta solución a este problema sin mayores contratiempos. Por ahora, es toda la información que tenemos, tengan un buen día.
- ¿Qué significa eso Astrid? -preguntó la alterada Storm, sin embargo, su prima no le respondió, simplemente se quedó mirando la pantalla mientras apretaba los puños con fuerza hasta que sus nudillos se pusieran blancos.
-Cariño, dinos que ocurre -pidió Gylda con preocupación, haciendo que la chica los encarara, pero antes de poder decirles algo, marcó al número de su padrino.
-Ya vi todo, ¿cuántos días tengo? -preguntó de inmediato en cuanto Hansen aceptó la llamada.
-Una semana.
- ¿Será la misma pieza?
-Es lo que solicitan. Hofferson, te pido que respires profundo, te conozco bien y por eso sé que estás a nada de querer venir a la pista, pero acabas de llegar de Berserker. Te ordeno que descanses por hoy, asimiles la noticia y mañana mismo comencemos.
-Es que no es justo, sabes todo lo que he hecho para que esos ineptos...
-Lo sé, sabes que sí, pero tenemos las manos atadas- dijo interrumpiendo su discurso con sutileza, pues no quería alterarla más.
- ¿Te parece vernos a las cuatro de la mañana?
-Sin problemas querida, te veo mañana. Ten calma; estaremos bien.
-Lo intentaré, hasta mañana; un beso- dijo por último antes de colgar soltando un suspiro.
-Astrid, ¿qué pasa? -preguntó ahora Hipo al ver que su novia se negaba a hablar.
-Pasa que todo se fue al carajo- escupió la chica con una falsa sonrisa- como se sobornó al juez, vendrá otro jurado a evaluar de nuevo a aquellos que ya habíamos clasificado para asegurarse de que nos merezcamos la plaza.
-Pero, eso no es problema para ti.
-No, pero existe la posibilidad de que ya no clasifique si bajo el puntaje que obtuve cuando gané la primera vez. De ser el caso, Noruega elegirá a otra chica que tome mi lugar, pese a yo habérmelo ganado a pulso- dijo sintiendo un nudo en la garganta- coman ustedes, yo iré a descansar, mañana voy a ir a entrenar temprano- añadió corriendo escalera arriba.
Hipo al ver el dolor en sus ojos, no dudó en seguirla, y Storm estaba a nada de hacerle segunda, sin embargo, su madre la detuvo cuando estuvo por subir el primer escalón.
-Deja que Hipo vaya primero para no abrumarla más. Si quieres podemos hacerle algo especial de comer y ya para cuando él la calme, vas a entregárselo, ¿te parece cariño? -le propuso tiernamente la mujer.
-De acuerdo mamá.
Cuando el castaño terminó de subir las escaleras, lo hizo con la respiración agitada. No obstante, no detuvo su andar para llegar a la habitación de su novia, tocar la puerta dos veces y entrar. Al hacerlo, la vio recostada en la cama, dándole la espalda, así que, lentamente se recostó detrás de ella sin decir una palabra. Sin saber cómo aliviar su frustración, la abrazó con cariño, y aunque esta no reaccionó en primera instancia a su toque, después de un rato, tomó su mano para estrujarla con fuerza.
-Todo saldrá bien Mi lady, no te des por vencida- le susurró con la esperanza de que le respondiera tras aceptar el agarre de sus manos, pero se equivocó, Astrid no dijo nada.
La rubia pese a escucharlo con claridad, no tenía fuerzas ni quería responder; simplemente se le acercó lo suficiente a fin de que la mantuviera calientita. Hipo ante eso, depositó un besito en su sien, luego la miró con tristeza y entendiendo su sentir, se limitó a seguirla abrazando. Pasando dos horas, Storm entró en silencio con una bandeja de comida en mano antes de abrazarla, pero Astrid no le correspondió por estar perdida en sus pensamientos. Más sin en cambio, fue capaz de probar algo de alimento por súplica de los chicos.
- ¿Te ha dicho algo? -le susurró con discreción la rubia de mechones azules al castaño mientras veía a su prima comer sin ganas.
-Nada desde que subí.
-Esperemos que mañana sea mejor, si no, no sé qué pasará ahora.
En lo que restó de la tarde, Astrid únicamente abandonó la cama para saludar a su tío, pues en cuanto este quiso animarla, volvió a su cuarto. Al caer la noche, los Haddock decidieron retirarse, pero en cuanto Valka le preguntó a su primogénito que si iría con ellos, este le dijo que primero le preguntaría a Astrid si deseaba que se quedara con ella. Así que, teniendo su aprobación, y pidiéndole permiso al matrimonio Hofferson con la mirada, volvió al cuarto de su novia, quién seguía recostada en la misma posición en la que la dejó, por lo que al sentarse al borde de la cama, le pasó tiernamente la mano por la espalda.
-Mi lady, ya es tarde, solo venía a desearte buenas noches y a preguntarte que si querías que me quedara contigo o si preferías dormir sola- le musitó con cariño, pero al no obtener respuesta, interpretó lo segundo- está bien, descansa; te amo- añadió besándola en la mejilla, para luego ponerse de pie, dispuesto a marcharse, pero antes de abrir siquiera la puerta, escuchó su débil voz.
-No te vayas.
El castaño sonrió ante ello, y tras quitarse los tenis y la prótesis, se recostó detrás suyo, pero, como Astrid no quería dormir en cucharita, se giró para esconder la cabeza en su cuello. Este le besó la cabeza en respuesta, y una vez los cubrió con la manta, veló su sueño hasta verla caer rendida por el cúmulo de emociones.
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A la mañana siguiente, cuando Hipo despertó, se encontró completamente solo en la habitación, pero imaginando que su novia no había querido despertarlo para despedirse, solo le quedó resoplar con cansancio. Como sabía que toda la semana estaría muy estresada, se propuso apoyarla en lo que necesitara y recordarle sus horas de sueño y comida. Y, precisamente esa fue la rutina de los siguientes tres días; Astrid yendo de madrugada a la pista y llegando a casa únicamente a comer y dormir. Aunque claro, esta solo había podido conciliar el sueño si lo sentía cerca, era por eso que siempre llegaba por la tarde al hogar Hofferson.
El primer día que regresó de entrenar, volvió a hablar con normalidad, pero el castaño sabía que no estaba siendo ella misma, podía detectar en su voz la frustración, tristeza y miedo que sentía ante lo incierto, quizá por eso pensó que estaría de mejor ánimo si la visitaba en el entrenamiento. Tras despertarse el día posterior, se encontró de nuevo solo, pero ya teniendo su plan trazado, fue a bañarse y cambiarse de ropa antes de ir a la pista en compañía de su hermano y Storm. Al entrar al lugar, la vieron realizar con bastante precisión su coreografía, pero que al aterrizar de un salto, se cayó de sentón; al escucharla maldecir por lo bajo y levantarse para seguir practicando, se acercaron con su entrenador.
-Hola Fergusito, ¿qué tan estresada sigue? -preguntó la Hofferson menor a modo de saludo.
-Hola Storm, chicos... pues bastante, domina la pieza, pero se presiona demasiado y por eso se está cayendo más de lo normal- dijo el hombre sin dejar de analizar los movimientos de la patinadora.
- ¿Y por qué trae rodilleras y una muslera? -cuestionó el angustiado Hipo.
-Por protección, estoy cuidando que no sufra de un desgarro.
-De acuerdo, y ¿a qué hora van a venir mañana a evaluarla?
-A las diez- alcanzó a responderle antes de ver a su ahijada volver a caer, pero esta vez no se puso de pie, si no que, se quedó de rodillas cubriéndose el rostro con frustración, para luego echar a correr hacia los vestidores- ¡Hofferson, abre la puerta! -añadió tras alcanzarla en la entrada, pero sin poder verla, ya que había cerrado con seguro.
- ¡Astrid, vamos, déjanos pasar! -exclamó Storm con preocupación al darle alcance al hombre, al igual que los Haddock.
- ¡¡No, déjenme sola!!
-Olvidé decir que también está estresada porque esta mañana se eligió a la chica que tomará su lugar si no clasifica- susurró Hansen para evitar que la rubia escuchara la conversación.
- ¿Quién? -indagó con temor la Hofferson menor.
-Camicazi Carlson.
- ¡Qué dices! ¿Cómo consiguió la plaza? creí que ella tenía una técnica inferior y menos pulcra a la de Astrid como para que el país la quisiera como su representante- soltó el asombrado Toothless.
-La tiene, pero seguramente sus padres movieron sus influencias con el fin de que la escuela de patinaje la tomara como mejor candidata de reemplazo- le explicó su novia con molestia justo cuando escuchó gritar a su prima de dolor.
-Déjenme intentar hablar con ella- pidió el castaño con calma, quién en todo ese rato se mantuvo callado. Como los demás estuvieron de acuerdo, tras quedarse solo, se aclaró la garganta- ¿Astrid?, por favor, déjame entrar, solo estoy yo- agregó pegando la oreja a la puerta tratando de escuchar lo que hacía, pero no fue necesario, ya que esta no tardó en quitar el seguro.
Al ingresar con cuidado, se aseguró de volver a poner el seguro para que nadie los molestara de momento. Sin embargo, jamás se imaginó que Astrid estaría escondida hecha un ovillo en las regaderas y mirando a la nada, porque al parecer, pensar en todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor, era demasiado fuerte de soportar. Se le acercó a paso lento, y una vez se puso de rodillas delante suyo, le acarició la mejilla.
-Soy tan patética- escupió ella con rudeza- no debería estar aquí ocultándome como una cobarde, debería estar entrenando para la evaluación de mañana, pero por más que quiero, no me salen las cosas; estoy perdiendo el toque.
-No es cierto, estás bajo mucha presión, lo sabes. Solo tienes que respirar profundo para que te sea tolerable todo esto.
- ¡Para ti es fácil decirlo!, ¡No me jodas con eso, estoy harta de escucharlo! -soltó molesta.
- ¿Qué? -preguntó azorado, pues jamás se esperó esa respuesta tan golpeada.
- ¡Tú no sientes mi frustración!, ¡A ti no se te escapó como espuma tu mayor sueño en la vida! -terminó de decir con rabia, antes de caer en cuenta de que sus palabras provocaron un dolor profundo en sus ojos- ¡no, perdóname!, no fue mi intención decir eso- agregó con desesperación lanzándose a sus brazos- mi vida se está cayendo a pedazos y tú eres lo único estable que tengo. Lo lamento, sabes que estoy feliz por los logros que has tenido.
-Lo sé, no tengo nada que perdonarte, tranquila- exclamó abrazándola de vuelta- sé que estás enojada.
-No te imaginas cuanto- exclamó con dolor- Hipo, si Camicazi toma mi lugar, mi siguiente oportunidad para ir a ese campeonato sería hasta dentro de seis años cuando cumpla 28, y ni siquiera es seguro porque a esa edad es difícil que el país te elija por ya ser considerado veterano.
-Mi lady, el fin de semana apenas cumples 22, no te adelantes a los hechos; debes disfrutar de esta gran etapa que estás viviendo por primera vez.
- ¡Es que mentí, esta no es la primera vez que me presento al Campeonato Mundial! -soltó todavía más frustrada.
- ¿De qué hablas? -preguntó atónito.
-La primera vez que el país me eligió para representarlo estaba por cumplir los 10 años, pero debido a que las clasificatorias se mezclaron con el proceso de duelo por la muerte de mis padres, fue demasiado para soportar; abdiqué. La siguiente ocasión, con 16 años, me volvieron a dar la plaza, no obstante, cometí un error fatal que me dejó fuera de las medallas; terminé en 4to lugar.
- ¿Y por qué eso no se supo?
-Oh, créeme que se sabe, pero los espectáculos le dan nula cobertura a la rama junior, por eso no se viralizó la noticia de que no pude traer medalla a casa esa vez. Y, creo que por eso estoy presionada; me sentiría una fracasada si hecho a perder esto; estoy en lo más alto de mi carrera, con patrocinadores y con la confianza de la escuela de patinaje por tercera vez de que haré las cosas bien, como para que, por un estúpido descontrol de mis nervios, me hunda.
-No voy a dejar que eso ocurra, ¿de acuerdo? te he visto hacer cosas increíbles desde que te conozco; nadie tiene tu entrega y coraje en la pista, y de verdad créeme que no te lo digo solo porque eres mi novia. Recuerda, tienes todo el mundo aquí adentro- dijo tocándole la cabeza- solo necesitas ver más allá y confiar de nuevo en ti; no olvides que le prometiste a tus padres que algún día todos iban a reconocerte como "Astrid Hofferson; una de las mejores patinadoras del mundo".
-Gracias- externó enternecida uniendo su frente a la suya cariñosamente, ya que por ahora las palabras no eran suficientes para agradecerle todo su apoyo.
-Siempre, tú me ayudaste a cumplir mi sueño, así que yo estaré contigo en cada paso hasta que realices el tuyo. Ahora, vamos a por esa nueva clasificación para el campeonato mundial, ¿qué dices?
-Vamos.
Tras dejar los vestidores, Astrid volvió al hielo con mejor ánimo para realizar la coreografía, teniéndolo como su principal espectador desde la orilla de la pista. Y, tal pareció que sus palabras de aliento resultaron ser lo que necesitaba, puesto que, en el tiempo restante del entrenamiento, no volvió a caerse ni a sentir tanta presión en los hombros.
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Astrid durmió esa noche muchísimo más tranquila que las veces anteriores, por lo que, al despertar a la mañana siguiente, no se resistió en lo absoluto a besar los labios de su dormido castaño mientras se ponía a horcajadas sobre él. El chico al sentir el peso extra y la invasión a sus labios, se despertó muy apenas, además de devolver el beso con torpeza.
-Si tuviera algo de tiempo, haría el amor contigo una y otra vez hasta dejarte exhausto- le susurró ella con deseo.
-Pero no podemos, se te debilitarían las piernas.
-Lo sé, pero hay algo que sí puedo hacer- dijo bajando la mano lentamente por su abdomen hasta llegar al borde de su bóxer.
(🔥) Hipo gruñó por lo bajo ante su acción, pero abrió los ojos con sorpresa cuando la sintió acariciarlo por debajo de la tela.
-Astrid, ¿qué haces? tienes que prepararte para la evaluación- alcanzó a decir justo al escapársele un jadeo, debido a que esta decidió acariciar la punta de su miembro.
-Shhh, tú solo disfruta- susurró haciendo movimientos lentos hacia arriba y abajo hasta lograr que tuviera una erección, además de volver a apoderarse de sus labios.
Era tanta su necesidad por besarlo que no dudó en introducir su lengua para que bailara con la suya. Al escucharlo tratar de reprimir un suspiro, aumentó el movimiento de su mano, ganándose un sonoro gemido no mucho después, algo que la hizo sonreír victoriosamente, pero dado a que no deseaba que los escucharan, lo calló poniéndole un dedo sobre los labios. Posteriormente, le lamió el lóbulo de la oreja y le dejó un reguero de besos húmedos por su cuello hasta que, lo sintió estremecerse. Una vez le mordió ligeramente el cuello, supo que había conseguido llegar al clímax debido al líquido que se extendía por todo su miembro. Tras acariciárselo por última vez con suavidad, sacó la mano de su ropa interior y se puso de pie (🔥).
- ¿Qué?, ¿Acaso piensas dejarme así? -exclamó el castaño en un hilo de voz.
-Guapo, tengo que irme, solo quería quitarme un poco las ganas de hacerte mío- mencionó acercándose a la puerta.
- ¿Entonces solo fui tu juguete sexual? -preguntó con humor.
-Pues sí, pensé que era obvio- respondió sarcástica- en realidad es mi paga por volverte loco esta semana con mis cambios de ánimo- añadió apenada.
-No te disculpes. Mucha suerte, es una lástima que no pueda entrar a la evaluación, pero estaré esperándote a la salida.
-Gracias, eres el mejor- aseguró acercándose de nuevo para besarle la mejilla.
-No, tú eres la mejor- devolvió besándola detrás de la oreja.
-Ya me voy, porque tú nada más me estás provocando para que me acueste contigo- exclamó risueña.
-Yo no haría eso- mencionó "inocentemente" tocándole los glúteos.
Astrid al sentir ese movimiento, aprovechó que Hipo todavía seguía excitado para volver a tocarlo de manera intensional en su punto débil y levantarse de golpe de la cama.
-¡¡Hofferson!! eso no se hace- gritó con indignación apretando los ojos al sentir como empezaba a tener una nueva erección.
-Que empiece el juego- sentenció victoriosa antes de abandonar la habitación.
-Perfecto, si así lo quieres -susurró para sí mismo mirando al techo tratando de controlar las reacciones de su cuerpo, especialmente sus pensamientos, ya que se quedó con unas horribles ganas de tocar a su lady un rato más o al menos de devolverle el favor.
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Astrid estaba a punto de hiperventilar mientras esperaba a que llegaran los jueces a su evaluación, pero como no iba a permitírselo por nada en el mundo, decidió distraerse revisando algunas notificaciones de sus redes sociales y leer con una sonrisa un mensaje que Hipo le envió.
-Mi lady, nadie merece esa plaza más que tú; has trabajado tan duro desde que eras niña para alcanzar aquel sueño que, está a nada de cumplirse, estoy seguro de ello. Oye, tus padres estarían muy orgullosos, yo lo estoy; te amo.
-Pd: me dejaste con ganas de comerte a besos, eso no es justo; así que tendrán que haber represalias más tarde por eso.
-Astrid, ya es hora- anunció Fergus parándose frente a ella, haciendo que esta soltara un suspiro y tras entregarle su celular, caminara con paso seguro hasta los tres jueces que la evaluarían.
-Buenos días.
-Buenos días, Astrid Hofferson, ¿está lista para su evaluación?
-Desde luego.
Por otro lado, Hipo ya se encontraba afuera de la pista ansioso por ver a su novia y, mientras dejaba que las manecillas del reloj avanzaran, arribaron al lugar Storm y Toothless.
- ¿Cuánto llevas aquí cuñado mío? -preguntó Storm a manera de saludo.
-Un rato, me gusta pensar que yo soy el que está nervioso y no Astrid- admitió este rascándose la nuca.
-Hombre, calma, estará bien- le aseguró Toothless dándole una palmadita en la espalda.
-Tiene razón, debemos conservar la calma, no entrar en pánico y.... ¡¡santo Thor, ya salieron!! -chilló la rubia de mechones azules en un salto al ver al jurado abandonar la pista, lo que la hizo correr de inmediato al interior del sitio.
Los chicos la siguieron deprisa y, tras ver a la rubia sentada en las gradas con Fergus, esperaron a que estuviera sola para acercársele, no obstante, antes de hacerle la gran pregunta, la patinadora se les adelantó.
-¡¡Sigo siendo la representante de Noruega!!
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A manera de festejo, los chicos decidieron ir a comer al restaurante favorito de Astrid, quién no quiso revelar lo que había pasado en la evaluación hasta que hubieran ordenado.
-Vamos rubia, nos estás matando, cuéntanos que tanto pasó, por favor- pidió con súplica Storm apenas les retiraron la carta de la mesa.
-Venga Storm, deja al menos que pruebe bocado, toda la semana comí mal y hoy apenas pude respirar; prometo que les contaré cada detalle- respondió la mencionada esbozando una sonrisa.
-Tienes razón, anda, saborea la victoria.
Pero debido a que la Hofferson menor quería hablar por montones, sacó el tema de conversación del estreno de una película para discutirlo con los demás en lo que esperaban su orden, sin embargo, Hipo se percató de que su novia no intervenía mucho, solo escuchaba atenta los comentarios.
- ¿Te sientes bien Mi lady? -le preguntó en un susurro.
-Sí Babe, solo estoy un poco cansada; gracias por preocuparte.
-Siempre lo haré- sinceró atrayéndola a su pecho antes de compartir su opinión sobre el arte conceptual de la película con la pareja más joven, pero apenas les trajeron la comida, la degustaron en un silencio cómodo.
-As, sé que no puedes comer postre, y a pesar de que siempre nos dices que los disfrutemos sin ti, quisiera que hoy comieras un pedacito por la victoria que tuviste -le propuso Storm con cariño tras volver a pedir la carta por coincidir con los chicos de que debían comer algo dulce, pero al no recibir una respuesta, se giró a su prima con extrañeza, quién estaba apoyando las manos sobre la mesa y las cuales sostenían su cabeza- ¿Astrid?
-Se quedó dormida- le informó Hipo una vez se acercó a su lady para saber si estaba bien- descansa preciosa- musitó tomándola en brazos.
Astrid gruñó suavemente al sentir que la habían cambiado de lugar, pero de lo cansada que se sentía, fue incapaz de siquiera abrir los ojos. Aunque, no se preocupó de quien la cargó, ya que enseguida percibió el exquisito perfume de su castaño muy cerca de su nariz y el dulce palpitar de su corazón que la arrulló hasta adentrarse en el mundo de los sueños.
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Oficialmente entraremos en los últimos 5 capítulos de esta historia. Muchas gracias a todos aquellos que siguen leyendo y comentando.
Nos vemos pronto ;)
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