Capítulo 5

Nueva actualización, disfruten.

.

Por otra parte, la familia Hofferson había terminado de cenar hacia un par de minutos, así que Storm optó por dormirse temprano, Finn y Gylda salieron a comprar algunas cosas que necesitarían en la semana, y Astrid se fue a escuchar música al sillón pegado al ventanal de su habitación.

Recién le acababa de enviar un mensaje a Hipo para continuar con su conversación, pero cuando miró distraídamente la casa vecina, lo vio salir corriendo dando un portazo a la puerta. La rubia no se lo pensó mucho antes de quitarse los audífonos, escribir una nota en donde decía que iba a salir un rato, por si Storm despertaba o sus tíos regresaban antes. Bajó ágilmente las escaleras y al salir de su casa para seguirlo, agradeció internamente su condición de deportista y que el chico tuviera una prótesis, pues eso implicó que él no corriera tan deprisa y que ella pudiera darle alcance unos metros adelante.

Al verlo sentarse en una banquita que estaba frente a un lago, se le estrujó el corazón al notar que había comenzado a sollozar, así que mejor optó por darle un momento a solas para que se desahogara y cuando lo consideró correcto, se le acercó.

-Hipo... -llamó sutilmente.

El mencionado al escuchar su nombre, alzó la cabeza con rapidez, para luego quitarse con rudeza las pequeñas lágrimas que habían brotado de sus ojos.

- ¿Astrid?, ¿Qué haces aquí? -preguntó confundido mientras esta se sentaba a su lado, pero sin mirarle a los ojos para evitar incomodarlo.

-Te vi salir de casa pareciendo bastante molesto. Así que te seguí, lo siento; solo quería saber si estabas bien.

Ante sus palabras, el castaño se giró para verla, sin embargo, la Hofferson tenía la mirada fija en el bonito lago.

-No te hubieras molestado al venir hasta aquí, estoy bien.

-Eso es lo que siempre decía cuando algo no estaba bien conmigo. Escucha Hipo, entiendo mejor que nadie la parte de querer liberar el dolor en soledad; es algo necesario, pero llegará un punto en el que simplemente alcanzarás tu límite. Nunca está de más abrirte con alguien en quien confíes; no para que te juzgue o decirte que es lo que debes hacer, tan solo es para que te escuche sobre aquello que te atormenta- contó antes de ponerse de pie, estando dispuesta a marcharse.

- ¡No, espera! ¡No te vayas! -se apresuró a decir tomándola de la mano con fuerza.

Ella lo miró enseguida y, sin decirle nada, volvió a sentarse junto a él, en cuanto a Hipo, tras soltar su mano, desvió la mirada al lago con frustración. La rubia sabía que el castaño tenía un conflicto consigo mismo y que debía darle oportunidad de ordenar sus ideas, así que pensó en hablarle de otra cosa en lo que estaba listo.

-Este lugar es muy bonito, jamás había podido apreciar la luna reflejada en el agua de esta manera, ¿cuándo lo descubriste?

-Creo que tenía 10 años, había discutido con papá y simplemente corrí hasta llegar aquí. No suelo venir a menudo, pero se puede respirar mucha tranquilidad en este lugar.

-Sí, puedo sentirla- admitió cerrando los ojos un segundo para disfrutar de la brisa golpeando contra su rostro- este podría ser un buen paisaje para una pintura, ¿no?

-No lo había pensado, pero, tienes razón- aseguró brindándole una pequeña sonrisa que fue correspondida.

-A tu familia le debe encantar lo que haces.

-No a todos, a mi padre no le parece buena idea que haga esto. Por eso también estoy estudiando la otra carrera- contradijo cambiando abruptamente la expresión de su rostro.

- ¿Discutiste con él hoy por eso?

-Creo que no era difícil de intuir, ¿correcto?

-No, tu mirada dice mucho más de lo que crees.

-Pronto se llevará a cabo un concurso en el salón de arte de Berk, donde tendría que enviar mi mejor obra y, de resultar estar entre los 10 primeros ganadores, colgarían mi cuadro en una de sus salas por todo un verano. Esta sería mi oportunidad para que conozcan mi trabajo, pero mi padre dice que el arte es una pérdida de tiempo y hoy me prohibió participar en el concurso- lamentó dejando escapar una pequeña lágrima de desesperación por recordar su absurda pelea.

Astrid se molestó internamente, pues Estoico no estaba siendo consciente del daño a su hijo, pero a su vez, entendía perfectamente el porqué de su actuar, después de todo, su padre se había comportado alguna vez así con ella.

-Hipo, sé que te dije que solo te escucharía, pero quiero que sepas que entiendo cómo te sientes- confesó sujetándolo de la mano.

- ¿De qué hablas? eres Astrid Hofferson; una de las mejores patinadoras del país, tus padres debieron apoyarte muchísimo para que llegaras hasta dónde estás hoy.

-En realidad, no siempre fue así; al principio, mi padre no estuvo de acuerdo con el hecho de que su única hija se dedicara al patinaje. Él solía decir que perdería muchos años de mi vida para que al final mi carrera como patinadora terminara cuando cumpliera 28 años, decía que mejor dedicara mi tiempo a una carrera de verdad.

- ¿En serio? -preguntó sin poder creérselo.

-Sí, mamá siempre le explicó que era mi sueño y que no me importaba el sacrificio que implicaba realizarlo. Ella fue la que le insistió a Fergus que me entrenara y yo jamás me rendí, quería demostrarle a papá cuanto amaba patinar.

- ¿Y qué pasó?, ¿Lo conseguiste? -cuestionó nuevamente al estar sumergido en la historia.

-Después de dos meses de trabajo, llegó el día de mi primera competencia; donde ambos asistieron al evento. Gané el primer lugar y papá fue el primero en ir a abrazarme- relató con una sonrisa nostálgica- él me dijo que estaba orgulloso de mí, que lo perdonara por no haberme apoyado al principio y que solo quería lo mejor para mí, siempre lo quiso. A partir de ese momento, ninguno dejó de asistir a mis competencias y entrenamientos, al menos así fue hasta que partieron al Valhalla.

-Astrid, de verdad lo siento, volví a hacerte a hablar sobre tus padres- aseguró con arrepentimiento.

-No tienes porqué disculparte, no muy a menudo hablo de ellos y se siente bien hacerlo, me hace pensar que están cerca- interrumpió mirándolo con una sonrisa- Hipo, mi punto es que, tu padre solo busca lo mejor para ti a su inusual manera, ya que no ve lo mucho que te duele el que no te apoye en esto, pero si lo que quieres realmente es participar en ese concurso, hazlo. Más que para demostrarle a tu padre todo el potencial que tienes, es para demostrártelo a ti; confía en que lo lograrás, tal como lo hago yo.

Haddock ante tales palabras, no pudo evitar abalanzarse hacia ella para abrazarla, a lo que la rubia le correspondió de inmediato con la misma fuerza.

-Gracias Astrid, gracias por confiar en mí; de verdad lo aprecio. Solo quisiera que papá también me apoyara y entendiera lo mucho que quiero esto- expresó antes de separarse del abrazo.

-No hay nada que agradecer Hipo- negó sonriéndole- estoy segura que después de que ganes ese concurso, él verá el talento que tienes.

- ¿Tú crees?

-Tengo fe en que así será. O al menos, habrás logrado lo que quieres, cumplir tu sueño.

-Tienes razón, gracias. Entraré al concurso cueste lo que cueste.

-Así se habla, ¡por cierto! aún estoy esperando a que me muestres alguna de tus obras- le recordó con diversión.

-Perdona, es cierto. Te prometo que mañana mismo te enseñaré uno de mis dibujos- afirmó con una sonrisa avergonzada a la vez que se levantaba- vamos a casa, no quiero que tu familia se preocupe al no verte.

-No te apures por eso, está bien- confirmó despreocupada y poniéndose de pie.

Durante el trayecto de regreso, retomaron la conversación que habían dejado pendiente por chat sin dejar de sonreírse y, para cuando estuvieron enfrente de sus casas, Hipo detuvo a Astrid sujetando su mano con suavidad.

-Oye, solo quería agradecerte de nuevo por todo lo que me dijiste, así como que me dieras el honor de saber más sobre tus padres- sinceró inclinándose para darle otro abrazo, que esta le correspondió con gusto.

-Gracias a ti por escuchar, ¿nos vemos mañana?

-Claro que sí, hasta mañana.

.

En el momento en que el castaño entró a su casa, notó que todavía estaba su familia sentada en la mesa, así como que su madre y hermano fueron los primeros en acercarse.

- ¡Hipo! ¿Dónde has estado? me tenías preocupada- exigió saber Valka exaltada.

-Lo siento mamá- atinó a decir el mencionado con arrepentimiento, pero de verdad necesitó salir a despejar su cabeza.

- ¿No tienes algo más que decir? -escupió el furioso Estoico.

Hipo inmediatamente frunció el ceño al escucharlo y cuando estaba a punto de responderle de mala manera, se detuvo al recordar un consejo que le brindó Astrid.

"Si al llegar a casa sigues enojado con tu padre, es mejor que lo ignores por esta noche. Ya que, si te enfrentas a él sintiéndote así, solo le dirás palabras que después lamentarás haber dicho; cualquiera se vuelve irracional bajo ese estado, te conviertes en un arma de doble filo".

- ¡No!, buenas noches- respondió con frialdad dándose la vuelta para subir las escaleras e ignorando el llamado de su padre, quién estaba siendo retenido por su madre para no prolongar la discusión- no tienes que seguirme Toothless, estoy bien, solo estoy molesto con él- agregó hacia su hermano sabiendo que estaba detrás suyo.

-Lo siento Hipo, solo quería asegurarme de que realmente estuvieras bien- aseguró el pelinegro con nerviosismo.

-Lo sé y te lo agradezco- expresó dándose la vuelta para mirarlo y afirmarle que no debía preocuparse.

-Hipo, sabes cómo es papá, dale tiempo para que entienda.

-No lo sé... pero en fin, hermanito, hoy fue un día pesado y mañana es viernes, ¿te parece seguir hablando sobre esto después? sirve que saliendo de la escuela, nos vamos a algún lado.

-Claro que sí, nos vemos mañana; descansa.

-Gracias, igual tú.

.

Siendo las 5 am, Astrid nuevamente se encontraba haciendo algo de calentamiento, pues al día siguiente regresaría a entrenar un rato y quería estar lista. Pero le fue imposible no perderse en sus pensamientos esperando que la conversación que tuvo el día anterior con Hipo le sirviera de algo; esperaba que hubiera hecho lo correcto para él y no para complacer a los demás.

En fin, una vez que se arregló, y que dejara a Storm en su Universidad, se dirigió a la suya, donde al estar en el estacionamiento, revisó la hora en su celular; dándose cuenta que faltaban quince minutos para las 7 am. Tomó su mochila y almuerzo con calma, además de unos libros que encontró entre las cosas de su tío que podrían servir para su proyecto de Literatura.

Caminó con paso firme hasta que sonó su celular. Sabía que se trataba de Fergus por el tono de llamada entrante, el cual era diferente al resto debido a que casi siempre que se comunicaba con ella, era para una emergencia. Sujetó con torpeza el aparato y una vez que respondió, empezó a hacer malabares con todas las cosas que traía en las manos para evitar que alguna se le cayera.

-Hola Fergus, ¿todo bien?

-Hola Hofferson, sí, solo quiero hacerte una pregunta. ¿Vas a querer participar en la recaudación de fondos para el hospital y orfanato de Berk? te lo pregunto porque sé cuánto te gusta ayudar a los demás.

- ¡¿Qué?! ¿Ya tan pronto llegó la fecha, cuándo es? -preguntó asombrada sabiendo el compromiso que implicaba ser partícipe en aquel evento independiente de los que organizaba la escuela oficial de patinaje.

-Dentro de tres meses, el anuncio oficial de los participantes se dará en una semana.

- ¿¡¡Tres meses!!? -gritó no tanto por el poco tiempo que tendría, sino porque acababa de tropezarse con un desnivel del pavimento.

La rubia perdió el equilibrio enseguida, así que, por defecto, arrojó todos los libros que estaba cargando en un intento desesperado por no caerse, sin embargo, sabía que no iba a lograrlo. Lo único que le quedó por hacer fue esperar al momento de impactarse contra el suelo, así como rezarles a los dioses que no se lastimara los tobillos. No obstante, el golpe jamás llegó, a cambio, sintió unos brazos fuertes rodearle la cintura; al alzar la mirada para conocer el rostro de su salvador, se quedó estupefacta al encontrarse con aquellos ojos esmeralda pertenecientes a Hipo Haddock.

.

.

Reedición lenta, pero segura xd, espero disfruten de los pequeños cambios que están apareciendo.

Nos vemos pronto ;)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top