Capítulo 49
¡He vuelto!, en este capítulo habrá dos momentos (🔥) uno más intenso que el otro, así que están avisados, por si alguno no desea leerlos (aunque sé que la mayoría disfruta estas escenas).
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Astrid no paró de sonreír mientras terminaba de arreglarse al recordar lo divertida que fue la escena que montó con Hipo en la cocina, sin embargo, apenas tomó su bolsa, recobró su semblante. Al bajar las escaleras, únicamente se encontró con Storm; que mala suerte, pensó maliciosamente, pues incomodar a los chicos otro rato no le hubiera caído mal.
-Pero qué bonita te ves Tormentita- halagó con cariño.
-Gracias rubia, pero mírate tú, estás guapísima- devolvió la mencionada apreciándola de pies a cabeza- este momento lo debemos recordar por siempre- añadió sacando su celular para montar una mini sesión de fotos, dónde una vez quedaron satisfechas con los resultados, se aclaró la garganta con nerviosismo- oye, ¿puedo hablar contigo de algo importante?
-Claro, ¿qué pasa?
- ¿Puede ser afuera?
-Vamos- indicó tomándola de la mano para guiarla al jardín.
-Es que... quiero hacerlo.
- ¿Quieres qué?
-Quiero hacer el amor con Tannlos esta noche.
- ¿Estás segura? -le cuestionó con algo de duda.
-Sí, de verdad lo amo y sé que él a mí.
-Si tú te sientes lista, adelante Siri- dijo esbozando una sonrisa cariñosa- pero... ¿qué te preocupa como para haberme sacado de la casa?
-Oh, es que...- mencionó jugando con sus manos- él no lo sabe. No hemos tocado el tema y se lo quería proponer en la noche, y por lo mismo, ninguno trae protección- agregó ruborizada.
- ¿Y te piensas que yo sí traigo condones? -inquirió burlonamente.
-Pues sí, ¿no? asumí que Hipo y tú querrían aprovechar que no estamos en Berk para hacerlo.
-Deja que Hipo se termine de arreglar y vamos al cuarto, él es quién los trae- aseguró de brazos cruzados y manteniendo su sonrisa burlona.
-Gracias As, de verdad gracias, sabía que podía contar contigo- sinceró dándole un abrazo.
- ¿Sabes?, ya no creo que seas tan inocente como para intuir estas cosas.
-Claro que lo soy. Eso me lleva a otra pregunta, ¿qué se supone debo hacer en el acto? -soltó asustada, provocando que la otra se echara a reír.
-Bueno, esto será una plática interesante, ponte cómoda.
Pasando un rato, dónde Astrid trató de contarle todo lo que podía hacer en su primera vez, la guio escalera arriba con dirección a su habitación, asegurándose de que Hipo ya estuviera en la planta baja. Y, mientras ella buscaba en la maleta de su novio lo que necesitaba, Storm se dedicó a vigilar la puerta por si alguien entraba.
-Guárdalo bien- dijo entregándole el anticonceptivo.
- ¿Es de esos de sabor? -preguntó con curiosidad.
-No. Hipo prefiere usar de los delgados para que se sienta más natural la experiencia.
-Oh bueno... él siempre tiene buen gusto, confío en su juicio; gracias.
-De nada, vamos abajo.
Antes de seguirla, la rubia de mechones azules se aseguró de guardar bien el anticonceptivo en su bolsita, y tras mirarse al espejo asegurándose de que no estaba sonrojada, salió. Por otro lado, Astrid apenas conectó la mirada con el dueño de aquellos ojos esmeralda que la hacían sonreír como tonta, fue a abrazarlo.
-Estás hermosa, bueno, siempre te ves preciosa, mi valkiria- le susurró Hipo cerca de su oído.
-Gracias, pero si tú también te ves muy guapo- alabó tomando el pañuelito vino que iba en el bolsillo de su saco para acomodárselo correctamente.
-Gracias- musitó besándola sutilmente en los labios.
- ¿Por qué no me besas como me gusta? -preguntó sumergida en su burbuja de amor.
-Porque Magnus y Eret me están mirando, y hay más personas aquí. Además, la forma en cómo quieres que te bese, solo puedo hacerla cuando estamos solos- murmuró poniéndole un mechón detrás de la oreja.
- ¿Por qué tienes que ser tan lindo y caballeroso? -cuestionó haciendo un puchero, provocando que este se alzara de hombros- está bien, será después.
Al quedar media hora para el evento, salieron de la casa y, apenas llegaron al lugar de la ceremonia, esperaron en silencio a que los novios aparecieran. Siendo Dagur el primero de ellos, quién al llegar al altar, Heather se mantuvo a su lado para evitar que se muriera de los nervios, sin embargo, en el momento en que Mala ingresó, lo vio soltar pequeñas lágrimas de felicidad. Dichos los votos matrimoniales, los invitados los sintieron pasados de miel, ya que Dagur y Mala no escatimaron en decirse "Malapu y Mariposa" cada dos palabras, pero sabiendo que eso era parte de su esencia, solo les quedó aplaudir y gritar apenas el compromiso se selló con un beso.
Toothless aprovechando ese momento, se acercó a fotografiarlos, especialmente porque el pelirrojo le pidió que solamente tomara fotos al final de la ceremonia y en la entrada del salón de fiestas, ya que el resto de la velada se la pasaría como lo que era; un invitado. No obstante, cuando terminó el trabajo por el cual le habían pagado los recién casados, les ofreció una sesión en lo que los invitados terminaban de llegar al salón, y como Mala quedó encantada con la idea, se dirigieron al jardín, dónde para hacer más rápidas las tomas, Hipo lo auxilió acomodando las cámaras y la iluminación.
-Hermanito, los invitados los esperan- informó Heather llegando al jardín justo cuando el pelinegro tomó la última foto; una dónde los novios posaban recostados en el césped.
-Gracias. Oye, ¿crees que podrían esperar un minuto más?
-Supongo que papá puede distraerlos un rato, ¿por qué?
-Oh, es que Dagur quiere una foto con su familia del patinaje- explicó Mala por él, ya que su esposo se había avergonzado al intentar decirlo.
-Tranquilo, voy por ellos- accedió la sonriente pelinegra antes de echar a correr.
-Awww, Berserker mío, yo sabía que nos amabas demasiado como para tener una foto especial con nosotros- mencionó Magnus con humor llegando junto a Eret y Astrid.
-No seas pesado- pidió la rubia dándole un codazo, pero mirándolo con diversión.
-Bueno ya, acabemos con esto, que tengo hambre- pidió Heather colocándose a la derecha de su hermano.
- ¿No será que ya le echaste un vistazo al pastel, Heather?, porque te informo que tardarás días en bajar esas calorías de tu esbelto cuerpo- preguntó Eret con burla estando a su lado.
-¡¡Tenías que recordármelo!! -gritó con molestia- no me importa, hoy será la excepción.
- ¿En serio van a seguir hablando de comida? -preguntó Astrid colocándose a la izquierda de Dagur.
-Rubia, debes saberlo, eso siempre es un buen tema de conversación- afirmó Magnus con gracia posicionándose a su lado.
-Lo dice el que tiene mejor metabolismo que el resto, porque coma lo que coma, siempre mantendrá la figura más envidiable de nosotros- opinó Dagur rodando los ojos con diversión.
-Ese mismo- respondió burlonamente antes de que todos prestaran atención a Toothless, quién ya tenía la cámara lista.
-Bueno, a ustedes no tengo que decirles como posar, así que solo sonrían- pidió el pelinegro con gracia ajustando la lente de la cámara e indicándole a su hermano dónde apuntar la iluminación.
Una vez los patinadores le asintieron, posaron inconscientemente como si se tratara de una sesión para revista o como si la prensa estuviera delante de ellos. Pero, el Haddock menor no se quejó, al contrario, se emocionó al obtener lo que imaginó; un trabajo magnífico, pues dado a que sabían resaltar sus mejores ángulos, todo se veía muy natural, por no olvidar mencionar la figura envidiable que tenían gracias a sus duros entrenamientos.
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La fiesta estaba siendo todo un éxito, una vez los invitados gozaron de la comida, el matrimonio Berserker fue a abrir la pista de baile siendo elogiados con cientos de aplausos y chiflidos.
- ¿Qué pasa Mi lady? -le preguntó Hipo cuando terminó el baile, pues había notado que se les quedó viendo a los novios con una sonrisa enternecida.
-Nada, solo me preguntaba si podíamos tomarnos una foto y después ir a bailar.
-La foto sabes que sí... el baile, no sé, sabes que no soy bueno, y menos con la prótesis- le recordó con pena.
-Vamos, es fácil; yo te enseño- prometió sacando su celular para su mini sesión de fotos.
Sin embargo, antes de que pudiera pedirle que bailaran de nuevo, pararon la música, pues Mala se acercó al centro de la pista.
-Como es tradición, la novia debe arrojar el ramo. Así que, pasen al frente todas las chicas que aún no tienen anillo en el dedo- dijo el encargado de llevar el evento.
Dado a que Storm se emocionó con la noticia, y mucho más cuando vio a todas aquellas que iban juntándose en la pista, no dudó en arrastrar a su prima con ella, además de indicarle a Heather y Brenda que las siguieran.
-Vamos As, ¿qué tal que te toca el ramo y así Hipo te pide matrimonio?
-Tranquila, aún es muy pronto para casarme. Claro que veo un futuro al lado de él, pero antes hay otras cosas por hacer.
-Bueno, pero igual es divertido pelearte por el ramo- opinó, haciendo que la chica soltara una risa.
Al quedar llena la pista, Mala se subió a una silla a espaldas de ellas, y tras contar hasta tres, arrojó el ramo con fuerza. Pese a que todas las invitadas levantaron las manos, además de dar un pequeño brinco, el ramo cayó a la perfección en las manos de la tímida Brenda.
-Los dioses han elegido a la siguiente chica que caminará al altar, ¡un aplauso! -pidió el presentador con emoción, a lo que todas la felicitaron enseguida.
Mientras que, en la mesa dónde aguardaban los chicos, Magnus al ver que su novia había atrapado el ramo, escupió parte de su bebida, para luego toser con fuerza.
-Uy hermano, ya te atraparon- le dijo burlonamente Eret a la vez que tenía bien abrazado a Niels.
- ¿Estás bien? -le preguntó el castaño al ver que no respondió a la broma de su mejor amigo.
-A los dioses les gusta jugar- balbuceó Hansen más para sí mismo que para el resto.
- ¿Qué dices? -preguntó el confundido Toothless.
-Es que, pensaba pedirle a Brenda que se casara conmigo esta noche- explicó mostrándoles un anillo de compromiso que sacó del bolsillo de su saco.
Un grito ahogado se escuchó por parte de todos en la mesa, pero tras asegurarse de que las chicas aún no regresaban, lo felicitaron, además de desearle suerte para que su novia aceptara la propuesta.
-Wow, ¿en qué momento crecimos como para ya estarnos casando?, ¿no le vas a pedir matrimonio a Heather, verdad Patapez? -cuestionó Eret en broma.
- ¿¡Qué!? no, no, no... es muy temprano para eso- comentó el rubio mirándolo con pena.
- ¿Y ustedes Haddock?, ¿Han pensado en el matrimonio? -preguntó Niels de repente con curiosidad.
-Oh no, Storm y yo somos muy jóvenes, nuestra relación está excelente, pero el matrimonio es un paso importante. Cuando vaya a proponérselo, tengo que tener todo en orden para hacerlo bien- se adelantó a decir el pelinegro con nerviosismo.
- ¿Y tú Hipo? -preguntó Patapez al ver a su amigo muy callado, sin embargo, este solo se le quedó mirando sin ser capaz de emitir las palabras que se le atoraron en la lengua.
- ¡¡Ni se te ocurra pedirle matrimonio a Astrid!! -le advirtieron Magnus y Eret de golpe, haciendo que el chico se sobresaltara.
- ¡Eret! no puedes decirle a Hipo en qué momento debe casarse- intervino Niels a modo de regaño hacia su pareja.
-Perdón- mencionó el Haddock mayor en un carraspeo tras ordenar lo que iba a decir- no pensaba pedirle matrimonio ahorita, pero sí en un futuro.
- ¿Y entonces porqué te quedaste callado? -inquirió Hansen con la ceja alzada.
-Porque ustedes dos me ponen muy nervioso a veces. Somos amigos, pero también los veo como los hermanos mayores y musculosos de Astrid, quiénes en cualquier momento me pueden matar de un golpe- sinceró rascándose la nuca.
-Hombre, respira, solo estamos jugando- mencionó Eret dándole una palmadita en la espalda- somos conscientes de que Hofferson es más feliz desde que apareciste en su vida; jamás le quitaríamos eso.
-Él tiene razón- secundó su mejor amigo- solo sigue así, y no tendrás problemas con nosotros. Hasta incluso te prometo que les pago su luna de miel- añadió con picardía.
- ¿Gracias? -soltó con torpeza un segundo antes de que su lady regresara a la mesa.
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- ¡Esto es una fiesta, todos a bailar! -mencionó el presentador colocando música salsa.
- ¡Vamos Hipo, bailemos! -invitó la rubia de nueva cuenta mientras veía que el resto de sus amigos ya se habían dirigido a la pista.
-Es que en serio no sé hacerlo, además de que va muy rápida- explicó el mencionado viéndola con culpa, causando que esta lo viera con ojitos de cordero, sin embargo, cuando estaba por agregar algo más, la voz de Toothless lo interrumpió.
-Si me disculpas hermanito, voy a sacar a bailar a tu lady. Siri no sabe bailar salsa y Astrid quiere ir a la pista. Además, le estoy salvando la vida, porque con tus dos pies izquierdos, capaz y la tiras- dijo con diversión tomándola de la mano.
Ese comentario provocó la risa de la rubia, quién de inmediato se dejó guiar por él sin rechistar. Y vaya fue la sorpresa cuando al estar en el centro, empezaron a bailar como todos unos expertos.
-No sabía que Tooth bailaba tan bien- le comentó Storm a Hipo mientras los veían atentamente.
-Es que tu novio es muy penoso. De hecho, tomó cursos de baile hace unos años, por eso lo hace tan bien.
La chica sonrió ante ello, para luego distraerse hablando con él de otros temas hasta que, una vez acabó la canción, fueron arrastrados a la pista.
-Vamos Babe, esta es una canción lenta- le mencionó la rubia con cariño.
-Está bien, con estas puedo más- devolvió tomándola por la cintura, a la vez que ella se afianzaba de su cuello.
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Pasando la media noche, el lugar se inundó de música electrónica, y dado a que las Hofferson tenían una energía impresionante, fueron capaces de permanecer en pie entre todas las luces neón, a diferencia de sus novios, quiénes habían caídos rendidos en las sillas desde hacía un rato.
-Acompáñenme, Dagur organizó un juego para nosotros, ahora que ya casi acaba la fiesta- dijo Magnus al llegar a su lado, a lo que los chicos al ver que sus novias no parecían querer abandonar la pista, le siguieron.
-A ver muchachos, estamos celebrando mi boda y el poder del amor- mencionó el pelirrojo alzando un shot de tequila- por eso propongo un reto. Todos los que están aquí tienen pareja, así que, quién aguante más shots, le regalaré un viaje para dos personas dentro de un año a una de las playas más bonitas del país. Mi esposa y yo recibimos boletos extras por error para nuestra luna de miel, así que se los daré a quién más se los merece y claro, esto no sería divertido sin un castigo, el perdedor será arrojado a la alberca, además de recibir un pastelazo, ¿aceptan?
Ante tal oferta, nadie se resistió. La competencia dio inicio apenas todos sostuvieron un shot de tequila y se lo tomaron de golpe, pues de inmediato los meseros les acercaron una nueva ronda. Esa fue la dinámica hasta que uno a uno fue saliendo del juego debido al ardor en sus gargantas. El primero en perder fue Niels, así que, ya sabiendo su destino, simplemente se quedó al lado de su novio para motivarlo a que ganara; Toothless y Patapez fueron los siguientes en perder, pues al no tomar alcohol, ya se habían mareado mucho. Y, a pesar de que Eret y Magnus no tomaban con frecuencia, sí lo hacían más que Hipo, quién a pesar de estar siguiéndoles el ritmo, tenía todas las de perder.
-Toma Toothless, está haciendo ya mucho calor- dijo el risueño castaño lanzándole su saco.
-Hipo, deja el juego, ya te estás riendo como tonto por culpa del alcohol- aconsejó su hermano sosteniéndolo del brazo, puesto que había comenzado a tambalearse.
-Tonterías Chimuelito, estoy perfecto- mencionó con diversión, haciendo que el pelinegro soltara un bufido en respuesta.
-Venga, para ya, sabes que no tienes que seguir bebiendo, y con respecto al viaje, perfectamente puedes llevar a Astrid con tus ahorros.
-No, ¿no ves que este trago es crucial para llegar al amor de Astrid? -dijo con una voz aguda antes de beberse el contenido del shot como si fuese agua.
-Eso no tiene lógica- mencionó tratando de quitarle el siguiente trago, pero este lo evitó.
Así que, después de rodar los ojos con fastidio, decidió ir por los refuerzos. Estaba seguro que Astrid haría entrar en la poca razón que todavía tenía su hermano para que abandonara el juego.
-Necesito tu ayuda- mencionó apurado llegando a su lado al localizarla conversando en la mesa con las demás chicas.
- ¿Qué ocurre Tooth? -preguntó la rubia mirándolo con confusión.
-Dagur hizo una competencia de tomar alcohol, dónde el que más aguantara, recibiría un viaje para dos a una playa. Y bueno, el punto es que Hipo ya está borracho, pero no quiere dejar el juego porque realmente te quiere llevar- explicó rápidamente antes de verla abrir los ojos como plato y dirigirse hacia los chicos.
El pelinegro le siguió el paso junto a Storm, y en cuanto arribaron con los demás, no hubieran creído lo que estaba pasando si no lo tuvieran de frente, Hipo siendo sostenido por Eret mientras Niels desesperadamente trataba de abrocharle la camisa, puesto que el castaño había argumentado que estaba haciendo mucho calor como para traer ropa.
- ¿¡Qué en nombre de Thor le hicieron a mi novio!? -gritó la molesta rubia, causando que todos la miraran aterrados, a excepción de Hipo, pues él más bien le sonrió bobamente a la vez que seguía intentando quitarse la camisa- ¡ush!, ¿qué no vieron que no toma? -agregó pidiéndole a Eret y Niels con la mirada que lo soltaran.
Al hacerlo, este caminó a tropiezos hasta sus brazos protectores, así que de inmediato lo sujetó con fuerza para que dejara de insistir con el asunto de quitarse la camisa.
-Si para cuando vuelva, siguen apestando a alcohol, lo van a pagar muy caro, ¿¡han entendido!? -advirtió seriamente antes de arrastrar a su novio hacia los baños sin esperar una respuesta a cambio.
Sin embargo, no fue necesaria, pues apenas la rubia desapareció, los chicos se deshicieron de todos los shots. Y Storm y Toothless por su parte, fueron a seguirla por si requería ayuda en dado caso de que el castaño se cayera por lo ebrio que estaba.
- ¿Qué necesitas que te traigamos, As?
-Solo agua Tormentita, por favor. Haré que vomite, para que cuando lleguemos a la casa, se dé una ducha, si es que el alcohol no se le baja.
-De acuerdo, ahora volvemos.
Dicho eso, la Hofferson entró al sanitario de hombres, ignorando por completo a quiénes estaban allí, para luego ingresar a uno de los cubículos, y sentar a su novio frente a la taza de baño.
-Necesito que vomites- le pidió sutilmente mientras recargaba su espalda sobre ella, pues seguía tambaleándose mucho.
-Eres muy bonita, ¿te lo había dicho alguna vez?, probablemente no, lamento eso. Pero tienes que saber algo... desde el primer día que te vi, no pude dejar de apreciar tu belleza -le confesó este viéndola como tonto- ¿quisieras ser mi novia?, sé que no te puedo ofrecer mucho, pero te juro que voy a amarte más que a nada en este mundo.
-Eso ya lo sé, soy tu novia desde hace casi un año- respondió divertida al ver como el alcohol había afectado sus recuerdos.
- ¿En serio? wow, no me lo puedo creer. Oye, ¿y no tienes calor? porque a mí me da calor con tan solo verte preciosa.
-Hipo Haddock, no es momento de coquetearme, vomita para irnos de aquí.
- ¿Y qué recibo a cambio?
- ¿Estás intentando negociar conmigo? -preguntó alzando una ceja.
- ¿Quién, yo?, no, no, solo estoy tratando de... -intentó decir, pero al sentir una arcada, dejó de hablar.
Astrid rápidamente le ayudó a acercar la cabeza a la taza, y mientras él vomitaba todo cuanto podía, ella se encargó de sostenerlo, además de darle pequeños masajes en la espalda. Y, al ver que ya se encontraba mejor, lo llevó al lavabo a que se enjuagara la boca y se mojara la cara.
Hipo obedeció cada una de sus órdenes sin rechistar, para luego dejarse arrastrar hasta su mesa. A cada parpadeo, sentía que el lugar le daba más vueltas, así que lo mejor que pudo hacer tratando de no marearse, fue recargarse en ella.
- ¿Sabes que sería increíble Mi lady? -dijo en una pequeña risa.
- ¿Qué cosa? -preguntó tomándolo del mentón, pues por lo mismo que se encontraba desorientado, estaba hablando mirando hacia el otro lado.
-Que pudiéramos volar en dragones, sería increíble- contó tocándole juguetonamente la nariz.
-En la época de vikingos, ¿no?
-Sí, serías una hermosa vikinga- reveló antes de mirarle el escote distraídamente- mi hermosa vikinga.
- ¿Acabas de verme los pechos? -cuestionó divertida al ver cuán atrevido estaba siendo.
-Sí- sinceró sonriente- son bonitos como tú... y más este que tiene mi lunarcito favorito- agregó señalando con el dedo su pecho izquierdo.
-Eres tan pervertido y lindo cuando estás ebrio- opinó besándolo en la mejilla- por eso no puedo enojarme contigo por haber tomado de más.
-No, no te enojes conmigo, porque me pondría muy triste- pidió haciéndole un puchero, el cual derritió por completo su corazón, tanto que, simplemente pudo abrazarlo contra su pecho a modo de respuesta.
- ¿Lograste bajarle el alcohol? -preguntó Toothless una vez consiguió lo que le había pedido.
-No en realidad, solo que vomitara- informó dándole una botella de agua a su novio- tómatela despacio- añadió, a lo que este en respuesta le sonrió con torpeza.
- ¿Sí está muy borrachito? -preguntó Storm aguantando las ganas de echarse a reír.
-Sí, hace rato ya no se acordaba de que soy su novia, porque me preguntó que si podíamos salir.
- ¿Te propuso ser su novia en el baño? -intuyó soltando una carcajada, recibiendo a cambio un asentimiento.
-Wow Hipo, que poeta romántico resultaste ser- dijo Toothless con gracia a la vez que revisaba la hora en su celular- son las 2:30 am chicas, ¿ya quieren irse a descansar?
- ¿Por qué solo les preguntas a ellas?, ¿Acaso yo no cuento? -intervino su hermano mirándolo con "indignación".
-Tú ahorita ni sabes quién eres, tu voto no cuenta.
-Es una pena, mi voto es muy importante, ¿verdad Mi lady?
-Sí, tu voto es importante- concedió la mencionada acariciándole la mejilla- ándale, sigue tomando agua.
- ¿Entonces? -volvió a preguntar el chico en un tono más bajo para que Hipo ya no escuchara.
-Sí, vámonos.
- ¿Quieres que te ayude con él, As?
-No te preocupes Tooth, yo puedo- contestó amablemente sosteniendo al castaño de la cintura para poder caminar.
Tras despedirse de los recién casados, además de desearles buen viaje en la luna de miel, se dirigieron a la salida, dónde se encontraron con Eret y Magnus.
-Hipo, ¿qué tal hermano?, ¿ya estás en tus cinco sentidos? -le preguntó Hansen con inquietud.
-Mmmm, ¿volar es un sentido? -le cuestionó Haddock a su lady, quién le asintió lentamente- sí Magnus, estoy al doscientos por ciento- añadió tambaleándose, pero esta lo sostuvo con firmeza para que no se cayera.
- ¿Ves Hofferson? él ya dijo que está bien- mencionó Eret con una sonrisa nerviosa.
-Claro, lo que digan. Si mañana Hipo despierta con resaca o si hace algo que no estaba en mis planes para lo que resta de la noche, a quien mataré será a ustedes- sentenció la rubia aún molesta.
- ¿Y por qué solo con nosotros? los demás también lo incitaron a tomar- se defendió Eret.
-Además, ¿cuáles se supone son tus planes para lo que queda de la noche? -añadió el desconcertado Magnus.
- ¿En serio quieren saber? -advirtió mirándolos maliciosamente.
- ¡¡Uyy sí!! hoy es noche de sexo- soltó Hipo de repente sin vergüenza alguna, provocando que los patinadores se sonrojaran al instante.
-Ahí está, mi novio ya lo dijo. Si algo sale mal, la culpa será suya. No se queden tan tarde, los veo mañana- pidió antes de salir finalmente del salón.
Cuando llegaron al auto, Toothless les abrió la puerta trasera, pero cuando su cuñada estaba por subir a su hermano, este se le adelantó arrojándose al asiento jalándola a ella en el proceso, todo con tal de quedar encima suyo.
-¡¡Hipo, contrólate!! no quieras devorarte a Astrid aquí mismo; ten modales- lo regañó el pelinegro cerrándole la puerta y ayudando a Storm a subirse al asiento del copiloto.
- ¿Puedo comerte aquí mismo? -le susurró el castaño a su novia.
-No Babe, aquí no. Tienes que esperar a que lleguemos para darte una ducha- negó la chica tomándolo del rostro para que no intentara nada.
-Es una lástima- dijo con tristeza- ¿al menos puedo recostarme en tu regazo?
-Claro- aceptó acomodándose en el asiento, dándole así la oportunidad de que recostara la cabeza en sus piernas, además de abrazarla por la cintura.
El camino de regreso fue bastante tranquilo, excepto para Storm, pues entre más cerca estuvieran de la casa, se ponía más nerviosa, debido a que aún no le comentaba a su novio la idea que tuvo esa mañana. Sin embargo, al llegar a su destino, prefirió enfocarse en la divertida imagen del durmiente Hipo para relajarse.
- ¿Qué? -le cuestionó Astrid con extrañeza a Toothless cuando bajó del auto con el castaño en brazos, ya que la observaba detenidamente.
-Nada, solo estaba admirando tu fuerza para cargar sin ayuda a mi hermano que es más alto y pesado que tú.
-La rubia practicó por mucho tiempo gimnasia, por eso desarrolló mucha fuerza en los brazos- informó la Hofferson menor con orgullo yendo a abrir la puerta.
-Eso lo explica todo- dijo el todavía impactado Toothless- cuñada, ¿quieres que yo bañe al bello durmiente?
-No te preocupes, yo lo hago... solo ¿podrías prepararme la bañera?
-Claro, ya vuelvo- aseguró antes de acercarse a Storm para hablarle al oído- después de ayudarle a Astrid, lo que resta de la noche será solo para nosotros, si quieres vemos una película, ¿te parece?
-Claro corazón, me encantaría- afirmó la rubia de mechones azules con una sonrisa nerviosa.
- ¿No le has dicho lo que quieres hacer, verdad? -le preguntó su prima cuando se quedaron a solas.
-No y estoy nerviosa, ¿cómo crees que se lo tome?
-No lo sé- sinceró mientras dejaba a Hipo en el sillón un momento- pero no temas, es de Toothless de quién estamos hablando.
-Eso espero, gracias. Y, supongo que por cómo está Hipo, ustedes ya no harán nada hoy, ¿cierto?
-Si se queda dormido o no se le baja el alcohol, no. Pero espero que no sea el caso, habíamos esperado mucho este momento como para que se arruine por unos tragos.
Storm rio por ello, y después de esperar unos segundos, subió en compañía de Astrid y el dormido Hipo a la segunda planta al ya estar el baño listo.
- ¿Entonces estás segura de que no quieres ayuda? -volvió a preguntar el pelinegro sin sonar insistente.
- ¿Me ayudarías a meterlo a la bañera? había olvidado que no puede mojar la prótesis.
-Claro, vamos.
-Yo me despido de una vez, suerte As, espero que tu noche sea buena- le musitó Storm con nerviosismo.
-Gracias, espero lo mismo para ti; respira, todo irá bien- le aseguró de nueva cuenta, a lo que esta le asintió con rapidez antes de dirigirse a la habitación que compartía con el Haddock menor.
Posteriormente, Astrid y Toothless llevaron a Hipo al baño, dónde tras ponerlo de pie, su hermano se encargó de sostenerlo mientras ella le comenzaba a despojar de sus prendas.
-Hey, ¿por qué están robando mi ropa? -exclamó el castaño con voz adormilada.
-No la estamos robando tonto, solo te vas a bañar- explicó el pelinegro rodando los ojos con diversión.
-Pero no traje mis flotadores para meterme al agua- argumentó con tono angustiante.
-No los necesitas Hipo, el agua no es profunda- le respondió Astrid con gracia mientras le desabrochaba el pantalón.
-Alto ahí preciosa, podré estar ebrio, pero no dejaré que le quites la envoltura al dulce tan rápido- dijo pícaramente, recibiendo a cambio un pequeño codazo por parte de ella.
- ¡Por Odín, Hipo! -exclamó su hermano echándose a reír- sin dudas eres un pervertido.
- ¿Qué puedo decirte? soy único en mi clase- respondió cuando estuvo completamente desnudo y sin la prótesis.
Sin embargo, los chicos ignoraron su comentario para poder meterlo en la bañera, dónde al conseguirlo, Toothless negó con la cabeza al contar todas las tonterías que había dicho su hermano en tan solo un par de horas.
-Astrid, tienes que dejarme burlarme de él después de esto.
-Adelante, de todas formas, creo que ya se humilló solito- concedió la rubia al ver cómo su novio se divertía con las burbujas que hacía el jabón.
-Gracias. Si quieres puedes hablarme cuando vayas a sacarlo de la bañera.
-No te preocupes, disfruta de tu noche con Storm. Se supone que con el baño estará más sobrio, pero, de cualquier forma, si surge un imprevisto, te aviso.
-Está bien, suerte con él, y gracias por cuidarlo- dijo por último con sinceridad antes de salir del cuarto de baño.
- ¿Quién se supone te dio permiso para tocarme? -le preguntó con diversión a Hipo, pues apenas se quedaron solos, lo sintió acariciarle los glúteos con evidente deseo.
-Mmmm, yo solito me di el permiso- dijo sonriéndole mientras esta se arrodillaba al pie de la bañera- pero, prefiero tocar a estas bellezas- agregó señalando a sus pechos.
-Si mejoras, podrás tocarlos.
-Es una buena oferta, ¿y también puedo jugar con tus botones? -preguntó refiriéndose a sus pezones.
-Sí, pero recuerda, solo si estás sobrio.
-Eso no es justo, pero de acuerdo- aceptó antes de recibir un chorro de agua en la cabeza.
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Por otra parte, en cuanto el pelinegro cruzó la puerta de su habitación, vio a su novia caminando nerviosamente de un lado a otro.
- ¿Qué tienes amor?
-Es que quería hablar contigo sobre algo- respondió esta sin atreverse a verlo a los ojos.
- ¿Sobre qué?
-Es que, me preguntaba si nosotros... es decir... te amo, confío en ti como a nadie, así que me preguntaba si podíamos llegar a otro nivel; quiero que hagamos el amor- soltó de golpe, haciendo que se pusiera pálido y sin ser capaz de emitir una palabra- pero no lo haremos si tú no quieres.
- ¿Estás segura de querer hacerlo conmigo? -preguntó en un susurro tras recobrar la compostura.
-Claro que sí, ¿y tú?
-Desde luego, te amo más que a mi vida. Ya había pensado en proponértelo hace tiempo, pero quería que estuvieras completamente lista, por eso no te dije nada- confesó acariciándole los labios con ayuda de su pulgar.
-Pues ya lo estoy, quiero entregarme a ti- atinó a decir uniendo sus labios con los suyos.
Toothless le correspondió con gusto, además de poco a poco ir guiándola a la cama, dónde la recostó con sumo cuidado antes de separarse del beso para admirar su rostro.
-Y yo estoy listo para entregarme a ti.
Storm sonrió ante ello, así que, estando motivada, empezó a quitarle el saco y a desabrocharle los botones de la camisa.
-Espera amor, no traigo...
-Yo traigo, le pedí uno a Astrid en la mañana- le interrumpió apenada y sacando de su bolsita el anticonceptivo.
- ¿Sabías que te diría que sí? -preguntó con asombro.
-No, pero lo esperaba.
El pelinegro ante dicha confesión, le sonrió mientras tomaba con nerviosismo el anticonceptivo. Posteriormente, se sentó para quitarse la camisa y retirarse los zapatos al mismo tiempo que su novia lo hacía. Con lentitud y pidiéndole permiso, le bajó la cremallera del vestido, y retiró lentamente la tela de sus hombros, hasta verlo caer con gracia por los costados. Storm ante eso, terminó de quitárselo y al quedar únicamente en ropa interior, lo abrazó tiernamente por el cuello. Cuando él le devolvió el gesto, trató torpemente de quitarle el pantalón, pero al no conseguirlo, le ayudó un poco.
Una vez ambos estuvieron en paños menores, Toothless se acercó a besarle con timidez el lóbulo de la oreja mientras le acariciaba la cintura con la yema de los dedos, a lo que ella por su parte, lo tomó de las manos para que la tocara bien, además de besarle el cuello.
- ¿Quieres seguir?
-Sí- vociferó soltándose el cabello en un movimiento- puedes quitármelo- dijo refiriéndose a su sujetador al verlo desviar la mirada a sus pechos de forma tímida.
(🔥) Cuando este le soltó el broche, se separó para bajarse los tirantes y dejarse totalmente expuesta ante él sintiendo un revoltijo en el estómago, tanto que no pudo evitar sonrojarse y cubrirse la cara.
-No te cubras, eres preciosa- susurró tiernamente jalándola para abrazarla, subir la mano lentamente hasta uno de sus pechos y masajearlo con timidez.
La chica soltó un jadeo en respuesta que le provocó un cosquilleo, así que deseoso de escuchar de nuevo aquel sonido, lo apretó con un poco más de fuerza. Storm entrando en un nuevo aire de confianza, fue recorriéndole la espalda con sus uñas, además de besarlo en los labios, en dónde un rato después se animó a morderle ligeramente el labio inferior. Todo estaba siendo maravilloso, pero la curiosidad por el bulto que sentía cerca de la entrepierna, lo era todo, tanto que, tras acariciarlo sobre la tela, lo escuchó gruñir contra su oreja. Y, cuando enredó las piernas en su cadera, empezaron a moverse lentamente para ir tomando ritmo hasta que, empezó a ser tortuoso el no terminar de unirse, pues el cosquilleo de sus partes bajas se los demandaba.
- ¿Podemos hacerlo ya?
-Deja me pongo esto- susurró torpemente buscando el anticonceptivo y terminando de desvestirse al igual que ella, quién sin quererlo, abrió los ojos con sorpresa al ver el tamaño de su miembro; afortunadamente, por la mañana había recibido los consejos pertinentes para no tener miedo.
Por lo que, estando lista para recibirlo, se deshizo de su pantaleta, se recostó por completo en la cama, y tras respirar hondo, le hizo una señal de que entrara en ella. El acto se llevó con tanta delicadeza que, cuando traspasó su barrera, no dolió tanto como pensó.
- ¿Te estoy haciendo daño, amor? -preguntó angustiado tomándola del rostro al ver que se había quedado quieta.
-No corazón, solo me estoy acostumbrando a ti, dame un minuto- pidió abrazándolo por el cuello.
-Lo que necesites- mencionó abrazándola de vuelta y besándole el hombro, mientras agradecía internamente los consejos que le había brindado su hermano hace tiempo, especialmente porque como sabía que Storm iba a estar nerviosa, quería trasmitirle la mayor confianza posible.
-Ya puedes moverte.
Teniendo esa respuesta, el chico lo hizo despacio, especialmente porque como ambos eran primerizos, sus movimientos eran torpes, pero conforme el tiempo, se fueron sincronizando. Y, cuando finalmente sus cuerpos se estremecieron y jadearon contra la boca del otro, llegaron al clímax (🔥).
-Amé compartir esto contigo- le susurró ella en un jadeo por tratar de regular su respiración.
-Yo también, gracias por permitirme que fuéramos uno- musitó de vuelta, para luego besarla en la frente.
.
-Listo Hipo, vamos, te ayudo a salir- le ofreció Astrid cuando terminó de bañarlo, principalmente porque parecía que había logrado recuperar de a poco su sobriedad.
-Gracias- mencionó este poniéndose de pie y sosteniéndose de ella con fuerza, pues dado a que no tenía la prótesis, temía caerse.
Cuando consiguieron que saliera de la bañera, esta le colocó una toalla en la cintura, y al sentarlo sobre la tapa de la taza del baño, fue a ponerle pasta a su cepillo de dientes.
-Perdón- soltó con la cabeza gacha mientras se ponía la prótesis.
- ¿Por qué te disculpas? -preguntó entregándole el cepillo de dientes e hincándose a su altura.
-Porque todavía estoy algo ebrio, pero creo que estoy diciendo cosas más lógicas que hace rato... al menos eso creo, no recuerdo mucho. Perdón por estropear el final de la noche.
- ¿Quién dice que lo estropeaste? -cuestionó tomándolo por el mentón- me divertí muchísimo. Es cierto que jamás esperé verte así, pero te comportaste tan tierno que no pensé que algo fuera malo.
- ¿Entonces no estás molesta conmigo?
-No, anda, lávate los dientes porque vomitaste- mencionó secándole el cabello con otra toalla.
- ¿De verdad?
-Oh sí, también hiciste un trato conmigo... bueno, tú yo borrachito.
- ¿Cuál? no lo recuerdo- indagó poniéndose de pie para enjuagarse la boca.
-Quedamos que, si se te bajaba el alcohol, sí tendríamos sexo hoy.
- ¿Entonces eso no fue otra de las fantasías sexuales que tengo contigo? -soltó sin pensar, debido a que como había mencionado, seguía bajo los efectos del alcohol.
- ¿Tienes fantasías conmigo? -cuestionó mirándolo pícaramente.
-Ehh, aprovecharé mi estado de ebriedad para responderte, porque no creo que después sea capaz de hacerlo- confesó en una risilla nerviosa- sí, sí tengo... soy hombre y tú eres magnífica; sería un tonto si no las tuviera.
- ¿Te he dicho que cada día estoy más enamorada de ti? -expresó abrazándolo por el cuello.
-Nunca entenderé cómo sigues enamorada de este sujeto de una pierna- dijo divertido señalándose a sí mismo- pero lo agradezco. Entonces, volviendo al otro tema, ¿sí me vas a dejar ver mi lunarcito favorito?
-Ya no creo mucho que estés bajo los efectos del alcohol. Recordaste esa parte del trato- indicó entrecerrándole los ojos.
-Sí lo estoy, pero repito, no soy tonto, me esforcé por retener la información que me era útil esta última hora. Pero eso sí, estoy consciente de todo lo que hago, la única diferencia con este Hipo que tienes delante es que no se avergonzará de decirte y hacer lo que jamás se atrevería sobrio.
- ¿Cómo qué? -preguntó cerca de sus labios.
-Muchas cosas que ni te imaginas- confesó desviando de nuevo la vista a su escote.
- ¿Acabas de verme otra vez los pechos?
-Sí, y créeme que estoy deseoso desde nuestro momento en la cocina de quitarte todo para hacerte mía.
- ¿Y qué más? -preguntó atraída de su nueva faceta.
-Para que te explico, si puedo mostrártelo- dijo tomándola por los glúteos para que enredara las piernas en su cadera.
-Está bien, muéstrame lo que tienes- invitó con deseo al sentir sus manos acariciándola.
-Será un placer- aseguró antes de ir al cuarto con ella en brazos, dónde de inmediato, puso el seguro de la puerta, para luego pegarla contra la pared.
(🔥) La rubia dejó de sentir su respiración al notar como Hipo la penetraba con la mirada, pues sus pupilas estaban tan dilatadas que, estaba sorprendida, y mucho más cuando atacó sus labios sin previo aviso. Apenas y había podido reaccionar cuando este empezó a jugar con los tirantes de su vestido, ya que, en un ágil movimiento, deshizo los nudos que lo sujetaban.
-Quítate los zapatos y la pantaleta, del sujetador me encargo yo- pidió con la voz ronca bajándola de su cadera para quitarse la toalla y buscar con rapidez un anticonceptivo en su mochila.
Dado a que Astrid seguía tan atraída por su nuevo comportamiento, no se opuso a su petición. Y como si estuviese hechizada, hizo lo que le pidió tan rápido que ni cuenta se dio cuando él volvió a tomarla por los glúteos para acomodarla en su cadera y pegarla contra la pared.
-Eres preciosa- soltó con ternura depositando besos húmedos por su cuello, los cuales la hicieron estremecerse.
Sin perder más tiempo, finalmente le quitó el sujetador para consentir a sus pechos a través de caricias llenas de deseo y cientos de besos, mientras tenía sus suspiros de fondo. No obstante, la escuchó jadear con sorpresa cuando empezó a jugar con su parte íntima, pero dado a que no recibió quejas, continuó con su trabajo. La rubia por su lado, trataba por todos los medios de no excitarse tan rápido, pero cuando introdujo de lleno dos dedos en ella para moverlos con rapidez, ahogó un grito a la vez que se arqueaba contra la pared por la ola de placer que la inundó. Pero sin dudas, su perdición fue cuando empezó a lamerle tortuosamente los pezones, pues un temblor en las piernas delató su sentir.
-Hipo... no voy a...- intentó decir, pero un gemido que escapó de sus labios, le impidió seguir hablando.
Ante eso, el castaño supo que su lady estaba lista, por lo que, sin decirle nada, sacó los dedos de su interior para sustituirlos por su miembro, provocando que gimiera con más fuerza por el cambio de tamaño, y sin dejar que tomara el control, empezó a embestirla. La Hofferson sintiendo que en cualquier momento tocaría el cielo, lo abrazó como pudo para seguirle el ritmo, pero parecía que él se encontraba en otro nivel, puesto que no tardó en sentir una corriente tan satisfactoria que, se arqueó hacia atrás con tanta fuerza que este tuvo que sujetarla para que no se cayera de su cintura.
Haddock al ver que todavía podía llegar a un clímax más alto, no se detuvo, y aunque ella ya no le estaba correspondiendo con la misma intensidad, sus jadeos denotaban que lo estaba disfrutando. Cuando la embistió con más fuerza, la escuchó soltar un gemido tan gutural que seguramente se había lastimado la garganta, además de verla rodar los ojos y hacer la cabeza hacia atrás perdida completamente en el placer, tanto que, de haber recibido unas estocadas más, se habría desmayado; teniendo delante esa imagen de la mujer que amaba, de inmediato llegó al clímax. Y, como ella aún movía la cadera débilmente por lo excitada que seguía mientras regulaban sus respiraciones, decidió bajarla con cuidado.
-No me sueltes, que me voy a caer, las piernas me tiemblan.
-Tranquila, te tengo- susurró besándola detrás de la oreja y manteniéndola abrazada a su cuerpo- oye, quisiera probar algo nuevo, ¿tienes energía?
-Siempre, solo que no sea de pie, por favor. Porque si es así, me tendrías que cargar, de verdad las piernas ya no me dan.
-Descuida- musitó tomándola en brazos para llevarla a la cama- date la vuelta.
Aquella voz, la hizo erizarse por completo, así que, con cuidado, le dio la espalda, y después de eso, dejó que él se encargara de todo. Sin poder evitarlo, soltó un jadeo en cuanto la pegó contra su espalda para volver a introducir su miembro en ella.
-Más tarde tendrás que ayudarme a caminar- demandó en un hilo de voz mientras sincronizaban sus movimientos de cadera.
Hipo completamente excitado, la pegó lo más que pudo a él antes de acariciarle los pechos una vez más, además de besarle la clavícula con tanto deseo que, terminó por dejarle marcas rojas que fueron causadas por sus pequeños mordiscos.
-Yo te cargo todo el tiempo que quieras- respondió a su comentario anterior antes de embestirla con fuerza.
Astrid esta vez le siguió el paso mucho mejor ahora que tenía un punto de apoyo más estable, lo que provocó que él gruñera y jadeara contra su oído. Pero cuando estalló de placer nuevamente, se dejó caer rendida boca abajo, sin embargo, como sabía que él aún no había terminado, tomó sus manos como pudo para guiarlas hasta sus glúteos, dándole a entender que podía seguir embistiéndola hasta que estuviese satisfecho.
El chico agradeciendo enormemente su gesto, la levantó por la cadera para que sus partes se siguieran tocando y continuara con las estocadas, en las cuales a pesar de que su rubia ya no estaba participando activamente, sí seguía gimiendo de placer. Cuando esta lo sintió estremecerse, apretó las piernas con la intención de hacerse más estrecha, permitiéndole así que explotara con el mayor de los placeres. Y enseguida, giró la cabeza para verlo salir de ella antes de caer agotado sobre su espalda (🔥).
-Dioses, si esta fue una de tus fantasías favoritas, ya estoy emocionada por probar las demás- admitió en un suspiro aún sin moverse de su posición actual por el cansancio.
- ¿No te molestó? es que, ahora que ya se me bajó todo el alcohol, me siento apenado por cómo me comporté, fui muy brusco- sinceró recostándose frente a ella.
-Babe, sigues siendo ese chico dulce del cual me enamoré. Es normal que, a la hora de tener sexo, quieras probar cosas que estén fuera de tu zona de confort, y eso no significa que deba catalogarte de otra manera a la que ya conozco.
- ¿Entonces sí te gustó? -preguntó con nerviosismo.
-Creí que mis gritos habrían bastado para darte una respuesta- mencionó sentándose para quitarse todo el cabello de la cara, pues una capa de sudor se lo había pegado.
-Ohhh- atinó a decir con una sonrisa apenada.
-Quiero que, a partir de hoy, me digas todo lo que quieras experimentar cuando hagamos el amor, o en cualquier otro ámbito, ¿está bien?, no tienes que esconderte de mí, lo sabes.
-Lo sé, lo siento. Tengo que practicar lo de la confianza en mí mismo, pero creo que el Hipo borrachito de hoy, me ayudó mucho. Prometo ser más transparente con respecto a lo que quiero.
-Gracias, por cierto, de verdad debes contarme más de esas fantasías que tienes- insistió pícaramente antes de ponerse de pie, sin embargo, apenas lo hizo, fue a dar de bruces contra el suelo- ¡ay, maldita sea!, ¡estúpidas piernas! -exclamó adolorida.
- ¡Mi lady! -gritó presurosamente levantándose de un brinco para ir con ella aún y cuando sus piernas también estuvieran débiles- ¿estás bien? -agregó preocupado ayudándola a regresar a la cama.
-Sí, pero creo que me quedaré recostada hasta que mis piernas quieran reaccionar- indicó, a lo que este le asintió, por lo que, tras quitarse la prótesis, se recostó a su lado, más sin en cambio, como quería mantenerse calientita, buscó refugio en su pecho.
- ¿Crees que nos hayan escuchado? -preguntó acariciándole con aire distraído la espalda.
-No creo, Romeo y Julieta también andaban ocupados.
- ¿En qué?
-Teniendo su primer encuentro en la cama, Storm me confesó por la mañana que quería proponérselo a Tooth, y la verdad, como no se ha escuchado que salgan de su habitación, te apuesto a que lo hicieron- informó risueña.
- ¿¡Qué mi hermano y tu prima qué!?
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Hipo borrachito se llevó todo el protagonismo del capítulo, ¿sí o no? xd, espero les haya gustado.
Nos vemos pronto ;)
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