Capítulo 4

Nueva actualización, disfrútenla.

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Como las clases habían terminado temprano, Hipo y Astrid aprovecharon el tiempo libre para caminar por los alrededores de la Universidad y conocerse mejor, ya que fue evidente que se habían agradado desde el primer momento.

-Oye y ¿no se lastimó el chico que estaba contigo el fin de semana? asumo que es tu hermano- preguntó la rubia con cortesía.

-Oh no, él está bien y sí, es mi hermano menor Tannlos, quién prefiere que lo llamen Toothless- respondió el castaño con gracia al recordar lo que había pasado.

-Menos mal, pero ¿a qué se debe ese seudónimo?

-Bueno, prácticamente es su mismo nombre, solo que en otro idioma. Un día, sus amigos de la infancia comenzaron a llamarlo así de repente, y cómo le gustó más que como suena su nombre de nacimiento, se lo apropió- contó rodando los ojos con diversión.

- ¿Te llevas muy bien con él, verdad? -preguntó sonriente.

-Oh sí, solo es menor que yo por un año, por tanto, hacemos muchas cosas juntos, aunque a veces me dé dolores de cabeza- dijo en broma- ¿y qué hay de ti con la chica con la que estabas el fin de semana? ¿es tu hermana? -agregó con cautela.

-Ah, hablas de Siri, aunque ella prefiere que le digan Storm, pero no es mi hermana, es mi prima.

- ¿Y cuál es la razón del sobrenombre? -cuestionó para ocultar su impresión de saber que Astrid no vivía con sus padres.

-Nació en un día de tormenta, donde los médicos pensaron que no sobreviría la noche por tener problemas para respirar. Pero cuando se recuperó, todos empezaron a llamarla de cariño Storm, y simplemente al crecer, decidió quedárselo.

-Ahora mi hermano estará celoso de que alguien tenga un sobrenombre con historia más original que él- soltó risueño, algo que la contagió- oye Astrid, no pienses que soy metiche, pero ¿entonces vives con tus tíos? -agregó con más seriedad, pues la curiosidad lo venció.

-Sí, vivo con ellos porque...- expuso antes de dar una pequeña pausa por dudar de si revelarle parte de su pasado, pero algo en su interior le transmitió que podía confiar en él- mis padres fallecieron hace unos años.

-Perdón Astrid, no era mi intención hacerte decir esto, yo...-intentó decir arrepentido, pero esta lo interrumpió.

-No te disculpes Hipo, no lo sabías. Además, así son las reglas de la vida y de los dioses; algo que trato de no cuestionarles con frecuencia- comentó mostrándole una sonrisa comprensiva.

-Aun así, me gustaría compensarlo de alguna manera; no le cuentas a cualquiera tu pasado. Y más porque siento que fui imprudente por preguntarte las cosas así sin más.

-Vamos, olvídalo, está bien- pidió dándole una pequeña palmada en el hombro, pero al ver todavía su expresión dudosa, añadió- bueno, si insistes, elije lo que quieras contar sobre ti. Prometo guardar el secreto.

El castaño sonrió al escucharla, así que cuando llegaron a un enorme árbol, se sentaron al pie de este para cubrirse del sol mientras el chico pensaba algo que fuera equitativo. Aunque claro que nada lo sería, pues el que ella perdiera a sus padres, suponía un dolor inimaginable, sin embargo, se le vino a la cabeza una única cosa que le afectaba hasta la fecha y que no muchos conocían de su vida.

-No te preocupes, tampoco diré nada, bien yo...-dijo mientras escuchaba a su corazón latir con fuerza, sin embargo, algo le aseguraba que podía confiar en ella- perdí parte de mi pierna izquierda cuando pequeño, y ahora uso una prótesis.

-Hipo, no tenías que decírmelo- atinó a expresar sin salir de su asombro.

-Está bien Astrid, quería que fueran un tanto equitativos nuestros secretos- aseguró con una sonrisa perdiéndose en su mirada.

-Pues... muchas gracias por compartir- sinceró mirándolo de vuelta.

-A ti.

Pero antes de que pudieran decir algo más, el celular de la rubia sonó. Por lo que, apenada, le pidió disculpas antes de contestar la llamada, donde este le aseguró que no había ningún problema.

-Hola Storm, ¿qué pasa?

-Astrid, acabo de salir de clases y no te veo por ningún lado, ¿dónde estás?

- ¿Saliste temprano? -preguntó la rubia con confusión.

- ¿Cómo que si salí temprano? ¡Es la 1:20 de la tarde! -exclamó con dramatismo la rubia de mechones azules.

Astrid apartó el celular un momento de su oreja para comprobar la hora, e inmediatamente abrió los ojos con sorpresa al ver que era verdad; por tanto, se preguntó, ¿cómo es que se pasó tan rápido el tiempo?

- ¿¡Astrid!? ¿Sigues ahí? -gritó la Hofferson menor a punto de perder los nervios.

-Sí, lo siento, ya no tardo en llegar, dame 10 minutos.

-Está bien, pero me vas a deber una por dejarme esperando- comentó con su característico humor.

-Bien, ya voy Tormentita.

-Más te vale.

-Hipo, lo siento, tengo que ir a recoger a Storm, el tiempo se me fue volando y se me olvida que yo traigo el auto de mi familia- explicó poniéndose de pie una vez que colgó.

-No te preocupes Astrid, de hecho, Toothless me acaba de mandar mensaje preguntando donde estoy. Así que también debo irme- comentó recogiendo sus cosas- pero, te acompaño a tu auto- ofreció, a lo que esta le asintió agradecida.

Caminaron con paso apresurado y, una vez que llegaron al estacionamiento, la chica metió sus cosas y antes de entrar al auto, se giró para despedirse.

-Bueno, te veo mañana, me dices si pasas a la biblioteca para ver lo del proyecto.

-Claro, yo te aviso.

-Por cierto, antes de que se me olvide, me gustaría ver algo de tu trabajo. Cuando hablaste de cuánto te apasiona tu carrera, me dejaste con mucha curiosidad por ver tus obras, ¿me enseñarías alguna? -pidió con cierto toque de ternura que enterneció al castaño, sin embargo, se rascó la nuca con nerviosismo, pues no estaba tan seguro de que dibujara bien, pero dada la emoción de la rubia, no se pudo negar.

-Por supuesto, no creo dibujar tan bien como imaginas, pero te enseñaré con gusto mi trabajo.

-Muchas gracias- respondió sonriente antes de darle un pequeño beso en la mejilla a modo de despedida- nos vemos Hipo- añadió subiéndose a su auto para ponerlo en marcha.

-Nos vemos Astrid...- comentó al aire mientras soltaba un ligero suspiro.

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La Hofferson se apresuró a llegar a la Universidad de su prima, donde al apenas entrar al estacionamiento, la encontró esperándola con impaciencia sentada en la banqueta.

-Siento llegar tarde Storm- se disculpó una vez que esta subió al asiento del copiloto.

-Está bien rubia, pero ¿qué te hizo tardar tanto?

-Estaba viendo cosas sobre un proyecto de Literatura que tendrá mucho peso en mi evaluación, disculpa.

-Bueno, pero para la siguiente avísame con tiempo si debo ir a casa caminando, porque hoy te esperé más de 3 horas.

-Vamos, no seas tan dramática, solo te dejé esperando media hora- aseguró riendo sutilmente.

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Al llegar a la casa Hofferson, las chicas se pusieron a ordenar las cosas que hacían falta de sus habitaciones y, mientras Astrid se deshacía de unas cajas, escuchó a Storm cantar Suitcase, algo que la hizo sonreír, pues su prima hablaba en serio cuando se trataba de diseñar sus trajes de patinaje de la mejor manera. Siguió acomodando unas pertenencias más y, no mucho después, su celular sonó, así que lo desbloqueó enseguida para leer el mensaje que había recibido.

- ¡Hola Astrid! soy Hipo. Pasé a la biblioteca y encontré dos libros que pueden ayudarnos. Tú dime cuando tienes tiempo para comenzar con el proyecto, ya que entiendo que aún no acabas de desempacar.

Antes de contestarle, se aseguró de guardar su número y después de calcular más o menos cuantos días tardaría en acabar de arreglar su cuarto, tecleó su respuesta.

- ¡Hola Hipo!, podemos comenzar el miércoles si te parece bien, ¿qué opinas?

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Momentos antes

Cuando Hipo se subió a su auto, condujo deprisa para recoger a Toothless y, tras tener una pequeña "pelea" sin sentido con él por su retraso, se dirigieron a la biblioteca por petición del mayor.

-Ya en serio hermanito, ¿por qué tenemos que venir aquí? -exclamó el pelinegro con aburrimiento en cuanto estuvieron recorriendo los pasillos del lugar.

-Ya te dije, tengo un proyecto de Literatura importante y fue por eso que llegué tarde a recogerte- explicó nuevamente rodando los ojos, pues con esa, era la quinta vez que le decía lo mismo.

Tras un par de minutos, encontró algunos libros que podrían servir para el índice del marco teórico de su trabajo, así que el castaño condujo de regreso a su hogar, donde al arribar, notó que Astrid ya había llegado al ver su automóvil estacionado en la casa vecina. Toothless por su parte, apenas tuvo chance, salió corriendo quejándose de que tenía bastante hambre, por lo que Hipo aprovechó la situación para mandarle un mensaje a la rubia, donde la ponía al tanto de la búsqueda bibliográfica del proyecto.

Al enviar su mensaje, únicamente esperó unos segundos antes de recibir respuesta, y sin saber porqué, sintió una emoción indescriptible en el pecho al volver a conversar con ella. Sin embargo, Haddock no quiso buscar una interpretación de dicha sensación; por lo que simplemente terminó de acordar cuando trabajarían.

-Claro Astrid, no hay problema, empezamos el miércoles.

Al salir del auto, finalmente entró a casa para ir a su cuarto y pintar un rato para despejar su mente. Por ahora, tenía que hacerlo a escondidas de su padre, ya que como se había dicho, él estaba en completo desacuerdo en que su primogénito desperdiciara el tiempo en todo lo relacionado a la carrera de Artes. No obstante, al recordar las palabras que la Hofferson le compartió por la mañana, lo dejaron pensando en muchas cosas... "siempre he creído que debemos hacer únicamente lo que más anhelamos, tenemos una sola vida, así que deberíamos disfrutarla al máximo"

Le hacía creer que su máximo sueño podía hacerse realidad; exponer un cuadro en el salón de arte de Berk. En realidad, no era tan difícil lograrlo, solo necesitaba participar en un concurso que se llevaría a cabo en un par de meses, donde como requisito, los participantes enviarían su mejor obra. Y al cabo de unos días, se seleccionarían a los mejores diez cuadros para ser expuestos en el salón de arte por todo un verano.

Las fechas de inscripción no se abrirían hasta dentro de dos semanas, lo que significaba que tendría únicamente dos meses para mandar su trabajo, pensó el chico nuevamente antes de pasar la mano por su cabello con frustración. Está bien, iba a intentar convencer a su padre una última vez que todo esto era lo que más anhelaba; era su oportunidad de que las personas reconocieran su nombre y, sobre todo, su trabajo.

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Siendo jueves por la noche, la familia Haddock disfrutaba de una tranquila cena. Aunque, el castaño estaba más concentrado en esperar a que Astrid le mandara un nuevo mensaje de la conversación que llevaban desarrollando desde la tarde sobre un tema trivial. Resultó ser que desde que se habían conocido y a raíz que compartían Ciencias y Literatura, se habían vuelto grandes amigos, las conversaciones fluían tan sencillo que, no fue difícil empezar a confiar en el otro de forma natural. Hecho que comprobaron el día anterior al trabajar en su proyecto casi medio día sin siquiera darse cuenta, pues simplemente disfrutaron del momento estando entre risas y cientos de libros.

Para cuando Hipo revisó por tercera vez su celular con discreción, se dio cuenta de que apenas habían pasado cinco minutos desde su último texto. Así que soltó un suspiro para relajarse y esperar a que Astrid le respondiera.

- ¡Hipo! -llamó Estoico por centésima vez a su hijo en un tono mucho más alto del que había usado las primeras seis veces que le habló, ya que era evidente que no le estaba prestando atención.

-Ah, ¿qué? -respondió el mencionado despegando la vista de su celular, el cual estaba escondiendo debajo de la mesa.

-Hijo, ya lo hemos hablado muchas veces. Mientras estemos en la mesa, no tengas ese aparato aquí- externó el pelirrojo con molestia.

-Sí, lo siento papá.

-Bueno, ¿y cómo les fue hoy? -preguntó Valka para que su esposo e hijo no discutieran.

-Todo bien mamá, por ahora no hay nada interesante que contar, ya que en mi caso, apenas nos están dando una introducción a lo que serán las primeras prácticas- respondió Toothless con una sonrisa.

-Me alegro mucho Tooth, en cuanto empieces con ellas, házmelo saber- pidió orgullosa, a lo que este le asintió con emoción- ¿y qué hay de ti, Hipo?

-Bien mamá, solo me han dicho todo lo que elaboraré en el año, pero mañana tendré por fin la clase de Expresión Gráfica, y estoy seguro que nos harán la invitación al concurso del que te he estado hablando por...- intentó contar, pero, Estoico lo interrumpió abruptamente.

- ¡Hipo, ya habíamos hablado de eso!, ¡No entrarás a ese estúpido concurso!

- ¡¿Por qué no?!, ¡Es algo que yo quiero, no tú! -contradijo alzando la voz.

- ¡Es una pérdida de tiempo! ya es suficiente con que estés estudiando Artes y no tan de lleno Administración de Empresas -gritó Estoico furioso al mismo tiempo que golpeaba la mesa.

- ¡Estoico, ya basta! -gritó la castaña al ver que su marido estaba haciendo un completo escándalo.

- ¡Todo lo que hago es una pérdida de tiempo para ti!, ¡Ninguna de mis decisiones te hacen sentir orgulloso! -escupió Hipo con la voz rota, pues su padre le había dejado en claro que jamás le apoyaría para llegar a su sueño.

Y como no soportó estar más tiempo compartiendo la misma mesa con él, se levantó de golpe para acercarse a la puerta.

- ¡Hipo, espera! -gritaron su hermano y madre a la vez para tratar de detenerlo.

Pero el mencionado no estaba dispuesto a lidiar con su padre en ese momento, por lo que solo les alcanzó a hacer una señal de que lo dejaran solo. Cuando dejó su hogar, azotó la puerta al salir, y sin realmente pensárselo mucho, corrió con dirección a un lago que estaba cerca del vecindario.

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Me ha comenzado a invadir la nostalgia al hacer esta reedición, que bonito :'3. Espero les esté gustando.

Nos vemos pronto ;) 

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