Capítulo 36
Nueva actualización, disfrútenla.
.
Toothless abrió la puerta antes de hacerse a un lado para dejar pasar primero a su novia, dónde esta al entrar, se paseó por su escritorio, el cual tenía como decoración una fotografía suya; algo que la hizo sonreír enternecida.
-Amm Siri, si quieres puedes usar esto para dormir más cómoda- dijo el avergonzado pelinegro, ya que, a pesar de que agradecía tenerla para acompañarlo esa noche, no podía evitar ponerse nervioso ante el hecho de que dormiría entre sus brazos.
La chica al notar que le estaba entregando una playera y un pants holgado, los tomó con una sonrisa, para luego verlo darse vuelta, a modo de darle privacidad. Al ver esa acción, volvió a sonreír por la timidez que le mostraba, pese a agradecer internamente que lo hubiera hecho, pues ninguno estaba listo para llegar a ese nivel de intimidad. Por otro lado, Toothless aprovechó el momento para también cambiarse de ropa por algo más cómodo, y para cuando pudo darse la vuelta nuevamente, contempló a su novia con una sonrisa; se veía adorable, pues debido a que él era más alto que ella, la ropa le quedaba enorme, pero sabía que así iba a dormir mejor que con el vestido que había estado usando.
-Tannlos, ¿qué tanto me ves? -preguntó sonrojada.
- ¡Perdón! es que, te ves muy bonita- respondió acercándosele para apartarle con ternura un mechón que cubría su rostro.
-Gracias... oye, ¿podemos sentarnos? es que mis pies están muy hinchados por haber usado tacones todo el día, y por haber estado de pie desde la tarde- pidió adolorida.
- ¡Sí! perdón amor, no lo había notado, lo siento mucho... ¡ay!, soy un pésimo novio- respondió ayudándola a llegar a la cama, dónde esta inmediatamente se dejó caer soltando un suspiro de alivio.
-No seas tontito corazón, eres el mejor novio que podía haber pedido- sinceró con cariño- ven- agregó ofreciéndole su mano.
Tras soltar un fuerte suspiro, Toothless aceptó el gesto de recostarse a su lado, dónde al hacerlo, inmediatamente se miraron a los ojos, escuchando a sus corazones latir con fuerza por su nerviosismo, pero, eso no los detuvo para que de a poquito, se fueran acercando hasta abrazarse. El pelinegro dejó de sentir que le faltaba el aire, no obstante, eso no lo libró de querer sollozar por más que solo trataba de enfocarse en ella.
-Hey, tranquilo, puedes llorar, yo estoy contigo- susurró Storm separándose ligeramente del abrazo.
-Siento demasiadas cosas, hay un caos rondando mi cabeza.
-Amor, no vas a afrontar esto solo; lo haremos juntos. Así que, dime todo lo que quieras externar- pidió acariciándole la mejilla.
- ¿¡Por qué tuvo que morir!?, ¿¡Por qué Siri!? él amaba a su familia; era un buen hombre, nunca le hizo daño a nadie- soltó antes de echarse a llorar.
-No sé porqué los dioses han decidido llevárselo al Valhalla- sinceró dándole mimos en el cabello- créeme que, me gustaría que estuviera aquí contigo. A veces pienso que se llevan a las mejores personas por un propósito en concreto para traerme consuelo, pero ¿sabes algo?, él ahora es tu guía, te llevará siempre por el camino correcto; desde arriba, estará cuidándote.
-No supe aprovechar el tiempo que tuve con él- lamentó con dolor.
-Lo hiciste, cada momento que debías pasar con él, lo aprovechaste como tenía que ser; ahora esos momentos son tu tesoro más preciado. No quiero que te lamentes por esto, tu padre se veía muy contento por todo lo que estaban haciendo Hipo y tú. Hoy en la mañana también nos lo dijo; él estaba muy orgulloso de ti.
-No quiero olvidarlo, ni mucho menos tropezar en mis metas; si no, me dolería mucho imaginar que se habría decepcionado de mí.
-No lo harás, te lo aseguro.
- ¿Cómo estás tan segura?
-Porque sé quién eres y lo que eres capaz de hacer- respondió besándolo en la frente.
-Gracias... y también por todo lo que has hecho por mí- dijo tomando su mano para depositar un beso en sus nudillos.
-Siempre voy a estar contigo- aseguró con una sonrisa, la cual estaba siendo adornada por el rubor de sus mejillas- trata de dormir, aunque sea un ratito- añadió al verlo bostezar.
Pero, antes de recibir una respuesta, este le dio un dulce beso que le correspondió con la misma intensidad, mientras lo sentía abrazarse más a ella.
-Solo porque tú me lo pides... -sinceró pensando en no volver a hacerla sentir mal, como pasó en la cena, pues estaba consciente de que ella no merecía sufrir por sus acciones, así que, en la medida de lo posible, se esforzaría por mejorar.
-Gracias.
Toothless sonrió ligeramente antes de esconder la cara en el hueco de entre su hombro y cuello; con el fin de aspirar ese aroma que lo embriagaba para tratar de alejar las posibles pesadillas que lo invadirían. Y mientras cerraba los ojos en un intento por dormir, Storm le masajeó la espalda, a la vez que tarareaba una suave melodía para arrullarlo.
.
Por otro lado, cuando Hipo abrió la puerta de su cuarto, trató de hacerse a un lado para que Astrid pasara primero, pero esta se lo impidió diciéndole un ligero: "entra, yo cierro". Así que, al encontrarse a solas, ella se le acercó para ayudarlo a quitarse la corbata y el saco.
-Gracias Mi lady, ven, te daré algo para que duermas mejor- susurró tomándola de la mano y acercándola a uno de sus cajones, de donde sacó una playera holgada- ¿con esto está bien o necesitas algo más?
-Con esto está bien Babe, gracias. Además, hace calor- respondió ofreciéndole una sonrisa.
Con esa respuesta, el castaño le asintió antes de sacar un short para él, debido a que era cierto; estaba haciendo mucho calor esa noche. Al cambiarse, lo hizo bastante rápido, pues al mirar a su novia, vio que únicamente había logrado soltarse el cabello.
-Te dejaste las trencitas- comentó sorprendida cuando por el rabillo del ojo notó que la estaba esperando pacientemente en la orilla de la cama.
Como lo conocía perfectamente, sabía que primero debían hablar de cualquier otro tema antes de llegar al que le atormentaba, si no, se sentiría sofocado y simplemente le sería imposible hablar.
-Sí, ¿por qué no lo haría? -preguntó dándole por primera vez una pequeña sonrisa.
-Bueno, es que no pensé que te gustaran tanto como a mí para que te las dejaras por mucho tiempo- respondió quitándose los zapatos y desabrochándose el cierre del vestido que se había puesto.
-Es que me recuerdan a ti, por eso quiero conservarlas.
-Awww, eso es muy tierno de tu parte- aseguró girándose para tomar la playera, pero antes de que pudiera darse la vuelta de nuevo, debido a que ya no sentía pena al cambiarse frente a él, la rodeó en un abrazo desesperado- ¿Hipo? -llamó con preocupación.
-Perdóname Astrid.
- ¿Por qué? no tengo nada que perdonarte.
-Por no querer comer, ya que eso te hizo traer recuerdos del pasado; así que me siento peor que antes. De por sí todavía me culpaba por lo de urgencias, ahora no puedo ni verte a la cara; te estoy haciendo sufrir mucho.
-No Hipo, lo de urgencias ya te dije que lo olvidaras, y lo de hace un rato, sé que no lo hiciste apropósito, recuerda que yo misma cometí ese error antes. Esta situación se las conté a tu hermano y a ti, para cuidarte, no quiero verte en el hospital- contestó tratando de mirarlo, pero debido a que este había ocultado el rostro en su cuello, era imposible; solamente podía acariciarle los brazos, los cuales rodeaban su cintura.
-No sabes cómo me hubiera gustado estar ahí para ti en esos años; te juro que hubiera hecho todo con tal de no verte sufrir. Porque de tan solo imaginarme que pudiste haber partido al Valhalla mucho antes de conocerte, me rompe el corazón..., ¡no puedo imaginar un mundo sin ti! -soltó en un sollozo, haciendo que Astrid se autoregañara al no haber pensado que revelarle esa parte de su pasado, le afectaría por estar vulnerable.
-Hey, hey- llamó intentando calmarlo mientras conseguía darse la vuelta para tomarlo del rostro con cariño- Babe, escúchame. Estoy aquí contigo; no me iré a ningún lado, y en todo caso ¿no crees que a mí también me hubiera gustado estar para ti cuando sufriste tu accidente? de igual forma pude haberte perdido antes de conocerte; y esa idea me rompe el corazón, porque tampoco puedo imaginarme un mundo sin ti. Pero, no podemos temer por algo que ya sucedió; quizá no pudimos proteger y cuidar a nuestras pequeñas versiones, pero sí podemos cuidarnos y protegernos ahora.
-Tienes razón Mi lady, perdón, es que...
-Tranquilo, no tienes porqué decir algo- dijo interrumpiéndolo con suavidad- vamos a la cama- agregó separándose para quitarse por fin el vestido y sostén, además de colocarse la playera que le quedaba a la altura de las rodillas debido a su diferencia de estaturas, en lo que el castaño acomodaba las mantas- ¿quieres hablar sobre hoy? -cuestionó una vez que se recostaron.
-No sé ni por dónde empezar- sinceró recostando la cabeza en su pecho, a la vez que sentía como ella le acariciaba el cabello con dulzura.
- ¿Qué te dijeron los detectives?, ¿Tienen nuevas pistas?
- ¡Ahjj! ni me hables de ese par de imbéciles, no quiero saber de ellos por hoy- comentó con molestia.
- ¿Por qué?, ¿Qué pasó? -interrogó confundida.
-Dijeron algo que no me gustó.
- ¿Qué cosa?
-Es estúpido- aseguró, pero como su novia le obligó a verla a los ojos, soltó un suspiro antes de volver a hablar- preguntaron que, si sospechábamos de tu familia, en concreto de Storm y de ti, ya sabes, por ser las últimas en conversar con papá.
- ¡Oh! eso... bueno, es parte de su trabajo, no los culpes- aseguró alzándose de hombros- de cualquier manera, esta noche nos quitarán de la lista de sospechosos con la entrevista a la que fuimos en la mañana, así que, no te enojes con ellos.
Sin embargo, el castaño no fue capaz de responderle, pues su vista comenzó a nublarse, además de sentir como las lágrimas empapaban su rostro. Pero también, sintió como la rubia lo jaló hacia ella, así que estando en sus brazos, finalmente se rompió; dejó salir todo el dolor que había estado reteniendo desde que le dijeron que su padre había muerto. Lloró y lloró, quien sabe por cuánto tiempo, pero ella se aseguró de que no se quedara con nada al abrazarlo con firmeza.
- ¿¡Por qué Astrid!?, ¿¡Por qué tuvo que morir!? ¡Su asesino es el que debería estar muerto, no papá! -exclamó empezando a hipear.
El corazón de la rubia se estrujó al escucharlo decir eso, ya que palabras que ella dijo en el pasado, comenzaron a reproducirse en su cabeza: "¿¡por qué están muertos!?, ¿¡por qué no pudo ser alguien más!?, ¡quiero a mis papás de vuelta!".
-No lo sé Hipo. No sé porque los dioses han decidido llevárselo al Valhalla... esto es tan injusto, jamás quise que experimentaras el hecho de perder a tu padre siendo tan joven, como me pasó a mí; no me gusta verte así. Pero, tienes que saber que estaba muy orgulloso de ti, a pesar de no haber seguido el camino que él te brindaba; cumpliste y rebasaste sus expectativas, fuiste el hijo perfecto, incluso me lo dijo en la mañana y... aunque no lo veas a diario, te seguirá y protegerá a donde sea que vayas, y sea cual sea el camino que elijas, irá contigo. Además, cuando tengas duda sobre qué haría en cierta situación o requieras de sus consejos, mira al cielo, y allí encontrarás la respuesta.
-Es tan difícil hacer esto, es mucha carga para mí solo- susurró estando un poco más calmado.
-No la tendrás tú solo, estoy contigo, ¿hecho? -devolvió dándole pequeños besitos en el rostro.
-Hecho- musitó antes de mover la cabeza para unir sus labios en un beso desesperado, cargado de melancolía, pero con una pequeña esperanza de que, pronto todo estaría mejor- gracias por todo- añadió al separarse.
-No hay de qué, haría cualquier cosa por ti.
-Yo también haría cualquier cosa por ti.
-Pues qué bueno que me lo dices, ¿crees poder dormir, aunque sea un ratito?, anda, por mí.
- ¡Hey! te aprovechaste de mis palabras- reclamó esbozando una pequeña sonrisa- pero, lo intentaré... aunque, ¿qué pasa si una pesadilla me atormenta durante la noche? -agregó con temor.
-No te preocupes por eso, solo enfócate en tratar de dormir, lo demás déjamelo a mí- explicó mientras le pasaba la mano por sus trencitas con cariño.
-Gracias, oye, una última cosa, ¿crees que puedas hablarme en lo que me duermo? es que, tu voz me reconforta mucho- preguntó con timidez pensando que ya estaba abusando de su amabilidad.
-Con gusto. Ven, abrázame- confirmó dulcemente al ver que aún tenía facetas de timidez.
Haddock se abrazó a ella sujetándola por la cintura, estando más tranquilo y enfocado en intentar hacer lo que le pidió, así que, cuando cruzaron las piernas, se recargó en su hombro, mientras ella también lo abrazaba por la cintura con una mano, ya que la otra la había pasado por debajo de su cabeza para seguir acariciándole el cabello con facilidad.
Astrid decidió contarle en un susurro una rutina completa de entrenamiento, al ser uno de los temas que dominaba con mayor fluidez para hablarle por horas de ser necesario, dándole así oportunidad de conciliar el sueño. Así mismo, combinó el relato diciéndole de vez en cuando palabras de amor y depositando besos detrás de su oreja, hasta que la relajación hizo efecto cuando este aflojó el agarre a su cintura, pero no el suficiente para romper el abrazo; había conseguido que se durmiera.
-Descansa Babe- se despidió estirando el brazo con el que había estado acariciándole el cabello para que no se le acalambrara, pues Hipo estaba recargado en él, para después cerrar los ojos, esperando que pudieran dormir en paz.
No obstante, pasando dos horas, la chica gruñó por lo bajo al sentir que su novio temblaba mucho en sus brazos. Algo que después de un minuto, la hizo despertarse de golpe para ver cómo podía ayudarlo.
-No... no... no- soltó entre sueños comenzando a moverse más.
-Hipo, tranquilo, estoy aquí- dijo susurrándole al oído y acunando su rostro, sabiendo que era mucho más fácil calmar su pesadilla si no lo despertaba.
- ¡No!, papá- pronunció en un sollozo- no ella... ¡no! -agregó estando a punto de despertarse.
Al escuchar aquellas palabras clave, la rubia comprendió con quienes podría estar soñando, además de una solución que evitaría despertarlo de golpe.
-Hipo Haddock, soy una de las valkirias encargadas de guiar a las almas al Valhalla; conocí a tu padre, él está bien ahora, tomó el lugar que le correspondía. Por favor no temas por mi presencia, los dioses no me han encomendado ninguna tarea; así que puedes estar tranquilo, no he venido por ella, ni por nadie más...- musitó haciéndose pasar por una de las mensajeras de los dioses, esperando confundirlo entre sueños para calmarlo y hacerlo dormir.
Y afortunadamente, funcionó. Tras unos segundos, el castaño dejó de moverse y sollozar; la expresión de su rostro se relajó y, volvió a caer en un sueño profundo. Así que, la Hofferson soltando un suspiro de alivio, se recostó para abrazarlo, besarlo en la mejilla y cerrar los ojos nuevamente tratando de dormir un rato más, antes de que la mañana siguiente llegara.
.
Cuando los primeros rayos de sol inundaron la habitación del Haddock mayor, Astrid como era de costumbre, comenzó a despertarse. Y a pesar de que no durmió tanto como otros días; no estaba cansada. La noche había sido bastante dura, pero gracias a los dioses, consiguió que su novio durmiera el tiempo necesario para tener energía. Al agachar la mirada, se dio cuenta de que este había terminado con la cabeza sobre su pecho, pero todavía abrazándola por la cintura, por lo que, ante esa vista tan tierna, sonrió enamorada. Y después de una hora más o menos, escuchó que un mensaje había llegado a su celular, así que cuando se estiró para alcanzarlo de la mesita de noche, lo hizo con cuidado para no despertarlo, siendo todo un éxito, ya que únicamente se acurrucó más sobre ella; al desbloquear la pantalla, vio que era Storm, por lo que, mientras leía su mensaje, también se dedicó a acariciarle el cabello a Hipo.
-Hey rubia, ¿ya estás despierta?
-Sí, Storm, desde hace rato, ¿todo bien con Toothless y contigo?
-Fue una noche pesada, pero al menos logré que durmiera un buen rato.
-Eso es bueno.
-Sí, ¿y a ustedes cómo les fue?
-También fue duro, pero Hipo durmió lo necesario.
-Que alegría, oye, ¿quieres que ya nos levantemos para hacerles el desayuno? porque Tannlos sigue dormido, y es seguro que seguirá así un rato más.
-Me parece perfecto, porque Hipo también sigue dormido.
-Entonces te veo afuera.
-Seguro, nos vemos.
Después de eso, Astrid dejó a un lado su celular para dejar la cama sin mover mucho a Hipo, dónde agradeció la agilidad y flexibilidad que poseía, pues después de unos cuantos movimientos, logró salir de entre sus brazos. Al levantarse, le colocó una almohada para que la abrazara y no sintiera la ausencia de su cuerpo, lo cubrió con las mantas para que no pasara frío, y finalmente, se aseguró de que su cabello no le estuviera tapando los ojos. Posteriormente, se puso su sostén, y un short de él antes de hincarse al pie de la cama para acariciarle la mejilla.
-Te amo- susurró besándolo cerca de la comisura de sus labios, para luego enderezarse y salir del cuarto- ¿lograste salir bien? -añadió hacia su prima cuando la vio abandonar la habitación de Toothless.
-Apenas- sinceró Storm mientras bajaban las escaleras- no se despertó cuando me levanté, pero me caí de la cama- agregó sobándose la pierna.
- ¿Por qué? -preguntó con gracia llegando a la cocina.
-No tengo tu agilidad para moverme en un espacio tan reducido como sus brazos. Así que, por intentar no hacer movimientos bruscos, terminé cayéndome de sentón.
-Que desgracia la tuya, ¿y no te acaloraste con esa ropa? -cuestionó risueña en lo que empezaban a preparar el desayuno.
-Un poco, pero eso no es lo que importa, lo que importó fue que me gustó dormir con él- admitió en un sonrojo.
-Sabía que lo ibas a disfrutar.
-Pero, por lo que veo, tú sí que dormiste con poca ropa.
-No, debajo de la playera traigo un short.
-A mí no me engañas, ese solo te lo pusiste para salir ahorita- dijo viéndola de forma pícara- y estoy segura de que Hipo tampoco durmió con mucha ropa.
-Bueno no, pero cómo te dije, hacía calor; no hicimos algo más- aceptó sonrojándose al ver para donde iba la conversación- es hora de cambiar de tema.
-De acuerdo- concedió rodando los ojos con diversión- ¿Hipo tuvo pesadillas? -preguntó preocupada.
-Sí, estuvo moviéndose toda la noche, pero conseguí que no se despertara. ¿Y Toothless?
-También estuvo inquieto, en un punto creí que no iba a poder controlarlo, pero no despertó.
-Al menos descansaron más que si hubieran dormido solos.
-Tienes razón, por eso yo creo que dormiré con él unos días más.
-También yo.
.
Al terminar de preparar el desayuno, las chicas lo cubrieron para que no se enfriara, ya que cuando subieron para saber cómo estaban sus novios, vieron que seguían dormidos.
-Oye, Magnus me pregunta que, si necesitamos algún material para las clases, porque sabe que estamos aquí y que no hemos salido a preparar las cosas de la siguiente semana- informó la rubia una vez estuvieron en la planta baja y que viera el mensaje que le mandó su "hermano mayor".
-Solo una cosa, pero Toothless necesita más materiales, ¿crees que podría comprar lo que necesita? -preguntó la rubia de mechones azules con timidez.
- ¡Claro! de hecho, también me preguntó que si ellos necesitaban algo; yo no necesito nada, pero sé que Hipo sí.
-Oh bueno, entonces deja busco la lista en su mochila.
Una vez terminaron de pedirle a Hansen su encargo, no esperaron mucho antes de verlo asomarse por la ventana, puesto que le habían pedido que no tocara el timbre para evitar despertar a los Haddock.
-Llegaste rápido, ¿cómo le hiciste? -preguntó la rubia saludándolo con un beso en la mejilla.
-Tengo mis secretos- le respondió Magnus con diversión cuando estaba saludando a Storm- tengan, aquí viene todo lo que me pidieron- añadió entregándoles una bolsa de plástico.
-Gracias, los chicos te lo agradecerán, ¿cuánto fue lo que pagaste? -preguntó la rubia de mechones azules con una sonrisa.
- ¡Oh no!, déjalo así.
-No, vamos, toma el dinero- indicó Astrid sacando algunos billetes de su cartera.
-De acuerdo, ¿y ellos cómo siguen?
-Mal, pero al menos lograron dormir un poco.
-Ya me di cuenta, es decir, ¿qué chico no se lograría dormir teniendo a su novia al lado? -bromeó ligeramente señalando la ropa que estaban usando- serían tontos si no aprovechaban la ocasión.
- ¡Ush, Hansen! no hagas eso- suplicó Storm con pena.
-Ya bueno, ya las dejo de molestar. Pero, hablando en serio, espero estén bien, díganles que cualquier cosa, los chicos, papá, y yo, los apoyamos.
-Gracias, se los diremos- prometió la Hofferson mayor con una sonrisa- ¿quieres pasar? aunque sea para tomar algo.
-Oh no, gracias. Le prometí a Eret que lo acompañaría a comprar unas cosas, pero quise pasar primero acá.
-De acuerdo, salúdalo de nuestra parte. Y gracias por comprar todo esto.
-No fue nada.
Para cuando Magnus se fue, Storm se distrajo dibujando algunos diseños de vestuario que debía llevar para una de sus clases, mientras que Astrid decidió hacer algo de calentamiento al no haber podido asistir a su entrenamiento este fin de semana por todo lo que pasó. Donde en un principio, hizo lagartijas, pero al querer hacer algo más pesado, se paró de manos para hacer flexiones mientras sus pies permanecían en punta, asegurándose de haberse fajado bien la playera de su novio para que no se le levantara al estar de cabeza.
- ¡Tú estás loca Astrid!, ¿No te duele hacer eso?
-No, al principio puede que sientas una presión en el estómago, pero disminuye muy rápido- respondió risueña sin dejar de hacer sus ejercicios.
Y mientras seguían conversando, en la segunda planta, los chicos comenzaron a despertarse; aunque, lo hicieron precipitadamente al encontrarse solos, no obstante, al ver una notita de las chicas diciéndoles que los esperaban abajo, se tranquilizaron. Hipo por su parte, tenía un horrible dolor de cabeza por haber pensado de más en lo que ocurrió el día anterior, pero para despejar su mente, se puso una playera y un pants, para luego salir de su habitación, encontrándose con su hermano en el pasillo.
-Hey...
-Hola...
Ambos se miraron con tristeza antes de unirse en un abrazo reconfortante, pues ayer había sido mucho para ellos, por lo que esperaban que hoy fuera diferente; y, sobre todo, que fuera el camino a su salida de este torbellino de emociones.
- ¿Están abajo, verdad? -preguntó Toothless refiriéndose a las chicas, una vez se separaron.
-Sí y a juzgar por el aroma, hicieron el desayuno.
-Ya ni sé cómo pagarles por todo lo que están haciendo por nosotros.
-Ni yo, pero, encontraremos la forma, por lo pronto, hay que bajar.
-Vamos.
.
-Astrid, hagamos un reto- dijo Storm sin darse cuenta de que los chicos estaban bajando las escaleras.
-Te escucho Siri, dime que quieres perder.
-Si logras sostenerte en una mano por 30 segundos estando de cabeza, haré lo que quieras por una semana, pero si yo gano, será al revés, ¿trato?
-Oh Storm, me la dejas muy fácil, acepto- aseguró antes de volver a ponerse de cabeza y, con mucho cuidado levantar la mano izquierda, que es con la que tenía menor fuerza.
Cuando el cronómetro dio inicio, la rubia de mechones azules miró con horror el pasar de los segundos, ya que, entre más avanzaba el tiempo, significaba que estaba más cerca de la derrota. Por lo que, no fue una sorpresa que al llegar al número 30, se golpeó la frente con frustración.
- ¡Maldición!, ¡No, no! yo debía ganar.
-Sigue participando Storm- cantó victoriosamente apoyándose nuevamente en ambas manos para levantarse y enseguida dejarse caer en un Split.
- ¡Ush! te juro que uno de estos días te voy a embarrar un pastel en la cara- amenazó antes de fijar la mirada al pie de la escalera, dónde al hacerlo, su cara enrojeció, pues los Haddock las estaban observando con una sonrisa divertida. Así que, solo atinó a darle un pequeño golpe a su prima para que los mirase también- ¡esto no puede ser peor!, ¡adiós a la dignidad de Siri Hofferson! -agregó cubriéndose la cara con vergüenza.
-No exageres- mencionó de forma burlona mientras se dirigía a saludar a los chicos- solo te vimos perder nosotros tres.
- ¡¡Cállate Astrid!!
.
.
Se vienen cosas muy interesantes en los siguientes capítulos, estén atentos.
Nos vemos pronto ;)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top