Capítulo 27

Siguiente actualización, disfrútenla.

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Durante la semana, Hipo se enteró que Finn deseaba hablar con él a solas, por tanto, el día que fue citado por el hombre para ir a su casa, sintió que los nervios lo iban a terminar matando antes de siquiera tocar la puerta.

-Mi lady, no es gracioso- reprochó el castaño al ver que la rubia se reía de él mientras lo acompañaba a su hogar- ya puedo ver el titular de los periódicos de la siguiente semana... "el primogénito del gran Estoico el Vasto; Hipo Haddock, ha partido al Valhalla antes de tiempo"- agregó con dramatismo.

- ¡Babe!, no exageres- comentó esta apretándole la mano- si te sirve de consuelo, yo tengo que ir a tu casa.

- ¿Por qué?

-Tu madre nos pidió ayuda a Storm y a mí para algo que quiere hacer.

- ¿Qué cosa?

-Algo de chicas- soltó rápidamente para no revelar que lo que iría a hacer era parte de una sorpresa.

-Bueno, pero no es lo mismo; mamá te adora, y si llegaras a ver a papá, también lo hace. En cambio, tu tío ha de odiarme.

-No es para tanto, además, mi tía también estará presente. Mi tío solo quiere estar seguro de que estoy con un buen chico, aunque ya le he dicho que soy muy feliz contigo- comentó entrelazando sus manos con las suyas.

- ¿Segura?

-Sí, relájate, y mejor entra ya, porque si algo odia mi tío es la impuntualidad.

-Bueno, pero ¿te veo en un rato? -preguntó con ternura.

Astrid en respuesta, se le acercó lentamente para tomarlo del rostro con suavidad y plantarle un beso que fue correspondido con una sonrisa de por medio.

-Sabes que sí- dijo tras separarse de sus labios.

El castaño le sonrió para tranquilizarse y, una vez que inhaló aire, se dirigió al hogar Hofferson. La rubia vio a su tía recibir a su novio, así que cuando la puerta se cerró tras de ellos, se echó a correr a la casa vecina para tocar al portón.

- ¡Astrid, querida! qué bueno que estás aquí- agradeció Valka al momento de dejarla entrar a su hogar.

-No me hubiera negado jamás.

-Espero que esto no te quite tiempo en tus entrenamientos, no quisiera alentar tu progreso.

-No se preocupe por eso Valka, por Hipo haría lo que fuera- aseguró con una sonrisa llena de seguridad.

-Gracias por esto, y por todo lo demás.

- ¿Lo demás?

-Has hecho que mi hijo vuelva a sonreír y a que confíe en sí mismo; me alegra que te haya encontrado.

-Bueno, en realidad ambos hemos sido el apoyo del otro, pero... de nada; lo hago con gusto.

Dicho eso, las mujerespusieron en marcha la operación llamada "sorpresa para Hipo", la cualconsistía en adornar la casa con carteles y globos, además de preparar lacomida favorita del castaño para celebrar su triunfo del concurso; al díasiguiente sería la exposición, así que todo tendría que estar listo hoy paraque el chico no se enterara de nada. El plan comenzaría con Astrid llevándoseloa dar un paseo por la mañana antes de irse al salón de arte, para que el resto pudieraacomodar las cosas. Storm y Toothless se encargarían de lasdecoraciones; Valka con ayuda de Gylda tendrían lista la comida, y Estoico iríapor el pastel de celebración.

Pero, volviendo al presente, Storm y Toothless habían salido a comprar algunos adornos e ingredientes que la castaña necesitaría para la comida, y dado a que el pelirrojo estaba trabajando, la rubia y Valka eran las únicas en la casa. La más joven estaba abriendo unas bolsas de serpentina, cuando algo a lo lejos llamó su atención; por lo que, al caminar hacia una mesita ubicada en la esquina de la sala, vio una fotografía de la familia de su novio, la cual debió ser tomada antes del accidente de este, puesto que no había rastro de que trajera la prótesis. Los cuatro salían posando frente a su casa mientras soltaban una enorme carcajada, haciendo que Astrid sonriera por inercia al imaginar que aquel momento debió ser memorable. Sin embargo, casi enseguida borró la sonrisa de su rostro para cambiarla por una expresión nostálgica; ella solía tener una fotografía similar con sus padres... el pasado nunca iba a dejar de doler; pensó con amargura.

- ¿Todo bien Astrid? -cuestionó Valka detrás de ella al ver que se había quedado pensativa.

-Sí, lo siento; solo estaba viendo lo bonita que es su familia- respondió dándose la vuelta y mostrándose sonriente.

-Ahora también eres parte de nuestra familia- afirmó tomándola de las manos con cariño.

-Muchas gracias- comentó dejando a un lado la tristeza, para luego regresar la fotografía a su lugar y retomar la tarea que había estado haciendo.

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Momentos antes

-Pasa Hipo, estás en tu casa- dijo Gylda a modo de saludo.

-Muchas gracias, señora Hofferson- respondió el mencionado educadamente.

-Vamos, no seas tan formal, llámame Gylda- pidió risueña, a lo que el chico le asintió.

-Hipo, buenas tardes- saludó Finn bajando las escaleras.

-Buenas tardes, señor Hofferson, Astrid me dijo que deseaba hablar conmigo- comentó nervioso.

-Es correcto, mira, voy a ser directo para evitarnos rodeos, ¿bien? -preguntó, a lo que Hipo le confirmó con un asentimiento, además de tragar saliva con pesadez- Siri y Magnus han hablado bien de ti, pero yo juzgo a las personas por mano propia.

- ¡Finn, no lo asustes! cambia el tono de voz, que parece que le vas a dictar una sentencia- solicitó Gylda sujetándolo del hombro, a lo que este aceptó a regañadientes para alivio de Haddock.

-Sé qué sabes lo de mi hermano y cuñada, así como lo complicado que es hasta la fecha para Astrid afrontar ciertas cuestiones del pasado. Hipo, lo que trato de decirte es que, lo que menos queremos para ella es que ahora que es feliz, sufra de nuevo debido a ti; de eso se trata todo esto.

-Lo entiendo señor Hofferson, créame que, desde que Astrid y yo nos hicimos amigos, empecé a odiar la idea de que alguien pudiera hacerle daño; mucho más yo. Así que conforme fui desarrollando sentimientos por ella, me prometí protegerla día y noche; deben saber que me ha ayudado mucho desde que nos conocimos, así como que me abrió las puertas de su corazón. Les prometo que jamás la dejaré sola, aun y cuando llegásemos a terminar; cuidaré y veré siempre por ella, porque realmente se merece tener una vida feliz; una segunda oportunidad- contó con sinceridad, haciendo que el corazón de la mujer se enterneciera por tan bellas palabras dedicadas a su sobrina.

-Ahora veo porque Astrid se enamoró de ti- reveló Gylda sujetándolo de las manos- Bertha te hubiera amado; eres todo lo que esperamos que Astrid recibiera en la vida. Y gracias por tu promesa, pero te garantizo que ahora que te encontró, nunca te va a dejar ir- agregó antes de darle un abrazo.

En primera instancia, Hipo se desconcertó con aquella acción, pero inmediatamente se lo devolvió mientras sentía una punzada de felicidad al haber escuchado decir a la mujer que, la madre de Astrid seguramente hubiera pensado que era el chico indicado para su hija.

-Hipo... -llamó Finn en un carraspeo.

- ¿Sí? -habló este con miedo de ser rechazado al separarse del abrazo.

-Bienvenido a la familia.

-Gracias... de verdad gracias- dijo en un chillido de alegría- ¡wow!, no sé qué decir, es un honor- añadió rascándose la nuca con nerviosismo, como es costumbre en él.

-Calma, solo ve a casa, que mañana será un día importante y todos estaremos allí para apoyarte- indicó el hombre dándole una palmadita en la espalda y guiándolo a la puerta, dónde al momento de recibir otro gracias por su parte, lo dejó marcharse.

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- ¿No dijiste que tu padre iba a entretener por mucho tiempo a Hipo? -preguntó un asustado Toothless a la rubia de mechones azules al ver que su hermano estaba saliendo de la casa vecina.

-Se suponía, pero debió decirle algo convincente para dejarlo irse tan pronto- respondió esta con asombro.

- ¿Ahora qué hacemos? -prosiguió alterado, pues como ellos se encontraban en el patio al haber regresado de las compras, no podían permitir que el castaño entrara a la casa, ya que tomaría por sorpresa a quienes estuvieran dentro.

-Ve a ayudarle a tu madre, porque Siri Hofferson se encargará de agregarle un toque de drama a la tarde- indicó guiñándole un ojo, causando que le sonriera sonrojado antes de asentirle y que se echara a correr a casa mientras esta se dirigía al Haddock mayor- ¡Hipo! -gritó a la vez que fingía tropezarse y luego caerse al pavimento- ¡maldición! -exclamó "con dolor", pensando: ¡por Thor! que buena actuación estoy dando; deberían darme un premio por esto.

- ¡Storm!, ¿Estás bien? -cuestionó el castaño con preocupación tras llegar a su lado para ofrecerle una mano.

-Estoy bien, gracias; pudo ser peor- dijo con una mueca aceptando su ayuda para ponerse de pie.

- ¿Quieres que te traiga hielo, pomada o algo?

-Oh no, en serio estoy bien; después de todo, soy una Hofferson- explicó con una sonrisa.

- ¿Por qué todos ustedes dicen eso? -preguntó sintiendo un tic en el ojo.

-Supongo que por las costumbres familiares- contó alzándose de hombros- olvídate de mí, mejor dime, ¿cómo te fue con mi padre? -agregó con un tierno puchero.

- ¿Pero no te voy a entretener?, porque recuerdo que Astrid dijo que ambas iban a ayudarle con algo a mi madre.

-No te preocupes, acabamos hace unos minutos- mintió con destreza- y ahorita, As se quedó conversando un rato con ella, porque yo tuve que salir por algo rápido y fue por eso que te vi.

-Bueno, primero que nada, gracias por la ayuda Storm- comentó sonriente, a lo que esta lo miró confundida- por haberle dicho a tu padre que era un buen partido para tu prima- agregó para desvanecer sus dudas.

-Ah, no es nada, ya te había dicho que estaba feliz al saber que ella te tenía, así que tratar de convencer a mi padre de que era buena idea, no fue tan difícil- dijo despreocupada en una risa.

Después de eso, la Hofferson menor pudo entretener al castaño por mucho tiempo, debido a que este le contó todo lo que había pasado desde que entró a su casa, y como Storm le hizo cientos de preguntas, el relato se extendió más; sin contar que en una que otra ocasión, se desviaron del tema para hablar sobre el arte, fascinación que compartían dado a las carreras que estudiaban. 

Y luego de un rato, la chica miró la hora en la pantalla de su celular, notando que ya habían pasado los minutos necesarios para dejarlo ir a casa. Así que, cuando ambos entraron al hogar Haddock, el resto trató de actuar con normalidad, pues no hacía mucho que habían terminado de esconder las cosas para la sorpresa de mañana, no obstante, como la rubia no deseaba que algo se les hubiera olvidado, se acercó a su novio para sacarlo de la casa nuevamente, mientras los demás se aseguraban de haber guardado todo.

- ¿Cómo te fue? -preguntó Astrid una vez estuvieron solos.

-Tu tío me dio la bienvenida a la familia, y tu tía dijo que tu madre me habría amado de haberme conocido, ¿qué tan buena respuesta es esa? -inquirió saber Hipo con una risa nerviosa.

-Una muy buena, los dioses estuvieron de tu lado- reveló abrazándolo cariñosamente por el cuello, además de hundir la cabeza en su hombro.

-Menos mal, ya era justo tener algo de suerte- atinó a decir rodeándole la cintura protectoramente.

Por esa tarde, la pareja regresó temprano a casa, no sin antes darse unos cuantos besos a modo de despedida, puesto que la chica no quiso que el castaño se desvelara por el gran día que le deparaba al despertar.

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Hipo casi no había podido dormir la noche anterior por lo emocionado y nervioso que estaba al presentarse en la exposición de su trabajo, aun así, trató de actuar con normalidad. Se duchó y desayunó antes de colocarse un traje negro con camisa verde militar, y para cuando resopló delante del espejo, recibió un mensaje de su lady diciéndole que iría por él para caminar un ratito, a lo que pensó que era una grandiosa idea, pues quizá así podría relajarse; sin imaginar cual era el verdadero trasfondo de aquella acción. Al sonar el timbre, Toothless fue a abrir la puerta, puesto que él todavía se encontraba en la segunda planta, pero al ir bajando las escaleras, pudo escuchar que su hermano hablaba amenamente con su rubia.

- ¡Por todos los dioses! luces increíble, y mira que quién te lo dice es tu cuñado, ahora imagínate lo que te dirá mi hermano en cuanto te vea- soltó el risueño pelinegro.

-Gracias Tooth- respondió la Hofferson levemente ruborizada por el halago.

-Y hablando de él- declaró al ver al castaño en el inicio de las escaleras- hermanito, ¿qué opinas del vestuario de Astrid?

Sin embargo, el mencionado apenas pudo escuchar la pregunta cuando se perdió en la hermosa valkiria que tenía enfrente, quién estaba usando un vestido sencillo y pegado al cuerpo color azul naval, además de llevar el cabello semirrecogido con ayuda de una peineta plateada, la cual combinaba con sus aretes y collar.

- ¡Tierra llamando a Hipo!... ¡Oh, Astrid! lo hemos perdido. Hoy has hecho que mi hermano hiciera corto circuito; te culpo por dejarlo así- bromeó dramáticamente mientras chasqueaba los dedos delante de su rostro, sin conseguir que parpadeara.

-Lo siento Tooth, me declaro culpable -señaló la rubia siguiéndole su broma en lo que se acercaba a su pasmado novio para darle un besito de piquito que lo sacó del trance.

-Estás hermosa, Mi lady- susurró sobre sus labios.

-Gracias Babe- respondió con un leve sonrojo- ¿nos vamos?

-Sí, claro- aseguró entrelazando su mano con la de ella- Toothless, voy a salir un momento antes de irnos, ¿está bien?

-Hombre, tú tranquilo, yo le aviso a nuestros padres- respondió el mencionado presurosamente antes de que al castaño le entrara la duda y quisiera permanecer dentro de la casa.

Para cuando la pareja se dirigió a la puerta, la rubia le guiñó un ojo al pelinegro disimuladamente, a lo que este en el mismo modo, le asintió entendiendo que debía iniciar la fase dos de la operación "sorpresa para Hipo".

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Algunos de los sucesos en la historia van un poquito lentos, pero todo tiene un porqué, además, aunque todo parezca felicidad, no lo será dentro de muy poco; prepárense.

Nos vemos pronto ;)

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