Capítulo 16

Nueva actualización.

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- ¿¡Cómo qué no es mi asunto!? ya lo habíamos hablado, tú eres mía- reclamó Harald con seguridad.

- ¡Por el amor a Thor, no lo soy!, carajo, solo te acepté una cita a una cafetería, nada más. Ya te lo había dejado claro muchísimas veces, ¡no me interesas; esa cita fue un error!

Cabía aclarar que, en los primeros meses de haber empezado la carrera, Storm se había fijado sutilmente en Harald. Parecía ser inteligente, pese a creerse el galán de la Universidad por pertenecer al equipo de fútbol, y precisamente por haber pensado que era un buen chico, aceptó salir con él una vez. Ese fue el peor error de su vida, pues solo le bastó convivir con él dos minutos para saber que era un idiota. Desde entonces, llevaba todo un año insistiéndole en darle una segunda oportunidad, algo que a la chica ya le tenía harta.

-Ya déjame en paz, por favor, si de verdad sientes algo por mí, déjame hacer mi vida. Entiende que tú y yo no congeniamos.

-Bonita, planeé durante mucho tiempo una sorpresa que iba a darte hoy, como para que fueras una desagradecida yéndote temprano, ¡así que tú y yo nos vamos! - le ordenó con arrogancia.

- ¡Suéltame! -gritó Storm debido a que la había tomado del brazo con fuerza.

- ¡Te dijo que la soltaras! -intervino Toothless poniéndose en medio para intentar protegerla.

- ¡Tú que te metes idiota! antes di que no te estoy golpeando por habértela llevado -le escupió furioso empujándolo con fuerza.

- ¡Vete de aquí Harald! -insistió la chica comenzando a rasguñarlo para zafarse de su agarre.

- ¡Ya la oíste!, ¡Vete! -le demandó el pelinegro molesto, pues estaba frustrado al no conseguir liberar a la Hofferson menor de su agarre, ya que, este además de ser más alto que él, tenía un cuerpo perfectamente tonificado que le hacía ser más fuerte- ¡suéltala! -añadió lanzándose contra él.

Ambos cayeron al suelo y casi enseguida, Harald comenzó a golpear a Toothless en el rostro, donde este último trató de bloquear los golpes e intentar darle alguno de regreso sin conseguir hacerle daño de la misma manera. Storm gritó pidiendo ayuda a la vez que se arrojaba sobre el futbolista para jalarlo de los hombros y que así soltara al Haddock menor; los dos estaban haciendo hasta lo imposible para detenerlo, sin embargo, era inútil. Y como el pleito comenzó a hacerse más grande, las personas del local salieron corriendo, mientras que los dueños se acercaron a ayudar al pobre Toothless, quién ya tenía la visión borrosa. Cuando lograron separarlos, Storm inmediatamente fue a socorrer al pelinegro.

-Vamos, mantente despierto, por favor- suplicó en un chillido viendo como trataba de regular su respiración.

- ¿Storm? -preguntó débilmente al lograr enfocar su rostro angelical.

-Tranquilo, estoy aquí contigo.

- ¿Dónde está ese idiota? -inquirió tratando de ponerse de pie al percatarse de que su cabeza yacía sobre el regazo de la chica, sin embargo, esta lo detuvo.

-Descansa un poco, nos vamos a quedar aquí hasta que te sientas mejor. Harald no importa, solo es alguien que está obsesionado conmigo desde hace un tiempo; es un completo imbécil, pero nunca creí que llegaría a la violencia. De verdad lo siento Toothless, de haber sabido que esto pasaría, lo hubiera reportado a las autoridades de la Universidad; no tenías que pagar por el error que cometí en el pasado- sinceró con vergüenza.

-No te disculpes, tenía que defenderte; era lo correcto. No iba a dejar que te lastimara más de lo que logró- aseguró tomándola de la muñeca para ver el gran moretón que se formó en esta- ¿te duele mucho?

-No en realidad, esto no es nada- puntualizó señalando su mano, la cual estaba siendo acariciada por él- lo que me preocupa es tu rostro, mira cómo te dejó- insistió acariciándole la cara con cuidado, sin ser consciente de que esas acciones hacían a Toothless perderse de la realidad y, sobre todo, del dolor.

-Oh, no es nada.

-Claro que lo es, es mi culpa.

-No Storm, yo quise ayudarte. Y si este día se repitiera, te protegería de nuevo- aseguró con una pequeña sonrisa.

-Gracias- dijo besando su mejilla con cuidado para no lastimarlo- eres mi héroe.

Toothless sonrió como tonto. Después de todo, no le estaba yendo tan mal. Es decir, se encontraba en el regazo de la chica; ella le estaba haciendo mimos en el cabello, le había dado un beso en la mejilla y lo llamó su héroe... ¿qué más podía pedir?

-Oye, voy a llamar a tu hermano para que me ayude a llevarte al médico, ya que no puedes manejar así y no quiero que te pase algo más.

-Está bien, lo entiendo- contestó cabizbajo, pues había esperado tanto porque ese día llegara, como para que terminara antes de tiempo.

-Hey, no te pongas así, yo te voy a acompañar y te iré a visitar todos los días en lo que te recuperas, te prometo que vamos a salir otro día- afirmó con una sonrisa.

-Está bien- respondió sonriéndole de vuelta, para después verla marcar al número de su hermano.

Así que mientras esperaban a que Hipo llegara, observaron cómo la policía sacaba a Harald del local, pues dado al desorden que causó, los dueños pidieron que se lo llevaran.

-Bueno, al menos no se acercará a ti por unos días.

-Todo gracias a mi héroe- mencionó abrazándolo.

A lo que el chico felizmente, le correspondió como pudo. Se sentía tan bien en sus brazos que, perdió la noción del tiempo, al menos hasta que el castaño llegó en compañía de Astrid.

-¡¡Toothless!!, ¡Por todos los dioses, te golpearon horrible!

-Tranquilo Hipo, estoy bien.

-Uy sí, ¡se nota por toda la sangre de tu cara! -exclamó el mencionado con sarcasmo, pero a la vez con preocupación.

-Relájate ¡estoy bien! -expresó rodando los ojos antes de aceptar su mano para ponerse de pie, además de apoyarse en él al caminar.

La rubia se ofreció a sostener al pelinegro del otro lado, ya que Storm se había quejado por lo bajo sobre que le dolía la mano, así que Astrid le insistió en que no hiciera un sobreesfuerzo. Se apresuraron en dirigirse al hospital, donde al entrar, los enfermeros lo llevaron a un cuarto mientras el resto se quedaba en la sala de espera. Al poco rato, atendieron a la Hofferson menor, recetándole un ungüento para desinflamar su muñeca al no haber presentado daños más graves.

Pero conforme a los minutos, la rubia empezó a inquietarse, pues no le gustaba mucho estar en la sala de espera del hospital de Berk y menos en la zona de urgencias. Había comenzado a dar vueltas por el corredor tratando de calmar su ansiedad, pero no funcionaba por las voces que escuchaba de fondo de gente llorando o pidiendo informes de sus familiares. Inconscientemente empezó a morderse las uñas, ya que su cabeza estaba haciéndole malas jugadas trayendo recuerdos del pasado, no obstante, debido a que no quería llamar la atención, pues quien importaba era Toothless, decidió tomar asiento y dejar sus manos quietas. Sin embargo, no dejó de mover una pierna hasta que la puerta se abrió.

-El chico estará bien, su nariz se inflamó, pero el tabique no se desvió. Solo tiene que colocarse esta pomada desinflamatoria y tomar medicamento para disminuir el dolor- explicó el médico en turno.

-Muchas gracias- respondió Hipo soltando un suspiro de alivio, pues ciertamente la cara de su hermano se veía mucho mejor que cuando lo encontró en la heladería.

Storm corrió hacia Toothless para abrazarlo, a lo que este pese a desconcertarse, le devolvió el gesto de forma tímida ante la orgullosa mirada del castaño. Posteriormente, Hipo se giró hacia la rubia, quién se había acercado a una ventana para observar el cielo; con ello, el chico supo que algo raro estaba pasándole, ya que había aprendido que cuando ella prefería mirar al cielo y perderse en sus pensamientos, era porque quería dejar descansar a su cabeza de alguna preocupación. Decidió acercársele lentamente para saber si podía ayudarla, pero a medio camino, se dio cuenta de que estaba hablando por teléfono.

- ¿Entonces no hay otra manera más factible?

-No, lo siento Hofferson, es demasiado tarde para eso.

-Entiendo, muchas gracias por avisarme; me salvaste de una invasión de cámaras. Te mando mensaje cuando llegue.

-De acuerdo, cuídate mucho.

-Sabes que sí, nos vemos.

Al momento en que la rubia colgó, se dio la vuelta, encontrándose de frente al castaño.

-Lo siento Astrid, no quería interrumpirte en tu llamada- explicó nervioso.

-No te preocupes Hipo, no era nada del otro mundo, ¿todo está bien con Toothless?

-Oh sí, él estará bien, pero... ¿tú lo estás? -preguntó con cuidado.

Al escucharlo, le sonrió de lado, pues cayó en cuenta de toda la atención que le ponía Hipo como para intuir que algo le pasaba en ese momento sin necesidad de usar palabras para expresarlo. No obstante, le negó suavemente antes de señalarle lo que había a través de la ventana.

-Fergus me dijo que algunos reporteros me vieron entrar al hospital, así que me están esperando para una entrevista; ya sabes, quieren la exclusiva y les viene mejor si resulto estar herida para generar más vistas.

- ¿Cómo se enteraron que estabas aquí? -cuestionó una vez que vio a los reporteros a las afueras del lugar.

-Es la prensa, es su trabajo saber dónde están las figuras públicas- comentó distraídamente, pues todavía seguía alterada por escuchar tantas voces de fondo, algo que el chico notó, pero que prefirió no dejar en evidencia hasta estar en un lugar más privado.

- ¿Nos vamos? Tooth necesita reposo por recomendación médica -preguntó la rubia de mechones azules acercándose junto al pelinegro, a quién sostenía con cariño del brazo.

-Claro, solo que yo saldré por la parte de atrás. La prensa se enteró que estoy aquí- informó Astrid de nueva cuenta.

-Vamos a ir contigo- dijo con firmeza el castaño, a lo que los demás lo secundaron.

-Muchas gracias. Por cierto, Toothless, ¿crees que podríamos hablar mientras salimos?

-Claro Astrid, sin problemas- aseguró el mencionado poniéndose a la par de ella en lo que Hipo y Storm conversaban sobre el atuendo que usaría Astrid en la competencia del siguiente año- ¿qué pasa?

-Quería darte las gracias por haber cuidado de Storm. Le había dicho muchas veces que Harald era alguien de cuidado, pero ella negaba diciendo que todas las personas tenían algo bueno en el corazón, inclusive ese idiota. Sé que sabe cuidarse sola, pero te agradezco que estuvieras para ella en ese momento.

-Bueno, no me lo agradezcas, lo haría de nuevo sin duda alguna.

-Lo sé, aunque vuelvas a quedar como hoy- comentó con una pequeña sonrisa- solo espero que te sea pasajera la recuperación y que no te encuentres pronto con Harald, ya que de seguro querrá echarte bronca después.

-No te preocupes por eso, encontraré una manera más inteligente de quitármelo de encima. Aunque siempre puedo recurrir a los refuerzos.

-Mas vale que lo hagas- pidió con un humor que le sacó una diminuta risa- ah, y otra cosa, si quieres recorremos la sesión de fotos otra semana más por el incidente de hoy, así puedes descansar.

-Oh no, no, gracias Astrid, pero estoy bien, en serio. Además, yo me comprometí a darte un gran trabajo. También piénsalo, la promo sale mañana y seguro querrás tener material recién hecho para dar publicidad a tu imagen.

-De acuerdo, eres astuto; tomaré tu palabra.

-No te arrepentirás.

-Yo sé que no.

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Una vez en su vecindario, todos mandaron a descansar a Toothless, quién a regañadientes aceptó, pero antes de irse, Storm se despidió de él besándolo en la mejilla, lo que provocó que formara una sonrisa tonta; y al poco rato, la rubia de mechones azules también se fue a descansar. Así que cuando Astrid estaba dispuesta a imitarla, Hipo la detuvo sujetándola de la mano.

-Astrid, me preocupo mucho por ti, y por eso sé que algo más pasó mientras estuvimos en el hospital. ¿Qué tienes?

La mencionada en respuesta, lo jaló tenuemente de la mano para guiarlo al lago donde habían conversado alguna vez, pues para hablar de lo sucedido necesitaba estar en un lugar tranquilo.

- ¿Fue muy evidente? -atinó a preguntar en voz bajita.

-Para mí sí. No tenemos que hablar del tema si no quieres, tan solo quiero saber si puedo hacer algo para ayudarte.

-Supongo que puedes.

-Dime lo que necesitas.

La rubia se giró lentamente soltando el agarre de sus manos para verlo a los ojos antes de acercarse a su pecho y abrazarlo con fuerza.

-Un abrazo...-reveló en un susurro apenas audible.

El castaño la abrazó enseguida, para luego recargar la cabeza sobre la suya, asegurándole de esa manera que estaba con ella y que no la soltaría. No sabía que estaba pasando por su mente, pero sería paciente en esperar a que dijera algo, así que mientras permanecían en silencio, se aseguraría de que estuviera tranquila. Debido a que estaban tan cerca uno del otro, Hipo pudo inhalar el dulce aroma de su cabello, algo que lo embriagó de inmediato y que le hizo cerrar los ojos por deleite del momento, mientras que la rubia solo pudo llenarse de una sensación de seguridad y, sobre todo, de que no necesitaba de nada más que él para estar bien.

Y, solo por aquella situación, se preguntó si lo que Storm le había insistido hasta dejarla mareada era verdad o mentira... ¿acaso le gustaba Hipo Haddock?, no estaba segura, pero lo que sí sabía era que no quería dejar por nada en el mundo la calidez de sus brazos.

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Hice muchos cambios pequeñitos en este capítulo, pero era para darle más sentido a la historia, espero lo disfruten.

Nos vemos pronto ;) 

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