Capítulo 13

Siguiente actualización.

.

Una vez que Astrid ingresó al área de grabación, admiró todo el equipo de producción que se utilizaría en la promo, así como la escenografía, y solo pudo pensar en dos palabras para su descripción; bonito y costoso.

- ¿Estás lista As? -le preguntó Heather una vez que también dejó atrás a los reporteros.

-Supongo que sí, tan preparada cómo se puede.

-Hola rubia, ¿qué tal? -saludó Dagur llegando al lado de su hermana.

-Hola Dagur, ¿cómo estás?, ¿ya listo? -preguntó la Hofferson con una sonrisa.

- ¡Claro! listo para aniquilar a los rivales- contestó con seguridad, obteniendo así miradas consternadas por parte de las chicas- es un chiste, ya deberían reírse de mi humor- agregó soltando un suspiro de decepción- en fin, estoy listo para grabar, pero en lo que empiezan voy a por algo de tomar, ahorita las veo.

- ¿Tu hermano seguirá haciendo esos malos chistes en los lugares menos apropiados? -preguntó Astrid rodando los ojos con diversión en cuanto el pelirrojo se alejó de ellas.

-Ni idea, pero mi papá seguramente te diría que sí, que su hijo será de ese modo hasta el matrimonio- contestó Heather en una risa discreta.

Conforme fueron llegando los demás atletas, empezaron con la organización de que papel debía tomar cada uno, sus posiciones y a qué cámara necesitaban prestar atención. Después de dos horas, se concluyó con la filmación, así que tras comer todos juntos un pequeño aperitivo, regresaron a casa.

.

- ¿Te vas a quedar a cenar, Fergus? fue un largo día y ambos nos merecemos un descanso- cuestionó Astrid con una sonrisa una vez que el auto se estacionó delante de su hogar.

-Claro, ya que probablemente mi rebelde hijo aprovechó el tiempo libre para irse a una fiesta, y seguramente regresará hasta la madrugada.

-Oh sí, ya me acordé que me lo comentó. Además, conociéndolo y a su mejor amigo, claro que se van a tardar en llegar- aseguró con diversión bajándose del auto y, al apenas entrar a casa, fue recibida por un efusivo abrazo de Storm.

- ¡Lo hiciste increíble! -exclamó gritándole al oído.

-Gracias Storm, pero no me grites, que me dejarás sorda- pidió con una sonrisa revolviéndole el cabello.

-Bien familia, vamos a cenar, ya que Astrid y Fergus deben estar agotados- indicó Finn invitándolos a tomar asiento en el comedor- Fergus, ¿quieres una cerveza?

-No, ¡dame dos! por favor, soportar a la prensa es agotador- pidió con cansancio siendo el primero en sentarse para degustar la deliciosa comida que preparó Gylda.

La rubia se rio por lo bajo de la actitud de su padrino, pero enseguida lo imitó; estaba hambrienta. Posteriormente, todos se sentaron para disfrutar de la cena, acompañada de una buena plática hasta que Astrid se dispuso ir a su habitación para descansar. Pero antes de quedarse dormida, se acercó a la ventana para saber si Hipo estaba en su cuarto; al ver que sí, le llamó enseguida.

Para ese momento, el castaño se encontraba sentado frente a su caballete con el lienzo que había comenzado a dibujar, debatiéndose de si debía continuar con el boceto o cambiar de idea. Sin embargo, sus pensamientos se vieron interrumpidos por la llamada de la Hofferson.

-Hola As, ¿cómo te fue? -preguntó con una sonrisa apenas contestó, a la vez que se acercaba a su ventana para recorrer la cortina y verla del otro lado.

-Hola Hipo, algo pesado a decir verdad, ¿estás ocupado? -preguntó con un poco de pena, ya que quería platicar un rato con él, pero tampoco quería entretenerlo de más.

-No, para nada, no te preocupes. Vi la entrevista que te hicieron, estuviste increíble.

-No fue nada del otro mundo, pero gracias por el apoyo.

- ¿Entonces eres amiga de los hermanos Berserker? -cuestionó con curiosidad, ya que también había escuchado hablar algo de ellos alguna vez.

-Sí, soy más amiga de Heather, pero conozco a los dos desde hace un par de años.

-Increíble, ya quiero ver la competencia, y hablando de eso; mi familia confirmó la asistencia a la recaudación de fondos. 

- ¡Genial! gracias por aceptar ir.

-No, gracias a ti por la invitación.

-Bueno, si insistes. Oye Hipo, ¿y cuándo te vas a inscribir al concurso?

-El lunes sin falta.

- ¿Y ya sabes que dibujar?

-En realidad no, ¿tienes alguna idea?

Hipo comenzó a ponerse nervioso para ese punto, pues claramente no le iba a decir: ¡oh Astrid! ¿adivina qué?, ya comencé a hacer un dibujo; el lago donde hablamos la otra vez y, además, te dibujé a ti, ¡tara! Claro que no le diría eso.

-Mmmm, no sé muchas cosas de arte, pero cómo te dije aquella vez, el lago donde hablamos el otro día, para mí sería un bonito paisaje que merece ser retratado- comentó con inocencia; sin percatarse de que al castaño le estaba dando un mini ataque cardíaco.

- ¿¡Qué-é?!

-Bueno, si no te gusta, podrías dibujar a lo mejor el bosque o un acantilado- corrigió tras el tono de voz que usó, pues quizá su idea inicial no había sido tan buena elección como imaginó.

-Perdón Astrid, no quería hablar así. Es solo que me tomaste por sorpresa; ya que también había tenido la misma idea en cuanto te pregunté- mintió con una sonrisa nerviosa.

- ¡Oh! me alegro. Entonces ya tienes con que comenzar.

-Parece que sí, gracias.

-No hay de qué.

Conversaron un rato más y, cuando la llamada finalizó, Haddock se quedó pensativo recostado sobre su cama; pues quizá la extraña coincidencia de la sugerencia de Astrid sobre qué pintar, era una señal de que debía continuar con aquel cuadro. Estaba decidido, seguiría por ese camino, sin embargo, de momento no le comentaría a nadie que ya llevaba un avance.

.

Al día siguiente, Astrid se fue temprano a la pista de hielo, pues a pesar de que tenía cosas que hacer por la tarde, no podía dejar de lado el entrenamiento. Storm no la acompañó esta vez, ya que le aseguró que debía pintarse el cabello con urgencia para estar presentable en la cena de los Haddock. Pero, antes de irse, le preguntó que si se estaba arreglando para impresionar a Toothless, a lo que como respuesta recibió un almohadazo en la cara por semejante barbaridad. No obstante, como solo le había importado verla sonrojada, se fue teniendo una sonrisa divertida.

El entrenamiento no duró más de tres horas, así que cuando regresó, se apresuró a tomar una ducha para estar lista. Al salir del baño, Storm ya la estaba esperando en su cuarto.

- ¿Cómo me veo rubia? -le preguntó señalando su vestido corto con lentejuelas doradas y su cabello recién pintado, el cual estaba siendo adornado con una peineta.

-Te ves muy bien, así sí que enamorarás a Toothless- comentó con una burla cariñosa.

- ¡Oh vamos! no sigas con eso. Además, no creo interesarle de esa manera.

- ¿Por qué lo dices? -inquirió alzando una ceja sin entender, ya que, a su parecer, el pelinegro se mostraba bastante obvio con respecto a sus sentimientos.

-Le di mi número desde la semana pasada y ni siquiera me ha mandado un mensaje- respondió con simpleza alzándose de hombros.

- ¿Qué tal si es tímido y por eso no lo ha hecho?

-No lo sé, quizá le pregunte hoy.

-Pero, ¿sí te gusta?

-Es muy amable y divertido, pero no lo conozco mucho, no puedo saberlo ahora. Además, no hemos hablado tanto como Hipo y tú.

-Y ¿eso que tiene que ver?

-Sabes que tiene todo que ver- aseguró señalándola con una mirada divertida.

-No sé de qué hablas- cortó antes de salir de la habitación deprisa.

- ¡Oye! regresa- gritó empezando a perseguirla.

Para cuando Storm dejó el tema de lado, Astrid pudo terminar de arreglarse. Se había vestido muchísimo más sencillo al no gustarle llevar tantas cosas encima, aun así, se colocó un vestido corto azul naval, además de hacerse una trenza de lado.

.

Los hermanos Haddock por su parte, estaban presentando un par de dificultades técnicas para terminar de arreglar sus atuendos de esa noche.

-Hipo, ¿con corbata o sin corbata?

-Creo que se vería mejor sin corbata, digo, tan formal no es la cena- opinó el castaño torpemente- ¿manga larga o de ¾?

-Manga larga, para que también mamá no diga que vamos muy informales- respondió Toothless después de pensarlo un momento.

-Chicos, ¿ya están listos? su madre quiere que le ayudemos a poner la mesa, porque ya casi vienen los Hofferson- comentó Estoico entrando al cuarto, una vez que tocó a la puerta.

No obstante, antes de recibir una respuesta, el hombre se echó a reír, pues sus hijos tenían sus vestimentas a la mitad y montones de ropa a su alrededor.

- ¿No tienen idea de que ponerse, cierto?

-No, ¿qué acaso no se nota? -comentó el pelinegro suspirando con pesadez.

-De acuerdo, los voy a ayudar- aseguró el pelirrojo riéndose con más fuerza- pero hay que darnos prisa, su madre nos está esperando.

-Gracias- respondió Hipo con cansancio.

Una vez que Estoico terminó de auxiliarlos, los hermanos se vistieron, y para cuando bajaron al primer piso, sus padres ya habían comenzado a acomodar la mesa.

- ¡Pero miren que guapos están! -exclamó la efusiva Valka- vamos, ayúdenme a poner los adornos- agregó caminando a la cocina, haciendo que los chicos tuvieran que correr para seguirle el paso y tener todo listo antes de que tocaran el timbre.

.

Al caer la noche, los nervios de Toothless aumentaron con rapidez, debido a que no tuvo valor de mandarle un mensaje a Storm, en cambio su hermano, estaba demasiado tranquilo, tanto que le envidió en ese momento. Sin embargo, no pudo pensar mucho en el tema, pues apenas se dio cuenta, el timbre había sonado y su madre había corrido a recibir a los invitados.

-Buenas noches, ¡pasen por favor!

-Muchísimas gracias- respondió amablemente Finn una vez que todos entraron a la casa.

Valka siendo muy amable y efusiva, los saludó a todos con un beso en la mejilla, pero cuando saludó a Astrid, le dio un enorme abrazo.

-Sean bienvenidos a nuestro hogar- dijo Estoico acercándose a saludar, al igual que los chicos.

Una vez caminaron al comedor, el menor de los Haddock estaba sintiéndose demasiado incómodo, pues apenas y había podido saludar a Storm, pero no había logrado conversar con ella. Astrid por su parte, siendo muy observadora, fue la única que notó aquel detalle, por tanto, se dispuso a ayudarle un poco.

-Por favor, tomen asiento- indicó la castaña con una sonrisa.

Finn y Gylda obedecieron, pese a haberles ofrecido ayuda con anterioridad al matrimonio Haddock, donde estos se negaron amablemente argumentando que eran sus invitados y que toda la cena la servirían ellos. Astrid y Storm decidieron sentarse al lado de su familia, y cuando los hermanos Haddock iban a hacer lo mismo, la rubia le hizo una señal a Hipo de que se pusiera delante suyo para que Toothless estuviera más cerca de Storm; este indudablemente le asintió al entender su plan. Así que cuando el castaño tomó asiento delante de Astrid, al pelinegro le temblaron las manos mientras se colocaba delante de la rubia de mechones azules, quién le ofreció una enorme sonrisa, la cual fue capaz de devolverle después de relajarse.

Los adultos rápidamente empezaron a tener una conversación fluida, a diferencia de los chicos que no habían pronunciado palabra alguna. Hipo y Astrid más que nada por estar disfrutando de la plática, y porque de vez en cuando se perdían en los ojos del otro de forma inocente. Pero, por el otro lado, Toothless no sabía si debía hablar con Storm o esperar un rato, pues ella estaba demasiado entretenida en su comida como para prestar atención a otra cosa. No obstante, esa indecisión provocó que comenzara a temblar hasta que, sintió la mano de su hermano sobre su rodilla para tranquilizarlo.

Más tarde, Estoico le agradeció a Astrid por haber ayudado a su esposa y esta, aunque se sonrojó por todas las atenciones de los Haddock, le respondió con una sonrisa. Y, cuando Valka le preguntó algo relacionado al patinaje, le contó las cosas de forma muy superficial, pues si abundaba en detalles, podría pasar toda la noche hablando de ello.

-Gylda, tengo curiosidad, ¿cómo fue que tu esposo y tú aceptaron que Astrid perteneciera al mundo del patinaje? digo, conocen los riesgos, y como padres siempre está el preocuparse por los hijos- preguntó la castaña una vez que la rubia terminó de hablar.

La mujer no esperó recibir aquella pregunta en ese momento, pero tampoco le sorprendió que se la hicieran; después de todo, no era la primera vez. Tanto ella como Astrid habían hablado cientos de veces que, por la integridad de su familia de no ser el centro de atención de los espectáculos, siempre dirían que eran madre e hija, a menos que la rubia deseara revelar la verdad. Algo que extrañamente ocurría al ser de sus secretos más preciados en la vida, y que no deseaba que la prensa supiera jamás. 

.

.

Un nuevo capítulo, espero lo hayan disfrutado. 

Nos vemos pronto ;)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top