21.- Eᴍʙᴀʀᴀᴢᴀᴅᴀ?
En cuanto llegue a mi casa, mi madre había preparado una cena de lo más fantástica, después de un día en la playa eso era lo más tentador del mundo.
—Astrid, tenemos que contarte algo muy importante para todos en esta familia —dijo seriamente.
Realmente no le estaba prestando atención a lo que decía, solo estaba comiendo, como si mi vida dependiera de aquello.
—Estoy embarazada —dijo segundos después.
¡¿QUE?!
Comencé a toser, mucho, creo que la ensalada se fue en otra dirección.
—Ay, Astrid.
Mi madre empezó a golpearme la espalda tratando de ayudarme, pero lo que ella no sabía era que lo empeoraba todo.
Seguía tosiendo mucho.
Observe a Sebas, quien estaba angustiado viendo como moría.
—¿Embarazada? —repetí incrédula.
Mi madre era joven, si, pero después de tantos años, es raro, demasiado.
—Si, tendrás un hermanito o hermanita, ¿no estás contenta? —Alice parecia demasiada contenta.
—Pues...
***
Desperté odiando a todos, al mundo, hasta al aire, odiaba la idea de no poder tocarme la cara porque inmediatamente ardía, el hecho de que mi madre esté embarazada, era algo que no me dejaba dormir.
Me puse mi uniforme de cultura física, mi calentador, camisa y sudadera, agarré mi cabello en una cola, até los cordones de los zapatos y bajé a desayunar.
—Buenos días, hija.
—Hola.
Mi madre sonría de oreja a oreja, daba miedo.
Sirvió mi desayuno, realmente no parecía uno.
Probé un poco el tocino y me costó masticarlo.
Me levanté, tomé mis cosas y me despedí tan rápido como podía.
—Taxi —pedí.
Tome el primer taxi que pasó, sentía que hoy no sería mi día, lo sentía.
Unos minutos más tarde, me encontraba al frente de la escuela, no vi a nadie conocido, por eso caminé a la entrada sola, casi nunca lo hacía.
La tranquilidad estaba llegando a mi, pero parecía que llegaba en tortuga, llegué a mi casillero, en él estaba pegada una fotos donde estaba yo, esa foto la conocía muy bien, de hecho fue la causa de muchos llantos en mi antigua escuela, la foto no era para nada agradable, solo estaba yo en ella, pero con filtros de cerditos, y cosas como "oink" "la cerdita" "chanchito", etc.
—¿Que? —dijo anonadada.
Me enoje tanto, buscando al culpable y como no, en mi panorama estaba Harley, ella sonreía victoriosamente y no se preocupaba en ocultarlo, sabía que era ella, lo sabía, pero no sabía cómo había conseguido esa foto, supongo que una chica como ella, caprichosa y malcriada, tendria todo el tiempo del mundo para hacer sentir de la peor manera a alguien, lastima que en mi no funcionaria, no antes de dejarla sin cabello.
Caminé hasta llegar con ella.
—¿En serio? Eso es infantil de tu parte —Dije haciéndole saber que estaba enojada, demasiado, la sangre me hervía, como decía mi madre.
La primera vez la dejé pasar, entendia que se sentía amemazada, pero no podía seguir siendo grosera con los demás sin llevar su merecido.
—Que te puedo decir, en tu antigua escuela no te querían tanto, fue fácil. Todo llegó a mis manos.
Lo admitía, no tenía vergüenza, se sentía victoriosa, mi mano también era victoriosa, no me costó mucho levantarla y estrellarla en su cara, ¿dolió? Un poco, pero supongo que a ella si le dolió, mucho.
Para cuando termine de pensar, me tumbó al piso, agarrando mi cabello, yo hice lo mismo, le rasguñe la cara, mientras seguía tirando de mi cabello.
—No eres tan linda como crees —exclamó con odio mientras dábamos vueltas por el piso —además estas con el chico que me gusta, ni siquiera te gusta. ¡Me lo quitaste!
—Tu no sabes eso —le di un puñete en el ojo, recibiendo uno en mi nariz —Ni si quiera te lo quité, él llego a mi.
—¡ERES UNA ZORRA!
La rasguñé tanto como podia mientras ella estaba sobre mi, escuchaba como todos gritaban muchas cosas.
—Astrid dale una paliza, se lo merece —Dijo Madison con furor.
No sabía de donde había aparecido tantos estudiantes, pero ya estaban haciendo hasta apuestas.
—¡Madison, no incites a la violencia! Ayúdame a separarlas, se van a matar —Lluvia le gritaba a Madison.
Agarre tan duro del cabello de Harley, que al momento en que nos separaron mis manos estaban llenas de su cabello rubio, creo que la acababa de dejar calva.
—Ya basta —le grité —deja de molestarme porque esta vez no me dejaré.
Harley sonrió con malicia aunque solo parecía que iba a llorar por la bola de cabello que le hacía falta.
—Pues entonces nos seguiremos golpeando hasta que dejes a Eric, ¡mi Eric!
—Nunca fue ni será tuyo.
Su sonrisa se eliminó de su rostro, esquivo a las personas que se entrometían y llegó a mi para empezar a golpearme, de nuevo.
—¡Zorra! ¡Me lo quitaste!
Ella estaba furiosa, yo también.
—¡Yo no te lo quite!
Mi piel ardía.
—Pero dale más fuerte —pidió Madison —defiéndete, Astrid.
Lluvia parecía que iba a llorar Pero mejor decidió entrometerse. Separándonos a ambas.
—Basta —Madison se interpuso —basta, ya sabemos que Eric no te quiere, ya deja de fastidiar a Astrid
—¡No me quiere porque está se entrometió!
Empujó a Madison a un lado y se abalanzó sobre mi. Me golpeé la cabeza con el piso lo que le dio una oportunidad a Harley.
—Basta, la directora viene —Madison advirtió.
Alguien me levantó del piso y la mayoría salieron corriendo en cuanto vieron a la directora.
—Señoritas, las quiero a las dos en enfermería curando esos rasguños, en cuanto salgan las quiero en mi oficina, ¡A LAS DOS!
Dije que este no sería mi día.
Harley me miraba con odio, el mismo que yo le tenía, su cara, su cara parecía cuaderno de líneas, solo que está vez eran mis uñas las que hicieron eso, por primera vez me alegraba de tener uñas fuertes y largas, tenía el ojo izquierdo morado y el labio roto.
En cuanto a mi, no me había visto en un espejo, para saber que tanto me golpeó.
—Astrid, estoy orgullosa de ti, eso fue genial —Madison me abrazó muy fuerte —ya era hora de que te defendieras.
Lluvia me miraba con desaprobación, tanta, que se fue.
—Has visto como me ha dejado? Y en los problemas que me voy a meter?
Madison se encogió de hombros.
—Sarna con gusto, no pica.
No me había fijado que Julián estaba ahí, mi vecino había agarrado a Harley para que dejáramos de pelear, solo diré algo sobre él: aguapeleas, o era Aguafiestas?
Como sea, daba igual.
—Astrid tu nariz sangra —dijo Eric entre preocupado y enojado.
La verdad, me importaba una lechuga lo que pensaran de mi, lo que hice no estuvo bien, lo sé, pero tampoco estuvo mal que me defendiera de arpías.
Madison se despidió y fue a clases, mientras caminaba con Eric, en busca de alcohol.
Era la primera vez que entraba en enfermería, era normal, habían cuatro camillas, me senté en dirección a la puerta, mientras la enfermera me preguntaba un par de cosas, en cuanto Harley entró, se sentó en la primera camilla, solo nos distanciaba dos camillas, unos cuantos metros.
La enfermera, limpió mis heridas y luego se dirigió hasta donde se encontraba Harley.
—Mi abuela se veía muy enojada —dijo Eric —me pregunto de qué forma las castigará...en estos momentos estará llamando a Alice.
Mi madre va a asesinarme.
—Tus comentarios no me ayudan —dije preocupada —¿sabes que ella está embarazada?
La cara de Eric era para reírse, estaba entre anonadado y asombrado y feliz.
—Tenía la misma cara que tú cuando me lo confesó, a diferencia que yo me estaba atragantando con la ensalada.
—Eso es increíble... no me refiero a la ensalada asesina, me refería a tú madre.
Negué.
—No es increíble, al menos no por las mañanas cuando la escucho vomitar, me quita las ganas de comer.
Nos quedamos en silencio.
—¿Porqué lo hiciste? —preguntó seriamente.
Sabía que preguntaba por la pelea en los casilleros, pero, ¿cómo podía decirlo sin decir lo otro, sobre las fotos?
—No te diré.
Harley parecía muy interesada en saber de lo que hablábamos, mientras le curaban mis rasguños.
—Tengo que irme —dijo, pero se acercó lentamente a mi oído —viendo como está ella, creo que le diste una buena paliza, pequeña ninja.
Sus palabras sonaban cálidas, eran como correr 2k.
Su voz era sexi, casi inaudible, erizaba mi piel hasta que salió por la puerta y sentí su ausencia.
—Ya lo se —grite cuando él se marchó.
—Ahora que ya curé a ambas, pueden ir a la oficina de la directora Cooper.
Miré a la enfermera, como si estuviera loca, a caso no sabía que las dos habíamos peleado? A caso quería que nos mataramos antes de llegar a la oficina?!
Salí de enfermería, para tomar ventaja y llegar primera, cuando vi que Harley venía muy cerca, empecé a correr, tropezando con varios estudiantes que no querían entrar a clases.
Abri la puerta de la oficina, antes que Harley, interrumpiendo la llamada telefónica de la directora.
—Permiso.
Entre y me senté, esperando sus gritos por nuestro comportamiento.
—Sus padres están al tanto de este imperdonable comportamiento, no voy a pedir explicaciones, porque ya sé lo que sucedió, ambas no asistirán a el campamento del último año, ambas tendrán que ayudar en la cafetería lo que resta de la semana, considerando el nivel del asunto, es un castigo que le queda corto, ¿alguna pregunta?
—No, no puede hacerme esto, no fui yo quien empezó la pelea —Harley dijo casi alzando de más su voz.
—Esto no es algo que se puede negociar... Al menos que ambas ingresen al concurso de pasteles, será este viernes, si deciden concursar, tendrán que quedar al menos en el tercer lugar, dicho esto, pueden irse a clases, sin olvidar que las estaré vigilando —Harley prácticamente salió corriendo de la oficina, cuando a penas y me levantaba.
Su voz me detuvo.
—Astrid, en serio fuiste muy dura con ella —dijo.
La directora se había dado cuenta de quien había golpeado más a la otra.
—Si, lo sé.
—No fue un alago, puedes irte —no sabría descifrar, si estaba enojada o algo por el estilo.
—Claro.
***
Mi celular se había perdido, no lo encontraba.
—¿Tienes mi celular? —le pregunté a Mads.
—Es la tercera vez que te digo que no lo tengo —Mads parecía distraída —¿Recuerdas que la otra vez dije que alguien me gustaba?.
—Si —dije distraída.
Solo estaba buscando con desesperación mi celular. Volví a sacar las cosas de mi mochila, una por una.
—Terminó a su novia, me pidió una cita —tire mi mochila, preparandome para recibir la noticia de que mi amiga tendría un novio —y le dije que no.
—¿En serio? ¿Porqué? —mi ilusión se había ido al carajo, como mi celular.
—Ya no me gustaba, el sábado haré una pijamada, vas a ir? —preguntó con demasiada tranquilidad.
Asentí.
—¿Quién hará una pijamada? —llegó Lluvia, ya no parecía enojada.
—Mads, el sábado en su casa, ¿has visto mi celular?.
Negó.
—Por cierto, de que forma las castigó la directora Cooper?.
El interés estaba en los ojos de mis dos amigas.
—Tenemos que ayudar en la cafetería y nos prohibió ir al campamento, a penas y lo había escuchado.
Ambas me observaron, parecían asustadas.
—¿Qué? No, tienes que ir, es uno de los eventos más importantes de la escuela, vamos a las montañas un fin de semana, pescamos, hacemos kayac y muchas actividades más, tienes que ir —Lluvia parecia alterada.
—Si, también tienes que hacer pipí en una cubeta, eso si que es incomodo, de igual yo no iba a asistir, podemos quedarnos en mi casa y festejar de que los mosquitos no nos piquen —le daba igual a Mads.
—Claro que no, tenemos que ir —exigió —es una experiencia que no podemos perder, es nuestra última experiencia antes de ir a la universidad... Irás a esa competencia de comida—
—Pasteles —interrumpí a Lluvia, para corregirla.
—Lo que sea, pero admite que seria bonito y relajante desaparecer dos días de la ciudad y la contaminación y solo estar entre la naturaleza.
Tenía un buen punto, excepto que no quería intentar hacer un pastel, con la chica que había tenido varios problemas desde que llegué, otro punto en contra era que no sabía cocinar y me había dado cuenta que youtube no me ayudaría en nada.
—Odio la idea de ir al bosque —Lluvia le dio una mirada de desaprobación a Mads —¿qué? es cierto lo que digo, pero si ustedes van, también yo, necesito burlarme del mal ajeno cuando llueva y todos se resbalen en el lodo.
—Ni siquiera se hornear un pastel —interferí.
—Tienes suerte de que yo si —Lluvia era la más feliz de nosotras.
—Como sea, ayúdenme a buscar mi celular.
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