8-Fuego ardiente

Fuego, eso sentía la chica mientras sentía como la prenda de ropa caía al suelo. Los besos iban cayendo junto a las caricias. Tragaba saliva y su mente se volvía completamente blanca. El frío de su cuerpo, siempre presente en este ahora había sido cambiado por fuego ardiente.  Tn se tumbó y ella se colocó encima.

—Miércoles...es...es...es la primera vez que...estoy con una chica y...—ella le besó para callarlo.

—Yo tampoco soy una experta...tengo más experiencia torturando gente—replicó ella.

Las manos de la pelinegra desabrocharon al joven mientras mantenía los besos en su cuello. Tn estaba muy nervioso, dejándose hacer. Su respiración era muy agitada y Miércoles le dijo que se relajase, que no iba a hacer nada malo.

Ella se separó tras unos segundos, quedándose apoyada en este encima suyo. 

—¡Tn baja a echarme una mano!—gritó la madre de este desde abajo.

—Debo...debo bajar—dijo este mirando a los ojos a la chica.

—Si, será mejor dejarlo por aquí hoy.

Ambos se vistieron. Miércoles no decía nada. Tn mientras se vestía miraba de reojo a la chica, aún podía sentir los labios en los suyos, sus manos mantenía el suave tacto de su fría y pálida piel. Era como un sueño, no se lo terminaba de creer.

Bajaron juntos a la parte de la tienda y su madre le dio unas cajas a este. Miércoles llevaba el libro en la mochila, quería leerlo esa noche.

—Necesito que las lleves a este local—le dijo entregando una factura.

—Entendido—respondió este tomando todo.

—Te ayudaré—cargó con una caja.

—Gracias—le agradeció este.

Fueron al local que estaba a unos cuantos minutos. Tn no dijo nada, no sabía que decirle a la chica. Llegó y entregó todo. El hombre le pagó lo acordado y salieron del establecimiento.

En todo momento ella se le quedó viendo, en cierto punto envidiaba que fuera capaz de comunicarse tan bien y socializar. Ella seguramente le habría roto la nariz o algo a aquel hombre, pero él estaba tranquilo.

—Oye, lo de antes—ella se paró—¿realmente te gusto?, porque...tú me gustas mucho.

Ella abrió un poco los ojos, sorprendida por la revelación del chico. Miró al suelo y luego a este.

—Tengo...sentimientos encontrados...mis visiones...tú...debo aclarar todo. Desde que te conozco, mi mundo ha cambiado, detesto decirlo pero...—suspiró largamente—no me ha molestado en absoluto tus besos.

—Mi padre siempre me decía que yo besaría muy bien a las chicas...es bueno saber que se me da muy bien—dijo sonriente.

—No te pongas arrogante—dijo ella fría—no eres tan bueno como te piensas.

—Era broma. ¿Entonces somos novios?.

Miércoles no decía nada.

—Aún es pronto para determinar nuestra relación—dijo finalmente.

—Ya veo—estaba sonriente.

—No sonrías o te golpearé—advirtió ella.

Estuvieron caminando un buen rato hasta que se hizo hora de irse. Estuvo hablando sobre algunas películas y libros hasta que llegó el autobús.

—¿Puedo besarte?—susurró este.

—Beso en la mejilla y gracias—este le dio un beso en la mejilla.

—Nos vemos—ella asintió y se subió.

Cuando la vio alejarse se quedó pensando.

—Desde luego que le cuesta un mundo abrirse a los demás—luego regresó pues empezaba a hacer frío.

Al llegar a la habitación, Enid dio unos cuantos saltos hasta acercarse a ella.

—No,hoy no traiga bollos—dijo la gótica haciendo que ella se entristeciera.

—Un segundo...—se puso a olfatearla—¡has estado con Tn!.

—Si, ya lo sabías

—No, pero no de ese modo...¡te has besado y...!—calló sonriente.

—Si dices algo te juro que te mato.

Esa noche mientras estaba tumbada y mirando el teléfono hablando con este, Enid la miraba y de vez en cuando le preguntaba que tal había sido. Miércoles le lanzó un cuchillo que por poco le da en el brazo y quedó clavado en la madera. Casi le da a uno de sus peluches favoritos.

Cuando estaba ya todo oscuro, ella se quedó mirando la ventana mientras en su cabeza se formaba todo lo sucedido. Los besos de Tn eran...algo que no era capaz de describir. Sus visiones se habían hecho realidad. Le daba muchas vueltas, ¿cómo un normie había sido capaz de hacer que este en su cabeza todo el día?. 

—Así que esto es amor...lo odio...—pensó.

Pero luego recordaba la sensación de estar con él y su corazón palpitaba fuerte.

Finalmente pudo dormirse.

Pasaron varios días hasta que finalmente pudo regresar a Jerichó. Había quedado con Tn pero en está ocasión estaba acompañada de Enid.

—¿Quieres un bollo?—preguntó Tn.

Ella asintió sonriente.

Tn movió el bollo como Alan Grant en Jurassic Park la bengala, la loba seguía con la mirada la comida.

—La pata—dijo este haciendo que ella le diera la mano.

Al percatarse...

—¡Tn te voy a...!—fue callada cuando este le metió el bollo en la boca.

Enid saboreaba la comida con una cara de satisfacción.

—Espero que tenga veneno—comentó Miércoles.

La madre de Tn apareció pues la tienda estaba cerrada ese día por descanso.

—¿Qué tal todo?—preguntó sonriente.

—Bien, he venido porque Enid deseaba comer bollos—contestó la gótica—es una tragona.

—Me alegra saber que le gusta—dijo la mujer—en fin, salgo a comprar unas cosas, no rompáis nada.

Los tres se quedaron a solas.

—Tn, dame más—dijo ella extendiendo la mano.

Este se fue hasta una caja y sacó unos pocos bollos más.

—Aquí tienes—dijo entregando estos.

—¿Podemos hablar?—preguntó Miércoles mirando a este.

—Tengo miedo de dejar a Enid a solas con toda está comida...

—Deja de pensar en esas chorradas, tenemos que hablar.

Ella lo tomó de la mano y fueron al cuarto de dentro pero con la puerta entreabierta para que este pudiera vigilar a Enid.

—He pensado un poco en ello...puede que seamos más que amigos...por el momento. Al menos hasta que aclare todo—dijo.

—¿Lo del otro día no significó nada?

—Si, pero no soy experta en el amor y me encuentro confusa...

—Entiendo.

Él se acercó y la besó de sorpresa.

—Tenía ganas de besarte...muchas...

—Pedazo de idiota, la reina de los chismes se encuentra cerca y...

Pero a Tn todo eso le daba igual, la levantó de nuevo mientras la besaba. La pasión y fogosidad fue liberada. Ella suspiraba mientras recibía sus besos en el cuello. Odiaba todo aquello.

—Te juro que te voy a matar...yo...—dejó escapar un pequeño sonido tierno.

La timidez de Tn parecía no existir ahora mismo.

—Miércoles...te quiero...no sabes lo mucho que me encantas

—¡Idiota!.

En cierto punto, Tn se separó y dio un pequeño grito.

—¡Enid las garras quietas!—dijo mientras salía a su encuentro.

Miércoles se quedó allí parada, recobrando el aliento y suspirando.

—Tn...te quiero...—susurró ante su propia incredulidad.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo :D

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