2-Conocerse

Tn estaba trabando en la parte donde se hacian los pasteles, se aseguraba de que las cantidades fueran las correctas. Quería dejarlo todo preparado para cuando llegase esa persona poder enseñarle, notaba cierta felicidad pues le gustaba la idea de poder enseñar. Una de las cosas que le gustaría al chico sería tener más amigos, y al no odiar a los excluidos, creía que tal vez en algún momento podría hacerse amigos de ellos. Algo por lo cual mucha gente del instituto le margina exceptuando ciertas personas.

—Bien, creo que tengo todo listo—repasó los ingredientes y la cantidad de la que disponía—perfecto.

Su madre llegó y sabía que era el momento de conocer a la persona que trabajaría por aquel día allí en Nevermore.

—¿Miércoles?—abrió los ojos—¿vas a trabajar aquí?.

—Si, me ha tocado—sacó su papel. Por el tono por el que lo decía parecía no estar demasiado contenta y eso le llevó al chico a pensar que tal vez había hecho algo malo.

—Tn, te dejo a cargo, voy a atender a los clientes y limpiar unas cosas—dijo su madre antes de salir por la puerta.

—Vale.

Mientras la joven se colocaba el delantal, dudaba si preguntarle, tal vez había dormido mal y por eso estaba de ese humor. O tal vez era así, no la conocía tanto para saberlo.

—Supongo que tengo que hacer pasteles y bollería contigo—dijo arremangándose. Este asintió y le mostró la zona así como los pasos—parece una tarea muy fácil.

—No es tan sencillo, cualquiera puede hacer un bollo o pastel, pero hay que saber hacerlo para que el sabor sea excelente y cuidamos cada detalle—dijo Tn sonriente.

—No me interesa en absoluto, solo hago esto porque es obligatorio—replicó ella mientras se colocaba enfrente de la mesa.

Tn agachó la cabeza y asintió. Recordó en ese momento el beso, seguramente no deseaba haberse besado con él aunque fuera por accidente. Sentía un pequeño dolor en el pecho, la forma de hablar de la chica era tan distinta al día anterior...

—¿Vamos a empezar?—preguntó ella impaciente.

—Perdón.

Él fue dando las instrucciones, empezando por lo más básico y explicando cada paso. Primero lo hacia Tn con habilidad, luego Miércoles intentaba imitarlo. Aunque parecía algo sencillo, pronto la joven de Nevermore se dio cuenta de que no lo era. 

Tras unos cuantos intentos y ver que no le salía tan bien se enfadó y aplastó un poco de la masa que por poco se esparce por todo el sitio.

—Renuncio, es una pérdida de tiempo, solo hago esto porque es obligado—dijo molesta.

Esas palabras terminaron de herir a Tn cuya personalidad no era precisamente ser alguien con mucho aguante ante este tipo de situaciones.

—Puedes estar ahí sentada, si viene la profesora o la que te vigila le diré que ya has hecho tu parte y que este proceso era mejor hacerlo yo—dijo casi sin ánimo.

Miércoles se sentó y se cruzó de brazos mirando al chico trabajar en silencio. Vio que iba elaborando y realizando cada paso con habilidad, mirando fijamente lo que hacia en todo momento, casi sin pestañear. Algo que le llamó la atención.

Se levantó, se acercó a la mesa, tomó un poco de masa y tras relajarse un poco, fue siguiendo los que había visto. Ahora le imitaba a la perfección, y pronto terminaron toda la faena antes de meterlo al horno.

—No ha sido tan difícil—comentó limpiándose las manos.

—Es fácil una vez le pillas el truco—contestó este a su lado.

—Siento haber sido tan dura...no estoy acostumbrada a socializar—dijo ella sorprendiendo al chico.

—Pensé que estabas enfadada por el beso de ayer.

Ella abrió los ojos y recordó la escena, provocando unos nervios en ella, especialmente cuando ambas miradas se cruzaron.

—No lo menciones nunca más—dijo casi enfadada—pasó y ya está.

—¿Tan malo es besarse conmigo?—preguntó este sorprendiendo mucho a la joven que lo miró cabizbajo y rascándose el brazo.

Se acercó y le levantó la barbilla.

—En absoluto—él la miró—pero lo que pasa es....

La puerta cercana a ellos se abrió empujando al chico hacia adelante y acortando la distancia entre ellos. Nuevamente sus labios se habían unido.

—Oh, deberían esperar a terminar el trabajo para eso—comentó la madre haciendo que se separasen.

—Mamá yo...nosotros no...

Miércoles se tocó los labios unos segundos y miró a ambos tratando de decir algo.

—Salgo un momento—dijo pasando por el lado de ambos y marchándose de la tienda.

Los dos se quedaron mirando hasta que su madre volteó.

—Hijo, no sé que está pasando exactamente entre vosotros dos...por la forma de actuar de ella parece que no estáis saliendo...todavía. Yo creo que la tienes en el bote—levantó el pulgar—usa la comida, si quieres ligarte a alguien nada mejor que llenarle el estómago con buena comida.

Miércoles estuvo un rato afuera, pensando en lo sucedido y sintiendo como su corazón estaba a punto de salirse de su pecho. Ya eran dos malditas veces, ¿acaso alguien está haciendo esto?.

Regresó al cabo de un rato, ya algo más calmada y cuando vio a Tn, este volteó rojo. Se sentó a su lado y no dijeron nada. Se quedaron allí esperando a que fuera la hora de abrir el horno para sacar todo. El olor captó la atención de la gótica.

—Ya están—dijo sacando las bandejas—ahora debemos echarle unas cosas por encima según el tipo de bollería.

Fueron haciendo todo hasta terminar, el calor del lugar y lo sucedido hacia que sudasen más de la cuenta. Y finalmente, llegó la hora donde Miércoles ya podía irse si quería...

—Ya está, puedes ir a hacer lo que quieras al pueblo—dijo este mientras guardaba unas cosas.

—¿Puedo quedarme un poco más?—él la miró—tengo algo de hambre.

Él esbozó una sonrisa tierna, de esas que Miércoles odiaba, pero cuando se trataba de él...no podía evitar sentir un pequeño calor en su interior.

Se sentaron a comer y reponer fuerzas pues se lo habían ganado. Aquel aspecto del joven, con delantal manchado, arremangado y sudado mientras sonreía le daba un toque...¿sexy?.

—Reacciona Miércoles...tanto tiempo con Enid te ha ablandado—pensó.

Pero al levantar la mirada, ver al chico comer relajado...todos sus pensamientos se iban, su mente quedaba en blanco como la harina trabajada y veía como los restos de miel se quedaban pegados en los labios de Tn.

Por instinto, se acercó a este quien aún comía.

—¿Pasa algo?—preguntó este.

Miércoles tomó con sus manos el rostro del joven antes de darle un beso en los labios para limpiarle la miel.

Así se quedaron durante unos segundos antes de que Miércoles se percatase, se alejase un poco y saliera por la puerta corriendo dejando al chico atónito.

—Lo que decía—dijo una voz desde atrás—la tienes en el bote hijo.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo :D

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