Prólogo

Antes de empezar la historia, unos cuantos puntos sobre esta.

1-La directora Weems sobrevivió de milagro.

2-Miércoles no recibió las fotos del acosador por lo que no irá por esa trama.

3-Aquí quiero dar protagonismo también a Eugene, Bianca, Xavier, Ajax, Yoko y Lucas. No solamente habrá la trama de Tn, Miércoles y Enid, sino que el resto de personajes tendrán su relevancia y afectarán a la trama.

4-Los personajes son mayores de edad.

Tn es un chico de mediana estatura, similar a la de Enid, tiene el cabello negro y unos ojos del mismo color. No tiene poderes, es decir, es un normie. Pero estará estudiando en Nevermore.

Después de tiempo en la ciudad, mis padres habían decidido mudarse a Jerichó. Yo suspiré después de tener que despedirme de mis amigos de toda la vida. Mi madre es enfermera y mi padre policía, ambos gracias a sus contactos con una mujer llamada Weems, habían logrado un puesto de trabajo de sus respectivas profesiones en el pueblo. Habían pasado mucho tiempo ahorrando para poder mudarse. Según ellos, deseaban una vida mucho más tranquila. ¿Por qué eligieron esos trabajos en primer lugar?, eso quería preguntar pero mejor no ya que me podría llevar una bronca.

—Entiendo que no te guste demasiado la idea, pero verás como haces muchos amigos—dijo mi madre revisando su teléfono.

La despedida con mis amigos fue muy dura, estar años y años con ellos durante horas en los parques para ahora tener que irme.

Al llegar, nos instalamos en la casa, una más pequeña que la que teníamos en la ciudad. Suspiré y empezamos a sacar cajas y cajas. Nuestros vecinos, gente mayor, nos dieron una cálida bienvenida con una tarta de queso que tenía muy buena pinta. Fue un auténtico calvario tener que cargar todas las cajas hasta el interior. Acabé sudando y mi cuarto era más pequeño, tendría que tener una mejor organización de mis cosas a partir de ahora.

—Cariño, vamos a hacer unos trámites, ahora en un rato regresamos—dijeron ellos antes de cerrar la puerta.

Coloqué lo imprescindible en mi habitación y me quedé viendo un rato por la ventana. El pueblo tenía mucha más vida de lo que pensaba. Había unas personas que tenían un uniforme de rayas azules y negras con un extraño logo en el pecho. Pero una de ellas tenía su ropa completamente negra, dos trenzas y cabello negro. La chica de al lado era diferente, de la misma altura y rubia, con mechones rojos y azules. Eran como la luz y la oscuridad.

Volví al interior de la casa y me di una ducha. Entre el viaje y la mudanza estaba muy cansado. Pero lo más gordo ya estaba hecho. Las clases aún no habían empezado por suerte, no quería entrar tarde.

Esa noche mis padres hicieron una buena cena para celebrar el traslado. Decían que allí, ganaban lo mismo que en la ciudad y encima no tenían que trabajar tanto. Todos salían ganando excepto yo claro quien tendría que hacer amigos y sinceramente, no era mi punto fuerte.

—Por cierto, hemos tenido un problema—dijo mi madre.

—¿Qué problema?—pregunté dando un mordisco a mi hamburguesa que sabía a gloria en ese momento.

—Al parecer hubo un problema informático, no quedaban plazas en la escuela y nos dijeron que sí por lo tanto...tendrás que ir a Nevermore—yo bebía agua.

—Bueno, es una academia más, ¿no?—ellos se miraron.

Mi padre tosió para aclararse la garganta. Conocía esa mirada y forma de ser, algo iba mal.

—Esa academia la lleva la señorita Weems, pero es una academia para excluidos—yo abrí los ojos. Había escuchado hablar de ellos. Me describieron el uniforme y eran las personas que había visto antes. Yo al pregunte si era seguro que iba a acudir.

—Cariño—empezó mi madre—ella nos ha conseguido el trabajo y además ha aceptado admitirte en la academia. Eres el primer normie que entra a estudiar—explicó.

Yo miré mi plato, bebí agua y traté de asimilar la situación.

—¿Quieres que vaya con ellos a clase?—ellos asintieron y mi madre me tomó de la mano.

—Entiendo que no sea fácil, pero esa mujer se asegurará de que no pase nada malo—dijo.

—Pero por lo que me habéis contado alguna vez, la relación de esa gente con la del pueblo no es buena. Me van a dejar a un lado, será como estar sin amigos en un colegio—me quejé.

—Ya verás como no, dales una oportunidad—insistió mi madre.

Mi padre sólo asintió con la cabeza. Suspiré y no me quedó más remedio que aceptar, tampoco tenía otra salida. Esperaba no recibir ninguna paliza ni ser humillado por esa gente.

Esa misma tarde dimos una vuelta por el pueblo para conocer los lugares como la cafetería, el hospital, la policía y los parques además de otros lugares. El pueblo había crecido desde el año anterior gracias a inversiones.

—Hijo, vamos al ayuntamiento a hacer unas gestiones—dijo mi padre, yo asentí—ten cuidado y no te metas en líos.

Me fui a dar una vuelta tras despedirme de ellos. El poblado se veía tranquilo, la diferencia con la ciudad era tan grande que no salía de mi asombro. Por lo menos tenía internet y buena conexión. Al girar la esquina me choqué con alguien tirándola al suelo.

—Perdona, no miraba por donde iba. Deja que te ayude a levantarte—la tome de las manos y la alcé hasta ponerse de pie.

—No necesitaba tu caballerosidad—dijo en un tono frío y enfadado. Era la chica de trenzas que había visto desde mi ventana.

—Lo he hecho por educación—dije algo enfadado por su forma de ser.

—Como he dicho, no necesito tu ayuda—me miró como si fuera a matarme antes de continuar su camino—y si vuelves a tocarme te quedarás sin mano.

—Ya lo dice el dicho, perro ladrador poco mordedor—ella se detuvo, dio la vuelta y vino cara a mí.

—¿Quieres que te rompa los dedos?—era una chica tan arrogante que me enfadaba.

—Inténtalo—no iba a acobardarme porque fuera una excluida.

Nos quedamos viendo durante unos segundos. Reconocía que tenía unos ojos bonitos, ella también era muy guapa con esas trenzas y cabello oscuro, pero su arrogancia era lo peor.

—¿A qué esperas?, ¿tienes miedo?—ella arrugó el entrecejo e intentó atacarme.

Por suerte para mi, había aprendido a defenderme porque mi padre desde bien pequeño me enseñó ya que se imaginaba lo duro que era la vida de estudiante y los abusones que había. Tras defenderme de sus golpes, le di la vuelta y le hice un firme agarre por la espalda bloqueando cualquier intento de atacar.

—Debo reconocer que eres bueno, pero aún así no es suficiente—intentó levantarme para tirarme al suelo. Pero viendo sus intenciones la solté y le di un pequeño empujón haciendo que cayera al suelo pero levemente, sin herirla ni nada.

—¿Qué pasa?, ¿has visto una moneda en el suelo?—no me gusta ser un fanfarrón ni nada por el estilo, pero esa chica había logrado enfadarme.

Ella se levantó y se acercó hasta mí, dispuesta a atacar cuando un policía intervino.

—¿Qué está ocurriendo aquí?—preguntó el hombre con sombrero—¿Miércoles Addams?, no me digas que otra vez estás causando problemas.

Ella lo miró fríamente, debía tener siempre esa mirada.

—Tranquilo agente—me puse a su lado—le he preguntado por una dirección, es que soy nuevo en el pueblo—este me miró.

—¿No me digas que eres el hijo del nuevo agente?—yo asentí sonriente—hemos escuchado buenas cosas de tu padre y de ti, espero que no te metas en problemas.

—Por supuesto que no—sonreí.

—Hasta luego, y tú Addams, ten cuidado.

Cuando se marchó, suspiré aliviado, hubiera sido vergonzoso verme en comisaría el primer día allí.

—Así que tu nombre es Miércoles eh—dije.

—¿Qué te importa?—preguntó casi enfadada.

—Mi nombre es Tn—le extendí la mano y ella la golpeó.

—No me importa lo más mínimo—dio media vuelta y se fue dejándome allí.

—Arrogante...

El resto de la visita al pueblo fue completamente tranquila y sin sobresaltos. Esa noche no paré de pensar en la joven que había visto, Miércoles Addams. Iba a tener que aguantarla durante todo el tiempo que estuviera en la academia. Suspiré y apagué la luz para irme a dormir.

Fui llevado en uber hasta la academia, mis padres empezaban a trabajar y era lo suficiente grande para ir yo solo. El lugar parecía de película, me encantó el edificio. Cuando baje y pague, fui hasta la entrada donde los estudiantes comenzaban a ir de un lado a otro, algunos me miraron y susurraron cosas. Yo no le di importancia pero si a una mujer muy alta y vestida de blanco.

—Supongo que eres Tn—yo asentí, parecía una montaña—soy Weems, la directora. Ven conmigo.

Yo la seguí durante todo el trayecto observando los pasillos y rincones de la academia hasta llegar a su despacho mientras ella me iba explicando la separación de ambos sexos por dormitorios, el patio, la cafetería y otros pequeños lugares.

Cuando entramos a su oficina me senté y ella me fue dando el horario y el uniforme. También la llave para mi dormitorio el cual de momento estaría yo sólo ya que estaban ampliando las zonas de dormitorios para poder recibir a más gente el siguiente curso.

—Eres el primer normie en estudiar aquí, por favor se cuidadoso, no hemos tenido buenas experiencias con los normies—explicó ella—pero estoy segura que serás distinto al resto.

—Si, aunque hay estudiantes que dan algo de miedo y son arrogantes...Miércoles Addams—ella abrió los ojos—menudo humor tiene.

La mujer se echó a reír ante mi comentario.

—Esa chica salvó a la academia el año pasado—yo abrí los ojos ahora—se enfrentó al fundador del pueblo y evitó una catástrofe.

—¿Esa chica?—yo me quedé perplejo.

—Yo creo que os acabaréis llevando bien. Ahora ve a tu cuarto, ya hemos traido algunas cosas y luego ve a clase.

Yo me despedí y agradecí el recibimiento. El dormitorio no quedaba muy lejos pues me había aprendido el camino. Era un cuarto pequeño pero cómodo, suficiente para dormir y estudiar cuando quisiera hacerlo. Saqué todo de las pequeñas cajas que era ropa y el portatil. Luego simplemente me cambie. Me miré en el espejo, me quedaba bien y hasta me gustaba el uniforme en azul con rayas.

—En fin, a por mi primera clase—pensé ajustando mi ropa y yendo al lugar indicado por mi horario.

La profesora Hodson esperaba afuera y me paró. Me dijo que debía presentarme correctamente a la clase una vez estuvieran todos dentro. Era una mujer bajita, regordeta y afable.

—Genial—dije sarcástico.

Uno a uno fueron entrando, yo vi que iban en grupos o con alguien, se notaba el buen ambiente y que se llevaban muy bien. Vi a Miércoles llegar, nuestros ojos se cruzaron durante unos instantes antes de meterse dentro con una chica rubia que parecía la alegría en persona. Entramos y me puse al lado de la profesora mientras el resto ya estaba en sus asientos.

—Hola a todos, bienvenidos a un nuevo curso. Hoy tenemos un nuevo alumno con nosotros y es el primer normie que estudiará en la academia. Espero que se porten bien, adelante, preséntate—me miró con una sonrisa tranquilizadora.

—Soy Tn, un placer. Espero que podamos llevarnos bien—agaché un poco la cabeza mientras escuchaba susurros.

—Muy bien Tn, puedes sentarte ahí, al lado de Miércoles—me dijo. Ambos parecimos sorprendidos mientras ella me señalaba el asiento libre al lado de ella.

—Profesora—un chico de pelo largo levantó la mano—no creo que sea conveniente sentarle el primer día al lado de Miércoles, seguramente lo acabe troceando—todos se echaron a reír.

—Muy bien Xavier, ya has aportado tu opinión. No le hagas caso Tn—replicó la mujer.

Yo me senté a su lado y mantuvimos la distancia. Nuestras miradas se cruzaron unas cuantas veces pero no dijimos nada. Podía notar todas las miradas clavarse en mí. El transcurso fue normal y el temario era nuevo para mí. No entendía algunas cosas así que tendría que ponerme las pilas después de clase sino quería estar rezagado con el resto de la clase.

Al sonar el timbre, la clase terminó y poco a poco fueron saliendo de clase. Yo me quedé recogiendo los apuntes cuando noté que alguien se colocaba cerca de mi.

—Hola—era un chico con gafas y pelo negro como la noche—soy Eugene—me tendió la mano y yo la estreché mientras le decía mi nombre—¿te gustan las abejas?.

—Claro, la miel en las tostadas es mi desayuno favorito. Aunque asustan un poco porque te pueden picar—dije riendo.

—Si quieres te puedo mostrar mi colmena—yo asentí, se le veía amable.

—No te fies de él Eugene—dijo Miércoles—no me fio de él.

—¿Todo por qué te hice morder el polvo?—ella dio una fuerte sacudida con el libro a la mesa.

—Vuelve a decir eso y te arranco los ojos y te los hago comer—yo llevé mi mano a su barbilla y la miré a los ojos.

—Deja tu arrogancia a un lado—ella me dio un manotazo.

—No me toques—ambos nos miramos como si fuéramos a matarnos cuando una mano nos separó a cada uno. Pude ver que tenía una uña de cada color.

—Ya está bien Miércoles—la chica nos separó—yo soy Enid, Enid Sinclair. ¡Bienvenido!.

—Encantado—dije con una sonrisa antes de recibir un abrazo.

Al momento de hacerlo me vino un fuerte olor a bayas frutales que me encantó. Se separó y me fue presentando al resto. Primero Xavier, el artista quien me dio un saludo con dos dedos, luego Bianca quien era su ex pareja, una sirena y Ajax, alguien que podía convertirme en piedra y novio de ella.

—Es un placer—asentí de nuevo.

—Bueno, también está Yoko—una chica permanecía con gafas de sol y un libro en la mano en la puerta mientas hacia globos con un chicle—es una vampira.

Bianca se acercó a mí, era más alta que yo y tenía unos ojos increíbles, además de un collar.

—Y ya conoces a Miércoles Addams—señaló a la joven y pude ver que no dejaba de mirarme como si fuera a clavarme un cuchillo.

—Sí, nos cruzamos ayer—comenté.

Enid me tomó de los hombros.

—Tn, después de clase necesito hacerte unas preguntas y necesito que me digas tus redes—me impresionó sobretodo la energía que desprendía y con la que lo decía.

—Verás—comentó Xavier—ella es la reina de los chismes de Nevermore y si quieres enterarte de algo solamente tienes que seguirla en su página. Ah, y comparte habitación con Miércoles.

—No creo que tenga nada de interesante un normie—Miércoles parecía molesta de ver como todos estaban siendo amables.

—O tal vez no quieres que sepan que te hice morder el polvo—ella fue a golpearme cuando Eugene se puso en medio.

—Por favor nada de peleas—el chico estaba algo nervioso.

—Las personas como él se merecen una paliza—se había arremangado.

—Oh, ¿me amenazas?—pregunté sonriente, por alguna razón me encantaba verla de esa manera y hasta me sacaba una gran sonrisa.

Enid gritó basta e hicimos caso. Nos dijo que debíamos ir a la siguiente clase y así lo hicimos. En el camino, fui dejándome llevar, hablando con ellos de manera relajada, compartiendo información y vi a Enid tomar apuntes en una libreta.

—Enid, después responderé a todas tus preguntas, no tienes que hacer eso—dije sonriente.

—Ah, perdón, es que la mayoría de personas no suelen querer entrevistas—explicó entre risas.

Bianca me contó un poco sobre ella y me quedé sorprendido ya que era una persona muy importante. Le sorprendió que hablase con tanta tranquilidad y me preguntó sino tenía miedo u odio hacía ellos.

—Por esa regla de tres debería odiar a los normies porque también alguna vez me han hecho daño—ellos asintieron.

—No puedo argumentar ante esa lógica—dijo la rubia quien resultaba ser una mujer lobo, me enseñó sus uñas alargarse.

En la siguiente clase, apenas había gente y nos sentamos como antes. Miércoles leía su libro tranquilamente mientras Enid me iba haciendo preguntas para su página con una sonrisa. Ajax se sentó con unos amigos y empezaba a reirse a carcajadas.

—¿Qué paso ayer entre Miércoles y tú?—ella levantó la vista del libro.

—Nada, simplemente chocamos, se puso arrogante por ayudarla y la dejé en el suelo—respondí de la manera más tranquila posible.

Gracias a mis reflejos, era de lo poco que podía estar orgulloso de mí, pude esquivar un cuchillo que pasó cerca de mi cara mientras una mano lo sostenía. La tome del brazo y soltó el arma afilada.

—Eso pudo hacerme daño, ten cuidado—dije mientras le devolvía el cuchillo—las pequeñas no deberían jugar con algo tan peligroso.

Ella se puso de pie y me miró enojada.

—Vuelve a llamarme pequeña y te voy a asfixiar mientras duermes—levantó la mano con el cuchillo.

—¿En qué quedamos?—ella paró—¿me vas a acuhillar o me vas a asfixiar?. Enid no pudo evitar soltar una risita—anda, no te tomes las cosas tan a pecho. ¿Qué tal empezar de nuevo?—me llamo Tn, ¿y tú?.

Ella no parecía muy convencida.

—Si tú no me molestas, yo tampoco lo haré—guardó el cuchillo.

—Miércoles Addams—dijo para sopresa de todos, incluyendo la mía.

—Un placer—estrechamos las manos ante mi sonrisa y me pidió que dejase de hacerlo.

Las clases fueron entretenidas ya que solamente eran introductorias al temario. Aún así tome apuntes y me fui preparando los esquemas que tendría que hacerme. No me gustaba dejar todo para última hora o de lo contrario suspendería.

Fuimos al patio a tomar algo después de haber pasado por la cafetería cuando Enid decidió que era el momento apropiado para hacerme la entrevista. Obviamente después de seguirme en mis redes sociales como Tiktok o Instagram. Les conté un poco de mi vida aunque no había demasiado que contar pero la cosa fue cuando les hable del trabajo de mi padre.

—¿Qué ocurre?—pregunté confundido.

—El hijo del sheriff resultó ser un hyde, un monstruo que era siervo de una profesora quien ayudó a resucitar al fundador del pueblo que quería destruir la academia. Ahora está encerrado—contó Enid mientras movía las manos como si lo estuviera viviendo en ese momento. Yo había escuchado algo pero no demasiado.

—Y fue Miércoles quien salvo a todos—dijo la sirena mientras ella estaba impasiva.

—Impresionante—ella me miró—tuvo que ser duro.

—Un poco—continuamos comiendo cuando recibí un mensaje de mi padre.

Era para ver como iba todo, me había olvidado por completo. Esa misma tarde la pasaríamos en el patio charlando mientras Enid me seguía preguntando cosas y apuntando las respuestas. Luego, subió a su página omitiendo la parte de la pelea con Miércoles.

Entonces la directora se acercó hasta nosotros con una gran sonrisa. Realmente era alta como una torre y podía ver todo el lugar si me subía en ella.

—¿Qué tal va todo?—preguntó alegre.

—Bien, ellos me han ayudado a integrarme—contesté—son muy buenos.

—Me alegra saberlo y...—miró a Miércoles.

—Ella también, está siendo muy amable...a su manera—recalqué haciendo que todos se aguantasen una risa.

—Señorita Sinclair—miró a la rubia—me temo que ha vuelto a ocurrir. Quiero tratar este tema con usted ya que es una persona cercana.

La sonrisa de Enid cambió por completo a una tristeza absoluta. Ella asintió y fueron a un lugar apartado para hablar del tema.

—¿Qué ocurre?—la curiosidad me podía y todas las caras parecían preocupadas.

—Es Ajax—respondió Bianca—su novio, el chico de la gorra, ¿recuerdas?—asentí—resulta que los gorgonas son distraidos, fumetas y perezosos. Parece ser que Ajax anda metido en temas de...drogas. Normalmente sólo fuman pero ahora ha ido a peor.

—Y Enid está muy preocupada porque su comportamiento empieza a ser preocupante. Y su relación se tambalea por momentos—Yoko había aparecido de la nada y me dio un susto.

—Menos mal que yo no tengo ese problema—dijo la sirena.

—Estás con Lucas Walker...no sé que es peor—Xavier soltó una risa.

—¿Celoso?

—Para nada—replicó él. No noté esa tensión tan incómoda, se notaba que se llevaban bien.

La conversación cambió de rumbo y la cosa se tranquilizó. Cuando Enid regresó, estaba llorando de lo preocupada que estaba cuando lo único que se me ocurrió fue abrazarla. Ella me apretó con fuerza mientras dejaba salir sus lágrimas, manchando mi uniforme pero no me importaba. No me gustaba ver llorar a la gente, bastante había tenido con mis padres cuando falleció mi abuelo. Le acaricié la cabeza, diciéndole que todo estaba bien y que encontrarían una solución para salir de ese agujero en el cual se había metido el chico.

Gracias al trabajo de mi padre conocía de primera mano los problemas de las drogas y el alcohol así que sabía que era algo muy serio, no era como en los libros que siempre se solía salir de ello.

Fuimos a la cafetería para que se tomase un buen chocolate y eso la relajó un rato. Seguimos hablando hasta que tocó regresar a nuestras habitaciones. Yo acompañe a Enid mientras Eugene y el resto se iban ya que estaban agotados y todavía tenían que hacer un papeleo por el tema de actividades, ya me apuntaría al día siguiente a alguna. Enid caminaba cabizbaja, ya no tenía esa energia que mostraba antes.

—Bueno, duerme y descansa, te vendrá bien, mañana seguiremos con la entrevista reportera Sinclair—aquello le sacó una sonrisa.

—Gracias—me dio un beso en la mejilla y un abrazo que por poco me deja sin aire.

Entró al dormitorio y Miércoles estaba parada cerca mía.

—¿Qué?, ¿tú también quieres un beso?—pregunté alzando la ceja antes de decirle que era broma—buenas noches, cuida de ella.

—Si se pone pesada la asfixio con la almohada y listo—comentó.

—¿Siempre eres tan fría?—ella asintió—entiendo. Bueno, nos vemos mañana compañera de pupitre.

Dormí del tirón aquella noche. La academia era fantástica, me encantaba estar allí. Aunque me sabía mal por Enid pues me había ayudado mucho enseñando algunas cosas del lugar antes de ir todos al patio a hablar de nuestras cosas.

A la mañana siguiente, fui a recogerlas ya que me había levantado temprano. Al salir, ella me abrazó de nuevo, estaba con mucho mejor aspecto. No tenía los ojos hinchados ni rojos como la tarde anterior y esbozaba esa sonrisa tan suya con dientes perfectos y blancos. Miércoles con sus coletas, su uniforme negro y su mirada seria.

—Buenos días—salude—¿no quieres un abrazo?—pregunté a Miércoles.

—Me acabo de levantar hace nada y ya estás molestando—respondió.

—Venga, era una broma—Enid me dio otro diciendo que ella si quería uno—¿lo ves?.

—Asqueroso, repulsivo y vomitivo—fue lo que dijo.

Y de esa manera los tres nos fuimos a desayunar. Yoko, Bianca, Xavier y el chico de las abejas ya nos aguardaban con unos asientos libres. Me comí las tostadas con miel mientras Eugene me contaba muchas cosas de las abejas. Enid estuvo algo callada aunque no dejaba de mirarme de vez en cuando. Al mirarla, solamente la sonreía y ella hacia lo mismo. Xavier me dio un codazo, sabía que quería decir pero le dije que dejase de hacerlo entre risas.

El ambiente era maravilloso. Todas las dudas de si era buena idea ir allí desaparecieron por completo. Ahora tocaba dar lo mejor de mí mismo.

Mi nueva vida escolar no había hecho más que comenzar.

Mudarse de la ciudad a un pequeño pueblo como Jerichó no estaba en mis planes. Pero sobretodo, ir a una academia llena de gente excluida mucho menos. Allí conoceré a muchas personas increíbles, entre ellas la energética Enid y la fría Miércoles. Sabía que mi vida iba a cambiar por completo, pero nunca de la manera en la que lo haría. Especialmente siendo un normie.

En Nevermore y Jerichó descubriría como son realmente esa gente y la visión distorsionada que tenía la gente de ellos a la hora de vivir una vida tranquila. Sin duda, mi vida no sería tranquila, sino todo lo contrario, una aventura llena de sorpresas.

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