El Callejón Diagon 1/2.

Narra Angel.

Tía Flora llevo el auto hasta el centro de Londres y lo estacionó cerca del centro de Londres y nos dirigimos a Charring Cross para que se detuviera frente a una pequeña taberna descuidada.

Sin confiar demasiado en el lugar pero confiando en Tía Flora entre junto a ella y sin dejarme mirar al rededor del lugar me guío directamente al pequeño patio trasero, una vez allí se dirijido directamente a la pared de fondo y saco un palito de madera adornado, una varita, tocó con el un patrón en los ladrillos y de repente los ladrillos comenzaron a caer hasta que frente a nosotros había un gran arco de piedra que daba lugar a la vista más increíble que había visto en mi vida.

Había tiendas de todo tipo amontonadas a lo largo del callejón y cientos de magos y brujas iban y venían por todas partes. Carteles adornados de propaganda sobre todo lo que las tiendas vendían.

Tras un breve vistaso al Callejón Tía Flora me guió hacia un gran edificio de piedra blanca que a simple vista estaba claro que era un banco.

Cuando llegamos a la base de las escaleras pude apreciar a dos seres bajos y con una armadura completamente acorazada, parecían completamente amargados por su situación, o más bien por los magos y brujas que pasaban y los despreciaban, no siguiera los miraban.

Cuando íbamos caminando junto a ellos decidí que tal vez, si alguien les mostraba respeto ese alguien se ganarse algún favor de ellos, me incline ligeramente frente a ellos, no perdiendo me la reacción sorprendida de tía Flora y los demás magos cuando los seres, goblins si recuerdo buen lo que me explico tía Flora, me devolvieron la inclinacion.

Cuando entramos, pasando frente a una puerta con un mensaje bastante inquietante, pude apreciar dos hileras de escritorios con goblins detrás de todos ellos, algunos con clientes y otros examinando diversas cosas. Tía Flora me guió a un goblin que no estaba ocupado.

- Disculpe, podriamos hablar con el gerente de la cuenta Potter-

Dijo tía Flora entregándole una llave tranquilamente y el goblin de inmediato nos llevo a una oficina ricamente decorada y dónde había un goblin sentado tras el escritorio.

- Bienvenidos, Lady Stella, Heredero Black Killer, ¿En qué puedo servirles?

- Buenos días maestro Blueblood, estamos aquí por qué mi sobrino, Ángel, acaba de cumplir los 11 años y como es tradición venimos a despertar si sangre.

Dijo tía Flora, yo no acababa de entender que quería decir con eso pero aún así seguí al goblin cuando se pudo de pie y nos guio a una habitación llena de runas de aspecto antiguo y le ordenaron que se pagará en el centro del cuarto y así lo hizo.

Los goblins empezaron a cantar en un idioma desconocido para Angel y fue entonces que una extraña luz apareció en el lugar y lo envolvió, dejándolo con una sensación cálida en el pecho y entonces la luz desapareció y no se veía muy diferente a como lo hacía antes, pero aún así tenía algo diferente.

Le habían brotado dos grandes alas en la espalda, de plumas suaves y también sentía mi cabello llegándome a los hombros pero sentía algo más, algo un poco más largo que mi cabello que se movía osiosamente desde su cabeza, pero en cuanto al resto no se sentía diferente.

Entonces el goblin volvió a guiarnos a su oficina y había cambiado algunas cosas, ahora había una mesa con silla y un juego de té con bocadillos, y también había un gran espejo de cuerpo completo en el que me vi reflejado.

Mi cabello si había creído y era muy salvaje pero lo que había sentido que se movía no era cabello, eran muchas serpientes de color negro y rojo, diferentes tipos distintos de ellas silbando al aire, y juraría que unas se miraban al espejo al igual que yo.

También tenía alas, grandes y de plumas negras y rojo profundo, mi cabello tenía el mismo color negro y la luz le daba reflejos rojos. Colmillos y garras, y parches de escamas pequeños a lo largo del cuerpo todas negras con brillo rojo, también tenía unas en el rostro, que formaban una especie de máscara en su rostro.

Esto no era tan malo.

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