Después de la intensa batalla contra sus miedos, los Countryhumans decidieron que un festejo era necesario para celebrar su nueva unión y el cierre de viejas rencillas. Italia, con su tradicional entusiasmo, se ofreció como el organizador de la fiesta. Propuso un gran festival en el Coliseo, un símbolo de la historia y la cultura romanas, donde todos podrían disfrutar de la compañía de los demás y reflexionar sobre lo que habían aprendido.

El evento atrajo a representantes de todos los países, y el Coliseo se transformó en un vibrante escenario lleno de música, danza y gourmet de cada nación. Italia, con su famoso talento culinario, cocinó platos juntos con Francia y otros, creando un menú internacional que combinaba los sabores de cada cultura. Alemania trajo su famosa cerveza y preparativos para asegurar que la celebración fuera inolvidable.

Durante la fiesta, Lectora utilizó su capacidad de conexión emocional para fomentar intercambios entre los Countryhumans. Cada uno compartió historias sobre su cultura, sus tradiciones y sus esperanzas para el futuro. Historias de superación, de amor y de paz llenaron el aire, uniendo a todos en un mismo propósito: el deseo de mantener la unidad y celebrar la diversidad.