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-Si el dólar actualmente es de 0,89 de euro y la empresa de EE.UU generó un total...-dijo mientras anotaba con la izquierda en un cuaderno y con la derecha revolvía y verificaba algunos papeles- Cincuenta y siete mil dólares en este mes no da un total de cincuenta mil setecientos ochenta y tres Euros, y eso dejaría una utilidad de veinte mil setecientos y-

-oye...-dijo un joven alto, de nombre chanyeol, asistente de presidencia y para las demás secretarias, el "malvado gigante"-Necesitó que dejes de hacer esos tontos cálculos de nerd y vayas a llevar estas muestras a la área de producción.

-Pero...-dijo el rubio con nerviosismo, mientras se acomodaba sus grandes lentes- Eso no corresponde a mi área de trabajo.

-Lo se, pero yo estoy muy ocupado y mi jefe quiere que estas muestras -dijo señalando las telas- Estén los más rápido posible en producción...-dijo el más alto con aires de grandeza.

-P-pero...-dijo tratando de poner un tono de voz más fuerte y oponiéndose a la idea.

-Son ordenes de mi jefe y el Presidente de esta empresa -finalizó el castaño antes de tirar el gran muestrario de telas sobre el escritorio del rubio, haciendo que algunas hojas caigan al suelo.

-Deberías aprender cual es tu posición en esta empresa, los jefes mandan, los asistentes acatan y los secretarios como tú obedecen -hablo nuevamente el castaño, poniendo especial aire despectivo en sus palabras, con toda la intención de rebajar al rubio.

sonrió una vez más con diversión al ver como Min simplemente agachaba la mirada y se quedaba callado antes sus palabras, sin más se marchó con diversión de la pequeña oficina del rubio.

-Soy asistente...-dijo al aire mientras se acomodaba con enojo los lentes negros y agarraba la muestra de telas con fervor, apagando su monitor antes de salir disparado hacia producción.

Entro al ascensor agitado, después de haber ido a producción y haber tenido que bajar y subir docenas de escalones y pasar por largos pasillos, termino con la entrega de las muestras lo más rápido que podía, después de todo no quería tener problemas con chanyeol y mucho menos si este era la mano derecha del presidente.

Presionó el boto a la tercera planta del edificio, esperando paciente a que los números del ascensor comenzaran a subir, se sacó los lentes que sentía que tenían polvo y los limpió un poco con su corbata mientras esperaba a que las puertas de ascensor se abriera, pero estas lo hicieron antes de que rubio terminara de acomodarse los lentes, sorprendiéndose un poco por el "Ping" que sonó dentro del ascensor, apenas se abrieron, este cruzó rápidamente con el miedo de que se cerraran y ocurriera un accidente.

Pero cuando termino de ponerse los lentes, no se percato de la persona que venía distraída con su teléfono hacía el, lo único que sintió fue el impacto contra la otra persona, golpeándose en la cabeza y cayendo al suelo.

El rubio sentía como su paciencia se estaba agotando, pero aún así suspiró pesado y miró a la persona con la cual había chocado con el entrecejo cruzado, claramente fastidiado.

Pero..

Cuando apenas hizo contacto con la otra persona, sintió como su respiración se cortó en cuestión de milisegundos y como se corazón se aceleró de manera muy rápida, de pronto sintió un escalofrío y un sudor frío recorrer toda su espalda.
¿Se podía tener tan mala suerte en la vida?

-¡L-lo siento! -dijo levantándose con rapidez del suelo, tratando de no morir de la vergüenza-¡yo...realmente no quería...!

Vio como el joven, dueño de sus pensamientos y el causante de su tonto enamoramiento lo veía con el entrecejo cruzado, se veía algo fastidiado, sin embargo, con un nudo en la garganta se acercó y le ofreció su mano para que este pudiera levantarse del sucio suelo.

-De verdad lo siento, no estaba viendo por donde iba.

Vio al hermoso chico peligris como no le dirigía la mirada, eso hizo sentirlo incómodo e inseguro consigo mismo, pero aún así rezaba porque el lindo chico no se enojará tanto con el, sin embargo no lo miro y mucho menos lo hizo cuando rechazo su mano y se levantó por cuenta propia, se acomodó su cabello perfectamente peinado y sacudió su costosa ropa de diseñador.

Entonces sintió como el nudo en su garganta apretaba aún más, el peligris por fin había levantado su almendrada mirada hacia los felinos del rubio y este mantenía una expresión...¿sorprendida?

-Lo siento -dijo una última vez con una voz rota antes de irse rápidamente, no soportando más mirada del joven modelo.

Corrió lo más rápido que pudo hacia su oficina, chocando con personas en su trayecto, llegó y se encerró apoyándose en la puerta.

Sintió un extraño dolor en su garganta, sus ojos comenzaron a picar con lágrimas amenazando con salir por lo apenado y humillado que se estaba sintiendo.

Él sabía que no debía llorar, que probablemente esa sería la última vez que se encuentre con su amor platónico, con aquel modelo estrella que no hizo más que mirarlo de manera que el estaba seguro que no era más que despectiva y con algo de asco.

Porque para los jefes, directivos o simplemente modelos como lo eran Jimin el NO era Min yoongi, el economista graduado con honores y post grado en finanzas...

Para todos ellos el era Min, el secretario humilde que obedece ordenes por medio sueldo.

El no era nada.

Y mucho menos lo seria para alguien como Park jimin

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