34. Un día para recordar

34 un día para recordar

Gabriel me acompañó hasta la entrada de mi departamento.

Me entregó una cajita y me dio un abrazo.

-- Felicidades princesa, fue una excelente entrevista; espero te guste mi regalo, ábrelo cuando estés en tú habitación.

Sonreí por el detalle y le entregué también una cajita; era un reloj "FREDERIQUE CONSTANT" sabía que le gustaría mucho.

Ingresé al departamento y mi mamá había preparado una pequeña reunión para celebrar mi graduación; había bocaditos, bebidas y globos de colores.

Preparó mi platillo favorito; estábamos más o menos cien personas, yo no realicé una fiesta grande, pues era un momento familiar muy íntimo y quería celebrarlo con las personas que más apreciaba.

La llegada de Rosmery cambió mi estado de ánimo, pero no podía correrla de mi departamento frente a mis familiares, así que traté de disfrutar.

La comida estuvo deliciosa. Prepararon pollo en salsa agridulce, ensalada de palmito, tomate, cebolla perla y pimiento bañadas en vinagre, papas espolvoreadas con orégano, el postre fue lo mejor para mí, era un postre de tres leches, ¡adoraba ese postre!

Llegó el momento del brindis.

-- Quiero brindar por mi hermosa hija y sus logros.

Mi papá estaba muy emocionado.

-- Yo brindo por la dicha de tener una hija hermosa, valiente y fuerte.

Decía mi mamá con lágrimas de felicidad.

-- Yo brindo por haber dejado atrás una época que me dio tantas tristezas, tantas frustraciones y tanto dolor, aunque lo único bueno fue conocer personas tan lindas que ya no están a mi lado como Carito, Jorge, Hernán y Salef. Pero sé que tienen un espacio en mí corazón.

Al decir esas palabras todos me abrazaron.

Disfruté de una tarde muy linda, bailamos mucho, mi papá realizaba acrobacias bailando conmigo y en un momento me soltó y caí debajo del comedor.

Los bocaditos rodaron por el suelo, pero no me importó estaba feliz.

Volví a bailar, pero mi papá estaba preocupado.

-- ¿Estás bien cariño, te lastimaste?

-- No papá tranquilo.

Todo era risas y anécdotas, Rosmery trataba de ser afectiva conmigo, pero la evitaba al máximo.

Mientras bailaba Rock, resbalé y se rompió el taco de mi zapato.

Salí corriendo para cambiarme y no noté que había una silla en el pasillo y caí bocabajo sobre el asiento de la silla, cuando intentaba ponerme de pie mi mamá salía de la cocina y corrió a ayudarme.

-- Tranquila cariño, así son los estragos del vino

-- Pero mamá,

-- No te preocupes princesa no te pases de copas

Yo intentaba de explicarle que me rompí el taco no que estaba mareada, pero no me dejaba hablar.

Me dirigí a mi habitación y me cambié de zapatos para seguir bailando y en ese momento me llegó un mensaje de Gabriel.

-- Gracias princesa por el regalo, es hermoso, me encanta. Espero te guste mi sorpresa.

Recordé la cajita y la abrí, era una cadenita con un corazón y adentro tenía grabadas nuestras iniciales.

Respondí su mensaje.

-- Gracias Gabo acabo de abrir la cajita es hermosa la cadenita.

Respondió al instante.

-- El domingo paso por tu departamento y te la coloco.

Cuando me dispuse a salir de mi habitación sonó mi celular y era Gabriel.

Se escuchaba música de fondo.

-- Princesa te mereces todo lo mejor, eres una mujer única te amo.

Por su tono de voz supuse estaba algo mareado, así que no dije nada al respecto y sólo le agradecí por la llamada.

Bailamos Rock, Salsa, Merengue y  Vallenatos...

Las horas pasaron y todos nos habíamos mareado un poco. Estábamos felices y olvidé mi enojo con mis padres y Rosmery, al menos por un instante.

Me despedí, tomé unos bocaditos y me dirigí a mi habitación, las horas transcurrieron y yo tenía una salida pendiente con Rónal.

Ingresé a mi habitación agotada, me coloqué el pijama y abracé mi almohada humana. Había terminado una época y vendrían varias situaciones que no las hubiese imaginado jamás.

La alegría es la cura, nos ayuda a sanar

La alegría es perfecta, no retiene el pensar

La alegría es única, la debemos expresar

Ha terminado una época, es preciso avanzar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top