27. REALIDADES


"Una amistad resiste cualquier tempestad" 


Gabriel y yo aprovechábamos todo el tiempo en el colegio para apoyarnos, los meses transcurrieron sin novedad alguna, incluso todos quienes me molestaban se cansaron de hacerlo, así que simplemente me dediqué a sacar las mejores calificaciones que podía, pues necesitaba un buen promedio para ingresar a la universidad, mi sueño siempre fue ser abogada. 


Faltaban ya pocos días para terminar la secundaria,
Gabriel y yo habíamos trabajado horas extras después de terminar clases para que nuestra monografía quedara completa.

Mi papá le había comentado a mi mamá Marifer que yo tenía prohibido trabajar en el departamento con Gabriel. Por ese motivo habíamos decidido continuar con nuestros escritos en la biblioteca del colegio después de clases.
-- Por fin se terminaron las clases de este día estoy completamente agotada, me duele la cabeza y el cuello de tanto agacharme para leer y esforzarme tanto.

Frotaba mi cuello y lo giraba de izquierda a derecha para aliviar el dolor. Gabriel me retiró los lentes un momento: 

-- Cárol ¿Por qué no me pediste ayuda?   


Giré mi banca para responderle.

 -- No necesito que estés todo el tiempo a mi lado, además, son cosas que si puedo hacer con la ayuda de mi lupa.


Gabriel guardó sus libros y me tomó la mano.

 -- Lo sé Cárol, pero no me molesta leerte los libros.

Pasé mis manos sobre mi rostro, me sentía terriblemente agotada.

-- Estoy cansada de pasar por todas las aulas de la secundaria para realizar mis exámenes orales.

Gabriel acomodaba su chaqueta: siempre cuidaba su apariencia ¡típico joven coqueto!

--  Tranquila princesa sé cuánto tienes que esforzarte; sería más fácil si los profesores te permitieran exponerlos aquí mientras nosotros realizamos los escritos.


Recogíamos nuestros cuadernos para dirigirnos a la biblioteca.

 
-- Lo sé Gabo, pero ustedes escucharían las respuestas a todas las preguntas y eso sería hacer trampa ja, ja, ja

Asintió y tomó un sorbo de su botella de agua.


-- Pero de esa manera todos tendríamos excelentes notas gracias a ti, eres la más aplicada nadie dudaría de tus respuestas.

En eso tenía razón, siempre fui dedicada, memorizaba las respuestas y practicaba mucho para no equivocarme.

-- Tal vez si Gabo, pero recuerda que yo jamás hago trampa.  
Fruncía la frente al recordar todas las veces que me dijeron cerebruto y eso dolía.

-- Lo sé Cárol, pero es injusto que los profesores siempre tengan que llevarte a otros salones de clase para evaluarte. Estoy en completo desacuerdo que te hayan prohibido presentarte como abanderada el día del juramento simplemente porque no puedes mirar cuando el sol es muy fuerte me parece discriminación.

Me encogí de hombros, recordar esas acciones en mi contra me daba migraña.

-- La verdad a mí no me interesa hacer problema por algo insignificante para mí porque mi inteligencia no me la da una bandera ni una Directora. Me la da mi esfuerzo y dedicación.

Los recuerdos cuando son hirientes lastiman y mientras caminábamos regresaban a mi memoria esas experiencias horribles que había soportado. Suspiré y continué dando mi punto de vista a Gabriel.


-- En la vida existen realidades que no puedo controlar y lastimosamente tú sabes que las personas tienen poco conocimiento sobre lo que significa valores y respeto sólo mira a todo el grupo de estudiantes que tenemos en esta clase viven en una burbuja donde todo es materialismo y superficialidad. Si este grupo hace su voluntad y faltan el respeto a los profesores ¿Qué puedo esperar para mí? lo único bueno es que faltan pocos días para salir de este colegio y no los volveré a ver nunca más. Espero no tener que encontrarlos el resto de mi vida y empezar una vida diferente en la universidad.

Me sentía abrumada por todos los recuerdos negativos que tenía de mi estancia en el colegio.

-- Pero, Cárol, ¿y nosotros y nuestra amistad?, yo no quiero dejar de frecuentarte y salir contigo a pasear.

-- Trataremos de mantener nuestra amistad.

 Me detuve y lo miré.

-- Se me olvidó informarte que al terminar el colegio mis padres y yo nos cambiaremos a vivir al valle.

Me giró y me abrazó.
 

-- No me importa Cárol, yo siempre voy a ser tu mejor amigo y espero me des la dirección de tu nuevo hogar para visitarte, aunque ya no sea tan frecuente porque también asistiré a la universidad ya decidí que me gustaría estudiar medicina.


Me aparté un poco para mirarlo.


-- Eso es genial ya tendré un doctor de cabecera ja, ja, ja.


Tu sonrisa es angelical, me invita a imaginar
Tus ideas son únicas, tienen sinceridad
Tus manos, me dan confianza, en ti me puedo refugiar
Cada día es único, eres un torbellino al pasar...

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