"Una amistad es como una flor"

Gabriel era alto, delgado, tenía ojos de color verde, cabello castaño y de sonrisa picarona.

El incidente con Tamara fue el motivo para que Gabriel me ayudara en todo.

Entre nosotros se creó una amistad muy bonita; cuando teníamos que realizar trabajos en grupo siempre estábamos juntos, nunca tenía problemas de explicarme algo que no entendiera o dictarme algo que no podía leer en la pizarra; jamás sentía vergüenza de caminar a mi lado mientras usaba mi bastón o tomarme del brazo para evitar que me tropiece.

Gabriel me vio llorar, reír, golpearme, lastimarme y sufrir el desprecio de mis compañeros porque ellos eran insensibles.

Todos tenían una mala actitud hacia mí, no les importaba burlarse, esconderme las tareas o los materiales o poner mala cara cuando tenían que trabajar conmigo, pero Gabriel era diferente, él siempre tomaba la iniciativa para ayudarme y me contó que su hermana tenía limitaciones, pero nunca se dejaba humillar de nadie y al verme siempre la recordaba.

En una ocasión amarraron las correas de mi mochila a mi silla Y cuando sonó el timbre para salir de clases yo me levanté, tomé mi mochila y al levantarla cayó al suelo y me lastimé. Todos se burlaron, Gabriel me ayudó a ponerme de pie y cuando preguntó.

-- ¿Quién amarró la mochila de Cárol?

Todos se miraban, pero nadie respondió

Tres años pasaron y Gabriel era mi amigo incondicional

Por eso cuando caí de rodillas corrió a ayudarme y se sorprendió ante la confesión de Rónal de que yo fui  su enamorada.

Gabriel era lindo, pero reservado no le gustaba el chisme, quizá por eso no me pedía explicaciones cuando yo le contaba algo.

Gabo era alguien especial para mí. Después de mi ruptura con Rónal, él estuvo a mi lado y más cuando supo que tenía un conflicto con mi madre y mi prima Rosmery.

Gabriel era una persona que nunca juzgaba ni criticaba, no lastimaba los sentimientos de nadie y siempre escuchaba antes de decidir.

Luego de mi dilema con Rónal y mi madre descubrí que mi amistad con Gabriel era única. Después del accidente de mi padre Gabriel venía a visitarlo con frecuencia; hacíamos tareas, veíamos películas juntos y él me las describía como era cada escena de la película para que la entienda.

Una tarde veíamos Otoño en Nueva York, y yo le dije:

¿Me describes la escena?

-- Sí Cárol él la besó.

-- ¿Cómo?

-- ¡Si Cárol, fue así!

Y me tomó del mentón me abrazó y me besó.

me aparté sorprendida, pues no esperaba esa reacción de su parte.

Me sentí extraña, aunque necesite que me describan las escenas no es necesario ser tan específico. Intenté disimular mi sorpresa.

Notó mi incomodidad y trató de calmarme, tomó mis manos y con una risita tierna dijo mirándome fijamente.

-- No te sonrojes Cárol, pero, era una escena que debía describírtela precisamente así.

Asentí, me puse de pie y le dije algo confundida.

-- Creo que ya es hora de que regreses a tu casa, ya mismo anochece y no quiero que tus padres se preocupen.

Gabriel tomó su chaqueta y la llave de su auto que estaba sobre la mesita ratona del living.

-- Está bien Cárol, nos vemos mañana en el colegio.

Recogió su mochila, me dio un beso en la frente y se retiró.

¿Qué fue eso? Gabriel acaba de besarme"

Sentí mariposas en mi estómago, era algo extraño, pues no besas a tu mejor amigo todos los días.

Intenté despejar ese beso de mi cabeza, sin embargo, todo fue imposible, no dormí porque trataba de entender que había sucedido.

Un beso es hermoso, despierta el amor

Un beso es tierno, evoca emoción

Un beso es la puerta, para ingresar al corazón

Un beso se recuerda, y trae confusión...