Últimos capítulos.

Una risa grupal resonó por todo el camerino cuando Deke, a su lado, habia dicho algo que extrañamente le pareció gracioso a todos excepto a ella. Estaba cansada no había querido presentarse siquiera y solamente quería dormir y no volver a despertar. Deke la miro de reojo y frunció el ceño, luego la mano con la que rodeaba su cintura la acerco más a él para darle un abrazo amistoso. Todo su staff fue saliendo poco a poco para dejarla sola y una vez que estuvieron afuera, incluyendo a su manager egoísta, ella sintió un peso menos encima.

--Estoy cansada.--le dijo a Deke. Este la miro comprendiendola y le dió un beso en la mejilla.

--Lo se, Madison. No quería que te presentarás hoy pero no soy tu manager para decidir que hacer.

--A veces odio a Drake.--murmuro refiriéndose a su manager.--Es tan mandon y no comprende cuando estoy cansada emocionalmente.

Suspiró.

--Lo hace para llevarte a la cima, solo quiere que seas grande. ¿Te imaginas salir a todos lados y que todos te reconocieran?

Ella sabía cómo era imaginarse eso, era muy extraño las veces que ella salía y la reconocían, la mayor parte del tiempo solo era parte de la multitud.

--Tal vez quiere que sea grande, pero también quiere dinero.

--No puedo negarlo, todos quieren dinero.

--Quiero descansar un momento, no quiero saber de nada por el momento.--dijo recostandose en el sofá.

Alguien tocó la puerta. Uno, dos, tres veces. Madison gruñó y puso un brazo sobre sus ojos. Deke la abrió y dejo pasar el guardia de seguridad.

--Ty.--saludo palmeando su hombro.--¿Qué pasa?

--Tengo algo para la señorita Beer.

--Ella no quiere saber nada en estos momentos.

--Es importante.--saco un trozo de papel doblado. Deke bajo la vista hasta el papel y arqueo una ceja.

--¿De quién es?

--De un tal Jos Canela.

Madison se levantó rápidamente que sintió su cabeza dolerle aún más. Se acercó hasta ambos hombres y saludo al guardia con una sonrisa.

--¿Jos Canela estuvo aquí?--pregunto con rapidez.

Odiaba como su tono de voz sonaba tan desesperado.

--Hace una hora aproximadamente, estaba decidido en visitarla, hasta me dió un discurso pero se retractó. Solo me entrego esto.--señalo el papel.

Madison se mordió el labio inferior y cogió el papel temerosa por saber lo que decía.

--Gracias, puedes retirarte.

Sonrió y una vez que la puerta estuvo cerrada Deke la miro fijamente.

--No puedes abrirlo.

--No lo haré.--mintio y guardo el papel.

--Lo harás, ¿no?

Suspiró.

--Tengo que hacerlo, necesito hacerlo.

El negó con su cabeza y beso su frente.

--No quiero verte mal otra vez más.

--No lo estaré.

--Te dejare sola para que la leas.

Ella asintió y espero a que estuviera completamente sola. Cuando escucho la puerta cerrar desdobló el papel con rapidez y se sentó en el sofá.

Tal vez se había arrepentido de todo y quería que volvieran, el simple hecho de que dijiera eso hacia su corazón latir furiosamente.

En el comienzo de la frase cerro los ojos y casi pudo creer escuchar su masculina voz, suave y gruesa en su cabeza. Los volvió a abrir y dejo sus ojos viajar por las palabras, con cada palabra que leía su sonrisa se borraba.

Apretó la mandíbula y arrugó el papel.

--Imbecil.--murmuro Madison molesta.