El ambiente era afilado, la tensión que había presente era notable. Jos tragó saliva y soltó a Madison. La miró sin comprenderla y las iluciones de la pelinegra se destruyeron. El comenzó a caminar sin mirarla, le había dicho que lo amaba. Eso era exactamente lo que él quería ¿no? el la amaba de todos modos. Siguió caminando hasta escuchar los suaves y rápidos pasos de Madison detrás de él.

Maldición ¿Por qué tenía que amarla? No sé la merecía, se suponía que la usaba como juguete sexual y nada más, no tenía planeado que ella también lo amara.

--¡Jos!--la escucho gritar desde atrás. Jos apretó la mandíbula y siguió caminando sin responder a la llamada de ella. Sabía que tenía que alejarla antes de que eso pasará. Lo sabía muy bien.

Madison siguió a Jos casi corriendo, caminaba rápido y no miraba hacía atrás. Era una estúpida, ¿cómo creía que el la amaría? Bufo y volvió a llamarlo intentando detenerlo.

"Debías calmarte Madison" pensó, tú y tus estúpidas manías de hacer cosas de antes de tiempo. El corazón bombeaba sangre rápido y su respiración se agitó aún más con el frío.

Cuando ambos entraron al estacionamiento donde estaba el coche de Jos, ella suspiró , podía hablar con el. Jos abrió la puerta del copiloto, aún sin mirarla y entro en el lado del piloto rápidamente. Aferrro sus manos al volante e intento respirar calmado miro de soslayo la sombra de Madison entrar al coche.

--Jos.--dijo Madison en voz baja.--Mirame.

El soltó el aire con lentitud y se limitó a mirar de frente. Temía que al mirar a sus ojos grises la abrazaría y besaria como si nada.

--Jos, lo siento, solo quería decirte lo que siento. No podía ocultarlo por siempre y me carcomía por dentro...

--Te dije que no confundieras el sexo con el amor.--respondio con voz baja y gruesa.--Te lo dije claro, no quería que eso pasará.

--No es mi culpa, no decido a quien amar.

--¡Deja de utilizar la maldita palabra amor!

Los ojos de el se tornaron negros, Madison se estremeció al verlo molesto. Quiso llorar y golpearlo.

--No quería que el amor se involucrara, solo quería tener sexo contigo.

--Todo es tu culpa, eres amable y romántico conmigo. Hasta cuándo fue mi primera vez.--le recordó.--No fuiste salvaje, fuiste amable.

El negó y resopló.

--Fue en ese momento, nunca soy amable o romántico, ya no. Debiste controlar tus emociones.

--¿Así que me estás sermoneando por enamorarme?--bufo.--Eres un estúpido.

--¡Aquí lo único estúpido son tus sentimientos! --espeto con fuerza y quiso tragarse sus palabras cuando observó cómo ella mostraba decepción y tristeza en sus ojos. El cerro los ojos y salió del estacionamiento con rapidez.

El trayecto hasta su casa se había echo más largo e incómodo de que el creía. Madison no lo había vuelto a mirar o hablar por media hora. Si existiera premios por las idioteces que se pueden decir cuando se está molesto, el se ganaría un premio.

De algo estaba seguro ella se iría después de esto y el volvería a ser normal y retomar su proyecto y vida. Aparco su coche y Madison salió de el rápido, cuando Jos abrió la puerta de la casa y dejó que ella entrará. Cuando se volvió hacia el pudo percibir tristeza en aquellos ojos grisáceos.

--¿Te irás?--pregunto el. Ella negó con su cabeza.

--Pediste que pasara un mes contigo, eso haré. Todavía faltan dos semanas.

El cerro los ojos y gruñó por lo bajo. Era demasiado terca.

--Buenas noches.--dijo ella y se fue caminando.

Decidió convencerla de irse antes de que ella siguiera sufriendo o el terminará herido otra vez. Era lo mejor para ambos.