--No sabía que hablabas tan fluidamente el francés.--comento ella. Jos le sonrió sensualmente.

--Se hacer muchas cosas.--respondio con voz ronca.

--¿Dónde aprendiste?

--Lo se casi de nacimiento, solo que no lo hablaba mucho en público. Mi madre era mitad francés, ella me enseñó.

Madison lo miro sorprendida al descubrir aquello nuevo, nunca había pensado que Jos tuviera raíces francesas, pero le parecía absolutamente estupendo aquello.

--Tengo una pregunta.--dijo el.--¿Te has puesto las bragas que te di?

Madison boqueo y miró con una ceja arqueada a Jos. El dejo salir una risa y luego se aclaró la garganta.

--Cariño, no mal intérpretes. Solo responde si lo has hecho.--ella asintió con la cabeza y en su rostro se dibujo una sonrisa pícara.--Genial, en este caso tengo una sorpresa.

Ella espero, casi curiosa, en saber que sería. Cuando Jos abrió la boca para hablar se acercó un mesero con una botella de vino y con un bol lleno de hielos, puso dos copas y sirvió el contenido en ellos para luego irse.

Jos espero que estuviese lo suficientemente lejos para hablar, busco en su bolsillo de su chaqueta un pequeño interruptor y se lo mostró a Madison.

Está lo miro confundida.

--¿Un interruptor?--pregunto divertida.--Vale, esto puede ser lo más raro que me han regalado en mi vida.

--No cualquier interruptor, solo observa.... o mejor dicho, siente.--guiño un ojo y presiono el botón rojo. Madison espero con ansia y de un momento a otro un escalofrío traspaso su cuerpo para luego hacer jadear cuando sintió un leve cosquilleo entre sus piernas.

Jos presiono el segundo botón e hizo que la sensación de intensificará haciendo soltar un leve gemido. Dios ¿Qué demonios estaba pasando?

La sensación volvió más y más intensa haciendo que su sexo palpitara de deseo, pidiendo más y más.

--Jos.....deberias.--jadeo y cerró sus ojos.--¡Parar!

La oscura mirada de el se posó en ella concentrado mientras observaba como respiraba con dificultad y jadeaba sin control.

De repente se sintió avergonzada y excitada al mismo tiempo. Avergonzada porque estaba, prácticamente, masturbándose en un restaurante y excitada por saber que Jos la miraba. Definitivamente se estaba volviendo loca.

--¡Ah! ¡Dios! --se mordió el labio evitando gemir fuertemente.

Cuando ella sintió que estaba en el borde del clímax, Jos presiono el mismo botón rojo y apagó las vibraciones. Madison gruño, le envío una mirada asesina y agradeció estar en un lugar apartado.

--¿Como..has...hecho...esto..?--pregunto aún, entre jadeos. Su pecho subía y bajaba rápidamente mientras el aire le faltaba a los pulmones.

--Beneficios de ser un total experto con la tecnología.--sonrio triunfador.--Ahora tu ropa interior tiene un diminuto aparato, que no es fácilmente visible, que envía ondas vibratorias cada vez que aprieto este botón. Debería comenzar a venderlo, sería totalmente famoso.

Las olas de calor seguian chocando contra el cuerpo de Madison y quiso gritar de frustración, aún la fuerte sensación seguia entre sus piernas y estaba absolutamente acalorada.

--Deberia matarte.--lo amenazó.

El río y guardo el interruptor.

--Tranquila, esto solo es un adelanto de esta noche.