Maratón 2/2

--Tengo una reservación a nombre de Jos Canela.--pidio Jos al mesero.

Madison miraba con fascinación el restaurante francés. Por fuera se veía un poco antiguo y grisáceo, pero por dentro era totalmente diferente. Toda la decoración era de colores blancos y dorados. Las mesas y sillas eran totalmente elegantes y hermosas. Todo era parecido de una revista, sin duda era uno de los restaurantes más hermosos y elegantes que había visitado en su vida.

Un mozo vestido con un traje negro sonrió a Jos y exclamó:

--¡Mounsier Canela! ¡A Jean Luc le encantará saber que está acá.--dijo con un notable acento francés.

Jos sonrió al hombre y sujeto a Madison de la cintura.

--¿Está en este momento? Quisiera hablar con el.

El hombre hizo una seña y desapareció por un par de minutos para luego aparecer con un hombre de cabello rubio , piel blanca y ojos como el cielo azul. Este le dedicó una sonrisa a Jos y le dió un abrazo para luego palmearle el hombro.

--¡Jos! Tiempo sin verte por acá, comenzaba a extrañarme.--comento Jean Luc con el mismo acento francés que el mozo.

--Si he tenido muchas cosas que hacer y no tenía tiempo.--hizo una mueca.

--Oh, veo que tienes compañía.--el rubio miro a Madison de arriba abajo y le sonrió.--Trés Jolie, sin duda es muy hermosa.

La pelinegra sintió sus mejillas arder ante el comentario del francés y le devolvió una sonrisa calida y agradable.

--Espera, eres Madison Beer, ¿no es así?--ella asintió.--Eres una cantante estupenda, me agrada tu música y al público de acá también. Haces un trabajo estupendo.

--Gracias.--respondio ella con sinceridad.

--Los llevare hasta su mesa.--indico el haciendo un gesto con su mano, Jos se acercó a él rápidamente y dijo una frase en francés.

Madison escucho fascinada como las palabras salían sin problema alguno de su boca, como si hubiese pasado toda su vida aprendiendo el idioma. Había escuchado alguna vez decir que era absolutamente sexy,.ella siempre había creído eso. Pero escuchar a Jos hablarlo llevaba a un nuevo nivel de sensualidad.

Simplemente le daba ganas de lanzarse encima de el y besarlo. Se mordió el labio inferior y salió de su transe cuando el la guío hasta la mesa, estaba un poco alejada de las otras -en verdad, estaba un poco aislada- y alrededor de ella se encontraba rodeada de plantas y flores. Ambos se quitaron el abrigo y se sentaron en la mesa al frente del otro, Jean Luc poso dos menús al frente de ambos.

--¿Quiere que traiga el mismo vino de siempre?--pregunto a Jos y este contestó un breve si.--Tomen su tiempo en tomar la orden, volveré dentro de un rato.--guiño el ojo y desapareció.

Madison se volvió hacia Jos y lo encontró mirándola como si fuese un bisteck en medio de una manada de lobos hambrientos y salvajes. Bajo la mirada, tímida y se estremeció al sentir el caliente tacto de Jos sobre su piel.