Capítulo 024;


Comenzó a desabrocharse los pantalones cuando cayó en cuenta que no tenía preservativos encima.

--Maldicion.--mascullo. Recordó que Jerry le había regalado unos cuantos y busco en su escritorio, casi desesperado, sonrió al conseguirlos y  cogió uno. Madison le miró divertida por la situación, mordió sus labios intentando no reír.

Jos levantó la mirada hacia ella.

--¿Te divierte que no consiguiera preservativos? Puedo morir de lo duro que estoy y eso no me divierte.
--Madison sonrió ante su comentario exagerado y le arrebató el preservativo de la mano.

--Cierto, déjame ver cómo puedo evitar ese dolor que tienes.
--se agachó y desabrochó el botón del pantalón para luego bajar el cierre con sus labios.

El endurecido miembro salió casi disparado de sus pantalones y Madison aprovecho para lamer la hinchada glande.

--Madison, no.--dijo casi en súplica.

Volvió a lamerlo, y Jos se tenso. Se mordió el labio y rompió el papel del preservativo para deslizarlo sobre el.

Jos apretó los dientes al sentir las manos de Madison envolviendolo. Si algún día alguien hubiese decidido torturarlo ojalá fuera Madison y que lo hiciera de esta manera. Se levantó e hizo que rodeara su cintura con sus largas piernas. La llevo contra la pared y aplastó sus labios contra los de ella ferozmente, mientras se deslizaba en ella en un solo movimiento. Sintió que la llenaba por completo y gimierin cuando comenzó a moverse rápidamente y con fuerza, sus embestidas resonaban en toda la habitación. Madison se aferró a sus hombros y gimió contra sus labios, Jos sujetó con fuerza sus caderas y la embistió aún más fuerte.

Ambos se separaron para tomar aire y jadeo cuando el mordió su lóbulo, paso sus delgadas manos por toda su espalda musculosa y los gemidos se escapaban de su boca involuntariamente. Sintió volver a llegar a su clímax.

Jos casi salió completo de ella y volvió a entrar en un fuerte movimiento. Apretó los dientes al sentir como los músculos internos apretaban su pene como un puño cerrado. Las olas de placer golpearon contra su vientre, Madison respiro con dificultad y un chillido salió de sus labios al correrse con fuerza.

--¡Jos! --se sujeto de sus hombros, cuando sintió que se derrumbaba. El siguió embistiendola hasta que gruño al conseguir su  clímax.

Los dos se miraron jadeantes y sonrieron.

--Hola.

--Hola.

Casi sintió decepción cuando el se retiró. Jos boto el preservativo y se acomodo aún con su pulso a mil, se volvió hacia ella. Madison sonrió satisfecha y lo miro como una felina.

--Creo que tengo que agradecer a mi papá después de todo.--dijo ella y Jos río dándole un beso fuerte.

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