Capitulo 011;


Siete menos diez minutos, Jos se removió en su silla y observo a Madison por la pantalla de su portátil. Nunca había pensado que aquellas cámaras le servirían algún día. Sonrió cuando la vio entrar en su habitación la primera vez con su expresión sorprendida.

Tal vez se había sorprendido por el tamaño de la casa. Las pocas personas que sabian de su existencia tenían la misma expresión. Dejo lo que hacia y miró fijamente cada movimiento que aquella morena hacia.

Dios santo, aquella mujer incluso desde una cámara de notaba sus curvas, sus generosos pechos y aquellos labios carnosos que pedían a gritos que los besará. Él solo tenía la necesidad de salir de su oficina, buscarla y arrancarle toda la ropa que tenía encima. Maldijo en silencio cuando se ponía duro de tan solo pensar arrancarle la ropa.

<Cálmate, Canela> se dijo a si mismo. Tenía que terminar con su informe diario y luego la buscaría.

Vio como Madison abría la caja azul que había dejado sobre su cama y sacaba la nota que había escrito. Río suavemente cuando está arrugó la nota y la avento contra la pared. Dió click a la pantalla a un botón para escuchar lo que decía. Alzó ambas cejas cuando ella comenzó a maldecirlo, tenía que castigarla por eso luego.

Intento concentrarse en su informe pero aquella mujer no le dejaba y menos el bulto que se notaba en sus pantalones. Cuando ella salió de su habitación, suspiró y agradeció que lo hiciera.

Se concentró en el informe. Escribió unas cuantas palabras, borro algunas otras y luego guardo lo que tenía. Gruño, estúpido trabajo. Quería terminar con aquel proyecto lo más pronto posible, y aunque su mente en aquel momento estaba en Madison, Sabía muy bien separar el placer y el trabajo.

Alguien tocó la puerta; uno, dos, tres veces. Jos pidió que pasará. Mark Tyson, un chico joven, alto y con cabello negro entró con su traje y Jos reprimió una risa al verlo caminar. Le quedaba pequeño y caminaba de una manera extraña y divertida. Mark le envío una mirada asesina al observar su expresión.

--¿No es muy pequeño ese traje?
--pregunto divertido Jos.

--Sino fueses mi jefe te juro que te mataría....

Jos hizo un gesto levantando la mano.

--Ya, ¿qué quieres?

--La chica ya está acá.--informo el chico. Jos asintió.--No sabía que necesitarás un asistente, pensé que no te gustaban.

Se encogió de hombros, restándole importancia. No podía decirle la verdad, aunque le pagará muy bien a sus empleados para que fuesen más discretos y mantuvieran su boca bien cerrada.

En verdad no necesitaba un asistente, nunca lo necesito. No había estado muy comodo con decirle a otra persona que hiciera cosas por el. Durante muchos años habia sobrevivido por si solo y seguía sin confiar en alguien como para hacer todo por el.

--Cambie de opinión en este proyecto.

--Podias pedírmelo, como ves prácticamente hago todo lo que dices.--apunto con su dedo su traje. Jos río.--No te rias.--se quejo el chico.

--Vale, solo que necesitaba a otra persona. Tú ya estás bien con lo que haces. ¿Diana hizo magdalenas?
--pregunto, cambiando el tema.
--Traeme algunas.--le pidió al castaño cuando asintió.

Mark revoleo los ojos y salió de la habitación quejándose.

--Si tan solo no necesitará el dinero no estaría acá.--le escucho decir Jos.

Volvió a fijar su mirada en la pantalla de su portátil al escuchar una exclamación de Madison. Sonrió al verla con su regalo en la mano.



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