Capítulo 28: Debilidad

Sasuke Uchiha

Me desperté sobresaltado por la pesadilla, realmente no había sido una pesadilla, era un recuerdo, aquello fue lo que pasó y escuché el ruido de un interruptor, seguramente Naruto había encendido la luz de la mesilla, no lo sabía, para mí todo estaba oscuro. Respiraba con dificultad y toqué con mis manos algo en la mesilla, ni siquiera era mi casa y eso me ponía más nervioso aún.

- Ey Sasuke, cálmate, era una pesadilla – me dijo cogiéndome la mano y parándola, porque no dejaba de moverla tirando algunas cosas de la mesilla, ni siquiera sabía lo que había tirado al suelo.

- Lo siento –le dije a punto de llorar – lo siento.

- No te preocupes Sasuke, todo esta bien. Ven aquí – dijo abrazándome contra su pecho tumbándome encima de él mientras me acariciaba el cabello con suavidad – relájate, yo estoy aquí contigo, no dejaré que te pase nada.

- Gracias, Naruto – le dije recostándome en su pecho.

Dormí un rato más sintiendo las suaves caricias de Naruto en mi cabello bajando hacia mi espalda. Me sentía muy a gusto y tranquilo con él aunque no podía dejar de pensar en aquel recuerdo, por culpa de aquellos chicos, por culpa de aquella estupidez yo estaba ciego, un maldito golpe en la cabeza y mi mundo había cambiado por completo. Ellos seguían siendo los mismos pero yo no, mi vida era completamente diferente, por ese accidente no podía ver a mi hija, no podía hacer muchas cosas en la vida que me gustaban, no podía pintar o yo por lo menos no lo había vuelto a intentar, si no podía verlo muchas veces me daba igual ya qué pudiera crear.

Conseguí dormirme otro rato al final entre los brazos de Naruto pero la enana me despertó cuando abrió la puerta corriendo y se lanzó sobre nosotros pidiendo abrazos y besos de buenos días. Menuda vitalidad tenía Yuuki por las mañanas. Naruto se quejó un poco y supuse que algún codazo le habría dado mi hija porque cuando se lanzaba, ella no miraba donde caía, simplemente jugaba sin darse cuenta de que a veces podía hacer daño, sin embargo a Naruto pareció importarle bien poco, porque sentí como la cama se hundía y mi hija sonreía ante seguramente... las cosquillas que Naruto le estaba haciendo.

Por primera vez, pensé en Naruto como un padre para Yuuki. Si me relación con él salía adelante, creo que sería un padre estupendo, me gustaba esa idea y la meditaba con frialdad. Creo que era el padre perfecto, no podría desear a alguien mejor que él y Yuuki lo adoraba. Me levanté de la cama para ir a preparar el desayuno pero Naruto se me adelantó cogiéndome en brazos mientras Yuuki venía detrás de nosotros gritando que ella también quería subir al brazo, creo que al final, pasó sus manos por el cuello de Naruto y se subió a su espalda, así que nos llevó a ambos al salón y no pude evitar sonreír.

Naruto me dejó en el sofá y tiró también a Yuuki en él sonriendo mientras iba a preparar el desayuno, aunque mi hija deseaba tanto ayudarle que se fue con él. Yo estaba un poco perdido, su casa era un desastre y pude escuchar como me decía que hoy aprovecharía para recoger las cosas y así podría caminar con mayor tranquilidad por la casa sin temor a tropezar con a saber qué. Yo se lo agradecí, pero al final, acabaría ayudándole y es que no me gustaba sentirme inútil, yo también podía ayudar.

Entre los dos prepararon un desayuno delicioso y nos sentamos en la mesa todos juntos como si fuéramos una familia a comer. Pensar lo mal que habíamos empezado Naruto y yo y ahora... sólo había que vernos. Creo que ya no podía ver mi vida sin él.

Mi madre vino esa mañana a por Yuuki para llevársela al parque de atracciones, había quedado con otras madres y más niños de la clase de mi hija, así que se la llevó dejándome a solas con Naruto en su casa. Aquello me tensó un poco, creo que era normal pero enseguida me comentó de recoger todo este desastre, así que nos pusimos manos a la obra.

Era cierto que su casa estaba hecha un desastre, no dejaba de golpearme contra cosas, de pisar ropa o tonterías que había en el suelo o de estornudar por el polvo acumulado en algún mueble. Naruto a veces me iba pasando algunas cosas y me decía el cajón en el que debía guardarlo, así que iba a ciegas tanteando con la mano hasta que encontraba el cajón y lo guardaba.

Tardamos casi dos horas en dejar la casa presentable, al menos podía andar por allí y es que menudo desastre. Sé que Naruto vivía más en el hospital que en su casa y que venía cansado de trabajar, pero eso no era excusa tampoco como para dejar las cosas tiradas de cualquier manera. Nos dejamos caer los dos en el sofá cansados y empezamos a reírnos sin poder parar, creo que incluso limpiando todos los días... yo podía ser feliz con Naruto, me alegraba de haberle conocido y me alegraba de haber salido de mi casa para estar hoy y en este preciso momento aquí a su lado.

- Creo que necesito una ducha urgente, huelo que apesto – le dije riéndome.

- Si, yo también la necesito – me dijo sonriendo, podía escuchar su sonrisa, debía ser preciosa.

- Ve tu primero a la ducha si quieres – le dije.

- Vale – me comentó moviéndose y es que yo estaba muy cansado hasta para moverme.

Escuché como Naruto se iba hacia la ducha y encendía el agua, yo me quedé un rato más aquí en el sofá, tenía un sofá muy cómodo y luego pensé que ya era hora de empezar a superar mis estúpidos miedos. Había conseguido lo más difícil... salir de casa pero ahora tenía que superar mi segundo miedo... tener relaciones con Naruto. Sé que él iba a tener cuidado conmigo, intentaba creerme que él sería diferente, tenía que concienciarme de que no se parecería en nada a la primera vez y me desnudé entero caminando hacia el baño y abriendo la puerta con cautela.

Aún podía escuchar el agua caer y me acerqué despacio hasta que toqué con mis manos la mampara de la ducha. La abrí y entré con sigilo aunque Naruto creo que se sorprendió. Me preguntó qué hacía allí dentro desnudo pero yo sintiendo el agua caliente encima de mi piel le dije que mantuviera su boca callada y le besé con dulzura. Naruto se dejó llevar por aquel beso pasando sus manos por mi cintura y acercándome más hacia él besándome con algo más de pasión, colando su lengua en mi boca con ternura y explorándome entero.

Mis manos temblaban, tenía miedo y lo sabía, pero también estaba decidido a superar esto porque como bien decía Naruto, yo era fuerte, era valiente, me consideraba así era mi orgullo Uchiha y quería estar con él, quería superar esto, así que tenía que afrontar la situación, yo era un Uchiha y jamás nos echábamos para atrás.

Acaricié su cintura con suavidad subiendo mis manos hacia su abdomen y tocando sus pectorales, era un chico fuerte, no me había dado cuenta hasta ahora, quizá porque nunca me había atrevido a tocarle tanto. Naruto gimió levemente rozando mis labios con delicadeza y sonriendo, sentía como sus labios se curvaban y aunque no podía verle, me imaginaba sus gestos por sus sonidos, por su respiración que aumentaban y se descompasaba. Quizá era ciego pero mis otros sentidos funcionaban perfectamente y me dediqué a hacer lo que mejor se me daba... a sentir.

Enredé mis dedos en su mojado cabello acercando su rostro al mío mientras Naruto me empujaba con suavidad contra la pared hasta que mi espalda la tocó. Me besó con pasión, devorando mis labios y cogiendo mis piernas me levantó enrollando mis piernas en su cintura. Sentía su miembro rozando con el mío y gemí, jadeé sintiendo ese placer tan intenso, me gustaba, tenía razón en algo... esto no se parecía en nada a lo que me había pasado con anterioridad, notaba el amor y el cariño que desprendía hacia mí.

Jadeé en su oreja por el placer de sentir su erecto miembro rozándose con el mío, para mí era una sensación nueva, sentirme tan querido y protegido era nuevo para mí y me gustaba. Naruto sonrió y besó el lóbulo de mi oreja con sensualidad antes de susurrarme al oído.

- Vamos a la cama – me dijo – no quiero hacerlo aquí en la ducha, no tú primera vez.

- Me parece bien – le susurré – contigo en cualquier lado estará bien.

Naruto apagó el agua y me llevó hasta la cama. Estábamos empapados pero a él le dio igual, me tiró en la cama y se dejó caer encima de mí con suavidad besándome con ternura. Fue a meter sus dedos en su boca pero yo cogí su mano antes de que la llevase a su boca y metí sus dedos en la mía lamiéndolos. Creo que si pudiera verlo en este momento estaría sonrojado, sonreí al pensarlo y es que se había quedado paralizado. Cuando aparté sus dedos de mi boca los condujo hacia mi entrada. Los metió en mí con suavidad y me besó y acarició entero hasta que sintió que estaba completamente dilatado para entrar en mí.

Entró con mucho cuidado y dolía, no podía negar eso pero sé que estaba tratando de tener cuidado, me besaba el cuello y la oreja intentando calmar el dolor. Entró en mí hasta el fondo y se movió con suavidad. Dolía al principio y sé que Naruto hacía todo lo posible por tratar de calmarme, al final dejó de doler, empecé a disfrutar, a gemir y jadear sintiéndole. Me centré en su respiración, me centré en sentir a Naruto, su cuerpo, su respiración, sus caricias, todo él era increíble y acabé corriendome en su abdomen. Tuve miedo en aquel momento de que se corriera dentro de mí, pero Naruto me calmó diciéndome que había prevenido, llevaba en preservativo y eso me calmó.

Cuando él llegó, salió de mí y nos quedamos juntos abrazados toda la tarde hasta que mi madre vino trayéndome a Yuuki. Nos contó en la cena lo bien que se lo había pasado en aquel parque de atracciones. Yo sonreía como un niño pequeño y es que creo... que hoy era el mejor día de todos.

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