Capitulo 42
CAPITULO 42
Nunca esperé estas palabras provenientes de Jack, mi corazón se estruje. Lo miro incrédula, ni siquiera puedo articular las palabras para decirle que yo
también lo amo. Mis ojos se cristalizan, sé que una lágrima correrá por mis mejillas dentro de poco.
-Jack.... -es lo único que logra salir de mis labios casi tiritando.
-Rapunzel, no te sientas obligada a decirlo, entiendo si aún no sientes lo mismo -acaricia mi mejilla con su dedo pulgar -no te culpo, reconozco que fui un poco grosero contigo al inicio.
-¿Un poco? -ironizo, ya siento mi nariz hacerse agua. Él sonríe, con esa dulce y tierna sonrisa, me da un beso.
-Te pido perdón -una lágrima sale disparada de mis ojos y recorre mi tabique nasal, el maldito nudo en mi garganta está arruinando el momento, llevo mi mano a su rostro, su suave y tersa piel hace contacto con mi piel.
-Yo también te amo -sollozo, puedo ver como sus ojos se cristalizan -y no te lo digo porque tú me lo hayas dicho -él con sus ojos cristalizados me mira,y sonríe con tanta serenidad, es algo indescriptible lo que siento al ver esa sonrisa que también me hace sonreír -desde... no sé cuándo la verdad.
Jack humedece sus labios sin despegar sus ojos húmedos de mí.
-Lo siento -aclara su garganta -nunca me imaginé que tú también sintieras lo mismo, estaba dispuesto a hacer lo que sea para enamorarte y que al final del contrato aceptaras quedarte conmigo.
-Sin dudarlo, Jack. Me quedaría contigo hoy y siempre -presiona sus labios en los míos de una manera delicada y le sonrío tiernamente mientras limpio las lágrimas de mis ojos, tantas emociones encontradas no me hacen bien.
-Duerme ¿Si? Recuerda que lo que sea que pase con él me tienes a mí y regresamos cuando tú quieras -asiento, me presiona en su pecho... se siente bien sentirse apoyado y hace un tiempo nunca me hubiese imaginado recibir
recibir ese apoyo de satanás Overland.
El acaricia mi cabello, mi cara está contra su pecho; me gusta esta sensación.
Presiona sus labios en mi frente, y sus dedos continúan enredándose en mis cabellos. Mis ojos se están cerrando y mi mente está yéndose a otra parte,
sólo sé que amo este momento y amo a Jackson Overland.
Despierto con el sonido de la alarma sobre aquella mesa de noche, me niego a moverme por la comodidad que siento recostada sobre aquel pecho fuerte y firme de Jack, pero el sonido incesante me hace salir de mi zona de confort y me volteo estirando mi mano para apagarlo, él abre los ojos y pestañea varias veces para acomodarse a la claridad que entra por la ventana, otro día
milagroso que ha despertado a la par mía. Bosteza, lo observo llevarse las manos a la cabeza como queriendo quedarse más tiempo y sonrío, él se percata de ese gesto y me mira también sonriente.
-¿Qué? Yo también me canso de levantarme temprano todos los días -expresa, rodeando mi cuello con sus brazos para fundirnos en un abrazo.
Sonrío, que tierno gesto.
-¿Por qué entonces no duermes más? Hasta en California tenías que levantarte demasiado temprano. Voy a desaparecerte todas esas malditas alarmas, relojes, celular. -él simplemente ríe, mientras sigo acomodada en su pecho.
-Hazlo y nos quedamos pobres -resopla, frunzo mi entrecejo con intriga y busco sus ojos.
-Jack, te aseguro que ya cuentas con el suficiente dinero para retirarte y vivir cómodamente el resto de tu vida.
-Sí, pero no quiero hacerlo. Además, tengo que dejarle algo a nuestros hijos¿Quieres que vayan por ahí buscando a quién trabajarles?
-¿Nuestros hijos? -enarco una ceja curiosa.
-Por supuesto, quiero ocho -Jack no puede evitar estallar en carcajadas al ver la expresión en mi rostro. Y es que estoy segura que mi cara está hecha un poema en estos momentos.
-Bueno, si tú te vas a embarazar y parirlos esas ocho veces entonces
bienvenidos sean -doy palmaditas y más carcajadas de parte de Jack, y yo que tengo una mente bien volátil imagino esa escena de Jack en un hospital
pujando hasta más no poder y no puedo evitar carcajearme, niego con mi cabeza para sacar ese pensamiento de mí o de otra forma no podré parar,a como me conoce, sé que está pensando que lo estoy imaginando en esa situación y me mira con su mirada más feroz, pero que ya no tiene ningún efecto en mí más que soltarme más risas.
-Y hablando seriamente -digo, limpiando las lágrimas de mis ojos causadas por las risas incontrolables -¿Tú has pensado en tener hijos?
Jack mira al techo, como analizando su respuesta mientras estoy recostada a la par de él, también miro al techo para observar que es lo que está contemplando allá arriba.
-¿Encontraste la respuesta allá arriba? -me mofo, y él me mira con esos ojos rabiosos y río más
sonoramente.
-Hablando en serio, sí, lo he pensado varias veces -acaricia la parte de atrás de mi cabeza -pero nunca pensé que me encontraría a alguien con quién me llevara tan bien -me mira a los ojos -tengamos un hijo.
¡Alto ahí! ¡Frena tu mula, vaquero!
-Creo que...-continúa -si voy a compartir esta responsabilidad con alguien quiero que sea contigo.
-Jack, estamos comenzand...
-Alto -me interrumpe -tampoco es que será ahora o dentro de un mes o dentro de un año, será cuándo ambos estemos preparados -bien, ya no me tiro por la ventana -los hijos no son algo que se hacen a la locura -se pone de pie -algo bueno que mi padre me ha enseñado y ese es su problema, que yo deje hijos
por ahí y que no me haga responsable.
Me hace reír.
-Puedes molestarte con tu padre todo lo que quieras pero te da buenos consejos, admítelo -enarco una ceja, poniéndome de pie igualmente y ahí recuerdo que no traje ropa -tengo que ir a mi apartamento por ropa y tú tienes una reunión a las 8.
-Bien, te llevaré a tu apartamento, pero recuerda repetirte una y otra vez "no
voy a llegar tarde" ¿De acuerdo? -¡ah! Ruedo mis ojos exasperada, ya hasta estoy traumada con esa frase.
Jack tenía que dejar unas cosas arregladas en la empresa antes de salir a Miami esta mañana, pasa dejándome por mi apartamento, mi primer día en el
grupo de edición tendrá que alargarse, al menos Cristal
no sufrirá sus primeros días de empleo con Jack ahí todo el tiempo. Anna ya no está pero le dejo un mensaje de que vamos para Miami, no responde inmediatamente, sé que ya debe estar trabajando. Todo el camino hacia mi apartamento y de regreso pienso en Jack y no puedo evitar imaginarme un
pequeñín Peliblanco con los ojos como el cielo en el anochecer, tan prepotente y mandón como su padre, o rubio y ojos verdes, frunzo el ceño inmediatamente, no me lo imaginaría idéntico a mí, sería idéntico a mi padre,
por favor que se parezca a Jack... bien, ya nos estamos yendo lejos, Rapunzel relájate; sonrío, es que si hace unos meses alguien me hubiese dicho que yo querría tener una familia con Jack, lo hubiese matado, y luego incinerado, y luego repartido sus cenizas por el mar.
Llego y a punto de bajarme del auto, siento un golpe que hace sacudirme en el interior de mi auto, por instinto veo hacia atrás y un auto ha chocado en el
parachoques de mi bentley, ¿Quién diablos? Cierto que yo no lo compré pero eso me dolió una costilla, me bajo del auto con la mirada más feroz posible mientras acomodo mi bléiser blanco, observo como el Volkswagen rosa a casi destruido la parte trasera del bentley turquesa, esto parece una escena
salida de esas películas jodidas de Barbies. Una chica que logro reconocer acomoda su cabello negro y con mirada de asombro pero creo estar segura que es notablemente fingida, se baja del auto ¿Cómo no reconocer ese escote en ese traje negro que según ella la hace ver formal?
-¡Por Dios! Lo lamento tanto. Yo -me mira a los ojos -¿Rapunzel? -ahora sonríe abiertamente de oreja a oreja, sus ojos Cafés muy claros me observan de pies a cabeza -que vergüenza, yo nunca pensé que ¡demonios! enserio lo
lamento.
¿Demonios? Yo dijera "Puta, iré a vender mis órganos para pagar esta mierda" ¡Ah! Pero recuerdo que no es ella quién lo va a pagar.
-Blancanieves -digo, con mi expresión más neutral posible ¿Qué diablos hace esta mujer aquí?
Un hombre bastante mayor que iba en el asiento del copiloto rodea el auto y se acerca disculpándose, por su acento sé que es ruso y sé que lo vi en la cena de socios en Italia. ¿Será su padre? Ella no se ve rusa.
-Señora Overland, por favor, disculpe a mi prometida -¿Prometida? Juro que puedo oler interés desde aquí, almenos sé que no viene a buscar a Jack -yo haré llegar un cheque por todos los daños -el señor está notablemente nervioso- no es necesario mediar esto con la ley -¿Ley? ¿Puedo hacer eso?¿O si mejor la arrastro por este pavimento?
En eso mi querido esposo sale de la empresa y observa la escena con el ceño fruncido mientras camina hacia nosotros con las manos en los bolsillos del pantalón de su traje gris doriano.
-Señor Overland, ¿Cómo está? Fue un accidente, enserio lamento lo acontecido, juro que pagaré por todos los daños.
-¿Estás bien? -me pregunta, sin prestar atención a lo que el señor dice,observándome de pies a cabeza, asiento con mi cabeza y me toma de la cintura para darme un casto beso en la frente.
-¿Sabe que eso pudo ser más grave estimado Dimitri? Es mi esposa la que estaba dentro del auto -Jack observa el choque con una expresión de ira en su rostro y sabe que esto no ha sido un accidente.
-Mi prometida lo lamenta, enserio -la tipa no dice una palabra, solo observa a Jack con molestia en su rostro.
-Está bien, por favor, pasemos -dicho esto,jack pasa su mano por mi cintura girándome hacia el interior de la oficina, la tal Blancanieves está ahí sólo observándonos con molestia.
Voy con él a la reunión ya que no tengo mucho por hacer, estoy por dormirme, a mi otro costado está Cristal quién esbozó una sonrisa al verme hoy, es bastante amable, me cae bien, y no sólo porque sea una señora mayor,
lesbiana, con diez hijos y que no tenga ningún interés en Jack ¡Puff! ¡Nada que ver!. Del otro costado de Jack está Kristoff, a quién ya no miro como el gerente sinceramente, sino como Kristoff el extrovertido novio de Anna que me hace pensar que no van a durar mucho.
Jack toma mi mano toda la reunión y mantiene sus dedos entrelazados con los míos, me recuesto en su fuerte hombro mientras él está recostado tan
relajadamente sobre el espaldar de su silla giratoria de cuero, puedo sentir su exquisito aroma y no puedo evitar inhalarlo para mantener ese aroma conmigo, por algún motivo Blancanieves sale de la sala y gracias a Dios no volvió.
Cristal parece estresada, escribe y borra, le explico cómo hará las cosas para hacerlas más fácil y ella comprende rápidamente, puedo ver como desprende un peso de sus hombros y se relaja haciendo su trabajo mejor con más tranquilidad, si tan solo yo hubiese tenido un guía así mis primeros días, yo lo único que tuve fue a la estúpida de Ariel haciéndome la vida imposible.
Jack observa la forma en que le explico a Cristal paso a paso y sonríe negando con su cabeza.
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