23) Ayuda. Parte 1
Les dije que esperaba compensarles muy pronto, pero nunca dije qué tan pronto, jejeje.
Espero que disfruten el capítulo. Fue muy lindo escribirlo 😈 También pueden dejar comentarios, yo no me enojo en lo absoluto jajaja.
Tres días. Suspiré sobre la cama. Habían pasado tres días desde que mi mejor amiga volvió. Ya era domingo, lo que quería decir que mañana volvería a trabajar, pero no era eso lo que me tenía tan decaída.
Pasaron tres días en los que Jayden me ignoró de manera olímpica, eso cuando sí lo hacía, porque nunca estaba y cuando estaba era simplemente para dormir, y todavía de esa manera me ignoraba. Llegaba, iba al armario, luego al baño, y cuando terminaba se acostaba como si en realidad estuviese solo. Me frustraba tanto que a veces teniéndolo al lado bufaba, me levantaba e iba de ahí por el simple hecho de no dormir con él. Eso lo hice los dos primeros días, ayer me dije que si él me quería ignorar que lo hiciera, pero yo no dormiría en otra parte porque él quisiera. Así que me acosté en la cama y le di la espalda como si él tampoco estuviera.
Su actitud me molestaba.
Mi celular comenzó a sonar sobre la mesita de noche y cuando me estiré lo tomé y lo contesté, viendo antes que quien me llamaba era mi mejor amiga.
—Génesis: Necesito tu ayuda. —Fue lo primero que dijo, en un susurro.
—Vane: ¿Qué necesitas?, ¿Y por qué estás hablando tan bajo? —interrogué mientras me levantaba, confirmando mi suposición que Jayden no estaba aquí.
—Génesis: Es que no quiero que Ben me escuche —siguió susurrando—. Escuché que hoy irá al gimnasio con Jayden a las cinco, y necesito que me acompañes a espiarlo y a sacarle a esas arpías de encima. El muy imbécil se atrevió a salir al jardín para que yo no lo escuchara. Se suponía que íbamos juntos, ¿por qué quiere ir con Jayden hoy? Seguro para que oras lo miren, pero no se lo pienso permitir.—Ella estaba enojada, pero yo estaba en otra parte.
Jayden, en el gimnasio, Jayden, saliendo de casa sin ninguna razón, Jayden saliendo solo por no estar aquí. Un enfado que hasta el momento no había sentido se hizo parte de mí. ¡Dios! Pero es que se pasa. Bien, está enojado, eso lo comprendo. ¿Pero por qué no puede hablarlo como el resto del mundo?, ¿Por qué tiene que ignorarme de esa forma?, ¿Por qué no puede decirme lo que le enfada?
Estaba tan enojada en ese momento que lo único que me pasó por la cabeza fue provocarlo para que se enfade mucho más. Si quería motivos para enojarse se los iba a dar, pero esta vez de verdad.
—Vane: Está bien. Pasa por mí a las cuatro treinta —Una sonrisa maliciosa se formó en mis labios. Durante un rato nos quedamos hablando. Después me levanté de la cama con intensiones de prepararme para lo que vendría.
Hoy Jayden Hernández vería a la Vanessa vengativa de antes.
( * )
Algunos minutos antes de que Génesis llegara me puse unos pantalones deportivos grises, una camiseta negra y unos tenis. La ropa que usaría en el gimnasio la guardé en una bolsa, y después de atarme el cabello bajé por una botella de agua porque además de hacer enojar a Jayden, aprovecharía el día de gimnasio.
Como era de esperarse, Génesis llegó diez minutos antes, porque cuando quiere es puntual, y después de saludarnos ella aceleró por la ciudad como si de una película de Rápidos y Furioso se tratase. Lo digo y lo repito, Génesis Morgan era un peligro cuando estaba celosa. Se pasó un semáforo en rojo, y no le importó que los autos pasaran tan rápido que apenas los veíamos. No sé cómo no nos detuvieron.
Al llegar al gimnasio bajé lo más rápido que pude para no seguir en esa arma mortal. Olvidaba que esa chica era un peligro al volante, y recordaba por qué nunca salía con ella en la universidad en su auto.
Después de recuperar el estómago y las ganas de vivir, me fijé en el gimnasio. Tenía puertas de cristal en la entrada, era moderno, y desde aquí se veía una recepción. Hicimos lo propio y cuando entramos al lugar, resultó ser enorme. La fachada de afuera concordaba bastante con la de adentro. Era moderno, los espejos estaban casi todas las esquina del especioso lugar, y estaba perfectamente organizado.
Génesis, que apenas se contenía, me enseñó a esas dos personas que estábamos buscando y a las que les fastidiamos la vida. No estaban muy lejos, ni siquiera habían comenzado con el ejercicio, estaban hablando con uno de los entrenadores del lugar.
Como si sintiesen nuestra mirada, ambos se giraron a mismo tiempo a vernos, y después de un segundo de sorpresa, sus rostros cambiaron por completo, como si quisiesen matarnos. Se disculparon con el hombre con el que hablaban, y se encaminaron hacia a nosotras, quienes estábamos de lo más tranquilas desde fuera. Desde dentro también queríamos matarlos, o por lo menos hacerlos sufrir.
Ben ni siquiera me saludó, tomó del brazo a Génesis y se la llevó lejos de nosotras, donde comenzó a regañarla por la expresión en su cara y por la expresión de fastidio en la cara de Génesis. Por mi parte, haría lo que el hombre frente a mí estuvo haciendo en estos días, lo ignoraría e iría al vestidor para cambiarme, pero cuando di un paso lejos de él, me tomó del brazo y me hizo verlo.
Digamos que no estaba muy feliz.
—Jayden: ¿Qué estás haciendo aquí?
Me fulminó con la mirada y la calma que no tenía se acabó.
—Vane: Me ignoras tres días, ¡tres días!, sin ninguna razón, ¿Y lo primero que haces es regañarme por venir al gimnasio? ¿Por qué mejor no hablamos de cómo me ignora? O mejor aún, ¿Por qué? —No dijo nada, lo que me enojó más—. Eres un imbécil, Jayden Hernández, y si me disculpas, voy a hacer ejercicio. Puedes seguir ignorándome a tu antojo, ya ni siquiera me importa —Me solté de su agarre con un poco de violencia. Fui hacia donde Ben estaba regañando a Génesis—. Vamos .—La tomé del brazo y la saqué de ahí, sin importarme lo que su esposo tuviese que decir.
Estaba tan enojada que lo primero que hice fue arrojar el bolso al banco del vestidor para chicas, y caminé de un lado a otro para sacar mi enojo de alguna forma. Sabía que ésto podía pasar, pero me enfureció que me ignorara, y para lo único que me dirigiera la palabra fuese para hacerme regañarme como si fuese una niña.
—Génesis: Gracias por eso, chica. No puedo creer que Ben se enoje porque vine a hacer ejercicio —Me detuve al escucharla. No era específicamente a hacer ejercicio a lo que veníamos, y estaba segura de que Ben lo sabía—. Y por tu cara creo que no te fue mejor que a mí.
—Vane: No puedo creer que ese canalla sea capaz de ignorarme por tres días, ¡Por tres malditos días! Y después quiera venir a discutir conmigo sólo porque te acompañé. Me enoja su comportamiento. Es un gran idiota.
—Génesis: ¿No será que lo que te molesta es que te gusta y que te ignore ahora solo te hace más consciente de lo que sientes? —Mi corazón se detuvo cuando ella abrió la boca.
—Vane: ¿Qué?
—Génesis: Ya me oíste... Te gusta.
Esta chica no tenía remedio, ¿Cómo podía decir esas tonterías?
—Vane: ¿Estás loca?, Jayden es mi mejor amigo. No podría gustarme nunca.
Con un suspiro me senté a su lado.
—Génesis: Por favor, Vanessa, eres más lista que eso. ¿No me digas que sólo aceptaste venir porque yo te lo pedí? Además, estoy segura de que te gusta, sino no estarías tan enojada porque no te habla. —Me dio su mirada de: "Es verdad y lo sabes".
—Vane: Jayden es mi mejor amigo, tengo derecho a estar enojada porque no lo hace —le recordé
—Génesis: No vamos a tener esta conversación porque sabes que te gusta y no lo quieres admitir. Cuando lo hagas yo voy a estar ahí para recordarte esta conversación y lo mal que está que sientas esto. Aunque no perderé la oportunidad de decirte que él tiene novia y no quiero que sufras, así que, Vane, olvídalo. A largo plazo será lo mejor. —Se puso de pie. Estaba a punto decirle algo más, pero resigné porque con Génesis no se podía. Si decía algo eso era.
—Vane: Será mejor que nos cambiemos y vayamos a ver qué está haciendo Ben, no queremos que una de esas arpías como dices se le acerque —dije con diversión, consiguiendo que me fulminara con los ojos.
Nos cambiamos en silencio, y para sentirme cómoda, me puse un top gris, unos leggins negros con líneas grises a los costados, y me hice una cola alta. Génesis por otro lado se puso lo mismo que yo salvo que en rosa y gris. En vez de una cola, se envolvió el cabello en un moño.
Al salir del vestidor nuestras miradas coincidieron con dos miradas furiosas que hacían ejercicio. Se detuvieron en cuanto vieron lo que traíamos puesto, y la verdad hay que decirla, no dejaba mucho a la imaginación lo que llevábamos. Pero los ignoramos cuando vimos a Ben hacer esa mueca que hacía cuando quería ahorcar a Génesis.
Ignorando por completo a esos dos... individuos, primero fuimos a las caminadoras, pues desde ahí había una vista impresionante de el esposo de mi amiga. Por desgracias también estaba cerca Jayden, a quien tuve que ignorar porque en más de una ocasión se giró a verme.
Estuvimos alrededor de una hora en corriendo con Génesis, estaba cansada, me dolían las piernas, pero ella no quería irse de ahí, así que lo único pude hacer fue bajarle a la caminadora y comenzar a caminar mientras ella corría.
Eso hasta que mi vista se fue hacia algo que no tenía que ver.
No muy lejos de dónde Jayden se encontraba una... señorita, era casi aplastada por una de las pesas, quiso levantar de más con la intención que estaba consiguiendo en ese momento... Llamar la atención de Jayden. Pero yo no lo permitiría. Si ella quería levantar pesas, que levantara las que pudiera sino, ¡Que deje de llamar la atención de hombres ajenos!
Eso no tenía nada de sentido en mi cabeza, pero estaba tan enojada en ese momento que lo último que me importaba era lo que tenía coherencia y lo que no. Tomé la mano de Génesis importándome muy poco sus protestas, y antes de que Jayden pudiese llegar hacia donde estaba la Polly Pocket, le lancé una mirada de esas que significan algo. La mía decía: si te atreves acercarte un paso más, estás muerto.
Pasé a su lado viendo cómo se quedaba helado, y cuando vio lo haríamos se alejó, sabiendo que cuando esta chica está furiosa no es bueno meterse con ella. Y no me molestaba admitirlo, era volátil.
—Vane: Tranquila, te vamos a ayudar. —Traté de sonar solicita mientras Génesis se colocada del otro lado de la pesa, la cual por cierto, era gigante.
—Gracias —Ni siquiera podía hablar por el esfuerzo—. ¿Pero no crees que es muy pesada para ustedes? Sería mejor que uno de... —Antes de que terminara la interrumpí.
—Vane: No, no, nosotras podemos ¿verdad? —Mi amiga asintió. No sabía cómo recuperé las fuerzas, pero la idea de Jayden cerca de esta chica me hizo más fuerte de lo que esperaba.
Cuando la pesa estuvo en su lugar Génesis y yo suspiramos, mientras la Polly se sentaba y respiraba con dificultad, porque era cierto que se estaba asfixiando, era a propósito, pero lo estaba haciendo. Yo estaba contando en mi mente para no decir algo que no debía, y apretaba mis adoloridas manos a mis lados para no hacer algo de lo que después arrepentiría.
—Gracias por ayudarme, chicas, en serio, son muy amables. Pero en verdad quería que ese bombón de allá me ayudara. —Señaló a Jayden con descaro y mi sangre hirvió.
Oh, pero por supuesto que no me quedaría así.
—Vane: Te aseguro que fue mejor que te ayudáramos nosotras. Fíjate en eso —Señalé su anillo. Ahora comprendía el poder que tenía un anillo como ese—. Tal vez te hubiese ayudado y luego dado su número. Después de un tiempo te llamaría y te invitaría a salir. Se acostaría contigo, y no volverías a saber de él porque sólo quería una aventura y en verdad ama a su esposa como a nadie en el mundo. Tú quedarías sufriendo y él feliz con su maravillosa esposa a quien ama con todo su corazón. —La miré con pena, pero por dentro sonreía.
Dios, la influencia de Génesis era tan notoria en mí. ¿Cómo se me ocurría algo así?, ¿Y por qué tenía que dejar tan en claro que él me amaba? No quería saber la respuesta, así que lo dejé pasar y volví mi atención a la Polly frente a mí.
—¿Estás segura de eso? —Se acarició las manos con una mueca.
—Vane: Por supuesto. A mí amiga le pasó lo mismo, ¿O no? —Me iría al infierno, pero por lo menos no me iría sola porque mi mejor amiga asintió con cara de martirio, como si en serio estuviese viviendo lo que dije—. Sé que no nos conocemos, pero no nos gusta que los hombres jueguen así con las mujeres. Se nota que tú eres una buena persona y mereces algo mejor que una aventura. Eres hermosa, seguro que inteligente, tal vez divertida, y se nota que te apasionas en lo que haces, así que busca a alguien que aproveche eso.
Eso que acababa de decir era mi arrepentimiento reflejado en palabras. Bueno, parte era hipocresía porque no la quería cerca de Jayden y la alejaba de cualquier forma, pero la otra parte era cierta. Vi a muchas chicas hacer eso, y si no se tratara de Jayden, posiblemente le hubiese dicho eso en vez de engañarla desde un principio.
Ella no sonrió después de un segundo.
—Tienes razón. Muchas gracias a las dos. Se nota que son chicas agradables. —Le sonreímos y nos alejamos.
—Génesis: Y así dices que no te gusta —Le golpeé el hombro.
—Vane: Déjame en paz.
—Génesis: Me gusta que aprendas de mí. Te salió perfecto, me siento orgullosa.
Me abrazó por el hombro.
—Vane: Eres una mala persona —Me reí, y ella me acompañó—, y una mala influencia también. Jamás se me ocurría decir algo así si no te hubiese conocido.
—Génesis: Por supuesto que no. Tú hubieses ido y le hubieses dicho: No es por nada, pero al que miras es a mi esposo, con el que me casé, y que es de mi propiedad, así que deja de mirarlo... Gracias.
Me volví a reír, pero ella tenía razón.
—Vane: Soy sincera, ¿Qué puedo hacer? —Me encogí de hombros.
—Génesis: Tu sinceridad es adorable, así como tú —Me dio un golpecito en la nariz—. Ahora vamos a vigilar a mi esposo, le di mucho tiempo a esas arpías para que se le subieran encima.
Me reí mientras comenzaba a hacer otro ejercicio. De reojo veía a nuestros esposos hacer ejercicios, quienes por supuesto, tampoco nos perdían de vista.
Mi mirada de vez en cuando se deslizaba sola hacia Jayden, y cuando estaba en él, me era imposible no quedarme viendo cómo sus brazos se contraían y se flexionaban. El sudor caía por ellos y le daba una apariencia tan interesante, que parecían como si estuviesen aceitados... Se veían tan bien.
En más de una ocasión Génesis me descubrió distraída, y divertida me pregunta que qué era lo que me tenía tan entretenida, por lo que le respondía que a Ben. Siempre me golpeaba.
Decidí que quería hacer pesas para descansar el resto de mi cuerpo, el cual estaba sudado, adolorido y muy posiblemente hasta oloroso.
No llené la barra como la chica de hace un rato. Podía sostenerla sin que se me cayera encima. Y por qué no decirlo, también porque no quería seguir haciendo ejercicio y podía fingir levantar pesas para pasar el tiempo.
Estaba tan concentrada en fingir que me pesaban un poco, que no mi cuenta cuando alguien se paró de delante de mí, sino hasta que esa persona, quien resultó ser un hombre lleno de músculos, habló.
—¿Necesitas ayuda, preciosa? —preguntó con coquetería.
—Vane: No gracias, estoy bien. —Le sonreí y volví a levantar la pesa.
Pero él al parecer no tenía intenciones de irse, porque se quedó en su lugar, y en vez de ofenderse por mi respuesta sonrió.
—Si quieres puedo enseñarte algunas cosas. Te servirán. —Iba a negar otra vez, pero una tercera voz detrás de nosotros nos interrumpió.
—Ella te dijo que no necesita tu ayuda. —Reconocí esa voz enojada de inmediato... Era Jayden.
Cuando estuvo cerca vi su mandíbula se contraía, sus puños cerrados a sus costados, y esa mirada que indicaba que se metería en problemas. Cada vez que esa mirada aparecía en su rostro terminaba en la dirección, pero ahora, ahora sería muy diferente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top