Capítulo 7: El examen y más.
Capítulo 7: El examen y más.
En el resto del día, el mexicano permaneció dormido en la enfermería.
En todo el día, la mayoría de las chicas en la academia hablaban de chico "misterioso" haciéndose teorías tanto buenas como malas.
"Es un ángel enviado del cielo"... Decían unas.
"Es un loco que viene hacer fechorías"... Decían otras.
Pero, por ahora, nos concentraremos en la directora quien debería de decir lo que pasó con aquel muchacho a las maestras.
≈
Ubicación: Oficina de la directora.
En la oficina de la directora, todas las maestras habían hablado sobre el muchacho que llegó a la academia.
O bueno, casi todas las maestras. Hay una que fue enviada a que fuera por las cosas del mexicano. Lo cual obedeció y se perdió la historia de origen del mexicano.
La mayoría estaría impresionada por lo que le pasó al mexicano, pues sonaba tan irreal esa "historia" que él contó, pero, aunque les costó creer, era totalmente real.
Algunas sintieron tristeza por el mexicano quien no pudo decirle despedirse de su familia. Otras sintieron coraje, pues les pareció injusto que fuera traído en contra de su voluntad.
La directora les había contado todo lo que le contó el mexicano y ahora les estaba dando su idea de dejar que estudie aquí.
Eso calmó un poco a las profesoras, pues al menos sabían que el mexicano ahora sí estaría en la academia por gusto propio... Casi.
Algunas no dijeron nada y quedaron de acuerdo para luego irse de ahí. Obviamente alguien no estaba de acuerdo, y fue la única quien se quedó en ese lugar.
Finnelan: ¡Me rehúso! ¡No podemos permitir que un chico estudie en esta academia que, por si se le olvidó, es solo para mujeres!
Ahora, en la oficina, había comenzado una discusión. La profesora Finnelan, al momento de oír la idea que propuso la directora, instantáneamente no lo aceptó.
Holbrooke: Lo sé, pero si lo que dice ese muchacho es cierto, no podemos dejarlo ir.
La directora estaba intentando a toda costa para que la profesora Finnelan acepte la idea, pues realmente le gustaría tener a alguien que fue elegido por una de las antiguas brujas.
Finnelan: ¡Pero eso va contra la tradición! ¡Aparte, nuestra situación financiera no es muy estable, y con un chico en la academia podría ser peor!
Holbrooke: Lo sé, pero...
Finnelan: ¡Además, solo será una distracción para las chicas! Sobre todo aún sabiendo que están en esa edad donde varias cosas pasan por sus mentes...
Obviamente estaba batallando para convencerla.
Holbrooke: Sí, lo sé muy bien, Anne. Pero sé que será una buena decisión si tenemos a un chico aquí. La magia está siendo muy olvidada últimamente... y con él, ¡tal vez más personas pueden interesarse!
Finnelan: Pero ya tenemos a esa chica Atsuko Kagari que no viene de una familia de brujas. ¡Tener a un chico que ande por ahí podría causarnos muchos problemas! No se sabe exactamente cuáles son sus intenciones verdaderas.
Holbrooke: Entiendo tus preocupaciones por las chicas, pero sé que él no es de esos chicos con intenciones sucias. ¡Lo estas juzgando muy temprano sin siquiera conocerlo!
Finnelan: ¡Pues todos los chicos de su edad son así! ¿Sabes cuántos pecados y cuántos delitos cometen en sus mentes? Dudo que el infierno sea peor que estar diez segundos en la mente de un muchacho adolescente.
La directora se pellizcó el puente de la nariz mientras suspiraba.
Holbrooke: Será muy difícil convencerte, ¿verdad? ¡Pero ya tomé una decisión, te guste o no!
Finnelan: ¡Y yo sé que te arrepentirás de tu decisión tarde o temprano!
Holbrooke: No estaría tan segura, Anne. Tal vez sea lo mejor para el futuro de la academia.
Finnelan: ¿Siquiera ese joven sabe algo sobre lo básico de la magia o su historia?
Holbrooke: No, pero puedo poner a cargo a la maestra Ursula para que le dé tutorías extras y así ponerlo al tanto.
Finnelan: ¿A Úrsula?
Cuestionó, Finnelan, creyendo que sea una broma.
Finnelan: ¿Estás hablando en serio?
Holbrooke: ¡Hablo muy enserio, Anne! ¡Tú eres la que no me toma enserio!
La maestra Finnelan suspiró.
Finnelan: Bien, entonces hazlo. Sin embargo, si se pasa de la raya con las chicas, ¡será expulsado de inmediato!
Holbrooke: ¡Ya te dije que él no es de esos! Sin embargo, si llegara a pasar algo así, no dudaré en hacerlo ¡No pondría la seguridad de las chicas en peligro!
Finnelan: bien, por si las dudas lo estaré vigilando.
Holbrooke: De acuerdo, gracias por entender.
Finnelan: Y también, por si las dudas, mañana dejémosle un examen para ver cómo se encuentra mentalmente. Evaluaremos qué tan capacitado está.
La directora pensó en esa propuesta.
Holbrooke: hmm... Supongo que es una buena idea.
Una vez que las dos estuvieron de acuerdo, solo tocaba esperar al día de mañana y hasta que el joven mexicano despierte.
≈
~Al día siguiente~
[Punto de vista de T/N]
La escuela... Lugar en el que jamás pensé volver.
La magia... Cosa que jamás pensé que sería real.
Una escuela mágica... Definitivamente me metí en cosas que no debí.
De mi sueño no recuerdo nada salvo por una silueta. Era esa mujer que me trajo a este país. Era ella acompañada de otras ocho mujeres si es que conté bien.
Intentaba acercarme a ellas, sobre todo a esa bruja "Woodward" para reclamarle lo que me hizo y preguntar el por qué, pero solo me iba alejando más y más y más... Hasta que sentí que despertaba.
Poco a poco iba abriendo los ojos por la luz del sol que iba entrando en la ventana.
T/N: Mmm...
Me senté en la camilla y me estiré mientras bostezaba.
T/N: ¿Mm?
Mirando a mi alrededor, recordé que estaba en la enfermería.
T/N: Agh... ¿Por qué me duele la cabeza?
Me pregunté mientras me rascaba la cabeza.
Noté que la enfermera no estaba. Supongo que me desperté un poco temprano.
Aún sentía un poco de sueño, así que me levanté para quitarme ese sueño.
Me estiré otra vez, pero noté que a lado de mi camilla estaba unas ropas. Además de una nota encime de ellas.
Me acerqué, tomé la nota y la leí.
~~~~~~
Nota: Buenos días, joven caballero, espero que haya dormido a gusto y que pronto esté listo para las clases. Aquí está su uniforme que tendrá que usar mientras esté en esta academia.
Si algo le molesta o no es de su agrado: avísenos.
Pronto le conseguiremos una habitación.
PD: Le dejo un mapa de la academia para que no se pierda. Lo espero en mi oficina, y, por favor, trae tus ropas rotas que tenía puesto ayer.
Atte: La directora Miranda Holbrooke.
~~~~~~
T/N: 'A chinga... ¿Habitación?'
Habitación... No entendí muy bien a qué se refería con eso, pero al menos tengo que preguntar para saber.
Dejé la nota sobre la camilla y miré el uniforme.
T/N: Supongo... Que no tengo de otra.
~
T/N: Arriba... Luego a lado... Luego a bajo... Y luego... pa' dónde?
Este uniforme no era tan malo. Lo malo era la corbata.
¡¿Cómo chingados se pone una?!
He intentado de varias maneras, pero parece que estoy luchando contra una serpiente o como si intentara ahorcarme.
T/N: Debí aprender a ponerme una desde que me ofrecieron la oportunidad...
Enfermera: Se te ve bien.
T/N: ¿Qué?
Escuché al otro lado de la habitación a la enfermera que estaba sentada en una silla escribiendo cosas en un librito.
Estuve tan concentrado en ponerme la corbata que no la noté.
Enfermera: Dije que se te ve bien.
T/N: Oh. Ehm, ¡Gracias!
El uniforme era un poco... Extravagante.
Pantalón negro, zapatos negros, cinturón negro, calcetines negros, una playera blanca de manga larga, un chaleco negro y una gabardina larga de color negra.
Esto me hacía ver... ¿Elegante? ¿Fifí? Era mucho para un uniforme escolar.
Sea lo que sea... ¡¡Me siento con poder!!
T/N: Aunque esto sea solo un uniforme de escuela... será la cosa más elegante que usaré en toda mi vida.
Dije riendo un poco al final, pues no recuerdo haber usado algo así de bonito.
Enfermera: ¿Porqué dices eso?
T/N: Pues... Mi familia no es tan adinerada que digamos.
Enfermera: Oh. Entiendo... Bueno, si no te molesta, tendré que hacerte un análisis para ver si ya estás en mejor estado.
T/N: Me parece bien.
La enfermera me revisó, con lo que supongo que es una varita mágica, cada parte de mi cuerpo. Luego dijo con una sonrisa.
Enfermera: Veo que te encuentras un poco mejor comparado con ayer.
T/N: Con razón me siento ¡¡MÁS CHINGÓN!!
Exclamé, levantando mis dos brazos con mucha energía... Aunque era un poco de mentira. Aún me dolía el cuerpo y sentía ardor en mis manos, pero no comparado como ayer.
Al menos no dejó marca.
Enfermera: ¿Más, qué?
Supongo que aquí no entiende ese tipo de palabras... Supongo que eso es bueno.
T/N: Nada, es solo una frase de mi país de origen.
Enfermera: Oh. Qué bueno que te haya gustado tu uniforme, pero ahora te lo tienes que quitar para que te bañes.
Explicó, la enfermera, mientras señalaba una puerta con un cartelito con un dibujo de una regadera...
Debí esperarme a ponérmelo.
T/N: ._. ... Ya decía yo.
~
T/N: ¡Listo!
¡Se sentía muy bien estar limpio de nuevo!
Me hacía sentir a gusto esta sensación...
Enfermera: Qué bien. La directora hace rato me dijo que te diga que lo espera en su oficina.
T/N: Ah, simón. Lo había leído en esta nota que me dejó con mi uniforme.
Dije, mientras señalaba la nota que leí hace rato.
T/N: ¿Por cierto, sabes dónde está mi ropa? ¿La de ayer? ¿La que tenía puesto cuando llegué?
Enfermera: ¿Hablas de los harapos que tenías puesto?
T/N: ._. ... -_- Sí, esos.
Enfermera: Sígueme.
La enfermera avanzó y yo la seguí. No fue mucho caminar ya que ella se detuvo en frente de un cesto.
T/N: ¿Se encuentra ahí?
Enfermera: No, ahí.
Dijo, la enfermera, señalando un bote de la basura que estaba a lado de eso.
T/N: ¡¿Qué?!
Rápidamente fui a ese bote, me puse en el suelo de rodillas, lo abrí y vacíe toda la basura.
Enfermera: ¡Oye, vas a tener que limpiar eso!
Hurgué y hurgué, pero no encontraba mis ropas.
T/N: ¿Dónde está? ¡No la veo!
La enfermera me apartó y señaló... un trapo feo que estaba ahí?
T/N: ¿Y ese trapo?
Miré a la enfermería y luego a su escritorio.
T/N: ¿Quiere que limpie su escritorio con este trapo?
Pregunté, riendo un poco.
Enfermera: -_- Ese "trapo" es lo que queda de tu ropa.
T/N: 0_0 No manches...
Volví a mirar el trapo atónito. Lentamente lo tomé y lo miré con aprecio y tristeza.
T/N: Esta... Esta camisa le perteneció a alguien muy especial para mí...
Esta camisa le perteneció a un amigo que tuve... Uno que no pude salvar hace muchos años.
Mi mejor... Amigo.
Enfermera: Por tu expresión... Deduzco que tenía un gran valor sentimental, no?
Yo asentí.
Enfermera: Entonces llévatelo y ve con la directora. Ella te está esperando.
Sin decir nada, me levanté del suelo y me dirigí a la puerta.
T/N: Nos vemos... 'creo.'
Y sin decir más, salí de la enfermería.
Enfermera: *suspiro* ¿Qué clase de vida tuvo este chico?
≈
[Punto de vista de nadie]
El mexicano estaría asombrado al instante al ver por dentro la academia.
Guardando lo que queda de su ropa en su bolsillo del pantalón, empezó a ver a su alrededor boquiabierto.
Mente de T/N: (¿En serio está es una "escuelita" de brujas? ¡¡Parece un pinche castillo!!)
El mexicano se asomaba por la ventana gigante que estaba en frente de él.
Observaba como toda la escuela estaba rodeada de un bosque.
T/N: Qué bueno que me quedaré un poco más aquí...
Dijo, el mexicano, un poco emocionado mientras todavía estaba pegado a la ventana. Segundos después, se acordó de algo.
T/N: ¡Cierto, la directora dijo que fuera a su oficina!
El mexicano sacó el mapa que le dieron y lo miraría para orientarse.
T/N: supongamos que me encuentro aquí...
Dijo, mientras señalaba un lugar erróneo.
T/N: Entonces tendría que ir pa' acá...
Dijo, otra vez señalando otro lugar erróneo.
T/N: Y luego acá... luego porai... Y luego pa' allá.
Dicho esto, comenzó a caminar hacia un rumbo inventado.
Después de unos segundos..... se perdió.
≈
[Punto de vista de Diana]
Dormir y despertar tempano es una de las cosas que siempre hago. A veces duermo un poco tarde por algunas razones, ya sea que esté estudiando, leyendo o mejorando mi magia.
Hoy me desperté a la misma hora de siempre. Me dirigí al baño para tomar una ducha. Después de la duche, me puse mi uniforme.
Aún faltaba para el almuerzo, así que decidí ir a la biblioteca a leer un poco.
Iba caminando por los pasillos de Luna Nova, abundaba un relajante silencio matutino.
El sol dando su trabajo, los pájaros cantando y el cielo azul y despejado.
Pero en eso... recordé algo.
Lo que había sucedido ayer era algo que obviamente nunca había sucedido antes. Tres chicas cayeron de un portal Leyline en medio de la ceremonia inaugural, pero aparte de eso... un chico las acompañaba.
Aún recuerdo lo que sentí al verlo. Esa extraña sensación no la he podido olvidar desde entonces.
Su pura presencia me ponía alerta. Se sintió horrible, pero... De alguna manera, sentí... Calidez?
Como si antes lo hubiera visto, pero no recuerdo de dónde.
Como si me hubiera reunido con un viejo amigo... Que hace mucho no veo.
Pero recalco, a él jamás lo he visto ni he conocido a alguien igual.
Eso me dejó muchas dudas.
Entonces, ¿cómo logró él llegar aquí y cómo es que terminó tan malherido?
Supongo que solo lo sabré si es que se lo pregunto.
Bueno, si es que tengo la oportunidad de verlo... Ojalá y eso no pase.
Iba caminando con rumbo hacia la biblioteca, pero por coincidencia... vi a ese chico caminando por los pasillos de la academia. Parecía perdido.
Aparte que alcanzaba escucharlo golpear cada puerta mientras preguntaba:
¿?: ¿Esta es la oficina de la directora?
Maestra: Nop.
¿?: Bueno, gracias.
Y así con cada puerta que se topaba.
Tal vez debería de ayudarlo, pero ¿cómo sabré si no intenta hacer nada malo?
¿Y si lo que decía Hannah y Bárbara es cierto?
No...
No debo de juzgarlo así de rápido sin antes conocerlo un poco. Eso no es propio de mí.
Aunque ellas parecían ya conocerlo...
Supongo que no tengo de otra que ayudarlo.
Me fui acercando a él, pero noté que usaba un traje diferente al que traía ayer. Eran unas ropas más adecuadas. Unas más decentes.
Él se veía... ¿bien? Supongo.
Al menos no traía esa ropa fea y desgastada de ayer.
Acercándome más a él, intenté llamar su atención.
¿?: Ya ni le haces, cabrón. Te dieron un bendito mapa, ¿¡y todavía te pierdes!? ¡¡Cómo siempre valiendo pa' pura pinche verg-
Diana: Buenos días.
~
[Punto de vista de T/N]
En serio que está escuela solo es hermosa, porque su estructura desespera más que nada.
¡Pregunté en todas las puerta que me encontraba y ninguna de esas era la oficina de la directora!
¡¡Y eso que faltaban más puertas!!
¡¿No pueden dejar al menos unos carteles?!
T/N: Ya ni le haces, cabrón. Te dieron un bendito mapa, ¿¡y todavía te pierdes!? ¡¡Cómo siempre valiendo pa' pura pinche verg-
Pero me al detuve instante ya que escuché que alguien tosió detrás de mí tratando de llamar mi atención.
Obviamente llamó mi atención y me gire para solo ver a...
¿?: Buenos días.
Mente de T/N: (Es esa chica...)
Esa chica... Recuerdo haberla visto el día que llegué.
De repente, sentí la sensación de ese momento.
Un disturbio comenzó de repente.
Mente de T/N: (¿Q-qué...?)
¿?: ¿Necesitas ayuda?
Yo quería responder, pero algo me lo evitaba.
Cada vez que iba a hablar, esa sensación extraña aumentaba a tal punto que sentía que mi visión se iba oscureciendo.
¿?: ¿T-te encuentras bien?
Y de repente, sentí que toda esa sensación desapareció.
Un toque en mi hombro fue más que suficiente para que todo eso pase.
Además, cuando pasó eso, solté un jadeo mientras comenzaba a respirar con pesadez.
Esa chica, gracias a Dios y quién sabe cómo, hizo que todo desaparezca.
¿?: Te vuelvo a preguntar, ¿estás bien?
T/N: Yo...
Tome un poco de aire para relajarme.
T/N: Yo creo...
Pero esa chica parecía analizarme. Era obvio que no se fia de mi.
¿Un chico en una escuela de niñas? Creo que no la pensé bien... Otra vez.
T/N: ¿S-se le ofrece algo?
Pregunté un tanto nervioso.
T/N: Tengo un poco de prisa y...
¿?: Solo quise saber si necesitaba ayuda. Se veía un poco perdido.
T/N: A... ayuda?
¿?: ¿No fui muy clara?
Esta chica hablaba de una manera que me hacía sentir inferior. Era elegantemente fría.
Eso... Asusta.
T/N: ¿No será ninguna molestia?
¿?: No. Necesita ayuda sí o no?
T/N: simón wáchate que 'taba caminando porai pa' ir al despacho de la machuchona de la escuelita pero no sabía pa' 'ónde ir y luego 'taba toque y toque las puertas de pa' 'lla y pa' 'ca y aquí y porai y-
~
[Punto de vista de Diana]
De verdad que no suelo meterme en líos como este...
¡Ese chico empezó a hablar muy rápido!
A parte que no le entendía casi nada de lo que decía. Se nota que no es de por aquí.
Además, su actitud de hace rato fue sospechosa. Parecía... Desorientado.
Diana: Disculpe.
Intenté llamar nuevamente su atención para que deje de decir esas cosas que no entendía.
¿?: ¿Mm? ¿Sucede algo?
Diana: ¿Podrías hablar un poco más lento y con más claridad?
Pedí, de una forma sería y autoritaria, para que comprendiera de una.
¿?: O-oh. S-sí, perdón.
El chico se rascaba la cabeza apenado, creo que funcionó.
¿?: La directora me dijo que fuera a visitarla en su oficina. Creo que quiere hablar de algo, pero no sé dónde queda.
Dijo riendo nervioso al final.
Supongo que tengo que ayudarlo antes de que cause problemas en la academia.
Diana: Yo podría ayudarlo a ir a la oficina de la directora, eso si usted quiere-
¿?: ¡¿en serio?!
Diana: ... Sí. ¿Por qué estaría mintiendo?
Vi como él extendió su mano. Supuse para qué hizo ese gesto.
Cuando le iba a corresponder el "saludo", él...
¿?: ¡Muchas gracias, amiga!
Me jaló de un tirón para luego... abrazarme.
¡No sabía que hacer! ¡No estoy acostumbrada a los abrazos, ni mucho menos de los desconocidos!
¿Y dice ser mi amigo?
Solo me quedé congelada por el repentino gesto de "agradecimiento"... sentía cómo mi cara se calentaba cada vez más.
¿?: Bueno.
El palmeó mi espalda para luego separarse.
¿?: ¡'Ámonos!
~
[Punto de vista de nadie]
Diana todavía estaba congelada y con la cara roja.
El mexicano estaba alegre, pues pensó que hizo un nuevo amigo o, en este caso, amiga.
Se sintió aliviado por eso.
Después de unos segundos, Diana recuperó el control y se dirigió al mexicano.
Diana: S-sí, s-solo sígueme.
Dijo para luego ir hacia la dirección contraria a la que iba el mexicano.
Mente de T/N: (¿Q-qué? ¡¿No mames que iba en sentido contrario otra ves?!)
El mexicano simplemente suspiró y se calmó mentalmente y siguió a Diana.
Los dos estaban muy callados. Había un silencio incómodo dominando la zona.
Diana simplemente se centraba en su favor, ayudar al joven.
Por otro lado, el mexicano estaba admirando cada cosa de la academia. Se impresionaba incluso de ver las vacías paredes.
Pero los dos pensaban en algo constantemente.
La sensación que sintieron la primera vez que se vieron.
Ellos querían sacarse la duda, pero nadie se atrevía a hablar.
Después de unos segundos, el mexicano decidió hablar.
T/N: 'tonces... También eres estudiante de Luna Nova, ¿no?
Diana tardó unos segundos en responder con un simple:
Diana: Así es.
T/N: Orales... qué bonito.
Y de nuevo los dos estarían callados.
T/N: Y... ¿Qué hacen exactamente aquí?
Diana: Aprendemos sobre la magia y cómo usarla.
T/N: ¿Y tú crees que yo podría hacer eso?
Preguntó, el mexicano, con un tono esperanzado mientras sonreía con mucha fe.
Diana: No.
Pero toda esa esperanza y fe se fueron al caño de inmediato con esa respuesta muy cortante y muy fría.
T/N: Uy... Y ¿por qué no?
Diana: Esta es una escuela de magia exclusivamente niñas, y no se permite la entrada a niños. Sobre todo alguien como tú.
El mexicano miraría con sorpresa ante esa respuesta.
T/N: ¿A alguien como yo? ¿A qué te refieres?
Preguntó, el mexicano, curioso y un poco adolorido sentimentalmente por eso, pero con un todo un poco molesto.
Pero Diana simplemente se quedó callada. No se molestó en contestar y lo ignoró por el resto del camino.
Mente de T/N: (Me pregunto si hice bien en aceptar quedarme...)
Y así siguieron caminando, en completo silencio.
~
Diana: Ya llegamos a la oficina de la directora...
Después de unos minutos que para el mexicano fueron eternos, por fin llegaron a su destino. O al menos el del mexicano.
Diana: Si me permites.
Dijo, Diana, para luego irse de regreso de donde vinieron.
T/N: ¡M-muchas gracias...!
El mexicano vio como ella lo ignoró sin decir nada. Ella simplemente se fue caminando hasta que ya no pudo verla.
T/N: *suspiro* Más vale que me acostúmbre a las brujas mamonas...
El mexicano se volteó hacia la puerta gigantesca que estaba ahí.
La miró de arriba para bajo notando los detalles de esta.
T/N: ¿Cuánto habrán gastado en esta escuela? Dudo que haya sido el gobierno...
Y después de pensar en eso, el mexicano golpeó la puerta.
TOC TOC TOC
El mexicano se alejó un poco de la puerta esperando una respuesta de adentro.
Pero la puerta se abriría por la directora.
Holbrooke: ¡Oh! Buenos días, joven.
Dijo, la directora, con una amable sonrisa.
T/N: ¡Buenos días, ehm, Miranda?
Contestó, el mexicano, muy alegre, pero nervioso.
La directora se rio.
Holbrooke: Pase adentro. Debe de estar emocionado, ¿no?
T/N: Y también nervioso, je,je.
El mexicano entró a la oficina después de que la directora entrara.
Holbrooke: De seguro te preguntas el por qué que te quería ver, no es así?
Decía, la directora, mientras se dirigía a su escritorio.
T/N: Simón.
Ante esa respuesta, la directora lo miró confundida.
Holbrooke: ¿Disculpe?
El mexicano, al darse cuenta, abrió los ojos y luego sacudió la cabeza.
T/N: E-es decir... S-sí, señora.
Holbrooke: De acuerdo, puede poner su ropa en mi escritorio.
El mexicano miró su escritorio cuando ella lo señaló.
El mexicano caminó hacia el escritorio y sacó lo que quedaba de su ropa en el escritorio de una manera gentil.
T/N: ¿Para qué quería que trajera mi ropa? No creo que sirva... A menos que lo recicle como un trapo.
Holbrooke: No esté tan seguro de eso, joven.
La directora, acto seguido, sacudió su bastón que tenía en mano y empezó a emitir un brillo verde.
El mexicano miró eso con los ojos desorbitados mientras abría un poco la boca, pues le parecía algo "milagroso".
T/N: Eso es...
Holbrooke: ¡Sosomme Tidiare!
La directora recitó un hechizo que hizo que las ropas feas y desgastadas del mexicano, o lo que quedaba, quedarán como nuevas y hermosas. En pocas palabras, fueron restauradas.
Cosa que obviamente puso muy ultra mega feliz e impresionado al mexicano.
El mexicano estaba aún sin reaccionar en su lugar. Estaba boquiabierto y sus manos temblaban.
T/N: Eso...
La directora vio cómo el mexicano poco a poco iba sonriendo. Una auténtica sonrisa que denotaba emoción y...
Un poco de felicidad.
T/N: ¡¡ESO FUE ASOMBROSO!! ¡¿CÓMO LO HIZO?! !!ESO FUE GENIAL, DIRECTORA!! ¡¡ESAS ROPAS LLEVAN AÑOS ESTANDO DESGASTADAS!! ¡Pensé que no tenía solución!
Una gran sonrisa quedaría marcada en el rostro del mexicano, cosa que puso feliz a la directora, pues ver esa reacción en las personas que nunca vieron nada de magia le parecía tierno.
El mexicano tomó su ropa mientras la examinaba detalladamente.
Holbrooke: ¿Le interesa saber más de magia, joven?
El mexicano miró a la directora, con una sonrisa en el rostro, y asintió.
T/N: ¡Por supuesto que sí!
La directora le dedicó otra sonrisa materna antes de hablar.
Holbrooke: Bueno, pues como te comenté el día de ayer, estaba considerando dejarte quedar en esta academia a estudiar por tu situación.
T/N: ¿Ajá?
Holbrooke: pero antes de eso...
De pronto, se escuchó cómo la puerta se abre y se cierra.
Otra persona había entrado.
Finnelan: ¡Le haremos un examen para saber sobre su estabilidad mental!
Dijo, la maestra Finnelan, que entró con unas hojas en mano.
T/N: ¿E-examen?
Preguntó un poco asustado y nervioso el mexicano.
T/N: ¿Sobre qué o qué? ¡Ni siquiera estudié nada!
Dijo, el mexicano, con una sonrisa nerviosa y entrando en pánico.
Holbrooke: No se preocupe, no será nada de eso. Solo será sobre usted.
T/N: ¿Sobre mí?
Finnelan: Así es. Es como un examen diagnóstico, para saber si está capacitado para estudiar aquí.
T/N: Oooh...
El mexicano asintió con entendimiento.
Cerebro: Muy bien, no la cagues, puto! Yo responderé todo, ok?
T/N: Está bien.
Holbrooke: Bien, toma asiento.
El mexicano haría caso y se sentaría en una silla que estaba enfrente del escritorio de la directora.
Holbrooke: Bien, empecemos.
Finnelan: Primero dennos su nombre y su edad.
El mexicano iba a responder, pero se acordó que no podía usar su nombre real por si acaso.
Mente de T/N: (¿Cuál nombre era...?)
El mexicano miró al techo pensando un poco, y luego respondió.
México: Es México Tenochtitlán, y apenas cumplí los diecisiete abriles.
La directora y la maestra lo mirarían raro.
Finnelan: Los diecisiete, qué?
México: Digo... Los diecisiete años... je,je.
Finnelan: ¿Bien...? ¿Cuántos integrantes hay en tu familia?
México: Déjame ver...
El mexicano empezó a contar con los dedos. Eso hasta que se quedó sin dedos para usar en sus manos.
México: Ya me perdí.
Holbrooke: ¿Eran tantos?
México: Mi padre es un tremendo.
Holbrooke: Supongo que es de la vieja escuela.
México: Tal vez.
Dijo, el mexicano, riendo un poco al final.
La profesora Finnelan llamó tu aren nuevamente aclarándose la garganta.
Finnelan: ¿Cómo estaban económicamente?
México: Pues... más o menos.
La maestra lo miraría raro.
Finnelan: ¿Y eso cómo es?
El mexicano respondió con un tono serio y un poco triste.
México: Lo importante es que teníamos dónde vivir y también el pan de cada día.
Holbrooke: Oh...
La directora sintió lastima por el mexicano y su familia, pues entendió lo que quiso decir.
Finnelan: Antes de llegar aquí, ¿usted estudiaba?
México: Nop, antes de venir aquí iba por las tortillas para comer.
Dijo para volver a su estado animado.
Finnelan: ¡Me refiero a que si asistía a la escuela!
México: aaah... Nel.
Finnelan: ...
México: ... O sea que no.
La directora y la maestra abrirían los ojos sorprendidas.
Finnelan: ¿¡Cómo que no!?
El mexicano miraría al suelo... Otra vez sonando un poco triste.
México: es que...
Al mexicano se le dificultó responder, pero al final lo hizo después de un suspiro melancólico.
México: Tuve que dejar mis estudios a una temprana edad para trabajar y así mantener a mi familia, igual como mi padre lo hacía.
Y con esa respuesta, fue más que suficiente para convencer a la directora para ayudar al mexicano al menos de retomar sus estudios..... pero las preguntas aún no habían terminado y seguían.
Finnelan: ¿Has consumido o tienes drogas con usted?
El mexicano alzaría su vista de nuevo. Esta vez un poco más alegre, pero muy curioso.
México: Es parte del examen o... me está pidiendo?
Finnelan: Es parte del examen...
México: aaah... entonces no.
Finnelan: 0_o?... Tiene tatuajes?
México: ... ¿Y eso qué tiene que ver con mis estudios?
Finnelan: ¡Solo responde!
México: ¡Ay jijo! N-No, no tengo, maistra!
Finnelan: ¿Maistra?... *Suspiro* Olvídelo.
La maestra estaba anotando las respuestas en una hoja.
Cerebro: ¿Ves, wey? Te dije que esto era bien fácil.
México: Simón, tienes razón.
La maestra y la directora dejaron de hacer lo suyo y mirarían raro otra vez al mexicano.
Finnelan: ¿Con quién habla?
México: ¿eh?
El mexicano se daría cuánta de eso, y logrando ponerse muy nervioso.
México: Este... C-con nadie, je, je, je...
Se reía torpemente mientras se rascaba la mejilla.
La maestra Finnelan miraría entre cerrando los ojos al mexicano.
Finnelan: Usted... escucha voces?
Cerebro: *jadeo dramático* ¡Dile que no!
México: N-no, maestra.
La profesora lo miró dudando... Luego trató de olvidar el tema.
Finnelan: Hmf, de acuerdo.
Cerebro: fiu...
Finnelan: ¿Ha ido a la cárcel?
México: hmm...
cerebro: ... bueno, yo ya terminé aquí.
Mente de T/N: (¡¡Traidor!!)
El mexicano se pondría nervioso y pensaba en qué contestar.
México: ehh... S-sí...?
La maestra Finnelan quedaría impactada ante esa respuesta.
Finnelan: ¡¿Estuvo en la cárcel!?
México: ¡Pero por equivocación!
Ahora la maestra Finnelan se tranquilizó un poco.
Finnelan: Entiendo, fue un malentendido, no?
México: Sí, en vez de llevarse al que me intentó asaltar... me llevaron a mí con la escusa de que el ladrón ya no respiraba por mi culpa.
Finnelan: ¿Con la escusa de que ya no respiraba por su culpa? ¿Qué le hizo?
México: ¿Que qué le hice? ¡Pero si yo fui la victima!... y yo solo me defendí como debería de ser.
Dijo el mexicano como si no fuera la gran cosa.
Un gran escalofrió recorrió el cuerpo de la maestra Finnelan al oír la naturalidad con la que el mexicano contó eso.
Finnelan: E-esta es la última pregunta que queda.
México: Échala, échala.
Finnelan: ¿Usted... a matado a alguien?
El mexicano abrió los ojos como plato ante esa pregunta.
Cerebro: ¿¡Qué clase de examen es este!?
México: pos... no sé.
La maestra lo miraría raro y un poco asustada.
Finnelan: ¡¿Cómo que no sabe?!
Cerebro: oh, oh...
México: pues... no es como si me haya regresado a preguntarle al tipo, "está usted bien, carnal?"
Dijo, el mexicano, haciendo que la profesora diera su conclusión final.
Finnelan: ¡Directora, no podemos dejar que este chico se quede en esta academia! ¡Sus resultados son peores de lo que esperaba!
La directora estaba pensando en que hacer con el joven mexicano.
Finnelan: Joven Tenochtitlán, no nos queda de otra que-
Pero la directora la interrumpió.
Holbrooke: que dejarlo quedarse a estudiar en esta prestigiosa academia para que aprenda a usar magia.
La profesora Finnelan miraría atónita hacia la directora por lo que dijo, pero el mexicano la miraba con una gran emoción notable.
México: ¡¿En serio!?
Preguntó muy feliz el mexicano.
Finnelan: ¡¿Directora, está usted hablando enserio!? ¡¿No has oído nada de lo que dijo el muchacho!? ¡Imagina ahora qué puede hacer con magia!
Mente de T/N: (...)
Cerebro: ... Tiene razón.
Holbrooke: ¡Ya te dije que hablo muy enserio! ¡Solo es cuestión de que me tomes enserio, Anne!
La profesora Finnelan pensaría por unos momentos para pensar en escusas.
Finnelan: ¡Ni siquiera tenemos una habitación para él! ¡¿Cómo supones que se quedé?!
La directora abrió los ojos sorprendida, pues no había pensado en eso.
Pero el mexicano vio su momento de brillar.
México: No. Hay. Pedo.
Dijo, el mexicano, llamando la atención de la directora y la profesora quienes lo miraron con curiosidad.
México: ¡Yo mismo me construiré un cuarto si es necesario!
Dijo, el mexicano, golpeándose el pecho con orgullo.
Holbrooke: ¿Usted sabe cómo?
El mexicano dejó escapar un suspiro burlón.
México: Ay, directora...
Dijo, el mexicano, mientras negaba con su cabeza mientras miraba al suelo.
México: Si supiera que antes de venir aquí, yo trabajaba como un ingeniero en construcción y diseñador de viviendas y edificios.
La directora lo miraría sorprendida.
Holbrooke: ¡Vaya, eso se escucha sorprendente!
Cerebro: Di que eres albañil y ya, wey.
Holbrooke: bien, supongo que ya hay un problema menos, no, profesora Finnelan?
Finnelan: ¡Uno de muchos!
Exclamó, Finnelan.
Finnelan: ¡Directora, no podemos dejar que se quede! No se sabe sus intenciones verdaderas!
México: ._. Mis, qué?
Holbrooke: ¡Y yo le dije que él no es como usted cree!
Finnelan: ¿¡Cómo puede estar segura si a penas hablaron ayer y hoy?!
Holbrooke: ¡Porque pude ver en sus ojos que no es alguien malo!
México: ¿Puedo dar mi opinión?
Finnelan/Holbrooke: ¡NO!
El mexicano, del susto, se puso en posición firme de militar.
La directora suspiro un poco cansada.
Holbrooke: Creo que ya puede retirarse, joven.
El mexicano simplemente no dijo nada. Tomó su ropa restaurada y salió de ahí no sin antes despedirse.
México: Nos vemos luego... creo.
Y así abandonó la oficina.
La directora y Finnelan estuvieron discutiendo mientras el mexicano estaba quieto afuera de la oficina escuchando un poco.
Cerebro: ¿Ahora dónde vamos?
T/N: pues... exploremos.
≈
{~unos minutos después~}
Cerebro: .......... ¡¿y qué esperas para caminar, animal?!
T/N: Ah, sí cierto.
El mexicano empezó a caminar sin rumbo alguno para ver si encontraba algo interesante.
Fin del Capítulo 7
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Bueno espero que les haya gustado este capítulo.
y tal vez se pregunten "y pa' cuando iniciará los hechos del anime?"
pues tenia pensado como idea original nomás poner al mexicano en los hechos del anime, pero seria muy aburrido sin una historia del mexicano o un contexto del como fue conociendo a las brujas.
ahorita me está gustando como llevo la historia, mucho mejor comparando a la que tenia pensado hacer.
pero bueno, si les gustó, me alegro por eso.
y si no, pues lo mismo xd.
si ven algún fallo o error gramatical (lo cual dudo mucho ya que soy muy cuidadoso con eso xd) avísenme.
otra cosa. Cuando inicié esta historia... ya tenia pensado el final y lo será definitivamente.
Y como dije alguna vez (no me acuerdo cuando, pero de que lo dije, lo dije xd), no sabia con quien poner al mexicano como pareja (ya que de ahuevo en todas las historias debe de haber un romance xd), y por eso las votaciones en la parte de "aclaraciones".
ahí pueden poner con quien se quedaría el mexicano o si él no se quede con nadie... aunque también hay otra opción... (harem xd).
pero bueno, eso se los dejo a ustedes, y conforme va avanzando las votaciones y la historia voy viendo con quien se quedará o si se quedará solo... hasta ahorita va ganando Akko xd.
aunque creo que debería de hacer (y lo haré) una sección de solo eso, "las votaciones"
pero bueno, mucho texto.
cuídense y los veo en el próximo capitulo, adiós!
(meme hecho por mí xd)
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