Capítulo 63: Los Detectives Hispanos.

Capítulo 63: Los Detectives Hispanos.

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Los tres jóvenes escucharon la propuesta de Esther. A ella se le veía muy entusiasmada, pues sus ojos brillaban y sus pies se movían sin control

Esther: ¡Piénsenlo! ¡Podemos tomar cartas en el asunto, hacerle preguntas a las demás y dar con el ladrón cuando armemos el rompecabezas! ¡¿Qué dicen?!

El mexicano y la peruana se miraron entre sí y asintieron. Después, se volvieron hacia Esther para responder.

El mexicano abrió la boca, tomando aire y levantando un dedo para hablar, pero Carmen se le adelantó.

Carmen: -_- Yo digo que estás loca.

T/N: B-Bueno, no opino lo mismo que Carmen, pero sí estoy de acuerdo en que sería mejor no involucrarnos en esto.

Los ojos de Esther perdieron su brillo, y su sonrisa corrió en peligro.

Esther: ¿Qué? ¿Por qué?

T/N: Uno: las maestras ya están ocupadas en eso; dos: no tenemos un punto de partida fijo; y tres: estamos cocinando.

Maria asintió.

Maria: Opino lo mismo... No creo que nosotros los cuatro podamos resolver algo de esa magnitud.

La española peliverde se encorvó, decepcionada.

Esther: Awww... Bueno, adiós a mi oportunidad de ser detective.

El mexicano movió la comida del sartén y miró hacia su nueva amiga.

T/N: No te preocupes, Esther, sólo dales un día. Estoy seguro que esto no tomará mucho tiempo.

Esther: ¿Tú crees eso?

T/N: Digo, Luna Nova no es como en México que te tienes que esperar un buen rato para que regrese la luz o que tienes que pagarle piso a un tipo para tener lo que en sí debería ser ya tuyo, ¿verdad?

Más tarde, la directora, junto con otras profesoras, salieron de Luna Nova para ir hacia un lugar para visitar a alguien. Cuando llegaron y entraron al recinto, todas se inclinaron para mostrar respeto.

Holbrooke: Buenos días, señor Fafnir. Perdónenos por no pagar nuestro contrato. Nos tomó por sorpresa al tomar la piedra filosofal desde antes.

La persona, o mejor dicho, la criatura a la que la directora visitó fue a un Dragón Blanco que, por alguna extraña razón, parece estar involucrado.

Fafnir: ¡¿Mm?! ¿De qué hablas? Yo no he tomado la piedra esa que les estoy rentando.

La cabeza de las maestras salieron disparadas hacia el gran dragón.

Holbrooke: ¿C-Cómo dice? ¿No fue usted el que la tomó?

El dragón se mostró molesto.

Fafnir: No. Y por lo que veo, han perdido un objeto de gran valor en el mundo. ¡¿Esa es la confianza que les tenía?!

La directora se puso sumamente nerviosa cuando el dragón gritó.

Fafnir: ¡Ahora deben pagar su valor como compensación!

Holbrooke: ¡U-Un momento, señor Fafnir! ¡No se preocupe, encontraremos la piedra f-filosofal! ¡E-Es que hemos pasado por muchas cosas y-!

Fafnir: ¡No quiero excusas! ¡Si no la recuperan, tendré que pasar factura!

Un día después...

Finnelan: We are lost...

Lukić: Holy Frog... 

La noticia no tranquilizó a las demás profesoras. Ahora sí que no saben qué hacer.

En estos momentos, se necesita de un milagro...

~

T/N: ¿Neta, no han podido resolver esto?

Y otra vez el grupo de hispanos de Luna Nova estaba preparando el desayuno. Las clases de ayer se suspendieron por los acontecimientos. Se creía que la magia volvería en unas horas, pero ahora un día ha pasado.

Esther: ¡¿Saben qué significa eso?!

Carmen: ¿Que las profesoras no sirven de nada?

Maria: ¿Que nos quedaremos sin magia?

T/N: ¿Que debí irme con mi primo?

Las luces ficticias se apagaron y una luz iluminó a Esther desde el techo. Ella bajó la cabeza.

Esther: Significa... ¡que podemos ser los detectives, los héroes de Luna Nova!

Un confeti salió detrás de la chica junto al sonido de un espantasuegras en el momento que ella posó y señaló al techo. Los otros tres se miraron entre sí, indecisos ante la idea.

Carmen: Sí... -_- No.

Maria: No creo que podamos lograrlo...

T/N: Yo ni inglés sé.

Esther: ¡Entonces yo seré la líder y ustedes serán mis ayudantes!

Carmen: Yo no he aceptado nada.

Esther señaló a cada uno mientras les daba su rol en esta obra.

Esther: ¡México, tú serás el policía malo! ¡La chica que no quiera cooperar, tendrás que usar la fuerza con ella!

T/N: 0_0 ¿Qué?

Esther: ¡Carmen, tú serás el policía bueno! ¡Neutralizarás a México cuando sea necesario!

Carmen: ¡Que yo no he aceptado nada!

Esther: ¡Y Maria, tú podrás ayudarnos en...!

Esther se quedó pensando, alargando su palabra.

Esther: ¡Tú serás...!

Esther volvió a pensar en algo, chasqueando los dedos para pensar mejor.

Esther: ¡Tú serás el alivio cómico!

Maria: Q_Q ...

Esther: ¿Listos? ¡Manos a la obra!

T/N: ¡Pero tenemos que terminar de cocinar!

Carmen: ¡Y yo no he aceptado nada!

Así fue cómo mi carrera como detective inició...

Mi escuela me necesita, nos necesita. La piedra filosofal fue robada, y al parecer, las profesoras no han podido solucionar el problema...

¿Dónde podríamos comenzar nuestra búsqueda? Pues es más que claro que en la torre Luna Nueva, lugar de la escena del crimen...

Llegamos a ese lugar tan rápido como pudimos, cooperando como el gran equipo que somos...

—Q_Q ¡No sean huevonas, caminen ustedes! ¡¿Por qué las tengo que cargar?! ¡Si no soy mula! —decía mi elemento masculino de piel bronceada. Cómo adoro a mi equipo tan humanista...

Comencé a inspeccionar el lugar. Les di la orden a mis compañeros de que revisen cada lugar, no dejando pasar ningún detalle, sea incluso minimalista...

—No hay nada por aquí, pe —informó mi policía bueno. Puedo sentir su decepción en su voz...

El lugar se veía sombrío. La piedra mágica brilla por su ausencia...

—No encontré nada raro, como lo supuse desde un principio... —dijo mi alivio cómico. Jah... ¿Qué sería de mí sin sus chistes?

La vista hacia la academia bella y antigua, mientras que el viento acaricia mi rostro y peina mi cabello, es reconfortante... Me hace olvidar que estamos en una crisis mágica.

—¡Ajá! ¡Tal como lo sospechaba! —pero la suerte, a una velocidad de tortuga, nos alcanzó, y fue mi policía malo el que la encontró.

Esther: ¡¿Qué es?! ¡¿Alguna pista?!

—Así es. Encontré algo fuera de lo común...

De primeras sabía que podía contar con mi equipo tan sofisticado. Los mejores elementos no los encuentras en la escuela o en sitios importantes, no... Los mejores elementos los puedes hallar en lugares fuera de lugar, como en la cocina...

—La rocota verde no está —informó mi policía malo, señalando hacia arriba.

—¡No, ¿es en serio, conchetumare?!

—No hemos avanzado nada...

La gran capacidad deductiva de mi compañero es verdaderamente impresionante. Una roca de esa magnitud no podría ser cargada por un humano normal sin ser visto. Se necesitaría de dos cosas: magia o mucha fuerza y agilidad. Pero siento que podría haber un tercer factor en la ecuación.

Con esa información sobre la mesa, decidimos interrogar a las chicas si es que han visto algo raro últimamente.

Aquí es donde entran mis dos elementos, los dos policías capacitados cada uno para su especialidad. Arriesgando nuestro trabajo, no pedimos permiso a las maestras; eso nos quitaría mucho tiempo del que no disponemos. No dejaremos que ese pequeño detalle impida nuestra acción para la justicia.

Mi policía malo, inteligentemente, nos hizo dar muchas vueltas en falso por los pasillos de la academia para despistar a cualquier sospechoso que quisiera seguirnos. Todo un gran estratega. Ahora pudimos aplicar ese curso de evasión que vimos en la clase de la profesora Agatha. O mejor dicho, que tomó nuestro alivio cómico y mi policía malo.

Por fin habían pasado dos horas de vueltas en falso y pudimos localizar nuestra sala de interrogatorio. Ahora, nuestra misión era comenzar el interrogatorio hacia las chicas. La primera en la lista es la más caótica.

—Oye, Amanda... ¿has notado algo raro como para que la piedra haya sido robada? —Me gusta la iniciativa de mi policía malo: fingir amabilidad para después rematar con su vil hostilidad en dado caso de no recibir respuesta alguna.

—What? Don't understand you, man —Esa chica, sin duda, es muy inteligente. Nos tomó por sorpresa. Intentó fingir demencia ante mi policía malo. Me da una gran lástima, pues le tocará ser testigo de su brutal fuerza y su manera de sacar la verdad.

—Carmen, Maria, ayúdenme. Sepa la bola qué dijo esta Gringa.

—Your ass.

Nuestro alivio cómico hizo caso a mi policía malo. De seguro quiere sacar un poco de su humor sano y entretenido.

—Um... Amanda, right? We just want to know if you haven't seen anything strange that could have been the reason for the Sorcerer's Stone's disappearance.

Pude ver de primera fila cómo la rebelde de la academia se sumergía en sus pensamientos. Debe haberse visto muy intimidada ante la traducción de las palabras de mi policía malo. Grande, alivio cómico, me dejaste satisfecha con tu cooperación.

—Well... No, I don't really know anything about it —Pero nuestra suerte flaqueó un poco. La rebelde de la academia no nos dio una respuesta que ayude demasiado.

Eso, o tal vez no nos quiere contar la verdad absoluta. Que alguien como ella no esté involucrada en un problema es raro.

—Are you sure? It's rare for an Gringo not to be involved in other people's problems. Admit it, you scum!

—What did you say, you third-world whore?!

Gracias a las hermosas y amables palabras de mi policía bueno, Amanda soltó la sopa, revelando muchas cosas de alto impacto. Creo que este es el verdadero amor que se dan las personas del continente americano. Un espectáculo envidiable.

—Damn descendant of genocidaires! Just confess that you did it!

—Like hell! You better go back to your miserable country!

Ambas chicas iniciaron un juego de palmas rudo. Me imagino que así se juega en América. Ese continente sí que es otro nuevo mundo.

Una lástima para ellas, pues mi policía malo intervino para acabar con su inofensivo juego. De todos modos, él tiene razón: hay cosas muy importantes en juego.

—¡Ya sepárense!

PAZ

—¡Dejen de pelear!

PAZ

—¡Amanda, Carmen!

PAZ

—¡Ya, cabronas, por favor!

—Q_Q Sabía que esto nunca funcionaría...

Mi policía malo tuvo que sacar a las fuerzas a la rebelde de nuestro interrogatorio. Puede que nos hayamos equivocado y que ella jamás estuvo involucrada. Más tarde enviaré a mi policía bueno a ofrecerle disculpas. Por ahora, debemos seguir con la misión.

Pasaron las horas y la mayoría de chicas no nos ha dado buenas respuestas. Todas parecen no haber visto nada raro últimamente.

—Do you remember seeing anything lately? —Maria seguía ayudando a mi policía malo a traducir sus amenazas. Hasta a mí me da miedo de tan sólo oír su voz.

—Now that you mention it... Yeah, I did see something weird a few days ago —Nuestra suerte nos volvió a sonreír, y todo gracias a la actitud tan hostil de mi policía malo y la amabilidad de mi policía bueno.

—What, did you also notice that the sorcerer's stone is not in its place like the mexichango noticed?

—0_0 ¿Mande?

—Uhm... No. The day before yesterday, I was in the courtyard outside. Then, I noticed a large figure coming and going quickly. I wanted to see what it was, but I couldn't see it. But I'd say it was... a dragon.

Esther: ¡Eso es!

La estupenda cooperación de mis elementos nos ha impulsado en donde nos encontramos ahora.

Después de esa declaración que nos dio la compañera Abigail, nos dirigimos de manera rápida hacia el patio de afuera para buscar alguna pista que nos lleve al siguiente nivel de este juego de rompecabezas.

Mi policía malo, a pesar de llamarlo así, tiene un gran corazón, pues se ofreció a llevarnos hasta el lugar en donde fue avistada la enorme criatura.

—¡En serio, no entiendo todavía por qué debo cargarlas! ¡Para eso Dios les dio piernas! —Es realmente un caballero.

Llegamos al lugar lleno de césped y nos pusimos a inspeccionar el perímetro. No dejaremos ni un césped sin revisar, ni piedras sin voltear.

—¡Chicos, miren esto! —Quién diría que nuestro alivio cómico nos facilitaría el trabajo.

Esther: ¡¿Qué has encontrado?!

—No te pases de...

—¡¿Eso es...?!

Nuestro alivio cómico nos dio una sorpresa doble, pues no sólo encontró una pista, sino una gran pista. Una gran huella estaba tatuada en el césped al ser pisado. Podía acostarme ahí y ni podría tapar la marca.

Esther: ¡Tiene mucho sentido ahora!

Tenía que mostrarles toda mi inteligencia. Me da pena admitirles a mis compañeros, pero me fascinan las novelas de misterio. Gracias a ello, mi sexto sentido se ha desarrollado bastante y me ayuda mucho en casos de la categoría.

—Sí, yo creo saber qué pasa aquí —Mi policía malo se me adelantó, pero ¿quién soy yo para detenerlo? El crédito del misterio se lo merece—. Mi gran capacidad de conclusiones me llevó a la deducción de que esta huella es de un dragón.

Su deducción fue muy buena y precisa, reforzando lo que yo quería decir en un principio, pero primero dejé a mi policía bueno arrojarle sus flores y felicitaciones.

—¡Imbécil, tarugo, baboso, idiota! ¡Fue lo que nos dijo la chica que nos hizo venir aquí!

Estos dos podrían sacar una serie de televisión, resolviendo casos como policías. Son todo unos personajes.

Esther: ¡Buena, México! ¡¿Pero sabes qué más?! ¡Una piedra como la piedra filosofal, con ese tamaño, sólo podría ser cargada por alguien fuerte y habilidoso, con magia o sólamente una criatura de gran tamaño y fuerza! ¡Esa criatura fue un dragón!

¿Cómo no lo pensé en un inicio? Un dragón se pudo haber llevado esa piedra de manera rápida y efectiva y sin dejar rastro. Su habilidad de volar le facilitó el trabajo mientras que tomaba la piedra con sus patas traseras.

—¿Y dónde podría habérsela llevado? —Jah... nuestro alivio cómico como siempre haciéndonos sonreír con sus palabras. Es obvio que el dragón lo pudo haber confundido con un huevo. Lo que nos falta es ir hacia su nido y robar lo que se nos fue robado en un principio para hacerle honor a lo que se le conoce como 'Justicia'.

—¿No sabes hacer brebajes? No requieren magia, así que puedes elaborar uno para seguir el rastro de magia que dejó la piedra —Mi policía bueno nos sacó adelante de nuestro agujero en donde fuimos a caer. De haber sabido esa información desde el principio de nuestro alivio cómico, ya tendríamos la piedra en nuestro poder.

Rápidos y furiosos, nos dirigimos al laboratorio en donde nos pusimos manos a la obra para crear tal poción que nos guiaría hacia nuestro destino.

Reuniendo los ingredientes, nuestro alivio cómico terminó con su trabajo de una manera espectacular.

—Listo, sólo debemos liberarlo en donde estuvo la piedra antes y el vapor irá mostrando la trayectoria que tomó al ser robada.

—¡Es todo, mi Maria! ¿Ves que no siempre debemos perder la fe?

—Hmf, concuerdo con el mexichango.

—Q_Q ¿Cómo?

Nos dirigimos nuevamente a la cima de la torre Luna Nueva para poner a prueba el brebaje que nuestro alivio cómico creó. Ella dejó caer la poción justo debajo de donde estaría la piedra filosofal. El vapor fue subiendo y después rodeó un campo invisible, con la forma de la piedra robada.

—Orales...

—Espero que funcione...

—Funcionará —La bondad de mi policía malo reluciendo de manera inesperada, dándole palabras de apoyo a nuestro alivio cómico, es impactante. Dicen que la fe mueve montañas, y nuestra fe nos moverá hasta la piedra filosofal.

—¡Está reaccionando! —Mi policía bueno tenía razón. El vapor de la poción comenzó a mostrar un rastro que llevó hacia el bosque y más allá. Esto nos llevará hacia el dragón ladrón.

Esther: ¡Vamos! ¡Cuanto más rápido, mejor para todas!

Como el gran equipo que somos, fuimos tras el rastro.

Y como siempre, mi policía malo nos llevó a voluntad sobre su espalda.

—Q_Q ¡Se pasan!... ¡Y pesan!

Mientras tanto...

Diana, con ayuda de algunas profesoras, intentó mantener el orden. Muchas chicas querían bañarse, pero nadie quería arriesgarse a meterse en el agua fría.

Otra cosa que era importante es que ya casi se acercaba la hora del almuerzo. Lo único malo es que nadie sabe dónde se metieron los cocineros.

Tanto trabajo y tanto mantener el orden hizo que el orden se fuera de la mente de Diana. Ella salió un poco y fue hacia el jardín botánico de la academia para despejar su mente. Estar en ese lugar le revivía sentimientos. Por un lado, estaba el arbol conmemorativo de la Bruja Ancestral Jennifer; por otro lado, fue cuando dañó accidentalmente a su amigo el primer día.

Diana suspiró. De todos modos, sí halló un poco de paz después de las tareas ajetreadas.

Diana: Mm?

De pronto, Diana se fijó en un arbusto. Una cosa sobresalía de ahí.

Curiosa, Diana fue a investigar.

Diana: This is...

Diana, con sumo cuidado, tomó aquel gran objeto que era más grande que su cabeza.

Diana:... an egg?

Así es, es un huevo.

Diana se preguntaba: ¿Por qué hay un huevo aquí?

Mirando los patrones del huevo, sumado al tamaño, Diana se asustó un poco.

Diana: What is a dragon egg doing here?!

~

Finnelan: A dragon egg?

Holbrooke: How did this get here?

Diana acudió de manera rápida con la directora, llevándose el huevo con cuidado. Cuando se los presentó, la directora y la profesora Finnelan se sorprendieron del objeto que tarde o temprano eclosionaría.

Diana asintió.

Diana: Yes, I found it abandoned in the botanical garden. I don't see any way a dragon could have left it there, so it's possible someone stole it and hid it previously.

El camino parecía eterno. Podía sentir mis pies hinchados por mi policía malo que no ha dejado de caminar con nosotras encima de él.

—Q_Q ¡Maria, dime que ya casi llegamos!... —Mi policía malo siempre hablándole de manera hostil a los demás y sin piedad, no importa si somos sus compañeras. Me gusta que haya aceptado su papel.

—Sólo un poco más... —Nuestro alivio cómico siempre está diciendo cosas para relajar el ambiente de nuestro labor agotador...

Pero el pequeño descanso llegó cuando nos enteramos que llegamos al final del rastro mágico.

—¡México, ya llegamos!

—¡Por fin!

De una manera sutil, mi policía malo nos dejó en el suelo.

—¡Ay, más cuidado, animal! —A veces quisiera ser igual de agradecida que mi policía bueno. Si por mí fuera, ya le hubiera dado el Premio Nobel de la paz.

El final del camino nos llevó a una gran columna donde se podía ver el ala de la bestia apenas  saliendo de su nido, justo en la cúspide.

—Bien, ¿ahora cómo le hacemos?...

—A ver, déjenme pensar.

Mi policía malo puso manos a la obra, ideando un plan maestro sin fisuras.

—¿Maria, saber hacer pintura natural de color verde?

—Sí... Déjame intentarlo...

Tomando una gran roca que encontró, usó después la pintura que nuestro alivio cómico creó. Juntando ambos elementos, fabricó una réplica de un huevo de dragón. Si no fuera tan lista, diría que es uno de verdad.

—Bien, mi plan es este: subimos, intercambiamos piedras y patitas pa'qué las quiero. ¿Les parece?

— -_- ¿En serio esa es tu idea?

Esther: Parece peligroso.

—No me da buena espina...

—... El que no vaya, es francés.

Con esa maniobra tan convencional de mi policía malo, nos dispusimos a la tarea de subir aquella columna como equipo. Nuestro alivio cómico y mi policía bueno creaban y despejaban el camino y nos guiaban mientras que mi policía malo y su servidora llevábamos el señuelo.

Al cabo de unos minutos, llegamos a la cima. Afortunadamente, el malvado dragón estaba dormido, pero el nuevo problema es que tenía la piedra filosofal resguardada bajo su ala y cerca de su boca.

—Chicos, aquí está la piedra...

—Y el dragón se quedó dormido...

Esther: ¡Yo voy por la piedra!

—¡Shhh!

Discúlpenme por dejarme llevar por mis impulsos. Es que ¿cómo un detective no va a estar feliz cuando tiene el caso resuelto a pocos metros de distancia?

Tomando una apresurada decisión, mi policía bueno y yo fuimos a tomar la piedra filosofal mientras que mi policía malo cuidaba a nuestro alivio cómico y al señuelo.

Esther: ¡Cuida el señuelo!

—¡Jmm! —Muy ingenioso mi policía malo. Yo ya sabía que él era un chico muy fuerte, y me lo volvió a demostrar cuando cargó la gran, pesada y puntiaguda roca con su cara. Es todo un ídolo y mente maestra. Sólo a él se le ocurren ese tipo de ideas.

Y no hay que dejar a un lado nuestro alivio cómico que lo sujetó del pie cuando él intentó irse hacia atrás para demostrar su equilibrio. Me divierte su preocupación cuando todos sabemos que todo estará bien.

—¡C-Cuidado, México!... —gritaba nuestro alivio cómico, en voz baja. Toda una ternura.

Mi policía bueno movió con sumo cuidado el ala para dejarme la oportunidad de tomar la piedra filosofal. Una vez teniéndola en mi poder, nos acercamos a mis otros dos elementos. Mi policía malo aún estaba con la roca en su cara y con nuestro alivio cómico sujetándolo del pie. Les hice saber que ya teníamos la piedra filosofal.

Mi policía malo, como todo un caballero, le pasó el señuelo al dragón.

—¡Téngale!

PAM

La escena fue tan emotiva que casi me hizo llorar. Fue tierno el enorme beso que el dragón le dio al señuelo. Me da lástima que no sea su huevo real.

—0_0 ...

Esther: ಥ⁠‿⁠ಥ ...

—Q_Q ...

—0_0... -_- Idiota.

Pero debimos irnos en cuanto pudimos. Ese dragón, al vernos en sus tierras, se enfadó mucho con nosotros.

—¡¡Córranle, a la vergaaaa!!

Holbrooke: Are you saying that the stone was stolen by a dragon mistaking it for an egg?

Diana: Indeed.

Diana fue a informarle al personal sobre su descubrimiento. Les contó sobre su hipótesis sobre que el dragón, madre del huevo, vino para recogerlo, pero que lo confundió con la piedra filosofal debido a que esta expulsa un poder mágico muy llamativo.

Finnelan: Headmistress, the most likely option has been ruled out. It may take us a while to recover the Philosopher's Stone, but we have nothing to lose by trying what Miss Cavendish suggests.

La directora asintió.

Holbrooke: Miss Cavendish, Professor Finnelan, may I trust you with this mission?

Finnelan: Of course, Headmistress.

Diana se quedó pensando un poco, mirando el huevo que ella cargaba con mucho cuidado.

Diana: I can do this job, Headmistress, but it would be best if we took Meshico with us. If that dragon attacks us, he could calm the situation down.

La directora sonrió y asintió.

Holbrooke: I think that's fine. But don't bother him. I felt a little sorry for him when he didn't understand anything the others were saying.

Finnelan: Don't worry, Headmistress, he's with people he can be at ease with right now.

La directora sonrió más al oír eso.

Holbrooke: That's good to know.

Para portar el huevo de dragón con mayor seguridad, a Diana se le fue otorgada una mochila portahuevos de dragón en donde puso al huevo de dragón para portar el huevo de dragón en la mochila portahuevos de dragón con mayor seguridad.

Después, alumna y maestra fueron a buscar al joven mexicano.

~

Diana: He's not here?

Barbara: No, he's not here. The last time we saw him was when he asked us some questions along with the girls he's been with lately.

Hannah: He must be in the cafeteria. It's almost lunch time, so he must be getting everything ready.

Diana: Okay. Thanks.

Diana y la profesora fueron a la cafetería donde ya algunas alumnas estaban ahí. Se les veía hambrientas y deseosas de probar otra nueva comida.

Fueron a revisar la cocina, pero se dieron con la sorpresa de que tampoco estaba ahí.

Finnelan: Hmph, how curious...

Yéndose de ahí, fueron a buscarlo por otros lugares. Probablemente está en una de las habitaciones de unos de los dos equipos con los que ha estado conviviendo.

Aunque no hizo falta ir, pues encontraron a otra chica a la que le pudieran preguntar sobre su paradero.

Finnelan: Amanda!

La chica rebelde, un poco lejos, se detuvo, ciertamente molesta.

Amanda: Ah, jeez. Now what did I do?

Amanda se acercó a la profesora.

Amanda: Just to let you know: I haven't done anything wrong.

Finnelan: We're not here for that, miss O'Neill. We want to know if you have seen Mr. Tenochtitlán around here.

Amanda: Him? Did he do something wrong?

Cuestionó Amanda, extrañada. Diana negó con la cabeza.

Diana: No, he didn't. We just wanted to ask him to come with us. I found this egg in the botanical garden and I speculate that a dragon took the sorcerer's stone thinking it was its egg.

Amanda abrió los ojos como plato al ver el huevo que Diana cargaba. Ella tragó saliva, sudando un poco.

Amanda: And... do you think whoever stole the sorcerer's stone had anything to do with that egg?

Amanda señaló el huevo.

Diana: It's a theory.

Amanda se rascó la mejilla, desviando su mirada para evitar el contacto visual.

Amanda: Well... The last time I saw him was when he and some girls were playing detective. They said they were going to solve the case.

Finnelan: What are you talking about?

Amanda: I don't know! They left for the yard shortly after! And I had nothing to do with it!

Finnelan: Did they go to the yard?

Con esa información, ambas mujeres se marcharon, dejando a Amanda sola.

Ella suspiró y decidió irse, esconderse y no salir hasta que todo se resuelva.

Amanda's Mind: (Man, that was close... I'm not doing that idiot's challenge again...)

~

Finnelan/Diana: What in te World?!

Las dos mujeres, al salir al patio exterior, vieron un rastro de vapor iniciando de la torre Luna Nueva e irse hacia el bosque.

Diana: You don't think Mexico has anything to do with it, do you?

Finnelan: I'm not sure, but I do know that it has to do with the sorcerer's stone. Come on.

Las dos, decididas, siguieron ese rastro, entrando en el bosque.

T/N: Q_Q ¡¡Córranle que les alcanza el pejelagarto!!

Mientras tanto, el grupo ficticio de detectives corría sin parar mientras que un dragón enfurecido los venía persiguiendo.

Maria: ¡Mis piernas!... ¡No creo poder seguir corriendo!

Maria comenzó a reducir su velocidad, cansada. El mexicano se dio cuenta de ello.

T/N: ¡Ni madres!

Maria: ¡Ah!

El mexicano la cargó y la subió a su espalda.

T/N: ¡No dejaré que nadie se quede atrás! ¡Llegamos juntos, nos vamos juntos!

Un corto tramo más y Carmen ahora comenzó a reducir su velocidad.

Carmen: ¡Idiotas!... ¡Les dije que yo no quería participar en esto desde un principio!...

T/N: ¡Te muelas!

Carmen: ¡O-Oye!

El mexicano la levantó y la subió a su espalda.

T/N: ¡Tal vez tengamos nuestras diferencias, peruana, pero un latino siempre ayuda a otro!

Ellos siguieron corriendo.

Esther: ¡Yo también quiero ser parte de esta escena!

Esther, sin esperar, brincó hacia el mexicano, agarrándose de él como una zarigüeya.

T/N: ¡Agh, no puedo ver!

El mexicano, a pesar de ese problema, no dejó de correr.

Carmen volteó hacia atrás y vio que el dragón se lanzó hacia ustedes, escupiendo fuego.

Carmen: ¡¡I-Izquierda!!

El mexicano saltó hacia la izquierda, esquivando el fuego que pasó a su lado. El mexicano pudo sentir el calor abrasador a su derecha.

Después, el dragón se alzó y se lanzó hacia ustedes, en picado.

Carmen: ¡Guou, guou, guou! ¡¡Abajo!!

El mexicano se agachó, derrapando sobre la tierra y evadiendo al dragón que rozó un poco con ustedes. El mexicano tuvo el gran cuidado de que ninguna sea raspada con el suelo y el dragón.

Las tres chicas se emocionaron, alegrándose de ver el desempeño del mexicano en primera fila. Parecían niñas chiquitas en un circo.

Esther: ¡Síííí!

El dragón se alzó al cielo y, llegando desde el frente, abrió la boca para tragarlos. Una cosa extra era que se quedaban sin terreno, habiendo un gran precipicio donde la altura no la podría sobrevivir nadie.

Maria: Q_Q ¡Ay, no!

Carmen buscó con la mirada una opción, una salvación. Ella se desesperó al no ver una.

Carmen: ¡Eh, eh!... ¡¡¡S-Salta!!!

El mexicano, con el peso que llevaba, hizo caso y saltó justo en el último momento. El dragón ya podía saborear el sabor de los tres, en especial de las jóvenes brujas, pero el mexicano le pisó la nariz, corrió sobre su espalda y volvió a saltar, comenzando una caída libre.

Maria/Carmen/Esther: Q_Q ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!!

Mente de T/N: (¡¡¡¡Mis tímpanoooooooooooos!!!!)

De pronto, unas alas espectrales aparecieron detrás del mexicano, haciendo que comenzara a planear con estilo.

Carmen: ¡¿D-De dónde salió eso?!

Maria: ¡¿Eres un angel?!

Esther: ¡México, estás volando!

T/N: ¡No veo ni madres!

El mexicano volaba como sea, imaginándose lo que tenía en frente.

Carmen: ¡Derecha!

El mexicano hizo caso, evadiendo dos columnas gemelas que estaban en medio del camino. Poco a poco fueron alcanzando el suelo, haciendo que las tres brujas se sintieran felices.

Esther: ¡Yujuuu! ¡Qué suerte!

BAM

Pero entonces, así de repente, un rayo los alcanzó, achicharrándolos y provocando que cayeran al suelo, completamente grises.

T/N: Au...

GRRAAAAAAAARRGGHH

La extraña paz se acabó cuando el dragón volvió a ir hacia ellos para una revancha.

T/N: 0_0 ¡Mocos!

El mexicano volvió a agarrar la piedra filosofal, las tres brujas brincaron sobre él y él comenzó a correr de nuevo.

~

Por otro lado, Diana y la profesora Finnelan estaban siguiendo el rastro mágico.

Diana: Presiento que estamos cerca...

BUM

De repente, una explosión de fuego se asomó sobre los árboles, un poco lejos. La profesora y Diana se espantaron por lo repentino y ruidoso que fue.

Finnelan: ¿Qué fue eso?...

«¡Ey!... ¡Regresen de inmediato!...».

Entonces, un grito a la distancia se escuchó. Las dos mujeres pudieron casi entenderlo, pero sí supieron a quién le pertenecía ese timbre de voz medio rudo y altanero.

Diana: ¿México?...

«¡Regresen de inmediato!».

BUM

El grito desesperado se escuchó más cerca, acompañado de otra gran explosión.

«¡¡Oigan!!».

Fue entonces cuando las dos mujeres vieron al joven mexicano, con tres chicas sobre él, con la piedra filosofal entre un brazo y con el otro haciendo señas hacia ellas para que retrocedan.

T/N: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Que regresen a la puta academia!!!!!!!!!

Exclamó el mexicano, pasando en medio de las dos mujeres, sacudiéndoles el cabello por la ráfaga de viento que ocasionó al ir a tan alta velocidad.

Finnelan: ¡¿Joven Tenochtitlán?!

Diana: ¡¿Esa era la piedra filosofal?!

Diana entonces se dio la vuelta, viendo al enorme dragón yendo tras ellos.

Diana, reaccionando rápido, sacó el huevo del dragón y lo mostró ante el dragón. Este se fijó en su preciosura y frenó su vuelo, aterrizando en el suelo y estando a escasos centímetros de Diana. Diana entrecerró los ojos y giró levemente la cabeza cuando el polvo pasó sobre ella.

Cuando terminó, Diana miró al dragón hacia los ojos, con la barbilla en alto. Ella se aclaró la garganta.

Diana: Buenos días, señora dragona. Lamentamos la confusión y ofrecemos nuestras disculpas. Este es el huevo que has perdido, ¿no es así?

Diana acercó el huevo hacia el dragón.

La dragona, con ternura y delicadeza, guardó el huevo en su boca. Antes de irse, le agradeció a la bruja prodigio con un gesto corporal y, entonces, se fue volando de regreso.

La profesora Finnelan sonrió con orgullo.

Finnelan: Bien hecho, señorita Cavendish. Ambos recuperamos lo que nos pertenece.

Diana: Así parece, profesora. Pero la duda que tengo ahora es...

Las dos voltearon hacia atrás, viendo el rastro de polvo que levantó el mexicano. Sus huellas se quedaron marcadas en el suelo y desprendían un vapor extraño. Incluso las hojas de los árboles salieron volando ante tal velocidad.

Diana:... ¿qué métodos utilizaron ellos?

~

Katya: ¡Recuperaron la piedra filosofal!

Irene: ¡Son unos héroes!

Las brujas, tan pronto como notaron que la magia regresó, salieron a ver qué sucedía. Se toparon con la sorpresa de cuatro jóvenes hispanos regresando con la piedra filosofal, un tanto chamuscados y alterados. La llevaron a su lugar donde pertenece. Todos sin dejar de correr aún con el presentimiento de tener algo tras ellos.

La ovación no se hizo esperar. Maestras y alumnas felicitaron a estos valerosos héroes, y las criaturas mágicas también festejaron al despertar de su letargo. Pronto, la academia recuperó su brillo mágico y felicidad.

Ahora, el equipo hispano estaba en el patio, bajando de la torre después de colocar la piedra en su lugar. Grande fue su sorpresa cuando todas los recibieron con aplausos y ovaciones a todo dar.

Los cuatro, inconscientes, sonrieron ante las palabras de todos. Muchas alumnas sacaron sus varitas y lanzaron fuegos artificiales mágicos junto a unos muy llamativos confetis.

También llegó después Diana y la profesora Finnelan. Informaron que el dragón, como lo dedujeron los detectives en primer lugar, se llevó la piedra al pensar que era su huevo que, de alguna manera, terminó en el jardín botánico.

El caso fue cerrado con éxito.

Akko llegó hacia su amiga, contenta.

Akko: ¡México, lo lograron! ¡Encontraron la piedra filosofal!

El mexicano abrió los ojos como plato al oír a su amiga.

T/N: 0_0 A...Akko... puedo... entenderte...

Akko abrió los ojos, con sorpresa.

Akko: ¡¿En serio?!

El mexicano sonrió ampliamente.

T/N: ¡¡Síííí!! ¡¡Por fin puedo entenderte!!

El mexicano se giró hacia su grupo hispano.

T/N: ¡¡Oigan, ya puedo entender a todas!!

El grupo hispano sonrió de manera gentil, levantando los pulgares. El mexicano, sin saber por qué, sintió un poco de dolor en su pecho, acompañado de un escalofrío.

T/N: Oh... ya puedo entender a todas.

El grupo del idioma de Cervantes se quedó callado por unos breves momentos.

Maria: Supongo... que esto es todo, ¿no?

Carmen: Hmf, debo admitir que... me divertí con ustedes. De todos modos, tenía ganas de convivir contigo, mexicano.

Esther: ¡Sí! Llevar a cabo un caso misterioso siempre fue mi sueño... ¡Y lo logré gracias a ustedes! ¡Somos considerados como héroes!

T/N: ¡Oh, vamos, esto no es el fin!

Las chicas miraron a su amigo, confundidas.

T/N: Digo, seguimos siendo estudiantes de Luna Nova, no es como si nos dejáramos de ver; nos toparemos en los pasillos, nos saludemos y tal vez tengamos una salida amistosa los fines de semana de vez en cuando. ¿No les parece bien?

Las chicas se miraron entre sí. Después, sonrieron.

Maria: ¡Sí, me parece bien!

Carmen: No creo que sea una mala idea.

Esther: ¡Y si se da otro caso sin resolver, podremos ayudar, porque...!

Esther alzó la mano hacia sus nuevos amigos.

Esther: ¿Qué somos?...

El mexicano, la peruana y la española compartieron miradas, sonrieron y levantaron sus manos como su amiga.

T/N/Maria/Carmen y Esther: ¡¡Los Detectives Hispanos!!

Exclamaron los cuatro, saltando y chocando las manos como un gran equipo y dando un bello desenlace entre la hermandad hispana que corre en Luna Nova.

Al cabo de unos segundos, cada uno se despidió para irse a asear porque, en serio, venían muy sucios después del trabajo, y a las chicas ya les hacía falta ante la ausencia del agua caliente.

El mexicano se fue con Akko; Maria y Carmen, al ser del mismo equipo, se fueron juntas; Esther se quedó un momento para ver la luz de la piedra filosofal y después para ver a sus compañeros marcharse.

Ella sonrió.

La vida de un detective no es fácil. A veces, uno comienza sin un punto de partida y es el mismo destino y la justicia los que te entregan las pistas de la manera que uno jamás pensaría. Tal vez la suerte también tenga algo que ver.

Pero también aprendí que no sólo es el destino, sino los compañeros que uno tiene. La compañía es importante para progresar en los momentos difíciles, y eso lo comprobé con las capacidades que mostró mi policía malo, mi policía bueno y nuestro alivio cómico.

Aunque no resolvimos el misterio del huevo en el jardín botánico, resolvimos lo más primordial: el robo de la piedra filosofal.

A pesar de que mi equipo se separe por ahora en estos tiempos de paz, estoy segura de que nos volveremos a reunir cuando otra crisis azote a la academia. Nosotros seremos los primeros en acudir.

Tal vez seamos de distintas nacionalidades, pero es nuestra sangre hispana la que nos vuelve hermanos.

Akko acompañaba al mexicano hacia su habitación. Ambos estaban riendo de lo que había pasado últimamente.

Akko: ¡Y cuando- Y cuando te decían algo, tú simplemente contestabas cosas que no tenían nada que ver!

Reía Akko, recordando lo confundido que estaba su amigo. El mexicano soltó una risa y negó con la cabeza.

T/N: Me lleva la cachetada... ¿Es por eso que a veces no entendían cosas que yo decía, porque algunas palabras no tienen una traducción para cualquier idioma?

Akko: ¡Oye, es verdad! ¡Desde el primer día, había veces que decías cosas que no comprendía ni yo ni Lotte ni Sucy!

T/N: Hmf, con razón no se reían de mis chistes... Una cosa es contarle a alguien que sepa español a que contarle a alguien que lo escucha como una traducción en un idioma que se pierde el chiste...

Akko: P-Perdón... Me sentía incómoda cuando eras el único que se reía de tus propios chistes. No teníamos de otra que fingir reír la mayoría de los casos para que no te sintieras mal.

El mexicano sintió una terrible sensación y se encorvó, muy apenado.

T/N: ;_; Se pasan de lanza... ¿Cómo iba a saber que la magia servía como traductor? Si me hubieran dicho eso desde un principio, la hubiera pensado dos veces para estar aquí o no.

Akko tuvo una contracción en su ojo al oír el comentario de su amigo. Ella mantuvo su sonrisa.

Akko: O... podrías simplemente estudiar inglés.

T/N: Q_Q No, eso sí que no...

Finnelan: Sí, eso sí que sí.

Habló la profesora Finnelan, llegando justo con ellos.

Finnelan: Lo siento, joven Tenochtitlán, pero son reglas de la academia. Ahora con todo lo que tienes, tendrás que sumar una clase extra de inglés conmigo y con la señorita Cavendish todos los viernes.

T/N: Q_Q Aww... ¿No puede ser de español chileno? Dicen que es complicado, también.

La profesora Finnelan se llevó las manos a la cintura, frunciendo el ceño.

T/N: ¡Bueno, pues! Tomaré clases de inglés contigo y con Diana...

Gruñó el mexicano.

Finnelan: Que quede claro que usted aceptó por voluntad.

Y sin más, la profesora se fue, dando su mensaje que quería dar.

El mexicano suspiró.

T/N: Me lleva el chanfle... ¿Cómo la ves, Akko?

Akko simplemente se sonrió y rio.

Los dos continuaron su camino.

T/N: Por cierto, Akko, ¿qué cosas me decías el otro día? Hablabas bien raro que no te entendía ni maíz, paloma.

Akko bajó un poco la cabeza al recordar ese pequeñísimo detalle. Ya decía ella que se olvidaba de algo.

Akko: Oh, bueno... S-Sólo quería pedirte perdón.

T/N: ._. ¿De qué? ¿Qué pasó?

Akko: ¡El otro día!... Cuando hice que me acompañaras a conseguir un regalo para Sucy.

El mexicano asintió, comprendiendo.

T/N: 0_0 Oooh... Era eso.

Akko: S-Sí... No quería que me odiaras después, así que quería ofrecerte mis disculpas y saber si podemos seguir siendo amigos.

El mexicano miró a su amiga por unos segundos antes de inhalar y mirar hacia el frente.

T/N: Pues... sí, me molesté contigo ese ratito...

Akko desvió su mirada, un poco triste.

T/N:... pero nada más ese ratito, Akko.

Akko: ¿Eh?

Akko te volvió a ver, confundida.

T/N: «El que sale enojado, pierde», me dijo un señor cuando yo era más joven. Todos nos podemos enojar, es normal, pero no es normal estar enojados toda la vida. Hay que saber perdonar, hay que saber amar, hay que saber disfrutar en paz o llevar la fiesta tranquila, como me decía ese hombre.

El mexicano miró hacia Akko y puso su mano sobre su hombro. Él sonrió.

T/N: Me enojaré contigo en ese rato, pero estarás perdonada más al rato sin que me lo pidas. Si no, ¿crees que me importaría hablarte ahora mismo si estuviera enojado?

Akko sintió una gran calidez en su interior. Sintiendo mariposas en el estómago, un pequeño rubor apareció en sus mejillas. Después, dio una enorme sonrisa llena de alegría. Ella celebró.

Akko: ¡Yay, seguimos siendo amigos!

T/N: De aquí hasta la muerte.

El mexicano quitó su mano del hombro de Akko, y sus ojos se pelaron al ver el hombro de su amiga.

T/N: 0_0 Uy... perdón.

Akko volteó hacia su hombro, viendo la marca de la mano del mexicano debido al hollín del que está cubierto.

Akko: ...

Akko miro la marca y después al mexicano. Volvió a ver la marca y otra vez al mexicano. Ella sonrió.

Akko: ¡No hay problema! ¡Sólo es un uniforme!

T/N: ._. ...

El mexicano tocó, con ambas manos, los párpados inferiores de Akko, manchándolos con el hollín.

T/N: Je, je... Eres un mapache.

Akko: ...

~

T/N: Q_Q ¡¡Perdón, perdón!!

Akko: ¡No huyas, desgraciado!

Ahora, el mexicano huía de otro monstruo. Una pequeña, tierna y adorable monstruita, mejor dicho.

Y así, un día más pasó en la academia donde todos estaban en paz, donde la amistad reina una vez más y donde el mexicano vivió otra aventura loca que reforzó lazos con las chicas de la academia.

¿Cuál será la próxima aventura que vivirá este joven mexicano de piel bronceada?

Hace días...

El mexicano estaba con el Equipo Verde, sentados en círculos en el patio exterior con una botella en medio de ellos, girando.

Todos se veían nerviosos viendo la botella girar. Lentamente, esta se fue deteniendo.

Amanda: ¡Nooo!

T/N: ¡Sí! Amanda, ¿verdad o reto?

Amanda: Grrr... Reto.

T/N: Veamos...

El mexicano se quedó pensando.

T/N: Te reto... a que le agarres un huevo a un dragón.

Amanda: ¿Hablas en serio, amigo?

T/N: ¿Te vas a rajar?

Amanda:... Ahorita vuelvo.

Amanda se levantó y estiró la mano hacia Constanze; ella le lanzó su escoba. Amanda se montó en ella y salió volando. Ustedes la vieron irse.

Jasminka: ¿Crees que realmente lo haga?

T/N: Nah, de seguro regresará en un rato diciendo que le tocó los huevos a un dragón.

Jasminka: ¿No habías dicho 'agarrar'?

T/N: Por eso, ¿no? Es lo mismo...

Jasminka y Constanze se miraron entre sí, confundidas.

Unos minutos más tarde...

Amanda: Listo.

Amanda había regresado, con un huevo grande en sus manos.

T/N: 0_0 Mames, Amanda, ¿ladrónde lo sacaste?

Amanda: Es el reto que me diste. Yo jamás me echo para atrás.

T/N: ¡Sí, pero dije que le agarres un huevo a un dragón, no que le agarres un...! Demonios.

Amanda: ¿Ahora qué?

T/N: No sé. Escóndelo o algo, pero que no te vean con él.

Amanda: No.

Amanda agarró la botella y la giró. Al cabo de unas vueltas, el cuello te apuntó.

T/N: ¡Demonios!

Amanda: ¿Verdad o reto?

T/N: 0_0 Ehm... ¿Reto?

Amanda le lanzó el huevo y el mexicano lo atrapó.

Amanda: Escóndelo y que no te vean.

A regañadientes, el mexicano se puso de pie y se alejó.

T/N: ¡Pero conste que tú lo robaste!

~

T/N: Ahí 'tás bien.

El mexicano puso el huevo en unos arbustos de manera que esté a salvo y cálido.

T/N: Siento que algo malo saldrá de esto... Oh, bueno, no creo que sea tan grave.

El mexicano comenzó a irse, dejando ese huevo enorme en el jardín botánico.

T/N: Creo que Akko me dijo que mañana le llegará su mesada... Se veía emocionada... A ver si mis padres me mandan algo.

Fin del capítulo 63.

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Bueno, eso sería todo.

No sé ustedes, pero me gustó cómo quedó este capítulo xd.

Uno más para la lista de mis favoritos.

En fin, espero que les haya gustado.

Si es así, qué bien.

Y si no, también xd.

Me despido.

Adiós y los dioses los están cuidando a ustedes y a sus seres queridos.

¡¡Nos vemos!!

¡¡¡¡TIMOITASE!!!!

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