Capítulo 60: La más fuerte de la academia.
Capítulo 60: La más fuerte de la academia.
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Más tarde...
La hora de las actividades extracurriculares llegó por ahí de las cuatro de la tarde.
En esa hora, muchas alumnas aprovechan para realizar actividades extras después de clases o, simplemente, hacer tareas por voluntad propia.
Había todo tipo de clubes para unirse, pero el más famoso era el club de guerra, siendo nombrado por la profesora Agatha.
Hablando de ella, ella les estaba dando la bienvenida, caminando de un lado para el otro, con los brazos detrás de su espalda y con la barbilla en alto.
Agatha: ¡¡Bien, señoritas, sean bienvenidas a la primera clase de esta nueva actividad en donde obtendrán fuerza y habilidad para la hora del combate!! ¡¡Siéntanse orgullosas de ser la primera generación de esta clase!! ¡¡Denlo todo de sí mismas, pues aquí no la tendrán fácil!! ¡¡No seré piadosa, cariñosa y ni mucho menos amorosa con ustedes!! ¡¡Y quiero que se refieran a mí antes y después de hablar!! ¡¿Quedó claro?!
Todas: ¡Profesora, sí, profesora!
Exclamaron todas, en una fila recta horizontal en donde tenían a la profesora en frente suyo, dando las instrucciones.
Agatha: ¡¡Refiéranse a mí como: 'Coronela'!! ¡¿Quedó claro?!
Todas: ¡Coronela, sí, coronela!
Muchas querían volverse fuertes, pero algunas decidieron hacerlo a su modo o, ya que está el mexicano, depender de él.
Por otro lado, muchas se inscribieron en esta clase, siendo las que están en la siguiente lista:
1- Diana Cavendish.
2- Sarah Bernhardt.
3- Amanda O'Neill.
4- Chloé.
5- Atsuko Kagari.
6- Hilda.
7- Irene.
8- Abigail.
9- Verochka.
10- Avery.
11- Jeanne.
12- Linlin.
13- Marianne.
14- Lotte Yanson.
15- Constanze Amalie von Braunschbank-Albrechtsberger.
16- Jasminka Antonenko.
17- Elfriede.
18- Maria.
19- Sucy Manbavaran.
La profesora veía esta lista en su portapapeles, revisando si todas estaban presentes. Fue cuando llegó al final de la fila en donde vio a un chico de piel mestiza con ropa diferente al uniforme de la escuela.
Agatha: ¿Hm?
T/N: ._. ...
Era el mexicano quien estaba más firme que un poste de luz.
Agatha: Lo siento, pero ¿me puedes decir tu nombre?
T/N: Simón. Me llamo-
PAZ
De repente, la profesora le soltó una cachetada al mexicano, sacándolo de onda y dejándolo sumamente confundido. Las compañeras abrieron los ojos al ver la acción.
Agatha: ¡¡No me hables así!! ¡¡Refiérete a mí antes y después de hablar!!
T/N: Q_Q ¡¡Muy bien!!
PAZ
T/N: Q_Q ¡¡Auch!!
PAZ
T/N: Q_Q ¡¡Ya entendí!!
PAZ
T/N: Q_Q ¡¡Señora, sí, señora!!
PAZ
T/N: Q_Q ¡¡Profesora, sí, profesora!!
PAZ
T/N: Q_Q ¡¡Coronela, ya entendí, coronela!!
La coronela ya había alzado su mano, pero se detuvo cuando el mexicano por fin se refirió a ella como es debido.
Agatha: Así me gusta, soldado. ¿Cuál es tu nombre?
T/N: Q_Q Mi...
El mexicano guardó silencio cuando la coronela lo fulminó con la mirada, levantando una ceja y alzando un poco la mano.
T/N: ;_; Mi... coronela, me llamo T/N T/A, coronela.
El mexicano abrió los ojos cuando se dio cuenta de lo que dijo.
T/N: ¡Perdón, me confundí de nombre por los golpes! ¡Me llamo-!
PAZ
T/N: Q_Q ...
La coronela anotó el nombre mientras marchaba hacia las demás.
Agatha: Bien, T/N, tú debes ser el chico del que todos hablaban, ¿no?
El mexicano hizo un saludo de desfile antes de responder.
T/N: Q_Q Coronela, así es, coronela.
La coronela asintió y guardó la lista. Ella se paró firme, juntó los pies y se llevó las manos a la espalda, alzando la barbilla.
Agatha: Muy bien, comencemos con la clase. Para ser una gran bruja y mago, se necesita de tres cosas...
La coronela levantó un dedo al anunciar cada cosa.
Agatha:... fuerza, poder mágico y habilidad. Comencemos con ver qué tan fuertes son ustedes.
Unas criaturas mágicas trajeron una máquina medidora de fuerza.
Agatha: Las nombraré para que pasen a hacer la prueba e iré anotando sus resultados. Dependiendo de su desempeño, su entrenamiento será más estricto. Si me dejan decir un número, espero un cien o más.
Muchas alumnas veían la clase desde lejos o un poco cerca. Querían ver cómo era la profesora y esa nueva clase extracurricular. El club de periodismo estaba fotografiando y anotando todo lo acontecido.
La profesora analizó la lista mientras hablaba.
Agatha: Para su información, yo impuse un récord mundial con un puntaje de doscientos mil quinientos puntos de poder, así que no espero mucho de unas chiquillas como ustedes.
Las alumnas tragaron saliva ante la información de su instructora. Elfriede, quien estaba a tu lado junto a Sarah, te dio una palmada en el brazo por las bofetadas que recibiste hace rato.
La coronela se detuvo al elegir a la primera.
Agatha: ¡Bien, Amanda O'Neil, tú serás la primera!
Amanda: ¡Coronela, sí, coronela!
La estudiante estadounidense pasó al frente y se detuvo justo en frente de la máquina. Ella se giró un poco para verte por el rabillo de su ojo. Se dio cuenta que estabas atento a ella. Ella entrecerró un poco los ojos y volvió a ver hacia la máquina.
Agatha: ¿Lista? Ya puedes comenzar.
Amanda tomó aire y llevó su puño hacia atrás. Esperó unos segundos y...
TUM
La máquina comenzó a analizar la fuerza del golpe, dando como resultado...
Agatha: Ciento cinco puntos.
Las compañeras de la clase y de los alrededores mostraron asombro ante el puntaje de Amanda. La ya mencionada sonrió entre dientes.
Agatha: Pasaste, pero necesitarás más que eso para pasar mi clase.
Amanda volvió a su lugar, pero te digirió una mirada rápida. Ella contempló que tú estabas asombrado, de brazos cruzados, pero con las cejas alzadas. Usted le sonrió y le levantaste un pulgar. Amanda se sintió satisfecha de sorprenderte. Ahora ella esperaba ver qué resultado obtendrías de la prueba.
Agatha: ¡Elfriede, eres la siguiente!
Oíste a tu lado un quejido ahogado. Elfriede se puso un poquito nerviosa, no tenía la misma confianza que Amanda. De pronto, ella sintió que alguien puso una mano en su hombro.
T/N: Ánimo, tú puedes hacerlo.
Eras tú quien le dedicó una sonrisa y palabras de ánimo. Elfriede no se sentía todavía segura de poder hacerlo, pero obtuvo valor gracias a ti.
Elfriede: Bien, pero no esperes mucho de mí, ¿eh?
Elfriede pasó al frente, se paró frente la máquina e intentó exterminar los nervios. Ella se preparó y golpeó.
TUM
El resultado se mostró después.
Agatha: Cincuenta y siete... Te falta cuarenta y tres puntos para el porcentaje mínimo, soldada.
Elfriede se encorvó un poco, pero no se decepcionó tanto al no esperar mucho.
Agatha: ¡¡Cuarenta y tres vueltas por los alrededores de la academia para recompensar lo que te faltó!! ¡¡Rápido!!
Elfriede: ¡¿Ah?!
La coronela alzó la mano y comenzó a acercarce a la bruja.
Elfriede: ¡¡A-a sus órdnes, mi coronela!!
Asustada, Elfriede comenzó a correr hacia los alrededores de los terrenos de la academia para dar las cuarenta y tres vueltas que le ordenaron. Sarah y tú la vieron irse, con un poco de lástima hacia su amiga. Las demás brujas temieron ahora por el puntaje que sacarían.
Agatha: ¡Sarah Bernhardt, eres la siguiente!
Sarah: ¡Coronela, sí, coronela!
Sarah fue hacia la máquina, entusiasmada. Se preparó y, sin dudarlo mucho, golpeó.
TUM
La máquina mostró el resultado.
Agatha: Ciento tres puntos. Nada mal, soldada, pero espero que puedas alejar tu nivel de fuerza de ese resultado para la próxima prueba.
Sarah: ¡Coronela, ténlo por seguro, coronela!
Sarah volvió hacia su lugar, sonriendo.
Sarah: ¿Qué tal? ¿Sorprendido?
Usted asintió.
T/N: Sí. Ojalá le hubieras prestado un poco de tu fuerza a Elfriede.
Sarah rio.
Sarah: Bueno, le advertí antes de que se metiera, pero, noo, ella pensó que iba ser divertido.
El mexicano soltó una pequeña risa entre dientes.
T/N: Chales, por ella, entonces.
Agatha: ¡Maria, eres la siguente!
Maria: Coronela, sí, coronela...
Maria, a un paso lento y desmotivado, fue hacia la máquina mientras pensaba cosas como: «Esto es terrible, no lo lograré... No debí inscribirme en esta extracurricular... Yo quiero crear brebajes, pero no sé si conseguiré los ingredientes gracias a esta clase... ¿No había una especialidad para eso? Rayos...».
La chica, distraída, chocó contra la máquina por estar viendo sus pies al caminar. La máquina analizó el golpe y dio el resultado de punto cinco puntos. Unas chicas de ahí se rieron y del alrededor también.
T/N: Shh, silencio.
Llamó la atención el mexicano, alzando la voz, de manera serena y un poco preocupado por la chica española.
Diana: Muestren más respeto como las brujas que son.
Continuó Diana, desaprobando las burlas que, ante la llamada de atención de los dos compañeros, se fueron apagando.
La chica se sobó la cabeza y, un poco encorvada, se preparó para dar el golpe.
TUM
La clase guardó silencio, mucho silencio al ver el puntaje.
Negando con la cabeza, la coronela dijo:
Agatha: Dieciséis...
Maria, temerosa, se dio media vuelta para ver hacia la coronela. Ella estaba negando la cabeza todavía, con una expresión que lo decía todo.
Agatha: Inténtalo una vez más, esta vez con más confianza.
Maria tragó saliva y asintió. Se volvió hacia la máquina y se preparó una vez más, queriendo sacar mejor puntaje que ese. Llevó su puño hacia atrás y lo lanzó hacia la máquina.
Agatha: ¡Espera!
Pero se detuvo a escasos centímetros cuando la coronela habló.
Agatha: No te sientas apresurada. Tómate tu tiempo y golpea cuando te sientas preparada. Una guerra en donde tus malas emociones te dominen, es una batalla en donde primero perderás contra ti misma.
Maria tragó saliva y asintió. Volteó hacia la máquina e intentó calmarse. Todos esperaron pacientemente a su compañera mientras que, en el fondo, Elfriede acabó su primera vuelta.
Desde lejos, ella gritó: «¡¡Te odio, Sarah!!».
Tú volteaste hacia Sarah y ella hacia ti, aguantando ambos la risa.
Después de unos segundos, Maria sintió que estaba preparada. Ella soltó el golpe y la máquina calculó el porcentaje.
TUM
Todos vieron la nueva puntuación.
Agatha: Veintinueve... Mucho mejor que el primer intento, ¿ves? Jamás dejes que tus emociones negativas te dominen, soldado.
Maria asintió, con su típica expresión preocupada.
Por otro lado, el mexicano miró la palma de su mano, analizando las palabras de la coronela.
Mente de T/N: (No dejarse llevar... Ojalá hubiera hecho caso a esas palabras antes de...)
El mexicano cerró los ojos y suspiró en silencio.
Agatha: ¡¡Ahora da setenta y un vueltas por los alrededores para compensar lo que falta!!
Maria se quejó un poco y se fue para cumplir con ese castigo.
Agatha: ¡¡Corriendo!!
Maria: Coronela, sí, coronela... Lo sabía...
Una vez que se fue, la clase continuó.
Agatha: ¡Atsuko Kagari, eres la siguiente!
Un «Uuuuuy» resonó en tu cabeza al oír el nombre de tu amiga no bruja.
Akko: ¡C-coronela, sí, coronela!
Akko pasó al frente para realizar la prueba. Ella temblaba un poco por el miedo que le causaba la coronela y sus castigos. Ella se preparó y, cuando se sintió lista y más tranquila, golpeó la máquina.
TUM
Akko escuchó tu voz haciendo un «¡Ay, wey!» al ver el resultado.
Agatha: Noventa y dos puntos. Estuviste cerca, ¡pero no basta! ¡Ocho vueltas a los alrededores!
Akko se desanimó un poco y, cuando Akko iba a aceptar el castigo...
¡Objeción!
Agatha: ¡Oh!
Usted intervino, señalando hacia la coronela y con Sarah sosteniendo un cartel con letras rojas y dramáticas que decían la misma palabra que exclamaste, pero en inglés.
T/N: ¡Coronela, momento, coronela!
Akko se detuvo y la coronela se asombró de la réplica repentina.
Agatha: ¿De qué se trata, sargento T/A?
T/N: ¡Coronela, dale otra oportunidad a mi compañera, coronela! ¡Estoy seguro de que no lo hizo como es debido!
La coronela entrecerró los ojos.
Agatha: ¿Seguro?
T/N: ¡Coronela, por supuesto, coronela! ¡No la conozco al cien por ciento, pero sí siento que puede llegar más allá del cien!
La coronela miró hacia Akko, quien saludó nerviosa con la mano al tener la mirada de la coronela en ella, y después hacia el mexicano.
Agatha: De acuerdo, sargento. Pero si no logra superar el cien, tendrá el doble de castigo.
Akko: ¡¿Eh?!
T/N: ¡Coronela, hecho, coronela!
Akko: ¡¡¿Eeeh?!!
Akko iba a objetar.
Akko: ¡M-México, no hace falta que...!
Pero usted la detuvo.
T/N: Mis polainas, Akko. Sé que puedes lograrlo. Sólo enfócate en el oponente.
Akko: ¿Huh?
T/N: Akko, usa la ira, el fuego de tu interior que prende a la Akko apasionada. Enfócate en el oponente e impúlsate pensando en la persona en que quieres proteger.
Akko se sorprendió.
T/N: Así como lo hice en el castillo al pensar en ti.
Hubo algunas brujas que giraron su cabeza hacia el mexicano, como en el caso de Diana, Amanda y Sucy. Sarah bajó el cartel que sacó y Elfriede se detuvo en el fondo, justo por dar la segunda vuelta.
Agatha: Guau, eso fue romántico. El amor también es un buen combustible para un soldado en la guerra. Lástima que ahí se pierde el amor al prójimo.
Akko agachó la cabeza, apenada por las palabras de su amigo.
Akko: M-México...
T/N: Bueno, también pensé en muchas más personas, pero es para poner el ejemplo.
Algunas brujas pusieron los ojos en blanco, Elfriede continuó con el castigo y Akko entrecerró los ojos, haciendo un puchero.
T/N:... ¿Funcionó?
Akko: -_- Al principio.
Akko fue hacia la máquina y se concentró en donde debe de golpear.
Mente de Akko: (Usar la ira... El deseo de proteger... El amor hacia una persona...)
Akko cerró los ojos y se concentró en ese consejo. Recordó las veces en que personas llegaron a la academia para hacerle daño al mexicano, cosa que tenía angustiada a Akko junto a sus amigas. Akko recordó al primer individuo que se metió a la academia y que la golpeó en el intento de protegerlo.
Eso fue suficiente para prender el fuego interno de Akko.
Akko: ¡Hyat!
TUM
La máquina calculó el golpe de Akko que, si de por sí, sonó más potente que los anteriores.
Las brujas abrieron levemente los ojos al oír el sonido del golpe, y el mexicano abrió la boca.
Y cuando se dio el resultado, la mayoría abrieron la boca.
Agatha: Impresionante. Trescientos veintisiete puntos.
Akko se puso contenta y saltó, celebrando.
Akko: ¡Yay, saqué más que Amanda!
T/N: 0_0 No manches...
Sarah: Te tocará limpiar la casa.
T/N: ¿Cómo dices?
Agatha: Felicidades, sargento Kagari, hasta ahora, llevas el mando de la clase.
Akko: ¡Coronela, gracias, coronela!
Akko, contenta, fue a su lugar, viéndote ojiplático y con la mandíbula casi tocando el suelo.
Mientras otras compañeras iban pasando, Akko llegó con sus amigas. Ellas hablaron en voz baja.
Amanda: ¡¿Akko, cómo hiciste eso?!
Sucy: Sí, pensé que no llegarías ni al cien.
Akko se rascó una mejilla.
Akko: Bueno... el consejo de México funcionó demasiado.
Jasminka: ¿Ah, sí?
Lotte: ¿Y en quién pensaste, Akko?
Akko bajó la mirada, sonriendo.
Akko: Recordé cuando él estaba en coma. Muchos hombres querían hacerle daño, y pude salvarlo sólo la primera vez. Ese sentimiento de protegerlo, y ese recuerdo aterrador, me hizo recordar por qué quise participar en esto. Quería protegerlo como él lo hizo con nosotras. Quiero demostrarle que yo también puedo cuidarle su espalda.
Las chicas pensaron en ello profundamente. Akko tenía razón en algo: pensar en las personas que puedan dañar a los seres queridos de uno hace que le hierva la sangre a uno. Amanda miró su mano y la cerró en un puño.
Mente de Amanda: (Maldita sea, perdí mi oportunidad de mostrar lo mejor de mí...)
Agatha: Bien, T/A, se nota que sabes sobre el tema de la guerra, así que ¿por qué no lo intentas? Veamos qué tan fuerte eres.
T/N: ¡Coronela, sí, coronela!
El mexicano pasó al frente, luciendo su traje. Por estar de pie tanto tiempo, se le había olvidado lo pesado que era caminar con él. Casi se caía de cara al inclinarse hacia al frente. Todas lo vieron extraño.
Mente de T/N: (Me lleva la cachetada, a ver si doy un buen golpe...)
El mexicano se detuvo frente a la máquina, preparándose mentalmente.
Agatha: ¿Usted cree necesitar también dos intentos?
T/N: No, con uno me basta.
El mexicano escuchó unos pasos acercarse a él, y él sufrió dentro de su mente. Girándose, miró a la coronela, con la mano levantada y con una expresión en blanco. Él simplemente se acomodó el cabello y puso la mejilla.
PAZ
Agatha: Suerte, soldado.
T/N: ;_; Gracias.
PAZ
T/N: ;_; ...
La coronela retrocedió y dejó al mexicano prepararse. El mexicano puso un pie detrás y uno hacia delante, optando por una pose de box.
El mexicano vio su puño.
Mente de T/N: (Siempre fui fuerte, pero usé esa bendición para arrebatar vidas... Si la vuelvo a usar aquí, ¿qué podría salir mal? Sólo no debo dejar que mi pasado me consuma y afecte mis acciones...)
El mexicano volteó un poco hacia atrás para ver a sus compañeras por el rabillo del ojo. Miró a las de la clase y a las del alrededor que esperaban mucho de él; sobre todo, el club de periodismo. Todas decían cosas como: «¡Shh, silencio!», «Ya va a hacerlo», «¿Cuánto creen que saque?», «Destruirá esa cosa», «¡Esto será emocionante!».
Mente de T/N: (Quieren ver mi fuerza... Esperan tanto de mí después de lo del castillo que ocultarlo sería tonto... Bien, si lo que quieren es sentirse seguras conmigo como guardián, tendré que hacer que así se sientan...)
El mexicano llevó detrás de él su puño y giró un poco la cadera, listo para soltar el guamazo.
Mente de T/N: (Concéntrate... Mira al enemigo y agarra al amigo... Salva al amigo y aniquila al enemigo...)
El mexicano veía el punto de impacto, en completo silencio. Sus ojos eran los de una fiera. La coronela levantó un poco sus cejas y sus ojos se abrieron un poco al sentir un gran poder emanar de ti, tanto que retrocedió, sin darse cuenta, un paso.
T/N:... ¡Raaaaaaaa...!
El mexicano lanzó su puño hacia adelante para dar el golpe definitivo, con una mirada que mata, el puño bien cerrado, girando el torso para dar más potencia al golpe y soltando un grito fúrico.
Abeja: Bzzzz.
Pero una abeja se había parado justo en donde tenías pensado golpear, alertándote.
Cerebro: ¡¡Abejaaa!!
Mente de T/N: (¡¡Mierda!!)
Al tener afinidad por los animales y plantas, sean chicos o grandes, feos o bonitos, tu puño se abrió entre dedos para dejar un espacio en donde podría estar la abeja, a salvo, e intentaste detener el golpe, haciéndose cada vez más lento.
tuh
Agatha: ...
Akko: ...
Diana: ...
Amanda: ...
Las demás: ...
Las del fondo: ...
El club de periodismo: ...
Elfriede que iba para la tercera vuelta: ...
Pánfilocrasio en la cocina que no tiene nada que ver: ...
El primo muy, muy lejos en medio de alguna parte del océano:
T/N: ;_; ...
Todas las presentes vieron el puntaje del evidente golpe potente que preparó el mexicano.
Agatha: ... Un punto...
Apenado, el mexicano comenzó a oír los murmullos de todas, opinando sobre ese decepcionante resultado.
T/N: ;_; Coronela, otra oportunidad-
Agatha: ¡¡¡¡Quinientas vueltas a los alrededores!!!!
Exclamó la coronela, con un grito que sacudió la academia. Eso te espantó.
T/N: ¡¡Aaah!! ¡¡Coronela, ya qué, coronela!!
El mexicano, corriendo, se fue a acompañar a Maria quien apenas iba para la primera vuelta.
Maria: Q_Q Ayúdame...
Diana, mientras que las demás chicas opinaban sobre lo sucedido, estaba intentando analizar lo sucedido. Ella no esperó ese resultado en absoluto.
Mente de Diana: (¿Qué es esto?... Podría afirmar que usó su máxima potencia, pero ¿por qué sacó ese puntaje? ¿Se contuvo? ¿Qué hizo?...)
Diana: ¿Hm?
De pronto, la chica se percató que la coronela se acercó a la máquina. Después, acercó su dedo y una cosa pequeña se subió en él.
Mente de Diana: (¿Qué es eso?...)
Diana forzó su vista.
Mente de Diana: (¿Es... una abeja?... ¡Espera, ¿acaso él...?)
Mientras que las chicas estaban conversando sobre lo sucedido, la coronela se acercó a la máquina, acercando su dedo hacia la abeja y sonriendo.
Cuando la abeja estuvo en su dedo, la coronela sonrió y alzó su mano para que la abeja emprenda vuelo.
Viéndola irse, la coronela pensó:
Mente de Agatha: (Qué chico tan noble... Y su poder... Guau, no he visto a alguien con un poder así de sorprendente... Al fin alguien me quitará del trono mundial...)
~
La clase siguió, y las brujas fueron demostrando su fuerza en la máquina.
Los resultados fueron los siguientes:
1- Diana Cavendish: 451 puntos (pasó).
2- Sarah Bernhardt: 103 puntos (pasó).
3- Amanda O'Neill: 105 puntos (pasó). Nuevo intento: 502 puntos (pasó).
4- Chloé: 87 puntos (no pasó) [requiere más entrenamiento].
5- Atsuko Kagari: 327 puntos (pasó).
6- Hilda: 301 puntos (pasó).
7- Irene: 26 puntos (no pasó) [requiere entrenamiento estricto].
8- Abigail: 28 puntos (no pasó) [requiere entrenamiento estricto].
9- Verochka: 387 puntos (Pasó).
10- Avery: 38 puntos (no pasó) [requiere entrenamiento estricto].
11- Jeanne: 296 puntos (pasó).
12- Linlin: 289 puntos (pasó).
13- Marianne: 340 puntos (pasó).
14- Lotte Yanson: 67 puntos (no pasó) [requiere entrenamiento regular].
15- Constanze Amalie von Braunschbank-Albrechtsberger: 50 puntos (no pasó) [requiere entrenamiento regular].
16- Jasminka Antonenko: 9001 puntos (pasó) [nueva Mando de la clase].
17- Elfreide: 57 puntos (no pasó) [requiere entrenamiento regular].
18- Maria: 29 puntos (no pasó) [requiere entrenamiento estricto].
19- Sucy Manbavaran: 100 puntos (pasó).
20- T/N T/A: 1 punto (no pasó) [requiere entrenamiento nivel crueldad esclavista inglés].
Y en lo que las que pasaron la primera prueba realizaban los ejercicios de la coronela, los que no pasaron seguían dando vueltas alrededor de la academia.
~
Wangari: ¡Vamos, vamos, vamos!
El club de periodismo aprovechó para hacer preguntas a los nombrados 'débiles de la academia'.
Wangari: ¡Listo, aquí! ¡Ejem!
Wangari corría al lado de una de las alumnas mientras que Joanna corría con una cámara de televisión y Kimberly hacía notas rápidas.
Wangari: ¡¡Hola, Wangari, reportera de Luna Nova News Network!! ¡¿Nos podrías decir cómo sientes la nueva clase extracurricular?! ¡¡Muchas están deseosas de saber cómo son para una estudiante!!
Lotte: Q_Q ¡Quiero agua!
Wangari: ¡¡Interesante!! ¡¡Agua para calmar el fuego interior del arduo entrenamiento!! ¡¡Estás en llamas, chica!!
Wangari se alejó para ir a por una estudiante más adelante. Joanna la siguió, aún grabando el documental.
Lotte: Q_Q ¡¡Aguaaa!!
Wangari llegó con la otra compañera.
Wangari: ¡¡Hola, Wangari, reportera de Luna Nova News Network!! ¡¿Nos podrías contar tu experiencia hasta ahora de la clase?!
Abigail: Q_Q ¡¡Yo sólo quería recolectar partes de monstruos!!
Wangari: ¡¡Oh, una guerrera que recolecta el cráneo de sus enemigos como trofeo!! ¡¡Eso sí es rudo!!
Wangari se alejó corriendo para alcanzar a una estudiante muy lejos de ahí. A medio camino, oyeron una explosión un poco a lo lejos, viniendo del bosque.
Joanna: ¿Eh?
Wangari: ¿Oh? ¿Oíste eso?
Joanna: Se oyó algo explotando en el bosque...
Wangari: ¡Vayamos!
La cámara grababa el suelo, demostrando los pies de Joanna al correr. Después, ella frenó cuando Wangari se detuvo.
Wangari: ¡Enfoca, enfoca!
Joanna levantó la cámara y enfocó a la pelea de T/N contra un monstruo alto mientras Wangari narraba.
Wangari: ¡¡Impresionante, llegamos a tiempo para presenciar una pelea donde podemos ver la verdadera fuerza de México!! ¡¡Se ve que le hace pelea al monstruo!! ¡¡Miren, ahí viene nuestro amigo para saludarnos!!
El mexicano, ante un puñetazo, fue arrojado a un árbol que estaba cerca de Wangari. Wangari corrió hacia el mexicano y lo entrevistó. Joanna los grabó.
Wangari: ¡¡Hola, Wangari, reportera de Luna Nova News Network!! ¡¡Cuéntanos cómo va la situación!!
Joanna enfocó al mexicano, haciendo un acercamiento.
T/N: Q_Q ¡Valió madres, ¿no 'tas viendo?!
Joanna alejó la cámara y grabó a Wangari.
Wangari: ¡¡Maravillosas palabras provenientes del país de México!! ¡¡Debe significar algo así como: 'todo está bajo control'!! ¡¡Dinos, ¿cómo comenzó esta pelea?!!
T/N: Q_Q ¡Mis dos compañeras iban a ser atacadas, y yo-! ¡Agk!
Pero la mano del monstruo se estiró, agarrando al mexicano y arrojándolo hacia otro árbol, lejos de ellos.
Wangari: ¡¡Grábame, grábame!!
Wangari fue tras el monstruo y le tocó la pierna. El monstruo se giró, vio a la reportera, después a la cámara y después a la reportera, de nuevo.
Wangari: ¡¡Hola, Wangari, reportera de Luna Nova News Network!! ¡¡Cuéntanos por qué está atacando a ese joven!! ¡¡¿Con qué motivo?!!
Gorgh: ¡¡¡Matar!!!
Y después de contestar, el monstruo saltó para ir tras el mexicano. Wangari volteó hacia la cámara.
Wangari: ¡¡Asombroso!! ¡¡Una batalla a muerte es importante si quieres matar calorías, ¿verdad?!!
PUM
Wangari: ¡¡¡Guou!!!
Wangari abrió los ojos y boca, hizo como si golpeara el aire y movía la cabeza, emocionada como una niña pequeña. Se escucharon muchos golpes, pistolas, sierras, gatos atacando, un claxon, un golpe seco, la bocina de un payaso y la luz del fuego de dudosa procedencia iluminó la cara de Wangari.
PAM PAM PAM
Wangari: ¡¡Increíble!! ¡¡México lo está golpeando!!
Pock Pock Pock Pock
Wangari: ¡¡Ahora el monstruo lo está usando como raqueta!!
Bang Bang Bang
Wangari: ¡¿Esa es un arma?! ¡¡México está disparándole con un arma!!
BRUM BRUUUUUUMMMMMMMMM
Wangari: ¡¿Una motosierra?! ¡¡Es como ver a una pizza ser cortada!!
Grgrgr NYAAAAARGH
Wangari: ¡¡Guau, ¿de dónde salieron esos tigres de Bengala?!!
Piii Piiiiiii
Wangari: ¡¡Oh, el monstruo atropelló a México con un camión monstruo!!
PUM
Wangari: ¡¡El monstruo se sentó sobre México!!
Honk
Gorgh: ¡¡Aaaaaaargh!!
T/N: ¡Puaj! ¡Guácala!
Wangari: ¡Guou, México le mordió un testículo y se lo quitó de encima!
Crepitar
Wangari: ¡¿De dónde sacó México ese lanzallamas?! ¡¡Se está preparando para dar un golpe!! ¡¡Él-!!
T/N: ¡¡Vete a le verga, cabrón!!
PUM
Gorgh: ¡¡¡Aaaaaaaaaargh!!!...
La cabeza de Wangari se fue hacia arriba, como si viera la pelota de béisbol irse lejos con un jonrón.
Wangari: ¡¡Asombroso!! ¡¡Qué bueno que filmaste eso, ¿verdad, Joanna?!!
Joanna: ¿Oh? ¿Qué?
Wangari giró hacia Joanna quien aún seguía grabando a Wangari.
Joanna: ¡Ups, perdón!
Joanna se giró hacia la pelea, pero ya había finalizado. Sólo quedaba un mexicano con el cabello despeinado y la cara sucia, pero con el uniforme sin rasguños, aunque sí tenía una que otra porquería debido a la pelea.
Joanna: Guau, ¿qué pasó?
La cámara enfocó al mexicano, haciendo un acercamiento hacia él.
T/N: Bueno... al menos el traje sí me protegió... un poco... ;_; Duele.
Maria y Elfriede, cada una, se quitaron un disfraz de tigre y celebraron la victoria.
Elfriede: ¡¡Sabía que eras fuerte!!
Wangari: Q_Q Mi reportaje...
Joanna: ¡Descuida, encontraré una nota exclusiva que la cubra!
≈
La clase acabó, con mucho entrenamiento y mucho agotamiento. Muchas ya deseaban irse a descansar, aunque el hambre también las llamaba hacia la cafetería.
El mexicano iba de regreso a la academia para descansar un poco. Se despidió de sus amigas con las que convivió en esa clase y pensó en dirigirse a su habitación para tumbarse en su sillón y dormir.
Pero en los pasillos, justo entrando a la academia, se encontró con Akko, esperándolo.
Akko: ¡México, aquí!
El mexicano volteó hacia ella mientras ella se acercaba. El mexicano sonrió.
T/N: Hola, Akko. ¿Cómo te fue en la clase?
Akko: ¡Bien, gracias a ti! ¡Siento que dentro de poco seré igual de fuerte que tú!
T/N: Muy bien, pues échele ganas, chamaca, échele ganas.
Los dos comenzaron a caminar. Akko notó el desorden en su amigo.
Akko: ¿Qué te pasó?
T/N:... El entrenamiento. Fue duro.
Akko: Oh...
Hubo un silencio entre los dos.
Akko: ¿Adónde te diriges?
T/N: A mi habitación. Quiero descansar un poco. No recordaba que las clases aquí fueran tan... monstruosas.
Akko asintió.
Akko: ¿Puedes venir conmigo? Te quiero mostrar algo.
T/N: Bueno.
Contestó el mexicano, y ya, así de simple.
Ambos platicaron en el transcurso del camino mientras que Akko lo guiaba a su dormitorio. Cuando llegaron, Akko abrió la puerta y le dio permiso de entrar al mexicano.
Al entrar, el mexicano sonrió al ver ese cuartito chiquito. Soltó una risa seca antes de hablar.
T/N: Vaya, siento como si no hubiera estado aquí desde hace un tiempo.
Akko: México...
El mexicano se giró hacia Akko quien estaba frente a su cama. Akko alzó el colchón y le reveló algo al mexicano, algo que le hizo quedar boquiabierto.
El objeto que Akko guardó era su látigo que obtuvo en el abismo. Akko lo cargó, batallando en eso, y se lo acercó a su amigo. Akko habló con dificultad ante el esfuerzo de cargarlo.
Akko: ¡T-te lo he estado cuidando... hasta el momento en que volviera a verte!...
El mexicano agarró el látigo y lo cargó con facilidad, dejando que Akko dejara escapar un suspiro al poder descansar.
Akko: Uff, pesa mucho. Nunca pude usarlo bien por eso...
T/N: Ya me estaba poniendo un poco triste porque pensé que lo perdí.
El mexicano sacó un poco la cadena para verlo. Él jamás tuvo oportunidad de verlo tan detalladamente por la situación que pasó.
Akko: ¿Tan importante es para ti?
El mexicano guardó la cadena mientras contestaba.
T/N: No a nivel personal, pero sí porque me costó conseguirlo en el castillo. Ni de pedo iría otra vez a fabricar otro.
Akko asintió, comprendiendo.
Akko: Por cierto... también te quería decir algo... algo de lo que no he tenido oportunidad de decírtelo durante el día.
T/N: ¿Qué cosa?
Akko se sentó en su cama y el mexicano, para verla de frente, se sentó en la cama de Sucy. Escuchaste un pequeño crujido, pero decidiste ignorarlo un poco.
Akko habló, jugando con sus dedos y viéndolos.
Akko: Cuando desperté en el castillo... tuve mucho miedo... Ese lugar era espeluznante.
El mexicano asintió, dándose una idea de lo que se trata la plática: la experiencia de Akko.
Pensó que sería lo mismo que otras alumnas.
Akko: Pero, cuando supe de alguien que vino a rescatarnos... supe de inmediato que eras tú.
Eso le llamó la atención al mexicano.
Akko: Cuando confirmamos que realmente eras tú, de algún modo supe que no fallarías. Desearía verte en acción en ese castillo, de principio a fin. Quería ver tu fuerza en batalla, y el por qué los monstruos te temían tanto...
El mexicano bajó un poco la mirada. Ni él sabía por qué, pero sí sabía por qué algunas personas le temían...
Akko: Cuando nos rescataste, quería agradecerte, verte...
Mente de Akko: (... abrazarte...)
El mexicano levantó la mirada, sonriendo levemente.
Akko:... pero estuviste en coma. Muchas personas han querido matarte en ese estado, y me prometí hacerme fuerte para hacer lo que hiciste por mí: quiero protegerte. No hablo sólo del castillo. Desde la primera vez que nos conocimos, me has estado protegiendo de golpes, accidentes, castigos... y de Hannah y Barbara.
T/N: Peores que un monstruo, ¿no?
Comentaste, sacándole una risa a Akko que fue mutua.
Akko continuó.
Akko: Y quería decirte eso... Mis deseos y mi agradecimiento...
Akko te miró a los ojos.
Akko: Muchas gracias... México.
El mexicano sonrió, pero un poco de su sonrisa era forzada por el hecho de que Akko no sabía su nombre real. Bueno, técnicamente sí, pero no la confirmación de ello.
El mexicano agachó la cabeza, pensativo. ¿Era la oportunidad de revelarle a Akko quién es él en realidad? Akko es importante para él, pero no sabía cómo reaccionaría la castaña si le dijera que era un criminal o peor que eso... un monstruo si hablamos de sus actos.
T/N: Akko... yo...
CRUIJ
De repente, la cama de Sucy crujió más. El mexicano, apresurado, se levantó de un salto.
T/N: ¡Jijodesumadre!
Akko se alteró un poco.
Akko: ¡¿Qué pasa?!
T/N: M-Mi ropa pesa mucho, y, pos, la cama de Sucy ya fue testigo de ello...
El mexicano miró la cama de Sucy, revisando si no había nada malo.
Akko: ¿En serio?
Akko se puso de pie.
T/N: Sí, mira.
El mexicano se descolgó un guante de su cintura y se lo entregó a Akko. Akko puso sus manos para agarrar el guante, pero el mexicano le advirtió una última vez.
T/N: Aguas, Akko, está pesado.
Akko: Entendido.
El mexicano comenzó a bajar el guante en la mano de Akko, y esta intentó cargarlo, pero no pudo. Sus manos también se iban hacia abajo por más fuerza que pusiera.
Akko: ¡Ya vi, ya vi! ¡México!
El mexicano soltó una risa y volvió a guardar el guante. Akko miró su mano y después al guante.
Akko: Mmm... ¿Por qué tienes eso?
T/N: Me lo regalaron. Las señoras que salvé me lo dieron antes de irse.
Akko: ¿En serio?
T/N: Sep, y también este traje... que también pesa.
Akko: Auch.
T/N: Y el pantalón, cinturón, botas... Todo.
El mexicano sopesó una idea que tuvo, sin darse cuenta de que se oía a alguien llegar y detenerse frente la puerta, justo cuando el mexicano habló.
T/N: ¿Quieres probarlo?
Akko lo pensó un poco. Ella vio a su amigo con el traje completo, como si nada. Si ella quería ser igual de fuerte que él, quería ver primero qué tan cerca está de serlo.
Akko: Mmm... ¡Sí! ¡Dámelo! ¡Yo tengo que soportarlo!
T/N: Muy bien, pero ten cuidado; no quiero lastimarte.
El mexicano se comenzó a quitar la gabardina y una bota, pero, cuando se quitó una bota y la gabardina, la puerta fue abierta por Sucy y Lotte.
Lotte: ¿Akko, estás aquí? No te vimos en la cafetería y...
Lo que ellas dos vieron fue a Akko sentada en su cama, esperando pacientemente mientras que el mexicano, aparentemente, se quitaba la ropa.
El mexicano estaba congelado, en medio de la acción. Girando lentamente su cabeza, miró a Lotte y a Sucy, rojo de la vergüenza.
Sucy:... ¿Qué...?
T/N: No... es lo que parece...
Interrumpió el mexicano.
Lotte: Su conversación...
T/N: Puedo explicarlo, si me dejan...
Hubo un poco de silencio, y lograron oír unos pasos apresurados acercarse. Cuando esa persona llegó, hizo hacia a un lado a Lotte y a Sucy.
CLIC CLIC
Joanna: ¡¡Oh, esto sí que es exclusivo: México y Akko son novios en secreto!!
T/N: ¡¡No-!!
Akko/T/N: ¡¡Espera, ¿qué?!!
Y sin más, la camarógrafa del equipo del club de periodismo se fue corriendo.
T/N: ¡¡Ey, no compartas eso!!
Después, el mexicano se fue corriendo tras ellas, poniéndose su traje en el proceso.
En la habitación del Equipo Rojo hubo un gran y largo silencio incómodo.
Sucy: ._\) ...
Lotte: •_• ...
Akko: Q_Q No era lo que parecía...
≈
T/N: Ay, ay, ay, lo que uno tiene que hacer para evitar ser malvisto por las maestras...
El mexicano terminó su asunto con Wangari, el cual duró toda la cena y el tiempo de estudio. Solamente tuvo que hacer la entrevista con sinceridad y la foto sería borrada.
No fue borrada, pero sí se prometieron entre el club de periodismo no infundirla.
Después de ir por su látigo y calmar a Akko con la noticia de que la foto sería borrada y explicarle lo acontecido a Sucy y a Lotte, el mexicano regresó a su habitación en donde ya estaba Hannah y Barbara en sus camas, hablando de cosas triviales; Diana está en su lado de la habitación, leyendo.
Cuando el mexicano tocó la puerta, avisando que era él, entró.
Barbara: Vaya, hasta que apareces.
Hannah: ¿Dónde estabas? ¡Te perdiste de la cena!
T/N: =_= Entrevista...
Contestó el mexicano, cansado. Se quitó su gabardina, los guantes, las botas, dejó su látigo en el suelo y se tumbó en el sillón, listo para dormir.
Barbara: ¿Estás bien?
T/N: =_= Cansado...
Hannah: ¿No nos vas a platicar cómo te fue?
T/N: =_= Mañana...
Hannah: ¡Hmph!, eso dijiste ayer.
T/N: =_= Mañana sin falta, comadre...
El mexicano comenzó a hundirse en el mundo de los sueños, sintiéndose más relajado... hasta que Diana se asomó, demostrando una vez más que ella es la líder del equipo.
Diana: ¿Ya te cepillaste los dientes, México?
T/N:... Mmm...
El mexicano giró su cabeza hacia el costado del sillón para no ver a Diana. Diana se acercó un poco a él.
Diana: México, vete a cepillarte los dientes. Cuida tu higiene.
T/N: Mmm...
El mexicano se acurrucó en el sillón. Diana se acercó más al mexicano, susurrándole en el oído.
Diana: Hazlo o Calcetín con Rombos Man se decepcionará contigo.
T/N: Q_Q Mmm... ._. Espera.
El mexicano se giró un poco para ver a Diana, confundido.
T/N: ¿Cómo sabes de él?
Barbara tosió detrás de ti, junto a una Hannah que reía entre dientes. El mexicano volteó a verlas, viendo que tenían una fotografía en su mano.
T/N: ¿Qué es eso?
Barbara le entregó la foto para que el mexicano lo vea. Al verla bien, la cara del mexicano se iluminó con dulzura y nostalgia, sentándose en el sillón.
T/N: ¡Ah, no te pases! ¡¿De dónde lo sacaron?!
Era la fotografía que su primo le dio a Diana, sobre la fiesta de cumpleaños, con temática del Calcetín con Rombos Man, del joven mexicano cuando era un nene.
Hannah: Ahora no estás cansado, ¿eh?
Diana: Tu primo me la otorgó para que te la entregue. Es... tierna la fotografía.
El mexicano sonrió más.
T/N: Ay, ese primo. Siempre quemándome con los demás.
El mexicano acarició la foto con su pulgar, riendo un poco.
T/N: Primo... Ya deberías estar con mi madre en este momento...
≈
Hace un día...
Primo: ¡¡Primooo!! ¡¡Nos vemos, primooo!!
El mexicano había sido mandado a volar por su caballo Kamcia. Su primo se despidió de él, saludándolo con la mano. Cuando lo perdieron de vista, él volteó hacia los demás.
Primo: Bueno, entonces esto es un hasta pronto, ¿no?
María: Sí. Deseo volverlos a ver en un futuro.
Lisander: Fue un gusto haberlos conocido.
Ellos se despidieron con un abrazo afectuoso y, después, María, su hermano y Kamcia cruzaron el portal, cerrándose después.
Primo: Bien, vámonos, Cortés.
Español: Te sigo, Moctezuma.
Los dos entraron a la estación, compraron boletos y se fueron hacia la ciudad en donde habría un aereopuerto cercano.
Primo: ¿Comprarás boleto para México o sí piensas hacer un restaurante en otra parte?
Español: Tal vez me vaya para Italia. Quiero quitar del trono a la pizza con mis recetas.
Primo: Suerte con eso.
Español: Anda, yo no necesito suerte.
Los dos compraron sus boletos, siendo el español el primero en irse ya que había un vuelo que ya estaba por salir. Tengo que mencionar que se compró un boleto VIP de primera clase super elitista.
El primo se esperó un poco para que su vuelo se acerque. Lo bueno es que no había muchos vuelos hacia México, así que alcanzó en uno donde faltaban pasajeros.
Pero detrás de él, un hombre un tanto raro lo seguía, cubierto con un traje que lo cubría todo.
La noche cayó, y su avión por fin llegó. El primo, junto a otras personas, se fueron acercando. Todos lo vieron raro por no tener maletas.
Pasó las horas y por fin estaba en el aire, en plena oscuridad de la noche. El primo estaba descansando en su asiento, pero el mismo hombre a su lado caminó por el pasillo, sentándose a su lado.
Hombre misterioso: Oye, despierta.
Primo: ¿Mm?
El primo, con ese simple llamado en voz baja, se despertó como si le hubiesen gritado. Volteó hacia el hombre quien le pudo ver un poco la cara.
Primo: ¿Qué pasó? ¿Necesitas ayuda?
Hombre misterioso: ¿Eres... 'pariente' de T/N T/A? Apuesto a que sí.
El primo perdió un poco de sueño por la pregunta. Él se puso a la defensiva.
Primo: ¿Quién pregunta?
Hombre misterioso: Oh, tranquilo, soy amigo de su padre y madre... un viejo amigo.
El primo hizo un sonido con la boca, confundido.
Primo: Mchtl, ¿de mis tíos?
El hombre se rio, pero no respondió.
Hombre misterioso: T/N está bien protegido, pero puedo llegar a él sin problemas. Pero primero... le daré diversión...
El hombre se levantó, ignorando al primo.
Primo: ¡Oye, ¿qué piensas hacer con mi primo?! ¡¿Eres de esos que buscan perjudicarlo?!
El hombre saltó, atravesando el techo del avión, pero no rompiéndolo. Es como si fuese un fantasma.
Primo: Ay, no...
El primo buscó como loco en el techo como si tuviese visión de rayos X. Después, se asomó por la ventana, viendo, para su sorpresa, al hombre de antes, parado en el ala del avión sin ser movido por el viento ni la velocidad. Es como si el avión estuviese quieto, pero no era posible puesto que el viento sí sacudía su ropa.
El viento llevó hacia atrás su capucha, demostrando su rostro lleno de pinturas ancestrales y tatuajes hermosos, justo cuando un rato iluminó el cielo.
Ese hombre está sonriendo.
Alterado, el primo se levantó y corrió hacia la cabina para alertar de la situación.
Primo: ¡¡Oigan, abran!! ¡¡Hay un sujeto peligroso afuera del avión!!
Mientras el primo golpeaba la puerta y llamaba a mis pilotos, volteó hacia atrás para ver a los pasajeros, pero notó algo raro en ellos.
Ellos no se despertaron por los gritos, pero eso no era lo único: ellos tenían los ojos volteados hacia arriba, con la boca abierta y relajada como si estuviesen muertos.
Primo: ¡¡Abran la...!!
Pero vio las huellas que él dejó, huellas rojas, como la sangre... y es porque lo era.
Mirando a sus pies, se dio cuenta que sangre también salía de la cabina del avión.
El primo se acercó a unos pasajeros, y los vio con el pecho abierto, sin el corazón. Aterrado, buscó en otros asientos, viendo lo mismo con los demás pasajeros: hombres, mujeres y niños... todos sin el corazón.
Al primo se le empezó a ir el aire, y fue cuando, al voltear hacia la derecha, miró al sujeto todavía en el ala, riendo a todo pulmón mientras más rayos iluminaban el cielo y comenzaba la orquesta natural y ruidosa.
Hombre misterioso: ¡¡Es hora de iluminar el cielo de rojo, T/N!!
El hombre saltó, siendo llevado por el aire a una gran distancia del avión. Se mantuvo flotando en el aire y, cerrando el puño, una luz comenzó a emanar desde el interior de su palma. Los rayos de luz salieron de las aberturas. El hombre sonrió de manera sádica.
Hombre misterioso: Tlacamictiliztli.
Al pronunciar esas palabras, arrojó una pequeña bola de luz color carmesí hacia el avión, entrando en él. A los segundos...
BUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUMMMMMMM
El avión explotó, y los pedazos, que eran pocos, comenzaron a caer hacia el mar, probablemente perdiéndose en las profundidades del océano.
Hombre Misterioso: ¡Je, je, je! ¡¡Aja, ja, ja!! ¡¡¡Iaja, ja, ja, ja, ja!!!
El hombre, en el aire, de forma sádica, comenzó a reír ante esa ofrenda magnífica, a su parecer.
Su risa se fue incrementando y fue llenando el cielo de ese lugar, y no parecía detenerse. Los rayos iluminaban su cometido, haciendo destacar en el aire al hombre ancestral.
Mexicatl... in yaoyotl onpehua...
Fin del capítulo 60.
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