Capítulo 54: Agradecimiento sincero y el regreso a clases.
N/A: Hola, quiero avisarles de algo antes de comenzar este capítulo. Originalmente, tenía preparado hacer capítulos que cuentan las cosas que pasaron día tras día desde que el mexicano, o sea, el lector, está en coma. Iban ser "muchas" (no tantas, pero sí una cantidad considerable), pero mejor las salto y tal vez ponga un resumen de aquellas pequeñas aventuras.
¿Por qué de esta decisión? Porque muchos tal vez se aburrirían, pues las historias de "Lector x tal cosa" tienen el chiste de que se trate del lector. En fin, ideas mías, solamente. Espero algún día mostrarlo en otra ocación o, tal vez, reservar esas ideas. Por ahora, nos enfocaremos solamente en la trama y el anime (aunque estos capítulos descartados iban a formar parte de la trama, pues trabatan del fortalecimiento de las brujas...).
En fin, comencemos con el capítulo de hoy.
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Capítulo 54: Agradecimiento sincero y el regreso a clases.
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No sé cuánto tiempo llevo aquí...
La oscuridad es reconfortante, pero, a la vez, me da miedo...
Me dice que la acompañe...
No quiero...
Quiero abrir los ojos...
Quiero sentir la calidez del sol en mi piel...
No dejo de ver el pasado...
Cuando fui un demonio asesino...
Empiezo a recordar cuando los maté...
La mayoría lo disfruté...
Recuerdo mi antiguo hogar...
Y ahora estoy aquí...
¿Cuánto tiempo sufriré?...
¿Cuándo será el momento en que sea feliz?...
Me cansé de ser el villano...
Pero tampoco quiero ser el héroe...
Ese trato... no debí aceptarlo...
Ese trabajo... no debí pedirlo...
Esta vida... no debí desperdiciarla...
No debí tomar esas decisiones...
Quiero hallar mi propósito...
...mi propósito en esta vida...
...la razón por la que existí...
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Pasaron unos días desde el segundo ataque directo hacia el mexicano. El resultado fue la casi muerte de la enfermera.
Las maestras estuvieron sin dormir esa noche, pues temían que alguien más intentara atacar.
Con la ayuda de María y Elizabeth, inspeccionaron toda la academia. Los sucesos de aquella noche quedó como un secreto, y la única alumna que sabía de eso es Diana.
De todos modos, era de confiana por todas las profesoras.
Otra cosa que notaron fue que la mayoría de las reservas de las pociones habían sido rotas, quedando sin medicamentos la enfermería.
Al día siguiente, como una pequeña prática escolar, las maestras llevaron a las alumnas a conseguir materiales. Con esos materiales, la maestra Lukić iba a recomponer las pociones perdidas, pues no tenían el suficiente dinero como para comprar otras, pues parte del presupuesto se usó para restaurar la cafetería, la cocina y comprar comida para las alumnas y, sobre todo, las mujeres y niñas.
La mayoría consiguió con éxito la misión, pero otras batallaron un poco por ciertas razones.
Días después, gracias al cuidado de las profesoras, la enfermera logró recuperarse. Primero se asustó al recordar lo que sucedió, después se tranquilizó al saber que todo estaba bien... y después se volvió a asustar al tener en cuenta que no vigiló al mexicano durante esos días.
Ella saltó de su camilla y corrió para verlo, dándose cuenta que estaba bien. Ella sintió que su alma regresó a su cuerpo. Y, mejor aún, notó que el mexicano ya estaba en buenas condiciones. Ella sentía que dentro de muy poco, él despertaría.
Pasaron casi dos semanas desde ese ataque. Los centros de rehabilitación donde se quedarían las mujeres y niñas ya estaban hechas, listas para recibir a las mujeres y niñas.
No hace falta decir que, efectivamente, muchos de los casos de desapariciones han sido resueltos gracias a las declaraciones de muchas quienes confirmaron haber conocido a tal mujer o niña, siendo la mayoría las que no pudieron salir de ese castillo con vida.
Algunos guardias fueron enviados a Luna Nova para recibir a las mujeres y niñas para llevárselas a las nuevas instalaciones donde serán bien atendidas.
Las mujeres y niñas estaban listas, pero tristes de no poder ver por última vez a su salvador para darles las gracias. Ellas estaban decepcionadas, y las niñas tristes.
Pero no se irían de ahí sin dejar su regalo... su muestra de agradecimiento. Un regalo que estaba en una caja pequeña junto a una bolsa. Se le fueron entregados a la directora junto a unas claras instrucciones de parte de la anciana Freyre:
"Dáselo cuando despierte. Dile que siempre estaremos eternamente agradecidas con él, sin importar quién fue en el pasado..."
Y dicho esto, con una nueva oportunidad de vivir su vida, todas se fueron, con un nudo en la garganta al no creer que esto era real. Lo que antes parecía ser un sueño imposible, se hizo realidad...
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[Decimoctavo día después de lo de Drácula]
Un nuevo día es en Luna Nova.
Las alumnas no podían evitar la ausencia de las mujeres y niñas. La academia se veía más solitaria. Y todavía faltaban pocas personas, y junto a ellas...
Elizabeth: ¿Lista para regresar a casa?
María: Por supuesto.
Las últimas mujeres iban a ser llevadas, y eso incluía a María y Elizabeth, contando también al hermano de María.
Las dos señoritas querían partir hacia sus hogares, pero un joven no quería irse.
Joven: ¡E-espera, hermana! ¿N-no podemos quedarnos un poco más? A-aún no le he agradecido por habernos rescatado.
María hizo una mueca cuando suspiró. Su hermano tenía razón, y ella sentía lo mismo. Ella deseaba volver a ver al mexicano y agradecerle por lo que hizo, pero sabía que era difícil hacerlo.
María: Yo... Me encantaría, pero no ha mostrado alguna señal de que despertará.
Su hermano menor juntó las manos, esperanzado.
Joven: ¡Por favor! ¡Pudimos estar por mucho tiempo en ese castillo! ¿Qué son otros pocos días aquí? ¡Por favor, di que sí!
Ante tanta insistencia, María estaba debatiendo consigo misma sobre si quedarse o no. Eso, hasta que Elizabeth puso su mano en el hombro de María.
Elizabeth: Quédate. No creo que perjudique en algo esa decisión.
María miró con sorpresa a Elizabeth.
Elizabeth: Además, necesitarán de alguien quien las protega en lo que el héroe descansa.
Elizabeth finalizó con un guiñándole el ojo a María. María sonrió y rio mientras sacudía la cabeza.
María: ¿Qué son unos días aquí comparado con unos años en un castillo?
Dijo ella, viendo el lado bueno del asunto. Miró a su hermano y asintió.
María: Bien, pero ahora tendrás que ayudarme con la seguridad.
El joven sonrió y celebró, saltando.
María y Elizabeth se despidieron. Fue difícil para ellas, pues, durante este tiempo con Cristina, sintieron un amor familiar entre ellas, como si fuesen hermanas de sangre. Se protegían entre ellas, y fue un gran dolor que solo hayan sobrevivido dos de tres.
Ahora, separándose cual banda de los sesenta, no negaban la preocupación de la otra, teniendo la duda de qué serán de ellas.
Una última vez se vieron a los ojos, y después de dieron la espalda para no dejar ver las lágrimas. María comenzó a caminar, y Elizabeth se metió a un camión donde llevaban a las últimas mujeres. Cuando el camión arrancó, Elizabeth se quebró, al igual que María quien, al no oír el camión, se dio la vuelta para confirmar si ya se había ido por el portal Ley line.
Cuando pudo confirmarlo, dejó salir las lágrimas, susurrando "Nos vemos, hermana".
Junto a su hermano quien se sintió un poco culpable, caminaro de regreso para avisarle a la directora del cambio de planes.
~
Holbrooke: ¿Ustedes qué piensan hacer?
La directora no estaba en su oficina como María pensaba. Ella estaba en la casa de las criaturas mágicas, platicando con el primo y el Español. A su lado, estaban unas criaturas mágicas.
Primo: Yo ya dije que, cuando se despierte mi primo, me lo llevaré a México. Lo esperaré aquí hasta que despierte, pero puedo hacer labores para no ser un arrimado nada más.
La directora se entristeció un poco.
Holbrooke: Ya veo... Así que esa es tu decisión, ¿no?
Primo: Casi, directora. Ya después me enteré que él estudia aquí, y yo no quiero arruinar sus estudios. Primero le pregunto, ya después vemos qué sigue.
Holbrooke asintió.
Holbrooke: Sí, así es. Él estudia aquí. ¿Cómo lo supiste?
El primo sonrió.
Primo: Una de sus amigas me lo dijo. Me estaba pregunte y pregunta por mi primo. No quiero crear falsos, pero se ve que le gusta mi primo.
La directora rio un poco.
Holbrooke: Su primo es encantador, así que no me extraña.
Español: Encantador y aterrador.
Primo: ¿Y tú qué harás después? Tú no tienes a nadie aquí.
Español: jo, es que no sé ni pa'dónde ir. Me costó mucho irme de mi país como para regresar solo para mantener a un rey.
Holbrooke: ¿Entonces, qué harás?
Español: Esperaré a que el chico se despierte.
Todos miraron extrañado al español.
Primo: ¿Y por qué mi primo?
Español: Es que, si al final decide quedarse, yo podré usar su boleto de avión y así no pagar el viaje.
Primo: Pero irías a México.
Español: No hay mucha diferencia. Recuerda que México era de España.
Primo: -_- Era.
En ese momento, alguien tocó la puerta.
Primo: ¿Quién es?
¿?: ¡Yo!
Primo: ¡Pásale!
La puerta fue abierta, dejando ver al joven entrar siendo seguido por María.
María: Guau... Qué lindo lugar.
Holbrooke: ¡Dios mío! Pensé que te irías con Elizabeth.
María miró a la directora y se rascó la cabeza.
María: Sí... Mi hermano quería quedarse un poco más para agradecerle al joven que lo salvó...
María se rascó la cabeza para recordar el apodo con el que se oculta.
María: Ehm... "México", ¿no es así?
Holbrooke: Entiendo.
El joven se acercó a la directora y juntó las manos.
Joven: ¡Prometo ayudar aquí! ¡Cuidaré, limpiaré, cocinaré-!
Primo/Español: ¡¡No!!
El joven y la directora se asustaron por el grito de los dos adultos.
Primo: ¡Por Cristo rey, jamás vuelvas a tocar una estufa!
Español: ¡¿Serás tonto?! ¡Aún me arde mi zona quemada por intentar usarla!
La directora se extrañó por la actitud de los señores.
Holbrooke: ¿Pasó algo de lo que no me haya enterado?
Primo/Español: 0_0 ...
~
Restrospectiva...
Primo: Listo, ahora solo falta meter el pastel en el horno.
Joven: ¡Yo me encargo!
El joven cargó el pastel medio hecho y lo llevó hacia la estufa que tenía el horno. El primo y el Español se recargaron sobre una mesa para descansar.
Español: Fiu, cocinar para monstruos es una cosa, pero cocinar para muchas personas es otra cosa.
Primo: Te acostumbrarás. Yo antes era cocinero en un restaurante.
Español: ¿En serio? Eso no me dijiste.
Primo: Nunca me preguntaste.
Joven: Listo.
El joven regresó con ellos, contento.
Español: Pues, nada, a descansar.
Los tres ahora estaban recargados sobre una mesa, bebiendo un poco de agua.
Eso, hasta que, después de unos segundos, el primo olfateó algo.
Primo: ¿Soy yo o huele a gas?
Español: ¿Eh, niño, sí prendiste el horno?
El joven miró al español, extrañado.
Joven: ¿Prender? Tú dijiste que metiera el pastel en el horno.
Español: ¡¿Nada más?!
Joven: Ehm... ¡Oh! Después giré todos los relojes para que se hiciera el pastel y ya.
Los dos adultos voltearon hacia el horno sólo para ver que todas las manijas estaban al tope, tirando mucho gas. Los dos se alertaron.
Primo: 0_0 ¡¡Salgamos de aquí antes de que explo-!!
Muy tarde...
Fin de la retrospectiva...
~
Holbrooke: ¡Qué terrible! ¡¿Cuándo sucedió eso?!
Español: ¿Recuerdas cuando atacaron esta escuela la primera vez?
Holbrooke: Así es.
Español: Pues no fue ese día.
Primo: La cosa es que, que nos ayude el chico en cualquier cosa, pero tiene prohibido entrar a la cocina.
Joven: ¡¿Yo cómo iba a saber cómo se usa una estufa?! ¡Fue un espantapájaros la mayor parte de mi vida!
Español: Eso no es excusa, chaval. Simplemente no está en tu sangre cocinar.
María: ¡Oye! ¡Por si no lo sabes, yo sé cocinar!
Exclamó María, defendiendo a su hermano. El español miró a María de pies a cabeza y después soltó una risa.
Español: Hombre, de ti me extrañaría que no supieras.
María: ¡¿Qué quieres decir con eso?!
Primo: ¡¡Calmantes montes, calmantes montes!! ¡¡No discutan o los dos se van de la escuela!!
María y el Español vieron al primo, y después analizaron lo que dijo. Un poco molesta, María hizo caso. El español también, pero no estando molesto.
La directora le agradeció al primo por calmar la situación.
Holbrooke: Volvamos al asunto... Se quedarán temporalmente hasta que el joven Tenochtitlan vuelva a despertar, ¿entendí mal?
Todos negaron con la cabeza.
Holbrooke: Y harán algunos labores en lo que están aquí, ¿verdad?
Todos asintieron con la cabeza.
Holbrooke: Bien, pero deben de seguir unas reglas. Dentro de muy poco, las clases se van a reinaugurar, y no quiero que haya problemas con las alumnas.
Todos asintieron.
Holbrooke: Bien, entonces será todo por ahora. Ya es tarde, así que deberían ir a cenar algo.
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[Vigesimoquinto día después de lo de Drácula]
Otros días pasaron, y el primo, el español, María y su hermano fueron nombrados conserjes y protectores temporales de Luna Nova.
Durante ese día, no pasó la gran cosa, pero una cosa que sí destacamos es que, la directora, solicitó una reunión con el Conde y Ministro del país. Ya acordaron el día de la reunión, la cual faltará unos días, pues la agenda del Conde estaba saturada. Además, le servía a Luna Nova para volver a como era antes.
Y desde ese día, pasaron nueve...
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[Trigésimo cuarto día después de lo de Drácula]
La academia estaba más cerca de reanudar sus estudios. Habían acomodado la clase de defensa entre las materias, siendo una nueva profesora la que la impartiría, y sería presentada un día antes de las clases.
Hoy era sábado, y el lunes iban a comenzar las clases.
Todas estaban emocionadas de por fin volver a la normalidad. Ya no tenían tantas pesadillas sobre monstruos como los primeros días. Lo que más querían era estar en clase, oyendo a la profesora mientras ellas se mueren del aburrimiento.
Ya era de noche, lo que significa que ya era la hora de dormir.
En el Equipo Rojo, las tres chicas, Akko, Lotte y Sucy, estaban hablando sobre lo agitado que han sido estos días llenos de peligro.
Akko estaba cada vez más emocionada. Lotte temía un poco de los enemigos, pero confiaba en que todo saldría bien. ¿Sucy? Bueno, ella pudo probar sus venenos en muchos tipos, obteniendo resultados "positivos".
Akko: ¿Ustedes ya extrañaban las clases?
Preguntó Akko, acostada en su cama mientras tenía sus manos detrás de su cabeza.
Lotte: Sí, es bueno volver a clases, pero temo que no sean como eran antes. Nunca he visto tantas amenazas constantes. Y todo por un objetivo...
Sucy: Asesinar a México.
Continuó Sucy después de que Lotte guardara silencio, pues ella no quería ser la que dijera eso.
Akko: ¡Hmph! ¡Eso nunca pasará! ¡Estaremos para protegerlo, y él para prptegernos a nosotras!
Sucy: No mientras no despierte.
Akko: ¡Él lo hará detro de poco!... Espero...
Una de las cosas más deprimentes que ha pasado es ese sentimiento. Que el mexicano no haya despertado en un mes era preocupante. Según datos de la enfermera, quien ya está mejor de salud, no ha mostrado signos de conocimiento.
Era una de las mayores preocupaciones de sus amigas. Ni siquiera con las pociones de Sucy pudo despertar. Ella tenía la mayor confianza, pero no fue así al final.
Lotte: É-él lo hará... ¡Él es fuerte!
Dijo Lotte, animando a sus amigas.
Lotte: ¡Puede que sea un dormilón como antes, pero siempre despierta, tarde o temprano!
Akko sonrió por las palabras de Lotte, incluso Sucy. Además, Sucy agregó:
Sucy: Sí. Y si no despierta, Akko siempre puede morderlo.
Akko: Sí... ¡¿Eh?! ¡¿Oye, por qué sacas eso?!
Lotte empezó a reír por eso, al igual que Sucy. Akko hizo un puchero, pero después de unió a ellas, dejando de lado las preocupaciones.
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En el Equipo Verde, Amanda pensaba en las cosas que ella podría hacer con el mexicano una vez que él despierte.
Amanda: ¿Ustedes creen que pueda hacer cosas geniales con ese poder raro que tiene?
Preguntó Amanda, emocionada.
Jasminka: Podrían contratarlo como antorcha olímpica, o para rostizar pollos.
Dijo Jasminka, imaginando al mexicano como una fogata humana. Por otro lado, Constanze pensó profundamente qué podría hacer el mexicano con ese poder. No conoce el poder a fondo, y lo ve como un simple fuego. Ella se encogió de hombros al no imaginar nada con ese poder raro.
Amanda: Ya quisiera enfrentarlo en un duelo. ¡Lo quiero ver arrodillado frente a mí!
Jasminka: ¿Crees estar a su nivel?
Preguntó Jasminka, teniendo dos fritiras en ambas manos, una más grande que la otra.
Jasminka: Él enfrentó miles de monstruo y rescató a muchas personas. Y tú... tú eras una de esas personas.
Amanda se enojó un poco, cómicamente, y trató de excusarse.
Amanda: ¡E-es porque no tenía conmigo mi varita ni mi escoba, eso es todo!
Jasminka: Él no usó una escoba ni una varita. Usó lo que tenía a su disposición.
Amanda: ¡Pff! Cualquiera lo hace.
Jasminka: Si tú lo dices.
Finalizó Jasminka, llevándose la fritura más pequeña a su boca. Amanda miró a Constanze y le preguntó:
Amanda: ¿Cons, tú crees que tengo una oportunidad contra él?
Constanze se puso nerviosa. Como respuesta fácil, se escondió en su cobija, dejando a Amanda cómicamente molesta, otra vez.
Amanda: ¡Bah! ¡¿A quién le importa eso?! ¡Eso lo veremos una vez que lo enfrente!
Amanda se recostó en su cama, pensando en ello.
Mente de Amanda: (¿Yo... tendré una oportunidad contra él?... ¿O... con él?...)
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En el Equipo Azul, todas ya estaban preparadas para dormir. El único faltante era el mexicano, pero, de todos modos, dormía en el incómodo sofá.
Hannah y Barbara estaban, como de costumbre, platicando de cosas triviales antes de dormir.
Diana, como de costumbre, estaba leyendo antes de dormir. Estaba investigando sobre la historia de México para hallar alguna relación entre las Nueve Brujas Ancestrales y ese país, pero no hallaba nada. Lo único que obtuvo fue el conocimiento de la guerra sin fin que ha estado viviendo el país más alegre y taquero del mundo.
Eso le frustró un poco, pues no avanzó nada en su investigación durante este mes. Ella podría avanzar si violara la privacidad del mexicano y revisara en su maleta, pero, como Cavendish, tenía que cumplir con su palabra de respetar.
Otra costumbre de ella era escribir sus pensamientos diarios, y es lo que estaba haciendo ahora, después de la investigación fallida.
Después de escribir lo que tenía que escribir, ella cerró su libro, dejó sus cosas y se dirigió a su cama para poder dormir. Mañana presentaban a la nueva maestra, así que era de vital importancia estar bien descansada.
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Al día siguiente...
Todas las estudiantes, temprano, se reunieron en el auditorio, todas con sus uniformes de brujas.
Las profesoras estaban de pie detrás de la directora quien estaba dando un discurso muy largo. Entre las profesoras, vieron a la nueva profesora que estaba entre ellas. Podían ver la seriedad y profecionalismo en su rostro.
Holbrooke: Como muchas ya saben y han notado, tenemos a una nueva profesora para impartir la materia de Defensa y Fortalecimiento. Pudimos incluir la materia gracias a sus peticiones. Ahora, les presento a su nueva profesora: La señora Agatha Ferris.
Todas recibieron con un aplauso a la señora que, al ser nombrada, pasó al frente para presentarse. Sus paso sonaron con fuerza, y hacía saltar un poco a las profesoras que estaban cercas de ella.
El traje que ella vestía parecía ser militar, adornado de unas medallas, en su mano tenía un látigo de entrenamiento, y portaba un gorro que tenía escrito, en una placa de oro "Bruja de la Noche".
Cuando se detuvo frente al atril, con su mirada hizo que todas guarden silencio y que algunas tragaran saliva. Ella sonrió con autoridad.
Agatha: Buenos días, brujitas. Escuché que tienen ancias por hacerse más fuertes. Yo acepté ser su maestra de Defensa y Fortalecimiento sólo porque ya han recibido muchos ataques, y vi un poco de potencial si ustedes están dispuestas a superar sus límites. Tal vez no me conozcan, pero yo participé varias veces en las olimpiadas, ganando las medallas de oro en cada sección. Pero se me conoce más por ser parte... de Las Brujas de la Noche.
Ante esa última información, todas las que tenían el conocimiento del tema jadearon por el asombro, murmurando entre ellas.
La que menos tenía conocimiento era Akko quien no sabía mucho de eso.
Akko: ¿"Las Brujas de la Noche"? Jamás oí de ellas.
Lotte: ¿No has oído de ellas?
Preguntó Lotte.
Sucy: Ni siquiera es algo exclusivo del mundo mágico. Ellas fueron parte vital de la segunda guerra mundial, siendo un temible escuadrón de solo mujeres.
Akko: ¡¿Qué?! ¡¿En serio?!
Sucy: Debes estudiar más la historia...
Agatha: Veo que muchas ya me reconocieron. Deben sentirse afortunadas de que yo sea su profesora, de ahora en adelante... ¡¿Podrán seguirme el ritmo?!
Todas gritaron "¡Sí!", emocionadas.
Agatha: ¡Así me gusta! ¡Solo les dijos que las clases conmigo serán duras, así que no quier oír quejas más tarde. ¿Entendido?
Todas se quedaron calladas por unos segundos, en duda.
Agatha: Pregunté: ¡¿Entendido?!
Todas, del susto (ya que su grito hizo temblar la academia), gritaron "¡Sí!".
La nueva profesora asintió. Volteó hacia la directora y dijo:
Agatha: Ya terminé, directora. Estas chicas se convertirán en las mejores.
Holbrooke: No lo dudo.
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Al día siguiente...
Por fin comenzó, otra vez, las clases de magia en la academia de Luna Nova. Todo transcurrió con normalidad, y todas se alegraron de por fin dar un suspiro de alivio, pues no se presentó nada nuevo. No hubo problemas, no humo amenazas, no hubo desorden.
Pero el día era cuando la tranquilidad ocurrió, pues de noche sucedió algo...
En la enfermería, cuando la enfermera decidió echarse una siesta con la confianza de que el mexicano ya no presentaba problemas... él abrió los ojos.
Él despertó.
Fin del capítulo 54.
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Bueno, eso sería todo.
Sí, sé que todo fue muy apresurado, pero, pues, tenía que hacerlo, pues no quería aburrirlos con capítulos "de relleno".
¿Cual era mi plan original? Un pequeño arco donde, cada día, algo nuevo pasaba, pero luego pense y dije "tengo planeado que sea más de un mes en el que el mexicano esté en coma, pero es demasiado... Los lectores se aburrirán".
Aunque, ese era mi plan (no aburrirlos xd): hacer notar que el mexicano estuvo en coma por un tiempo.
Al final, no hice lo que planeé xdn't.
En fin, espero que les haya gustado este capítulo.
Si es así, qué bien.
Y si no, también xd.
Me despido.
Adiós y que Dios los cuide y bengida (sean creyentes o no).
¡¡Nos vemos!!
¡¡¡¡TIMOITASE!!!!
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