Capítulo 47: T/N T/A contra Drácula.

Capítulo 47: T/N T/A contra Drácula.

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En la última y más alta habitación del castillo, descansa Drácula en su trono viejo, con una pierna sobre la otra, y recargando su cabeza en su puño mientras que, en su otra mano, tenía una copa de sangre.

Las brujas escucharon que la pelea de afuera se calló por completo. Drácula esperaba que La Muerte traiga el alma del joven mexicano. Las brujas esperaban que sea su amigo vivo el que cruce la puerta.

Entonces, todos se sintieron nerviosos cuando la puerta comenzó a abrirse lentamente.

La puerta chillaba lentamente conforme la puerta se iba abriendo. Los nervios estaban matando tanto a las brujas como a Drácula. Algunas se taparon los ojos para no ver, pero su curiosidad las obligaba a abrir un poco los dedos para ver quién entraba.

Al final, el alivio llegó solamente a las brujas cuando una mano humana, seguida de una cabeza, entró a la habitación.

Drácula y todas te vieron a ti.

Usted entró, por fin. En tu mano izquierda tenías el cráneo de La Muerte, y sus ojos estaban apagados. Ese cráneo, apesar de ser puro hueso, se veía en terror plasmado en él.

Caminaste lentamente, poniendo un poco nerviosas a las brujas las cuales sentían que sus corazones saldrían de sus pechos por el nerviosismo. Sus respiraciones iban acelerando. Sentían calor por el rápido flujo sanguíneo.

Usted por fin pudo localizar a Drácula, sentado en su trono con suma tranquilidad el cual te veía directamente entre las sombras.

Aunque Drácula aparente estar tranquilo, por dentro estaba nervioso y asustado al igual que tú. En el momento que cruzaron miradas, sintieron mariposas en el estómago. Los dos deseaban enfrentarse, pero, por esperar tanto, temían un poco del otro. Habían oído, y lo han sentido, que eran poderosos, así que la suerte puede irse de lado de quien se le plazca.

Usted miró, en una jaula, a tus amigas. Eso te ayudó a estar un poco tranquilo. Pudiste ver a todas las que se llevaron, y no parecían estar dañadas o algo.

El silencio era tal que incluso Drácula se incomodó, y te lo hizo saber.

Drácula: Es... un poco incómodo, ¿no?

Tu atención volvió a él.

Drácula: Esperaba este día, el momento de enfrentarte, pero... esto me trae una sensación extraña. Eres, sin duda, un fenómeno... una eminencia.

Usted tragó saliva. Inspiraste y suspiraste para estar un poco relajado.

T/N: Sí, es un poco raro, apesar de que te tengo un gran odio.

Tu mirada se hizo más dura.

T/N: Por tu culpa, murieron muchas personas inocentes.

Drácula: ¿Tú me diciéndome eso? Tú mataste a mi ejército. ¿Qué diferencia hay entre monstruos y humanos? ¿Por qué importa matar a unos y los otros no?

T/N: No te creas importante por haber exterminado a tus tropas. Antes, ya había exterminado una comunidad completa de monstruos, salvajes y gente malvada.

Drácula: ¿No es tu primera vez luchando con monstruos?

Preguntó Drácula, interesado por saber un poco del contrincante. Por otro lado, las brujas oían todo con atención.

T/N: Eso pensaba, pero sucedió algo en tu castillo que me hizo recordar todo...

Usted recordó las cosas que hiciste y deseaste olvidar. Cosa que aprovechó el Charro Negro en ese entonces.

T/N: ¡Ahora, mi misión es derrotarte para que no causes más daños a los inocentes!

Drácula: ¿Y qué hay de ti...? Ehm, ¿cómo debería llamarte? ¿"Belmont", "Van Helsing", o, tal vez... "T/A" o "L/N"? Te pareces a ellos, pero... tu piel no me logra convencer del todo. No eres de tez blanca como todos. ¡No eres más que una miserable pila de secretos!

T/N: Llámame como sea. Muchos me han confundido durante estas horas de puras batallas y también me criticaron por mi color de piel.

Drácula: No lo creo así. No somos tan monstruos para hacer algo como el racismo.

T/N: Ajá. Por cierto...

Usted le mostró el cráneo de La Muerte.

T/N: Te mandan saludos.

Acto seguido, usted le arrojó el cráneo directamente a él, pero Drácula lo rompió en pedazos con su mano.

Los trozos pequeños cayeron al suelo; otros pocos, para el desagrado de Drácula, cayeron en su copa de sangre. Él miró el líquido moverse. Él cerró los ojos, manteniendo la calma.

Drácula: Esperaba que La Muerte te hubiese derrotado, pero no era más que falsas esperanzas.

T/N: No me importa lo que esperas o lo que quieras. ¡Vine de Luna Nova para acabar contigo y a salvar a mis amigas!

De nuevo, la habitación quedó en completo silencio. Las brujas se conmovieron por tus palabras, pero esperaban la respuesta de Drácula ante tu plan.

Drácula: ... Sí...

Drácula arrojó la copa que tenía en sus manos y se levantó de su trono. Usted subió la guardia.

Drácula: Fue exactamente lo mismo que me dijo el anterior. ¡Pero basta de charlar! ¡Tú debes morir!

Acto seguido, Drácula desapareció de su ubicación y apareció detrás tuyo.

Akko: ¡Cuidado!

Usted ni siquiera pudo voltear. Drácula te agarró de los brazos y te morvió el cuello, asustando a todas.

Lotte: ¡¡México!!

Amanda: ¡Santa mierda! ¡No!

Hannah: ¡Qué horror!

Todas entraron en pánico. Barbara iba a usar su varita para usar el último hechizo que le queda, pero, para confusión de todas, Drácula comenzó a sacar vapor de la boca, obligándole a soltarte y alejarse de ti.

Drácula: ¡Aaaargh!

La boca de Drácula sacaba humo... humo bendito.

T/N: Eres un vampiro. Sabía que intentarías morderme como los anteriores. Por eso, ¡me bañé de la agua bendita para tenerla como escudo y así no puedas tocarme!

Todas suspiraron con alivio. No esperaban una jugada así.

Hannah: ¡Así se hace!

Barbara: ¡Bien hecho!

Drácula esperó un poco a que su boca se recupere y así poder hablar.

Drácula: Entonces, te subiestimé...

T/N: Eso dijeron los anteriores.

Usted se burló, usando una frase similar a la que él te soltó.

Drácula hizo unos movimientos con su boca para saber si ya estaba mejor. Confirmando que sí, él volvió a hablar.

Drácula: Intenaré ser precavido. No pensé que tendrías en tu poder algo como la agua bendita.

Usted apretó el puño.

T/N: No lo tenía. ¡Fue gracias a María que tengo eso! ¡Y tú pagarás por su muerte!

Las brujas se taparon la boca por la revelación. "Es cierto" pensaban algunas. "Ella no lo está acompañando".

La muchacha que las guiaba a la salida murió, y se les hacía difícil de creer ya que demostró ser fuerte e imparable ante los monstruos. Era una noticia difícil de digerir.

T/N: Gracias a ella...

Usted recordó a las demás: Elizabeth y, sobre todo, a Cristina.

T/N: Gracias a ellas, ¡yo pude llegar hasta ti!

Usted corrió hacia Drácula para golpearlo en el estómago, pero...

T/N: ¡¿Qué?!

Usted, al momento de tocarlo, atravesaste su cuerpo que parecía estar en un estado gaseoso. Usted cayó al suelo después de atravesarlo.

Drácula: No eres el único con sorpresas, Belmont.

Drácula invocó unos aros de fuego en el suelo. Uno de esos, estaba debajo de ti.

T/N: ¡Chín!

Y usted giró para salir de este antes de que un pilar de fuego saliera. Pero, donde aterrizaste, otro aro se creó, obligándote a girar.

Drácula: ¡Vamos! ¡Intenta esquivar todo lo que puedas, Belmont!

Usted no dejaba de girar, pues otro aro se creaba justo debajo de ti al esquivar uno.

T/N: ¡Grrr, estúpido!

Usted por fin lanzó un ataque con el látigo.

Mente de T/N: (Por algo pasé un infierno para conseguirlo... ¡Es el momento!...)

Usted tenía en mente agarrarlo del cuerpo con la cadena del látigo, pero este pasó de su cuerpo ya que se hizo una especie de humo. Usted comenzó a preocuparse.

Mente de T/N: (¡¿S-será que me falta algo?!)

Por otro lado, las brujas analizaban el combate. También estaban extrañadas del por qué no puedes atacarlo. Intentaban ver algún punto, una clave para la victoria hacia la humanidad.

Barbara: D-Diana...

Diana, sin quitarle los ojos de encima a la batalla, le prestó atención a su amiga y compañera de habitación.

Barbara: ¿Qué tal si usamos las varitas?

Diana: Por más que me gustaría, temo que esta jaula tenga algo que lo impida. Jamás sabremos si sea cierto o no, pero... no hay que arriesgarnos. Confío en él.

Barbara, dudosa de esa suposición, hizo caso.

Diana: Si algo malo le sucede, no importa el resultado en nosotras, nosotras actuaremos para impedir otra desgracia.

Barbara no dijo nada, sólo siguió viéndote. Usted seguía tratando de atacarlo, pero era imposible y sólo recibías ataques de proyectiles, ya sea de fuego u oscuros... aveces era una lluvia de proyectiles.

Lotte: Si de por sí él tenía cicatrices... ahora tendrá más que antes.

Sucy: Bueno, entonces habrá más historias para que él le cuente en el futuro a sus hijos.

Lotte: T-tampoco hay que olvidar que ya tenía siendo un niño...

Lotte sintió tristeza al recordar eso.

Lotte: Quiero... que ya no pase por cosas difíciles o peligrosas.

Volviendo contigo, usted no se le ocurría algo para hacerle daño a Drácula.

T/N: ¡Muere, monstruo! ¡Se supone que ya no eres de este mundo!

Drácula: ¡No estaba en mis manos reencarnar, otra vez! ¡Fui invocado por humanos que me pagaron el tributo! ¡Ni siquiera quería venir a tu mundo! ¡Eso no estaba en mis planes!

Drácula se arriesgó y apareció delante de ti, tomándote por sorpresa. Drácula vio, en tus ojos, temor. Drácula te dio un rodillazo, aprovechando su estatura, en tu barbilla, mientras decía:

Drácula: ¡¡Y no fue más que un sólo hombre para traerme aquí y acabar solamente contigo sin antes hacerte sufrir por nacer!!

Usted escupió sangre. Baba y sangre tenías en al boca y esta caía al suelo. Usted dio tres pasos atrás.

T/N: ¡¿Y por qué?!

Preguntaste, con coraje y con la voz casi rompiendo en llanto. Las brujas sintieron su corazón estrujarse al oírte en este estado.

T/N: ¡¿Yo qué hice?! ¡¿Por qué yo merezco está suerte y vida de mierda?! ¡¡Yo no elegí mi destino, simplemente lo gané sin saberlo y sin quererlo!!

Los ojos de Drácula comenzaron a brillar de un color rojo. El saltó hacia atrás.

Drácula: Tus palabras son sinceras, pero son vacías como tu alma.

Dicho eso, Drácula lanzó un rayo de sus ojos, perforándote una pierna, dificultando tu caminar. Soltando un grito menor, usted continuó.

T/N: ¡¡Si hubiera sabido que así sería mi vida, me hubiera retirado desde antes!!

Akko: M-México...

Usted corrió hacia él, con dolor y derramando sangre. Usted saltó para darle un puñetazo en la cara, pero, justo en el momento que saltaste, Drácula creó un aro de fuego frente a él.

Drácula: Hasta aquí llegaste. Quedarás más quemado.

T/N: ¡Eso es racis-!

Pero usted quedó atrapado en el fuego, no terminando tu oración.

Akko: ¡¡No!!

Exclamó Akko.

Sucy: '¡No mueras...!'

Susurró Sucy.

Pero, para sorpresa de Drácula, usted salió, humeando, pero vivo.

Drácula: ¡¿Qué?!

Con los ojos llenos de lágrimas, usted le iba a golpear en la cabeza, pero este se teletransportó hacia otro lado de la habitación.

Esa acción de parte de Drácula le llamó la atenció a Diana, Lotte, Sucy y a Ursula. Pudieron notar su desesperación y miedo en su acción.

Diana: Cuando Tenochtitlan lo iba a atacar en alguna parte de su cuerpo, este no evita el ataque...

Comentó Diana.

Lotte: P-pero sí cuando lo iba a atacar en la cabeza.

Agregó Lotte.

Ursula: No creo que sea por el miedo o la sorpresa de verlo vivo tras ese ataque, sino por otra razón.

Sucy suspiró y habló.

Sucy: Una vez no basta, pero, dos veces... ya será suficiente para comprobarlo.

Usted, en el suelo, intentó aguardar la calma mientras respirabas agitadamente. Sentías ardor en todo el cuerpo por aquel pilar de fuego y las heridas que ganaste. Tu cabello y unos pelos corporales lograron quemarse, pero no todos. Tu traje se iba desgastando más de lo que ya está.

Mente de T/N: (Pude acercarme, pero no logré nada. No le he hecho daño, aún...)

Drácula, un poco despistado, intentaba idear una estrategia en lo que descansabas.

Mente de Drácula: (Por poco me da en la cabeza... Debo de tener cuidado con mis movimientos... Debo seguir atacándolo desde la distancia...)

Usted, para no dejarlo pensar mucho, atacaste con tu látigo para darle en la boca, pero este ladeó la cabeza, haciendo que tu látigo se atasque con la pared detrás de Drácula.

Drácula: Apesar de que hayas enfrentado a algunos de mis secuases que son poderosos, te veo en dificultades conmigo. Ocultas un poder, ¿no?

T/N: Algo así, aunque no diría que es propio, pues aparece en momentos inesperados, para mí. ¡Y eso me molesta!

Usted jaló el látigo para que la cadena regrese contigo, pero, al jalarla, se llevó un pedazo de la pared, golpeando a Drácula en la nuca quien no esperaba eso. De hecho, nadie esperaba eso.

T/N: ¡Ngh!

Usted le hizo daño, y las brujas confirmaron su teoría con ese accidente.

Diana: ¡La cabeza!

Exclamó Diana.

Diana: ¡Atácalo en la cabeza!

Usted miró a Diana. Después, usted sonrió, pues supiste algo muy importante.

Mirando a Drácula, usted dijo, con descaro, burla y confianza:

T/N: Así que el rey de la nochecita tiene débil la cabechita, ¿no?

Drácula: Pero hay más probabilidad de que tú seas el que caiga.

Otro nuevo round comienza, y tú sabías dónde atacar, esta vez.

Drácula alzó su brazo, invocando unas esferas de doble color, azul y rojo, las cuales salieron disparadas con mucha velocidad como proyectiles.

Usted usó el látigo para desaparecer algunas, pero las otras pasaban de los ataques, rozándote.

T/N: ¡Toma!

Usted atacó con el látigo a Drácula, dándole en la cabeza y ocacionándole un nuevo daño.

T/N: ¡Vamos, esto apenas está comenzando!

Usted ya estaba recuperando los ánimos. El no haberle hecho daño antes te estaba frustrando. Tanto que tus sentimientos débiles iban apareciendo. Ahora que ya sabes cómo dañarlo, la confianza regresó en ti. Pero un pequeño agujero en la pared te llamó la atención, pues una luz entró de ahí, encandilándote un poco. Usted sabía qué era esa cálida luz.

Mente de T/N: (El sol... ¡El sol derrota a los vampiros!)

Usted corrió hacia Drácula. Drácula intentó cortarte la cabeza con sus uñas, pero usted lo esquivó y saltaste para darle un puñetazo limpio en toda la cara seguido de una patada.

Usted hizo eso para hacerlo enfadar, cosa que sirvió. Corriste hacia la pared donde entró la pequeña luz y le gritaste a Drácula:

T/N: ¡¿No que muy riatón, Draculón?!

Drácula no entedió tu mensaje, pero supo que te estabas burlando de él. Drácula comenzó a crear un ataque con sus manos.

Drácula: ¡Te mataré!

Drácula lanzó el ataque, pero este fue muy rápido, para tu sorpresa. Usted, como único recurso, te cubriste con tus brazos. El ataque chocó contigo e hizo explosión, tirando toda la pared completa detrás de ti.

~

Hace unos segundos, los que escaparon del castillo estaban aún esperando. No ocurría otra novedad, a excepción de...

Alumna de Luna Nova: ¡Miren, el sol está saliendo!

En el horizonte, el cielo comenzaba a iluminarse, y el rojo de la luna comenzó a mezclarse con el color matinal del cielo.

Elizabeth: Cuando el sol y la Luna se alineen, Drácula comenzará su ritual.

Dijo Elizabeth, preocupada.

Holbrooke: Pero, ¿cómo sabremos si lo logrará o no? El joven Tenochtitlan y la señorita María ya se tardaron.

En ese momento, algo hizo temblar todo el lugar mientras un gran estruendo se escuchó. Las mujeres, alumnas y maestras casi perdían el equilibrio, aunque otras sí cayeron al suelo.

Una explosión en la torre más alta del castillo fue lo que hizo eso. Todas voltearon a ver cuando los escombros salieron volando. Una pared fue destriuda. No sabían qué fue, pero de algo sí sabían:

Joven: ¡Ya está luchando con Drácula!

Todas miraron hacia allá para ver si alcanzaban ver algo. El sólo oír que usted ya está luchando contra Drácula las hizo estremecerse, pues sería la batalla final y la decisiva. Muchas cosas están en juego en este momento.

Primo: Verga... siempre sí trabajamos para un vampiro.

Español: Madre mía, Williberto...

Primo: No me llamo "Williberto".

~

Las brujas enjauladas esperaban una señal de vida de ti. La explosión del ataque de Drácula fue tan devastadora que hizo temblar el castillo y los lugares cercanos de este.

El polvo cubría la zona de impacto, pero una luz solar la iluminaba.

Akko: ¿Esa es... la luz del sol?

Drácula esperaba con silencio para ver si usted había muerto o algo, pero, mediante el polvo se iba dispersando... una silueta se hacía presente.

Usted, gravemente herido, te mantenías de pie y con la cabeza en alto. Tus jadeos eran fuertes.

T/N: Por favor...

Dijiste, entre jadeos.

T/N: Que no se repita...

Otra vez jadeaste.

T/N: Esa mamada...

Las brujas comenzaron a alterarse por tu estado.

Akko: ¡México!

Lotte: ¡N-no te rindas!

Ursula: ¡Por favor!

Perplejo, Drácula veía cómo seguías de pie tras recibir ese ataque, de lleno.

Drácula: ¿Tanto les importa a ellas?

Se preguntó, mientras las brujas le aventaban ánimos.

Drácula: ¿A estos extremos están destinados a correr?

T/N: ¡La luz...!

Usted se recompuso un poco mientras exclamabas:

T/N: ¡La luz del sol mata a los vampiros!

Drácula: ¿Eh?

Drácula se dio cuenta que la luz del sol entró en la habitación y cada vez iba ganando más terreno.

Amanda: ¡Bien jugado!

Las brujas se alegraron cuando eso pasó, pues la debilidad de un vampiro es la luz solar...

Drácula: ¿El sol? ¿Dices que el sol mata a los vampiros?

Pero... Drácula avanzó para ser tocado por la luz solar... Y no le pasó nada.

Usted, junto a las demás, se espantaron al ver al rey de la noche estar normal bajo la luz del sol.

Drácula: A un vampiro normal, tal vez, pero... a mí no.

Usted retrocedió un poco. Te sentiste en jaque al ver que tu plan falló.

Drácula: El sol sólo debilita mis poderes, mas no me hace daño.

Apesar de eso, Drácula se comenzó a esconder en la oscuridad, sin teletransportarse.

T/N: ... Verga, entonces no se me ocurre nada.

Drácula: Tranquilo...

Dijo Drácula, preparando otro ataque.

Drácula: A mí se me ocurren muchas maneras de hacer sufrir a tus amigas.

Pero ese comentario te desagradó, y las brujas lo notaron.

Empuñando firmemente el látigo, con furia, usted dijo:

T/N: Ahora sí te daré en toda la Notre Dame...

Usted sacó la cruz de metal y la lanzaste para clavársela en la frente al rey vampiro. Drácula saltó hacia un lado para esquivarla, haciendo que pasara por una ventana, rompiéndola.

Usted lanzó la cadena del látigo para atacarlo mientras te acercabas. Drácula, acorralado por tu ira, lanzó varios ataques de fuego, pero usted, o los esquivabas o pasabas entre ellos, recibiendo el ataque, pero acercándote más a él. Eso le ocasionó escalofríos al vampiro, pero preocupación a tus amigas.

Sucy: ¡Tonto, esquívalos o perderás la vida!

T/N: ¡Antes muerto que perder la vida!

Exclamaste.

Sucy: ... ¿Eh?

Usted logró estar cercas del vampiro, pero, justo cuando le ibas a golpear la cabeza, este se convirtió en muchos murciélagos y se apartó de ti, haciendo que algunos murciélagos te rasguñen o muerdan.

Volviéndose a formar, él te cuestionó:

Drácula: ¡¿Si las mato, te unirás a mí?!

T/N: ¡'Tas pero bien pendejote!

Drácula, sin darse cuenta, la cruz regresó por la ventana y lo golpeó directamente en la cabeza.

Drácula: ¡Aargh!

T/N: ¡Cómete eso!

Usted, sin perder el tiempo, saltaste para agarrarlo de las orejas.

Soltando un gruñido, usted lo lanzó hacia la luz, acorralándolo definitivamente.

T/N: ¡Intenta escapar, Drácula!

Drácula no podría usar sus poderes por la luz. Él intentó correr hacia las sombras, pero usted lo embistió, dándote cuenta de algo.

T/N: Yo... puedo... tocarte...

Drácula: ¡Insolente humano!

Usted rio.

T/N: Ahora sí verás...

A Drácula le comenzó a llover unos puñetazos en la cara y pecho. Con la punta del látigo, usted lo golpeó para abrirle la piel.

Drácula intentaba usar su única arma bajo el sol: sus uñas afiladas; pero usted no lo dejaba.

Encajaste la cruz en su pecho y dijiste, mientras lo agarrabas de un brazo:

T/N: ¡Ve a tomar el sol, maldito zancudo!

Drácula: ¡¿Por qué "zancudo"?!

T/N: ¡¡Porque los dos chupan sangre y están chingue y chingue!

Y dicho esto, usted lanzó a Drácula al exterior, siendo bañado por la luz del sol mañanero mientras caía del castillo... gritando.

~

Finnelan: ¡Imposible!

Enfermera: Ese es...

Todas vieron a Drácula el cual salió volando de la última habitación y más alta de todas.

Alumna de Luna Nova: ¿Lo venció?

Preguntó una chica, no creyendo eso.

Alumna de Luna Nova: ¿Realmente ganó el chico nuevo?

Joven: ¡Eso es!

Todas celebraron mientras el cuerpo de Drácula caía.

Elizabeth suspiró.

Elizabeth: Al final... sí tuvo que venir un guerrero a salvarnos...

Elizabeth miró al cielo.

Elizabeth: ¿no?

Pero Drácula, mientras iba cayendo, tenía cerrado los ojos.

Entonces... los abrió... mostrando sus ojos completamente rojos.

Finnelan: ¡Escuchen todas: Drácula se detuvo!

Todas, quienes estaban festejando de manera eufórica, volvearon para ver que, efectivamente, Drácula se detuvo en el aire.

Mujer: ¡¿Sigue vivo?!

Drácula, en el aire, comenzó a resplandecer... Un brillo cegó a las y los espectadores...

Al final, un grito oyeron que decía...

«¡Eso es todo! ¡Se acabó el tiempo de juego! ¡Concédeme poder!»

~

Usted estaba en medio de la habitación de Drácula, respirando profundamente mientras intentabas mantenerte de pie bajo la luz del sol.

Decenas de luchas haz tenido durante estas dos horas. ¡Dos horas! En dos horas, haz hecho grandes hazañas que nadie sabrá.

Las brujas estaban en silencio. No sabían qué estaban esperando, pero poco a poco se iban alegrando en silencio.

Usted soltó el látigo mata vampiros. Tu traje ya no tenía cuchillos. Derramabas sangre de pequeñas heridas mientras otras ardían. Tus huesos rotos hacían lo posible para seguir manteniéndote de pie.

La jaula, la cual estaba cerrada por el poder de Drácula, se abrió.

Las brujas habían deducido algo, y eso es...

Akko: ¡Lo hiciste!

Usted miró a Akko, quien bajó de la jaula y ayudó a las demás a bajar.

Usted sonrió y alzaste el puño.

T/N: ¡¡Ganéééé!!

Tus amigas estaban celebrando. Pero Akko, ansiosa, corrió hacia ti para volverte a abrazar, esta vez con el pensamiento de que todo terminó.

Usted comenzó a caminar para también abrazarla, sin ningún otro riesgo...

PUM

Pero...

PUM

Un estruendo anunció algo peor que un hombre vampiro...

PUUUM

¡¡¡GRAAAAAAAARRGH!!!

En ese momento, usted vio, en cámara lenta, un gran demonio entrar por la pared derrumbada e ir por ti, a gran velocidad.

Akko estaba cercas de ti, así que estaba en peligro. Como única opción, usted la empujó para sacarla del peligro.

Akko gritó tu nombre al ver aquel demonio embestirte y sacándote hacia la otra pared, derrumbándola y dejando a los dos caer de la gran altura.

Usted se vio envuelto en miedo, pues dejaste el látigo allá.

T/N: ¡¡¡AKKOOOOOOOOOoooooooo...!!!

Todo sucedió muy rápido para todas.

Un gran demonio entró en el lugar, te llevó con él y usted empujó a Akko para que no tenga el mismo destino, y, para finalizar, los dos iban cayendo de la gran altura que podría matar a cualquiera.

Ursula: ¡¡No!!

Ellas no podían hacer nada. La pelea cambió de lugar, y ellas, sin saber qué hacer, temían por lo peor.

Diana: ¡Enfrentó a muchas criaturas, pero es imposible que sobreviva a la caída desde esta altura!

Sucy: Peor aún, puede morir antes de caer. No tiene posibilidad de moverse en caída libre.

Dijo Sucy, sonando un poco alterada.

Akko miró tu látigo en el suelo.

Akko: ¡Tenemos que ayudarlo!

Akko se acercó y tomó el látigo, con dificultad.

Mente de Akko: (¡P-pesa!)

Lotte: ¿C-cómo podremos ayudar?

Akko no sabía qué responder.

Amanda: No tenemos escobas, y no quiero morir buscando una por el castillo gracias a un monstruo.

Akko: ¡¿Cómo puedes decir eso?!

Exclamó Akko, enojada y llorando. Amanda y las demás se sorprendieron por ver a su amiga en ese estado.

Akko: ¡Él arriesgó su vida para salvarnos! ¡¿Por qué no podemos hacer lo mismo por él?!

Amanda agachó un poco su cabeza. Sintió vergüenza por lo que dijo, pues fue sin pensarlo.

Amanda: L-lo siento...

Diana: Akko, entiendo tu punto, pero ¿cómo pretendes ayudarlo?

Entre la discución de ellas, Barbara tenía una idea que tal vez ayude o perjudique o no sirva para nada. Era una probabilidad de uno entre tres... o más.

Barbara: T-tal vez haya un modo...

Las brujas la miraron, sorprendidas de que haya una idea para esta situación.

Barbara: P-pero es posible que también lo mate...

Todas estaban asustadas, pero, primero, pidieron escuchar la idea para debatirlo.

~

Drácula: ¡¡¡¡GRRAAAAAAAAAAAARRGGHH!!!!

Drácula se transformó en una bestia de las tinieblas. Apesar del sol, usó su último recurso para seguir luchando.

Subió, gracias a sus alas que obtuvo de su transformación, y te buscó en el último cuarto del castillo. Cuando él llegó, rápidamente fue hacia ti y te llevó hacia el otro lado de la habitación, rompiendo la pared y llevándolos a una caída libre, aunque él se puede salvar... Pero tú...

T/N: ¡¡Grrrrr!!

Usted intentaba tomar control de la caída. Dabas vueltas y vueltas y vueltas. Intentabas buscar algo de tus ropas que pueda salvarte... pero no tenías nada.

Gracias a que chocaste con un escombro, pudiste mirar hacia abajo y permanecer así. Pero viste algo que te llamó la atención, un poco lejos de ti.

T/N: ¡La Bati-Biblia!

Era el momento. El sol salió, pero la luna estaba cercas de taparlo y así iniciar el eclipse.

T/N: ¡Tengo que... liberarlo!...

Usted intentó acercarse al libro.

T/N: ¡Se lo prometí... a María!...

Intentaste nadar en el aire, cosa que funcionó, para tu sorpresa.

T/N: ¡No puedo... dejar que... la muerte de Cristina....!

Estiraste tu mano, casi tocándolo.

T/N: ¡¡Sea en vano!!...

Usted casi lo toma, pero lo alejaste un poco al intentar tomarlo.

T/N: ¡¡Por favor!!...

Usted hizo otro esfuerzo, tomando el libro.

Usted sonrió, no pudiendo creerlo. Pensaste que darías fin a esta guerra que a muchas y a muchos les hizo daño.

FII-SHU

T/N: ...

Pero un corte pasó en tu antebrazo... cortándotelo en dos... Tu... perdiste tu mano derecha... que estaba en el antebrazo. Tus ojos y tu boca se abrieron ante el horror.

T/N: ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAHH!!!

Drácula, quien estaba encima de ti, se emocionó con tu grito de dolor.

Drácula: ¡¿Dónde quedó tu confianza, niño?! ¡¡Dime!!

Drácula lanzó aquel libro, lejos de ustedes, perdiéndose. Tu brazo, que lo tenía agarrado, también se perdió con el libro.

Y, sin darte cuenta, ya estabas cercas del suelo... El fuego azul apareció, pero sólo para que no murieras al impactar contra el suelo, mas no te salvó del dolor.

T/N: ¡¡AAAAAAAA-!!

Pero Drácula aterrizó sobre ti, aumentando tu sufrimiento que se escuchó por la zona... Sentiste tu interior crujir... como una bolsa de frituras al ser aplastada por dos manos. Usted escupió mucha sangre...

~

Amanda: ¡¿Ese es tu plan?! ¡¿Cuándo llegaste a la conclusión de que funcionará?!

Las chicas aún discutían el plan de Barbara, y a la mayoría no le pareció buena idea.

Barbara: ¡E-es un plan! ¡Además, dudo que a ti se te ocurra uno mejor!

Amanda: ¡¿Qué dijiste, maldita pe-?!

Ursula: ¡Chicas, no es momento de discutir! ¡Sea bueno o no el plan, no escucho otras sugerencias!

Molly: Puede que funcione el plan de Barbara... pero necesitaríamos subir al tejado, y será difícil.

Ursula: Bien, entonces hagámoslo de esta manera: ¿Quién apoya esa idea?

Pero antes de que las brujas levantasen la mano, un grito de dolor supremo llegó con ellas. Un grito desgarrador que las paralizó por unos instantes.

Ursula: ¡No hay tiempo! ¡Si seguimos así, él morirá por nuestra culpa!

Todas comenzaron a ir hacia una de las paredes derrumbadas para salir e intentar escalar. Caer... significaría la muerte para ellas.

Lotte: ¿Hm?

Pero a Lotte le llamó la atención algo que se asomó en la puerta y entrando a la habitación.

Lotte: ¡E-esperen! ¡Miren eso!

Una esfera, semejante a un fuego celeste, estaba brillando como si las estuviese llamando.

Sucy: ¿Qué es eso?

La esfera siguió resplandeciendo para hacer que alguna la acompañe.

Lotte: C-creo que nos está llamando.

Amanda: ¿A nosotras?

Ellas estaban confundidas, y la vida de alguien estaba en juego. Lotte, tomando la iniciativa, dijo:

Lotte: No hace falta que vayamos todas a allá arriba. Yo opino que algunas vayan al tejado y otras me acompañen.

Akko: ¿Lotte, estás segura?

Preguntó Akko, preocupada.

Lotte: N-no mucho, pero... siento que eso nos está llamando, con urgencia.

Todas se pusieron de acuerdo.

Se dividieron de este modo: Akko, Hannah, Amanda, Ursula, Diana, Molly y Barbara subirían al tejado; Lotte, Sucy, Constanze, Jasminka, Avery, Mary y las demás brujas irían tras aquella cosa.

Todas se pusieron en marcha, comenzando con el grupo liderado por Lotte quienes se fueron tras aquella cosa.

La esfera pasó por la puerta, nuevamente, haciendo dudar a Lotte.

Ella empujó la gran puerta, encontrándose con la habitación donde se dio tu antepenúltima batalla.

Lotte: Qué desastre...

Sucy: Realmente dio todo de sí al luchar contra todos estos monstruos.

Pero el grito de Avery alertó a todas.

Avery: ¡M-m-m-miren!

Dijo Avery, temblosora del miedo.

Al voltear, las brujas lo comprendieron, pues estaba el cuerpo de María... sin vida.

Lotte: E-en serio ella murió...

Dijo Lotte, con tristeza y deseos de no haber visto eso.

Pero aquella esfera apareció cercas de las chicas, asustándolas.

La esfera giró tres veces y se fue acercando al cuerpo. Lotte entendió lo que significaba.

Lotte: ¡V-vamos!

Sorprendiendo a todas, Lotte se acercó al cuerpo de María donde la esfera estaba girando a su alrededor. Sucy también comenzó a comprenderlo.

Sucy: Vaya susto. No creeré la próxima cosa que diga ese loco acerca de la muerte.

Lotte y Sucy eran las únicas frente al cuerpo, las demás estaban un poco apartadas.

Lotte posó su mano sobre la esfera e intentó bajarla, pero, a mitad del camino, se le dificultó a Lotte quien intentó hacer más esfuerzo. Su carita comenzó a tornarse roja.

Sucy le dio una mano, pero sólo bajó considerablemente, mas no todo.

Sucy volteó hacia las demás y les dijo, como una especia de regaño:

Sucy: ¡Si tanto les preocupa María, ayuden a revivirla!

Las brujas, al oír lo que intentaban hacer, fueron a ayudar.

Lotte: ¿Listas? A la cuenta de tres...

Las demás posaron sus manos sobre aquella alma esferica, preparadas para recibir la órden.

Lotte: Una... Dos... ¡Tres!

Todas ejercieron fuerza para empujarla hacia el cuerpo. Poquito a poquito iba acercándose, hasta que...

María: *Jadeo dramático*

Cuando la esfera tocó su pecho, María despertó de repente, asustando a las brujas que se apartaron de ella, retrocediendo unos dos pasos, por lo menos.

María actuó rápido y se levantó del suelo.

María: ¡¿T/N, dónde estás?!

Exaltada, miró a su alrededor y se asustó al ver a las chicas.

María: ¡¿Qué hacen aquí?!

Sucy: Vinimos a revivirte. No es la gran cosa.

Lotte: ¡S-Sucy!

María: ¿R-revivirme?

Lotte: M-México dijo que habías muerto, y era real, aparentemente, pero tu alma seguía aquí.

Explicó Lotte.

Lotte: N-no sabemos por qué, pero nos alegra que sigas viva.

Finalizó Lotte, con una sonrisa pequeña y tierna. Se notó su alivio. Las demás brujas le dieron la razón a Lotte... salvo por Sucy quien estaba neutral. Pero sí, Sucy igualmente se alegra de que esté viva.

María: ¿Y su amigo T/N?

Sucy: Si te refieres a México, está luchando con Drácula.

Esa noticia no le gustó a María.

Sucy: Lo último que sabemos es... que Drácula se transformó en bestia y se llevó a México, cayendo los dos desde esta altura. Otra cosa que sabemos es...

Sucy, apesar de su cara monótona, se moría de la ira por dentro. Durante todo este rato, ella estaba furiosa con todo monstruo del castillo, pues, si ella tuviera sus cosas, ella misma los destruiría a todos, pero la llevaron dormida, así que no tomó aunque sea una poción mágica.

Desde este día, Sucy juró estar lista por si otra ocasión sucede. Ella tomaría medidas drásticas por si otro engendro del mal se le ocurre ponerle las manos encima cuando esté descuida.

Cuando ella te vio por primera vez cuando te presentaste ante el hechicero, se deprimió, pues no te fue de ayuda. Cuando fuiste herido injustamente cuando te convirtieron en niño, se molestó consigo misma por no actuar. Cuando llegaste con Drácula y después de sacarlo a volar..., ella casi estalla. Estabas en un estado deprimente, y ella sólo se quedó viendo cómo te arriesgabas para salvarlas.

Ella querría pedirte perdón después de esto, pero... siente vergüenza. Su nuevo propósito eres tú, así que lo que menos quiere en este mundo es que mueras. Pero, para ganar su propósito, tiene que esforzarse mucho para acercarse a él... antes de que lo ocupen.

Volviendo al presente, María cada vez se preocupaba más por la situación.

María: ¡Esto es malo! ¡Tenemos que hacer algo!

Avery: Y-ya fueron a ayudarlo, o-o eso creo.

Sin esperarlo, un portal rojo apareció cerca de ellas. María, al verlo, lo reconoció.

María: Ese portal es de los que crea el caballo de su amigo. ¡Vamos, tenemos que ir!

Sucy: ¿Dónde consiguió un caballo así?

María: No lo sé, pero es de gran ayuda.

~

T/N: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡GUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRGGGGGGGGGGHHH!!!!!!!!!!

Drácula te barría en el suelo mientras seguías gritando. Ya no te podías mover. No sabías si el fuego azul estaba para ayudar o para que sufras más al no dejarte morir de una vez por todas.

Aunque... Algo diferente pasó. El fuego azul no era como antes. El fuego se veía débil. Parecía una débil llama en medio de un huracán. El fuego azul tenía pocas partículas negras. El fuego azul no estaba dándote poder, pero sí protección. Es como si se hubiera agotado después de tantos usos durante tus combates. Y es entendible, pues luchaste contra seres divinos en el infierno y este te curó todas las heridas mortales y devolvió el ataque que Lucifer te la lanzó. Apesar de que el fuego no te rodeó durante tu vúsqueda de una salida en el abismo y en el infierno, este estaba encendido en tu corazón, protegiéndote y fortaleciéndote.

¿Por qué está cansada? ¿Por qué no desaparece y te deja morir? ¿Por qué no te deja en paz? Es como si la vida de ese fuego se estuviese sacrificando por ti. No solo tú sufrirás, sino ese poder independiente. Podías sentir su agonía cuando este casi se apagaba, pero luchaba para no ser extinguida.

Drácula dejó de pisarte y te agarró como un muñeco. Acto seguido, te lanzó hacia un muro de un gran barranco donde te golpeó como un saco de box.

Él se acercó a máxima velocidad y asestó un golpe, creando un cráter en el muro. Un golpe con la derecha... un rodillazo... un golpe con la izquierda... una patada espartana... Un zarpazo... Un combo de golpes caía sobre ti. Usted ya estaba llorando. Mentalmente, pedías una muerte en ese momento.

Drácula: ¡¿No eras poderoso?! ¡¿Cómo te sentías al luchar contra mi ejército?! ¡¿Les dabas piedad?! ¡¿Eh?! ¡¿Eh?!

T/N: ¡¡De-detente!!

Drácula te agarró la cabeza, mientras sonreía vilmente.

Drácula: ¡¿Quieres ver el suelo de cercas?!

Con sus alas, se propulsó y te barrió cara contra piso. Usted seguía sufriendo... pero no hacías nada para detenerlo... Ya no.

Drácula: ¡¡Te veías muy divertido al tratarme como una basura!! ¡¿Por qué debería sentir pena por ti?! ¡¿Qué nos diferencia?! ¡¿Quién dicta lo que es bueno y lo que es malo?! ¿¡Por qué creer en las penas del infierno si es el mismo Dios que los hace sufrir a ustedes?!

Drácula finalizó con alzarte y aventarte a cualquier lugar de aquellos terrenos. Usted chocó con una torre y la atravesaste para seguir cayendo. Volviste a caer, pero no de tan alto.

Usted aterrizó de cara, mientras tocías y tu garganta estaba seca. Eso, apesar de la sangre.

Ya no sabías si estabas muerto o seguías vivo. Tú estabas débil al igual que el fuego azul. Sentiste que tu vida tarde o temprano también se iba a apagar.

T/N: Ma...má... Pa...pá...

Mirando vagamente, viste la Bati-Biblia cercas de ti. Cerca de esta, la mitad de tu antebrazo.

Drácula aterrizó frente a ti. Él te miró en silencio, satisfecho con lo que te hizo, pero decepcionado de que aún seguías respirando.

Drácula te tomó del cabello, con delicadeza, a diferencia de las anteriores veces. Te acercó a su cara sonriente.

Drácula: No eres rival para mí, ¿no? ¿Por qué no te mueres? Buena pregunta. Debe ser por ese fuego que tanto te protege. No te preocupes, me encargaré de terminar con tu sufrimiento.

Drácula te agarró del torso y de las piernas. Su plan era partirte en dos para matarte más fácil.

Drácula comenzó a ejercer fuerza mientras tú te preparabas para morir... pero...

BROOM

La punta de una torre cayó de arriba, atravesando a Drácula...

~

Lotte y las demás terminaron con su misión. Mientras tanto, con las otras brujas...

Las brujas se ayudaron para subir al tejado de la torre más alta del castillo. Un descuido y podrían caer. El plan de Barbara consistía en derribar la punta de la torre para que, si tienen suerte, le cayera encima a Drácula.

Amanda: Esta idea no me convence aún.

Hannah: Al menos se le ocurrió una.

Barbara usó un hechizo, su último hechizo disponible, para tumbar la torre, pero sólo logró agrietarla y que se inclinara.

Molly: Intentaré usar mi magia...

Molly usó su varita y, con dos hechizos más, pudo lograr que cayera, pero la atrapó con magia de manipulación.

Diana: ¿Qué sucede?

Molly: No hay posibilidad de que esto ayude... A menos que se lo ordene.

Diana entendió a qué se refería Molly.

Diana: Estoy de acuerdo.

Molly levantó la punta y exclamó:

Molly: ¡Ve tras Drácula, y mantenlo ocupado!

Dicho esto, Molly arrojó la punta la cual fue en busca de su objetivo. Además, Molly lanzó una pequeña lluvia de hechizos mientras otros escombros también cayeron.

Ursula: Bien pensado. Sólo toca...

Akko: ¡Bajar de aquí!

Pero, en ese momento, un portal rojo se abrió. Ursula lo reconoció.

Ursula: ¡Una por una, salten a ese portal!

Amanda: ¡¿Qué dices?! ¡¿Cómo sabes que es seguro?!

Ursula: ¡Lo sé muy bien!

Un poco dudosas, las brujas saltaron a ese portal, comenzando con Hannah.

~

Del otro lado del portal, todas las mujeres, estudiantes y maestras de Luna Nova estaban reunidas.

El joven creó los dos portales gracias a Kamcia para traer a las brujas faltantes. Se alertaron cuando vieron a Drácula empujar a un guerrero, de arriba, y acutaron cuando escucharon sus gritos de dolor que resonaron por la zona.

Lotte: ¿Eh?

Lotte, al cruzar, se impresionó por la gran cantidad de personas.

Joven: ¡Eres la amiga de mi amigo, ¿no?! ¡Tranquila, aquí estarán a salvo!

Del otro portal, salió Hannah quien también se impresionó al ver a todas las personas.

Hannah: ¡¿Pero qué...?!

La siguiente en cruzar fueron Jazminka y después Constanze. Las dos se impresionaron de igual manera y suspiraron al sentir un poco de paz. Poco a poco, las brujas fuero saliendo de los portales, siendo recibidas por las maestras y siendo atendidas por la enfermera.

~

Ursula: ¿Quién sigue?

Bruja tras bruja entraba al portal. Ya faltaban pocas, y una de esas era Diana y Akko. Diana quería ir último para asegurarse que no falte ninguna. Akko no quería entrar. Ella te estaba esperando, pero sabía que, de todas maneras, usted tardaría un poco.

Diana: Akko, no dudes que no vencerá.

Dijo Diana, poniendo su mano en el hombro de Akko.

Diana: Confía en él como lo haz estado haciendo... Y como yo lo he estado haciendo.

A Akko no le agradaba del todo a Diana, y esas palabras no esperaba de ella. Recordó que usted siempre trató de que ellas dos siempre se llevasen bien, mas Akko no lo intentaba.

Akko se llevó una mano en el pecho mientras cerraba los ojos.

Mente de Akko: (México... ya no sé cuál es tu nombre, pero... confiaré... en que regresarás...)

Akko saltó al portal, con un nuevo brillo de esperanza en sus ojos.

~

Drácula: ¡¡¡Aaaaarrgh!!!

Drácula te soltó. Usted cayó al suelo mientras el monstruo intentaba safarse.

No sabías qué sucedió. Usted vio eso como una oportunidad, pero no te podías mover bien. Tenías, a unos pasos, la Bati-Biblia. Con tu único brazo, te arrastraste para alcanzarla.

Drácula: ¡No lo permitiré!

Drácula comenzó a cargar un ataque de su boca, pero un hechizo cayó de lejos, después de un escombro que lo atontó por unos breves momentos ya que el ataque que cargó explotó en su boca.

Cuando estabas cercas, usted iba recitando el canto.

T/N: D-Dios mío...

Usted se arrastó.

T/N: S-santo señor...

Usted gimió un poco por el dolor.

T/N: S-solo te pido... que hagas el favor...

Usted logró poner tu mano encima de aquel libro.

T/N: De conducir por la senda correcta a este impío, maligno y sucio pecador...

Drácula sintió un ardor en su interior al pronunciar esas últimas palabras. Intentó safarse con desespero, pero la punta de aquel objeto se clavó tan profundamente en el suelo que le era difícil.

Drácula: ¡No! ¡Esto no puede ser! ¡NOOOOOOOO!

Usted luchó ahora por ponerte de pie. Gruñendo y gimiendo, usted poco a poco lo iba logrando.

Tambaleando, usted abrió el libro, encontraste la página del canto y, con el sol detrás tuyo, exclamaste, a todo pulmón:

T/N: ¡¡Dios mío, santo señor, solo te pido que hagas el favor de conducir por la senda correcta a este impío, maligno y sucio pecador!!

De repente, Drácula dejó de forcejear. Su ardor interior desapareció. Sólo se oía el viento en el lugar donde ustedes estaban.

Drácula: ...

Drácula, poco a poco, comenzó a agrietarse. La piel del mosntruo comenzó a caer en polvo, pero descubriendo a un hombre... un humano.

Usted abrió lentamente los ojos, por la sorpresa de verlo en su forma original... su forma humana.

Drácula... No, Mathias miró con confusión su posición. Después, te miró a ti, gravemente herido y ensangretado, con el ante brazo derecho faltante.

Mathias: ¿Qué hice?...

Preguntó el humano, con arrepentimiento.

Mathias: ¿Qué te he hecho?...

Al momento de liberarlo, su odio, ira y oscuridad desapareció. No olvidó nada. Simplemente... su dolor sanó.

Usted intentaba seguir de pie. Sentías que te ibas a desplomar en cualquier momento.

T/N: Solo fue... mala suerte y malas desiciones. Nada de esto es tu culpa... casi.

De los ojos de Mathias, lágrimas comenzaron a caer.

Mathias: Por favor, pídeles perdón a todos los que les hice daño.

Usted negó con la cabeza.

T/N: Hazlo tú mismo. De todos modos, vas para allá pa'verlos.

Mathias se sorprendió que, apesar de lo que hizo, consideraste que él iba a ir al reino del Dios que tanto odió en el pasado. Se sintió conmovido.

Mathias: ¿Cómo te llamas?... Quiero y deseo saber tu nombre...

Usted suspiró. Le concediste el deseo.

T/N: Mi nombre es T/N, T/N T/A. Y como yo, no hay dos.

Mathias rio un poco.

Mathias: Al final, sí eres tú, después de todo... Debo admitir que me hiciste dudar en cierto momento...

El nostálgico viento acarició la piel de ambos, dictando el final de su conversación.

Mathias: Él se equivocó... Tú no eres un error, sino una bendición inesperada...

T/N: ¿Mm?

Mathias sonrió mientras comenzaba a brillar.

Mathias: Venga a todos los que lucharon antes de ti...

Lentamente, él iba desapareciendo.

Mathias: Adiós...

Mathias desapareció. El viento se llevó lo útlimo de él. Usted suspiró al dar por finalizado ese combate, el sufrimiento, la guerra remota, las muertes que se venían, y, sobre todo, el plan de Cristina, María y Elizabeth...

T/N: Por fin terminó...

Pero el aire susurró, con la voz de Mathias:

«Yo fui el primero... Vendrán más a por ti... Cuidado con Nam...»

T/N: ¿Nn?

Usted miró al cielo, confundido. Te preocupó la idea de que más amenazas vendrían a por ti. Usted asintió, mostrando seguridad y prometiendo que no olvidará todo, otra vez. Aunque, juraste que Mathias intentó decir un nombre, mas no terminó.

T/N: Estaré preparado para lo que se venga.

Y así finalizó aquel encuentro entre el rey de los monstruos y el mexicano. Sin que el mundo entero lo sepa, un joven salvó la humanidad, arriesgando su vida sin que nadie se lo haya pedido.

El mexicano suspiró, con pesadez. Él se guardó el libro y tomó su parte cortada del brazo. Con dolor, se fue de ahí para reunirse con las demás. El mexicano deseaba darles una gran noticia:

Hora: 5:05 de la mañana...

Drácula, el Rey de los Monstruos y Señor de la Noche, había sido derrotado.

Monstruos derrotados: 10,000.

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¡Fin de la guerra!

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...

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De la primera guerra...

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Fin de capítulo 47.

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Bueno, eso sería todo xd.

Uff... Drácula fue derrotado. Lo que muchos (creo xd) lectores esperaban.

¿Qué sigue después? Bueno, eso lo verán después (:v) xd.

En fin, espero que le haya gustado este capítulo.

Sí, lo sé, sé que dije que tendrían el capítulo para el domingo... Pero pos no recordaba que el domingo era el cumpleaños de mi hermana xd.

En fin, un una promesa es una promesa, y aquí lo tienen. Y, después, tendrán lo demás capítulos Bv

Por fin esta historia continuará lo del anime xd.

¿Cómo le haré? No se preocupen, tengo todo planeado Bv.

En fin, me despido.

Adiós y que Dios los cuide, bendiga y proteja para siempre a ustedes y a sus seres queridos (sean creyentes o no).

¡¡Nos vemos!!

¡¡¡¡TIMOITASE!!!!

PD: Avisen si hay errores xd.

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