Capítulo 46: El Nigromante, El Deseo Frustrado, Los Orígenes y La Muerte.
Capítulo 46: El Nigromante, El Deseo Frustrado, Los Orígenes y La Muerte.
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Hora: 5 de la mañana... Hora del ritual.
Hora del sacrificio...
Todas las brujas en el castillo, al sonar el quinto campanazo, fueron reunidas y encerradas en una jaula donde sobraba poco espacio.
Mary: ¡¿Q-qué está pasando ahora?!
Akko no fue la excepción. Apesar de que la tenías en tus brazos, bien protegida y ella aferrada a ti, te fue arrebatada de tus brazos. Akko, como una vieja y frágil hoja, ella fue arrandada de tus brazos los cuales representan las ramas del fuerte árbol de roble que la sostenía.
Usted sintió un enorme poder en ese momento. Un poder que te hizo sentir escalofríos, apesar de enfrentarte cosas más temibles en el infierno y más allá de él.
Sentiste... un poder... que en otra vida... habías experimentado.
Mente de T/N: (¡¿E-ese... es el poder de Drácula?!)
Akko: ¡México!
Akko gritó tu nombre, sacándote de choque mental.
T/N: ¡A-allá voy!
Usted agarró los barrotes de esa celda creada por la oscuridad, pero, al tocarla, una descarga te hizo soltarla de inmediato.
T/N: ¡Argh!
Miraste a Akko a los ojos... Akko miró tu temor en tus ojos.
«Reuniendo a todas las brujas del castilo...» dijo una voz, que resonó por todo el castillo y fuera de este.
Usted reconcoció esa voz... Esa maldita voz...
T/N: ¡¡¡Shaft!!!
La jaula gigante, donde estaban las brujas, se fue volando por los pasillos.
T/N: ¡Mierda!
María: ¡Hay que seguirlas! Si llegan con Drácula... será el fin... de ellas y de todos.
~
{Hace un minuto...}
El joven jinete, quien no sabía montar a caballo ni usar armas, logró sacar a todas las mujeres y brujas restantes del castillo de Drácula.
Si bien él no sabía de nada, fue la situación e impulso el que lo llevó a actuar. Él sólo tenía algo en mente:
Mente del joven: (Su misión es salvar a sus amigas... Mi misión... salvar a todas).
Usted era el pilar que sostenía sus ideales. Si tú caías, él continuaría por ti.
Según él, él está mega endeudado contigo por salvarlo, salvar a su hermana y su hogar: el planeta Tierra. Aunque esto último es una conclusión prematura de él, pero era por la fe y esperanza que te tenía.
Delante de él, sentada iba Elizabeth quien aún era una niña, en ese entonces.
Joven: Aquí estaremos a salvo.
El joven las llevó en un sitio lejano de los territorios de Drácula. Una pequeña colina donde podían estar lejos del peligro. Un sitio estratégico para vigilar por todos lados por si un monstruo, con intenciones asesinas, se acerque
Joven: Por favor, no teman ya. S-sólo les pido paciencia. Mi amigo ya volverá en pocos segundos.
Mujer: N-no nos importa esperar...
Una mujer, de voz débil, habló entre el grupo de mujeres.
Mujer: E-ese muchacho iluminó el camino oscuro e infinito que nos tenía perdidas. Gracias a él... encontramos el camino al seguir su luz que lucha contra la corrupción del mal.
La mujer no era la única que opinaba así. Muchas otras estaban eternamente agradecidas contigo. Si bien, tu misión no era buscarlas para rescatarlas, te gustó, en lo más profundo de tu ser, el haberlo hecho.
Niña: ¡Él es un héroe! ¡Un héroe anónimo!
Exclamó una niña, sucia de la cara y con una ropa desgastada y vieja. Su cabello también estaba sucio.
Las maestras de Luna Nova, al oír lo que todas decían de ti, se enorgullecían de ti. Sobre todo, la directora.
Holbrooke: ¿Recuerdas cuando te mencioné que sería buena idea aceptarlo en la academia, Anne?
Preguntó la directora, mirando a su ayudante leal y mejor amiga.
Holbrooke: Te dije que era una buena idea tenerlo en Luna Nova.
La profesora Anne Finnelan asintió.
Finnelan: Sí... Le debo una disculpa al joven Tenochtitlan. Trataré no ser tan dura con él.
Enfermera: Yo no.
Murmuró la enfermera quien escuchó la conversación.
Con el joven, él seguía oyendo lo que las mujeres y niñas pensaban de ti. Los deseos de ser como tú crecieron en él.
El joven se bajó del caballo y tomó a la pequeña Elizabeth en sus brazos para bajarla.
En ese instante, algo inesperado, pero, a la vez, deseado, ocurrió.
La pequeña Elizabeth, en una pequeña explosión de humo, volvió a la normalidad.
Joven: ¡¿E-eh?!
Todas fueron alertadas por eso. Una pizca de temor llegó a todas, pero, cuando el humo se fue por el viento, vieron que no era más que el joven cargando, al estilo nupcial, a una muchacha más grande que él.
Elizabeth: ¿Qué...? ¿Qué pasó?
Joven: '¡P-pesa...!'
Elizabeth, quien no recuerda nada después de ser atravezada por la flecha maldita, miró alrededor suyo. Al principio, entró en pánico. Miró a muchas mujeres reunidas. Después, miró el cielo sobre ellos y, al final, miró que estaban en el aire libre.
Elizabeth: ¡¿Dónde estamos?! ¡¿Qué pasó?!
Joven: O-oye, relájate... ¿sí?
Al oír esa petición, Elizabeth miró al joven, cara a cara... casi tocándose la nariz con la del otro.
Elizabeth: ... ¿Y María?
El joven alejó un poco su cara mientras respondía, muy sonrojado y de manera muy nerviosa:
Joven: C-con e-el m-mexicano. F-fueron a-a-a d-derrotar al que te había c-convertido en n-n-niña.
Elizabeth: ¿A mí?
Joven: N-no s-soy b-bueno c-contando c-cosas, n-ni m-mucho m-menos c-cargándote...
Elizabeth: Ah, discúlpame.
Elizabeth bajó de los brazos del joven ruborizado. Parecía un tomate.
Elizabeth: ¿Te encuentras bien? Parece que tienes fiebre. Te ves cansado.
Joven: P-porque t-tú...
"Porque tú estabas muy cercas, y estás muy pesada" iba a decir el joven, pero recordó algo que usted le contó mientras recorrían el abismo en busca de una salida.
~
{Retrospectiva...}
El mexicano y el joven iban en caballo, buscando en todas partes un lugar para salir de ese infierno... Sin saber que el mexicano iría allá más adelante.
El mexicano iba un poco aburrido, pero preocupado. Por otro lado, el joven se veía incómodo. No llevaba mucho de que fue salvado de la maldición del espantapájaros.
Joven: E-este traje de espantapájaros me da comezón en mis partes...
T/N: Ya que estamos, te doy un consejo.
Dijiste, así de la nada.
Joven: ¿A mí?
T/N: Sep. Aún eres muy niño, así que puede que te llegue la edad donde quieras buscar novia. Sobre todo, con la que te enamores perdidamente.
Joven: B-bueno, y-yo no...
T/N: Ababab, está hablando el adulto.
Usted levantó un dedo mientras levantabas el antebrazo para decir:
T/N: Jamás de los jamases le digas a una mujer pesada que pesa mucho, porque, entre más pesada es, más pesado será el chingadazo que te suelten. Mejor suéltale un cumplido. Alimenta su ego, su seguridad hacia sí misma y demás mierda que tiene la mujer en la cabeza que la envenena día con día y que la hace pensar que no es perfecta.
Joven: ¿En serio?
T/N: Eso, o sácale un tema de conversación hasta asustarla.
{Fin de la Retrospectiva}
~
Joven: ... E-es que... ¿T-te gustan los peces?
Elizabeth: ¿Mm?
El joven, más nervioso que nunca, exclamó:
Joven: ¡N-nada! ¡O-olvídalo!
Mujer: ¡Miren!
Una mujer logró ver algo en el cielo. Algo fue lanzado hacia arriba y parecía no dejar de subir.
Algunas temieron de que se trate de un monstruo. Otras tenían una vaga curiosidad. Y las demás sentían sorpresa.
Aquella cosa siguió y siguió... y se perdió en el cielo.
Lukić: No me sorprendería que se trate del niño ese.
Las alumnas miraron a su profesora.
Isabelle: ¿No te sorprende lo que ha logrado el chico?
Lukić: Si cree que con algo así sorprenderá a una bruja anciana, se equivoca. ¡Se necesita más que eso!
Aisha: ¿Como qué?
Lukić: Ni siquiera yo lo sé. ¿Que sea un gran criminal y asesino mundialmente buscado y que se oculta bajo una identidad falsa sin que lo sepamos? No lo sé. ¡Apuesto mis uñas viejas con hongo a que ni siquiera puede abrir una rana viva!
Esther: ¡P-pero acabó con muchos monstruos!
Lukić: ¡Pero no con una rana!
Asumió Lukić sin saber que antes, en una de tus misiones en México, habías enfrentado un enorme Rey Sapo... aunque no es lo mismo que una rana. En fin, esa es otra historia aparte de tu vida de antes y cómo llegaste a ser alguien temido entre los líderes mundiales, ya sea del bien o del mal.
(Promoción y adelanto
de una posible
historia precuela :D)
Lukić: ...
La profesora más vieja de Luna Nova miró al cielo. Después, se limpió la oreja y se golpeó suavemente como si intentara sacar algo de su cabeza.
Lukić: Qué raro...
Henrietta: ¿Sucede algo, profesora?
Lukić: Creí haber escuchado la voz de un locutor publicitario. Creo que este viaje me traerá problemas en la cabeza...
Aileen: Debe ser por el poco tiempo que dormimos todas.
Lukić: Sí, debe ser eso... Eso espero.
Mujer: ¡Está volviendo!
Exclamó la misma mujer que miró la cosa salir volando. Esta vez, estaba regresando.
Muchacha: ¡Morirá por la caída!
Algunas mujeres gritaron, aterradas. Otras entraron en pánico y hacían mucho escándalo... Eso le enfadó a alguien que tiene poca paciencia.
Enfermera: ¡Cállense!
Exclamó la enfermera, por el escándalo que estaban haciendo todas.
Enfermera: ¡Todas se están preocupando en vano! ¿Cómo saben que esa cosa es de nuestro lado?
Todas las mujeres, habiendo oído eso, miraron en silencio cómo aquella cosa cayó en donde nadie de ellas sabe.
La enfermera dudó un poco. Ella no lo admitía, pero tenía una pizca de esperanza en ti. De hecho, le recuerdas a alguien que conoció cuando era una estudiante de Luna Nova. Fue amor a primera vista... Y el único hasta ahora. Usted le causa confusión y tristeza
Confusión porque eres idéntico a él.
Tristeza porque... Tal vez seas su descendiente, y eso significaría que su amigo tiene ya una familia.
Mente de la Enfermera: (Tú... Chico... ¿Quién eres en realidad?... ¿Por qué llegaste a Luna Nova?...)
Todas las mujeres esperaron unos segundos y vieron, después, a una cosa volar, lejos del castillo. Y un segundo después, un objeto prendido en fuego se lo llevó y convitió en polvo.
Enfermera: ... Tal vez eso sea bueno.
La calma comenzó a llegar, nuevamente. Las jóvenes brujas y las mujeres y niñas esperaban pacientemente al joven mexicano. Aunque algunas brujas y las maestras estaban preocupadas por las brujas raptadas en el último momento.
También temían por su maestra y compañera, la profesora Ursula.
El joven y Elizabeth temían por María.
Por el mexicano... tenían toda su fe en él. Vieron en él una luz de esperanza.
Mente de Holbrooke: (Por favor... no te rindas, joven México...)
Después, todas ahí presentes, incluyendo al joven, oyeron los sonidos de unas campanas que venía del gran castillo.
Finnelan: ¿Campanas?
Joven: ¿Por qué suenan unas campanas?
Y de todas..., al igual que con María..., sólo una estaba asustada.
Elizabeth: Se acabó el tiempo...
La directora miró a Elizabeth, con miedo por oír lo que salió de su boca.
Elizabeth: Ellos aún no han llegado..., y ya llegó la hora del sacrificio...
Joven/Holbrooke: ¡¿Q-qué?!
Con suma preocupación, todas observaron el castillo.
El joven, por más que quería ir contigo para ayudar, no podía dejar a todas las mujeres que el mexicano le pidió proteger.
Todas y el joven pidieron sólo una cosa:
«Por favor..., no falles...»
~
T/N: ¡Esperen, ya voy!
Tú y María iban persiguiendo la gran jaula que iba flotando hacia un sitio en específico. María hacía todo lo posible para seguirte el ritmo, pues parecía que tú no la ibas a esperar si se retrasara un poco.
Mente de María: (El camino que está tomando la jaula... ¡N-no puede ser!)
María reconoció el camino. Un gran temor volvió a aparecer con ella mientras que tú intentabas no quitarle los ojos de encima la jaula para que no escape o desaparezca.
Mente de T/N: (Maldición... Mi machete lo tiene el hermano de María. Aunque...)
Usted llevó la mano hacia un lado de tu cintura para agarrar algo con firmeza.
Mente de T/N: (Aún tengo el mata vampiros... Espero que sea efectivo como me contaron María, Elizabeth y... Cristina...)
Por primera y única vez, usted volteó hacia atrás para ver si María aún seguía contigo.
Para tu alivio, ella aún seguía ahí, pero su rostro te hizo entrar en alerta cuando, mirando al frente, sus ojos se abrieron con sorpresa.
T/N: ¡Kj!
Usted frenó y rápidamente sacaste tu látigo.
Por instinto, justo cuando volteaste al frente, usted lo hizo girar. Gracias a eso, evitaste un ataque oscuro que se dirigía hacia usted.
Shaft: Aww, qué lástima. Casi te mato, je, je, je.
Usted sintió un escalofrío por la ira. Usted gruñó.
T/N: ¡¡Shaft!!...
María vio, por suerte, dónde continuó la jaula, pero luego la perdió de vista. El camino que tomó hizo que ella acertara en su suposición: Van hacia Drácula.
Shaft: Fue una gran sorpresa cuando supe que reviviste. Yo, efectivamente, te quité la vida, pero..., al parecer, alguien dio la suya por ti. ¡Ni siquiera sabía que nos vigilaban, ja, ja, ja!
T/N: ¡A ti ni tus padres te quisieron vigilar!
Shaft: Tal vez tengas razón, tal vez no. Pero ese no es el asunto. ¡Ahora, justo en este momento, te mataré, otra vez!
Shaft alzó su mano para intentar controlar tu oscuridad como lo hizo en el infierno...
T/N: ... Pff.
Shaft: ¡¿Eh?!
Lo que él no sabía es que usted, al momento de volver al mundo humano, habías sellado esa oscuridad catastrófica dentro de tu alma. Si bien aún tienes oscuridad en tu ser, es muy, pero MUY poca comparada con la de aquel entonces.
T/N: ¿Qué pasa, Shaft? ¿Ya no tienes el mismo poder sobre mí o qué?
Usted se burló, mientras sonreías descaradamente.
Mente de María: (¿Ya se había enfrentado a Shaft? ¿Cuándo?...)
Shaft no negó que, en este momento, sintió ira. Ahora que no tenía el control sobre ti, puede que haya cometido un error al hacerte frente.
Shaft: Da igual si me derrotas. Drácula logrará su cometido. ¡Y si fallamos, nosotros volveremos! ¡El amo Drácula había sido derrotado antes por el clan Belmot y los Van Helsing y otros grupos de cazadores, y este vuelve a la vida después de cien años! Da igual que nos derrotes ahora...
Shaft, quitándose su capucha de la cabeza, reveló su rostro totalmente vendado a excepción de un ojo que brillaba de color rojo.
Shaft: ¡¡Porque nosotros siempre volveremos a intentarlo!!
Shaft, habiendo dicho esto, lanzó un par de hechizos hacia ustedes, tan solo alzando sus dos brazos y estos saliendo debajo de su gran y oscura capa.
Usted miró rápidamente a María quien, por alguna razón, quedó inmovilizada.
T/N: ¡María!
Usted saltó y corrió para estar frente a ella y protegerla de los hechizos con el mata vampiros.
T/N: ¡María, ve a un lugar seguro! ¡No sé por qué dejé que me siguieras, pero tienes que volver ahora!
María se quedó inmovilizada por una sola razón, y esa razón la dijo Shaft.
María: ... Él tiene razón.
Usted mostró confunsión ante las palabras que ella soltó.
María: Si los derrotamos..., volverán después, y más fuertes que antes.
Usted dio un último latigazo para destruir el último hechizo que venía hacia ustedes.
T/N: ¡No me digas eso que me dará hueva completar esta misión!
Usted lanzó, sacando de tu traje, la cruz de metal que usaste para acabar con Medusa. Esta fue volando hacia Shaft que, usando un escudo mágico que lo protege de frente al levantar una sola mano, logró evitarla. La cruz volvió hacia ti y usted la atrapó.
Shaft: No contabas con mi escudo, ¿no?
T/N: Maldito...
Usted le intentó atinar unos fuertes latigazos, pero estos, en donde le ibas a dar, Shaft ponía su mano para que el escudo lo protega de los golpes.
T/N: Mmm...
Usted analizó eso.
Mente de T/N: (¿Qué tal si...?)
Usted usó el poderoso ingenio mexicano, haciendo que todo lo veas en cámara lenta al idear un plan. Ya habiendo planeado algo, lanzaste la cruz hacia una pared y la cruz rebotó para darle en la espalda a Shaft.
Shaft: ¡Ni lo pienses!
Shaft puso su mano hacia atrás para bloquearlo con el escudo. Ni siquiera tuvo la molestia de voltear.
T/N: ¡Ni tú tampoco!
Usted aprovechó eso y lo atacaste con el látigo en la parte de en frente.
Shaft: ¡Parece que no te haz dado cuenta!
Shaft, manteniendo el escudo con una mano suya en su espalda, usó la otra para crear otro en el frente.
Shaft: No podrás atacarme de dos lugares diferentes. Ni arriba ni abajo, ni de frente y por la espalda. Siempre estaré protegido.
T/N: Esa mierda es trampa, wey...
Shaft: Se vale lo que sea~
Esa afirmación te interesó.
T/N: Lo que sea, ¿eh?
Usted volvió a usar el ingenio mexicano, volviendo a ver todo en cámara lenta. Usted miró una ventana a un lado derecho de la habitación.
T/N: Bien... ¡Ya estás!
Usted lanzó la cruz y esta se fue hacia la ventana que viste por la derecha.
Shaft: ¿Qué?
Shaft le extrañó ese movimiento. No esperaba que lanzaras tu arma por la ventana como si no fuera nada. Usted miró a María después de eso.
María: ._. ... ¿Qué?
T/N: Me alegro que me hayas seguido hasta acá.
Usted sacó unas dagas de repuesto que tenía el traje y se las diste a María, mientras le susurrabas:
T/N: 'Atácalo por la izquierda...'
María no sabía el motivo, pero no dudo en hacerte caso. Ella tiene, ciegamente, su confianza en ti. Eres su única esperanza.
Shaft aún miraba por la ventana, desde su distancia segura.
Shaft: ¿Por qué hizo eso? ¿Qué estará tramando?
María: ¡Esto!
Shaft volteó hacia María quien estaba cercas para atacalo por la izquierda.
Shaft: ¡Niña inútil!
Shaft usó su mano izquierda para bloquear los ataques constantes de María. Ella atacaba con frenesí que parecía una verdadera psicópata.
Shaft: ¡Morirás!
Shaft iba a atacarla con su mano libre, pero...
Shaft: ¡¿Eh?!
La cruz volvió de la ventana y fue directo hacia Shaft.
Shaft: ¡No!
Shaft usó su mano derecha para crear el mismo escudo, así protegiéndose de María y de la cruz la cual giraba contra el escudo a una velocidad que podría cortar en dos a una piedra.
Shaft: ¡Ja, ja! ¡Casi caigo en tu trampa-!
Pero usted, en ese momento, de manera rápida y precisa, corriste hacia él, aprovechando que estaba ocupado de lado izquierdo y derecho... dejando el frente descubierto.
T/N: ¡Toma!
DIIINNNNNNNNG
Usted, sin piedad... le ancestaste una patada en los testículos que incluso a ti te dolió al verlo. De hecho, los dos juraron oír el sonido de una campana.
Shaft: ¡A...a.....a.......a...........ah......!
Shaft bajó sus brazos, desactivando los escudos, para agarrarse. La fuerza de la patada fue tal que sintió como si se le hubiesen subido hasta el cerebro.
Shaft retrocedió dos pasos para luego caer de rodillas.
Shaft, con un horrible dolor de estómago, habló, con dificultad, diciendo:
Shaft: E...eso... es.... t-tram...pa.....
T/N: Na'mbre, tú dijiste que todo se vale.
Shaft no respondió. Él cayó de cara, dejándolo fuera de combate.
Usted soltó una risa un tanto nerviosa.
T/N: C-creo que me excedí, je, je...
Usted tomó a Shaft para asegurarte que no esté con vida... Lo ibas a rematar. Pero, en el momento que lo alzaste, un libro cayó de su capa. Ese libro fue notado por María.
María: ¿Hm?
María se agachó para recogerlo.
María: Esto es...
El libro no tenía un título en la portada, pero sí unos símbolos raros. Esos símbolos le hizo recordar algo que Cristina les contó a ella y a Elizabeth cuando eran más jóvenes. Fue cuando planearon un ataque contra Drácula. Fue hace años cuando ellas tenían doce.
Shaft fue derrotado.
Monstruos derrotados: 99998.
~
{Hace años...}
Cristina: ¿Les cuento algo y prometen no decir nada?
Hace muchos años, tres chicas de doce años estaban limpiando una mesa llena de desperdicios. Las tres tenían trajes de sirvientas.
Elizabeth: ¡Sí! De todos modos, no es como si hubiera alguien a quien se lo digamos.
María: Lo prometemos.
Las tres chicas son las chicas que conociste en la cocina y, de hecho, ahí estaban ellas. Ellas limpiaban el desorden que hicieron los muertos aristócratas.
Cristina: ¿Conocen la historia de origen de Drácula?
María: Me la imagino: es un viejo el cual está necesitado de mujeres.
Elizabeth: Yo creo que sería que está buscando el amor, pero, si no le convence, mata a la mujer.
Cristina negó con la cabeza, riendo.
Cristina: Buenas teorías, pero... no. Están equivocadas.
María: ¿Tú sabes la historia verdadera?
Cristina: No las quiero hacer sentir unas tontas, pero... sí, yo sí me la sé.
María: Gracias, no me sentiría una tonta si no lo hubieses dicho primero.
Dijo María, sarcásticamente.
Elizabeth: ¡Cuenta la historia!
Mientras ellas limpiaban el comedor y la cocina, Cristina les contó la historia de Drácula, su origen y todo hasta la actualidad.
María: Hmf, al final, sí lo hace por amor.
Dijo María, un poco impresionada de que ese ser maligno fuese un humano devoto de Dios.
Elizabeth: ¡Es tan triste!
Pero Elizabeth fue la que más se dejó controlar por sus emociones.
Cristina: Sí. Es increible que, cuando lo derrotan, este vuelve en cien años, aproximadamente.
María: Ojalá sea así como en esas historias. Ojalá venga ese cazador de vampiros a acabar con nuestro sufrimiento.
Elizabeth: ¿Y si no viene uno?
Cristina: Es lo que les quería decir.
Las dos muchachas miraron a su amiga. Las tres estaban lavando los platos con agua sucia. No había agua limpia en el castillo, así que tenían que usar lo que sea. De todos modos, los muertos no se quejan.
Cristina: Estaba pensando... que tal vez, nosotras... podamos ser aquel guerrero de la leyenda. O guerreras, mejor dicho.
María/Elizabeth: ¡¿Qué dices?!
Exclamaron las dos. María y Elizabeth no se esperaban eso. Esperaban cualquier otra cosa que no sea revelarse o enfrentar a Drácula.
Cristina: ¡¡Shh!! '¡No griten mucho!'
Dijo Cristina, un poco asustada de que las oigan.
María y Elizabeth miraron a su alrededor para verificar que no haya alguien.
María: '¡¿Estás loca?! ¡¿Y si nos descubren?!'
Elizabeth: '¡No digas esas cosas! ¡Nos pueden sacrificar!'
Dijeron las dos, en voz baja.
Cristina: '¿Están dispuestas a esperar un falso héroe?'
Cuestionó Cristina, con seriedad.
María: 'N-no, es que...'
María miró a Elizabeth, con temor a ese plan.
Elizabeth: 'Es que somos sólo tres adolecentes que no saben pelear. ¡Y Drácula es el rey de la noche y de los monstruos! ¡Tú misma lo dijiste: hizo pacto con dioses oscuros!'
Cristina: 'M-miren, sé que suena alocado, pero hay un modo de terminar todo este infinito sufrimiento de tiempos de antaño.'
Cristina dejó de lavar los platos por unos segundos mientras contaba una nueva cosa.
Cristina: En este castillo, me enteré que, en la biblioteca abandonada, hay un libro sin nombre, pero con mucha infomación de más de medio millón de años.
María: Eso es imposible.
Cristina: No lo sabemos ahora, pero ese libro lo dice. Un libro con símbolos extraños, mágicos y divinos, pero sin título, está en este castillo. Además, lo más interesante es que tiene un canto que puede curar el alma herida de cualquiera. Si lo encontramos, podemos usarlo con Drácula y, así, ¡la pesadilla habrá termiando!
La emoción de Cristina era una que las dos chicas no conocían. Cristina siempre se mostraba fría y seria, pero, ahora, la veían emocionada. Sus ojos reflejaban el deseo de hacer eso.
Ese deseo no era lo mismo con María y Elizabeth quienes se subestimaban demasiado.
María: Mira...
Comenzó María, intentando no ser muy cruel.
María: Te aprecio mucho, pero... no tengo mucha fe en ello. Escuché de señoras, que tienen más años aquí, que unas mujeres intentaron revelarse contra Drácula, pero no lo lograron... Las atraparon a los minutos. Ni siquiera pudieron contra un esqueleto.
Elizabeth: Yo también estoy anciosa por irme de aquí, pero... ni siquiera sé luchar. María saber usar el cuchillo, tú sabes sobre la magia, pero no mucha; pero yo...
Elizabeth negó con la cabeza como diciendo que no sabe nada.
Elizabeth: La única razón por la que sigo viva es gracias a ustedes.
La moral de Cristina, al oír lo que dijeron sus amigas, no cayó. Al contrario, se mantuvo firme a sus ideales.
Cristina: ... Jm... Jm, jm... ¡Ja, ja, ja!
María y Elizabeth se confundieron por las risas de Cristina. Cada vez fueron más fuertes.
Cristina: ¿Creen que eso me detendrá? ¡Al contrario! ¡Sólo fortalecen mis deseos! ¡Por nosotras! ¡Por las que ya no están! ¡Por las familias que les fueron arrebatadas sus hijas y mujeres! ¿Por qué no pueden ver más allá del muro que les impusieron?
María: Ya no te entiendo.
Cristina: No quiero que me entiendan. Quiero que entiendan los sentimientos de las personas que sufrieron por ese vil monstruo. Si encuentro ese libro, podremos esperar. No es necesario ir de una vez. Primero, nos fortaleceremos.
Cristina miró a Elizabeth.
Cristina: ¡Si no sabes nada, es porque no haz encontrado lo que en lo que eres buena! Sé que lo encontrarás, y yo y María te ayudaremos.
Un brillo de esperanza por fin surgió en Elizabeth. No pensaba que ese brillo sería iluminado por su amiga de actitud fría. Elizabeth miró a María para saber si tenían su apoyo.
María sintió presión. No quería morir. Quería vovler a ver a su familia. Y ese deseo la hizo reflexionar...
Mente de María: (Mi familia....)
María recordó el día en que fue raptada. Sus padres salieron de casa, dejándola a ella a cargo de su hermanito de tres años de edad. Y la tenía apenas diez, pero ya era muy responsable en lo suyo.
Pasó repentinamente. Un monstruo entró a la casa cuando ella estaba cocinando para su hermano. El grito de su hermano la asustó. Fue de gran miedo.
Con cuchillo en mano, ella fue a averiguar, pero una gran mano la atrapó y se la llevó en un saco.
Desde ese día, ella se ha preguntado cómo reaccionaron sus padres cuando llegaron después de divertirse. Le dolía que, después de pasar tiempo entre parejas, un gran terror llegó a sus vidas.
Su hija fue raptada, y su hermano desapareció. Ella no sabía, en ese entonces, que su hermano se escondió sobre la espalda del monstruo volador, para ayudarla.
No hubo día en que no deseaba volver a ver a sus padres. Ella quería disculparse por dejarlos, por no cuidar la casa como se le ordenó.
Llegó al castillo, junto a otras chicas. Ahí conoció a Elizabeth y Cristina, no porque se cayeran bien, sino porque les dieron el rol de alimentar a unos muertos de hambre, literalmente.
Los primeros días, semanas o meses no se lograban comprender, pero, pasando un año, la relación entre ellas iba aumentando.
Elizabeth fue un caso no tan aterrador, pero sí un poco espeluznante.
Ella era una niña tranquila y alegre, muy mimada por sus padres, y con una sonrisa imborrable.
Un día, cuando ella salió de casa para juntar unas flores para su madre, un monstruo fue con ella, de manera tranquila.
Ella sintió miedo, pero el monstruo le dijo que no era malo. Él le tendió la mano para llevarla a un lugar con flores más hermosas, y ella, dudosa, aceptó.
El regalo que le llegó a su madre fue una cesta de flores tiradas en el jardín, con un mensaje que decía:
«Tú hija es mía. Gracias por cuidarla por mí. Nos ayudaste en algo.»
Con Cristina fue más... No tan linda, la situación.
Cristina pertenecía a un linaje de brujas poderosa de tiempos arcaicos. La familia de los Birdwhistle. Ella es la última descendiente, Cristina Birdwhistle. Su apellido era de su madre y no su padre, y sólo su madre sabía la razón.
¿Por qué Cristina es la última descendiente? Bueno, la madre de Cristina fue raptada por un monstruo, pero ella ya estaba embarazada de ella. Su padre era un simple señor no mago, y murió en el intento de salvar a su amada. No tenían a nadie más para seguir con su linaje... Sólo a Cristina, su futura hija.
Cristina nació en el castillo de Drácula, y su madre, después del parto, murió.
Cristina no sabía de sus orígenes ni de su apellido. Fue criada por mujeres de ese lugar que también fueron raptadas.
A los seis años, ella descubrió que portaba magia. A decir verdad, aunque ella no lo supiera, era muy poderosa por su gran linaje misterioso de tiempos ancestrales.
Conforme iban pasando los años, más mujeres y niñas llegaban y eran sacrificadas, y eso le dolía a ella, pues creció viendo esas crueldades imperdonables.
Como resultado, ella obtuvo esa personalidad fría, cruel y seria. Ni siquiera les contó eso a sus amigas... por ahora. Ella no quería la lástima de nadie. Ella solo deseaba la paz para todas... Deseaba exterminar a los monstruos del castillo.
María, después de reflexionar, suspiró. María aún no estaba convencida... pero...
María: De acuerdo, tú ganas, bruja de hielo.
María aceptó, con una pequeña sonrisa.
María alzó el puño al nivel de su hombro. Elizabeth y Cristina sonrieron.
María: Hagamos un pacto. Desde este momento, comenzará nuestro entrenamiento y el plan: derrotar a Drácula.
Cristina: ¿"Plan: Derrotar a Drácula"?
Preguntó Cristina, riendo.
María: ¡N-no se me ocurrió nada mejor, ¿está bien?!
Dijo María, avergonzada.
Elizabeth ahora era la que reía.
Elizabeth: ¡Hagámoslo por nuestra libertad!
Elizabeth alzó el puño, igual que María.
Las dos muchachas miraron a Cristina.
Cristina: Por las mujeres y hombres asesinados por Drácula y sus hombres.
Cristina alzó el puño, igual que sus amigas.
María: Por nuestras familias y el mundo.
Las tres, finalmente, chocaron el puño. La gran determinación se iluminó en sus ojos. Tenían miedo, nervios y, lo más importante, valentía. Una gran adrenalina iba naciendo por tan sólo imaginárselo.
Cristina: ... Bien, sigamos lavando los trastes.
Dijo Cristina, volviendo a su trabajo y regresando a su actitud de antes.
María rió.
María: Ahí está la fría Cristina de siempre.
María y Cristina continuaron lavando los trastes, pero Elizabeth habló.
Elizabeth: Si el libro no tiene nombre, ¿podemos ponerle uno?
Cristina: ¿Cuál se te ocurre?
Preguntó Cristina, mientras limpiaba un vaso.
Elizabeth: Quiero saber sus sugerencias primero.
María: Bueno... ¿Qué tal "Libro de hechizos mágicos"?
Cristina: Buen nombre, pero ya hay un libro con ese nombre. Una bruja de quinientos años te ganó.
María: ¿Ah, sí? ¿Y tú qué propones?
Cristina se encogió de hombros.
Cristina: ¿"Libro mágico"?
Elizabeth: Ustedes son muy simples...
Cristina: Dinos tu propuesta. De todos modos, no tenía pensado ponerle un nombre a un libro que no es mío.
Elizabeth: Yo había pensado en... ¡"La Bati-Biblia"!
María y Cristina permanecieron en silencio por el nombre propuesto por Elizabeth.
Cristina: ... Bueno.
María: Tú ganas.
Y así, las dos volvieron a lo suyo.
Elizabeth: ¡Ustedes son muy aburridas!
Exclamó Elizabeth, cómicamente molesta.
Las tres amigas rieron por eso. Realmente deseaban salir, pero a dos les daba un poco de miedo esa idea, sobre todo a una. Cristina era la única que deseaba actuar lo más pronto posible.
Elizabeth: Prometamos algo más.
Cristina y María miraron a su amiga.
Elizabeth: Ninguna caerá. Prometamos que las tres saldremos con vida de este castillo.
María y Cristina sonrieron.
María/Cristina: Lo prometemos.
Desde ese entonces, las tres se dedicaron a entrenar a escondidas. Cristina potenció su magia, María mejoró con una nueva arma: la espada; y Elizabeth no encontraba aún en lo que podía ser buena, pero algo había encontrado por mientras: un hacha.
Las tres adolecentes pasaron años. Cristina les juró que no tardarían en su plan... pero no era tan fácil como pensó.
Al final, tuvo que llegar un guerrero... fuera de la leyenda y de la profecía.
{Fin de la retrospectiva}
~
María hojeó el libro y halló la página donde estaba el canto de liberación.
Ella jadeó de alegría y volteó a verte para avisarte sobre ello.
María: ¡México, mira lo que-!
Pero ella te miró con la cabeza de Shaft en tus manos. Su cuerpo ya no tenía la cabeza y colgaba de la ventana listo para ser tirado de un empujón.
Usted, con la cabeza de Shaft, estabas cantando, mientras dabas vueltas y lo mirabas a los ojos mientras lo acercabas y alejabas:
T/N: Haz vuelto, Melina~
Tus ojos reflejan el dolor~
Y tu alma el amor~
La, ra, rai, ra, ra, ra~
María parpadeó un poco.
María: ¡México!...
María intentó llamarte otra vez, pero usted se emocionó y comenzaste a cantar más fuerte.
T/N: La huella de tu canto echo raíces, Melina~
Y vuelven a reír tus ojos grises, Melina~
La, ra, ra, ra, ra, ra, ra, ra, rai, ra, ra, ra, ra~
María: T-T/N...
Usted volteó de golpe, deteniendo la canción.
T/N: ¡Shh! '¡Te van a oír!...'
María: ¿Q-quién?
T/N: ¡Todo el mundo!
Usted empujó el cuerpo de Shaft y despues pateaste la cabeza para que se fuera por la ventana... pero no le atinaste y cayó al suelo.
T/N: Auch.
Usted la recogió y la lanzaste con las manos para no fallar.
T/N: Listo.
Usted se acercó a María y miraste el libro en sus manos.
T/N: ¿Qué es eso?
María: ¡Es La Bati-Biblia!
T/N: ¡¿La bati- qué?!
María: ¡Biblia!
T/N: Chanfle.
María abrió las páginas mientras te explicaba lo que era.
María: ¡Este libro contiene conjuros, hechizos y recetas potencialmente poderosas! ¡Tiene TODO lo que está relacionado con la magia! ¡Este libro era lo que le hacía falta a Cristina para...!
María hizo una pequeña pausa.
María: Para sacarnos a todas de aquí.
Usted comprendió la tristeza repentina de ella. Las dos se conocían de hace muchos años por ser raptadas por los esbirros de Drácula. Era obvio que se amaban como dos hermanas... Los sueños, esperanzas y, sobre todo, el ideal de ambas no murieron.
Usted tomó, con delicadeza, el libro de sus manos.
T/N: ¿Por qué se llama "Bati-Biblia" y por qué era tan importante? ¿Tiene conjuros para derrotar a Drácula?
María: ¡Mejor aún! Tiene un canto que puede liberar el alma de Drácula.
Usted miró a María, con confusión.
T/N: ¿Y eso como para qué...?
María: Lo dije antes y también Shaft: Si son derrotados, ellos volverán en un futuro; pero, si usas el canto con Drácula cuando esté debajo del sol, podrás liberar su alma para que pueda descansar en paz. Así, podrá pasar a la otra vida con su esposa... Después de que sea castigado por sus pecados, claro.
T/N: ¿Y yo pa' qué fregados quiero liberarlo?
María: ¡¿No oíste lo que expliqué al principio?!
Exclamó María, al notar que lo te pusiste atención. Y eso... sabías que era peligroso en una mujer el no ponerle atención por un segundo o la fracción de uno.
T/N: M-m-me distraje c-cuando dijiste que tú y el loco lo dijeron antes. Quise recordar, pero estaba ocupado peleando que no recuerdo qué dijeron... Y por recordar, no te p-puse atención...
María suspiró.
María: Si tú, hombre, matar ellos, ellos volver; si tú, hombre, liberar ellos, ellos no volver.
Dijo María, de manera que usted entienda... Y funcionó.
Usted chasqueó mientras que un foco imaginario se encendió a tu lado.
T/N: ¡Oh, yo hombre entender! Pero... ¿liberar? ¿A qué está preso el don Drácula?
María: Te lo explicaré, pero antes hay que ir con tus amigas. Sé el camino hacia donde se las llevaron.
Usted asintió.
T/N: Vamos.
Pero cuando iban a avanzar, María se acordó de algo.
María: Ah, por cierto, toma esto.
María sacó una botella que estaba oculta en sus pechos.
Mente de T/N: (0_0 Mamá...)
María se acercó a ti para entregártela.
María: Ten, es agua bendita.
T/N: S-sí, te lo creo.
María, por tu comentario, se ruborizó. Ella te dio un pequeño golpe en la cabeza.
María: Tonto.
Usted se rio.
María: Recuerdo que Cristina lo consiguió, pero no fue fácil. Elizabeth también tenía una. Las tres estábamos preparadas para este día, aunque no sabíamos que llegaría.
Usted agarró la botellita... Al agarrarla, supiste que estaba un poco caliente por estar en un lugar "seguro". Usted intentó concentrarse para no imaginar cosas impuras y que "crezca" una reacción en ti.
María: Te lo confío, pues sé que lo necesitarás en la batalla contra Drácula.
Usted le agradeció, asintiendo.
T/N: Gracias... Te prometo que no fallaré.
~
Afuera del castillo, todos estaban asombrados cómo el castillo fue alzado mientras este cambiaba en un estado casi deplorable. Después del quinto campanazo, el castillo se movió y se transformó, optando otra forma completamente diferente.
Elizabeth: Por favor, no se tarden... No sé qué está pasando, pero no nos dejen así...
Era un show para todas y el joven. Nadie sabía qué ocurrió. Lo único que sabían es que el ritual llegó, pero no sabían si fue completado o no. Eso les carcomía la cabeza.
Las brujas esperanzadas se morían de los nervios. Las profesoras no podían con la presión y el temor de perder a una alumna. El joven... quería que su hermana y usted regresaran, triunfantes.
Joven: Vamos, hermana..., ustedes pueden.
~
La Historia de Drácula ha sido toda una leyenda que pocos lo saben... Ese hombre, alimentado por la ira, la oscuridad y su prinicipal propósito de venganza contra la humanidad de la cual una vez fue parte de ella, pasó por muchos centenares...
Nadie sabe cómo surgió todo esto. Ni siquiera yo lo sabía. Fue mucho antes de que los Van Helsing, los Belmont y cualquier otro linaje caza vampiros comenzara esta guerra contra la oscuridad.
Antes de luchar contra criaturas de la noche, tener familias de poder mágico y usar artefactos legendarios, existieron dos hombres que cambiarian el rumbo de sus vidas y el de toda la humanidad, para siempre.
Mathias Cronqvist y Leon Belmont. El principal es Mathias, quien tenía una fuerte relación con su esposa Elisabetha. Pero, cuando Mathias regresó victorioso en una de sus misiones, le fue informado con una trágica noticia... Su amada esposa, Elisabeth, había muerto, repentinamente.
Con gran dolor, Mathias desapareció. Se ocultó, pero con un nuevo propósito en su vida: vengarse del Dios que le arrebató lo que más amaba.
Gracias a unos artefactos, Mathias se convirtió en vampiro, perdiendo su humnanidad, pero ganando la asistencia de La Muerte...
Para fortalecerse, necesitaba una piedra la cual estaba en poder de otro vampiro el cual era muy poderoso.
Mathias recurrió a su viejo amigo, Leon, para hacerle frente al vampiro.
Leon se apoyó de un señor el cual le hizo entrega de un látigo el cual puede repeler el mal gracias a la alquímia, pero fue tarde cuando Leon se dio cuenta que su amigo, Mathias, lo usó y traicionó.
Después de esa traición, Leon hizo un juramento:
«Con mi látigo y los míos, ustedes, monstruos, seréis derrotados. ¡Desde hoy, el clan Belmont dará caza a la noche!»
Los años pasaron, y Mathias se ocultó, nuevamente, mientras construía un castillo a las orilla de Transilvania. Un castillo el cual se mueve por el mundo en zonas escondidas mientras reunía un ejército para que su venganza no sea destruída. Además, adoptó otro nombre después de haber rechazado su humanidad: Drácula Vlad Tepes. Pero era más conocido como "Vlad".
Pero el ahora Vlad caería ante una de las trampas de la naturaleza. Vlad conoció a una mujer que fue de su agrado: Lisa. Su plan fue pausado a tal punto de ser casi olvidado.
Lisa era una curandera amable y generosa. Los dos se unieron y tuvieron un hijo el cual llamaron: Adrian.
No obstante, otra tragedia ocurriría para Vlad. Lisa, al haber salvado a una pajera al borde de la muerte, se le juzgó como un acto de brujería, ocasionando su ejecución. Tal acto despertó el demonio que yacía en un profundo sueño en el interior de Vlad gracias al amor de su esposa.
Vlad Tepes comenzó, nuevamente, su plan de venganza. Pero, esta vez, no solo contra Dios, sino también con su creación: la humanidad.
Su hijo, apesar de sufrir la pérdida de su madre, se opuso al plan de su padre.
Padre e hijo tuvieron nuevos nombres.
Vlad se cubrió bajo un único nombre que le sería permanente. Se llamó, solamente: Drácula.
Su hijo, Adrian, al tener una irrompible oposición a las ideas de su padre, se llamó: Alucard.
Su hijo se retiró del castillo donde vivió y creció, esperando encontrar a gente que lo ayuden a detener a su padre.
Mientras tanto, Drácula comenzó a reclutar a seres que podrían ayudarlo a cumplir su cometido. Obtuvo el apoyo de creaturas poderosas y a favor de la oscuridad. Incluso, hubo no solo monstruos a favor del Conde, sino también algunos humanos.
No satisfecho, Drácula hizo un pacto con los dioses oscuros para invocar una gran horda de demonios que fueron traidos del mismo reino del caos para atacar a su pueblo y su gente.
La iglesia necesitaba de gente especializada para defender sus tierras. Fue ahí cuando el clan Belmont, junto el hijo de Drácula, Alucard, se aliaron para detenerlos.
Lograron cumplir su misión de detenerlo, pero sólo duró cien años.
Drácula regresó, y siempre regresará, después de cien años de su derrota, pues habrá gente que crearon sectas que lo idolatraban y que estaban dispuestos a traerlo de vuelta.
Muchas pérdidas ocasionó esta guerra contra la oscuridad.
Mientras el odio de Drácula siga viviendo, él siempre volverá junto a sus aliados. Regresarán... cada vez más fuertes.
Sin embargo, un antigüo libro poderoso, escrita por una vieja bruja de ubicación y lugar de origen desconocido, le fue arrebatado a su dueña sin que lo supiera.
Este libro, que ni siquiera tenía nombre o título, tiene un arsenal completo sobre la magia, en general.
Lo que más le interesó a Cristina fue un canto que liberaría el alma corrompida de cualquier ser.
Si se usa contra Drácula, este morirá en paz, y jamás regresará, pues su alma sería liberada y se uniría con su amada en el más allá.
Pero no todo es fácil, pues tiene que serlo cuando Drácula, o cualquier otro ser, sea bañado por la luz creada por los dioses: el sol.
Justamente hoy, en unos minutos, será un ecplise solar donde la Luna Carmesí cubrirá el sol, dándole mucho más poder a Drácula en el ritual.
Sólo hay una oportunidad, así que hay que tener mucho cuidado...
~
Usted y María llegaron en el último piso del gran castillo. Una enorme habitación faltaba. Al final de esta, estaba Drácula, esperando en su trono.
María te entregó la Bati-Biblia para que liberes a Drácula. Usted leyó aquel canto y te lo memorizaste, pero era necesario tener el libro abierto para que se cumpla. Usted guardó el libro entre tus ropas.
En el camino, María tomó una espada que tenía una armadura decorativa. Ella tenía que tener algo para defenderse.
«Joven...»
Pero una voz sonó en la habitación. Usted sintió un escalofrío, y María sinitó que la temperatura de la habitación bajó, extremadamente.
«Hiciste caso omiso a mi advertencia, y juré que haría que te arrepintieras por eso...»
Una masa negra comenzó a formarse en el aire y, de ahí, un tajo de una gran guadaña la partió, así demostrando a La muerte.
La Muerte: ¿Estás preparado, o tienes miedo?
Los ojos de la muerte se iluminaron con dos fuegos azules, diferentes a tu fuego azul, y este miró en lo más profundo de tu alma.
La Muerte: Puedo saber a qué le tienes miedo, y será de gran agrado hacerte saber que se hará realidad lo que más temes en vida y en muerte.
Tu respiración comenzó a acelerarse, confundiendo a María quien temió por un segundo.
La Muerte: Ellas morirán, y jamás las volverás a ver..., pecador asesino.
La Muerte preparó su guadaña y se fue acercando hacia ti.
Usted respiró más rápido, pues, al verlo a los ojos, recordabas a todos los que por tu culpa murieron. Podías oír los lamentos de ellos. Podías oír a ellos echándote la culpa. Podías oirlos... deseándote lo peor.
La Muerte: Para cumplir el ritual...
Dijo la Muerte, casi cerca de ustedes.
La Muerte: ... se necesita el alma de un gran pecador.
La Muerte, ya teniéndote de frente, se preparó para atacarte y partirte a la mitad y sacarte el alma.
María: ¡¡T/N!!
Pero María, preocupada, se lanzó para tirarte al suelo. La guadaña sólo te cortó unos pelos de tu cabello, pero le hizo un pequeño corte a María en el brazo. De ese corte, su alma salía en llamas azules de la muerte, como si fuese una fuga de gas. María sentía el ardor y el cómo se hacía débil ya que su alma se iba de ella.
Usted, ante su grito, despertaste del trance, de un jadeo.
T/N: ¡María!
Usted la vio que se quejaba en el suelo mientras se agarraba el brazo, con dolor.
La Muerte: Una víctima más gracias a ti. No por nada, él te llamó y consideró un error...
Mientras La Muerte se preparaba para atacar, usted cargó a María, al estilo nupcial, y la llevaste al otro lado de la habitación.
T/N: ¡María, por favor, resiste! ¡Vas a estar bien!
Tu desesperación y miedo se notaba al hablar. Pero un hechizo cayó sobre tus pies, explotando y haciendo que soltaras a María la cual cayó y rodó un poco lejos.
T/N: ¡María!
Unas risas con eco inundaron la habitación. Una capa entró volando por la ventana, y, por su estilo y diseño, reconociste a quién le pertenecía.
T/N: ¡¿Sh-Shaft?!
No era Shaft en sí, sino su espíritu. Shaft, el nigromante, tiene control sobre la muerte, y no puede morir, pero sí estar ausente para volver como nuevo. Si Drácula se libera, ahora sí no volvería el nigromante.
Las risas de ultratumba de Shaft resonaban y, de su capa, salían hechizos los cuales se dirigían a ti. Además, trajo a la vida, en forma de esqueleto, a monstruos poderosos que antes habías vencido. Algunos eran colosales.
Usted no pudo revisar a María. Tenías que hacerte cargo de los dos sujetos, pero rápido.
T/N: Bien...
Usted empuñó el sagrado látigo, mirando tu nuevo desafío.
T/N: Veamos quién está más cerca de la muerte...
~
Del otro lado de la puerta, estaba aquel hombre al que tanto odio acumulaste.
Drácula, quien estaba sentado en su trono, oculto de la luz de la Luna mientras tomaba vino de sangre de mujer vírgen, escuchaba la pelea entre tú y los demás.
Los golpes, estruendos, temblores, rugidos, gritos, y entre otras cosas era lo que se escuchaba.
A sus espaldas, una jaula de hierro colgaba del techo. Ahí, las brujas también oían todo, pero nada más que eso. Aún tenían las varitas de Barbara y Molly, pero Drácula les advirtió no hacer nada, pues las exprimiría como uvas si se atrevían a hacer algo.
Ellas no entendían cómo es que Drácula aún no tomaba la sangre de todas. Ellas no sabían que, primero, se necesitaba el alma corrompida de una persona. Su plan era usar la de Shaft quien se ofreció como sacrificio, pero ahora está muerto. Ahora te esperaba a ti. Su paciencia sólo duraría unos minutos, pues, pronto, el sol sería ocultado por la Luna Carmesí. Ese era el momento de actuar, pero el sol apenas iba saliendo. Su brillo iba iluminando el horizonte a lo lejos, pero aún tardaría en alinearse con la Luna Roja.
Drácula: ¿Saben?...
Habló Drácula, con tranquilidad, pero con una voz profunda. Las brujas tragaron saliva cuando él habló. Fue repentino.
Drácula: Ese joven, el que llegó a salvarlas, me recuerda a un joven al que me enfrenté en mi realidad. Como él, también intentó salvar a sus amigas... Él fracasó. El último de los Belmont... Y/N, Y/N Belmont era su nombre.
Reveló Drácula, obteniendo la atención de todas.
Diana: ¿"Y/N"?
Akko: Se parece un poco a "T/N", ¿no?
Lotte: Creo que el Hechicero le llamó así a México.
Drácula: México...
Todas prestaron atención, otra vez. Apesar de que el cuarto esté tranquilo, afuera se escuchaba el estruendo de los ataques y gritos de parte tuyo.
Drácula: Escuché que lo llaman así, pero... sólo viéndolo, sabré quién es él. Tal vez, él y yo compartamos algo en común.
Amanda: ¿C-como qué?
Preguntó Amanda, un poco temerosa.
Drácula: Que él y yo dejamos nuestros nombres para adoptar otro.
Ursula: No me agradas, pero quiero que me respondas algo.
Drácula: Acepto tu última voluntad, Ursula.
Todas voltearon a ver a su maestra. Nadie dijo su nombre, ella no se lo dijo a él. Entonces, ¿cómo lo sabe? Todas estaban confundidas. Sobre todo, Ursula.
Ursula, un poco insegura, preguntó:
Ursula: El hechicero dijo algo sobre alguien que los envió. Dijo que su misión es derrotar a un "error". ¿Quién es ese sujeto y qué es lo que realmente quiere?
El silencio sobre Drácula cayó. Él movió su vino, vacilando un poco con él. Drácula recordó cuando estaba siendo derrotado por el último de los Belmont, pero, de repente, un golpe lo llenó de poder. El último de los Belmont cayó, y después sus amigas y toda la humanidad.
Confundido en ese momento, Drácula lo conoció. Un sujeto de ropas extrañas, pero ancestrales, estaba frente a él. Le tendió la mano mientras su sonrisa se iluminaba en la oscuridad.
Drácula inspiró un poco después de recordarlo.
Drácula: Su nombre me causó un escalofrío, aunque no lo crean. Ese hombre es una pesadilla real, pero no para nosotros.
Diana: ¿"Nosotros"? ¿Hay más, aparte de ustedes?
Drácula: Más de lo que creen.
Respondió Drácula.
Drácula: Su misión era una: eliminar el error. No sabía a qué se refería... Hasta que nos llevó aquí. Aunque suene extraño, cuando llegamos, me sentí muy débil. Es como si comenzara de nuevo, pero en un habiente más hostil. Tenía mi poder, pero aquí, aún con él, me sentí inferior. "Un error que no debió existir nació en este mundo. Encárgarte de él. No te preocupes, tendrás más aliados esperando" me dijo él. Durante esos años, me dediqué a raptar mujeres para revitalizar mi fuerza con su sangre. Hasta... que llegó este día. Supe de su escuela, y una ola de recuerdos comenzó a inundarme. Ustedes.... Él.... Hay algo que aún no nos contó ese tipo que, incluso, me da miedo. Su sola presencia me hizo temblar. Si no fuese por eso, no habría aceptado su propuesta. Yo acepté... por el temor que me sembró.
Las brujas tenían más dudas de las que tenían. Lo único que les quedó claro es: Una gran amenaza espera a su amigo, y esa amenaza es un peligro a nivel inimaginable.
Drácula: Tal vez muera en nuestro enfrentamiento, pero, al menos, ya no estaré obligado a trabajar para él... en unos años.
Akko: ¿Y por qué no mejor te unes a nosotros? ¡Te podemos ayudar!
Drácula: No lo creo.
Respondió Drácula, fríamente.
Drácula: Aún le tengo mucho odio a la humanidad por lo que me hicieron.
Diana: Asesinaron a tu esposa, ¿no?
Drácula giró levemente su cabeza cuando Diana dijo eso.
Diana: No eras más que una leyenda, pero ahora no creo que lo seas. Si eres el verdadero Drácula, significa que, en tiempos remotos, la gente asesinó a tu esposa o, mejor dicho, a tu segunda esposa.
Drácula cerró los ojos, con pesar.
Drácula: Así es...
Drácula miró la puerta donde se supone que entrarías después, vivo o muerto. Sus ojos se iluminaron de rojo sangre.
Drácula: Por eso, no puedo perdonarlos... por el enorme daño que me hicieron.
~
T/N: ¡¡Graaaaaaargh!!
Usted estaba destrozando aquella capa que llevaba el espíritu de Shaft, pero, apesar de eso, este seguía atacando.
Sus risas no se apagaban, y eso te irritaba.
Los monstruos traídos de la muerte volvieron a caer. O, mejor dicho, desaparecieron, pues, al parecer, tenían un cronómetro. Si Shaft estuviera vivo, sería eterna la invocación de los muertos.
Por otro lado, La Muerte seguía lanzando cortes que iban directo hacia ti, pero usted los esquivaba para no recibir el mínimo daño de la muerte.
Esta pelea no parecía acabar, y usted se sentía acorralado por los dos monstruos.
En ese entonces... una chispa apareció en lo más profundo de tus pupilas... encendiendo una llama azul.
La capa que soltaba risas seguía atacando, pero, cuando un hechizo iba a dar contigo, usted desapareció.
Eso no detuvo las risas del espíritu... Lo que lo cayó, eras tú quien te encontrabas detrás de él, en el aire, y con un ataque preparado en tu puño. Un ataque hecho con el fuego azul. Tu rostro denotaba la ira.
T/N: ¡¡TOMAAAAAAAA!!
Usted lanzó el ataque, destruyendo la capa por completo y haciendo que las risas se apaguen lentamente. El ataque fue más allá, haciendo un agujero en el suelo y atravesando todo.
Usted aterrizó, alzando el polvo.
Mente de T/N: (Fuego azul... Ya te habías tardado...)
La Muerte: Me sorprendes....
La Muerte te atacó por la espalda mientras decía:
La Muerte: ¡Eres sorprendente!
Pero usted logró agarrar la guadaña del palo, deteniendo el ataque.
T/N: Cállate...
Usted miró a lo lejos a María. Ella ya no respondía. Ella... perdió la vida. Su cuerpo descansaba en el suelo de aquel castillo. Usted le había prometido al joven que regresarías con ella. Tal vez no se lo dijiste en persona, pero sí mentalmente. El alma de María abandonó su cuerpo por aquel ataque de La Muerte.
Usted se sintió fatal.
Usted le arrebató la guadaña a la muerte, sorprendiéndolo de verdad, pues, sólo La Muerte podía empuñarla.
Usted desapareció la guadaña gracias al fuego azul. El fuego azul se encargó de guardarla en un inventario místico que sólo tú podías acceder mentalmente, pero no lo sabías. En ese inventario, se encontraba el machete oscuro, las escrituras de propiedad de Kamcia, las alas de Belcebú, el escudo de Leviatán o, mejor dicho, su escama; el tridente de Satán y, ahora, la guadaña de la muerte. Y la colección no terminaría, por ahora.
Usted saltó hacia La Muerte y lo tiraste en el suelo. Usted tenía una sonrisa psicópata en el rostro. La Muerte intentó usar sus ojos para hacerte entrar en trance, pero... no funcionó.
T/N: Siempre me he preguntado...
Usted comenzó, agarrando el cuello de La Muerte. Tu voz sobaba muy ronca e intimidante.
T/N: ¿A qué le teme la muerte?...
La misma Muerte miró tus ojos. Él miró tus pupilas. En el fondo de estas, pudo ver a un Charro vestido de negro, los príncipes del infierno y muchas más almas que derrotaste, sufriendo.
La Muerte... sintió miedo... de ser parte de esa colección.
T/N: Tal vez seas la muerte... pero no la Santa Muerte.
≈
Monstruos derrotados: 99999.
A La Muerte le llegó la muerte...
Un joven mexicano fue el que logró ese logro...
Ya no había ningún monstruo en el castillo...
Todos fueron asesinado por ti y las chicas que conociste en la cocina...
Dos de ellas murieron en la batalla...
Una sigue viva para contar la historia de esas valientes mujeres...
Del otro lado de la puerta...
se encuentra Drácula...
Drácula está esperando...
del otro lado de la puerta...
La batalla esperada llegó...
¿Quién ganará?...
¿Quién perderá?...
Luz y oscuridad...
teniendo otro enfrentamiento...
La humanidad está en juego...
en las manos de un asesino en rehabilitación...
Todo puede pasar aquí...
Los caminos son infinitos...
Así que...
¿Qué final tendrá este combate entre el bien y el mal?...
¿Quién triunfará?...
.
.
.
.
.
Fin del Capítulo 46.
/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/
Bien, eso sería todo.
Vaya, vaya, ¿dos capítulos seguidos? ¿Cando regresará con todo? Bv
Uff, por fin va a acabar este mini arco xd.
Muchos se alegrarán, otros también, y los demás abandonaron esta historia por aburrimiento de este arco semi-improvisado xd.
¿Cómo que semi-improvisado? Bueno, habían algunas cosas que no tenía pensado poner, pero las puse porque habría agujeros argumentales (si es que no ha habido uno xd).
Uno de esos ejemplos es el primo y el español. Tenía la idea de incluir al primo por los chistes, pero que luego resultaría ser un vampiro traidor y el mexicano (el lector) lo tendría que derrotar. El primo hubiera tenido el papel de María, guiando al mexicano por el castillo, pero enviándolo por salas peligrosas (dando pequeñas pistas de que es malo y que busca matar al mexicano).
Al final, no lo puse, porque... se me olvidó xd.
Eso, y que ya no tendría sentido. Lo del español se me ocurrió en el momento cuando pensé "¿Cómo incluyo al primo?", y se me ocurrió esa historia de origen chistosa xd.
Lo del charro negro, el abismo, el infierno y demás cosas no estaban planeadas, pero se me ocurrieron de repente y me gustaron las ideas... Pero eso hizo alargar más esto xdn't.
Para que se den una idea, así hubiese sido este arco:
Las brujas son raptadas, el mexicano va en busca de ellas junto a Barbara, llegan al castillo, se enfrentan a unos monstruos (monstruos débiles como calacas o zombis), llegan a las celdas, hay dos guardias vigilando la puerta, el mexicano le pide a Barbara que le convierta su ropa en la de un policía, pues no siempre se resuelve todo a golpes; el mexicano va con los guardias, hace una parodia a los policías mexicanos, sobornándolos con una mordida por imcumplimiento a las normas y leyes de tránsito; los guardias se van, el mexicano y Barbara entran a las celdas, ahí encuentra a su primo, el primo les dice que las brujas no están ahí, sino en otra habitación donde están siendo bien vigiladas, el primo los lleva, pasan cosas difíciles con monstruos, el primo intenta matar al mexicano de formas muy disimuladas, pero son interrumpidas; llegan a habitación donde están las brujas, el mexicano entra mientras le dice a Barbara que espere, el mexicano mira a los dos guardias que vigilan la celda, el mexicano les dice que es parte ellos y, como prueba, les pide a una bruja, pues Drácula se lo ordenó; le dan a Akko, el mexicano se acerca y la apuñala en el estómago y se la lleva de ahí, dejando a todas traumadas y con las esperanzas en el suelo y odiando al mexicano; afuera de la habitación, nos damos cuenta que el mexicano se clavó el puñal en su mano para hacer creer que su sangre era la de Akko; Akko, Barbara, el primo y el mexicano se van a un piso arriba, crean un agujero y le cae encima al guardia, matándolo y dejando confundido al otro; Akko y Barbara bajan y le explican a todas el plan, aliviándolas; el mexicano iba a acabar con el segundo guardia, pero este le revela información a cambio de su vida; le cuenta sobre un cofre que está en esa misma habitación (que estaba a simple vista, nmms xd), le revela que ahí hay un látigo (el mata vampiros), una cruz de hierro, agua bendita y la Bati-Biblia (sep, así se iba a llamar desde un principio xd); el mexicano mira el cofre y lo abre, pero el guardia lo transforma en un niño; las brujas se preocupan, niño darle paliza a malote, niño crecer, brujas celebrar que están todos reunidos, ups, llegó la hora del ritual; las brujas son llevadas en una jaula, el mexicano toma las cosas del cofre y persigue a las brujas, el mexicano llega con Drácula, pelean, y hasta ahí lo dejaré porque hay algunas cosas que sí permanecieron en la batalla final xd.
En fin, ¿qué les pareció la idea original?
Muy corta, ¿no? Y también muy fácil y con más cosas cómicas xd.
Viendo la idea original, me gustó más la que ustedes están leyendo.
Me alegro que haya cambiado por completo xd.
De hecho, habían algunas cosas que quería poner, pero sería alargar más esta historia.
No eran cosas importantes, sólo peleas con monstruos que quería poner, pero mejor lo resumí para que no tarde mucho.
En fin, eso sería todo.
Espero que les haya gustado este capítulo.
Si es así, qué bien.
Y si no, también xd.
Me despido.
Adiós y que Dios los cuide, bendiga y proteja a ustedes y a sus seres queridos (sean creyentes o no).
¡¡Nos vemos!!
¡¡¡¡TIMOITASE!!!!
PD: Avisen si hay errores xd
(Apuesto a que no encuentran ninguno Bv)
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