Capítulo 43: La Última Batalla para la Libertad.
Capítulo 43: La Última Batalla para la Libertad.
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Usted corrió a toda prisa para matar a aquel demonio para así salir de esa dimensión y regresar, pero justo cuando saltaste para golpearlo...
El Olvidado: ¿Hurh?
Pero el demonio notó tu presencia. Se giró y rápidamente te agarró como si fueses una muñeca de juguete, lastimándote al apretarte.
T/N: ¡Ngh!
El demonio te arrojó al suelo, pero usted, derrapando en el suelo, incrustaste tu látigo para frenar. El demonio se lanzó hacia ti para prensarte contra el suelo con su puño...
Pero usted saltó hacia un lado, esquivando la muerte instantánea.
Aprovechando esos instantes, usted saltó y le ancestó un golpe en su rodilla, rompiéndole su armadura de esa parte dejando en visto su carne. El demonio cayó de rodillas mientras gruñía. Después, se levantó para mirar mejor a su oponente inesperado.
El Olvidado: ¿Qué es esto? ¿Un humano aquí?
Preguntó el olvidado, extrañado por ver a un humano, pues ni siquiera miró bien al anciano que desapareció con su aterrador poder.
El Olvidado: ¿Quién eres, necio?
T/N: Soy tu destrucción, demonio. Soy el mexicano que te destruirá para regresar a su mundo.
Respondiste, con determinación y odio.
El Olvidado: ¿Tú?
Cuestionó el demonio, con burla.
El Olvidado: ¡Patético mortal, nada puede superar mi poder!
T/N: Eso es porque no te haz enfrentado a mí.
El Olvidado: Yo soy poderoso.
T/N: Igual que los anteriores y los que seguirán después.
El demonio le extrañó esa actitud tuya, una sin temor, y miró tu traje que portabas.
El Olvidado: ¡Ese uniforme...! Eres un guerrero, ¿no? Un guerrero de la luz. Aunque... algo en ti es distinto. Tu alma es... inusual...
T/N: Eso no te incumbe. Escúchame atentamente, horrible ser; una vez que acabe contigo, me suplicarás por tu miserable y cochina vida.
El demonio, al oír tus palabras y tu tono de voz furiosa, se rio.
El Olvidado: ¿De veras lo crees? ¡¿Piensas que puedes derrotarme, ahora que parte de mi poder está debilitando el sello...?!
El demonio, el cual tan sólo le llegabas hasta abajo de la rodilla, te señaló y dijo:
El Olvidado: Óyeme, guerrero; mi poder es ilimitado. Voy a arrancarte la piel a tiras, y a devorar tu alma.
Usted lo interrumpió.
T/N: ¡Hablas demasiado...! ¡Lucha de una buena vez!
Y dicho eso, la batalla entre ustedes dos comenzó.
Sin acercarte, usted le dio un latigazo al demonio en la parte descubierta haciéndolo gruñir del dolor.
El Olvidado: Ahora son dos ventajas que tienes, enano.
T/N: Y tu desventaja es que me tienes a mí de oponente.
El Olvidado invocó una espada larga, con picos en la hoja, e intentó cortarte de un tajo horizontal, pero usted lo esquivó, agachándote, y le diste otro lagitazo, sacándole sangre, esta vez.
El Olvidado: Estás muy lejos. ¡¿Por qué no te acercas?!
Para tu sorpresa, el Olvidado realizó una embestida rápida, golpeándote y mandándote a estrellar contra una piedra la cual se destruyó por tu impacto.
El Olvidado: Cualquiera de lejos, pero ninguno de cercas. Típico de cobardes.
El Olvidado rugió y te lanzó una esfesa de color blanco brillante hacia ti, pero usted, actuando rápido, se la devolviste con una patada lateral, saltando de los escombros.
El ataque le fue devualto a su dueño, debilitándolo haciéndolo caer de rodillas.
Ustes sonrió y corriste hacia su dirección justo cuando el demonio comenzaba a levantarse. Usted saltó y le diste un golpe en el pecho, haciéndolo retroceder, en contra de su voluntad, y usted, por inercia, retrocediste, también.
El demonio se agarró el pecho, y después te miró. Nuevamente, corriste hacia él, pero el demonio juntó sus manos para aplastarte. No obstante, usted se deslizó para llegar detrás de él a un pelo de ser aplastado. Usted se levantó rápido y te trepaste a su espalda.
El demonio intentó agarrarte, pero usted le comenzó a dar muchos golpes a su costado hasta romperle su armadura que cubría su torso. Usted saltó de él para mantener distancia segura.
El demonio, asombrado, se agarró su donde antes había armadura y se giró para verte, lentamente.
El Olvidado: Te subestimé. No pensé que serías mucho más de lo que aparentas.
T/N: No es la primera vez que me subestiman por mi estatura.
El demonio saltó muy alto y aterrizó, haciendo temblar el suelo logrando que cayeras. El plan del demonio funcionó, y corrió hacia usted para pisarte como cucaracha.
T/N: ¡Grr!
Pero usted comenzó a girar en el suelo, salvándote de múltiples pisadas, pero una logró pisarte.
El Olvidado: ¡Muere, maldita cucaracha!
T/N: ¡NO!
Para sopresa del demonio, ustes detuvo su pie con tus manos. El demonio aplicó más fuerza en su pisada, logrando hundirte un poco en el suelo, pero eso no significa que usted cedería. Al contrario. Usted usó más fuerza y lograste empujar su enorme pie, haciéndolo caer de espalda.
T/N: ¡No volveré a ser aplastado por un pie!
Usted saltó encima suyo y le encagaste tu machete en su carne.
El Olvidado se enfureció por haberlo tirado como si nada, y dio una marometa hacia atrás para levantarse y zafarse de ti.
El Olvidado: ¿No volverás a ser aplastado por un pie? Lo respeto... ¡Pero serás aplastado por una roca!
El Olvidado lanzó una cadena hacia el techo y atrapó una roca gigante. La jaló hacia abajo y la usó como matamoscas contra ti. Lo alzó y lo bajó para que fueras aplastado por eso, pero, al ser una enorme roca, lo hacía más lento. Usted aprovechó para subirse a la roca encadenda.
El demonio no sabía que planeabas algo, así que jaló la roca y la alzó en el aire, justo como tú querías. En el aire, usted saltó de la roca y, después, la golpeaste para que saliera disparada hacia el demonio. El demonio fue aplastado, pero no derrotado. La roca se partió en pedazos al impactar en él.
El estruendoso golpe ocasionó que el lugar comenzace a caer, pero también el sello se había terminado de romper, y el camino se abrió.
El demonio, mirando el sello, habló, mientras que tú hacías lo mismo.
El Olvidado: Te he subestimado... eres un digno rival. Sin embargo, has de saber que no podrás vencerme.
T/N: Empiezo a cansarme de tus fanfarronadas.
Dijiste, a sus espaldas.
El Olvidado: ¡Créeme, serán lo último que escuches!
T/N: Si para salir de aquí tengo que derrotarte, lo haré, cueste lo que me cueste.
El Olvidado: Si así lo deseas...
El demonio alzó su mano y recuperó su poder que estaba debilitando el sello. El enorme poder del demonio volvió a él.
El Olvidado: Sería más sencillo que acabases con tu vida ahora, guerrero... con tus propias manos.
El demonio se burló.
El Olvidado: Sufrirás, de eso estoy seguro. Nunca encontrarás la paz, ni en la Luz ni es las Tinieblas.
El demonio se giró, pero usted ya no estaba detrás de él. Usted se ocultó, pues no eras tonto y sabías perfectamente que él te podría aniquilar fácilmente.
El demonio no te vio caso alguno y se marchó hacia donde había un sello reprimiéndolo. Más adelante, estaría el último. Usted esperó a que él avance y así tener distancia segura.
Usted suspiró.
Mente de T/N: (¡¿Qué me está pasando?! ¡Siento... oscuridad en mí!... ¡Yo... deseo sangre! ¡Muerte, destrucción, genocidio!... ¡Quiero...!)
T/N: ¡Ngh!
Usted notó que tus uñas estaban creciendo, parecían navajas. Tus venas se tenían de negro, pero no todo. Tus ojos se asemejaban a los de un temible dragón. Unos escalofríos te recorrieron al tener muchas ideas para obtener muerte y caos.
T/N: ¡No!... ¡¿Qué... es... este... sentimiento?!
La condena de los humanos que están en esa dimensión.
Un humano, que llegue a esa dimensión, será maldecido, así como le pasó al Olvidado quien antes era un humano.
Entre más tiempo pases ahí, más rápido será tu transformación de demonio.
T/N: ¡Grrrrr...!
Usted, con dolor de cabeza, te levantaste para ir donde el demonio fue para matarlo e irte rápido de ahí, antes de que sea demasiado tarde.
Mente de T/N: (Pese a todos sus estúpidos alardes, nuestra confrontación me había demostrado que ese "poderoso" demonio podía ser herido...)
Más adelante, el demonio caminó hacia donde hay un rio de lava, pero con una puerta gigante de acero desconocido. El demonio se metió en la lava para romper la puerta y cruzar. Usted lo siguió, navegando en una roca que flotaba por el rio y tratando de no ser visto por él.
Mente de T/N: (Tan sólo necesito ser paciente, aguardar mi momento hasta encontrar la oportunidad que sin duda terminaria presentándose. No sé cuánto tiempo dispongo para esperar tanto, pero, sin duda, lo aprovecharía...)
El demonio comenzó a golpear la puerta para romperla. Por otro lado, usted esperaba pacientemente en la roca la cual era llevada por la misma corriente de la lava. La roca comenzaría a hundirse, pero otras emergían de la lava u otras caían del cielo por los golpes del demonio que hacía temblar la zona. Usted saltaba de roca en roca para no hundirte en la lava.
Mente de T/N: (El tiempo se está evaporando como la lluvia en la zona árida de mi país, y mi destino vuela libre como el águila en busca de una serpiente. O, mejor dicho, como un dragón en busca de una víctima para merendar...)
Llegó un punto en que un pilar cayó detrás del Olvidado. Usted saltó en él, pero el demonio, para apresurar las cosas, tomó justamente ese pilar y lo usó como un ariete. Usted se agarró bien del pilar para no caer por la fuerza bruta del demonio. Después de tras golpes, la puerta fue destruída, y el demonio dejó el pilar para avanzar al final... al portal.
Mente de T/N: (Iba a hacer que el monstruo pagase las consecuencias por haberme subestimado... Creí que nadie volvería a hacerlo. Ese estúpido demonio va a conocer el miedo que miles sintieron al enfrentarme, va a saborear el amargo sabor de la derrota mirando a los ojos del dragón, mientras su vida se derrumba en el suelo frente a él, como el tequila de un borracho al caer al suelo después de varias rondas.
El pilar fue llevado por la lava hasta la orilla donde había suelo firme para pisar. Usted saltó del pilar y te adentraste a la entrada del final. Mientras caminabas ahí, todo se volvía en blanco, negro o gris. Realmente, depende del matiz de esos tres colores.
Mente de T/N: (Mírame, demonio, pues soy más oscuro y temible que tú. Yo soy el dragón, y tú eres mi presa...)
Llegando al otro lado del pasadizo, un espacio estraño se presentó. Muchos engranajes, rocas y otras cosas estaban flotando en el aire. Una gran arena estaba en medio, donde justo está el demonio, mirando el portal apagado. Era enorme y preciosamente abstracto.
El demonio volvió a lanzar la mayor parte de su poder hacia el portal para romper el último sello y activarlo para volver al mundo humano y cobrar su venganza.
La humanidad estaba en juego.
El demonio, cansado por dar su poder, se hincó la rodilla mientras respiraba, con cansancio... Mientras que tú lo mirabas, a sus espladas, con una tranquilidad aterradora.
El demonio miró un poco a sus espaldas y te miró. Él se levantó, con sorpresa, pues no te esperaba volver a ver.
Realmente lo tomaste por sorpresa, haciéndolo enojar. Sin previo aviso, él te lanzó un puñetazo, pero usted se inclinó hacia un lado, rozándote. Pero no solo hiciste eso, sino que usted, con tus uñas, saltaste hacia adelante y rasguñaste su puño mientras pasaba cercas de ti, rompiendo su armadura y dejando su brazo descubierto.
El demonio miró su brazo.
El Olvidado: Vaya que eres terco. Hiciste que tu muerte sea infinitamente dolorosa.
T/N: Mucha charla. ¡Luchemos!
El demonio, con el poco poder que tenía, invocó dos enormes espadas e intentó rebanarte, pero usted saltó, pasando entre las dos espadas, y, una vez cayendo en el suelo, saliste disparado hacia él y le proporcionaste un golpe limpio.
Mente de T/N: (Tengo hambre...)
El demonio invocó un pilar afilado y te intentó hacer un agujero con él, pero usted no lo permitió. Usted lo tomó con el látigo y se lo devolviste, mareándolo.
Mente de T/N: (Hambre de sangre...)
Usted se acercó, pensando que podías aprovechar su estado indefenso, pero él te engañó. Estando cercas, él convocó su enorme espada y dio un tajo vertical con ella, atrapándote entre la espada y el suelo, pero usted logró agarrarla de la hoja, resistiendo para no ser dividido en dos.
Mente de T/N: (Quiero sangre...)
Usted apretó la hoja, agrietándola y paretiéndola, desconcertando al demonio.
Usted lanzó su látigo hacia él y lo clavaste en su pecho para después jalarlo y ser llevado hacia él, rodeándolo e ir en el aire, detrás de él. Usted miró su espalda y jalaste la cadena para ir tras él y atacarlo, con una patada voladora, en su hombro, rompiendo su armadura de ahí.
T/N: Tú saciarás mi sed... mi hambre... todo.
El Olvidado ya volvió a usar sus armar. Ahora, él incovó varios pilares puntiagidos y te los lanzó. Usted corrió, dejando los pilares detrás tuyo. Cuando el demonio dejó de lanzarte esos pilares, usted fue tras uno, lo cargaste y se lo arrogaste. Repetiste la acción, tres veces.
El demonio cayó, arrodillado. Usted aprovechó esa nueva oportunidad, corriste hacia él y saltaste hacia su rodilla. El demonio intentó tomarte, pero usted saltó en su hombro y después en su cara la cual estaba cubierta con su armadura.
Usted se agarró de un cuerno suyo y comenzaste una repetida lluvia de golpes en su rostro... Hasta romper la armadura que protegía su cara. Usted saltó hacia atrás, con una marometa, mientras el demonio retrocedía.
El portal comenzó a hacerse, y absorvía todas las piedras y demás cosas flotantes. La fuerza de atracción aumentaba, pero a ustedes dos no les afectaba.
El demonio, al tener la cara descubierta, comenzó a atacar sin control. Su desespero era notable.
Usted esquivó todos sus ataques con facilidad. Eso le jugó en contra el demonio quien le diste un machetazo en su ojo cuando se descuidó.
El demonio se enfureció... en serio.
Usted tenía una cara con indiferencia sobre él. Parecías no tener alma alguna... pero tus ojos mostraban al asesino que una vez dominó en el paneta Tierra.
El Olvidado: ¡No puedes triunfar aquí, necio! ¡No comprendes a qué te estás enfrentando!
Sin voltear, el demonio se dio cuenta de algo.
El Olvidado: El sello se ha abierto. Finalmente entraré a tu mundo... Será reducido a cenizas, e infligiré a los humanos diez veces el dolor y sufrimiento que sufrí yo mientras fui prisionero de aquellos humanos... y olvidado por Dios.
El demonio apretó los puños y su tono de voz se volvió más intimidante.
El Olvidado: ¡Voy a permitirte vivir, para que seas testigo de tu total y completo fracaso! ... Muchos creen que el peor destino es la muerte, pero hay peores... y lo sé muy bien.
El poder del Olvidado comenzó a ir con él. Un demonio inimaginablemente poderoso iba a renacer.
El Olvidado: ¡Libertad, al fin!
El Olvidado se giró y estiró su brazo para tener su poder de vuelta. Usted miró eso, con rabia. Algo dentro de ti estaba fuera de control. Usted comenzó a mostrar los dientes y tu rostro se contraía por la ira.
T/N: ¡¡¡GRAAAAAAAAAAAAAARRGGH!!!
Pero usted... impulsivamente... saliste disparado hacia el Olvidado...
Tus alas de Belcebú aparecieron y te dieron más impulso cuando saltaste...
El Olvidado sintió tu enorme presencia... y se aterró...
El poder ilimitado... que estaba apunto de ser tomado por su dueño, El Olvidado... fue tomado por ti...
El Olvidado: ¡No... no, no, noooo!
El poder entró en lo más profundo de tu alma. Sentías el poder... la oscuridad... todo lo que cabe dentro de lo malo.
El demonio sintió terror, pues él es conciente del poder que acabas de robar. Usted cayó al suelo, hincando la rodilla y golpeando el suelo con tu puño. Tu rostro estaba cubierto por la oscuridad.
El demonio, apesar del miedo, fue tras ti para atacarte por haber tomado lo que a él le pertenece... pero usted lo sabía desde antes lo que él iba a hacer.
El demonio saltó y te dio un puñetazo... pero usted ya no estaba en donde él te vio. Usted, a una velocidad increíble, apareciste detrás de él, en el aire y envuelto de un aura de color blanco brillante. Era el poder del demonio.
El demonio se giró. Vio cualquier intento como un completo fracaso. Ya no lo intentaría.
El Olvidado: ¡Me rindo ante ti...! Piedad, mi señor... piedad...
Usted no lo haría... Usted estaba lleno de ira. Aquel monstro... que amenazó tu hogar sin piedad... te pide piedad...
¿Qué harás?
Usted movió el brazo, partiéndolo en dos. El demonio iba a morir...
T/N: Espera... aún no me he divertido como yo quería...
Usted apuntó al demonio partido y lo uniste como si nada. El demonio deseaba morir, pues estaba agonizando. Está entre la línea de la muerte y la vida, pero usted lo retenía de irse allá.
T/N: ¿No anhelabas ir a mi mundo? ¿Qué te parece si te doy un recorrido?
El Olvidado: Por favor... sólo mátame de una vez...
T/N: Como usted lo desee...
Usted aterrizó en el suelo y, cuando lo tocaste, saliste propulsado hacia el demonio, embistiéndolo y llevándolo al portal. Ustedes dos cruzaron.
≈
Sobre el cielo nocturno de un castillo en medio del bosque, un portal se abrió. Dos demonios salieron de ahí. Uno moribundo y otro con un poder indescriptible.
Esos dos eran ustedes, El Olvidado y T/N T/A, el mexicano que cruzó varias fronteras, en el sentido figurado.
Usted empujaba al demonio hacia abajo, de su estómago. El demonio estaba gritando del dolor. Tu rostro mostraba unos ojos brillantes y semejantes al de un dragón, unos colmillos muy filosos y una expresión de pocos amigos.
Ustedes pasaron las nuves el techo de una gran torre del casrtillo se acercaba a ustedes. O, mejor dicho, usted se acercaban a la torre.
T/N: ¡¡¡GRRAAAAAAAAARRHG!!!
Usted gritó, mientras tus ojos brillaban de color rojo.
Ustedes atravezaron el techo, entrando a la torre, pero siguieron bajando rompiendo suelo tras suelo.
T/N: ¡¡MUEREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE-!!
El Olvidado: ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH-!!
Y atravezaron el piso...
T/N: ¡¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE-!!
El Olvidado: ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH-!!
Y otro...
T/N: ¡¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE-!!
El Olvidado: ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH-!!
Y otro...
T/N: ¡¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE-!!
El Olvidado: ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH-!!
Y otro...
T/N: ¡¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE-!!
El Olvidado: ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH-!!
Y otro... y así sucesivamente... Hasta llegar al fondo, el último piso de la torre.
El demonio, al caer, perdió la vida, pues usted lo atravezó como si no fuese nada. El cuerpo del demonio desapareció en unas partículas verdes.
El Olvidado había sido asesinado.
Usted, desde tu lugar, miraste tus manos. Unas pequeñas risas salieron de ti. Te agarraste la cara mientras las risas crecían. Finalmente, usted gritó, al cielo:
T/N: ¡¡Ajúúúúúúúúúúúúúúúúúaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!! ¡¡He vuelto, pendejos!! ¡¡Sí, señor!!
Usted se miró la mano, después de gritar, con una sonrisa sádica.
T/N: Este poder...
Usted se tocó el pecho.
T/N: Esta oscuridad dentro de mí...
Usted se abrazó.
T/N: Se siente muy bien...
Pero al ver la luna roja sobre ti, recordaste tu misión.
T/N: ¡Ngh!
Un golpe de recuerdos llegó a tu mente. Recordaste a ciertas brujas.
T/N: ¡Argh!
Usted se agarró la cabeza, con dolor.
T/N: ¡No...!
Usted se agarró la cabeza mientras te sacudías. Algo en ti luchaba por recuperar la cordura. Usted gemía del dolor. Un grito horrible, parecido al de un auténtico demonio, salió de ti.
Usted chocó contra la pared del piso de esa planta de la torre.
Escuchaste una voz, en tu cabeza, de cierta castaña diciendo:
«¡México!...»
T/N: ¡¡Aaaargh!!
Estrellaste tu cabeza contra la pared mientras seguías gritando. La confusión te invadió.
"¡¿Quién es ella?!" te preguntabas. Sin darte cuenta, el cuerpo de un monstruo cayó detrás de ti. El monstruo venía gritando al caer, de manera aguda.
Pero oíste más voces...
¡México!...
¿Quieres probar un experimento?...
¿Te gustaría leer conmigo?...
¿Quieres hacer algo divertido?...~
¿Quieres un bocadillo?...
¿Estás listo para estudiar?...
T/N: ¡¡Bastaaa!!
Del cielo nublado, el agua comenzó a caer. Usted estaba siendo empapado, pero no te importaba en absoluto.
Usted cayó de rodillas, resistiendo todavía lo que te estaba pasando. Usted miró el charco que se formó y viste tu reflejo. Él sonreía y se veía como un auténtico asesino... alguien poderoso, pero usted no estaba sonriendo. Al contrario. De tus ojos, unas lágrimas comenzaron a caer.
T/N: ¡¡Gragh!!
Usted golpeó el carcho para no ver tu reflejo.
Pero cuando se iba relajando las ondas del charco, pudiste ver a un pequeño niño incente. Eras tú... antes de ser corrompido por el mundo.
Esa pequeña, tierna e incente sonrisa... se esfumó para ver a un niño asesino... un adolecente... y luego a un adulto.
T/N: ¡¡Ya... bastaaaaaaaaa!!
Un fuego azul te cubrió. Aquel poder inmenso comenzó a ser oprimido. Tus ojos volvían a la normalidad, tus uñas también y tus dientes igualmente. En segundos, comenzaste a volver a ser el mismo de antes... antes de entrar al abismo. Pues, "lo que pasó en el infierno, se queda en el infierno".
Esos poderes demoníacos, oscuros y divinos de la maldad fueron sellados dentro de tu alma, pero no desaparecerían.
Usted comenzó a jader con pesadez. Sentías que la oscuridad se iba... pero no te abandonaría.
T/N: Juro... que no me dejaré... consumir por la oscuridad... otra vez.
Usted se levantó y miraste el cuerpo muerto de un mosntruo que cayó de arriba.
T/N: ... Auch.
Usted ignoró eso y buscaste una salida. Aparte del techo, viste una puerta. Usted caminó hacia ella.
•
•
•
El Héroe, anteriormente asesino, regresó al mundo humano.
Su misión volvió a estar en la cima de todo.
Derrotar a Drácula y salvar a sus preciadas amigas.
Y, después, escapar del castillo para regresar a Luna Nova.
¿Podrá cumplir eso el mexicano?
¿Fallará...
o...
trinfará?...
¿Seguirá el camino de la luz...
o...
de la oscuridad?...
Todo dependerá... de su desición...
Netlacuitlahuiliztli ica ti teixquizaliztli...
Oquichpiltzintli amoxpohuani...
•
.
Fin del capítulo 43.
/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/
Bien, eso sería todo.
Espero que les haya gustado este capítulo.
Si es así, qué bien.
Y si no, también xd.
Uff, dos capítulos casi seguidos xd.
Prepárense, porque estoy al 100 Bv (casi xd (creo :v)).
Por fin, el mexicano ya salió del más allá y más pa'allá xd.
En fin, me despido xd.
Adiós y que Dios los cuide y proteja a ustedes y a sus seres queridos (sean creyentes o no).
¡¡Nos vemos!!
¡¡¡¡TIMOITASE!!!!
PD: avisen si ven errores xd.
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