Capítulo 42: Satán, el mexicano y El Olvidado.
Capítulo 42: Satán, el mexicano y El Olvidado.
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Usted y Satán por fin aceptaron lo que iba a pasar, y eso era un enfrentamiento a muerte entre ustedes dos.
Con seriedad, usted habló.
T/N: Creí que Lucifer sería la última de todos.
Satán: ¿Lucifer?
Preguntó Satán, burlonamente.
Satán: ¿Esa pobre y débil demonio? ¡No me hagas reír! Ella y yo antes éramos uno solo.
Usted se confundió ante lo dicho por Satán.
Satán: Esa niña débil no servía en mí, así que nos separé y todo lo débil, angelical, amable y estúpido quedó en ella. Yo soy todo lo bueno de Luzbel. Ni siquiera ella sabía que podía irse de aquí por ya no ser parte de los príncipes del infierno. ¡¡ES UNA ESTÚPIDA!!
T/N: ¡Ngh!
Satán comenzó a reír a carcajadas mientras que tú sentías tu corazón estrujarse. De haber sabido eso... Lucifer seguiría contigo. Usted ya tenía mucho odio e ira guardada, así que gruñiste, en un susurro:
T/N: Fuego azul, fuego rojo, les pido un simple puto favor...
Usted se puso en pose de batalla mientras fruncías el ceño. Tu sangre hervía y tú cara se contraía por la rabia.
T/N: No. Se. Metan.
Dijiste, con una expresión de pocos amigos. Dejabas ver tu gran enojo por Satán.
Satán: Que empiece la batalla.
Satán dio un salto hacia atrás y usted lo persiguió.
Satán: Inclínate ante mí. ¡Es Satán quien te lo ordena!
Satán saltó y aterrizó bruscamente en el suelo, encajando su tridente, ocasionando que el terrero se alce como ola. Usted no esperaba eso y te golpeó con las piedras que se alzaron del suelo.
T/N: ¡Hijo de...!
Usted corrió nuevamente a él, sacaste el látigo y lo golpeaste con todas tus fuerzas haciendo sonar el metal en su piel.
Satán: ¡Insolente!
Satán cargó un rayo rojo en su tridente y se aproximó hacia ti. Usted sacó el machete, guardando el látigo, y chocaron sus armas. Cuando Satán te iba a atacar, usted lo esquivaba. Cuando usted lo iba a atacar, él te esquivaba.
Satán: ¡No me digas que eso es todo de ti!
Satán de tomó del cuello, saltó y te azotó, estrellándote contra el suelo, de nuca.
Satán: ¡Seguro que puedes hacerlo mucho mejor, T/N!
Satán no paró y una lluvia de puños te cayó de parte de él. Usted estaba gritando del dolor.
Satán: ¡Ríndete ante mí, y te concederé clemencia! ¡Tu sufrimiento acabará fácilmente!
T/N: ¡¡Graaaaaaarrgh!!
Usted, en el suelo, giró para patearle las piernas, haciéndole perder el equilibrio y caer.
Satán: ¡¿Qué?!
Usted actuó rápido y lo comenzaste a atacar con tu machete de diferentes maneras.
Satán: ¡Tú no eres nada ante mí!
Satán emprendió vuelo y alzó su tridente para invocar unos rayos.
Satán: ¡Dios no te aprecia, T/N! ¡Dejó morir a tus seres queridos!
Los rayos comenzaron a caer, pero usted los desviaba con tu machete.
Satán: ¡Deja de intentarlo! ¡No lograrás nada-!
Pero usted, de un tajo vertical, hizo que un rayo fuera hacia él, aturdiéndolo. Satán cayó al suelo, mareado y adolorido. Usted corrió hacia él.
Estando cercas, te lanzaste y lo tumbaste para arrastrarlo contra el suelo y alzarlo, con un puñetazo en la barbilla, unos centímetros del suelo. Estando en el aire, usted lo golpeó nuevamente para llevarlo más arriba y usaste tus alas de Belcebú para elevarte hacia él.
En el aire, Satán intentó golpearte, pero usted detuvo su puño con tu mano y lo jalaste para acertarle un puñetazo en la cara, con tu otra mano. Satán no se dejó más y te golpeó. Intentó darte otro golpe, pero usted lo esquivó y lo jalaste para golpearlo y mandarlo hacia el suelo.
Antes de que él llegue al suelo, usted voló para estar debajo y llevarlo hacia arriba, otra vez, con una patada, esta vez.
Usted voló para estar arriba de él y mandarlo al suelo, esta vez sin intervenir en su caída, pero esta vez Satán frenó y te miró en el aire, mirándolo a él.
Satán: ¡Imposible!... ¿Es... este... el poder de un Dios?
Usted sonrió al ver a Satán atónito.
T/N: Al parecer, soy más digno de estar con Dios que tú, ¿no crees?
Usted se burló.
Satán se enfureció y voló hacia ti con el plan de atravesarte y partirte en dos. Usted se lanzó de picada hacia él con el mismo plan: matarlo.
Satán intentó golpearte y usted también. Los dos chocaron el puño, ocasionando una onda expansiva. Satán te golpeó en la mejilla y después usted hizo lo mismo con él. Satán quedó aturdido por tu golpe, así que le diste una doble patada en la cabeza y salió disparado hacia la isla, no agrietando el suelo, sino haciendo un hoyo donde él cayó.
Hubo un pequeño descanso en ese momento, pero Satán no se rendiría así de la nada. Él salió del agujero y usted aterrizó en la isla, agrietando el suelo. Notaste que el agujero provocado comenzó a reconstruirse como la grieta que provocaste. Sin duda, esta era la isla de Satán. Su hogar.
Satán alzó su mano, trayendo su tridente que se había separado de él.
Satán: ¿Crees que puedes derrotarme?
T/N: Mientras crea en mi corazón, todo es posible.
Satán: Esas son palabras muy infantiles y muy femeninas. No te quedan.
T/N: Lo sé.
Y comenzó la segunda ronda entre ustedes dos.
Satán hacía cada vez cosas más inesperadas para ti. Ya sea usar fuego, invocar espíritus asesinos, crear círculos en el suelo capaz de pulverizarte, y lanzar rayos poderosos.
Satán: ¡Muere, T/A!
Por otro lado, usted usaba de todo para hacerle frente. Aún no te dabas cuenta que era contra el mismo Satanás con quien luchabas. Todos esos sentimientos malos te segaban, y no podías pensar en otras cosas que ganar y, sobre todo, hacerlo sufrir hasta matarlo.
Un sueño para un asesino...
Satán: ¡Borraré el nombre T/A de la faz de la Tierra, para siempre!
T/N: ¡Me gustaría verte intentarlo, pendejo!
Satán intentó atacarte con el tridente, pero usted lo pateó y usaste el machete para darte un ataque giratorio que abarcó toda la isla. Satán, aunque es difícil de creer, quedó débil aún con el poder de Dios y el suyo que si de por sí ya era inimaginable.
Usted miró a Satán tambaleando.
T/N: ¿Listo?
Satán retrocedió, diciendo:
Satán: ¡No!... ¡Aléjate de mí!
Usted sonrió y apresuraste el paso hacia él. Estando metro y medio de él, los dos se miraron entre sí. Satán, dentro de la máscara, estaba furioso. Usted se mostraba algo tranquilo, pero molesto.
Esta es la última ronda. Los dos acabarían la pelea de la siguiente manera:
Usted se apresuró a atacarlo, pero Satán te dio un ataque horizontal con el trindente haciendo que te despistes un poco al recibir el golpe en la cabeza. Satán aprovechó y te clavo el tridente en el estómago.
T/N: ¡¡Grrrr!! ¡¡¡Infeliiiz!!!
Pero no era suficiente para ti.
Usted agarró el tridente y lo alzaste junto a Satán y lo azotaste contra el suelo haciendo un cráter en él. Usted sacó el tridente de usted y lo arrogaste lejos de ustedes dos. Satán iba a salir del cráter, pero usted lo pisó en el hombro y lo pateaste en la cara.
Satán estaba en el aire por la patada, así que usted aprovechó y le diste un latigazo desde abajo para alzarlo más y después lo azotaste contra el suelo.
T/N: ¡Aquí te va mi odio, Satán!
Usted comenzó, y le diste un latigazo en la cara, después otro y otro y otro y otro y otro y otro mientras te acercabas a él, y luego le diste un puñetazo en la cara haciendo que cayera al suelo, de nuevo.
Satán creyó que era su turno de atacar, entonces se levantó y se giró hacia ti, pero usted le lanzó la cadena del látigo, lo atravezó en el estómago y lo jalaste mientras exclamabas:
T/N: ¡Ven aquí!
Satán fue jalado y fue arrastrado contra el suelo, partiéndolo. Usted saltó y lo frenaste, golpeándolo en la cabeza contra el suelo, haciendo que se abra más el suelo.
Pero no fue suficiente.
Usted lo golpeó con ambas manos como gorila, cerradas en un puño, y después lo agarráste del cabello y lo aventaste hacia otro lugar.
Pero no fue suficiente.
Antes de que se levante, usted lo jaló del pie, lo alzaste y lo azotaste para después brincar y caer sobre su cuello y su espalda. Pudiste oír algo crujir... y te encantó.
Pero no fue suficiente...
Usted lo agarró del cabello y lo levantaste y lo azotaste varias veces. Satán pedía a gritos que pararas.
Pero no era suficiente...
Usted agarró a Satán, haciéndole una llave paralizante. Satán estaba forcejeando contigo para intentar escapar, pero usted no lo dejaba ni lo dejarías.
Satán: ¡Quítame las manos de encima, asesino! ¡Tu alma está condenada!
T/N: Tú no eres quién para decirme eso. Sé muy bien lo que fui, pero pido perdón y clemencia por aquellos a los que he hecho algún mal.
En una fracción de segundo, usted recordó a todos los que asesinaste... a tus amigos.
T/N: Lo que hice en el pasado estuvo mal y, aunque era apenas un niño, no es excusa. Si tuviera una segunda oportunidad, lo cambiaría todo.
Satán: Él no te está escuchando, T/N. ¡Tu destino está escrito con sangre de inocentes!
T/N: Puede que Dios no me esté escuchando, pero todo hombre tiene el poder para arrepentirse de sus actos. Tengo fe en ello...
Diciendo eso, usted cerró los ojos mientras inhalabas y exhalabas.
T/N: Perdóname... mi Dios.
Pero Satán comenzó a reír al oírte decir todo eso.
Satán: Me divertiré tanto con tu hermana. Le mostraré tantos placeres...
Usted abrió los ojos, furioso.
T/N: Mi hermana irá y está en el reino de Dios... ¡Y tú desapareceras completamente de todo, maldito ángel traidor!
Y dicho esto, viendo que él fue vencido por ti, exclamaste:
T/N: ¡¡Fuego azul!!
Pero Satán te dio un cabezazo, logrando safarse de ti.
Satán: ¡¡¡¡Muere!!!!
Satán, con su mano, te atravezó el pecho. Usted no mostraba emoción y dolor alguno.
Satán: Ahora permanecerás aquí en el infierno... ¡Para siempre!
Pero Satán quedó aterrado cuando desapareciste de repente en un fuego azul fugaz. Usted apareció detrás de él, con una cara sombría, mientras decías:
T/N: Gracias, pero ya voy de salida.
Sin dejarlo hacer algo, usted posó tu mano en su espalda y, gracias al fuego azul, él desapareció en cenizas en segundos hasta no quedar nada de su ser. No estabas seguro que lo hayas matado, pero de algo sí estabas seguro:
Satán fue derrotado.
Usted miró el lugar donde antes existía un demonio príncipe, respirando profundamente
T/N: Ojalá no vuelvas a renacer.
Pero sólo Dios sabía de algo... Algo que fue gracias a ti...
Satán dejó de existir.
~
Usted suspiró mientras caías de rodillas. Usted se sentó mientras analizabas eso. No sabías qué pensar. Tantas cosas horribles que te dijo al igual que Azazel...
Cuando Satán dejó de existir, el purgatorio perdió ese toque apocalíptico y se volvió más hermoso, con un cielo azul... aunque seguían los gritos.
T/N: Sólo te pido perdón, Dios... Nada más que eso.
Dijiste, mirando hacia el suelo. Usted suspiró y bajaste la cabeza.
Entonces, deja de ocultarte....
T/N: ¡¿Nn?!
Usted miró hacia arriba, bruscamente, al oír algo... pero no escuchabas nada. Usted parpadeó unos segundos.
T/N: Creo... que será mejor irme de aquí...
Usted se dio media vuelta, pero miraste una pequeña alma flotando ahí... Una que reconociste al ver su luz.
T/N: Lucy...
Era el alma de Lucifer. Cuando Satán te sacó "tu alma", realmente era la de Lucifer. Por eso, no se volvió más poderoso como él esperaba.
Usted tendió la mano y el alma de Lucifer se acercó para estar sobre tu mano.
T/N: Menos mal que sigues aquí...
Usted miró hacia arriba y exclamaste, alzando el alma de Lucifer:
T/N: ¡Dios poderoso que reposas en tu reino, te ruego que le des una segunda oportunidad a Lucy! ¡Haz que viva una vida hermosa, pero humilde! ¡Ella es buena, así que perdónala de sus pecados! ¡Haz que reencarne en una niña igual que ella: hermosa y feliz! ¡Te lo pido, por favor, Dios!
Usted no sabía si te escucharían o no, pero el alma de Lucifer comenzó a elevarse de tus manos, mientras brillaba más, soltaba chispas y las risas inocentes de una pequeña niña.
Usted se sorprendió y retrocediste unos pasos para ver eso. El alma de Lucifer comenzó a brillar más al ser purificada... y desapareció del lugar con una última y adorable risa.
¡Gracias!...
Usted inspiró y suspiró y, con una sonrisa en tu rostro y una lágrima en el ojo, dijiste:
T/N: Que disfrutes de tu nueva vida y segunda oportunidad..., Lucy.
Usted duró unos segundos mirando hacia arriba. Miraste hacia un lado y viste el tridente de Satán.
T/N: ... A ver.
Usted alzó la mano y tus sospechas eran ciertas, el tridente te pertenece ahora, pues voló hacia tu mano. Pero... sentiste una gran oscuridad entrar en ti. Unos rayos rojos te rodearon y usted sintió un gran dolor en el corazón. Usted cayó de rodillas, asustado... pero sentías que lo necesitarías.
Usted estaba jadeando una vez que todo se calmó, y dijiste:
T/N: ... ¿Y'hora qué?
Hasta que usted comenzó a emitir rayos azules y rojos.
T/N: ¡¿Eh?!
Los rayos se intensificaron y desapareciste en una pequeña explosión. El purgatorio quedó limpio de humanos y demonios.
≈
En un lugar... una dimensión, una luz, acompañada de rayos, comenzó a aparecer en medio de una cueva...
T/N: ¡¡¡¡AaAaAAaAAAaAaaAAaAAAARRGH!!!! ¡¡¡¡ESTO DUEEELEEEEEEEEEEEE UN CHINGOOOOOOOOOoOoOOooOOOOOoOOO!!!!
Usted estaba atravesando un portal dimencional, muy rápido. Usted no sabía qué pasaba, pero eso era extremadamente doloroso. El dolor era indescriptible. Ni siquiera en tus batallas en el infierno te hicieron sentir algo así.
T/N: ¡¡Puta madre!!
Hasta que por fin acabaste afuera del portal, cayendo en una cueva.
El aire del lugar era denso, lleno de muerte y descomposición. Un sitio que no era para nada para los humanos.
Usted caminó un poco, pero el dolor te hizo caer de rodillas mientras te agarrabas el pecho. Usted estaba jadeando. Alzaste la cabeza y miraste tu entorno. Podías percibir una sensación aterradora.
T/N: ¿Ahora dónde estoy?
Te preguntaste.
Unos pilares arcaicos estaban decorando la cueva, pero no les veías alguna función más que causar dudas al que las viera. Pero no todo estaba perdido. Más adelante, una luz volcánica se asomaba de un tunel. Usted, como no veías otra cosa qué hacer, caminaste hacia allí.
Entre más caminabas, más te dabas cuenta de lo aterrador que era el lugar inundado de oscuridad. En el suelo, habían esqueletos con armadura. Deducías que eran de personas que no sobrevivieron ahí.
Entrando al túnel (que parecía más una abertura que túnel), diste con objetos metálicos clavados en él. Era demasiado grandes como para que un humano haya hecho eso.
Llegando al final, diste con otra habitación, pero con una enorme puerta de metal.
T/N: Qué raro...
Usted se acercó, pero una voz te asustó.
¿?: ¡Oye, tú!
Usted giró la cabeza para mirar al responsable, y viste a un señor con armadura. El señor se veía muy viejo... realmente viejo.
Usted ya no podía confiar en nadie, así que mantuviste la guardia en alto.
¿?: ¿Quién eres?
T/N: Un simple mexicano.
Respondiste en seco.
TN: ¿Tú quién eres?
¿?: ¡Yo...! ¡Yo ya no lo recuerdo!
Notaste cierta actitud desmañada en él, así que no lo viste como una amenaza... por ahora.
T/N: Segunda pregunta: ¿qué es este lugar?
¿?: ¡Tampoco lo sé!
Usted puso los ojos en blanco mientras te qeujabas.
Mente de T/N: (Definitivamente, no es una amenaza...)
T/N: Bien... Y supongo que tampoco sabes qué es esta puerta, ¿no?
Preguntaste, señalado la gran puerta.
¿?: No, eso sí lo sé.
T/N: 'A que la chingada...'
Usted murmuró.
T/N: ¿Y qué es?
¿?: Una puerta.
Usted se llevó las manos a la cara mientras gruñías de la frustración.
T/N: ¡Me tienes que estar jodiendo, cabrón!
¿?: Una puerta que da salida a este lugar.
Usted mostró una expresión blanca ante lo dicho.
T/N: ¿Salida?
¿?: Así es, una salida hacia el mundo humano.
Usted sonrió al oír eso.
T/N: ¡Genial!... ¿Y por qué estás aquí?
¿?: Mis antiguos compañeros y yo llegamos aquí para acabar con alguien, pero todos murieron por otros guerreros y sólo yo sobreviví... Ni siquiera hemos visto al sujeto por el que veníamos.
T/N: ¿Muy bien?...
¿?: Aparte, yo no puedo abrir esa puerta que da con el enemigo.
Dijo el viejo, señalando la única puerta del lugar.
T/N: ¿Que no habías dicho que era la salida?
¿?: ¿Crees que sería así de fácil esto, niño?
T/N: ... No, tienes razón.
Usted caminó hacia la puerta e intentaste abrirla. Usted gruñó al intentar abrirla y, después de unos segundos, soltaste la puerta mientras recuperabas tu aliento.
¿?: Es inútil, no se puede abrir.
T/N: Calla, cagada.
Usted comenzó a aplicar más fuerza, pues realmente era difícil de abrir.
T/N: ¡Vamos!...
Usted comenzó a gruñir mientras cerrabas los ojos y sentías que tu cara se ponía roja por el esfuerzo, hasta que por fin abriste la puerta... rompiendo una parte de ella.
El viejo quedó boquiabirto y usted recuperaba el aliento minetras te frotabas las manos por el pequeño dolor.
T/N: Nada en esta vida es imposible, anciano. Sólo es cuestión de ingeniártelas para avanzar.
¿?: ¡Abriste la puerta!
T/N: S'a huevo.
El anciano corrió hacia ti, con admiración, pero asustándote por su repentina actividad.
¿?: ¡Oye, ¿cómo lo hiciste?!
Usted, con los ojos un poco abiertos por la sorpresa, dijiste, de manera un tanto nerviosa:
T/N: B-bueno, yo... ¿s-sólo la abrí...?
¿?: Genial... ¡Eres demasiado fuerte! ¡Tienes que ayudarme a derrotar al Olvidado!
Usted chasqueó con la boca, con confusión.
T/N: Ah, caray. ¿El, quién?
El anciano sonrió sombríamente, mostrando sus dientes desgastados.
¿?: ¡El Olvidado!
Usted se cruzó de brazos.
T/N: ¿Y ese quién es o qué es?
¿?: El Olvidado... un ser maligno de inmenso poder. Antiguamente, él fue invocado por un grupo de brujas y hechiceros, pero sellado por los mismos al ver el error que cometieron al dalre vida. Este mosntruo era el sobrerano del plano elementla de la oscuridad, y no tuvo problemas para escapar al control de la magia de aquellas personas. Finalmente, aquel grupo de personas lucharon contra el demonio y usaron sus poderes para encerrarlo por siempre...
T/N: Guau...
Usted escuchó, atento, aquella historia contaba por el anciano. No pensabas, y jamás imaginarías que algo así sucediera en un tiempo atrás...
Pero no en tu tiempo.
¿?: O eso pensaron.
T/N: ¿Mm?
¿?: Hoy, la criatura aguarda con suma impaciencia el momento de su liberación, preparando su venganza con la humanidad.
T/N: ¡¿Qué?!
¿?: Dije que hoy, la criatura aguarda con suma impaciencia el momento de su-
T/N: ¡Sí, sí te escuché a la primera! ¡Pero, ¿por qué?! ¡Ya tengo suficiente mierda qué resolver en el mundo como para que ahora me enfrente a un wey poderoso y rencoroso!
¿?: ¡Genial! ¡¿Eso significa que me ayudarás?!
T/N: Pos, no tengo de otra, cabrón.
¿?: ¡Yajúú! ¡Vamos!
El anciano entró por el agujero que le hiciste a la puerta. Usted suspiró con pesadez antes de entrar y seguirlo.
Mente de T/N: (Terminando todo esto, me iré de Luna Nova y jamás saldré de México, del país, de mi Estado, de mi municipio, de mi ciudad, de mi colonia, de mi calle, de mi casa ¡y mucho menos de mi cuarto! Al menos, así estaré fuera de cualquier peligro... si es que no hay temblores o terremotos... otra vez)
Usted y el anciano caminaron por un corto pasadizo iluminado por la luz de la lava que se hacía más intensa.
T/N: Oye, ¿por qué se le llama "El Olvidado"?
¿?: Porque incluso Dios y cualquier otro ser divino lo olvidó. El único que lo recuerda soy yo y nadie más.
T/N: 0_0 ...
¿?: Además, en esta dimensión no se sabe nada. Es como un grano de arena oculta en una grieta muy oculta de un gremio muy oculto y abandonado en un pueblo oculto de un reino muerto de un país oculto de un mundo oculto de una galaxia oculta de un universo oculto de una dimensión oculta.
T/N: Espera, ¿qué? ¿De un, qué?
¿?: De un gremio.
T/N: ... Ah.
Además, en el pasadizo había charcos de lava que sería de tontos caer en él.
T/N: Así que... mataremos a un demonio, ¿no?
¿?: Sí... Y así, mis compañeros descansarán en paz. La misión habrá terminado después de años.
T/N: Orales... Bien por ustedes.
Usted y el anciano por fin llegaron al final, y pudieron ver sólamente una habitación sin salida, pero con una piscina de lava. Una gran piscina de lava irviente.
¿?: ¿Y el mosntruo?
T/N: -_- No lo sé, ¿por qué no le preguntas a alguien que sí sepa?
Pero en ese instante, usted sintió un terrible dolor interno. Una gran presencia maligna pudiste senitr, y la oscuridad dentro de ti se alborotó. Aquella oscuridad tuya y de los príncipes del infierno te estaba carcomiendo. Usted se agarró la cabeza, con una mano, mientras gruñías.
¿?: ¿O-oye, te pasa algo?
Usted se agarró la cabeza con ambas manos cuando el sentimiento se hizo más intenso. Usted se arrodilló, apoyándote del suelo con una mano, mientras soportabas el sufrimiento.
Mente de T/N: (M-maldición... ¡¿Q-qué me está pasando?! Siento... sed... de sangre...)
El suelo retumbó, y el anciano se asustó.
¿?: E-esto no es nada a lo que yo esperaba...
Otro retumbar se oyó, y usted gemía del dolor, todavía... hasta que...
T/N: ¡Ngh!
Una gran mano salió de la piscina de lava. La mano era tan grande que podría agarrarte como una muñeca de juguete.
Otra mano salió, y después el monstruo que aquel anciano anciaba matar.
¿?: ¡Es él!
Mente de T/N: (¡M-mierda!)
Usted rodó para ocultarse detrás de una estructura, pero el anciano sólo se preparaba para luchar.
¿?: ¡Tú, maldito monstruo!
El Olvidado: ¿Hurh?
¿?: ¡Prepárate para caer ante los caballeros de-!
Pero aquel demonio, al ver al anciano alborotador, lo desintegró con sólo alzar su mano la cual salió una luz la cual fue la que desintegró al anciano hasta no dejar ni un átomo de él.
T/N: *jadeo* 'A la verga...'
Usted estaba abrumado ante el poder de aquel demonio. Aquel demonio salió completamente de la lava, mostrando su colosal cuerpo cubierto de una armadura intimidante. Usted seguía oculto, respirando agitadamente, pues el dolor de tu oscuridad seguía ahí.
Aquel colosal monstruo comenzó a escalar con un objetivo: libertad.
Usted, estando seguro de que el mosntruo no te vería, te pusiste de pie y caminaste hacia el lago de lava. Usted escuchó el ruidero de arriba y volteaste para tan solo ver a aquel monstruo escalar hacia unas cadenas en el techo. Te diste cuenta que había camino hacia allá.
Mente de T/N: (Tengo que subir sin ser visto. O de lo contrario, me aniquilará como el anciano...)
Usted, teniendo ese plan en mente, corriste hacia la pared para saltar en ella e impulsarte para comenzar a escalar. Usted miró una pequeña abertura y usaste tu látigo para que quede clavado ahí y así escalar más fácil.
El Olvidado: ¿Hurh?
Pero El Olvidado precibió tu presencia... y comenzó a bajar.
Mente de T/N: (¡A la madre!)
Usted buscó dónde ocultarse, y diste con un una estructura perfecta para esconderte atrás de ella. Usted se balanceó y saltaste para agarrarte de ahí y ocultarte. Una vez que el mosntruo bajó y buscó, usted se aguantó la respiración para no ser oído.
El Olvidado: Ummm...
Por suerte, aquel monstruo no te encontró, y siguió con lo suyo: tratar de romper las cadenas.
Usted suspiró cuando el mosntruo se fue para arriba, otra vez.
Mente de T/N: (Mierda... cuánta tensión...)
Usted salió del escondite para seguirlo, pero el mosntruo, con su último golpe, rompió la última cadena y subió hacia donde nadie sabe qué hay.
Usted comenzó a escalar, pero algo te llamó la atención: la lava comenzó a subir.
T/N. Oh, oh.
Usted actuó rápido, y usaste tu látigo para subir, usaste estructuras de madera que estaban ahí para escalar con facilidar y hacías saltos para llegar a lugares casi inalcansables.
Llegaste a un punto donde no había dónde escalar, pero sí un camino ascendente de tablones. Usted saltó para llegar ahí, pero las tablas comenzarían a caer, así que comenzaste a correr, dejando que las tablas detrás de ti se caigan.
T/N: ¡Corre, corre, corre, corre, corre!
Hasta que por fin llegaste al final del camino... pero no de la cima.
La lava estaba cercas, así que miraste hacia arriba y diste con otra pequeña abertura para escalar con la cadena. Usted hizo eso, pero el gran monstruo salió de la lava, escalando casi a tu par.
Usted jadeó, asustado.
El demonio comenzó a escalar rápido, así que usted hizo lo mismo para ocultarte en donde sea. Otras estructuras de madera estaban más arriba, así que ahí te ocultaste para que el demonio pase de largo y así escalar detrás de él.
De hecho, eso pasó: usted se ocultó, el demonio pasó de largo y se fue a romper las cadenas que estaban más arriba. Eran otras cadenas.
Usted comenzó a subir, pero los golpes del demonio hacía que unas rocas cayeran. Usted las esquivó mientras subías.
Por otro lado, el demonio rompió las cadenas, pero al intentar subir más, se agarró mal de algo y cayó a la lava.
T/N: ._. ... Ay.
Pero surgió nuevamente, estando otra vez cercas de ti.
Mente de T/N: (0_0 ¡Ay!)
Usted escaló más rápido, usaste tu látigo para atorarlo en otra abertura y correr como alpinista. Como no tenías más camino ni donde ocultarte, saltaste y te impulsaste un poco gracias a tus alas de Belcebé para llegar a otro lado donde sí había camino... ¡pero el mosntruo hizo lo mismo!
Otra vez, ustedes dos estaban escalando par a par, teniendo cuidado de que él no te vea. Por suerte, ya era el final de la cima, así que subiste apresuradamente y te escondiste detrás de una roca. El mosntruo subió y pasó de largo para su objetivo principal.
La lava, estando a casi nada de subir contigo, se detuvo. Usted suspiró y te tronaste el cuello, así notando lo tenso que estabas.
T/N: S-sólo deseaba una vida normal...
Tragando tus penas, usted se levantó y caminaste hacia donde el demonio fue.
~
Llegando a una especia de arena de combate, una puerta que se asemeja a un portal estaba ahí, y el demonio la contemplaba.
De la palma de la mano del demonio, su poder de un color blanco brillante salió y lo lanzó al portal. Una parte de su poder fue hacia ese portal para romper el sello que lo tenía preso. El sello tardaría en romperse, así que el demonio se detuvo para que siga el proceso.
Por lo débil que quedó, cayó de rodillas.
Usted, quien estaba mirando todo eso a sus espaldas, pudiste ver una oportunidad cobarde de atacarlo estando débil y dándote la espalda.
Mente de T/N: (Sé que me arrepentiré de esta mariconería...)
Usted comenzó a corrar hacia él para atacarlo. Estado cercas... usted saltó.
No hay marcha atrás.
Fin del capítulo 42.
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Bueno, eso sería todo.
Espero que les haya gustado este capítulo.
Si es así, qué bien.
Y si no, también xd.
Antes que nada, me disculpo (otra vez xdn't) por tardar. Me da hueva explicar mi ausencia, pero no les prometo nada, pero sí me comprometo a terminar esta historia (que ya lleva un año desde que salió :'v).
En fin, me despido.
Adiós y que Dios los cuide y proteja a ustedes y a todos sus seres queridos (sean creyentes o no).
¡¡Nos vemos!!
¡¡¡¡TIMOITASE!!!!
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