Capítulo 38: El infierno (parte 2).
Capítulo 38: El infierno (parte 2).
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Tu misión de derrotar a los príncipes del infierno no iba a desaparecer, y aquí estabas caminando todavía por estos rumbos, un poco tranquilo, ahora.
Llegando a la nueva isla, viste que era una especie de feria. Habían puestos de juegos y comida. Además, habían demonios entretenidos ahí. Era una ciudad demoníaca, y no era como te la imaginabas: caos y destrucción total, muertes por todas partes y mucho odio entre todos. Al contrario, todo era paz... de algún modo.
Usted caminaba extrañado por eso, pues todo era como tu mundo, pero con demonios. Eso no quitaba el hecho de que también había caos o delincuencia o cualquier otro tipo de atrocidad, pero no esperabas que fuera mayormente tranquilo. Aunque... todos los que te veían se alejaban con un poco de temor, y los puestos se cerraban de inmediato, sacando toda la clientela.
Mirando un puesto cercano, la cual era de bebidas, te acercaste con un poco de esperanza.
Al entrar, nadie te notó. De hecho, todo era como una cantina ahí dentro, o una especie de pulquería. También había un demonio tocando piano. La canción era buena, admitías, pero no veniste a escuchar la canción, sino respuestas, y a eso fuiste al acercarte a la barra donde estaba el dueño.
El hombre de la barra te vio llegar y se sorprendió de verte.
Barman: ¡Vaya, eres un mortal, ¿no?!
La gente demonio paró lo suyo y volteó para verte. Incluso el pianista demonio se detuvo. Te sentiste incómodo con las miradas de todos sobre ti.
T/N: -_- No, solo soy un demonio con traje de humano.
Además, una chica demonio, que estaba sentada un poco a la distancia de ti, te miró. Sus ojos se clavaron en ti de manera un tanto rara.
Barman: Sí, seguro que sí.
La gente, ahora sabiendo de ti, se giraron para seguir con lo suyo, pero sin dejar de estar alertas, pues ya se corrió un chisme sobre cierto humano en el infierno que venció a Belcebú... Por cierto, eso miraste como primera plana en un perídico llamado: "La voz del Infierno".
Barman: Bien, ¿quieres algo?
T/N: Información.
Barman: ¿Nada más?
T/N: ¿Dónde puedo encontrar a los otros príncipes del infierno?
El hombre de la barra no contestó, pero señaló, moviendo sus cejas, a un cartel el cual decía: "si quieres información de algo, primero pide una bebida".
T/N: ¿Es en serio?
El señor de la barra señaló otro cártel, abajo de este, que decía: "así es".
El mexicano rodó los ojos.
T/N: Una michelada.
Barman: Trabaja michelada.
Cuando el hombre de la barra estaba haciendo tu pedido, usted habló.
T/N: ¿Y?
Barman: Espera a que termine o me saldrá mal todo.
Fue casi un minuto para que tu michelada estuviera lista. Mientras tanto, aquella chica demonio te miraba con cierta curiosidad. Ella se fue acercando poco a poco hacia ti sin que te dieras cuenta.
Barman: Aquí está su órden, joven.
T/N: Gracias.
Usted tomó la michelada y le diste un traguito de teibol. Al pasarlo, te diste cuenta de lo perfecta que estaba. Realmente estaba deliciosa.
T/N: ¡Oye, sabe bien!
Barman: Estamos en el infierno, pero eso no es motivo para no aprender y disfrutar de los lujos de ustedes.
Usted tomó fondo y, una vez vacía, dejaste caer la jarra en la mesa mientras suspirabas de manera satisfecha.
T/N: ¿Cuánto es, jefe?
Barman: Setenta y tres demoniacos.
T/N: ._. ...
Usted arqueó la ceja.
T/N: ¿Esa es la moneda de aquí?
Barman: Así es.
Usted buscó entre tus ropas. Por suerte, habías robado un poco, de aquel demonio avaricioso, algo de dinero. Y digo "algo" para no decir "mucho".
T/N: ¿Aceptan esto? ¿Me alcanza con esto?
Usted sacó unas monedas de oro las cuales le pertenecían al demonio anterior. El señor de la barra abrió los ojos.
Barman: Y hasta te sobra de más.
El señor de la barra tomó una moneda de todas, se aseguró que sea auténtica y, viendo que lo era, la guardó en su caja registradora e iba sacando dinero para dártelo de cambio, pero usted lo interrumpió, diciendo:
T/N: Así está bien, jefe. Quédate con el cambio.
El señor de la barra te miró con sorpresa.
Barman: ¿Seguro? Digo, es mucho lo que me diste.
Usted asintió.
T/N: Seh. De todos modos, yo ya voy de salida de aquí.
Barman: Vaya, no sé que decir.
Usted se paró, agradeció y caminaste para salir del lugar.
T/N: ¡Ah! ¡Mierda!
Pero recordaste que ni siquiera preguntaste lo que querías preguntar.
Yendo otra vez hacia la barra, usted le habló al señor de la barra.
T/N: D-disculpe, se me olvidó preguntarle algo. ¿Dónde puedo...?
Pero el señor de la barra te señaló el cártel que decía: "si quieres información de algo, primero pide una bebida".
Usted demostró inconformidad ante eso.
T/N: ¡Oiga, pero no chingues! ¡Acabo de pedir algo hace un momento, ¿no?!
El señor de la barra señaló otro letrero, a lado de este, que decía: "si pagas antes de hacer tus preguntas, ya no tienes derecho a nada".
T/N: ¡Eh, no mames! ¡Esa cosa no estaba hace rato!
Ahora el señor de la barra señaló otro cártel que estaba hacia arriba que decía: "el cliente no siempre tiene la razón".
Usted rodó los ojos.
Mirando la jarra donde habías tomado una michelada antes, jarra la cual estaba siendo limpiada por un trapo por el señor de la barra, usted recordó el sabor, y rápidamente tuviste ganas y deseos de tomar otra.
Usted suspiró.
T/N: 'Ta bueno, pues. Otra michelada.
Barman: Trabaja michelada.
Gruñendo de la frustración, usted se acostó sobre la barra mientras te cubrías la cara con tus brazos los cuales también usabas de almohada.
Esperabas estar así para esperar pacientemente tu michelada y por fin, después de beberla, hacer tus preguntas.
Pero el toqueteo en tu costado de parte de alguien te hizo alzar la cabeza lentamente mientras tenías una expresión que decía: "ah caray...".
Mirando hacia el, o, mejor dicho, "la" responsable, miraste a una chica demonio muy joven y divinamente hermosa, pero no dudabas que ella tenía más edad de lo que aparenta.
¿?: Hola~ ¿Eres nuevo por estos lugares?
T/N: ._. Ehm... ¿Seh...?
Usted volvió a mirar al hombre de la barra quien estaba haciendo, de manera muy experta, tu michelada, pero no podías ignorar el toqueteo de la chica demonio.
T/N: L-la voy a denunciar si sigues así, ¿sabes?
¿?: Aquí no hay ley que me impide hacer eso. Además, quería hablar contigo sobre algo.
T/N: P-para eso no es necesario tocar.
Usted le dio un manotazo leve a la chica para que deje de tocarte.
¿?: Hace rato oí que querías saber dónde hallar a los príncipes del infierno, ¿no?
T/N: Sí, y eso no es asunto tuyo.
Barman: Aquí está su órden, joven.
T/N: ¡Gracias a Dios!
Sin saberlo, un demonio de fondo de desarmó por tu frase dicha.
Usted tomó la michelada hasta el fondo, dejaste caer el jarro sobre la barra y sonreíste.
T/N: ¡Bien, ahora quiero respuestas!
Barman: Estoy listo para responder.
T/N: ¿Dónde-
Pero antes de terminar la pregunta, la chica demonio habló.
¿?: Sé dónde encontrarlos.
Usted la volteó a ver, muy molesto.
T/N: Tú no te metas.
La chica demonio sonrió, cosa que te disgustó por su actitud. Luego, miraste al hombre de la barra.
T/N: ¿Dónde puedo encontrar a los príncipes del infierno?
Barman: No tengo ni idea.
T/N: ¡¿Qué?!
Barman: Que no tengo ni idea.
T/N: ¡Sí te escuché a la primera, sólo que ¿por qué?!
Barman: Trabajo todos los días aquí. No salgo a ningún lugar a menos que sea para recoger los pedidos de bebidas, licores y otras cosas para mi negocio.
T/N: ¡Entonces ¿por qué no me lo dijiste desde un principio?!
Barman: Porque no vendería nada.
Usted intentaba de todo para no matarlo. Podías hacerlo justo ahora, pero no querías meterte en un posible problema.
Mirando a la chica demonio, la cual estaba recargada en su mano sobre la mesa mientras de miraba de una manera que parecía estar encantada contigo, dijiste:
T/N: Tú dijiste que sabías dónde están, ¿no? Dime.
¿?: Invítame un trago y te lo diré con mucho gusto~
Usted gruñó mientras mirabas al techo.
T/N: Puta madre con ustedes... ¡No valen para una chingada cosa!
Usted se levantó de tu asiento y caminaste hacia la salida. Todos los demonios en el lugar estaban en silencio mientras miraban la escena. Antes de salir, miraste al hombre de la barra y a la chica demonio.
T/N: ¡Por eso están en el infierno! ¡Por putos! ¡Cada segundo que pasen aquí, vayan a chingar a su puta madre, culeros!
Y sin más que decir, te fuiste del lugar sin pagar la michelada.
~
Usted otra vez estaba en el exterior de ese lugar raramente agradable. No sabías dónde ir para encontrar a los príncipes del infierno y acabar con ellos, así que optaste por una solución que recordaste de tu abuelo.
T/N: Pos caminaré a lo pendejo pa' ver si llego a un lugar.
Y eso hiciste: comenzaste a caminar sin rumbo alguno.
Pasaste por varios puestos, puestos los cuales cerraron inmediatamente al verte, y no progresabas nada. Ni siquiera los demonios ayudaban, pues huían al verte llegar.
Pero alguien, después de un buen rato, te tocó el hombro. Usted volteó para ver el responsable...
T/N: -_- ¿Otra vez tú?
Y miraste que era la chica demonio del bar.
¿?: Pareces perdido.
T/N: -_- ¿Te parece?
¿?: Creo que necesitas un guía.
T/N: -_- ¿Tú crees?
¿?: ¿Quieres mi ayuda?
T/N: -_- ¿Qué quieres a cambio?
Ante tu cuestionamiento, la chica demonio soltó una risa.
¿?: Qué gracioso eres. No quiero nada a cambio, sólo pasa que me interesaste.
Usted dejó esa expresión indiferente por esa declaración.
T/N: ._. ¿Qué?
¿?: Permíteme presentarme.
Aquella chica se movió el cabello largo que tenía para presentarse.
¿?: Mi nombre es Lucy, y soy, como te habrás dado cuenta, una chica demonio.
T/N: ._. Ehm... ¿Está bien...? Dices que me ayudarás, ¿no?
Lucy: Así es. Yo sé mucho sobre estos terrenos, sobre todo, de los príncipes del infierno.
Usted suspiró, con pesadez. Te rendiste y aceptaste la ayuda de la chica demonio quien ahora conoces como "Lucy".
T/N: ¿Me... Me puedes llevar?
Lucy, ante tu petición, sonrió dulcemente.
Lucy: ¡Claro! ¡Sígueme!
Y dicho esto, Lucy se fue por un callejón de ahí. Usted pensó en muchas cosas.
T/N: ;~; Así inician los secuestros...
Y sin más que decir, fuiste, aún dudoso, con Lucy.
~
T/N: ¡Lucy! ¡Lucy, ¿dónde chingados te fuiste?!
Entre el callejón, usted perdió de vista a Lucy quien ya no supiste nada de ella. Caminabas y caminabas, pero no hallabas salida alguna. Cuando te adentraste más al callejón, y se puso todo oscuro, usted comenzó a sospechar.
T/N: ¡Mierda, es una trampa!
Usted, al exclamar eso, comenzaste a correr hacia la salida, pero, por más extraño que suene, ya no había salida. La salida desapareció por completo. Usted corría y corría con temor. A veces chocabas con muros, vertederos de basura y tambos, y te tropezabas con cosas que estaban tiradas. Usted comenzó a entrar en pánico, y tu respiración aumentaba mientras sentías calor. Por dicho efecto, causaba que tú comenzaras a sudar.
Corrías y dabas vuelta a una esquina, pero había otro callejón nomás. Llegabas al final, pasabas la esquina y había otro callejón. Cada callejón era diferente al anterior, y eso te asustaba.
T/N: ¡¿Qué mierdas está pasando?! ¡¿Qué clase de sitio es éste?!
Usted corrió sin parar... Hasta que...
T/N: ¡Aaah!
Alguien te metió el pie causando que tropezaras y comenzaras a caer se cara, pero alguien te atrapó en un abrazo que, por un poquito más y caías de cara contra el suelo.
Usted estaba completamente quieto, respirando agitadamente, mientras mirabas el suelo frente a tus narices, literalmente.
Usted giró lentamente la cabeza para ver a la persona o demonio.
Lucy: ¿Qué te pasó? ¿Por qué estás así? ¿Y por qué tardaste tanto?
Usted suspiró mientras sentías tu cuerpo y mente relajarse. Apoyándote en el suelo para ponerte de pie, usted miró a Lucy.
T/N: ¡¿Qué mierdas fue eso, dónde estabas y por qué chingados no hallaba la salida?!
Lucy: Wow, tranquilízate un poco, ¿no? De todos modos, es tu primera vez pasando por un callejón, ¿no?
T/N: ¡Eso no es verdad! ¡He pasado por callejones antes!
Lucy: ¿En el infierno?
T/N: ... No pos sí.
Usted comenzó a relajarte ahora que saliste de ahí y estabas completamente a salvo.
Lucy: Tranquilo, cariño, no tienes por qué sentir miedo.
En ese momento, tu cabeza salió disparada para verla.
T/N: ._. ¿Cómo me llamaste?
Lucy: Cariño.
T/N: ._. ... Ah, bueno.
Usted ignoró eso. Además... te gustó que una chica, aunque sea del infierno, te llamé así. Después de muchos años en tu vida, la verdad...
T/N: Sigamos avanzando mientras me explicas lo del callejón.
Lucy: ¡Claro, cariño!
T/N: Y, por favor... Q~Q no me vuelvas a llevar en un lugar así... Da miedo.
Lucy: Lo que tú digas, cariño.
≈
Pasaron minutos enteros, y tú y tu acompañándote Lucy seguían caminando. Ella te explicó lo del callejón, y te hizo saber que tuviste suerte de hallar la salida porque, en caso contrario, seguirías perdido hasta la eternidad.
Después de salir de ahí, ustedes se fueron alejando de la ciudad esa hasta dejar de verla, y volviste a los terrenos vacíos y caóticos del infierno, pero con una diferencia: tenías a alguien contigo, una guía.
Ella te contó cosas del infierno, ya sean leyendas o datos curiosos. Además, algo te que asustó fue que hay un agujero en la tierra (el planeta) que puedes caer y caer directamente al infierno. Una entrada fácil, en pocas palabras. Aunque, eso sí, no puedes salir después de caer.
Otra cosa que te contó era sobre la vida ahí abajo. Al parecer, como habías visto antes, hay negocios, y los más populares son en oficinas para administrar a los pecadores, como una especie de aduana o algo así.
Usted estaba impresionado por el órden que tenían aquí, pues pensabas que todo sería caos y destrucción. Lo es, pero no todo es así.
Durante todo ese rato, fuiste agarrando cariño hacia Lucy. A pesar de ser una demonio, parecía ser buena persona... ¿O demonio? Ustedes entienden, ¿no?
T/N: Y de todos, ¿quién sería el gobernante del infierno? Ya sabes, como rey o presidente.
Lucy: En mi opinión, yo digo que Lucifer, aunque otros dicen que Satán. La verdad es que son todos los príncipes del infierno, aunque los más destacados y populares son Belcebú, Lucifer y Satán.
T/N: ¿Satán y Satanás son lo mismo?
Lucy: Así es. Aunque dicen que también Lucifer... Pero eso no es verdad.
T/N: Y... ¿son fuertes?
Lucy: Demasiado.
T/N: ... ¿Tengo oportunidad alguna?
Lucy: No lo sé. ¿Tú lo crees?
T/N: Yo espero que sí...
La mayor parte de sus conversaciones eran sobre ti haciendo preguntas, y ella respondiendo amablemente.
¿?: ¡¿Quieren callarse?!
Hasta que alguien gritó un poco a lo lejos.
Tú y Lucy voltearon a ver al responsable, y vieron a un estereotipo de demonio, pero en un inodoro.
T/N: 0_0 Ay, 'ta ocupa'o.
¿?: ¡Oye, pensándolo bien, acércate!
T/N: Iugh, ¡no!
Lucy: Ah, ya comprendo...
Usted miró a Lucy.
Lucy: Él es Belfegor, el demonio de la Pereza. Uno de los príncipes del infierno... 'aunque no lo parezca'.
Belfegor: ¡Gracias por presentarme por mí!
Lucy: -_- Lo que digas.
T/N: Entonces, ¿él es uno de ellos?
Lucy: Eso es correcto.
T/N: Muy bien.
Usted comenzó a avanzar mientras desenfundabas tu machete.
T/N: Espérame aquí mientras me hago cargo del huevón.
Lucy hizo caso y se sentó en el suelo para ver lo que iba a pasar. Usted, mientras tanto, se acercó al demonio, pero sólo te detuviste a unos metros de distancia.
T/N: Oye, jala la cadena, ¿no?
Belfegor: Qué flojera.
T/N: -_- Huevón.
Belfegor: ¡Pero ¿mira quién lo dice?! ¡Un chico muy vago!
T/N: -_- Soy un mago... ._. O el intento de uno.
Belfegor: Vamos, tú me comprendes, ¿no? Entre vagos, nos cuidamos.
T/N: -_- Entre vagos, Hotel Triva-
Pero algo hizo retumbar el suelo, cosa que te extraño.
T/N: Pero ¿qué?
Belfegor: Como no quisiste ayudarme, llamé a un amigo para que acabe contigo en mi lugar.
Un poco más allá de ustedes, una cabeza de una serpiente se asomó. Una gran cabeza.
T/N: ._. Esto no es bueno...
Dijiste, mientras veías esa cosa.
T/N: -_- Aunque, a decir verdad, nada de aquí es bueno.
Aquel monstruo salió completamente de ahí mostrando otras dos cabezas y un cuerpo colosal como si fuese un dragón.
T/N: Ay, qué bien... Otro monstruo de tres cabezas.
Belfegor: No cualquier monstruo.
Dijo el demonio.
Belfegor: Ella... O él, es la Hidra de Lerna.
T/N: ¿De quién?
Belfegor: Lerna.
T/N: Chanfle...
Aquel monstruo rigió y se fue acercando a ti.
T/N: Ni modo, me la tendré que rifar.
Usted, con el machete en mano, te fuiste acercando a él, o ella... Ese monstruo, con una de sus cabezas, te atacó para morderte, pero usted lo esquivó y le cortaste la cabeza.
T/N: ¡Una menos!
Usted no se detuvo, y corriste hacia la otra para cortarla.
T/N: ¡Otra menos!
Y dicho esto, usted fue hacia la última, cortándola con suma facilidad cuando esta te iba a atacar.
Usted miró el cuerpo colosal caer sin vida. Usted volteó para ver a Belfegor y a Lucy, mientras sonreías y alzabas la mano en victoria.
T/N: ¡Viste eso, Belfegor! ¿Quién mató a tu pejelagarto? ¡Fui yo, el chinguetas de México!
Belfegor asintió lentamente como diciendo: "bien hecho, muchacho", pero la reacción de Lucy te hizo dudar, pues ella señalaba detrás tuyo como diciendo: "no celebres aún".
Y todo empeoró cuando escuchaste algo detrás tuyo.
Mirando hacia atrás, el cuerpo que diste por muerto se volvió a levantar, y eso no te gustó para nada. Y, para empeorar todo (para ti), de donde había una cabeza por cuello, salieron dos en cada una.
T/N: 0_0 Ay...
La Hidra de Lerna volvió a rugir.
T/N: 0_0 Verga... esto será más cabrón de lo que pensé.
Usted empuñó nuevamente el machete y, dando un tajo en el aire, lograste cortarle todas las cabezas de una gracias a la habilidad que no sabías que existía: hacer presión en el aire para usarla de arma.
Usted sonrió, pero otra vez sucedió lo mismo: de donde había una cabeza, salieron dos, y ahora eran muchas más cabezas que antes.
Usted escuchó la risa de Belfegor, desde la distancia.
Belfegor: ¡Ja, ja! ¿No te das cuenta? Cuando le cortas una cabeza, ¡salen dos de ahí!
T/N: ¡Entonces, ¿cómo se mata esa cosa?!
Belfegor bostezó.
Belfegor: Me da flojera decirlo, así que ¡averígualo tú misma!
T/N: ¡Soy hombre!
Belfegor: Qué flojera darme cuenta de eso.
La discusión entre ellos terminó de repente, pues la hidra comenzó a atacarte, intentando devorarte con cada una de sus cabezas las cuales evitabas saltando y usando tu látigo para huir.
Mientras te balanceabas con tu látigo, pensabas:
Mente de TN: (¿Cómo le hago pa' matarla...? Cada que le corto una cabeza, sale otra... ¡y ahora tiene un chingo!)
Usted llegó a una pared del lugar, y una la cabeza de la Hidra se lanzó para prensarte con su boca, pero usted se impulsó de la pared para saltar sobre ella y corre sobre su cuello e intentando cubrirte de las demás cabezas que ibas a por ti. Usted las esquivaba, logran que ellas muerdan el cuello de la Hidra hasta el punto de cortarla.
Usted saltó sobre la cabeza de otra mientras mirabas eso, mientras intentabas idear un plan.
Mente de T/N: (Matar a alguien que puede regenerarse... Esto me trae malos recuerdos.)
Usted lanzó el látigo para que atraviese el techo y, cuando eso pasó, usted lo jaló para salir impulsado hacia arriba justo en el momento en que dos cabezas te ibas a atrapar, logrando que choquen entre ellas.
Estando arriba, usted obtuvo un recuerdo antiguo. Un recuerdo que fue borrado por tu trato con el Charro Negro aquella ocasión triste para ti...
≈
Hace años...
Patrón: ¿Ya vieron la noticia?
En un cuartel de un cártel, se hallaban muchos hombres. Entre ellos, también estaban dos niños, y uno de ellos eres tú.
Hombre: ¿Cuál noticia?
Patrón: Los pendejos de Televisa sacaron una mamada sobre "el hombre lagarto visto en Oaxaca". Esos pendejos le pusieron así para tapar al Lagarto y sus fechorías. La misma mierda que con el mentado "Chupacabras".
El Lagarto es un narcotraficante del sur. ¿Su origen? Nadie lo sabe, pero es poderoso... en el narcogobierno panista.
T/N pequeño: ¿Y sí es un lagarto de verdad?
Patrón: No, niño, ese es su "alias", así como tienes la tuya para ocultar tu identidad.
Niño: ¡Sería genial si fuese un lagarto!
Exclamó el niño, quien es tu mejor amigo de la infancia gracias a ese trabajo, emocionado por tu duda.
Niño: ¡¿Se imaginan a un hombre lagarto?!
Patrón: No, ni me interesa.
T/N pequeño: Daría mucho miedo verlo o encontrarlo...
Niño: ¡¿Te imaginas si tiene los poderes de un lagarto?!
T/N: E-eso daría más miedo.
Niño: Oye, jefe, ¿qué poder o cualidad tienen los lagartos?
Patrón: Pues...
El señor se quedó pensando.
Patrón: Si les cortas una extremidad, les vuelve a salir una nueva.
Niño/T/N: ¡¿En serio?!
Patrón: Seh.
T/N: ¿Y cómo le hacen?
Patrón: Eso no me lo preguntes a mí. Yo no estudié lagartología.
Hombre: Pues qué burro, patrón.
Patrón: ¡¿Qué?!
Un hombre, uno quien estaba a lado de él, era su mano derecha. Tanto así que hasta tu patrón le confía su familia por si no regresa con vida de algún lado.
Hombre: Por suerte, enanos, yo sí sé sobre esas cosas.
Niño: ¡¿Neta, me lo juras?!
T/N: ¿Y cómo funciona eso?
Hombre: Bien, eso se debe a sus tejidos.
Los dos niños parpadearon dos veces ante esa información. Luego, usted miró al otro niño y dijiste:
T/N: Mi ma sabe tejer, pero no sabía que eso te hacía un lagarto.
Niño: Yo tampoco.
El patrón ya se había ido, pues sabía que uno de ustedes dos saldría con una payasada. Y, desde lejos, él gritó:
Patrón: ¡Por eso no quise explicarles nada!
El hombre rio.
Hombre: No, no, no. Así se le llama a los tejidos, pero los tejidos de la piel. Los lagartos o lagartijas, al perder una extremidad, sus tejidos y células trabajan para regenerar esa parte perdida.
Niño: ¡Qué perrón!
Exclamó el niño, emocionada al imaginarse al hombre lagarto, pero usted tenía la reacción contraria. Levantando la mano, usted habló tierna y inocentemente.
T/N: O-oiga, señor, y ¿qué se puede hacer para que no le crezca nuevamente las extremidades?
Patrón: Quémalo.
Hasta que llegó tu patrón, no porque le haya interesado la plática, sino para acabarla más rápido.
Patrón: Si algo así pasa, quema la parte cortada para quemar esos tejidos o células regenerativas para impedir su regeneración. De preferencia, usa algo de hierro que esté muy caliente. Un metal al rojo vivo, por ejemplo.
T/N: ¿De verdad?
Preguntaste, sintiéndote un poco más calmado.
Patrón: Sí, así era un método médico de antes para sellar heridas. Gracias a Dios, era de antes, y ahora la medicina evolucionó.
Hombre: Ahora sí que me sorprendiste. ¿Cómo sabes de eso? Ni yo sabía cómo responder.
Patrón: Tengo un doctorado en medicina.
Ante eso, todos quedaron callados por unos segundos.
Hombre: ... ¿Y? ¿Cómo terminaste acá?
Patrón: "Mal gobierno", esa es la respuesta. Sólo aceptaban doctores y médicos del extranjero, de primer mundo o a palancazo, así que jamás tuve la oportunidad de ejercer mi título ni una sola vez.
El plan del patrón de matar la conversación falló, pues ahora él estaba contando su trágica historia, pero usted estaba pensando en lo que te dijo. Esa información que la usarías en caso de un "Hombre Lagarto".
≈
Volviendo al presente...
T/N: ¡Eso es!
Usted por fin halló una manera de acabar con la Hidra de Lerna.
T/N: Gracias, patrón... Te recordaba como alguien cruel y inmisericordioso... pero, gracias a que recuperé esos recuerdos, ¡recordé el valor que te tenía!
Usted miró a la Hidra de Lerna allá abajo, intentando devorarte, pero estabas muy arriba que sólo podían imaginar tu sabor.
Con al idea en tu mente, sólo era cuestión de ver si resultaba o no.
T/N: Confío en tu doctorado... patrón.
Fin del capítulo 38.
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Bueno, eso es todo.
Espero que les haya gustado este capítulo.
Si es así, qué bien.
Y si no, también xd.
Otra vez pido perdón por no actualizar tan seguido. Pero les recuerdo algo: jamás los dejaré solos.
Además, se me ocurrió hacer una dinámica... Hagan sus preguntas y se las responderé en los próximos capítulos. Tal vez tres o cinco por capítulo que vaya sacando. Digo, es una buena idea para mí, ¿y ustedes? xd.
En fin, me despido.
Adiós y que Dios los cuide y bendiga a ustedes, su familia y a sus seres queridos (sean creyentes o no).
¡¡Nos vemos!!
¡¡¡¡TIMOITASE!!!!
PD: Feliz Halloween (unas horas tarde :'v).
PD 2: El pinche Wattpad me anda fallando, gente.
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