Capítulo 35: El abismo (parte 2).

Capítulo 35: El abismo (parte 2).

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Hora: 4:35 de la mañana. Queda veinticinco minutos para el ritual.

Usted seguía en la búsqueda de una salida, pero el resultado era el mismo: salas extrañas con cosas igual de extrañas, escaleras que no llevaban a ninguna parte, pasillos largos y uno que otro monstruo.

Parecía un laberinto. Un laberinto de la muerte.

Abriendo una puerta al azar, usted se adentró a aquella nueva sala donde todo se veía normal, pero había un gran espejo abarcando una pared completa.

Acercándote a ella, te miraste reflejado.

Te mirarse de arriba para abajo pudiendo observar con mejor detalle la ropa que te había dado Elizabeth.

T/N: Uy...

Apesar de verte genial, mostrabas mucha pierna. Solo tenías un mini short debajo de una especie de falda igual de corta que te cubría... Un poco.

Mirándote la cara, te acordaste de varios comentarios hacia ti y te surgió una duda.

T/N: Sí me veo guapo, ¿no?

Te mirabas en el reflejo mientras intentabas mirarte en diferentes ángulos mientras también hacías muecas o gestos.

T/N: No me veo tan feo...

Tu voz sonaba un poco apagada al decir eso, pero viste una sombra asomarse detrás de tu hombro que llamó tu atención llenándote de escalofríos.

Rápidamente giraste hacia atrás mientras sacabas tu látigo, pero, curiosamente, no había nadie detrás de ti. Pero sí una cosa había.

Una mochila.

Había una mochila en medio de la habitación en el suelo. Jurabas que antes no estaba eso, pero ahora lo estaba.

Acercándote con cautela, moviste la mochila con tu pie. Viendo que no pasó nada, te agachaste para abrirla.

Al abrirla, te llevaste una gran y alegre sorpresa.

T/N: ¡¡Mi machete!!

Usted guardó el látigo y tomó con cariño el machete que una vez le perteneció a tu abuelo.

Desenvolviendo un poco el látigo, lo giraste mientras empuñabas el machete y te mirabas en el espejo mientras hacías una pose dramática de batalla.

T/N: Ni Satán se atreverá a desafiarme, je, je.

Pero otra vez sucedió lo mismo.

Una sombra, estando de pie, te observaba desde atrás.

Usted se giró nuevamente, pero otra vez no había nadie. Usted estaba buscando con la mirada, pero no viste a nadie más en la sala.

Usted entrecerró los ojos mientras gruñías.

T/N: Qué raro...

Cuando miraste nuevamente hacia el espejo, una sombra estaba enfrente de ti asustándote, pues estaba a menos de un metro de distancia.

T/N ¡¿Qué-?!

Pero no te dio tiempo de nada, pues te golpeó fuertemente en la cara.

Usted retrocedió girando un poco en el suelo, pero te detuviste con el machete. Alzando un poco la cabeza, por fin miraste a aquella criatura.

T/N: ¿Q-qué...?

Una versión oscura de ti.

Había una versión oscura de ti parada a la distancia. Tenía un machete en la mano mientras tenía una ropa idéntica a la que usas normalmente. Pero, además de todo eso, él era todo negro y solo se miraba sus ojos brillantes color rojo vivo. Incluso el machete era negro.

Usted se puso de pie.

T/N: Por eso dicen que el enemigo de uno es uno mismo...

Los dos, al mismo tiempo, se pusieron en defensa con el machete en frente.

Los dos eran igual que un espejo, hacían el mismo movimiento de acercarse lentamente. Lentamente se iban acercando.

T/N | T/N oscuro: ¡Toma!

Y los dos, al estar a un metro de distancia, intentaron atacar al mismo tiempo, pero solo lograron hacer que sus armas choquen y saquen chispas.

Aquella voz de tu contraparte oscura era muy grave e intimidante.

Intentaron dar otro ataque "inesperado", pero el resultado fue el mismo.

Mente de T/N: (Tengo que ser algo más inesperado... Algo que él no espere).

Teniendo eso en mente, usted escupió en la cara de la sombra logrando distraerlo.

T/N: ¡Ja!

Usted intentó partirlo en dos con un ataque horizontal, pero tu contraparte dio un salto tomándote por sorpresa. La sombra aterrizó en la punta de tu machete dejándote atónito.

Aunque su cara estaba cubierta de oscuridad, podías sentir que te estaba sonriendo.

Tu contraparte, aprovechando que él estaba arriba y tú atónito, te dio una patada en la cara logrando que retrocedas.

Usted se estaba sobando la nariz mientras maldecías.

Miraste nuevamente a la sombra de manera furiosa, pero te preocupaste cuando se hundió en el suelo desapareciendo.

T/N: ¡Puta!

Usted estaba al pendiente de la habitación por si aparecía de nuevo, pero no contabas con algo. Ese sujeto salió detrás de ti surgiendo de tu sombra.

Usted lo supo cuando sentiste que alguien te apuñaló en el estómago con un machete.

T/N: ...

Usted se quedó sin palabras. Lo único que salió de tu boca fue la sangre que escupiste.

Usted movió tu mano hacia la parte apuñalada y tocaste el machete. Miraste tu mano y viste lo evidente: sangre.

Mente de T/N: (Hijo de...)

Pero no te ibas a rendir hasta ahí.

T/N: ¡T-toma!

Débilmente atacaste con un ataque sorpresa para apuñalarlo de igual manera, pero él volvió a hundirse en el suelo muy rápido.

Usted tambaleó y caíste de rodillas por el ataque que diste. Intentabas detener el sangrado de tu estómago, pero también salía por la espalda, y era inútil los intentos.

Escupiendo sangre, usted habló.

T/N: Dios... D-dame f-fuerzas... P-para s-seguir... Lu...chando.

Usted se levantó lentamente y volviste a buscar, pero te sentías débil.

T/N: De t-todos l-los m-monstruos... T-tenía q-que s-ser yo q-quien acabe c-conmigo m-mismo?

Usted se estaba riendo de la ironía. El capaz de vencer al mexicano era otro mexicano... Aunque no se sabe si se puede contar a una versión oscura tuya como mexicano.

Usted vigilaba el suelo, pero descuidaste el techo. Ahí se encontraba aquella versión oscura tuya pegado como araña y con la cabeza volteada para verte. Él esperó el momento y se lanzó hacia ti para acabar contigo encajando su machete en tu cráneo.

T/N: ¡¿Eh?!

Pero te diste cuenta a tiempo.

Usted se inclinó hacia un lado y la sombra, aunque no te pudo encajar su machete en tu cabeza, lo hizo en tu pecho logrando solo perforarte un pulmón.

T/N: ¡¡Ghhhh!!

Usted gritó, pero no pudo por la fuga de oxígeno.

Pero la criatura cometió un error...

Usted tomó su brazo, brazo que tenía el machete, y aprovechaste que él no podía escapar ya que lo tenías en el aire y no podía escapar desapareciendo en el suelo o techo, cosa que notó la sombra e intentó zafarse, pero era inútil.

T/N: to...

Tu voz era débil, pero esa voz normal y fuerte tuya volvió por un instante cuando exclamaste:

T/N ¡¡Toma!!

Usted le encajó el machete como lo hizo primeramente contigo y después en su pulmón (si es que tenía uno).

Usted lo acercó y lo tomaste del cuello para golpearlo fuertemente en la cara y apuñalándolo más veces.

Usted lo mantenía en el aire. Sacando su machete de tu cuerpo, usaste los dos para apuñalarlo a más no poder.

T/N: Kkhhhh... ¡¡KKJAAAAAAAAAAAHHH!!

De manera furiosa, no solo lo atacabas con los dos machetes sino también con tus puños. Parecías tener cuatro brazos por lo rápido que lo atacabas. Tus ojos estaban llenos de odio.

T/N Sombra: ¡¡Aaaaaaaarrgghh!!

Hasta que él dio un último grito cuando lo azotaste en el suelo y le encajaste los dos machetes en el pecho.

Él murió y su cuerpo se hizo humo mientras desaparecía.

Esta vez, usted, al acabar el combate, no suspiró, pues te habías quedado sin aire.

T/N: A-Akko... Perdóname...

Esas fueron las últimas palabras que exhalaste para caer al suelo.

Ya no podías respirar ni hablar. Solo podías pensar hasta morir.

Mente de T/N: (Quiero curarme... Para poder... Seguir... Tengo... Que... salvar...las)

Usted lentamente cerró los ojos para poder morir de una vez en el suelo de un abismo raro en un castillo raro ubicado en un bosque raro en un mundo raro.

Pero mientras estabas en agonía y a un salto de la valla para morir, un fuego rojo se prendió en tus partes apuñaladas sin que te dieras cuenta. Después, te envolvió por completo.

Ese fuego te curó todas las heridas causadas en esta noche. Tus huesos, tus órganos, todos fue restaurado. Estabas como nuevo.

Poco a poco volviste a respirar hasta volver a tener conciencia.

Tu ritmo respiratorio era normal y lo notaste cuando dejaste de sentir dolor.

Abriendo los ojos de golpe y jadeando de sorpresa, parpadeaste un poco para luego sentarte en el suelo. Mirabas el suelo con suma confusión.

T/N: ¿Qué... Qué pasó?

Usted estaba confundido por eso, pero te sentías aliviado.

Te tocaste las partes en las que habías sido apuñalado, pero ya no había nada. Todo estaba como antes.

Usted suspiró por eso. Otra vez sentiste a la muerte detrás de ti para obtener tu valiosa y muy codiciada alma.

Usted tomó tu machete encajado en el suelo y te levantaste del suelo, después de unos segundos meditando lo sucedido, para estar de pie nuevamente.

Pero notaste algo. El machete de tu contraparte seguía ahí.

Usted se agachó y lo sacaste también del suelo. Usted lo inspeccionaba con detalle, aunque no había detalle que ver ya que era completamente negro.

T/N: ... ¡Mío!

Usted guardó el machete normal y tenías este en la mano. No sabías donde guardarlo, pero no querías dejarlo aquí.

T/N: Con esto, ahora sí que-

Pero el machete oscuro desapareció de tu mano en partículas oscuras.

T/N: ._. ... -_- Genial.

Usted ignoró eso por la gran decepción.

Pero cuando quisiste verte nuevamente al espejo, miraste un hombre frente a ti sobre un caballo. Un hombre con traje de charro negro con adornos dorados, un sombrero grande con joyas en los bordes y bordados de huesos en su chaleco; sobre un caballo del mismo color haciéndole juego, además de sus brillantes ojos de color rojo vivo y con una silla de cuero con adornos dorados.

No podías ver la cara del señor, pues una sombra lo cubría dejando ver sus ojos rojos brillando con gran intensidad. Casi igual que tu contraparte.

El caballo empezó a relinchar mientras se paraba sobre sus dos patas traceras.

Al ver eso, usted solo pensó en una cosa.

T/N: ¡El Charro Negro! ¡Es real-!

Pero el caballo te calló pateándote, con sus patas traceras, fuertemente en la cara tomándote por sorpresa y lanzándote hacia la pared.

T/N: ¡GAH!

Después de chocar contra la pared, usted cayó al suelo, de cara, soltando tus cosas en el proceso.

T/N: V-verga... E-eso dolió.

Dijiste, mientras te levantabas del suelo y te sobabas la nariz teniendo los ojos llorosos.

Charro Negro: Muchacho...

Rápidamente miraste al señor que te habló con una voz profunda y con un acento que reconociste de tu país, México.

Charro Negro: Veo que tienes muchas dificultades, ¿no es así?

Usted se fue levantando del suelo, mientras guardabas tus cosas, mientras él seguía hablando.

Charro Negro: Haz crecido mucho. Ya no eres el mismo niño con cara de tonto que recuerdo. Ahora eres un hombre de temer.

Estando de pie, usted sacó el látigo y el machete. Al ver eso, el Charro Negro se bufó de ti.

Charro Negro: ¿En serio crees que con tu liguita y un cuchillito podrás vencerme? ¡Te falta mucho, chamaco! Bien sabes quién soy. Soy una entidad sin fronteras ni límites. Soy aquel que ofrece lo que más desea a una persona, pero que tiene un precio qué pagar a cambio.

T/N: Dices que me recuerdas diferente. Sin embargo, yo no recuerdo haberte visto antes.

Charro Negro: ¿Ya lo olvidaste?

Preguntó, el Charro Negro, con burla, pero luego se golpeó la cabeza mientras decía:

Charro Negro: Pero qué tonto, yo también lo olvidé, fíjate.

Usted lo miró, extrañado.

Charro Negro: Fuiste tú el que me pidió hacerte olvidar todo, ¿no lo recuerdas? Después de matar a todos esos inocentes, te pregunté que qué querías, y fuiste tú el que dijo que deseabas olvidar todo.

Usted trataba de comprender, pero no recordabas nada.

Unos vagos y muy borrosos recuerdos aparecían, pero solo te causaba dolor de cabeza.

Charro Negro: Ya lo estás recordando, ¿no, niño? Justo como lo dije ese día. “El día que lo recuerdes, vendré a cobrar el deseo”.

T/N: Tú... ¡¿Qué me hiciste?!

Usted cayó de rodillas mientras esas escenas retrospectivas aparecían como golpes mentales causándote más dolor.

Charro Negro: ¿Que yo qué te hice?

Se burló.

Charro Negro: Fuiste tú el que lo hizo, yo no tuve nada que ver. Y ahora...

Una sonrisa apareció en su oscura cara.

Charro Negro: tendré que cobrar el precio...

El caballo en el que estaba montado empezó a caminar hacia ti.

Charro Negro: Tu cuerpo.

T/N: ¡¿Q-qué?!

Charro Negro: Tranquilo, no me cobraré con tu cuerpo. Solo me lo quedaré para usarlo y tener todo tu poder habido y por haber.

T/N: Ah... ¡¿Q-qué?!

El Charro Negro invocó un látigo rojo e intentó agarrarte, pero usted rodó para esquivarlo y, con el machete, golpeaste todos dos que venían hacia ti.

Charro Negro: ¿No quieres eso? ¿Más poder? ¿Más riquezas? Puedes tener el doble o mucho más.

Usted se alejó para tener distancia con él.

T/N: ¡Riquezas ya tengo y poder me sobra! ¡Si quieres algo de mí, será mi sombra!

Charro Negro: ¡Ya rugiste, León!

En ese instante, el Charro Negro se convirtió en una especie de sombra maligna y siniestra, y empezó a volar por la habitación.

Cuando se lanzó hacia ti, usted lo cortó en dos con un ataque vertical con tu machete logrando que él pase de ti, pero volvió a juntarse mientras se reía.

Charro Negro: Te dije que eso no te servirá, T/N T/A. De aquí, uno de los dos saldrá, y ese seré yo en tu cuerpo.

T/N: ¡Claro que no! ¡Yo me iré victorioso de aquí después de haberte matado!

Charro Negro: ¡No seas tonto, niño! ¡¡No sé puede matar lo que no se puede!!

Muchas de sombras salieron detrás del Charro y fueron a por ti. Las sombras se desplegaban en la pared, techo y suelo sin dejarte oportunidad de atacarlos.

Todas fueron a atacar tu sombra logrando hacerte un gran daño mediante tu sombra.

T/N: ¡M-maldito...!

Las sombras lograban hacerte cortes en el cuerpo y el traje. Así como te habías recuperado antes, volviste a estar igual de dañado y el cansancio iba llegando nuevamente.

Charro Negro: Escucha mi consejo, niño. Si te rindes y dejas de luchar, será menos doloroso para ti.

Usted intentaba dar golpes en el aire, pero no podías hacerle nada a las sombras.

Charro Negro: Yo soy una leyenda. Soy alguien inmortal. Alguien poderoso. ¡No hay Dios ni ser vivo que me pueda derrotar! ¡¡Soy el mismo diablo!!

El Charro Negro alzó su mano logrando agarrarte, con una fuerza oscura, y levantándote del suelo mientras te estrangulaba. Intentabas deshacerte de eso, pero te era imposible. Lo único que podías hacer es patalear de la desesperación en el aire mientras poco a poco ibas perdiendo la conciencia.

Charro Negro: Nunca falta la personita que intenta verme la cara, pero todos terminan siendo castigados.

El aire se te iba acabando.

T/N: Tú...

Charro Negro: Te dije que sería menos doloroso si te rehusabas a luchar, pero no hiciste caso.

Tus ojo empezaban a lagrimear.

T/N: ¡Tú...!

Charro Negro: Ahora paga las consecuencias de tus decisiones.

Tu vista se iba oscureciendo. El Charro Negro sonrió.

T/N: ¡Yo...!

Pero en tus pupilas se veían unas chispas. El Charro Negro pudo verlas esperando no ser lo que él creía que era.

T/N: ¡Yo no moriré...!

Un fuego azúl se encendió en tu corazón nuevamente. Un fuego azul te envolvió mientras uno rojo iba cerrando y sanando tus heridas nuevamente.

T/N: ¡Prometí que no volvería a arrodillarme ante nadie...!

Gruñiste, con cierta rabia en tu voz.

Ese fuego azul se extendió al Charro Negro el cual dejó de estrangularte. Usted por fin cayó y tocó el suelo con los pies.

T/N: Tengo...

Usted estaba apoyándote en el suelo con tus manos y una rodilla mientras jadeabas y recuperabas aire. Lentamente alzaste la vista hacia el Charro Negro.

T/N: ¡¡Tengo que derrotar primero a Drácula antes de que sea demasiado tarde!!

Exclamaste, logrando que el fuego se intensifique, agrietando el suelo y provocando unas ventiscas en la habitación haciendo temblar todo ante ese devastador poder misterioso y divino.

El Charro Negro sonrió mientras volvía a su estado "humano" estando en el suelo también.

Charro Negro: Ese poder yo lo conozco, pues yo conocí a los primeros que lo crearon.

T/N: ¿Conoces del fuego azul?

Preguntaste, mientras avanzabas hacia él.

Charro Negro: ¿Fuego azul? ¿Así es como lo conoces?

Se burló, con ese acento que tanto lo caracteriza, mientras empezaba a caminar también.

Charro Negro: Te daría detalles sobre esa magia especial, pero sé que no me convendría en nada.

T/N: ¿Magia? ¿Así que era magia todo esté tiempo?

Charro Negro: Así es. Lo demás, te tocará descubrirlo por tu cuenta. Bueno, eso si es que te interesa.

Los dos estarían caminando en círculos por la habitación. Los dos a una distancia segura del otro mientras evitaban estar en medio de la zona de peligro.

T/N: Dudo que trabajes para ese Draculero, ¿o me equivoco?

Charro Negro: Yo no trabajo para nadie. Yo soy mi propio jefe y la gente son mis clientes. Y si no respetan el acuerdo, les cobro con intereses.

T/N: Y dime, ¿cómo piensas cobrarme el interés de ese supuesto acuerdo?

Charro Negro: Ningún supuesto. Ese acuerdo es válido, y ahora toca cobrar el pago que debes.

T/N: ¿Acaso piensas llevarte mi alma?

Charro Negro: No, gracias. Tu alma será tuya...

En ese momento, el Charro Negro se detuvo para mirarte de frente. Usted hizo lo mismo.

Charro Negro: Pero tu cuerpo será mío.

El Charro Negro empezó a ser rodeado de un aura negra con rayos rojos mientras sus manos sacaban pequeños rayos del mismo color.

Usted se preparó.

T/N: Atrévete a quitármelo, cobrador.

Restaste con gran soberbia, mientras seguías rodeado del fuego azul.

Los dos estaban mirándose mutuamente. Ninguno se atrevía a dar el primer ataque. Un mexicano y una leyenda de México, una batalla casi nunca vista. Al ser ambos un mexicano, un guerrero por naturaleza desde tiempos ancestrales, sabían el posible precio de atacar primero, por eso se esperaban. Pero el relinchar del caballo hizo que atacaras primero.

T/N: ¡Toma esto!

Usted se lanzó hacia él para darle un golpe con tu puño, pero él lo detuvo con solo su mano.

Al impactar, ocasionaron una onda expansiva que alzó el polvo de la habitación. Además, no solo hicieron temblar el abismo sino que también el castillo de Drácula entero.

El charro negro, viendo tu mano envuelta de ese fuego azul, sonrió.

Charro Negro: Veo que ya es poderosa por sí misma, pero aún te falta mucho por qué pasar. Me sorprende que aún haya alguien que puede usarla. Además, puedo notar que no hace mucho fue despertada. Es apenas un bebé.

El Charro Negro agarró tu otra mano y las levantó para bajarlas y golpearte debajo de la barbilla con su rodilla haciendo que salgas rodando hacia atrás mientras sangrabas de las encías producto de ello.

Charro Negro: Pero no te preocupes. Cuando tenga tu cuerpo, yo me haré cargo de ella.

Usted cayó al suelo mientras intentabas levantarte.

Usted estaba respirando con dificultad y la sangre salía de tu boca y caía al suelo.

Escupiendo sangre, usted habló.

T/N: ¿Qué tal un nuevo trato? Vence a Drácula, salva a mis amigas y llévalas nuevamente a la academia. Te daré lo que sea que me pidas si me haces ese favor.

El Charro Negro negaba con la cabeza mientras reía entre dientes cuando le decías eso.

Charro Negro: Lo siento, pero usted, conmigo, ya está endeudado.

El Charro Negro alzó una mano sacando varios látigos de color negro, con rojo en el medio, para atraparte, cosa que él logró.

Charro Negro: No acudes al mismo sujeto al que le debes muchos favores, ¿verdad, T/N?

El Charro Negro apretó su mano para hacer que las cuerdas te aprieten más y haciendo que el fuego azul se apague por completo.

Usted gruñía de dolor ante eso, pues sentías que algunos huesos tuyos se rompían.

Charro Negro: Tú ya no me puedes ofrecer nada.

T/N: E-entonces...

Usted empezó a aplicar tu fuerza natural mientras hablabas.

T/N: ¡¡Que sea un favor fiado!!

Exclamaste, logrando romper las cuerdas y sorprendiendo al Charro.

Desenfundando tu machete, corriste hacia el Charro quien se preparó.

Charro Negro: ¡¡Vamos, niño!! ¡¡Demuéstrame de lo que está hecho el mexicano de hoy en día!!

Cuando intentaste darle un corte al Charro Negro, él detuvo el ataque con una espada hecha de la oscuridad.

Charro Negro: Espero que hayas tenido clases de esgrima.

T/N: ¿Me viste cara de fifí o qué?

El Charro logró que se separen, dando un salto hacia atrás y empujándote, para iniciar un duelo de espadas.

Nuevamente lograste impresionar a la leyenda, pues tus técnicas con el machete eran únicas. Combinar ataques de lucha con el machete no era algo que antes había visto él. Las únicas veces que vio algo así fue cuando las tribus ancestrales guerreras seguían con vida.

Charro Negro: Dime...

En plena batalla, el empezó a hablar mientras seguían luchando. Parecía una batalla pareja.

Charro Negro: ¿Por qué te importan esas niñas?

El Charro Negro dio un salta hacia atrás cuando ibas a cortarlo a la mitad con un ataque giratorio.

Volviendo a una pose normal, usted le respondió.

T/N: Porque... Ellas son mis amigas. Ellas me hacen sentir bien. Ahora son parte de mi familia. Y yo...

Usted recordó a Akko.

T/N: No me perdonaré que les pase algo a ellas. Aunque sea el mínimo rasguño.

Charro Negro: Igual que los anteriores, pero de igual manera terminaste matándolos. ¿Cuál es la diferencia ahora?

Usted corrió hacia él, preparado para atacar por lo que dijo, mientras exclamabas tu respuesta.

T/N: ¡¡Porque ya no soy la misma persona de antes!!

Usted saltó para atacarlo con tu mano izquierda dándole con golpe en la cara, pero él volvió a agarrar tu puño con su mano.

Charro Negro: Y dime, ¿cómo eras antes-?

Pero sin que se diera cuenta, usted le enterró el machete justo en el corazón tomándolo por sorpresa.

T/N: Antes...

Iniciaste, con una voz de rabia, mientras empujabas más adentro el machete.

T/N: Era un asesino. Un ser sin misericordia. Un niño inocente temido por la gente.

Charro Negro: ...

Usted sonrió al notar lo perplejo que quedó.

T/N: ¿Qué sucede, señor de la leyenda? ¿No que nadie podía matarte?

Usted empujó más el machete para enterrarlo más en él mientras le dabas vueltas para hacerle más daño. El Charro Negro cayó de rodillas.

Charro Negro: Tú...

Habló débilmente mientras posaba su mano derecha encima de la tuya.

Charro Negro: Tú...

T/N: ¿Qué? ¿No esperabas esto?

Usted se volvió a confiar... Gran error.

Charro Negro: Tú... Caíste.

T/N: ¿Eh?

El Charro Negro tomó tu brazo con el que le enterraste el machete.

T/N: ¡¿Eh?!

Él se volvió a convertir en una sombra y se metió por tu boca.

T/N: ¡¡¡NNNNNNHH!!!

Usted ya no podía hacer nada. El Charro Negro se metió completamente en tu cuerpo. Viste que poco a poco tus venas iban cambiando terriblemente en un color negro. Una gran ola de escalofríos comenzó en tu cuerpo y parecía no terminar.

Ahora eras tú el que cayó de rodillas mientras ponías tu mano en tu corazón por el dolor. Usted gruñía por el dolor indescriptible que sentías. Poco a poco sentías que ibas a desplomarte. Una gran y temible aura negra te envolvió mientras disparabas rayos rojos.

Charro Negro: ¡Tú cuerpo será mío! ¡Ja, Ja, Ja, Ja, Ja, Ja!

Habló el Charro Negro, desde tu interior.

Cerraste lentamente los ojos mientras tragaste saliva y exhalaste por última vez.

¡Levántate!

T/N: ¿Mm...?

Pero una voz pudiste escuchar.

¡Sigue luchando!

Aquella voz se escuchaba en tu cabeza.

¡Tú puedes! ¡No te rindas!

Una voz que se te hacía familiar.

¡Concéntrate! ¡Séllalo dentro de ti!

Te incitaba a no rendirte y a seguir luchando.

T/N: ...

Usted hizo caso y, con la poca fuerza que tenías y con lo débil que te encontrabas ahora, hiciste tu mayor esfuerzo para levantarte mientras gruñías.

Los rayos se intensificaban y el aura negra te consumía más y más.

Charro Negro: ¿Qué? ¿Aún puedes levantarte?

Preguntó atónito el Charro Negro.

Sentías un dolor del infierno, pero ya estabas completamente de pie.

Concentrándote, usted volvió a manifestar aquel fuego azul el cual luchaba contra el aura maligna.

T/N: N-no puedes morir...

Dijiste, mientras podías ver al Charro Negro en tu mente.

T/N: ¡¡Pero ahora vivirás dentro de mí!!

Charro Negro: ¡¿Qué dices?!

El Charro Negro miró cómo todo dentro de ti empezó a arder en fuego y que iba acaparando el espacio.

Charro Negro: ¡¿Qué haces?! ¡¿Sabes que puedes ser alguien muy poderoso si me dejas vivir?! ¡¡Puedes ser inmortal!!

T/N: El sentido de vivir es morir... No tiene sentido vivir si no vas a morir. Por eso la vida es valiosa, porque se vive de una manera, pero mueres de muchas maneras.

Charro Negro: ¡¡T/N!! ¡¡Por favor!! ¡¡Piensa en lo que haces!! ¡¡Piénsalo!!

Usted hizo caso omiso y siguió concentrándote para sellarlo dentro de ti.

El aura maligna fue consumiéndose mientras el fuego azul ganaba territorio.

Charro Negro: ¡¡¡¡T/N T/AAAAAAAAAAAAAAAAAA-!!!!

T/N: ¡¡Ya está!!

¡¡¡¡PUUUUUUUUUUUUUUUM!!!!

Un gran poder recorrió el universo entero cuando el Charro Negro fue sellado.

Un estruendo se escuchó en el cielo y en el infierno y en todo el universo y más allá de él.

Un asesino de dioses, demonios y mortales desapareció en un instante.

Aquel ser despiadado, temido por innumerables dimensiones, dejó de existir.

Una leyenda vencida por un mortal. ¡Un mexicano!

Usted cayó de rodillas mientras respirabas pesadamente mientras observabas cómo tus venas volvían a tu color natural.

Ya no oías la voz de aquel Charro que ahora vive en lo más profundo de ti y que ya no podrá escapar.

T/N: Vaya pesadilla....

Usted sonrió mientras seguías jadeando. Puede que él no haya muerto, pero ahora no estorbará.

Pero usted se tapó la boca cuando sentiste que ibas a vomitar. El aura negra volvió a manifestarse, y, mirando hacia el techo, de tu boca salieron miles o millones de almas. Usted vómito muchas. Almas que se vendieron al Charro Negro. Todas se iban alegres mientras podías escucharlas agradecerte. Todas se fueron volando libremente mientras poco a poco iban desapareciendo. Usted estaba jadeando después de dejar salir a la última.

Usted parpadeó un poco después de eso.

T/N: Eso... Fue raro.

TÁCATA

T/N: ¿Mm?

Pero un galope se escuchó detrás de ti.

Al girar, pudiste ver el caballo del Charro Negro yendo hacia ti de manera tranquila.

Usted se puso nuevamente de pie mientras te ponías en pose de batalla.

T/N: E-escucha, caballito, yo no quiero hacerte daño. Dudo que pueda, pero no quiero intentarlo.

El caballo se acercó a ti mientras te preparabas para atacar, pero simplemente se quedó inmóvil enfrente tuyo.

T/N: ... Entonces...

El caballero se inclinó hacia usted tomandote por sorpresa.

T/N: Ah, ja, ja, ja.... Vaya.

Usted acercó lentamente tu mano para acariciarlo, y pudiste hacerlo.

Sorprendido, usted acariciaba al caballo mientras levantaba su cabeza y la acariciaba con tu cuerpo.

T/N: ¡M-me haces cosquillas!

Usted estaba riendo ante eso. Después de unos segundos, usted lo dejó.

T/N: Bien, me gusta saber que no somos enemigos como tu dueño conmigo, pero me tengo que ir.

Usted intentó buscar la salida, pero el caballo volvió a pegar su cabeza contra tu cuerpo.

T/N: O-oye, ¿qué haces?

Preguntaste mientras reías.

El caballo se detuvo y te miró fijamente. Usted la miraba para saber qué quería.

T/N: ¿Quieres... que sea tu dueño?

Y como si el caballo hubiese entendido, respondió de una manera dando como afirmativa la respuesta. Usted se sorprendió nuevamente.

T/N: ¡Vaya! Está bien, supongo que te pondré un nombre.

Acariciando la cabeza del caballo, te quedaste pensando en un nombre.

T/N: Qué te parece...

Después de pensarlo, por fin diste con el nombre perfecto.

T/N: ¡Kamcia! ¿Te gusta, Kamcia?

Y nuevamente, el caballo te respondió relinchando de alegría.

T/N: ¡Ja, Ja, Ja! ¡Sabía que te iba a gustar! ¡Así se llamaba el caballo de mi bisabuelo! ... Aunque el de él era blanco.

Caminando para estar a su lado, te subiste en ella.

T/N: Bien, Kamcia, ¡arre!

Y así, tu nuevo caballo, galopando de manera rápida, y tú fueron a buscar una salida.

TACATÁ

TACATÁ

TACATÁ

TACATÁ

TACATÁ

TACATÁ

TACATÁ

TACATÁ

TACATÁ

TACATÁ

TACATÁ

T/N: ¡ARRE!

El caballo iba a una velocidad impresionante. Kamcia acababa con todo monstruo que se atravesara o simplemente usted, desde el caballo, acababas con ellos con tu machete o el látigo.

Una nueva habitación entraron y usted ordenó a Kamcia frenar por lo rara que era.

La razón? Estaba en el exterior ahí adentro. Era de noche ahí adentro. La luna se mirada a lo lejos y se escuchaban muchos grillos cantar. La hierba estaba alta y había un lago cercas de ahí.

Viendo el contorno, te diste cuenta que no era ni el bosque Arcturus.

T/N: ¿Sigo en el abismo?

CRI CRI

Pero un grillo salto.

T/N: Hola.

Dijiste sin importancia mientras Kamcia avanzaba con tranquilidad.

CRI CRI

Y otro más saltó.

T/N: Qué hay.

Pero seguías sin darle importancia.

CRI CRI

CRI CRI

CRI CRI

Pero muchos grillos empezaron a salir de la hierba llamando tu atención.

T/N: ¿Mm?

Tu caballo relinchó mientras se paraba en sus dos patas traceras ante el peligro que pudo percibir.

Muchos grillos volaron en bola formando una gran nube que se podía ver con la luz de la luna blanca. Todos fueron a tu dirección, pero usted sacó el látigo y le diste vueltas para que todos, o al menos la mayoría, murieran ardiendo por el metal que se prendió en fuego.

¿?: Miren quién es el que anda aquí~♪

Cantó un nuevo oponente.

Usted giró la cabeza para verlo mientras respondías:

T/N: Es Cri Cri~♪ Es Cri Cri- ¡¡A LA BESTIA!!

Era un grillo del tamaño de una persona, con un traje de músico y con una batuta en mano.

Grillo: Un joven que le daré un fin~♪

Tu caballo dio la vuelta para que lo pudieras ver bien.

T/N: Genial, ahora tengo que lidiar con Cri Cri maltrecho.

Dijiste con sarcasmo, mientras te bajabas de Kamcia.

T/N: Vete, Kamcia. Si te necesito, te avisaré.

Tu caballo hizo caso y, relinchando, desapareció entrando en un portal rojo que hizo aparecer de la nada.

T/N: 0_0 ... No sabía que podías hacer eso, Kamcia.

Aquel grillo malévolo movió su batuta hacia el cielo y cientos y cientos de grillos salieron de la hierba.

Grillo: ¿Quieres oír una música antes de morir? No hay canto natural más bello que el del grillo.

El grillo mayor, con la batuta, ordenó a los demás grillos a ir hacia ti. Esta vez eran muchísimos. Usted volvió a hacer lo mismo y sacaste el látigo y le diste vueltas para matarlos, pero muchos, por órdenes del grillo malévolo, te rodearon y se pegaron a tu cuerpo para morderte.

T/N: Eso no es cierto. El canto natural más hermoso es del quetzal, el cenzontle y el de mis enemigos llorando- ¡Aaargh! ¡Mierda! ¡Son carnívoros!

Usted dejó de darle vueltas al látigo y te dedicaste a matar a los grillos que tenías en el cuerpo. Los matabas con manotazos o simplemente te sacudías alocadamente.

Grillo: Mucho tiempo sin comer los tiene locos. ¿No son adorables siendo así?

Usted se seguía sacudiendo mientras tu paciencia iba acabando.

T/N: Adorables...

Iniciaste mientras te sacudías.

T/N: Son...

Pero usted miró al grillo mayor con molestia.

T/N: ¡¡Mis huevos!!

Usted volvió a convocar el fuego azul quemando a los grillos que te estaban degustando. Después de eso, hiciste desaparecer el fuego azul mientras respirabas con pesadez.

Grillo: ¡No! ¡¿Cómo te atreves?!

Exclamó con una voz chillona e irritante.

El grillo se molestó cuando calcinaste algunas de sus creaciones. Ordenando nuevamente, mandó a todos los grillos habidos ahí a ir a por ti decididos para matarte.

Esta vez iban por todas direcciones para comerte sin piedad y sin dejarte oportunidad de escapar. El grillo mayor ya no quiso jugar y se dedicó a matarte. Los grillos volaban ferozmente hacia ti.

T/N: ...

Usted se esperó a que los grillos estén a punto de tocarte y...

T/N: ... 'Ahora'.

Usó el fuego azul para quemarlos a todos. No quedó ninguno.

Grillo: ¡¿Qué?! ¡Tramposo!

El grillo cayó en tu trampa. Pensó que no volverías a usar aquel fuego azul, pero se equivocó. Poco a poco ibas dominándolo, no al cien porciento, pero ya llevabas un gran avance.

Grillo: Tú... ¡¡Eres un-!!

Pero fue callado al instante cuando algo atravesó su pecho de insecto. El látigo que castiga a los monstruos. El destructor de pecadores.

El grillo mayor no decía nada. Quedó atónito al ver que se encontraba con sus últimos segundos.

T/N: A ver si como gritas, cantas.

Apretando el mango del látigo, usted prendió en fuego azul toda la cadena hasta llegar al grillo el cual empezó a arder en llamas.

Grillo: ¡¡Aaaaaarghh!! ¡¡Duele muchooo!!

Lentamente fue consumido por el fuego hasta que se despedazó por completo. Como juguete, se fue separando de sus extremidades y convirtiéndose en polvo.

El grillo demoniaco fue derrotado.

[Monstruos derrot-

PUM

Pero antes de que usted supiere...

T/N: ¿Eh?

Se escuchó un retumbante sonido cercas de ahí.

Un nuevo oponente te asechaba desde arriba de una estructura. Esa criatura saltó de ahí para aplastarte.

T/N: ¡Ay wey!

Pero usted se apartó a tiempo antes de que todo su peso cayera sobre usted. Un gran troll de cuerpo robusto apareció amenazante ante usted al rugir.

Usted mantuvo distancia entre él.

T/N: No me quiero atrasar, así que esto será igual de rápido.

Usted empezó a avanzar hacia él, pero el troll golpeó, con sus dos manos, el suelo causando una onda que provocó que usted cayera al suelo.

Sin perder el tiempo, el troll saltó hacia usted para demolerte a golpes.

T/N: ¡Cabrón!

Pero usted giró a poco tiempo de que cayera sobre usted.

T/N: Bien, tengo un severo problema con la confianza.

Usted sacó el látigo y empezó a atacarlo desde la distancia. El troll, como respuesta, agarró una rocas de gran tamaño y las usaba como escudo. Cuando usted dañaba su "escudo", él te las arrojaba.

T/N: ¡Oye, se te cayó esto!

Pero usted las tomaba con el látigo y se las arrojaba de regreso dándole de lleno.

Troll: ¡¡Grrrrr!!

El troll rugió al cielo ante la ira, pero usted aprovechó para acercarse y treparte en él.

Enterrando el mango del látigo en su cráneo, usted empezó a soltarle golpes poderosos en la cara mientras el troll intentaba quitarte de encima, pero usted no se dejó. Usted sacó y metió nuevamente el látigo para así apuñalarlo varias veces en el cráneo hasta que, aprovechando que el troll volvió a rugir, usted le dio el golpe de gracia enterrando el látigo en su boca así atravesando su garganta.

Ya no hubo rugidos.

Usted saltó del troll para ver cómo su cuerpo caía al suelo sin vida.

El troll del pantano fue derrotado.

[Monstruos derrota-

PUM

T/N: Puta madre.

Esta vez estabas molesto de que no te dejarán suspirar.

Girando con flojera hacia atrás, miraste un pilar de rocas detrás tuyo.

T/N: ... Ya sal de una vez. No tengo todo tu puto tiempo, ¿sabes?

De ahí, salió una pequeña lagartija muy tierna.

Usted abrió los ojos al no creer la cosita que salió de ahí.

T/N: Awww. Vaya mierda más tierna~

Esa lagartija sacó dos veces la lengua así llamando a varias lagartijas humanoides las cuales salieron de un lago cercas de ahí.

T/N: Aaaaah, me engañaste.

Esas lagartijas humanoides portaban armadura como hombreras de acero, rodilleras o petos. Además, ellos portaban dagas y espadas con escudos para que se protejan.

T/N: La cosa pequeña causó un gran problema... Típico.

Sin perder el tiempo, usted corrió hacia esos lagartos para deshacerte de ellos. Desenfundando tu machete, te preparaste para atacar a uno, pero este usó su escudo y contraatacó. Usted se apartó logrando que solo te cause una pequeña cortada al costado de tu torso.

Usted se agarró ahí y miraste la sangre en tu mano.

T/N: Culpa mía.

Usted miró al que te dañó.

T/N: Procuraré que no pase de nuevo.

Usted iba a acabarlo, pero esa lagartija infló su pecho y sacó una llamarada hacia ti.

Rápidamente sacaste tu látigo y le diste vueltas para cortar el fuego.

T/N: Ay vamos.

Usted gruñó.

Caminando lentamente, usted se fue acercando a ese lagarto. Usted iba cerrando distancia hasta que por sin llegaste y, aprovechando que todavía estaba escupiendo fuego, usted lo golpeó debajo de la barbilla y después lo cortaste a la mitad.

T/N: Eso te pasa por-

Pero otro más te golpeó desde la espalda. Usted rodó en el suelo y te recompusiste rápidamente.

T/N: ¿Atacar por la espalda? Qué bajo han caído, me cae. ¡Me cae!

Todas las lagartijas humanoides te fueron acorralando. Te tenían rodeado.

T/N: Pero qué buena oportunidad.

Cuándo cerraron más el círculo, usted se llevó los dedos a la boca y soplaste para silbar una melodía corta, pero hermosa.

Los lagartos iban a atacarte, pero algo los embistió muy rápido derrotando a muchos y dejando débiles a otros.

Era Kamcia quien acudió a tu llamado.

T/N: ¡Ja! ¡Sí funcionó!

Kamcia pisaba a los que estaban caídos y le daba fuertes patadas a los que intentaban levantarse.

Kamcia acabó con todos mientras tú observabas a tu caballo guerrero proveniente de una dimensión desconocida.

T/N: Menos mal, Kamcia. Realmente me estoy sintiendo agotado.

Usted acarició al noble corcel.

Los dos acabaron con los reptiles humanoides.

[Monstruos derrotad-

LARA LARA LA~♪

T/N: ¿Por qué no salen todos de una vez? ¡No he avanzado de sala!

Girando hacia donde jurabas que escuchabas ese canto, diste con el lago de antes.

Caminando para acercarte, usted sacó de una vez en machete.

LARA LARA LA~♪

Pero viste a unas tres mujeres con cola de pez y con cabellos largos que cubrían sus pechos.

LARA LARA LA~♪

Las tres cantaban mientras te hacían señas para que te acerques. Lo hacían con expresiones "traviesas".

Usted, en ese instante, bajó los brazos que tenías en guardia y te fuiste acercando a ellas.

Kamcia intentaba detenerte poniéndose al frente tuya, pero usted la rodeaba o le dabas palmadas para que se aparte.

Usted llegó al lago y entraste en él mojándote las piernas. El lago era profundo, pero había un camino donde podías caminar.

Mediante te ibas acercando a esas "mujeres", ellas iban cambiando su apariencia a una muy horrible.

«Acércate a nosotras~»

Usted las miraba a los ojos hipnotizado por su canto.

«Juega con nosotras~»

Las mujeres jugaban con sus "encantos".

«Te haremos sentir bien~»

Una nueva "mujer" salió del agua con un tridente el cual apuntó hacia ti. Ella se preparó cuando estabas frente a ellas y te atacó para atravesarte con el tridente...

ZAS

Pero usted le cortó la cabeza después de esquivar el ataque haciéndote a un lado.

Mujer?: ¿C-Cómo...?

T/N: ¿Creyeron que iba a caer en sus trucos?

La cabeza cayó al agua y también el cuerpo. Las demás mujeres se demostraba atónitas.

Sin perder tiempo, le cortaste la cabeza a todas ahí acabando con sus vidas.

T/N: Ya me habían hecho amarres antes. No es la primera vez que intentan enamorarme con trucos baratos. Eso ya no funciona conmigo... Ya no.

[Monstruos derrotado-

FSHH FSHH

T/N: A cómo chingan estos hijos de la...

Mirando hacia la luna, una nube negra se iba acercando hacia ti. Mediante se iba acercando, te diste cuenta que era un montón de murciélagos en multitud formando un murciélago más grande.

T/N: -_- ...

Usted sacó el látigo y atacaste a todos sin dejar uno.

T/N: -_- ...

[Monstruos derrotados-

¿?: Brinco y brinco, ju, ju, ju.

T/N: -_- ...

Mirando hacia atrás, no viste a nadie... Salvo un espantapájaros que, casualmente, no habías notado antes. A decir verdad, jurabas que no estaba ahí.

T/N: -_- ...

Usted se encogió de hombros y volviste a mirar hacia al frente para buscar una salida.

¿?: Brinco y brin-

Usted volvió a voltear, pero no viste a nadie... Solo al espantapájaros un poco más cerca de ti.

T/N: -_- ...

Otra vez miraste hacia al frente, pero ahora estabas al tanto.

¿?: Brinco y brin-

Usted volteó rápidamente y otra vez lo mismo... Pero con el espantapájaros a un metro de distancia de ti.

T/N: -_- ... ¿Se le ofrece algo?

Sin pensarlo, usted cortó en dos al espantapájaros con el machete.

El espantapájaros cayó al suelo mientras de retorcía.

T/N: -_- Ups. Lo siento.

Decías con sarcasmo.

El espantapájaros se iba derritiendo, pero de ahí salió un joven. Un humano. Eso te llamó la atención.

El joven, estando desnudo, estaba respirando profundamente mientras mantenía la cabeza en el suelo.

T/N: D-disculpe...

Usted tocó su hombro y el joven te miró. Parecía estar atónito.

Joven: Yo... Soy libre?

Fue lo primero que dijo.

T/N: ._. Ehm... Depende.

Joven: La maldición... Se rompió?

T/N: ._. Yo... Supongo.

El joven se levantó del suelo. Estaba tembloroso como si no hubiese estado de pie en mucho tiempo. Usted miró al cielo para no ver su cuerpo desnudo.

Joven: Por fin... Soy libre.

Su alegría se podía notar.

T/N: Yei... Bueno, yo me tengo que ir, así que... Adiós.

Usted caminó hacia Kamcia quien te estaba esperando.

Joven: ¡Espera!

Gritó el joven, haciendo que volteés.

Joven: ¿Puedo ir contigo?

T/N: ¿Qué?

Joven: Por favor. No sé adónde ir, y usted parece ser alguien fuerte.

Suplicó el chico. Usted lo pensó.

T/N: No lo sé... Antes eras un monstruo y... Ya sabes, no puedo confiar en algo así ahora mismo.

Joven: ¿Y te ataqué?

Usted iba a contestar, pero recordaste que ni siquiera te atacó... O tal vez no le diste tiempo.

T/N: Bien, tu ganas.

El joven se puso contento.

T/N: Pero ponte la ropa del espantapájaros que eras. No quiero que sigas bichi y menos si me vas a seguir.

Joven: ¡Sí!

El joven fue por su ropa y la agarró, y justo cuando se la iba a poner, la habitación cambió a una normal como las de antes. El joven no le tomó importa, pero usted estaba impresionado.

T/N: Entonces... Era todo una ilusión?

CRI CRI

Pero un grillo iba saltando cercas de ti.

T/N: ...

CRI C-

Usted alzó el pie y lo pisaste.

T/N: Hmf, supongo que no.

Usted por fin suspiró después de tantos monstruos.

[Monstruos derrotados: 4888]

Joven: Entonces esos monstruos se llevaron a mi hermana, pero yo intenté que no se la llevaran, pero también me llevaron a mí y...

En el camino que iban recorriendo encima de Kamcia, el joven te contó, a petición tuya, su origen.

Resulta que él era un simple niño que vivía feliz con su familia, pero una noche descubrió que unos sujetos se iban a llevar a su hermana y él intentó detenerlos, pero terminaron por llevarlo también.

Le dieron la oportunidad de unirse a ellos, pero él rechazó. ¿El resultado de eso? Lo convirtieron en un espantapájaros "por la eternidad".

Eso hasta que usted lo salvó.

T/N: Oye... ¿Y cuánto tiempo llevas así? O llevabas, mejor dicho.

Joven: La verdad, no recuerdo. El tiempo aquí abajo es... Aterrador.

T/N: Ahora que sacas el tema, sabes cómo salir de aquí?

Joven: Este... ¡Creo que sí!

T/N: ._. ¿Crees?

Joven: Había un portal en lo más profundo del lugar que te llevará allá arriba...

El joven se quedó un poco paralizado al recordar un detalle.

Joven: P-pero... Tienes que vencer a unos sujetos muy fuertes.

T/N: No me digas, pelearé con el diablo?

Usted se estaba riendo, pero el joven estaba en silencio.

T/N: ... No pelearé con el diablo otra vez, ¿verdad?

Joven: B-bueno... Si consideras a Satán un diablo, entonces sí.

T/N: ._. ... Rayos.

Otra vez entraron en una habitación, pero viste algo que te hizo quedar paralizado.

T/N: N-no mames...

En esa habitación, viste a dos amigas tuyas de espaldas...

T/N: ¡Akko! ¡Diana!

Usted bajó de Kamcia y corriste hacia ellas con alegría.

Joven: ¿Adónde vas? ¿Quiénes son ellas?

Preguntó el joven un tanto confundido.

Usted corrió hasta estar unos metros de ellas. Tenías los ojos llorosos y las piernas y brazos te temblaban.

T/N: Akko... Diana... No saben cuánto me alegro de verlas...

Usted esperaba a que ellas dijeran algo... Pero ni siquiera voltearon para verte.

T/N: ¿A-Akko...? ¿D-Diana...?

Usted caminó para verlas de frente... Pero te llevaste una sorpresa aterradora.








































































T/N: ¿A-Akko...?


















































































T/N: ¿D-Diana...?




Fin del capítulo 35.

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Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy xd.

No se me ocurre qué decir xd.

Si les gustó, qué bueno.

Y si no, ta bueno xdn't.

Adiós y que Dios los cuide y proteja.
(Sean creyentes o no)

Nos vemos!!

TIMOITASE!!!!

PD: avísenme si ven errores xd

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