Capítulo 20: Un extraño entrenamiento y un extraño robo.
Capítulo 20: Un extraño entrenamiento y un extraño robo.
[Punto de vista de nadie]
Después de irse de aquél Café Mágico, tú, Akko y Lotte regresaron a la academia.
Aunque aún debías volver para más tarde a ese pueblo para algo importante.
Pero, por mientras, Lotte fue a dejar su escoba en su cuarto, donde estaría Sucy.
Akko fue a despejar su mente por lo que le dijo el vendedor del Café Mágico. Usted estaba con ella.
Akko: Todos con Diana por aquí, Diana por allá. ¡Yo también soy una posible ganadora!
México: en cuando aprendas a volar.
Akko: en cuando aprenda a volar...
Akko se desanimó por eso.
México: no te preocupes, Akko. Verás que lo lograrás! Es como aprender a montar una bicicleta. Al principio no podrás hacerlo bien, pero, si sigues practicando, verás que tú esfuerzo dará frutos! Y así lograrás volar en escoba.
Akko: ¿Tú crees?
México: no lo creo. Sé que lo harás!
Esas palabras que le dedicas a Akko eran las que ella necesitaba oír. Ella ocupaba a alguien que estuviera con ella apoyándola, y estaba agradecida de tenerte a su lado.
¿?: El joven tiene razón.
Hasta que oyeron una nueva voz. O, por lo menos, para ti era nueva.
Tú y Akko se dieron la vuelta para ver a la persona que les estaba hablando.
Akko: ¡Profesora Ursula!
México: ¿Profesora Úrsula?
Así es, esa persona era la maestra más joven de la academia, la profesora Ursula.
Ursula: parece que todavía no puedes montar una escoba. Pensé que esto te serviría de ayuda.
Le dijo mientras le entregaba un libro con apariencia y portada infantil. Y, de hecho, era para infantes, pero no se puede juzgar un libro por su portada, no?
México: ¿Qué dice?
Akko: "Mi primer vuelo mágico".
Ursula: es un libro de la escuela elemental, pero explica los fundamentos del vuelo con escoba-
Akko: ¡Apuesto a que puedo volar con esto! ¡Gracias, Profesora!
Exclamó, Akko, mientras se iba corriendo felizmente con el libro en las manos.
Tú y Ursula la veían cómo se iba, tu riendo un poco y la profesora Ursula con una gota de sudor en la frente.
México: hmf, eso es muy amable, profe. Es lo que más necesita Akko, apoyo.
Ursula: Gracias. Por cierto, no nos hemos visto antes, verdad?
Aunque la pregunta parecía inocente, la profesora tenía mucha esperanza en esa pregunta. Esperaba oír un "sí".
México: no creo... Es la primera vez que la veo.
Y esa respuesta no era la que ella esperaba... La decepcionó más de lo que parece.
Ursula: ya veo... Bueno, por si aún queda dudas, yo soy la profesora Ursula, e imparto la clase de astronomía mágica.
México: ay... suena complicado.
Te reiste un poco de eso.
Ursula: no te preocupes, verás que es fácil.
México: eso espero.
Decías todavía riendo un poco.
Ursula: y cómo te llamas?
México: Soy México Tenochtitlán, e imparto la clase de albañilería mágica.
Dijiste mientras levantabas un pulgar y demostrabas una sonrisa grande. Y te reiste después de ver que lograste hacer reír a la profesora.
Aunque, a pesar de que ella haya reído, también le decepcionó que no fueras la persona que ella creía que eras. Ella ya había oído tu nombre de parte de algunas maestras y alumnas, pero ella quería confirmar si era cierto o no de todos modos.
Pero, aún así, algo dentro de ella le decía que no se rindiera con su búsqueda.
México: bueno...
Iniciaste.
México: si me permites, tengo que ir a un lugar.
Y cuando ibas a comenzar a caminar, la profesora te detuvo.
Ursula: espera, también tengo algo que decirte. Y es que yo-
Akko: ¡Vamos, México! ¡Tenemos mucho que hacer!
Y de repente, apareció Akko y te jaló y te arrastró por los pasillos.
México: ¡A-akko!
Volteaste a ver la la profesora Ursula y le gritaste a lo lejos...
México: ¡P-perdón, profe! ¡Luego me lo dices!
Y así, tú y Akko se esfumaron de ahí dejando a la profesora ahí parada.
Ursula: b-bueno... Más tarde será.
≈
México: bien, Akko, qué dice el sagrado libro?
Ahora estaban ustedes dos en el patio de la academia. Estaban por probar los consejos de aquel libro que les dio la profesora Ursula.
Akko: déjame ver...
Akko leyó uno de los consejos del libro.
Akko: "A las escobas les encanta barrer. Usa tu escoba para barrer a diario para mejorar tu comunicación con ella. Haz que sepa que eres su amazona"
Usted aplaudió, y de manera fuerte, una vez para llamar la atención de Akko.
México: bien, hay que ponerlo a prueba!
Akko: ¡Sí!
~
Akko: ¡Barramos juntas! Te encanta barrer, ¿verdad? Yo digo que sí!
Akko "platicaba" con su escoba mientras la usaba para barrer el patio.
Mientras tanto, usted estaba sentado en un banco mientras te aguantaba la risa. Te tapabas con el libro que les dio la profesora Ursula, pues te pusiste rojo de tanto aguantar la risa. Incluso hacías ruidos para no dejar escapar la risa.
Akko te miro y dijo...
Akko: ¡Oye, qué es lo que te pasa, México?
Akko te notó "raro", así que tú respondiste mientras quitabas el libro de tu cara y te limpiabas una lágrima.
México: l-lo- je, l-lo siento, A-ja-kko!
Sin querer, se te escapaban pequeñas carcajadas.
México: e-es que verlas a ustedes dos me conmueve. Me derrite el corazón... 'Orita vuelvo.
Te levantaste y te alejaste un poco de ahí para ocultarte detrás de un pilar de ahí.
Lo siguiente que se pudo escuchar de ti fue...
«AJAJAJAJAJAJAJAJAJA!! AAAAAH NO MAMES!! PERO QUÉ PAYASA!! AJAJAJAJAJAJAJAJA!!»
Tu risa que escuchó en casi toda la academia...
~
México: bien, creo que con eso ya conviviste mucho con tu escoba. Hora de volar!
Después de que estallaras de risa y te desplomaras en el suelo, Akko, un "poco" molesta, te agarró a escobazos hasta que pararas de reír.
Duraron casi media hora.
Aunque te parecía linda y tierna verla enfadada.
Akko: De acuerdo!
Akko se subió a su escoba, inhaló y recitó el hechizo.
Akko: Tia Freyre!
Y, para sorpresa de los dos, no pasó nada.
México: bueno... al menos la risas no faltaron, no?
Te reiste nuevamente, pero, al ver a una Akko molesta y con un aura rodeándola mientras se tronaba los nudillos, te detuviste al sentir la presencia del peligro cerca.
México: ._. ... alguna sugerencia?
Akko: hmm...
Akko pensó su siguente jugada.
~
Akko: ¡Recuerda que yo soy tu amazona!
Ahora podemos verlo a usted sentado mientras veías cómo Akko amenazaba a su escoba con un palo.
Akko: ¿Sabes lo que te pasará si no vuelas? ¡Fíjate en esto!
Acto seguido, Akko rompió el palo.
México: *jadeo dramático* ¡No veas eso!
Al ver eso, usted jadeó y se lanzó a la escoba mientras le tapabas sus "ojos"
México: ¡Akko, la espantas!
Akko: ¿Qué? ¡Mejor dame mi escoba!
México: ¡Nel!
Usted retrocedió, con la escoba en mano, mientras la abrazabas para protegerla.
México: ¡Vi tus sucias intenciones en tus acciones, y no te dejaré que cometas un crímen!
Akko: ¡México, no estoy jugando! La necesito para practicar!
México: ¡Arrebátamela, monstruo!
Y así, Akko te persiguió durante unos minutos.
Fue durante unos minutos, porque luego llegó Lotte y Sucy y detuvieron su "estúpido juego de niños".
México: ¡No! ¡Esperen! ¡Ésto no es un juego! ¡¡La vida de la escoba corre peligrooo!!
~
Akko: Tia Freyre!
Y no volvió a pasar nada.
México: ¡El que comete crímenes nunca triunfa, Akko! ¡El que comete crímenes nunca-
Y Akko te hizo callar de otro escobazo.
~
Akko: ¡Por favor! ¡Te ruego que vueles!
Y ahora estaba Akko suplicándole de rodillas a la escoba mientras aguantabas la risa nuevamente.
~
Akko: Tia Freyre!
Y lamentablemente no pasó nada. Akko seguía sin volar.
México: Muy bien, esto ya dejó de ser gracioso.
Sucy: Antes era solo una corazonada, pero ahora ahora estoy segura de que Akko es una idiota.
Akko: ¡Sucy! ¡Si no hacemos algo, es imposible que ganemos!
Sucy: No me importa lo más mínimo la competición.
Akko: ¡Pero tú también participarás!
Eso los confundió a los tres.
Akko: ¡Ya nos inscribí!
Dijo, mientras demostraba un papel con el nombre de aquellas tres brujas.
Lotte: ¡¿Qué?! ¿Cuándo hiciste eso?
Lotte obviamente estaba preocupada por eso, pues no quería estar relacionada con eso.
Sucy: porqué no inscribiste a México en mi lugar?
México: nah-ah, a mí no me metan en sus pedos.
Akko: ¿Qué?
Eso que dijiste, aunque no lo supieras, las demás no lo entendieron. Te escucharon hablar "otro idioma".
México: ... ¿Qué?
Ignorando eso, Akko volvió con el tema.
Akko: Aparte, no podía. No me lo permitían. Además de que no es de nuestro equipo, él no está en condiciones.
Sucy: entonces lo intentaste?
Akko: Pues claro!
Sucy: hmph, supongo que perderemos por abandono.
Akko: ¡No, vamos a ganar! ¡Vamos a ganar y pondremos nuestra foto junto a la de Chariot!
México: Pero solo eso te dan, aparte del trofeo? Una foto? Ni siquiera dinero o frijol sin gorgojo?
Lotte: Aquí dice que el equipo ganador obtiene un trofeo y un trofeo de la profesora Lukić.
Dijo, Lotte, mientras leía la hoja de la carrera donde Akko las inscribió.
Sucy: ¡Oh, Lukić!
Akko: ¿Y quién será esa profesora Lukić?
México: ¿No era la que casi nos ahoga el primer día de clases con ese humo verde?
Lotte: Sí. Ella enseña farmacología mágica.
Explicó, Lotte.
Lotte: También se le conoce como la bruja de lo oculto.
México: orales.
Akko: ¿Eh? Me pregunto cuál será el premio.
Sucy: algo que seguro encontraré bastante útil.
México: ._. ... Tengo un mal presentimiento.
≈
Akko: ¡Oye, ¿qué es todo esto?!
Cambiamos de escena a una donde estaban ustedes cuatro en uno de los niveles más alto de la torre Luna Nueva.
Akko estaba amarrada junto a su escoba y estaba cercas de la orilla.
Sucy: No tenemos opción de victoria si ni siquiera sabes volar en escoba todavía.
Explicaba Sucy mientras se acercaba a Akko.
Sucy: La gente como tú necesita aprender estas cosas por propia experiencia.
México: E-espera!
Y rápidamente te acercaste a Sucy deteniéndola mientras la tomabas del brazo
México: pero no sería mejor intentar de otra manera? Como... Arriba de una banca o... De una silla?
Sucy se rio de tu idea y de cómo te comportabas.
Sucy: eso le quitaría lo divertido, no crees? Je, je, je.
Y dicho eso, Sucy empujó a Akko.
México: PUTAMADRE!!
Akko: ¡¡AYUDAAAAAAAAAAAAAaaaaa...!!
Usted vio, un poco aterrorizado, cómo Akko iba bajando hasta casi tocar el suelo.
Eso te parecía una tortura. Cada que Akko subía, tú intentabas agarrarla.
México: Akko, dame la mano!
Akko: ¡¡NO PUEDOOOOOOOoooooo...!!
Y volvió a bajar.
Cada que pasaba eso, soltaba chillidos del nerviosismo al ver a Akko casi tocar el suelo.
Aunque ustedes dos sufrían de eso, sobre todo Akko, a Sucy le encantaba ver eso de ti.
Aunque también descubrió tu punto débil.
"El preocuparte de las y los demás."
Aunque también le parecía tierno cómo te ponías al ver a Akko bajar.
Akko: ¡¡MÉXICO, HAZ ALGOOoOOOoooo...!!
Y volvió a bajar.
México: Mierda, qué hago?!
Volteaste a ver a Sucy quien te estaba mirando antes de que la vieras.
México: Sucy, qué puedo hacer?!
Sucy: puedes usar una escoba para ayudarla.
México: •—•
Y Akko volvió a subir y le dijiste...
México: ¡Lo siento, no hay nada que pueda hacer, Akko!
Akko: ¡¡MÉXICOOOOOOOoooooo...!!
Y así siguió la tortura.
~
México: ¡Puedo tomar las ideas del entrenamiento?
Sucy: No.
Ahora podemos verlos a ustedes que estaban en otro sitio, con los pies en la tierra.
Aunque... Con Akko adentro de un cañón... Y todavía estando amarrada a su escoba.
Sucy: fuego!
Y Sucy lo disparó.
México: ¡Perdóname, Akko!
Akko: ¡¡TRAIDOOOOOOOoooooor...!!
Y así, Akko voló por los aires, aunque no de la manera que ustedes querían.
México: Hm?
Pero tarde fue cuando se dieron cuenta que tu pierna, la que no estaba "rota", estaba justamente entre las cuerdas.
México: oh mier-
Y fuiste jalado hacia donde Akko fue lanzada.
México: ¡¡DAAAAAAAAAAAAAAJAAJAAJAAAAaaaaa...!!
~
Ahora podemos ver cómo Sucy arrastraba a Akko con su escoba amarrada a la suya.
Y eso sería todo porque no se me ocurre ningún chiste aquí xd.
≈
Después de todo ese arduo entrenamiento, Akko llegó al límite de su paciencia.
Akko: ¡¿Acaso intentas matarme?!
Pero, antes de que siguiera quejándose, Sucy le dio su escoba.
Sucy: con eso, ahora deberías estar ya a punto de volar.
Akko: ¿Eh?
Lotte: ¡Veamos los resultados de tu entrenamiento!
Akko: ¿Están seguras?
México: ¡Vamos, Akko, esta debe ser la definitiva! ¡Puedo sentirlo!
Akko: ¡Ahora que lo dices, yo también puedo sentirlo!
Y dicho eso, Akko se subió en su escoba, todo iba a funcionar! Nada podría malir sal!!
Akko: ¡Muy bien!
Akko respiró hondo y recitó el hechizo.
Akko: Tia Freyre!
Todos estaban atentos para no perder ningún detalle de éste glorioso momento!... O al menos lo iba ser.
Como los intentos anteriores, no sucedió nada. Akko no despegó los pies del suelo... Akko no voló ni un centímetro.
Enfadada, Akko azotó su escoba contra el suelo, pero esta rebotó y le pegó en la cara haciéndola caer al suelo.
Cerebro: tanto pedo pa'cagar aguado...
México: por qué no funciona?
Pensabas, desanimado y en voz baja.
México: Se supone que ella tendría que hacerlo bien y yo tendría que ser el de más dificultades.
Lotte: ¿Por qué lo dices, México?
México: esta academia se hizo para enseñar a brujas, yo soy un chico, ella se le tendría que ser más fácil que a mí.
Sucy: pero ella no proviene de una familia de brujas, recuerdas?
México: y yo tampoco. Al menos yo tendría que batallar como ella, no creen?
Lotte: y cómo le hiciste para que te dejaran estudiar aquí?
México: aún no les he contado?
Lotte: ehhh, no.
México: bueno, en pocas palabras, fue porque una de las... "Antiguas brujas"? Me trajo hasta acá.
Eso sorprendió a Lotte y a Sucy.
Lotte: y por qué lo hizo?
México: eso aún no lo sé...
Te mantendrías pensativo ante eso. Puede que haya algo detrás de todo ésto.
Esas dudas sí que les dejó pensando un poco.
Sucy: bueno...
Comenzó Sucy.
Sucy: Supongo que se me ocurrirá alguna otra cosa.
México: seh...
Usted iba a ayudar Akko para levantarla del suelo juntó con sus ánimos, pero te diste cuenta de una bruja a lo lejos.
Esa era Amanda, quien te hacía señas para que fueras con ella.
Aunque ya te hacías una idea del porqué te hablaba.
México: este... Ahorita vuelo! Le dicen Akko que tuve que hacer unas cosas!
Y te alejaste de ahí corriendo dejando a las brujas con dudas de tu actitud.
≈
Ya estando con Amanda, yendo por los pasillos hacia el portal que lleva al pueblo, iban hablando de lo que iban a hacer.
Amanda: bien, ya te sabes el plan, no?
México: No.
Amanda: ._. ...
México: De hecho, apenas sacas el tema. Lo anterior fue pura plática y chistes de doble sentido y otras cosas más. Aunque los chistes eran muy buenos, de hecho.
Amanda: Bien, te lo diré de una forma para que tu pequeño cerebro entienda.
Cerebro: :0
Ante eso, le pusiste mucha atención a Amanda.
Amanda miró por todos lados para asegurarse de que no haya nadie cercas.
Luego te hizo unas señas para que te acerques para decírtelo al oído.
Amanda: ...
Todo eso solo para que ella te soltara un eructo.
México: ¡Agh, guácala!
Mientras Amanda se moría de la risa, tú intentabas "limpiarte" la oreja.
Amanda: JaJaJaJaJa! Oh, viejo, debiste ver tu cara! Jajajajajajajajaja!
México: hija de la matraca, me las vas apagar, oíste?
Amanda seguía riendo y, al verla así, te contagió la risa y te uniste a ella.
Aunque la risa se te iba yendo, Amanda seguía riendo a tal punto que tenías que cargarla hasta llegar al portal.
~
Amanda: oh, viejo. Ja,ja, mi estómago...
Amanda por fin se estaba recuperando del ataque de risa por lo de hace rato, aunque le dolía el estómago de tanto reír.
México: que bien que ya terminaste. Ahora vámonos que no tenemos mucho tiempo.
Amanda: de acuerdo... Je,je.
Amanda tomó su escoba y la posicionó entre sus piernas.
Amanda: Sube.
México: No, gracias. Yo tengo mis métodos.
Y al decir eso, solamente agarraste el palo de la escoba.
México: ándale. Vuela.
Ordenaste.
Amanda: ¿Estás seguro de ir así?
México: Sí. Así no será raro.
Amanda soltó una pequeña risa.
Amanda: a mí no me molesta~
México: Pero a mí sí! Ya vuela o te descalificarán por faltar.
Amanda se burló de tu actitud y te dió la razón y empezó a volar.
≈
En el portal, los dos iban perfeccionando el plan.
Y cuando llegaron a la ciudad, se dispusieron a lo que vinieron, "La escoba Legendaria".
Los dos fueron por los callejones oscuros y estrechos hasta llegar en la parte trasera de la tienda mágica.
México: 'bien, lista?'
Le dijiste en voz baja.
Amanda: 'Sí. Y tú?'
México: 'Nunca estoy listo para nada, pero a darle.'
Y dicho eso, Amanda asintió con la misma determinación que tú.
Tú y Amanda se ocultaban detrás de un basurero y luego se acercaron paso a pasito a la puerta trasera.
Usted pegó oído para asegurar que no había nadie. Pero justamente escuchaste que había entrado un cliente.
Usted le hizo unas señas a Amanda diciéndole «todo asegurado. Hay que entrar»
Amanda asintió y usted abrió la puerta un poco.
Abriste un poco la puerta y metiste la cabeza para ver si no habían más personas.
Por suerte, no viste a nadie.
Tú y Amanda entraron sin hacer ruido.
Un estaban un poco lejos de la habitación principal donde resguardaba la escoba legendaria.
Usted le hizo unas señas a Amanda diciendo «No hagas ruido»
Y apenas diste un paso, ...
*Chillido*
pisaste un juguete chillón.
Tú y Amanda se quedaron estáticos cuando eso sucedió. Y fue peor cuando escucharon a los clientes preguntar «¿Qué fue eso?»
Tú y Amanda se apresuraron para hacer algo, pero el vendedor de la tienda les dio una idea cuando oyeron que dijo «De seguro fue Muelas, mi perro»
Tú y Amanda se miraron entre sí al tener la misma idea.
«Cómo estás, Muelas? Todo bien?» preguntó, el vendedor, desde la habitación principal.
Amanda asintió para que fingieras ser el perro y "contestarle" con un ladrido.
México: ¡Simón. Todo bien, carnal!
Amanda: '¡Imbécil, ¿qué hiciste?!'
Pero Amanda se tranquilizó al instante cuando escuchó al vendedor decir «¡Oh! ¡Genial, la pócima que hace hablar a lo animales por fin funcionó!»
Amanda asintió cómo el alma regresaba a su cuerpo mientras tú te limitadas a reírte en voz baja de ella.
Pero algo te hizo detener al instante, cosa que a Amanda se le hizo raro.
Hizo una seña que decía «¿Qué sucede?»
Usted,en voz baja, le respondiste.
México: 'Dijo que tenía un perro, no?'
Amanda asintió, pero luego se quedó congelada al procesar esa información.
Y fue aún peor cuando escucharon unos gruñidos detrás de ustedes.
Un Pitbull estaba en guardia mientras los miraba con esa mirada asesina que caracterizaba a esa raza.
Tú y Amanda tenían los ojos desorbitados y no se movían para nada.
A excepción de hacer unas señas para comunicarse entre ustedes.
«¡¿Qué hacemos?!» preguntaba, muy desesperada, Amanda.
«¡Sepa! Tú nunca dijiste nada sobre un perro!»
«¡No había ninguno que yo recuerde!»
«¿Sabes qué? A la mierda!»
Usted fue, un poco apresurado, hacia el canino e intentaste darle una parada, pero el perro lo esquivó y atrapó tu pierna "buena" con una mordida muy profunda.
México: ¡¡¡¡A-
Pero rápidamente Amanda te tapó la boca con sus manos para que no hicieras tanto escándalo.
Pero el perro te jaló la pierna haciendo que cayeras el suelo. Eso mientras se sacudía para hacerte más daño.
Para aquellos que no conozca mucho de pitbulls, esos perros, cuando te muerden, solo te sueltan hasta que pierdas la vida. Y eso lo sabía más que bien el mexicano quien se retorcía del dolor.
«Este perro no es normal! Este perro muerde como demonio!» pensabas, mientras tú mismo te tapabas la boca con una mano y con la otra golpeabas el piso.
Pero entre tanto escándalo, el vendedor volvió a preguntar «¿Hay algún problema allá atrás?»
A lo que Amanda ésta vez respondió, aprovechando que tú te estabas "entreteniendo" con el can.
Amanda: eeh, no...? Wof!
El vendedor no dijo nada, pero Amanda se alertó cuando lo escuchó decirle a los clientes «ahorita vuelo»
Amanda tenía que actuar rápido, y lo hizo.
Rápidamente sacó su varita y te lanzó un hechizo envolviéndote en humo.
~
Vendedor: ¿Qué rayos está pasando aquí?
El vendedor llegó al lugar y miró a su perro ladrándole a una caja que ahí estaba cerca de otras más.
Mente de Amanda: (por favor, qué ese perro no sabe callar?)
El vendedor se le quedaba viendo a su perro y dijo.
Vendedor: ah, ya entiendo. Tienes hambre, no?
El perro seguía ladrándole a la caja mientras intentaba destruirla.
Vendedor: ya, ya. Tranquilo, chico. Mira! Son de tus favoritas!
Dijo mientras le agitaba una caja de comida para perros.
El perro dejó de ladrar y movió la cola contento mientras jadeaba.
Vendedor: bien, ven aquí!
El vendedor se salió por la puerta y allá afuera le dio de comer a perro. Luego volvió a entrar.
Vendedor: listo, espero que Mittens y Lucas no tengan hambre. Pero por si acaso les daré algo.
Y de nuevo se fue hacia la sala principal.
El lugar estaba callado, solo se llenaba del sonido del vendedor y de los clientes preguntando por cosas de ahí.
Después de unos segundos, la caja que estaba destruyendo el perro se empezó a mover para dejar ver qué Amanda estaba ahí escondida.
Amanda: 'uff, estuvo cerca.'
Luego se estiró su camisa, en la parte del cuello, para ver a un pequeño tú.
México: 'S-sabías que podías ponerme en tus manos envés de... Ahí, sabes?'
Amanda: 'je, admítelo, te gustó estar ahí'
Y aunque ella estaba en lo correcto, tú no querías admitirlo.
Amanda usó su magia para volverte a tu tamaño original.
México: 'te lo contestaré con esta pregunta. ¿Tú disfrutarías de estar en un brincolín sin aire?'
Y el enfadado de Amanda te hizo sacar una sonrisa de victoria.
Amanda solo te demostró el dedo del medio y nada más.
México: 'Bueno, hay que seguir.'
Tú y Amanda volvieron a retomar el plan inicial después de deshacerse de un problema. Aunque no podías caminar bien, pues el perro te dañó mucho la pierna "buena". Cosa que Amanda notó.
Amanda: 'Oye, estás seguro que puedes seguir así? No tienes que estar aquí si no puedes. Yo puedo encargarme de ésto sola.'
Te dijo, Amanda, con una voz suave. Eso te sorprendió y te pareció muy amable de su parte.
Que ella se preocupe por ti te llenó de ternura, pues ha demostrado no ser como las demás. Y qué se comporte así te pareció muy linda.
Pero no querías preocuparla.
México: 'no hay pedo. Sin una pata, todos me la pelan.'
Le aseguraste mientras demostraba esa sonrisa que siempre te caracteriza. Una sonrisa segura y determinada.
Amanda también sonrió.
Amanda: 'je, si tú lo dices.'
Y siguieron caminando hasta llegar a otra habitación.
~
Ahora era una habitación un poco peculiar.
Pues las paredes parecían ser alfombras al igual que el suelo y el techo, habían más juguetes regados y bolas de estambres regadas por ahí, habían unas cortinas rasguñadas y una caja de arena que tenía algo escrito, "Mittens"; y, por último, una torre para gatos.
Amanda y tú se distraían un poco al ver más cosas.
Amanda: 'vaya, no recuerdo haber visto todo esto antes.'
Declaró, Amanda.
Amanda: 'tal vez es porque estás aquí.'
Eso te confundió.
México: 'explícate porque no entiendo.'
Amanda: 'Al venir sola, solo me enfocaba en lo que vine. Pero contigo, es difícil enfocarse en algo, pero es más divertido hacer ésto.'
Eso que te dijo Amanda te hizo sentir bien por varias razones.
Una de esas es porque antes no tenías oportunidades para disfrutar lo que hacías.
Una cosa era hacerla porque te pagana por hacerlo, otra cosa era hacerlo por diversión y que bien sabías que nadie podría salir herido.
Aunque tú sí estabas herido, pero eso te hizo olvidar un poco el dolor.
México: 'no sé si sea halago, pero gracias de todos modos.'
Y ahora tú y Amanda se estaban mirando mutuamente a los ojos.
Esos bellos ojos esmeralda que ella tenía por fin los veías claros. Unos ojos únicos nunca antes visto para una chica única nunca antes vista.
Aunque tus demás amigas también eran únicas y tenían lo suyo, Amanda era por mucho muy diferente a lo que acostumbradas ver en una mujer. Además de Sucy y Diana.
Pero todo se vio interrumpido por un maullido que se escuchó cercas.
Amanda y tú buscaron con la mirada el causante del sonido, y miraron un gato saliendo de la torre de antes.
México: ._. 'un gato.'
El gato se estiraba, pues pareciese que se acababa de despertar.
El bajó de la torre y se dispuso a jugar con una bola de estambre que había ahí.
Tú reías un poco al ver al gato divertirse, pero Amanda no parecía inmutarse.
Amanda: 'oye, hay que seguir.'
Dijo, Amanda.
México: 'Ah. Simón.'
Usted y Amanda se giraron para seguir, pero algo te hizo detener.
México: Mm!
Y es que el gato se lanzó hacia ti y se quedó pegado a tu espalda mientras encajaba sus garras.
Amanda: 'tiene que ser una broma.'
Amanda trataba de quitar al gato, pero el gato rápidamente escaló más hasta llegar a tu cabeza y empezar su ataque de zarpazos.
El gato maullaba ferozmente mientras tú gemías del dolor y tratabas de quitártelo.
Amanda tenía que volver a hacer algo, así que volvió a tomar su varita y, con su magia, hizo que el gato tuviera sueño, pero el hechizo también te afectó y te hizo tener un terrible cansancio.
El gato se calmó y cayó dormido.
Usted hacia lo posible para no caer dormido también.
Amanda: 'oye, te hizo mucho daño?'
Preguntó, muy preocupada, Amanda.
Usted tenía una mano en la cara tapándote un ojo mientras dejabas que el otro viera, aunque, por el hechizo, demostraba unas ojeras enormes.
Luego quitaste tu mano y dejaste ver que tenías el ojo cerrado y que te estaba sangrando por los aruñazos del gato.
Amanda jadeó al verte así.
Pero tú te sentías indignado.
«Antes... Nadie podía hacerme nada. Era considerado un Rey! Y dos animales, que para rematar, son domésticos, me dejaron en esta situación lamentable...» era lo que pensabas. Te estabas llenando de ira al ver tu sangre en tu mano.
Desde que entraste el mundo de la magia, pareciese que te volviste MUY débil.
Y tal vez era comprensible, estás en un nuevo terreno, y ahora tenías que domarlo.
Si pudiste con el mundo normal, podrás con el mundo de la magia.
Todos eso te hacía querer quedarte más tiempo en ese mundo mágico.
Pero la preocupación de Amanda te hizo calmar. No era el momento para pensar eso... Tendrías que esperar.
México: 'creo que ahora sí se notaría la mentira si te digo que no me pasó nada, no?'
Amanda te miraba con culpabilidad, pues en un principio no tuvo que invitarte a esto.
México: 'En fin. Sigamos.'
Dijiste, con el ojo todavía sangrando, para seguir caminando.
Amanda: ...
Pero Amanda te detuvo con su mano.
Te giraste para verla.
México: '¿Pasa algo?'
Amanda te miraba seria.
Amanda: 'volvamos. No puedes seguir así.'
Amanda intentaba jalarte, pero te rehusabas.
México: 'Ya llegamos muy lejos, por qué dar marcha atrás?'
Amanda: 'No podemos seguir así.'
Te decía con suma preocupación.
Amanda: 'estás malherido. Si ojala pudieras verte en un espejo. Tu cara se ve muy dañada, y tu pierna, no creo que te sientas muy cómodo caminar así.'
México: 'he estado peor. Créeme.'
Amanda: 'Eso lo dudo. Solo vámonos.'
Amanda se dio la vuelta.
México: 'Pero si nos vamos, todo este dolor será en vano.'
Le dijiste, haciendo que ella entrara en un conflicto con ella misma.
Ahora habían dos opciones:
Seguir
O
Volver.
Netlacuitlahuiliztli oca ti teixquizaliztli... Oquichpiltzintli amoxpohuani.
Fin del capítulo 20
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Bueno, eso sería todo.
Espero que les haya gustado este capítulo.
Si es así, que bien.
Y si no, también xd.
Me despido y les deseo lo mejor.
Adiós y que Dios los cuide y bendiga!
TIMOITASE!!
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