Capítulo 17: Lo de ayer es historia.
Capítulo 17: Lo de ayer es historia.
[Hace unos instantes...]
Lotte: oye, México... puedo preguntarte algo?
México: ehm... Claro.
Lotte: tú también tienes muchas cicatrices... Y quería saber cómo te hiciste todo eso.
México: pues...
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[Hace muchos años]
Un niño, de unos 6 años de edad, estaba encerrado con unos lobos que para nada se veían amistosos. Si de por sí los lobos eran salvajes.
Ese niño simplemente tenía un cuchillo de palo para defenderse que, para colmo, ni tenía filo.
Era un simple palo.
Y ese niño eras tú, T/N T/A.
Patrón: Escúchame bien, niño, nosotros no queremos a gente pendeja. Así que, si pasas esta prueba, te dejaremos quedarte con el trabajo y así podrás mantener a tu familia. Tal y como tú lo pediste.
El niño, que estaba temblando y con lágrimas en los ojos, miró a los señores que lo estaban viendo detrás de las rejas.
T/N: L-lo prometen?
El señor, que estaba afuera viendo al niño, junto a otros sujetos, jamás tuvo la intención de dejarlo trabajar ahí para ellos. Solo lo hacía por diversión, pero, de igual manera, asintió como respuesta.
El niño se limpió las lágrimas, sostuvo el palo con más fuerza y determinación y se lanzó decidido a matar a los lobos mientras soltaba un grito de guerra.
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[Un año después]
Patrón: Listo, niño, ahora puedes deshacerte de ese imbécil.
Cuando demostraste quién eras en realidad en la prueba de valentía, que solo a ti te dieron y a otros no, dejaste sin palabras a los señores ahí presentes, pues no esperaban un espíritu feroz en un niño de 6 años.
Ahora, en una bodega, se encontraba el niño junto a otros señores.
Adelante de ellos había otro que estaba amarrado y con la boca tapada con cinta adhesiva.
Ese tipo intentaba safarse e intentaría escapar o simplemente suplicaba, con la boca tapada, para que lo dejarán ir.
Obviamente no se entendía nada de lo que decía, pero todos comprendían qué quería decir.
El señor le extendió la mano con un machete al niño, pero el niño se le quedó viendo al machete.
Patrón: ¿Qué pasa? No era lo que querías? Recuerda que, para seguir con nosotros, no tienes que tener sentimientos hacia las personas. Nosotros te pagamos por matarlas, y si no eres capaz de hace eso-
El señor se cayó ya que el niño le arrebató el machete con una mirada amenazante y nada normal para un niño de 7 años.
El señor sonrió ante esa actitud.
Patrón: Adelante.
El niño se fue acercando al sujeto quien estaba llorando y tratando de pedir perdón y piedad.
Pero el niño estaba segado por la venganza y justicia.
T/N: con esto cambiaré el destino...
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[Unos años después]
Escapar.
Patrón: CÓRRELE, NIÑO, O VALDRÁS MADRES!
Lo único en mente es escapar.
T/N: M-mi pierna!
—Al niño le habían acertado un disparo en la pierna haciendo que se cayera al suelo.—
Escapar? Escapar de qué?
Patrón: MIERDA! LO QUE NOS FALTABA!
—El señor se había frenado bruscamente y miró al niño en el suelo. En ese momento tenía dos opciones: abandonar al miembro más importante que nunca antes habían tenido o arriesgar su vida por él.—
Cuando alguien es un criminal, tiene que prepararse para la ley.
Cuando alguien es un ladrón, tiene que prepararse para la gente que está preparada.
Cuando alguien es un asesino, tiene que prepararse para los justicieros.
Cuando alguien es un traficante, tiene que prepararse para los militares y los agentes estadounidenses.
Cuando alguien está en el camino del narcotráfico, que lleva todo lo anterior, tiene que prepararse para todo lo anterior y para la muerte asegurada.
Agente del FBI: I shot it down! I shot the boy!
Agente del FBI 2: Catch him! C'mon!!
Pero cuando eres alguien que está catalogado como un terrorista o alguien sumamente peligroso para tirar a matar, tienes que prepararte para decirle adiós a tu vida feliz, tranquila y normal.
Patrón: NIÑO!
T/N: Cállate y corre!
—pero apesar de su estado, él no se dio por vencido como otras veces. Él se levantó y, batallando con su caminar, pudo llegar al señor y correr par a par.—
Y para ser alguien así, tienes que ser alguien duro de matar.
Cuenta la organización mundial de la justicia que un humano, a su corta edad, pudo resistir incontables ataques hacia él, ya sea de cuerpo a cuerpo con armas blancas o con armas de fuego.
Sin embargo, nunca dieron con su paradero, pues se ocultaba bajo muchos nombres.
Patrón: JA,JA! QUÉ SE PUEDE ESPERAR DEL INDIO! Digo, yo te enseñé todo, no?
T/N: je,je. Sí, claro.
Ese niño era un dolor de cabeza para muchos, pues siempre lograban salirse con la suya, nunca ilesos, pero sí victoriosos.
Varios países se habían aliado para detenerlos, pero no lograban nada.
—ellos pudieron divisar una camioneta blanca estacionarse un poco lejos de ellos, pero reconocieron de quién era.—
Compadre: VAMOS! SUBAN!!
—Ambos llegaron a la camioneta y el señor entró lanzándose a la ventana para meterse sin perder tiempo, pues los agentes disparaban como si su vida dependiera de eso. Aunque se podría decir que sí dependían de eso.—
Hubieron momentos en los que el niño fue atrapado y llevado a las prisiones más idolatraras por las naciones.
Pero siempre se llevaban con la sorpresa de que cierto joven lograba salir con facilidad.
Cómo? Nadie lo sabe más que él.
Las cámaras de seguridad? No comprendían cómo lograba hacer que dejarán de servir.
Los guardias?... Solo encontraban sus cuerpos sin vida cuando el niño ya no estaba en las instalaciones.
Patrón: RÁPIDO, NIÑO! TENEMOS QUE IRNOS!
—Por el mal estado del niño, él no podía ir a un ritmo bueno. Así que, cuando estaba cercas, él se lanzó para entrar a la camioneta...—
Muchos capitanes y generales morían del coraje, literalmente.
Cómo un niño puede burlar la prodigiosa tecnología y seguridad que ellos poseían?
Sin duda, ese niño, para ellos, era peor que una pandemia o una tercera guerra mundial.
Y el gobierno mexicano? Digamos que todavía no hay un buen administrador con cavezita de algodón que maneje el país.
(viva AMLO :D)
T/N: ¡¡ÁAARGH, PUTA MADRE, ESO DUELE!!
—pero unas balas lograron acertar en su espalda. Lo bueno? Es que pudo entrar aún así, y la camioneta arrancó y hubo una persecución muy alocada—
Con esa situación de gobierno, era imposible llegar, saber y encontrar al niño.
Las del por qué es muy buscado?
Hay una infinidad de razones.
Y digamos que él solito pudo contra varios soldados de élite de los Estados Unidos.
Patrón: Niño! Estás bien?!
—El señor preguntó muy preocupado por lo de hace rato, y el derrame de sangre del niño no ayudaba nada con su preocupación.—
T/N: S-sí, no te preocupes. Me gusta que me disparen en la espalda...
—dijo con un obvio sarcasmo. Eso hizo reír al señor.—
Aún así, él tenía sus debilidades.
Patrón: Más te vale, porque no queremos perder a nuestra mejor ficha.
Compadre: oye, se te olvida que yo soy el mejor para perder al ejercicio de vista?
Patrón: No interrumpas. Es plática de adultos.
Compadre: pero es un niño!
Patrón: Y sigue siendo totalmente mejor que tú.
Compadre: ... Pero manejando me la pela.
—y dicho eso, hizo unas maniobras alocadas y, en cuestión de segundos, perdió a todo que lo estaba persiguiendo.—
Su familia.
Patrón: JA,JA,JA! TENEMOS A LOS MEJORES HOMBRES AQUÍ! Y obviamente yo soy uno de ellos, claro.
Compadre/T/N: - _- | -_ - ... sí, claro.
Patrón: Oigan, qué fue eso?! Por pendejos se quedaba sin paga!
Compadre/T/N: O_O! ¡¿Q-qué?!
La debilidad de un hombre es su familia.
Sin ella, es fácil que se derrumben.
Pero eso era un arma de doble filo para él, pues su familia no sabe en lo que se metió y lleva años mintiendo que trabaja de otra cosa.
Y si se llegarán a enterar... Adiós trabajo.
Y las reglas eran claras.
Sales del trabajo...
Y te exterminarán junto a tu familia.
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[Unos años después]
Ahora habías crecido un poco más.
Ya no eras el niño llorón e inseguro de antes, ahora eras alguien que seguía las órdenes de sus patrones sin pensarlo dos veces.
«mátalo!» y hacías caso.
«tienes que llevar una carga al otro lado» con gusto lo hacías.
«Llévate todo! Ya nos descubrieron!» y hacías lo posible para que toda la banda no fuera atrapada y que no perdieran nada de la mercancía.
«Tienes que jurar lealtad y que morirás por mí, o de lo contrario nos desharemos de ti y de tu familia» y como si fuera parte de los diez mandamientos, cumplirías con esto.
«recuerda, si sales de ésto te exterminaremos junto a tu familia» y jamás tuviste la idea de salirte de eso desde que entraste.
Patrón: oye, niño.
T/N: ahora qué quieres?
Ahora mismo te encontrabas en un almacén junto a tu patrón y otros sujetos que hacían su trabajo.
Tú estabas sentado en un sillón de ahí mientras mantenías un estilo serio e imponente.
Patrón: tu familia... sabe que estás metido en esto?
Pero esa pregunta hizo que tú perdieras tu estilo de hombre serio.
T/N: este... Sí? Por qué la pregunta?
Patrón: oh, nada. Sólo quería saber si ellos estaban de acuerdo con esto.
T/N: seh... Que bueno.
Y nuevamente te relajaste en el sillón.
Patrón: por cierto, estarás libre el sábado?
T/N: hijoles... Un encargo?
Patrón: seh.
T/N: lo siento, pero está vez tendré que pasar.
Esa declaración confundió a tu patrón que jamás te había oído decir algo así.
Patrón: Qué? Pasó algo?
T/N: nada malo. Sólo que el sábado le harán una fiesta de cumpleaños a mi hermanas menores, y no quiero faltar en su día especial.
Patrón: mch, ta'madre. Tendré que enviar a alguien más. Tal vez a Ricardo.
Ricardo era el sujeto que los ayudaba para escapar de las persecuciones.
T/N: lo lamento, jefe.
Patrón: no te preocupes. Haz hecho demasiado, así que por qué no darte un día libre después de años?
T/N: hmf, gracias.
Dijiste con una sonrisa de labios, luego te levantaste del sillón.
T/N: en fin, tengo que irme. Le prometí a mi madre que le ayudaría en unas cosas.
Y dicho esto, usted se retiró de ahí dejando a tu patrón pensando.
Patrón: hmm... Tal vez vaya a esa fiesta. Ni modo que me saquen a patadas.
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[Una semana después]
Hermana menor 1: hermano, hermano! Cántanos una canción!
Hoy era el cumpleaños número 5 de tus hermanas menores, quienes eran gemelas.
A ellas siempre les gustó oírte cantar mientras tocabas tu guitarra.
Decían que tenías una bonita voz y que tocabas muy bien la guitarra. Cosas que, al oír, te hacía sentir un poco avergonzado.
T/N: este... Bueno. Y sobre qué la quieren?
Hermana menor 1 y 2: ¡¡DE BRU-
T/N: Que no sean de brujas.
Y al decir eso, tus hermanas menores hicieron un puchero mientras se quejaban.
Hermana menor 2: eso no es justo!
Hermana menor 1: es nuestro cumpleaños! Tienes que hacernos caso!
Eso te dio risa y te reiste un poco de eso.
T/N: ta' bueno. Les tocaré esa canción namás.
Hermana menor 1 y 2: SÍÍÍ!!
Usted se fue por su guitarra y, cuando ibas a empezar a tocar, tu madre te llamó gritando por tu nombre.
T/N: ni modo. El deber me llama.
Aunque tus hermanas se hubieran decepcionado, fuiste con tu madre para ver por qué te llamaba.
T/N: necesitan mi ayuda?
Madre: no, sino que unos amigos te hablan.
Eso te sorprendió, pues no esperabas algo así.
T/N: Hmm... José?
Madre: no.
T/N: Alberto?
Madre: no.
T/N: Carlos?
Madre: no.
T/N: Miguel?
Madre: no, no son ninguno de ellos.
T/N: a caray, entonces?
Madre: son unos... Señores ya grandes que dicen ser compañeros de tu trabajo
Con esas declaraciones, usted sintió que un enorme y horrible escalofrío recorriera tu cuerpo.
Usted tragó saliva pesadamente y dijiste...
T/N: d-del t-tr-tr-tr-tr-tr-tr-tr-tr-t-tr-tr-tr-tr-tr-
Madre: ya párale, que pareces pistola.
Otra vez volviste a tragar saliva y te cálmate un poco.
T/N: d-del tr-trabajo?
Madre: sí. Aunque parecen narcos por su vestimenta, ropa y el carro en el que vinieron. Vaya que sí encontraste un gran trabajo que hasta les pagan bien.
Usted se asomó por la ventana y, efectivamente, eran tus compañeros de trabajo... Y tu patrón.
Pensamientos de T/N: (¡¿Qué mierdas hacen aquí?!)
Fue la única cosa que pensaste.
Madre: ándale, ve. Ni modo que los saque a patadas.
T/N: o-ok.
Usted hizo caso y fuiste a recibir, con amabilidad, a los "invitados"
T/N: ¡Qué mierdas hacen aquí?
Patrón: vaya, así recibes a tus invitados?
T/N: invitados mis huevos! Por qué vinieron?!
Patrón: bueno, pensé que sería buena idea venir y pasar un rato contigo y conocer a tu familia.
T/N: Pues es una mala idea!
Patrón: por qué? Si se supone que ya conocen nuestras movidas.
T/N: Pues déjame decirte que-!
Madre: Hola, buenos días!
Justo en ese momento, llegó tu mamá haciendo que dieras un salto del susto y poniéndote más nervioso y asustado.
Patrón: Buenos días, señora madre de T/N! Por fin tengo la oportunidad de conocerla!
Madre: Gracias, pero pueden llamarme T/M.
Patrón: Hmf, es un lindo nombre al igual que usted, T/M.
Tú solo le diste un golpe con el codo como diciéndole «recuerda que es mi madre, cabrón!» haciendo que tu patrón soltara una risa.
Madre: Gracias. ¿Quieren pasar? Hay carnita asada.
Patrón: estaré loco como para rechazar algo así. Vamos!
Eso último se los dijo a los demás que, con hambre, fueron rápido adentro de la casa y con regalos en mano.
T/N: mierda, ésto se va a descontrolar si no logro sacarlos de aquí y mandarlos a la quinta ver-!
Madre: sigo aquí, sabes?
Eso hizo que dieras, no un grito, sino un chillido varoníl del susto.
T/N: M-mamá! V-vas a dejar que sí se queden en la fiesta?
Madre: Y por qué no? Creo que será una buena oportunidad de conocer a los que también trabajan contigo.
Y con eso dicho, tu madre también se metió a la casa.
T/N: ... Ay, Dios, te pido que nada salga mal.
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[Unas horas después]
Todos tus compañeros de trabajo se habían ganado el cariño de toda tu familia, pues contaban cosas graciosas y eran muy amables y respetuosos con todos.
Tú, durante todo ese tiempo, te limitabas a no quitarle el ojo de encima a tu patrón. Cosa que, después de un tiempo, notó.
Patrón: Qué? Sucede algo? Te vez un poco... Extraño.
T/N: 'Pues solo te pido que-'
Usted le susurró...
Madre: disculpe, puedo preguntarte algo?
Hasta que tú madre volvió a interrumpir.
Patrón: Como no. Qué quiere saber, T/M?
Su atención se fue de ti a tu madre, y pronunció su nombre con suma elegancia.
Madre: Qué hacen en su trabajo? T/N casi, para no decir nunca, no me habla sobre lo que hace él ahí.
Tu patrón soltó una carcajada.
Patrón: Debes de sentirte orgullosa de tu aberración de hijo!!
Exclamó, mientras te atrapaba en un abrazo con su brazo.
Patrón: Es el mejor de todos en la chamba! Que bueno que lo encontré a él y no a alguien más.
Tu madre quedó fascinada ante esas declaraciones de tu patrón, pero interrumpiste su plática para ir a otro tema que no sea sobre ti.
T/N: t-tampoco exageres.
Dijiste, mientras te liberabas de su abrazo.
T/N: Recuerda a Ricardo! Él también es muy genial!
Pero cambiar de tema no fue una buena idea.
Patrón: ay, ese Ricardo... También fue uno de los mejores.
T/N: fue?
Eso te llamó la atención.
T/N: ¿Cómo que fue? Le pasó algo?
Patrón: Lamentablemente tuvo un accidente en su huída de los agentes fronterizos... Murió.
Esa noticia te dejó caer como un valde de agua fría. Ese sujeto lo consideraste como un hermano mayor, pues él te protegía y cuidaba de ti en varias ocasiones.
Un nudo se te hizo en la garganta mientras apretabas los puños.
Querías ir, en ese instante, a vengar su muerte.
Madre: Murió? él huía? Por qué? Qué hizo? Y qué tiene que ver los agentes fronterizos?
Pero tú madre bombardeó a tu patrón con muchas preguntas haciendo que vuelvas al presente y prestaras atención otra vez a su plática.
Patrón: Su hijo no pudo hacer el encargo porque hoy iba a estar en esta fiesta de sus hermanas. Entonces le di el día libre y le di el trabajo a alguien más... Pero nos costó un integrante y ni siquiera se pudo completar el encargo.
Madre: y qué clase de encargo era?
Patrón: de mentafetamina.
Esa respuesta la dejó helada y con los ojos bien abiertos.
Luego dirigió su mirada hacia ti y tu hacías señas como diciéndole «ta' loco, no le creas»
Tu madre aprovechó que todos tus hermanos estaban en otro lado divirtiéndose.
Madre: -_- ... Y dime, de qué era su trabajo? Ya se me olvidó lo que eran.
Obviamente hizo esa pregunta para ver si sus sospechas eran reales, aunque deseaba que no fuera así.
Usted sentía que pronto te ibas a desmayar por la ansiedad y el pánico.
La respiración te fallaba, no podías respirar bien, sudabas a chorros y la vista se te hacía borrosa.
Patrón: Somos orgullosamente miembros del Cártel de los Kumiai del Desierto Infernal! El cártel más buscado y temido por las naciones del mundo!
Todos los demás: Viva!!
T/N: ·–· ...
Madre: ._. ...
T/N: q-qué bromista, no? Ja,ja,ja...
Usted reía nerviosamente.
Madre: y qué papel tiene mi hijo ahí? O qué es lo que hace normalmente?
Ahora tú hacías señas para que tú patrón no diga nada, pero su orgullo hacia ti lo segó.
Patrón: uy, por dónde empiezo?
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Madre: te haz vuelto loco?! Cómo se te ocurre?!
La fiesta acabó, y todos los invitados se fueron a sus casas o donde deban de ir.
Tus hermanos y hermanas fueron a dar un pases con tu abuelita por órdenes de tu madre, pero eso solo lo hizo para que estuvieran ustedes dos solos.
Ella, con un ataque de irá, te empezó a lanzar y golpear con cualquier objeto que estaba a su alcance.
Usted los esquivaba como podías, aunque hubo algunos que si te golpearon.
T/N: d-déjame explicarlo!
Madre: narcotráfico?! Es enserio?! Dijiste que trabajabas en un cibercafé!
Ella agarró una sartén y te lo lanzó, y por poco y te daba.
T/N: e-eso no era mentira! S-sí trabajé en eso, pero me despidieron al primer día por no imprimirle un vídeo a un niño!
Madre: es mentira!
Ahora ella agarró un cuchillo y te lo lanzó.
Sus acciones eran segadas por su irá y no se dio cuenta de lo que hizo.
Ese cuchillo iba directamente hacia tu cara, pero te salvaste al poner tu brazo y que frenara eso, pero igualmente se te clavó en el antebrazo haciéndote perder sangre.
T/N: mamá, por favor, ocupo que te tranquilices! Si unas disculpas quieres, me disculparé sin problemas!
Pero, de repente, tu madre cayó al suelo de rodillas mientras sollozaba.
T/N: Mamá!
Fuiste rápidamente hacia ella para ver qué le había sucedido.
T/N: mamá, estás bien?
Madre: he fracasado...
Entre llanto, tu madre repetía eso una y otra vez.
Madre: he fallado como madre...
La adrenalina de hace rato iba desapareciendo de ti y sentías cómo se te hundía tu corazón al ver y oír a tu madre llorar.
T/N: mami...
Las lágrimas se apoderaron de ti y abrazaste a tu madre como nunca lo habías hecho.
Y, con una voz quebrada, le dijiste...
T/N: p-perdón por mentirte con eso. Perdón por ser lo que soy. Y perdóname por hacerte llorar. Pido perdón por todo lo malo que he hecho, por hacerte preocupar, por hacerte sufrir. Incluso perdóname por lo que aún no he hecho! Te prometo, me comprometo y te juro por el corazón que ya no habrá nada de secretos para ti.
Tu madre, después de unos segundos, también de abrazó.
Ella se hundió en su abrazo y tú aumentaste la fuerza de eso.
Madre: yo... Acepto tus disculpas, hijo.
Y por fin se había tranquilizado. Lo único se que oía eran sus olfateos.
Madre: y también te pido perdón.
T/N: Hm? Por qué?
Madre: por no cuidarte lo suficiente como para que hubieses terminado así.
T/N: no, no te preocupes. Tú no tuviste la culpa, sino el destino.
Madre: igualmente pido perdón...
T/N: ...
Madre: ...
Los dos se quedaron en silencio mientras seguían abrazados.
Los polluelos tienen que depender de sí mismos siendo chiquillos, una vez salen del nido, tienen que buscarse el suyo.
Pero en los humanos es totalmente diferente.
Los padres tienen que tener a sus hijos en sus nidos hasta que ellos acepten que ya están aptos para salir de ahí.
Sentías en su abrazo el arrepentimiento de haberte dejado trabajar desde niño.
Se supone que los padres están para los hijos, y los hijos para servirles a sus padres.
Se podría decir que dependías de ti mismo a los 6 años de edad.
Eso jamás te molestó, pues lo hiciste por ellos.
Por tu familia.
Para verlos ser felices.
El calor de una madre, que te brinda en un abrazo, es algo hermoso de sentir, pues, apesar de crecer y no ser los niños tiernos que ellos conocieron, aún así seguías siendo su hijo.
Podías sentir su amor. Su cariño. Todo lo que una madre quería y quiere darle a sus hijos.
Pero que poco te han dado en muchos años.
Después de unos minutos de estar abrazados y entrar en paz, tú decidiste hablar.
T/N: ... Entonces... Todo bien? Olvidarás todo eso y seguiremos con nuestras vidas normales?
Madre: no. Aún tienes que decírselo a tu padre.
T/N: ay no...
Esa idea obviamente no te agradaba.
Madre: bueno, ya. Ayúdame a levantarme.
Usted simplemente taradeaste tu respuesta y la ayudaste mientras le extendías tu mano.
Madre: *jadeo* oh Dios mío! Tu brazo!
T/N: eh?
Ahí fue cuando te diste cuenta que aún tenías el cuchillo clavado.
T/N: oh... Digo, AHHHHHHHHHHHHHHHRG!!
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[Unos días después]
Después de la plática con tu padre, quedó obvio que los decepcionaste muchísimo a ambos.
Eso te lastimó un poco el corazón, pero comprendías el por qué.
Hubo regaños? Sí.
Te afectó o te hizo cambiar como persona? Ehhh, no.
Pero, apesar de estar "castigado", eso no significa que estés fuera del trabajo.
Qué harán tus padres al respecto? Pues... Tu padre fue a aclarar las cosas con tu patrón.
Eso obviamente te hizo sentir extremadamente grave.
Por qué? Pues es obvio que algo saldrá mal de todo eso.
Te acuerdas de las reglas? Pues déjame decirte que tu patrón cumplía con eso con cualquiera que trataba de salirse de eso.
Y eras un claro testigo, pues tú eras el que se encargaba de ejecutar a los que intentaban salirse. Jamás tuviste lastima por ellos, pues ellos se lo buscaron al pensar que todo sería fácil al entrar en esa chamba.
Ahora mismo te encontrabas en tu cuarto mientras caminabas en círculos y pidiéndole a diosito que todo salga bien apesar de que sabías que nada iba salir bien.
«Papá se lanzó al infierno» eran unas de las cosas que pensabas.
Hasta que llegó algo que no deseabas.
Una camioneta negra 4x4 se estacionó en frente de la casa.
Rápidamente fuiste por tu arma y te preparaste para defender a tu familia.
«Papá está muerto» fue lo primero que pensaste.
La ira fue acumulándose dentro de ti y lo querías vengar, pero hay veces que la vida te da caricias.
Tu padre había bajado y la camioneta en el lugar del copiloto, y tú patrón también se había bajado, quien era el que manejaba.
Por un lado te hizo sentir bien, pues tu padre seguía vivo.
Pero por el otro lado te hizo sentir muy mal, pues tú patrón estaba aquí.
Oíste que tú padre te había llamado, así que fuiste, aún con el arma en mano, afuera para ir con él.
Saliste de la casa con inseguridad, y al momento de que tu patrón te vio, soltó la carcajada.
Patrón: tranquilo, indio, no vengo para eso.
Esa declaración te hizo sentir un poco aliviado, pero igualmente dudabas.
Patrón: escucha, T/N, déjame decirte algo. Tú fuiste un gran compañero, tanto así que te consideré como el hijo que jamás tuve. Así que te doy el placer de que, de ahora en adelante, ya no tendrás que trabajar para mí y así puedas tener a tu familia a salvo.
T/N: ಠ_ಠ ... eh?!
No creías nada de lo que habías oído. Tu patrón, al que consideraste como el hombre sin ningún sentimiento hacia cualquier persona, te perdonó la vida.
Patrón: así como lo oyes. Y las reglas son claras, "si quieres salirte de ésto, te exterminaremos junto a tu familia", pero jamás tuviste la intención de salirte. Así que mejor yo te saco de esto.
T/N: •⌓• ... QUÉ?!
Patrón: pero... Ya sabes como soy.
Tu patrón sacó un arma y te disparó en la pierna haciendo que cayeras al suelo de rodillas.
T/N: Ngh!
Patrón: listo, es lo único que te puedo hacer.
Padre: oye, dijiste que-!
T/N: T-tranquilo, papá...
A pesar de que te hubieran disparado, lo máximo que hiciste fue soltar un quejido.
T/N: Y-ya había recibido cosas peores, así que esto es mejor que otra cosa.
Patrón: y recuerda que pudo haber sido una muerte envés de eso.
Tu padre simplemente no dijo nada.
Patrón: aunque debo de reconocer tu valentía, ya veo de dónde sacó eso tu hijo. Ojalá que nunca cambien.
Tu patrón, sin decir otra cosa, se fue a su camioneta y se fue de ahí.
T/N: ... S-supongo que puedo finalmente vivir en paz.
Pero la vida da giros inesperados...
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Madre: T/NNN!!
Habían pasado un año, tenías 16 años y ahora eras alguien nuevo en la sociedad.
Qué pasó con tus crímenes y tus órdenes de aprensión? Pues tuvieron que matarte.
De qué modo? Pues usando el cuerpo de alguien sumamente parecido a ti y difundir la noticia a nivel nacional y que rápidamente pasó a nivel internacional.
T/N: eu.
Todos los que no te conocieron te dieron por muerto, pero sólo tus conocidos sabían del verdadero secreto.
Madre: ocupo que vayas por dos kilos de tortillas a la tienda.
También tuviste que ocultarte bajo un nombre falso.
"México Tenochtitlan"
A nadie le gustó, y tampoco les parecía buena, la idea de tener ese nombre, pero tú quisiste ese nombre porque sí...
Aparte que era ese o "Pánfilocrasio".
T/N: ok.
Hermana menor 1: ¡Puedo ir?
—tu hermana menor, que iba pasando por ahí, escuchó que ibas a la tiendita y le pareció buena idea ir.—
Poco a poco todas las naciones te fueron olvidando y olvidando hasta pasar a la historia como "el joven más peligroso de todos"
T/N: pues si no voy de excursión, enana.
Hermana menor 1: pero quiero ir!
Madre: lo siento, mijita, pero puede ser peligroso.
—Tu hermana agachó la cabeza mientras soltaba un gemido de decepción, y empezó a caminar lentamente lejos de ustedes.—
T/N: *suspiro* está bien, puedes venir conmigo.
Hermana menor: Sí!
—Tu hermana, como la gran hermana menor que es, te logró engañar con su falsa melancólica.—
Y te sentías bien, pues, finalmente, puedes vivir sin miedo a encontrar a tus enemigos o policías y así esconderte o luchar contra ellos.
T/N: hmf.
—pero, aún así, te sentías bien de que ella te acompañe. Así que los dos se fueron hacia la tiendita.—
Por qué? Porque puede que afecte a tu familia de cierta manera.
—Después de unos minutos, los dos llegaron a la tiendita a la que siempre van.—
T/N: está cerrada...
Hermana menor: awww, que mal. Yo quería que me compraras algo.
T/N: y por eso querías acompañarme, eh?
—ella simplemente sonrió haciéndote reír.—
Hermana menor: bueno, vamos a la casa.
T/N: nec, nec, ahora tendremos que ir a la otra tienda.
Hermana menor: pero está más lejos!
T/N: quién era la que quería venir conmigo?
—Tu hermana simplemente soltó un quejido.—
T/N: vamos antes de que se haga tarde.
Hermana menor: está bien...
Y por qué afectaría eso a tu familia?
—ustedes dos tardaron unos minutos llegar a esa otra tiendita, pero finalmente llegaron.—
Señora: buenos días, qué van a querer?
T/N: me da un kilo de tortillas?
—pero tu hermana te llamó la atención jalándote de tu camisa.—
Hermana menor: eran dos.
T/N: Hm?
Hermana menor: eran dos kilos de tortillas.
T/N: segura?
—ella asintió con una sonrisa dibujada en su rostro.—
T/N: Hmm... Bueno, que sean dos kilos de tortillas.
Señora: ok.
—la señora tomó dos kilos de tortillas y los metió en una bolsa, luego te los entregó.—
Señora: serían 60 pesos.
T/N: 60?! No cree usted que está "un poco" caro?
Señora: tiene los 60 sí o no?
—Usted sacó los 60 pesos que tenías.—
T/N: aquí están... Pero sigo creyendo que es mucho.
Señora: yo también tengo que ganar, sabes.
Hermana menor: ¡hermano, me compras algo?
T/N: me encantaría, pero es lo único que me dio mamá.
—y otra vez tu hermana usó la táctica de la falda tristeza, eso te hizo cambiar de opinión y sacar dinero de tu cartera mientras te decías...—
Cerebro: que poca fuerza de voluntad tienes...
Señora: vaya, traes mucho ahí.
T/N: no es su trabajo ver, o sí?
—Luego volteaste a ver a tu hermana.—
T/N: qué vas a querer, callo?
Hermana menor: unas papitas!
T/N: me da unas papitas?
Hermana menor: y unos chocoroles!
T/N: y unos chocoroles.
Hermana menor: y un pingüinito!
T/N: y un pingüinito.
Hermana menor: y una paleta payaso!
T/N: y una paleta pa- épale, ya te pasaste, no?
Hermana menor: solo eso y nada más!
T/N: -_- ... Ta' bien.
Señora: entonces sí va a querer todo eso?
T/N: y una Coca-Cola pa' mí.
Señora: de acuerdo.
—la señora fue por cada cosa que usted pidió. Aunque la mayoría sea de tu hermana menor.—
Señora: Listo, serían 200 pesos.
T/N: 200 por éstas porquerías?! Oiga, eso ya es un robo!
Señora: como si no tuviera mucho dinero.
T/N: mire, que a usted le valga madres eso. Sólo dime el precio verdadero y ya.
Señora: 250 por hablarme de ese modo.
—Usted iba a reclamarle, pero la cara preocupada de tu hermana te hizo calmarte, pues sabías que a ella no le gusta verte enojado.—
T/N: *suspiro* de acuerdo. Toma tus cochinos 250 pesos.
—La señora los tomó con una sonrisa.—
Señora: si es eso todo, entonces se pueden ir.
T/N: como sea, adiós.
Señora: adiós, T/N.
—Aún seguías con un poco de enojo, y, en el camino, tu hermana lo notó.—
Hermana menor: ¿Quieres?
—Ella te ofrecía un poco de sus papitas. Y tú, con una sonrisa, aceptaste con gusto.—
T/N: 250 pesos? Hmf, creo que vale la pena si así puedo verte sonreír.
—Tu hermana soltó una risa mientras daba una radiante sonreía.—
Hermana menor: y tú ya la habías conocido?
T/N: a quién?
Hermana menor: a la señora.
T/N: pues no sé de dónde viene esa pregunta, pero nel. Nunca la había visto y espero jamás volver a verla.
Hermana menor: entonces cómo sabía tu nombre?
T/N: Hm? Ella lo sabía?
Hermana menor: sí. Al momento de despedirte te lo dijo.
T/N: hmm...
—esa declaración no te dejó pensando, pues sí es un poco raro.—
¿?: OYE, T/N!!
—Hasta que oíste cómo alguien te llamaba por tu nombre.—
T/N: M-maldición!
—y cuando te giraste a ver de quién se trataba, eran las personas que menos esperabas ver.—
¿?: Aún tenemos cuentas pendientes contigo!
—eran los rivales y enemigos a matar de tu antiguo cártel. Ellos te tenían un gran odio, así que esperabas que en cualquier momento aparecerían para tratar de matarte, pero, después de difundir tu falsa muerte, creíste que eso acabaría.—
¿?: Prepárate!
—De esa camioneta, se asomaron unos cuantos sujetos y empezaron a disparar sin piedad y lanzándote cuchillos.—
—Varias balas te alcanzaron haciéndote caer al suelo, pero no solo a ti... Tu hermana, que no tenía nada que ver con tus problemas, también fue recibida por ese ataque.—
—usted estaba en el suelo mientras veías todo en cámara lenta. Tu hermana cayendo... Junto todas sus cosas.—
T/N: H-hermana...
Hermana menor: T-T/N...
Tu hermana menor... Había muerto a sus 7 años de edad.
¿?: Vamos, ya acabamos con él! Retirada!
—esa camioneta se fue rápido de ahí, haciendo que mucho polvo se levantara.—
—usted, que estaba en el suelo perdiendo mucha sangre, intentaste levantarte para ir con tu hermana.—
T/N: N-no... N-no puedo... Permitir... Eso!
—te arrastraste hacia ella mientras decías...—
T/N: p-por favor... Resiste... Un poco... Más!
—tu voz sonaba quebrada, pues temías lo peor.—
T/N: hermana! Por favor resiste!
—rompiste en llanto, un llanto de arrepentimiento, pues te arrepentiste de haberla traído.—
T/N: HERMANAAA!
—Tu llanto resonaba desde lo lejos junto a tu grito de negación. Las lágrimas que salían de tus ojos te hacían la vista borrosa.—
T/N: tú no eras... la que debía de tener éste final... Lo lamento...
—Por fin llegaste a ella y tomaste su mano, pero caíste inconciente por lo malherido que estabas. Era la primera vez que estabas en una condición así.—
—desde lo lejos se podía escuchar sirenas, y cada vez se acercaban.—
—habias perdido la conciencia.—
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Desde ese día, tu familia se hundió en la miseria, pues perdieron a una de las integrantes más pequeñas de la familia.
Tu madre sufrió mucho, y tú padre intentó hacerce el duro... Pero falló.
La pérdida de un hijo es de los peores sentimientos que existe.
Se supone que los hijos tienen que ver morir sus padres, no sus padres a ellos.
Y lo peor fue con sus demás hijos, quiénes también sufrieron a más no poder.
Ellos no sabían nada de la vida pasada del mexicano, entonces no comprendían nada de eso.
Tú recibiste esa noticia un poco después de que te atendieran en el hospital.
Y es noticia la tomaste de la manera más tranquila posible.
Pero, desde ese día, te comprometiste a hacer sufrir al desgraciado que provocó eso.
Y tenías en mente cómo hacerlo.
Tu madre te pidió no hacer una locura, pero era la venganza y la ira la que te había consumido totalmente.
Y ahora te encontrabas frente a frente junto a esa señora de la otra vez.
Ella estaba en el suelo mientras lloraba.
Señora: p-por favor, perdóname la vida! Haré lo que sea!
Te lo pedía de rodillas.
T/N: dime dónde se esconden esos hijo de su puta madre y te juro que no te mataré!
Tu voz causaba miedo a quien la oía. Imponía respeto y temor.
Señora: e-en los almacenes abandonados que se encuentran saliendo de la cuidad! En el sur!
T/N: ...
Tú la mirabas fijamente mientras entrecerrabas los ojos con ira.
Señora: p-por favor, ya te dije dónde están! No me mates!
T/N: ... De acuerdo, no te mataré.
La señora creyó que se había librado de la muerte.
T/N: pero ellos lo harán.
Al decir eso, silbaste y unos lobos llegaron y rodearon a la señora quien estaba atemorizada.
T/N: usa el poco tiempo que tienes para arrepentirte y así no ir al infierno.
Y dicho esto, usted se fue del lugar mientras escuchabas con satisfacción el sufrir de la señora mientras gritaba desgarradoramente por ayuda.
Y eso fue solo una pequeña muestra de tu crueldad, pues, con los demás, fuiste infinitamente más cruel.
Y algo cambió después de eso?... No.
Te sentías vacío. Tu hermana no volverá, y era un hecho que odiabas aceptar.
En su funeral asistieron hasta tus excompañeros de trabajo, quiénes demostraron sus más sinceros pésames hacia la familia.
Aunque a tu madre no le agrada tenerlos cercas, le pareció un poco amable que sean así.
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Otro año pasó... E intentaste ser alguien sumamente diferente en el transcurso de ese tiempo.
Buscaste un pasatiempo para deshaogarte, y así diste con el box.
Ahí podías desquitarte con el saco como si tuviese la culpa.
Y así fue tu vida de ahora en adelante.
Conseguiste un trabajo honesto, uno de albañilería.
Y también fuiste el mejor de todos, pero eso no te importaba nada. Sólo lo hacías por el dinero honesto y no sucio.
Hasta que llegó un día viernes, en donde tu vida daría otro giro inesperable.
‽: ¿Usted... Cree en la magia?
Fin del capítulo 17.
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Bueno, hasta aquí el capítulo xd
Vaya pasado, no?
Cómo reaccionaria las brujitas al enterarse de eso?
Lo seguirán aceptando...
O lo rechazarán y abandonarán?
Pues como quien dice: "la verdad siempre sale a la luz"
Y a todos no les gusta la verdad... No a la mayoría.
Espero que les haya gustado este capítulo.
Si es así, que bien.
Y si no, también xd.
Les recuerdo que voten en la parte de votaciones (valga la redundancia xd) sobre si quieren un harem o que solo una bruja se quede con el mexicano.
Me despido.
Adiós y que Dios los bendiga, sean creyentes o no.
TIMOITASE!!
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