IV .- Amo.

N/A: Escrito en tercera persona.

Yibo se encontraba con su manada en la ciudad de los hombres lobos, mientras jugaba con una pequeña navaja.

—Hermano me han dicho que te has estado viendo con un vampiro —dijo Haikuan, el hermano mayor de Yibo, un licántropo alfa de un buen aspecto.

—Te han dicho bien, como jefe y líder de la manada, necesito saber más de los vampiros si por alguna razón una guerra se provocara —respondió con simpleza sin dejar de jugar con su navaja.

—¿Has averiguado algo de importancia? —preguntó intrigado el mayor.

—Ahm...mm —se colocó el dedo en la barbilla como si estuviera pensando en algo —no nada, solo lo que nuestros padres nos dicen

—Si no has sacado nada, ¿Por qué sigues viéndote con él? —cuestionó molesto.

—Solo han sido tres veces, no hay porqué hacer escándalo —respondió tranquilamente

—La luna desaparecerá en poco y nuestros cuerpos se harán débiles, tienes que tener cuidado —indicó el mayor.

—Lo sé.

Después de la primera cita, Yibo hizo todo por verle de nuevo, incluso acosarlo, aquel lobo siempre se salía con la suya.

La luna había desaparecido y con ello el peligro era latente para los humanos como los licántropos. Yibo al ser el líder, tenía que estar a la espera de un ataque departe los vampiros, por lo cual se colocaba en las orillas del límite entre los humanos y vampiros.

Sabía bien que no todos los vampiros tenían conocimiento sobre el secreto de los licántropos y las noches sin luna, por lo que, aunque sintiera mucho por aquel vampiro, quería saber si este le había dicho a su manada, sobre lo contado aquella noche.

Mientras el tiempo pasaba de manera lenta y tortuosa, puesto, ahora sin poderes que pudieran cubrir su cuerpo con calor como lobos de montañas, tenía que cubrir su cuerpo con ropas de invierno que le hacían más lento y eso le molestaba, pero un grito hizo que corriera adentrándose a la ciudad para encontrarse con un grupo de jóvenes vampiros, comiéndose a uno de su manada, si tuviera la fuerza que normalmente tendría, esos chicos estuvieran hechos pedazos, pero ahora solo era un humano más, pero a pesar de eso, como líder no dejaría que se saliera con la suya aquellos que se atrevieran a tocar a su manada, la pagarían, sin importar si su vida estuviera en peligro, pues a diferencia de los fríos vampiros, todos son una unión de familia en el mundo de los licántropos.

Se preparo para la pelea, no le importaba si su fuerza no era mucha, pero tampoco nula, tomo la navaja que tenía en su bolsillo y se dirigió los jóvenes vampiros, sabia de sobra que tenía todo para perder, pero aun así no dejaría de luchar.

Después de varios golpes, los jóvenes jugaron un rato con él, para luego golpearlo fuertemente en el estómago, viendo que aquel hombre no dejaba de pelear golpeaban con más fuerza, había escupido sangre que se limpió con su mano y los siguió mirando con arrogancia y con una sonrisa burlona.

—Solo hemos estado jugando contigo, pronto morirás —gruño uno de los vampiros enseñando sus colmillos.

—Ja, ja, realmente quiero ver eso —se mofo de ellos, aunque estuviera mal herido. Era un puto alfa y punto.

El sol estaba a punto de salir, solo faltaba 45 minutos, necesitaba resistir eso para que sus poderes regresaran, no a su totalidad, pues su punto más fuerte que cuando la luna aparecía en el cielo.

Uno de los vampiros lo tomo del cuello, estiro sus largos dedos, para usar sus afiladas uñas como un arma, para traspasar la piel de Yibo, busco entre sus bolsillos su navaja para poder defenderse, pero no pudo, las fuerzas se le estaba yendo junto con el oxígeno. Cerro sus ojos para recibir el ataque. Este no se produjo cuando los abrió, vio como la cabeza del vampiro caía ante su mirada, su mano aflojo su agarre y Yibo cayó al suelo junto el cuerpo decapitado de unos los vampiros. Los demás vampiros abrieron sus ojos con sorpresa y una brisa fría los cubrió, uno por uno fue mutilado y despedazado con una facilidad como un cuchillo caliente en la mantequilla, sin un esfuerzo, sus cuerpos fueron despedazados, frente al inmóvil de Yibo, su cuerpo se llenó de sangre oscura, a un punto casi negra de los vampiros. Intentando que su respiración se controlara pues estaba agitada, pero era imposible ante aquella escena. 

La brisa se detuvo dejando ver aquel hermoso vampiro el cual se limpiaba sus afiladas garras con su lengua, sus ojos tenían un brillo muy distinto, su fuerza eran tan poderosa que emanaba y se podía sentir, el alfa de Yibo dentro de él, se arrodillaba frente a su amo.

—¿Por qué te quisiste hacer el héroe y exponerte de esta manera?, pudiste haber muerto —pronunció con un leve tono de molestia. Xiao Zhan terminando de limpiar sus manos con un pañuelo.

—¿Estas preocupado por mí? —se levantó acercándose a él, herido pero arrogante, sin duda alguna.

—Lo estoy —afirmo Xiao Zhan.

—Me siento feliz por eso. —avanzó con prisa sin importar sus heridas y la ropa manchada, para así abrazar aquel vampiro.

Xiao Zhan se quedó inmóvil, sentir el olor de su sangre, el calor de su cuerpo y sus venas bombeando la sangre de aquel lobo, era como tener el dulce más delicioso en sus manos.

No lo resistió más y pasó su lengua suavemente por aquel cuello, mostro sus colmillos y mordió esté, solo tomo un pequeño sorbo de aquella sangre para sentir vibrar todo su frio cuerpo. Volvió a morderlo como un adicto tomado la mejor droga de su vida, bebiendo de aquel elíxir que lo hizo ir a las nubes mas altas del placer.

Yibo lo sintió, pero no hizo nada, aferro la cintura del mayor con fuerza, luego de unos minutos tomo por el cabello al mayor para verle el rostro, sus colmillos y su boca estaban llenas de aquel liquido rojo, lo miró de una manera lasciva y seductora.

—¿No crees que es suficiente con lo que has tomado? —pronuncio mirándolo —si sigues absorbiendo me mataras, podrías haberme convertido, pero gracias al cielo ya hay sol y volví a ser un licántropo, pero si sigues bebiendo, me mataras.

—Necesito más. —suplicó lascivamente.

El menor tomo con fuerza el cabello evitando que el mayor bajara de nuevo la cabeza, aferro su cintura a su cuerpo con la otra mano.

—Sígueme mostrado esa lasciva mirada, y yo seré el que te coma y te castigue aquí entre los cuerpos de tus víctimas y la sangre que comienza a fluir en el suelo como un rio rojo —bufó

—¿Castigarme a mí?, ¿al rey de los vampiros? —desafió

—Solo mírate y dime, ¿Quién es el amo aquí? —gruñó de nuevo.

Tomo el cuello del mayor, giro su cuerpo de manera rápido, pego su pecho contra la pared, tomando la cintura del mayor para que este estuviera pegada a la parte baja que estaba cubierta por la ropa del mayor, con la otra tomo su cuerpo. Lo olfateo de manera sexual, bajo su mano con delicadeza recorriendo su cuerpo, poco a poco, mientras movía su cadera haciéndole sentir al mayor su polla rígida y palpitante bajo sus pantalones.

—¿Entonces quién es el amo aquí? —preguntó en gruñido Yibo

—Tú... —respondió Xiao Zhan con la voz entre cortada por la excitación provocada. 

Antes que nada:

Esta historia tendrá temas como el sadomasoquismo, sangre, muerte y tortura, si alguno de esos temas te incomoda, por favor deja de leer y NO REPORTES. Ante mano muchas gracias.

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