Especial de Navidad.

La nieve caía de manera suave sobre el ya cubierto suelo de aquel gran bosque de pinos, el sonido de unos pies crujiendo entre las ramas del blanco suelo se escuchaba sobre todo aquel gran lugar, la respiración entre cortada de la agitación por una desesperada carrera, el vapor que se formaba en aquella persona que corría con fuerza, eliminaba el silencio de aquel tranquilo lugar.

La mujer que corría pasaba entre los arboles esperando no ser atrapada, pero grandes pisadas de un gran lobo la hicieron acelerar su huida, pero un pequeño desnivel en el basto prado la hizo tropezar y caer. El gran lobo blanco de ojos rojos se balanceó sobre ella, el sonido del grito hizo que las aves sobre los arboles salieran volando con miedo.

El silencio se formó para luego escuchar unas risas.

—Yige, A-Yige, basta —dijo la joven mujer cuando la gran nariz de lobo la olfateaba por todo el cuello para luego pasar su lengua sobre la piel de su cuello —niño, basta.

El lobo, que, aunque era más grande de lo normal se sentó y arrugo las orejas molesto. Girando levemente su hocico en indignación total.

La hermosa chica de cabellos rubio y ojos azules, se levanto para limpiar su vestido y luego sonreír.

—Definitivamente eres igual a Yibo —dijo en una sonrisa —vamos, ¿seguirás enojado por eso?

El lazo entre el alfa y omega, se forma cuando se miran por primera vez, sus lobos son los que dictas si aceptan el uno al otro, Anne y Yige, eran híbridos, Yige era un hibrido especial, tenía la fuerza y la habilidad de un lobo como su padre, mientras que compartía los poderes de los vampiros, a su vez la sangre humana lo hacía más mortal que alguno de los dos. Era el hibrido que unió a las razas 15 años atrás. Ahora era un chico que había escogido Anne como su omega, la chica era hibrida, pero no se podía transformar en lobo. Ella solo podía tener el olfato y sobre todo la fuerza de los lobos. Cuando Yige nació después de aquella guerra, Anne al cargarlo se enlazo con el pequeño de una manera que nadie podría explicar, aun sin embargo siendo media hermana de Yibo, nada pudo cambiar el hecho que ambos se enlazaron a la primera vista.

—¡Dejaste que te besara! —gruño el lobo, ambos podían leer su mente. —eres-

—¡Ella no es de nadie! —la voz de su papá retumbo entre el bosque, Zhan siempre fue tan imponente, incluso aunque su hijo era de un gran alfa y líder, con la fuerza necesaria para destruir a todos, era un cachorro frente a él, por lo que se doblego escondiendo las orejas. —se te olvida hijo, que nadie pertenece a nadie, solo a si mismo.

—Zhan bienvenido —dijo Anne agachando levemente la cabeza —nosotros solo jugábamos

—Lo sé, vayamos a casa, ya casi es navidad.

Ordeno el mayor para luego avanzar. Zhan se había convertido en el embajador de los vampiros, por lo cual siempre estaba viajando para ir a dar la información y controlar a los jóvenes puros que estaba en contra de las reglas impuestas en la nueva orden de las razas.

—¡AH!, ¡¿Por qué mierdas te transformas?!, espera que llegues a casa, ¿no te da vergüenza caminar en el bosque desnudo? —dijo la alterada chica.

—¿Y tú por qué te avergüenzas?, si me cambiabas el pañal —se encogió de hombros.

—¡Te voy a matar Xiao Yige!

El mayor solo movió la cabeza, su hijo definitivamente era tan parecido, a su torpe y tonto padre. Los 3 llegaron a la casa que Yibo había construido para su familia. El mayor empujo la puerta para sentir el olor cálido y reconfortante de aquel lugar, en la cocina se escuchaba ruido, en aquella gran casa, existía apenas un par de personas que ayudaban. Por lo cual Yibo, su hijo y Anne mantenían el lugar cálido y reconfortante. 

—Yige deja de molestar a Anne y cámbiate, yo buscare a tu padre.

El mayor camino por el lugar para llegar a la cocina, donde lo vio, ahí estaba torpemente cocinando. Y una genuina sonrisa se poso en sus labios.

—¿Sabes que no necesito comer comida humana? —dijo acercándose.

—Tú no, pero Anne y Yige si, además hoy es navidad —se acerco a su esposo, lo tomo de la cintura y lo apego a él, olfateo su cuello y luego lo subió a la mesa en la cocina —hueles a vampiros jóvenes

—Hace un rato atrás, presencie la escena de celos de tu hijo, ¿así estas educando a nuestro Yige?, siendo posesivo —rodeo el cuello de Yibo mirándolo a los ojos.

—No sé si sentirme orgullo o preocupado —beso los labios frente a él, con mucho desespero—ya no quiero que te vayas, realmente te extraño...

—Yo también lo hago, pero, quiero un futuro para nuestro hijo —dejo recostar su cabeza en el pecho de Yibo

—Lo haces bien, desfrutemos el tiempo, tu eres libre Zhan y fuerte, pero también debes recordar que te amo como la primera vez que te vi, eres mi todo... eres mi alma gemela —lo cargo entre sus brazos, el mayor abrazo su cintura con sus largas piernas, mientras el menor lo sostenía con fuerza. —te llevare a la habitación para que tomes un baño.

La luna alumbraba frente al gran lago de aquella casa. Zhan estaba sentando mirando el reflejo de la luna cuando sintió la presencia de Yibo, quien se sentó a su lado.

—El lago esta por congelarse y la luna quedara atrapada en el agua —dijo el menor

—Hace frío la nieve estar por caer —pronunció el mayor —¿no tienes frío?

—Tengo buena resistencia al frío mi amor —beso su frente, para luego colocarse frente a él se arrodillo y tomo su mano, el mayor se sorprendió, del bolsillo saco un par de anillos, colocando uno en el dedo del mayor —se qué no nos casamos en una ceremonia o algo por estilo, pero quería darte esto, para que cuando tengas que irte nunca olvides, que yo te esperare toda mi vida, en esta y en la que sean necesarias para estar juntos.

El mayor beso los labios del menor, tomo el anillo y se lo coloco a Yibo, luego el menor se levanto para darle la mano.

—¿Me permites bailar esta pieza conmigo?

No huno necesidad de música, solo la nieve cayendo, acompañados de la luz de la luna que ilumino sus cuerpos, los cuales se movieron de manera suave y delicada como de un vals se tratase, mirándose con el amor que siempre se tuvieron por la eternidad.

—Feliz navidad Zhan.

—Feliz navidad Yibo.

Dentro y a la distancia ambos jóvenes se tomaron la mano mirando aquella pareja que reflejaba el amor que deseaban para ellos. El joven hibrido beso la mano de la joven chica.

—Feliz navidad Anne, te prometo que te amare de la misma manera, incluso más —sonrió

—Feliz navidad Yige, pero, aunque dudo que eso pase, en este mundo no habrá nadie que se ame más que ellos dos.

El menor tomo a la mayor y la abrazo, mirando a la luna, el futuro estaba cambiando y deseo, que sus padres se volvieran encontrar porque era cierto, nadie se amaba como ellos dos, y una vida no sería suficiente. 

¡Feliz navidad atrasada! y ¡Feliz año nuevo!

Makishi Konue 

(Ja, ja, este capitulo lo publique como a principios de enero, ahora lo vuelvo a publicar en marzo, pero creo que vale la pena)

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