II.-Joven líder.
La diferencia entre los vampiros y nosotros, era que nosotros tenemos un pequeño tinte rosa en las mejillas que indica que tenemos un flujo de sangre latente, representando nuestra vida.
Mientras ellos son de tonos pálidos, caras largas, rígidas y frías, con belleza, si bien los hombres lobos, somos hombres con un buen cuerpo, músculos marcados y buen rostro, podríamos decir que somos atractivos, pero ellos son bellos, no son para nada masculinos, tiene una belleza particularmente hasta un grado femenina, buen porte, altura y vestimenta, como un catálogo de modelos selectos.
Y mucho de eso hizo que nuestras razas pelearan, mientras nosotros somos una camada que se preocupa el uno del otro, que todos estén bien y seguimos a un líder, los vampiros son seres solitarios, egoístas y distantes.
La reunión se efectuaría en un gran palacio, siempre era así, jamás escatimaban en representar su poder con el dinero.
Al llegar dos vampiros vestidos con bellos uniformes nos dieron paso a la entrada de la gran mansión.
Adentro había de todo, familias de vampiros, ancianos e incluso niños, de sirvientes tenían a humanos, algo que nos molestaba, pues nosotros siempre peleábamos para dejar de un lado a los humanos como las víctimas de un cuento que no les correspondía.
Se formaron bancos de sangre, donde se firmó un acuerdo el cual era que, mientras los vampiros no atacaran o lastimaron a los humanos, estos donarían mensualmente sangre a los bancos en donde se entregaría a los vampiros, dejando a los humanos en paz, por lo cual nuestro trabajo siempre fue cuidar a los humanos, ya que, nuestra camada podía aceptar que lobos como humanos pudieran estar juntos, pero los vampiros no pensaban igual, ellos procreaban entre ellos, creciendo su sangre pura.
Nos encaminaron hacia una gran habitación. Al abrir la puerta pudimos ver a los vampiros, con sus vestimentas, elegantes, telas finas y postura rígida, mujeres con vestidos grandes, mientras los hombres poseían sacos largos y zapatos brillantes.
Nos miraron y nos dieron una falsa sonrisa.
La sede, era un grupo de vampiros puros, junto ancianos que habían vivido más que los humanos.
El origen de los vampiros no era claro, pero dentro de aquel lugar había retratos pintados, de vampiros pasando por la historia de los humanos, gobernados por ellos, hasta que los humanos se rebelaron y los hombres lobos aparecieron.
—Joven Líder Minho, por favor acompáñenos —indicó uno de los vampiros, de aspecto importante
Caminamos hacia otra habitación para sentarnos mientras los líderes llegaban.
Después de varios minutos comenzaron a llegar, mire a varios y vi un anciano y me dirigí a él pensando que sería líder de los vampiros.
—Líder —pronuncié con educación, podríamos ser lobos, pero estaba muy atentos a la educación y cortesía de los vampiros como la de los humanos.
—Oh no, joven líder yo no soy el de mayor poder en este territorio —pronunció con una ladina sonrisa.
—Soy yo —su voz retumbo en mis entrañas. Giré mi vista al escucharlo, estaba ahí con ropa elegante y una mirada fría, con un estilo único e imponente, tragué saliva.
—Disculpé —dije, detrás de mi estaba mi hermano y Jeongin atentos a todo.
—¿Por qué ha convocado esta reunión? —preguntó caminando hacia una silla donde se acomodó
—Durante 6 años, los jóvenes vampiros han estado atacado a humanos, convirtiéndolos en vampiros, sabiendo bien que, si un humano es convertido, pasan dos cosas, mueren o se vuelven monstruos insaciables de sed de sangre, poniendo en peligro nuestro acuerdo y el banco de sangre. —quise verme lo más firme y correcto frente a él. — vengo aquí como representante de los humanos y de los hombres lobos que los protegen, por ello he convocado esta reunión, lo que menos queremos es que el trato que tenemos se rompa y un derramamiento de sangre innecesaria por una guerra se produzca.
—Eso es un asunto importante, como sabes nosotros los vampiros estamos felices con el acuerdo, la sangre que es donada es de calidad y no hemos tenidos problemas, pero, ¿sabe?, hay algo que los vampiros tenemos y es el orgullo, por lo cual necesitamos prueba de lo que nos pide, para así actuar como es debido —pronunció, sinceramente su forma de hablar hacía que mi cuerpo vibrase.
—Por supuesto —pronuncie sacando una carpeta —aquí están los puntos donde han sido atacados y las víctimas, las cuales presentan marcas muy distintivas
—Muy bien, prometo leer y verificar a cada uno de ellos, lo cual me tomará tiempo, le mandaré una carta para reunirnos de nuevo, ¿le parece? —finalizó mirándome con un rostro indescriptible
—Como sabe, esperamos que esto sea algo que se resuelva lo más antes posible y obtener una respuesta en brevedad —pronuncié mirando a los vampiros a su alrededor. En 6 años jamás baje mi rostro ante un vampiro, no lo haría ahora.
—Por supuesto, —sonrío —disfrute del banquete que se le ha servido a nuestros invitados y luego los escoltaremos a los límites
—Gracias.
Era mi primera reunión después de ser elegido como nuevo líder, lo que quizá mi padre conocía al joven líder que representaban los vampiros. Aunque eso jamás lo sabría después de que él desapareció se llevó consigo sus secretos.
Jamás imagine encontrarme a esa persona, la cual le debo la vida y por la que daría hasta mi última gota de sangre para zacearlo. La persona que hace que mi lobo tiemble de miedo y excitación.
Comimos algo, con algo de desconfianza, pero gracias a nuestros olfatos podríamos saber si algo de aquello estaba envenenado, al finalizar fuimos llevado a las orillas de los clanes de hombre lobos.
Encendí un cigarro y caminé hasta mi hogar, entrando en mi habitación, me dejé caer y miré el techo, pensando en lo hermoso que se veía aquella noche y lo difícil sería poder estar a su lado.
—¿Y si te marcó podría ser mío, incluso siendo un vampiro? —Me pregunté a mí mismo, tiré mi cigarro para dormir.
Felix camino entre el gran pasillo de aquella mansión para entrar en su habitación, dejo sus ropas y se miró así mismo en el espejo.
—Lee Minho, que interesante, te has vuelto su líder, tan importante, fuerte y hermoso, ya no eres ese niño débil y asustadizo. —sonrió levemente.
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