I.- Encuentro.

Minho.

Cuando tenía 16 años, me separé de mi manada junto a unos amigos de mi edad, pues éramos un grupo de hombres lobos quienes se aventuraron a un lugar muy peligroso, nos sentíamos valientes y fuertes.

Principalmente yo, puesto mi padre fue el alfa líder de nuestra comunidad, y pronto yo lo seria por lo que, todos me respetaban, por ser un fuerte alfa. Aunque era estúpidamente confiando.

Era de noche, nuestro distrito se dividía en dos, uno donde estaban los vampiros y uno donde era nuestro territorio, nos aventuramos hacia el distrito de los vampiros donde un grupo de jóvenes vampiros jugaban con lo que sabíamos era un humano normal.

El joven chico gritaba desesperado mientras lo rodeaban y empujaban de un lado a otro, con su ropa desgarrada y rota, quería ir a rescatarle, pero dos de mis amigos me detuvieron, no por mucho, porque los jóvenes vampiros miraron a donde estábamos nosotros, dejando al chico correr por su vida.

Caminaron lentamente antes de mirarnos con una fría sonrisa.

Paso a paso, nuestros lobos interiores gruñían. Con miedo.

En un pestañear estábamos rodeados y ellos comenzaron a golpearnos, con una sonrisa burlona en sus labios, muchos de nosotros nos convertimos en grandes lobos.

Se dice que cuando los jóvenes vampiros y los jóvenes lobos, apenas están aprendiendo a usar sus poderes pueden ser lo más peligroso, pues aún no controlan sus emociones. Y la fuerza de ellos.

En uno momento a otro comenzamos una pelea, pero mis compañeros huyeron heridos, mientras yo sintiéndome el más grande alfa, me quede ahí, rodeado de 5 vampiros, mientras yo solo era uno. Mis compañeros habían ido a pedir ayuda por aquello, mientras yo estaba a la merced de los sangre fría.

Los vampiros sonreían mostrando sus colmillos, disfrutando de su nueva presa, mi cuerpo vibraba, no sé si de miedo o del deseo de pelear, mi alfa no se arrodillaría por nadie, eso era seguro.

Cuando ellos estaban preparados para a tacar y yo para defenderme, un ruido hizo girar mi mirada y verle.

Ahí estaba, un joven hombre que ni siquiera pasaba los 30 años, de piel tan blanca como la nieve, cabello dorado como el oro y unos labios rojos, suaves y hermosos, jamás había visto alguien con características tan hermosas como las de él.

—Vaya, si los jóvenes de ahora rompen las reglas —pronunció caminado hacia nosotros.

—¿Quién demonios eres tú? —preguntó uno de los jóvenes, mostrando sus colmillos.

—Ya veo, ustedes fueron creados por puros inexpertos —movió la cabeza en negación. Tan seguro de sí mismo, no podía dejar de verle.

—¡Deberías irte! —gritó uno de jóvenes vampiros.

—Basuras inservibles.

Apenas pude contener la respiración cuando frente a mis ojos la muerte apareció, algunas cabezas volaron, otros pedazos de carne y la sangre brotaba a mares, frente a un joven lobo inexperto, el miedo me inundó y mis piernas temblaron, era la primera vez que veía a un vampiro matar a los suyos de esa manera.

Al finalizar se limpió las manos pasando su lengua por sus largos dedos y me miro.

—¿Qué hace un joven lobo en este territorio?, ¿sabes lo peligroso que es? —cuestionó, en ese momento dentro de mi había una mezcla de miedo y fascinación.

—Yo... yo —ni siquiera podía pronunciar palabra alguna.

—Está bien, yo no bebo la sangre de los lobos ni los humanos, bebo la sangre de vampiros estúpidos como estos —dijo sacando un pañuelo para terminar de limpiar sus manos

—...ah —idiota.

—¿Tu nombre? —cuestionó.

—Lee... Minho... —apenas pude pronunciar.

—Mucho gusto... mi nombre es....

El sonido de la camada hizo que aquel hermoso hombre desapareciera antes mis ojos.

Solté un gran respiro, mi cuerpo se aflojó y miré que dentro de mis pantalones había una erección, demonios, me había excitado ver a ese hombre matar a sus propios camaradas.

Madure lo suficiente para convertirme en un alfa, el líder de mi manada y así lo busqué por 6 años, sin encontrarlo, pensé realmente no lo volvería a ver.

Pero entonces...

Apareció ante mí, en un día soleado, traía un lindo sombrero, unos lentes oscuros y una hermosa ropa, parecía un hermoso modelo.

Lo tomé de la muñeca y lo jalé hasta un callejón sin salida.

—¿Qué carajo? —dijo molesto, sus ojos habían cambiado de color a uno del tinte rojizo, entonces supe que la realidad de los vampiros no era que ni pudieran caminar bajo el sol es que sus ojos cambiaban frente a él a ese color y se volvían débiles, porque por más fuerzas que ponía, seguía sin poder mover mi formado y musculoso cuerpo.

—¿Por qué pareces tan débil ahora? —pregunte oliendo su cuello

—¿Quién demonios eres tú y por qué me estás tocando? —gruñó mostrando sus colmillos.

—Oh te has olvidado de mí, yo soy aquel pequeño lobo inferior que ha salvado aquella noche hace 6 años atrás —pronuncié pasando mi áspera lengua por su cuello.

—Ya veo... eres Lee Minho —pronunció con la voz quebrada.

—Así es, te he estado buscando por 6 malditos años —bufé para mirarlo a los ojos.

—¿Para qué me buscabas? —su mirada era fría y eso me encantaba.

—Quería comerte —dije con una sonrisa en los labios

—Oh, eso lo quiero ver —sonrió de lado. Me acerqué a él mordiendo suavemente su cuello —Bien, bien deja tu juego. —Me empujo con todas sus fuerzas a acomodando su ropa. —Sabes que soy un vampiro, ¿oh no?, o es que tu cabeza tonta, lo olvido —estaba molesto, pero poco me importaba.

—Lo sé y déjame decirte que no me importa, me enlazará contigo en este momento —me gustaba la manera que su rostro cambiaba cuando mis palabras salían, amaba sus expresiones, me encantaba todo él.

—Ja, ja estás loco —se cruzó de brazos y me miro.

—Si, pero por ti, ahora dime ¿tu nombre? —si pudiera sacar mis orejas y mi cola para moverlas sin descaro, lo haría, parecía un estúpido perro emocionado por su dueño.

—Han Felix —sonrió, colocando bien sus anteojos para salir del callejón.

—Por favor, no te vayas —suplique.

Me miro y jalo por el cuello empujándome.

—Estas en un territorio peligroso, muchos puros están aquí y si detectan tu presencia, no importa si eres un alfa, podrás morir, ahora vete —antes de que pudiera darse cuenta sacó de su bolsillo, una tarjeta. —ese es mi número, ahora déjame.

Me soltó para desaparecer frente a mí y así era, estaba en el territorio de los vampiros puros, lo que no sabía es que yo era el alfa de los lobos y hoy tendríamos una reunión con los líderes de la noche, para poner todo en orden entre los territorios, ya que habían causado estragos los nuevos vampiros.

Como alfa líder e hijo del antiguo líder tenía que llegar a un acuerdo para el bien de nuestros clanes.

Tome la tarjeta y la guarde como un gran tesoro y seguí mi camino, al castillo a encontrarme con los líderes, junto a mi hermano Chan y Jeongin. Dos de los mas fuertes alfas de la manada. 

Gracias por su apoyo.

Makishi Konue. 

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