Capítulo LI

Había sangre en sus pies.

Cuando abrazó a Taehyung, quien lentamente lo cubrió entre sus brazos, sintió como si lo hubieran bañado con un balde de agua helada debido a la excesiva cantidad de sangre que estaba perdiendo, era posible que hubiese sido alcanzado por la bala cuando Sung Woon disparó.

—Taehyung ¿Estás bien?

Incluso antes de que los llevarán allí, el hombre había sido herido y curado con unos "primeros auxilios" bastante deficientes, su herida no parecía querer curarse bien.

—Muéstrame. Vamos. Déjame ver... —Cuando le abrió la chaqueta del uniforme militar, descubrió que la mayor parte de su camisa estaba completamente manchada de rojo.

—Dios... —No podía entender cómo es que el hombre no había perdido ya la consciencia, su voluntad por vivir era inmensa, incluso su temperatura corporal estaba demasiado baja.

—Está bien. No pasa nada... —Apoyó su espalda contra la pared y resbaló lentamente en el suelo,

Jungkook tocó sus mejillas y confirmó lo heladas que estaban, casi se estaba desmayando frente a él y era evidente que no podía volver a ponerse de pie ni aunque lo intentara. Sin embargo, el helipuerto estaba demasiado cerca, si pasaban por esta habitación y bajaban por el pasillo sur, entonces encontrarían la escalera al final y podrían entrar a la azotea. ¡No era justo haber llegado tan lejos para terminar así!

—Supongo que no soy tan fuerte como me pintan.

—No digas eso. Yo... Ven, ponte de pie y apóyate en mis hombros, haz lo mejor que puedas, deja todo tu peso sobre mí y así...

—Vete primero...

—¡No!

—Estoy bien... Vete, voy a ganar más tiempo para ti.

Jungkook se estremeció. No le gustaba que dijera que él debía irse primero porque sabía lo que eso significaba. No iba a permitir que se sacrificara por él y mucho menos que se rindiera, tenían que huir juntos, quedarse uno al lado del otro.

—No me gusta ese plan.

—Definitivamente volveremos a estar juntos. Confía en mí.

—No me gusta... ¡Absolutamente no me gusta!

—¡Toma al bebé y vete! ¡Solo tú puedes protegerlo ahora!

Si hubieran estado solos, definitivamente habrían permanecido juntos hasta el final. Sin embargo, sabía que, si se quedaba, iban a lastimar a su bebé.

En un tiroteo, podía alcanzarlo alguna bala perdida y entonces, definitivamente ese cuerpo tan chiquito no sobreviviría. La única forma de proteger al niño, era dejar a Taehyung y huir solo.

—Tae... por favor... —Las lágrimas se desbordaron de sus ojos empapando sus mejillas.

—Pronto romperán esa puerta así que... Solo vete.

Entonces, asintió y escapó.

No solo era su bebé, también estaba Yitian y sus otros niños. Si solo se dejaba llevar por sus emociones, sus hijos perderían a sus dos padres de una sola vez y quería estar allí para protegerlos.

—Te amo, Jungkookie. —Dijo por primera vez en mucho tiempo. —Te amo demasiado. —Pero sus palabras no se sintieron dulces, por el contrario, llevaban consigo la amargura del sabor a despedida de aquel que se sabe pronto va a morir.

—Idiota. ¿Por qué...? ¿Por qué me dices eso precisamente ahora? —Jungkook comenzó a llorar con más fuerza y decidió hablarle de sus sentimientos también. —Te amo muchísimo, debería haberlo dicho antes.

—Deberías repetirlo muchas veces de ahora en adelante.

—Sí. Lo haré. Cuando lleguemos a casa... Cuando lleguemos a casa no dejaré de hablarte sobre lo mucho que te amo ¿Bueno?

Pareció ser cada vez más difícil respirar para él. —Vete primero. Si no luchas... No podrás cumplir tu promesa...

—Está bien. Seguiré... Me escaparé con el bebé así que... También haz lo mismo... Tienes que vivir. Tienes que volver a casa.

—Lo prometo.

—Los niños y yo estaremos esperando por ti...

—También esperan por ti. Asegúrate de verlos...

—Hmm. Te amo. No dejes que esta sea la última conversación. Si rompes tu promesa, te golpearé...

Jungkook corrió hacia la puerta que conducía al pasillo antes de que pudiera cambiar de opinión.

—Por favor regresa conmigo. No mueras en un lugar como este, déjame decirte que te amo una vez más —Lo repitió para sí mismo una y otra vez como una súplica silenciosa, hasta que la voz llorosa de su bebé llegó a sus oídos.

—No llores, no llores. Pronto te sacaré de aquí. Te lo prometo.

Jungkook también estaba llorando, la nariz le goteaba y el campo de su visión se le estaba poniendo muy borroso, dejó su corazón junto a Taehyung y entonces corrió con todas sus fuerzas hacía el helipuerto en busca de su bebé.

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