Especial 20k: Mi luz

El segundo día

-Zorua!- ya se estaba cansando, sin importar lo que hiciese ¿Donde se metía? Esta vez con furia volvió a dirigirse a su habitación y sin importarle nada pateo la puerta gritando el nombre de su amiga.

"Es..toy.. aqu..." Bajo su mirada con enojo y soltando un resoplido alzó a zorua en sus brazos y se adentró a la sala.

-Siempre te pierdes- Musitó entre gruñidos -Pero bueno ya es común de ti-

"Que...bue...que...lo...enti" El chico soltó una resoplido, le frustraba el hecho de que no pudiera entender a su amiga con claridad.

-Lo siento no te entiendo del todo- Zorua lo miró en silencio como si intentara saber que estaba pensando su dueño -¿Qué sucede Zorua?-

El pokemon gruñó un poco y el chico, cuando pudo descifrar lo que le había dicho, sintió sus mejillas sonrojarse.

-¡C-claro que no! ¡No estaba pensado en ella, so-sólo estaba en mi mundo!- Zorua soltó una carcajada y terminó saliendo de la habitación, dejando a su dueño en la misma lleno de vergüenza.

El silencio duro un tiempo e incluso sus amigos pokemon se vieron obligados a perseguir a Zorua para saber que sucedía, el comportamiento nervioso y avergonzado del chico no era común.

Al final el chico se quedó sólo meditando, sin quererlo, lo que Zorua había mencionado.  Sabía que en ese momento no estaba pensando en ella, pero ahora no podía parar.

-Esto es malo- Musitó por fin -No debería de acercarme tanto a la gente común- rendido y confundido por sus múltiples pensamientos, decidió reposar.

"Oye...No...debe..."

-Cinco minutos más...- Para su fortuna dejo de escuchar los murmullos lo malo, es que recibió un bola sombra a cambio.

Su Zorua lo había despertado a la fuerza.

-¿¡Qué sucede ahora!?- Su pokemon no tuvo que decir nada, con un movimiento de la cabeza señaló la ventana de la habitación y el chico pudo ver con claridad que ya se estaba haciendo tarde.

"¿Vamos?"

-Que extraño, si pude entenderte- Estaba indeciso aunque cuando era tiempo de retractarse ya había llegado a una parte del bosque.

-¡Zorua!- como alguien que nunca rompe su palabra la chica se encontraba allí.

El chico en cambio se quedó mirándola en silencio hasta que ella lo noto.

-¿Qué sucede?- al notar su extraño comportamiento sólo se sentó en el mismo lugar donde estaba.

-Sólo que... me sorprende, jamás conocí a alguien como tú- Escucho la risa de la chica.

-Pues claro, cada persona es única- además agrego algo que tal vez no debió –Incluso tú-

-¿Yo?- Ahora estaba sorprendido y se sentía un poco avergonzado. La chica asintió.

-Tu... puedes entender a los pokemon ¿verdad?- Por la sorpresa retrocedió ¿Cómo se había dado cuenta? -¡No te alarmes! Es sólo que- Sus mejillas empezaron a tornarse un poco rojas –No eres el único-

Un minuto de silencio fue suficiente para que el chico procesara toda la información que había llegado a su mente.

-E-eso qu-quiere decir qu-... tu- Aunque lo intentara con todas sus fuerzas le era imposible No tartamudear.

-Sí, es justamente lo que crees. Yo también puedo hacerlo- En ese mismo momento las enseñanzas del chico desaparecieron de su mente porque se encontró tomándola de la mano e implorando que le "enseñase" para que luego se diera cuenta de su acción y... quedara más rojo que el cabello de la chica.

-Lo... Lo siento- Ella sólo rió.

-No te preocupes, acepto- El "pequeño Lord", que por esos momentos intentaba evadir contacto visual, se giró hacia ella –Te enseñare lo que sé-

Después de ello la historia se cuenta sola, Zorua sirvió de ayuda, pero, realmente todo el "curso" fue una tortura para los sentimientos del chico, sin importar lo que hiciese para impedirlo... al estar al lado de esa chica se sentía libre... tanto que le emocionaba.

-Sólo intenta conectarte con su corazón, así la entenderás- El chico asintió y siguiendo las órdenes de su "maestra" termino por cerrar los ojos y recordar cada momento en el que había estado con su compañera, los difíciles y también los momentos felices.

Al final intento entender a su compañera pero, no sólo en su lenguaje si no también en su forma de pensar...

Tenía que aceptar todo de ella y recordar, que siempre serían amigos.

-Z-zorua- Tartamudeo inseguro de poder hacerlo pero...

"Sí que te demoraste chico" Había entendido cada palabra como si su propio padre le hubiera hablado... Había entendido a su amiga.

Con felicidad la abrazo con fuerza y le sonrió a la chica con la forma más sincera que puedas ver en alguien. Ella había logrado algo que hasta ahora jamás considero...

Le había quitado parte de su soledad...

-¡Gracias!- Con todas sus fuerzas de voluntad reprimió su deseo de abrazarla.

-No te preocupes, me alegra verte sonreír- Allí la felicidad del chico se intercambió por la vergüenza.

Desafortunadamente llegó la noche y el momento para despedirse.

-¡Hasta luego Zorua!- Musitó para luego despedirse del chico con un gesto, en ese momento se dieron cuenta de algo que habían ignorado...

Nunca se dijeron sus nombres...

Rieron por un rato para que luego la chica desapareciera. No sería necesario por ahora, sólo les importaba algo en ese momento y eso sólo era...

La oportunidad de verse el día siguiente.

Fin del segundo día.

Tercer día

"Por fin llegaste" Un pokemon de color negro sentado en la cama y con aires de estar esperando por una eternidad, así se encontraba Zorua en la habitación de aquel chico.

-Lo siento- Musitó este con algo de comida en un plato, bueno... dos platos –Me demore un poco en convencerlas de que me dieran comida para ti- Se acomodó en la cama al lado de ella y le dio la comida.

"Sólo tenías que decir que era para ti" Esto sólo le ocasionó risa al chico.

-Yo no soy un Pokemon Zorua, no como lo mismo que tú-

"Pues deberías" El chico soltó una pequeña carcajada mientras sus amigos pokemon se reunían alrededor para acompañarlo.

Después de aprender su idioma "el pequeño lord" no había dejado de sonreír ni una sola vez, le habían quitado parte de su soledad pero, por alguna razón, seguía sin sentirse satisfecho.

Zorua miro a su dueño por unos segundos antes de sonreír.

"No seas tan impaciente, ya va ha anochecer pronto" al entender a qué se refería el chico solo pudo sonrojarse, no podía negar que quería verla.

-Me pregunto que me enseñará esta vez- Susurro para si y su compañera solo repitió su gesto.

"Quien sabe" regresaron la atención a su alrededor y se dieron cuenta del ambiente de duda que recorría la habitación; los pokemon del chico lo habían escuchado y querían saber a qué se refería.

-Es...te, chicos no es nada- El muchacho dudó por unos momentos; ya tenía suficiente con los comentarios sarcásticos de Zorua y estaba seguro de que sus amigos también lo molestarían.

Aunque al tratar cambiar de tema, la antes mencionada tiro las esperanzas del chico al fuego.

"¿No se han dado cuenta?" Zorua interrumpió al chico en su intento por salvarse.

"Nuestro amigo se ha enamorado" Esa frase fue lo necesario para una avalancha de preguntas por parte de sus amigos pokemon...

-Zorua, eres mala- Ya en la noche y recorriendo las entrañas del bosque, el chico y zorua buscaban a la chica que había ocasionado todo eso.

"No me culpes por decir la verdad"

-P...pero- Los intentos de contradecirla se convirtieron en completos fracasos.

"Acaso ¿No te sonrojas cuando la ves?" Su compañera lo observó con aires de superioridad en cambio el chico solo intento hacerse el fuerte.

-Claro que...-

-¿De que hablan?- Una voz femenina y el hecho de que estaba literalmente a su lado fue lo necesario para que el chico se quedará como un tomate.

"Te lo dije"

-H-hola- Ignorando a zorua (Que estaba riendo a carcajadas) el chico optó por saludarla.

-Me alegra verte de nuevo-

-A... A m-mi también- El chico no podía pensar con claridad, había negado los comentarios de su compañera, pero el comportamiento que tenía al frente de ella decía todo lo contrario.

-Gusto en verte Zorua-

"El gusto es mío" Además de su voz un sonido de los arbustos alertó a ambos chicos.

-Oh! Lo siento- la chica se disculpó y luego se acercó a un árbol regresando con algo en los brazos -Tu me presentaste a tu compañera, ahora yo te presento a la mía-

"Tengo sueño idiota" Un Pichu con muy malhumor apareció entre ellos para luego subirse al hombro de su dueña y dedicarle un rayo.

-Lo siento...- Se excuso.

-¿Es-estas bien?-El chico ahora se encontraba ayudándola a arreglarse el cabello que se había convertido en un arbusto por culpa de la estática, la chica le sonrió diciéndole que no se preocupara.

Una noche tranquila fue lo que él pequeño lord experimento; la mejor amiga de la chica era bastante irónica, aunque solía discutir mucho con Zorua, aún así risas fue lo principal que salió de esa conversación llena de calma...

Desafortunadamente no consideraron que tal vez... Fuera el último encuentro.

Fin del tercer día

Inicio del... 4 día?

-¡Pequeño lord!- Con aire de preocupación y angustia las cuidadoras llamaron una y otra vez al chico que bajaba somnoliento por las escaleras.

-¿Qué es lo que sucede?- estaba sobándose los ojos y soltando bostezos de vez en cuando, por ello casi no escucho lo que sus cuidadoras le decían, pero de lo que pudo escuchar lo obligó a callarse y preguntar de nuevo.

-¿E-escuche con claridad?- tenía... miedo, un sentimiento que supuestamente había olvidado, ahora estaba consumiéndolo por completo.

Su zorua no musitó palabra ni agrego ninguno de sus comentarios, ella había entendido y su tristeza la obligaban a callarse.

Sus cuidadoras se miraron por unos segundos antes de repetir.

-Mi pequeño lord- Musitaron por fin -Nuestro maestro y su padre ordenó que regresáramos a casa... Hoy-

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