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Mientras iba en el tren hacia su nuevo trabajo, bueno mejor dicho; el tren que lo llevaría hacia el aeropuerto donde lo recogerían para llegar a su nuevo trabajo, seguía pensando en lo sucedido en las ultimas semanas.

Como si no fuera suficiente el ser tragado por un libro, también se había encontrado sin ningún tipo de identidad en este mundo, literalmente no existía, obviamente.

¿Lo bueno?, se había acordado de llevar siempre encima una pequeña bolsa donde podía transportar de forma segura el espejo de doble cara, de esa forma había logrado comunicarse con Hermione.

No sabía como había funcionado teniendo en cuenta que estaba en un mundo, o mejor dicho un universo completamente diferentes.

Mi mejor amiga, obviamente no me había creído, hasta que muy amablemente le había dicho que solucionara el problema.

Un viaje al banco y una explicación de los duendes habían sido necesarios para que Hermione entendiera que; lo que me había regalado por mi cumpleaños no eran una simple saga de libros, eran objetos malditos que habían acabado en el mundo muggle.

Al parecer alguien se los había robado al mensaje que se le supone debía entregarlos al banco para que dichos objetos no hicieran lo que habían echo.

Por supuesto había querido que me sacaran de aquí, ¡no tenía ni dinero conmigo para comprar comida!.

¿Su respuesta?.

-"Señor Potter, siento decirle que no puede volver, sería un autentico dolor en el culo intentarlo, y no nada más eso, pondría en peligro las barreras naturales que hay entre los diferentes universos, el que haya podido cruzar hacia un lado sin las previas preparaciones ha debilitado dicha barrera, si intentara volver, el mundo estaría plagado de dinosaurios de golpe, y por consiguiente, el mundo mágico quedaría expuesto, porque para cerrar la brecha esta vez haría falta demasiada magia, magia que tendría que salir del entorno...- fue en ese momento cuando mi cerebro desconecto de la charla mas aburrida en la que había estado nunca.

Simplemente se resumía a; nos da pereza ayudarte a salir de la mierda en la que te metiste, pero, tenemos buenas noticias, como lo que te acabamos de explicar es una mierda infumable, nosotros los duendes podemos enviarte tu bolsita para que puedas utilizar tu dinero, lo mejores en ese mundo y de paso y por el módico precio de 100 galeones te enviamos tu titulo equivalente en el mundo muggle para que puedas trabajar con un encanto que te hará aparecer como si siempre hubieras vivido en ese mundo.

Es decir, ¿ellos si pueden enviar mierda y no pasa nada, pero yo no puedo volver?, voy a matar a alguien, más precisamente a los putos duendes por ser unos hijos de puta.

Por supuesto y como era de esperarse, nada podía ser normal conmigo, el titulo era para una especie de genio en la biogenética, bioingeniería y bioquímica, eso por supuesto había llamado la atención de la empresa InGen, encargados del proyecto de la isla nublar.

Le habían echo una oferta, el había contra ofertado.

Dos semanas después se encontraba rumbo a Costa Rica, desde Los Angeles donde vivía actualmente.

Buen sueldo, comida y alojamiento gratis, que más podía pedir.

 Mientras miraba por la ventana se preguntaba; ¿era un buen momento para decirle a Hermione que había mezclado un poco de su sangre en los embriones para que el desastre de los libros no pasara?.

Nah, dudaba que pasara algo malo.

Mijo ¿tu estas pendejo o que? 🤨😑🙄😒